Partida Rol por web

Ryan mira al resto, pero nadie parece contestar.

Cùomo puede se levanta y asiente a Donnie.

- No tenemos nada que perder. 

Anne tarda más en decidirse, pero termina asintiendo también y levantándose. Mira entonces a Aelia y Dean, esperando sus respuestas.*

Miro las puertas y conjuro para poder escuchar a través de estas:

- Auris magna-susurro. 

Me acerco a las puertas y voy escuchando, buscando reconocer las voces de Donnie, Dean, Joni, Aelia o cualquiera de mis compañeros. 

Quién me diría a mí que iba a acabar aquí...

Jack hace aparecer unas ropas que Irina va a ponerse en otra habitación.En el salón Inuix protesta, pero sus amigos y Jack la hacen entrar en razón. No puede acompañar a Irina, de hecho nadie puede acompañarle. Cuando sale, todos la miran con atención, algunos con miedo y otros con admiración. Jack le asiente cómo señal para que parta. Irina se aleja hacia la puerta pero Remus la detiene. La mira a los ojos con seriedad. Después le da un abrazo.

- Ten mucho cuidado. Si te pasa algo mataré a Jack. - le susurra al oído, con lo que sólo ella lo oye. Es una forma de hablar... ¿verdad?

Sea cómo fuere, Irina sale de la casa y a un paisaje nevado y silencioso, con el aspecto de una mujer de mediana edad en una túnica y un abrigo sencillos.

Empiezas a avanzar prestandoatención a las puertas. Tras la primera puerta escuchas ronquidos. Tras la segunda nada. En la tercera escuchas la voz de dos chicas hablando en un idioma que no conoces, pero jurarías que Kristoff, Saana y Joni hablan así entre ellos. En la cuarta puerta escuchas la voz de dos hombres, al parecer jugando al ajedrez mágico (torre a B7 dice uno de ellos). En la quinta puerta escuchas varias voces hablar en inglés también, tanto chicos cómo chicas. Parecen hablar de Quidditch. En la última no escuchas nada.

Al llegar al final del pasillo has visto que la intersección es una cruz: cuatro pasillos se reunene ahí, incluyendo el que estás tú. También hay una escalera hacía arriba y una hcia abajo. en los otros pasillos hay puertas también: en el de tu izquiera hay una al fondo, una a una pared y dos en la otra. En el de tu derecha hay otra media docena de puertas por pared. En el de enfrente, una pared con 6 puertas más y la otra sin nada.

 - En este momento me da igual la familia, sinceramente- "vosotros me importáis más" quería decirles, pero me lo callé. - Entonces... ¿Qué hacemos? Severus, yo si tuviese que escojer un bando elegiría el del Señor Tenebroso, pero no porque esté de acuerdo con él ni nada de eso. Simplemente si es el bando en el que están mis amigos lo elegiría sin más. A demás si dices que van ganando, tendríamos ventaja... Realmente no querio luchar ni sacrificarme por ningún plan de ese tal Señor Tenebroso, pero ya sabes, es sólo una suposición de que haría si tuviese que escojer un bando. - Dije seriamente. Podrían llamarme cobarde por preferir huir y esconderme que luchar, pero no daría mi vida ni mucho menos por el plan de un desconocido.

Me cambio de ropa y me detengo a pensar si en realidad quería hacer lo que tenía que hacer. La seguridad de Inuix, Remus y mis demás compañeros estaba en mis manos. Me sentía importante y eso me gustaba. Aunque un poco de miedo me subió cuando ya estaba lista y cambiada. 

Salgo de la habitación. - Renacuaja, volveré. Te lo prometo. Tu vigila que esta gente no se meta en líos...- Le digo a mi sobrina. Le lanzo una mirada a cada uno de los presentes, parándome un rato más en Lily, Sirius y James. A ellos les tenía mucho más afecto que al resto. Cuando mis ojos se cruzan con Remus mi mirada cambia a una más cariñosa. ¿Sería raro que le besara con esta pinta? 

