Partida Rol por web

Todo muy bien, qué aplicado :)

Tan sólo quería preguntarte si te has planteado cómo fue educado Brad antes de ir a Hogwarts, porque en la ficha no lo veo y esto influye en el nuevo apartado de Conocimiento :)

Fue educado desde joven partiendo de que era mago y vivía en un mundo mágico, pensé que lo había puesto en las historia, lo siento.

Edito: No lo había puesto, pero mencioné gustos desde joven de equipos de quidditch, ranas de chocolate y querer conocer a Dumbledore, del que hablaba su abuela :)

Sí, sí, eso lo tenía claro. Pero no sabía si te habían ido "instruyendo" o simplemente habías crecido en magia.

Entonces puedes apuntarte un +1 en conocimiento :)

Máster, ¿en Navidad podré invitar a amig@s a mi castillo? :3

Sí, por qué no :D Pero en ese caso tú te encargas de las descripciones y posibles fotos, que yo no sé como es tu castillo :D

Vale, perfecto entonces :)

1 de Septiembre 1971

Amanece soleado en el valle Aldryn. Se oyen los pájaros cantar a la nueva mañana y el aguda del lago que ves desde tu ventana está tranquila y cristalina. Aún así el otoño se acerca, con lo que la imagen es más cálida que la realidad.

Hoy es el gran día. Hoy es momento de coger el Expresso a Hogwarts. Escuchas las voces familiares de tus abuelos que resuenan a través de los desiertos pasillos.

“Pero espérate a que baje, no es necesario despertarle ya, dale 5 minutos…” – escuchas la que sin dudas es la voz de tu abuelo.

“¡Déjame! Ya verás cómo no hay mejor despertar para Brad que éste.” – oyes responder a tu abuela.

Los pasos se acercan y de repente irrumpen en tu habitación. Ambos llevan buenas túnicas, la clase de túnicas que se ponen para ocasiones especiales con la familia, y por supuesto, esta es una. Tu abuela además tiene un mochuelo posado en el hombro y un pergamino abierto en la mano.

-¡Brad, despierta pequeño! ¿Recuerdas que la abuela envió una lechuza al director preguntando por tu perro?

Y lo recuerdas. Te habías deprimido mucho al ver que los perros no entraban en la lista de animales permitidos, y aún más cuando la subdirectora del colegio confirmó que no podías llevarlo cuándo enviasteis la lechuza para preguntar.

“Se pueden aceptar animales más pequeños y no peligrosos, pero un perro es demasiado grande y desordenado. Las habitaciones del castillo no están preparadas para algo así.” – decía la Subdirectora en su respuesta.

Al verte así, tu abuela había utilizado sus contactos y había enviado una lechuza personal al mismísimo Director, Albus Dumbledore, al que conocía del Winzegamot.

- Pues bien, cariño, no vas a creértelo: El Director deja que te lleves a tu cachorro. – tu abuela levanta una mano para evitar que digas nada antes de que termine – Pero con una condición: Deberá dormir con el Guardián de los Terrenos, pues no lo pueden aceptar en las habitaciones, y obviamente no puedes llevarlo a clase. A parte de eso, podrás pasar con él tanto tiempo como quieras y podrás disponer de comida para Axel. ¿Qué te parece?

Me despierto al escucharlos hablar desde abajo, solo que me quedo haciendo el remolón entre las sábanas de seda de la cama en la que duermo. Acariciando con una mano a Axel, que duerme a mi lado y que me imita, casi ronroneando como un gato pero sin querer levantarse. Este es el último día que podré estar con él hasta dentro de tres meses, cuando vuelva a casa por navidad. 

Menuda pereza... no quiero ir...

Me incorporo poco a poco cuando entran mis abuelos en la habitación, pensando que me van a levantar. Sin embargo, cuando escucho a mi abuela me levanto de la cama de un salto, corro hacia ella, le doy un fuerte abrazo a la mujer, todavía algo más alta que yo y le digo:

-Joooo, gracias abuela.

