Partida Rol por web

Creo que mi cara era todo un picasso, pues no entendía nada de nada, pero de todas las explicaciones, me quedé con la última de todas. Tomé mi pluma y pergamino copiando la definición tal cual salió de os labios de la otra chica, esa que había intentado alcanzar en los pasillos, pero que no lo había conseguido.- Voilá... Algo más para estudiar.-Hice un pequeño tachón, junto con un par de flechas para poner mis propias anotaciones y dibujitos (Para que me resultase mas fácil de entender) Pero claro, tonta de mí que no me había dado cuenta de que quedaba uno más por responder.- ¡Repámpanos!

Dejé caer mi cabeza hacia adelante golpeándome ruidaosamente con la mesa, pero no pensé que dolería tanto, pues me llevé la mano a la frente frotándome unos instantes. "Si escuchase... Bueno, quién dice que solo pueda tener una definición, puedo tener dos, claro que sí. Pero si pongo las dos últimas... Quizás ls otras definiciones se celen ¡Entonces! ¿Tengo que poner todas? ¡No me acuerdo de las dos primeras!" Deslicé mis manos por mis mejillas, abriendo mucho los ojos, en un gesto de desesperación. Tras eso tomé aire y me relajé.. Creo que me estaba volviendo loca, sí sí. Miré a Donnie y después su pergamino ¿No había escrito nada? Me froté la nariz suave, para despues, bajando la voz hablar.- ¿Te acuerdas... De las primeras definiciones? .-Pregunté dudosa, en un susurro.

Niego con la cabeza al escuchar la definición de diccionario que dice Lion, al que el profesor responde algo mosqueado. En cambio asiento con la idea que expresa Aelia, y cuando me pregunta el profesor respondo, como había pensado hacer:

-Una poción es un líquido, con distintas características y efectos... - me paro, a lo mejor suena un poco de empollón - que dependen de los ingredientes que usemos y como la preparemos.

Me rasco la cabeza, un poco nervioso.

-¡Bien, bien, bien! - dice el profesor visiblemente entusiasta - En pocas palabras una poción es un brebaje - líquido, bebida, jarabe cómo habéis dicho - cuyos efectos los deciden los ingredientes, la magia y el mago que la prepara. Hay pociones de todo tipo: antídotos y venenos, para curar, para limpiar, para evitar que alguien mienta, para alegrar a alguien...Y otras mucho más serias que aún no veréis, pues sois muy jóvenes. 

Tras asegurarse que todo el mundo está atento, sigue con sus explicaciones.

- La base de toda poción son los ingredientes. Es muy importante que desde hoy empecéis a estudiarlos y reconocerlos, pues equivocaros con los ingredientes puede tener efectos desastrosos. Durante este primer mes vamos a trabajar en un antídoto. - dice antes de quedarse en silencio unos instantes hasta que la idea es comprendida por todos. - Trabajaréis en parejas y deberéis conseguir elaborar este antídoto.

El profesor da la vuelta a su escritorio y se asoma sobre el caldero de olor dulzón.

- Lo primero que tendréis que hacer es familiarizaros con los ingredientes. Hoy nos dedicaremos a eso. La semana que viene os pondréis manos a la obra. A ver, necesito un voluntario...¿alguno?

Copié la otra definición, pero seguía más convencida con la de la otra chica, por lo que le hice una marca para resaltarla. Tras eso me acomodé perfectamente sobre la mesa, con la cabeza apoyada en mi mano, atendiendo a las palabras del profesor Slughorn, al principio consiguió que me perdiese completamente, pero casi al instante me encontré cosa que me hizo sonreír de forma estúpida. ¿Antídoto? Entonces eso era, un antídoto, algo que contrarestaba al veneno de las avispas y abejas. Me revolví sobre el taburete, no estaba cómoda de ninguna manera, con suavidad me arrodillé y después me acomodé perfectamente ¡Ahora sí estaba agusto! No sabía durante cuanto tiempo, pero eso no importaba. Levanté la mano, pero no esperé a que me diesen la palabra, no es que fuera una maleducada, si no que me había surgido una duda dudosa.- Disculpe profesor Slughorn... ¿Qué es lo que pasaría si te equivocas de ingredientes? Quiero decir, sé que las consecuencias nunca son geniales... Pero ¿Cómo memorizar multitud de ingredientes? Creo que tendré un grave problema, porque en ocasiones olvido de llenar el bol de Bach... ¿Y si enveneno a alguien? ¿Y si... Mi caldero explota? ¡Por merlín! -Me volví cambiar de postura, dejándome caer sobre el taburete, mostrándome inquieta y nerviosa. ¡Vale sí! Era mi primer contacto directo con la magia, y no lo llevaba del todo bien.- Disculpa... No debí hablar sin permiso, pero estoy preocupada, muy preocupada...-Me cubrí el rostro con las dos manos, pero suavemente las aparté soltando todo mi aire "Calma pequeña Diane... ¡De peores te has librado!"

