Partida Rol por web

Te parece que los has perdido de vista cuándo un ruido y unos gritos ensordecedores te guían hacia el paradero del gigante. Cuándo llegas te das cuenta de que han entrado en la enfermería.

Sin poder evitarlo, mi mano se había aferrado a la chaqueta del hombre, agarrándola con gran fuerza mientras caminaba temblorosa. Al llegar a la puerta, me escondí detrás de él, hundiendo mi cara el la tela de su prenda, ahí me quedé hasta que sentí una voz femenina, entonces me asomé, mirándola asustada, aún con el rostro pálido y los ojos que se movían nerviosos de un lado a otro.

Sin soltarme, caminé rápida, mirando la enfermería con curiosidad, era muy distinta a los hospitales Muggles, incluso las vestimentas de la señorita Poppi me resultaron graciosas. Al quedarnos quietos, me acerqué a una de las camas, subiéndome en ella.

-Si... Había ido a la biblioteca, ayer tuve pociones y quería repasar, porque mamá dice que es lo mejor...-Mi voz tembló de manera notoria.-Cómo nunca había visto una tan grande... Me di un paseo, pero Bach... Bach me guió hasta... Hasta la sección prohibida...-Bajé la mirada apenada y asustada. Mis manos se frotaban inquietas, al recordar todo.- Entonces... Me llevó al ventanal... Cuando me asomé... ¡¡Esa cosa, esa cosa le hizo algo!! Salió de debajo del porche... No sé que era, pero le hizo algo malo..-Me tapé los ojos temblando de nuevo, pero después miré a ambos.- Yo lo vi... Lo juro, no miento... Salió de debajo... Es malo y está suelto...-Hice un puchero asustada. Por una parte me daba miedo ser regañada por estar donde no debía y por otra por lo que había visto.

Entro en la enfermería y sin mirar si quiera a lo que me rodeada pregunto en voz alta:

- ¿Va todo bien? 

Había ido corriendo hasta allí y por la falta de energía del desayuno estaba cansada. Eso sí, me había despejado y ya no tenía sueño.

La enfermera y el gigante escuchan con atención las explicaciones de Diane cuándo Irina entra en la enfermería. 

-  Quedaos a un lado pequeñas. -dice mientras se acerca al bulto que Hagrid ha depositado en una de las camas. - Pero Hagrid... Es un perro. Yo cuido personas...

Ante la mirada suplicante del gigante, la enfermera se pone manos a la obra y examina al perro con cuidado. De repente, deja escapar una exclamación.

 .- ¡Es una mordedura de serpiente! Pobre cachorro... - la enfermera va a uno de los armarios y coge un ungüento que esparce en la pata de perrito. - Se pondrá bien, has reaccionado muy rápido y parece que la mordedura no ha sido profunda. El veneno no ha pasado al riego sanguíneo, pero sin duda debe de ser doloroso para un cachorrito... Normalmente no tengo perros en mi enfermería... pero puedes dejarle aquí hasta que pueda caminar. Niñita, - pregunta a Diane - ¿La viste marcharse, a la serpiente? Podría ser peligroso, Hagrid, deberías buscarla y echarla lejos si sigue por la cabaña. La próxima vez podría ser fatal...

Vi entrar a una chica, por lo que me giré un poco, sujetándome a los barrotes de la cama. Sus cabellos eran realmente llamativos, me gustaban. Yo solo hice un gesto con la cabeza, saludándola, la había visto alguna vez, si a la hora de las comidas, pero nunca había hablado con ella.

Cuando la señorita Poppy me hablo alcé los hombros dudosa, a la par que negaba con la cabeza- No lo sé... Yo solo lo vi salir... Y atacarle, después se esfumó, no vi dónde se escondió. La atraparán verdad... -Susurré mientras me bajaba de la cama, aún asustada, pero más tranquila que cuando llegó.- Por cierto... Nadie le dirá nada a la bibliotecaria de que estuve en esa sección ¿verdad? Yo solo buscaba a Bach... Ese gato revoltoso me guió.. Sí.

- No te preocupes, viste suficiente. - dice la enfermera con voz dulce. - Si no nos hubieses dicho que algo le había atacado seguramente me habría dedicado a mirar si tenía fiebre y cosas semejantes y podría haber sido muy malo.  Y no le diré nada a Irma, si no te has llevado nada de la sección.