En ese momento Axel, al que casi tiro de la cama con mi salto, se une a nosotros saltando y empieza a ladrar al abuelo, como preguntándole qué pasa. Me doy la vuelta y digo:

-Amigo, te vienes conmigo a Hagwarts - a la vez me arrodillo para abrazarle, a lo que me lame la cara como diciendo "es mi turno".

Tu abuela sonríe satisfecha cuando la abrazas contento.

- ¿Lo ves? Te dije que la noticia le pondría de buen humor. - comenta a tu abuelo.

El hombre se limita a mirar a otro lado. Ya lo dicen, hay que aprender a dar la razón a tu mujer si quieres mantenerla contenta.

- Lo único que hoy tienes que despedirte de él. No puedes llevarlo en el tren, o tal vez otros alumnos querrían llevar mascotas similares. El director lo ha permitido como un favor a esta vieja amiga, pero no quiere que cause problemas con el resto de adultos. Pero no te preocupes: lo llevaremos a Hogsmade personalmente mañana y el Guardián de los Terrenos lo recogerá. El director dice que es un buen hombre y que adora a los animales, así que no tienes nada por lo que preocuparte. ¡Y ahora a vestirse, que vamos a desayunar!

Tus abuelos salen de la habitación para dejarte intimidad mientras te cambias y les escuchas alejarse hacia el piso de abajo.

-Eso no me importa - susurro a Axel cuando se van y con una sonrisa acabo - lo que me gusta es que vas a estar conmigo en Hogwarts, vamos a hacer amigos, ¿vale, Ax? - pregunto al perro, mientras aparto su cabeza para que deje de lamerme.

Me dirijo a una esquina de la habitación, donde está mi baúl, al lado del armario empotrado en una pared cubierta de posters de mi equipo favorito de quidditch, las Urracas de Montrose. Esta pared es la que más llama la atención, de la habitación, ya que las demás están cubiertas de estanterías repletas de libros y demás miscelánea. Además, el blanco y el negro de los pósters llaman la atención sobre el azul apagado de las paredes. Hay un aparador con espejo y un armario de cajones donde guardo la ropa interior y las camisetas. La cama, a diferencia de las demás del castillo, no tiene dosel, y en la mesilla de noche reposan un par de libros y mi colección de cromos de magos famosos, los de las ranas.

Encima del baúl reposa la ropa que dejé preparada ayer para no tener que vestirme a toda prisa hoy por la mañana. Me pongo la ropa interior y los calcetines, después unos tejanos negros y una camiseta de las Urracas. Dejo el jersey de punto y el abrigo sobre el baúl, ya me los pondré luego.

Abro la puerta de la habitación, dejo pasar a Axel y le sigo bajando las escaleras para ir a desayunar al comedor. Una vez abajo, engullo los cereales que tenía en el plato y me vuelvo a servir. Acabo el zumo de naranja y, algo nervioso, veo que papá y mamá ya han ido a trabajar.

Tus abuelos entran en el comedor cuándo ya has acabado de desayunar. 

- Tus padres han dejado una nota para ti. Ya sabes que son personas muy ocupadas, pero les habría gustado estar aquí hoy.

La nota reza así:

Querido Brad;

¡Mucha suerte en Hogwarts! Sabemos que lo harás muy bien. Perdónanos por no poder llevarte al tren, pero estos días son un poco ajetreados. Los abuelos te llevarán. ¡No te dejes nada! Tampoco la bolsita de terciopelo del mostrador de la cocina...

Un abrazo muy fuerte,

Mamá y Papá

Cuando acabas de leer la nota tu abuelo te avisa de que saldréis en diez minutos usando la aparición, si es que quieres llevar a Axel al andén. Si no, podéis ir en polvos flu.

Asiento, yo empiezo el curso hoy, pero papá y mamá hace tiempo que ya no están de vacaciones. De todas formas me habría gustado que vinieran.

Asiento, escuchando al abuelo y le digo:

-Mejor una aparición, quiero que Ax me acompañe - digo, con una sonrisa. Acaricio al perro y le pregunto - ¿quieres venir, verdad Axel.