- No hará falta...- Le susurro ante su amenaza, abrazándole con fuerza y ganas. - Pase lo que pase, mantén a Inuix con vida por favor. Y a ti también.- Le doy un beso en la mejilla antes de marcharme definitivamente. Su abrazo me había dado los ánimos necesarios para continuar. Además, yo no quería que el hermano mayor de Mia muriera por mi culpa... Aunque esperaba que fuera una broma. Una extraña broma dicha en un mal momento. 

Salgo y noto el frío en la cara, ojalá tuviera ropa que abrigara más. Pero al ir andando voy entrando en calor poco a poco.

-A ver...así no voy a llegar.

No sé si funcionará pero es lo mejor que puedo probar.

-Glacius. Galcius. Glacius.

Hago una plataforma de hielo, resistente para poder subirme encima. Me tumbo boca arriva para poder ver el rumbo y levanto el brazo por encima de mi cabeza hasta meterlo en el agua. Apunto la varita al bloque de hielo y pruebo.

-Depulso.

Parece que por aquí no hay ninguno de los míos...

Sigo avanzando hasta encontrarme con el cruce. Creo que seguiré hacia abajo, probablemente estén encerrados, por lo que... abajo habrá una mazmorra o algo, ¿no?

Intentando hacer el menor ruido posible, comienzo a descender.

Dean y Aelia no parecen decididos, y Ryan no es muy paciente, así que mira a Donnie y Anne con decisión.

- Creo que si nos lanzamos todos sobre la misma caja, cederá ante nuestro peso... Esa parece vieja, con suerte se rompe a la primera y podemos usar los clavos para romper las ataduras...

Bajas las escaleras justo a tiempo, pues oyes una puerta en algun punto abrirse y gente saliendo de ella mientras hablan.

La escalera no es especialmente larga, y al final hay una {unica puerta. Cuándo te acercas a ella*, escuchas una voz conocida.

- Creo que si nos lanzamos todos sobre la misma caja, cederá ante nuestro peso... Esa parece vieja, con suerte se rompe a la primera y podemos usar los clavos para romper las ataduras...

Tardas unos segundos, porque la puerta distorsiona la voz, pero al final la reconoces: es Ryan McGraw, tu "archienemigo" en transformaciones.

Ay, Dios mío, por fin...

Voy andando con paso acelerado hacia la puerta, con la varita en mano. Me pongo frente a ella y apunto al cerrojo con mi varita mientras murmuro:

- Alohomora.

Me pegué a la puerta y alcé un pelín más la voz para que me escuchasen desde el otro lado.

- Chicos, chicos, ¿estáis bien? Soy Mia, voy a sacaros de aquí...

En ese momento se escucha el conocido "clak" del cerrojo al abrirse, y podéis escuchar una voz femenina conocida.

- Chicos, chicos, ¿estáis bien? Soy Mia, voy a sacaros de aquí...

Tras unos segundos de silencio la puerta se abre ligeramente, pero no veis a nadie en un primer vistazo.

- ¿Chicos...? - la misma voz, la voz de Mia.

Se escucha el inconfundible "Clack" del cerrojo al abrirse, y se hace el silencio absoluto al otro lado de la puerta...

No sé si hice bien...

Me coloco del lado de la puerta de las bisagras, apoyando mi espalda sobre la pared mientras abro la puerta con la escoba. Sostengo la varita en la mano derecha.

- ¿Chicos...?

POR DIOS, RESPONDED.

Tu idea es una locura... Una locura que funciona. Sales disparado con rapidez varios metros, auqnue te deslizas peligrosamente sobre el hielo. Tal vez atarte de algun modo no sería mala idea, crees que alcanzarás al "punto" si puedes mantener el ritmo.

Vale...la teoría funciona. Pero esto va a ser un viaje movido. Vamos a ver...

Muevo la varita sobre mi cintura y realizo el conjuro incarcerous, que controlo tan bien. Pero no quiero atraparme, lo hago de manera controlada para simplemente poder tener un agarre al hielo.