-No, no... Yo no cogí nada, solo leí títulos, per de ahí a llevarme algo... Para nada.-Respondí rápido, mientras miraba al cachorro. Sin pedir permido me acerqué al cachorro acariciándole la cabeza lentamente- Ya pasó todo... Te pondrás bien. ¿Podré venir después a verle, Señorita Poppy?-Pregunté después de separme del cachorro. Miré la hora, abriendo mucho los ojos, no había repasado nada y tenía que desayunar aún, me giré hacia la otra chiquilla.- ¿Vienes? El desayuno emperazá y yo estoy hambrienta..-Pese al susto, mi estómago pedía.

- Sí, de hecho vengo de allí. Me había quedado dormida en el gran comedor.- Digo con una tímida sonrisa. - Pero me habéis despertado y he venido a ver lo que pasaba. 

Me giro hacia la enfermera. 

- Así que ¿le ha mordido una serpiente?- 

Me acerco hacia el pobre perrito y le empiezo a acariciar. 

- ¿Se pondrá bien, no?- Pregunto en general. 

Iba  a responderle, pero no encontré las palabras adecuadas para ello, finamente solo mostré una pequeña sonrisa, mientras mis ojos estaban posados sobre el pobre animalillo, desde luego, después de aquello seguramente no querría volver a jugar cerca de la cabaña, al menos en una temporada larga, hasta que olvidase lo pasado.-Sí, le atacó una serpiente hace un rato… Sí, le atacó.-Hice una pequeña muequita, cómo queriendo olvidar lo que había visto, estaba realmente asustada, aunque lo intentaba interiorizar para no mostrarlo a los demás. Di unos pasos hacia la otra niña, mientras sonreía de medio lado, después miré hacia la entrada de la Enfermería y otra vez más a la joven.- ¡Oh vaya! Si te sirve de consuelo, mamá siempre me dice que soy cómo los gatos, cualquier sitio me sirve para dormir, desde el sofá, hasta el pupitre de estudio. Pero yo no le tengo la culpa, porque claro, cuando Morpheo decide aparecer, yo no puedo resistirme a ir con él, que eso no quiere decir que sea una dormilona, no solo… Que soy de sueño fácil ¡Las hadas del sueño siempre nos rondan! Las culpables son ellas, sí sí.

Extendí mi mano hacia ella, mientras movía los dedos un poco.- Mi nombre es Diane, creo que te vi con… Donnie ayer a la hora de la comida, pero no nos hablamos. ¡Es un gran placer conocerte!.-Aseguré con una gran sonrisa en los labios, mientras la miraba, aunque de vez en cuando no podía echar una ojeada al cachorro, para ver si estaba bien.

Me río de lo de Morpheo y las hadas, yo soy igual: Cualquier sitio es bueno para dormir.

Le cojo la mano y le digo con seguridad. 

- Encantada, mi Nombre es Irina, pero puedes llamarme Ira. Sí, Donnie es mi amigo... creo. ¿Eres de hufflepuff, no? ¡Hoy nos toca juntas en clase! 

Le iba a proponer de sentarse conmigo cuando recuerdo que ya se lo había dicho a Donnie.

Acaricio al pobre cachorro y me despido de él. 

- ¿Vamos?

Le digo adiós a la enfermera con la mano y me dispongo a salir, esperando a Diane.

- Se pondrá bien, tranquilas. Esta tarde, Hagrid, ya puedes venir a buscarlo. Seguramente cojeará un pelín, pero volverá a estar lleno de energía.

Llegáis a la enfermería y podéis ver que las luces están apagadas en todas partes excepto en una sala contigua. Seguramente es la habitación de la enfermera. Cuándo el prefecto la llama, una señora con un anticuado vestido de enfermera sale de ella.

- ¿Qué ha ocurrido? Y a estas horas de la noche...

- Una pelea que se les ha ido de las manos.He visto que tiene un mordisco, no tiene buena pinta. El niño te explicará todo. Ya es tarde y tengo que llevarme a la niña a la sala común.  - dice el prefecto, concisamente.

Me senté en la camilla, porque sentí que si no lo hacia me iba a caer al suelo.

-Me ha mordido una cobra! Un niño de Slytherin me lanzo un hechizo que me hizo crecer mucho la nariz, y yo fúi a darle un puñetazo porque encima se puso a insultarnos a todos. El para defenderse me lanzó un ultimo hechizo que hace aparecer una serpiente y me mordió aquí. 

Le enseño el sitio donde la serpiente ha dejado dos agujeros.