Me levanto para coger la bolsa de terciopelo en el mostrador de la cocina, la que mencionaba mi padre, antes de ir arriba a lavarme los dientes, guardar el neceser en el baúl y vestirme para salir.

¿Qué será? me pregunto, al entrar en la cocina.

Abres el saquito con curiosidad y te encuentras con una pequeña fortuna junto a una tarjetita.

¡El carrito de las golosinas del tren tiene ranas de chocolate!

Vacías el contenido en el mostrador de la cocina para contar las monedas. Cuando acabas sabes que con eso podrías comprar todo el carrito de golosinas...puede que hasta dos veces.

Wooooow, voy a comer mucho en el viaje jeje...

Sonrío abiertamente, guardo de nuevo las monedas en la bolsita y digo:

-Cómo siga sin tocarme Paracelso...

Corro escaleras arriba más animado que nunca. Me pongo el jersey y la cazadora y espero a que suba el abuelo para que me ayude a bajar el baúl. Aunque me gustaría poder hacerlo con magia.

Tu abuelo sube, varita en mano, y entra en la habitación tras picar a la puerta. 

- Hora de bajar el baúl - dice mientras se sube la manga del brazo con el que usa la varita -Fíjate bien en este, es uno de los primeros hechizos que os enseñan en el colegio... - tu abuelo levanta el brazo y está a punto de decir algo cuando se para - Pero no lo intentes aún, o harías saltar la alarma del rastro, y no queremos eso en tu primer día.

Tu abuelo vuelve a levantar el brazo y con un movimiento fluido y claro, pronuncia unas palabras.

- ¡Wingardium leviosa!

El cofre se levanta, levitando como una pluma ante una brisa de aire.

- Seguramente no podrás levantar un baúl la primera vez que lo hagas, pero con el tiempo... - tu abuelo entonces hace otro movimiento distinto con la varita apuntando al baúl - ¡Locomotor baúl!

El baúl entonces empieza a moverse hacia donde indica tu abuelo. 

-¿No esperarías que un anciano como yo empujase el baúl? 

Sabes que bromea y que está mucho más fuerte de lo que aparenta, pero también que nunca ha sido tonto: ¿Porque cansarte con el esfuerzo físico teniendo una varita y sabiendo cómo usarla? 

Bajo las escaleras tras el baúl, ya había visto a mi abuelo o a mis padres hacer lo mismo, pero saber que en unos meses podría hacer algo parecido era algo que me ponía nervioso y a la vez me hacía mucha ilusión.

Cuando llego abajo espero a que baje el abuelo detrás mía y espero en el vestíbulo a que estén todos preparados.

-Abuela, ¿entonces este año no podré jugar todavía al quidditch, no? - pregunto a la susodicha un poco decepcionado en ese aspecto con el colegio.

Tu abuela se agacha un poco para poner su cara a tu altura.

-  No Brad, en eso no podemos hacer nada. Son normas del colegio. Pero tranquilo, estoy segurísima que en cuánto hagan las pruebas para el equipo en tu casa te darán un puesto. ¡Con lo bien que lo haces!

Tu abuela vuelve a erguirse y mira a tu abuelo.

- Entonces, ¿todos listos?

Todos asentís y Axel empieza a ladrar contento. 

- Mervin, tú te apareces con el perro. Yo me encargo de Brad y el baúl. 

Tu abuelo se agacha y abraza a Axel con fuerza para que no se mueva.

- ¡Nos vemos en la estación!

Y dicho esto ambos desaparecen junto a un suave sonido de succión. Tu abuela pone una mano sobre tu baúl y te mira.

- ¿Listo, no te dejas nada?

Me decepciona un poco no poder llevar mi escoba ni tampoco jugar este año, pero bueno, como dice la abuela, ya me cogerán en alguna prueba.

Acaricio a Axel y digo:

-Sí, listo.

Abrazo a mi abuelo con una sonrisa y me despido con la mano antes de que desaparezcan.

-No, ya está todo - digo a mi abuela. A continuación me cojo de su brazo y espero a aparecerme.

No has postedo en largo tiempo y no has dejado ningún aviso de ausencia.

Considera esto un aviso por mi parte.