-Pues vamos...viento en popa a toda vela.

Nuestro destino había sido sellado desde que decidimos seguir con Snape. Aún me costaba pensar que no hubiera nada más que supiera, pero confiaba en él tanto como en Zoe. Estábamos los tres juntos, y aquello sólo podía funcionar siempre y cuando nos mantuviéramos juntos, y pudiéramos desembarazarnos de la porquería de la desconfianza. Porque no nos iba a ayudar en nada.

Pensé en todos los momentos que habíamos vivido hasta que llegamos a aquella casa, y llegué a la conclusión de que si bien no eran muchos, eran intensos. Estuvimos juntos en la prueba del laberinto, y la ganamos los tres. Nos preparamos como equipo, y ganamos como equipo. Éramos inseparables, y pensamientos ponzoñosos no debían de romper lo que teníamos. Pese a todo me daba miedo mi hermano, y lo que pudiera llegar a hacer si se enteraba de que su querida y amada Zoe estaba con nosotros, sin ningún bando favorito, sólo sobreviviendo.

Chasqué la lengua, y me volví a calentar las manos al fuego que había encendido Severus, mientras miraba de reojo a Zoe. Mi hermano no se la merecía, y ella debía de estar con alguien mejor que no James. Con Charles, por ejemplo. Él sí era un buen hermano, y estaba segura de que la cuidaría, y la trataría como a una reina.

—Seguro— murmuré a las llamas anaranjadas, lamiéndose unas a otras—. Seguro.

Pensar en mi hermano mayo me hizo sentir un vacío en mi interior, por lo que sacudí la cabeza, y traté de concentrarme en otra cosa, como cuál sería nuestro siguiente paso, pues no podíamos quedarnos allí durante mucho tiempo.

—Vaya— dije ante la respuesta de Snape. Me hubiera gustado poder preguntarle más, conocer un poco más al compañero y amigo que tenía delante. Pero no era el lugar ni el momento, y dudaba mucho de que Severus quisiera abrirse conmigo acerca de ese tema, aunque, debía de reconocer, me hubiera gustado—. Ya lo siento— agregué, sin saber muy bien qué decir a continuación.

Escuché después las palabras de Zoe, y fruncí el entrecejo, mientras ladeaba la cabeza. Me mordí los labios porque no quería interrumpirla, pero suspiré finalmente, sin poder aguantarme.

—No. No nos aliaremos con un tipejo como él— dije, sin saber muy bien por qué—. Su causa no es la nuestra. Mira dónde tenemos que estar para evitar que una guerra nos mate. No somos ningún soldado, Zoe— recordé, poniendo mi cara muy cerca de la suya, casi estaba siendo desconsiderada—. Ese tal Señor “Tenebros” o como se llame no me la va a colar. No me va a convencer. No me gustan los clubs, no me gustan los bandos, y mucho menos me gusta que me cuenten cuatro mierdas— solté sin pensar que estaba siendo maleducada— para que arriesgue mi vida por él. ¡Y una…!— pero logré serenarme, y callé mientras aún tenía el dedo en alto, para enfatizar mis palabras.

Tragué saliva sonoramente, y miré tanto a Zoe como a Snape.

—Escuchadme, lo primero es lo primero, y es nuestra vida. La de los tres. Haremos lo que sea necesario para sobrevivir, lo que sea— cualquier maldita y asquerosa cosa, pensé en mi mente, casi grabándomelo a fuego—. Pero ningún tipo super mágico me va a usar como su espada para ir contra mis compañeros, por muy chachis que sean— pensé en Brad, y en todas sus cualidades de rompecorazones, y en el duelo que nos debíamos, y en Mia, con su dulce sonrisa; también en Irina con su pelo de fuego; y en Aelia, misteriosa como la luz de la luna—. Si vienen, el principal objetivo es sobrevivir. Haced lo que sea para que eso pase. Sea el bando que sea. Es su guerra. No la nuestra.