- ¡Una cobra! Por las barbas de Merlin... Ven niño. 

La enfermera ayuda a Lion a quitarse la túnica para poder dejar el brazo al descubierto. Después limpia la herida con agua para ver claramente la mordedura.

- Por Merlín, con lo venenosas que son las cobras...

La enfermera va corriendo a uno de los armarios y coge dos frascos. Uno es un ungüento que aplica en la herida de Lion, la cuál empieza a escocer muchísimo. 

- Sé que no es agradable, pero no querrás que te corte el brazo, ¿Verdad?

Cuándo termina con eso pone un poco del otro frasco, una poción aparentemente, en un vaso y se lo ofrece a Lion.

- Tienes que bebértelo todo, aunque no sepa bien, sino podrías no eliminar todo el veneno. ¿Entiendes lo peligroso que sería eso?

El prefecto pone una cara aún más seria al escuchar lo que dice Lion.

- ¿Estás seguro de que el niño conjuró una serpiente real? 

Observaba a los dos adultos. Aunque el prefecto no lo era del todo, le faltaba un año para cumplir la mayoría de edad y convertirse, oficialmente, en adulto, pero era tan alto y tan grande e imponía tanto que a mi parecer, parecía de sobras adulto. 

Ayudé a Lion a subirse a la camilla y me acerqué al prefecto, como esperando su orden para irnos. Asentí a la explicación de Lion y le miré muy seria. - No está nada bien que le pegases, pero es cierto que él se ha pasado mucho utilizando esos hechizos. Encima esa serpiente casi me muerde a mí también, suerte que la hizo desaparecer antes de que pasase nada. No vuelvas a hacer eso, ¿vale? No me gusta que te metas en peleas, mira lo que te han hecho... -por mi tono de voz era evidente que estaba muy preocupada por él. La reacción de la enfermera me preocupó aún más. Pero su rápida actuación me dejó un poco más tranquila.

Ya cuando vi que le daba cosas para curarse, además de echarle la pomada, me despedí de él con una dulce sonrisa.- Ahora descansa mucho y ponte bueno rápido. Mañana vendré a verte, espero que para entonces estés mejor. - le dije por último, y luego miré a los mayores como disculpándome por haber hablado sin permiso. Cerré la boca y esperé a que el prefecto me guiase hasta nuestra sala común. 

Pero en vez de eso, éste le preguntó a Lion si la serpiente fue real. - Sí, señor. - contesté, una vez más sin que me preguntasen. Estaba siendo muy mal educada, pero veía a Lion tan débil que no me parecía que fuese bueno que hiciese esfuerzos para recordar. Además, se me había grabado a fuego la palabra que chilló Zane.- Dijo muy fuerte algo así como Serpensortia y de su varita salió aquel bicho que se tiró directo al brazo de Lion. Perdonad que hable sin que se me pregunte, es que le veo tan mal al pobre...- miré otra vez preocupada hacia Lion. Por la cara tan seria del prefecto deduje que esto que había pasado era mucho más serio de lo que pensé en principio. 

-Aaaaghj! Sabe a mono sin ducharse!  Dije al probar la bebida que me da la enfermera.

-Si, lo entiendo señora, pero sabe muy mal! Le dije a la enfermera y acto seguido me tapé la nariz con los dedos como si fuera una pinza y me bebí todo el vaso de un trago.

-Si, es verdad, dijo algo serpensortia. Le dije al prefecto al que se le había puesto una cara muy seria.to Dharma

Luego mirando a Dharma a sus preciosos ojos le dije: -Lo siento Dharma, muchas gracias por tu ayuda, eres muy buena amiga. Y me puse rojo rojo rojo.

El prefecto frunce aún más el ceño y la enfermera y él se miran, aunque la cara de la segunda es de preocupación.

- Un niño de vuestra edad no debería saber ese hechizo...Es posible que uno de tus prefectos te haga más preguntas mañana. Ahora descansa. - le dice a Lion. - Tú vienes conmigo. - añade mirando a Dharma. - Buenas noches señora Pomfrey.

Y dicho eso Nathan se lleva a Dharma y deja a Lion en la enfermería, bajo los cuidados de la señora Pomfrey.

Notas como una especie de calorcito va llegando por tu cuerpo, un par de minutos después de beberte la poción, y como el brazo te sigue escociendo.

- Si necesitas algo, llámame. Mi nombre es Poppy Pomfrey. Estaré en la habitación de al lado. Ahora deberías dormir.