Durante los siguientes segundos, permanecí en silencio, dándole vueltas a mis cavilaciones. ¿Voluntario? Salté de mi taburete o más bien me subí sobre el de rodillas, levantando mi brazo mientras lo movía de manera rápida, dando pequeños saltitos.- ¡Yo, yo, yo! Por favor... -Sí, mi voz dejaba ver mi emoción. Era capaz de pasar del nerviosismo a la emoción en cero dos segundos. Lentamente y cómo ese que nunca hizo nada, bajé el brazo, escondiéndolo mientras hacía lo mismo conmigo. Muy suave me senté y me quedé en silencio, bastante escándalo había dado ya.- Perdón...-Susurré nuevamente.

El profesor no parece enfadado por la interrupción de la niña. Es más, parece complacido de ver que está tan interesada en lo que dice y en el arte de hacer pociones.

- Pues siempre depende. De cuánto y cómo te hayas equivocado. A veces simplemente tiene un sabor o una textura nada placenteros, pero a´n funcionan. Otras vez se convierten en desechos sin utilidad - a no ser que quieras pasar un día con dolor de estómago -. A veces puedes, en efecto, envenenar a alguien sin querer, pero es en raras ocasiones y siempre te darás cuenta de que tu poción no está bien. Otras el caldero explota o se deshace, ¡pero no os asustéis! Las pociones de vuestro nivel no son tan peligrosas.  Y para acordarte de los ingredientes hay tres formas: estudiar, practicar y aceptar la ayuda de tu compañero. ¡Por eso estáis en parejas!

Ante la emoción de Diane, el profesor le hace un gesto para que se acerque y coloca un taburete al lado del caldero.

- Ven, sube aquí. Huele esta poción y dime a qué te recuerda. También puedes probarla mojando un dedo. ¡No te preocupes que es completamente segura!

Sentí como todo peso de inquietud desaparecía de mi estómago, dejándome pensar con claridad, cuando el profesor Slughorn empezó a explicarme tranquilamente mis dudas, yo lo miraba sin parpadear ni una sola vez, quedándome con todas sus palabras. Claro que debería retener esa explicación hasta que pudiese apuntarlo pero me di cuenta de que no podría ser cuando mi mayor preocupación pasó a ser el conseguir que en un futuro mi caldero no explotase. Bueno, era igual, después preguntaría en caso de tener dudas Cuando me hizo el gesto para que me acercase , me bajé con suavidad de mi taburete, dejando mi pluma sobre el pergamino. Tras eso miré unos segundos a mis compañeros y sorteé las mesas hasta alcanzar la del profesor. Usando mis manos aparté mi túnica y me subí agilmente al taburete, desde mi posición miré el interior del caldero, cuanto más cerca estaba mayor era ese aroma que tan familiar me resultaba y a la vez tan atrayente.- Ese olor...-Empecé diciendo suavemente- Es a hierba mojado, el mismo olor que cuando llueve una tarde de verano... Pero se mezcla con otro olor, aún más dulce, pasteles recién salidos del horno-Aseguré. Aunque para rearfirmar mis palabras, metí mi dedo índice en el interior del caldero, humedeciendo la yema, tras eso lo acerqué a los labios, probándolo- Es... Raro. Pero sigue recordándome a eso que te dije, profesor Slughorn.

- ¡Muy bien niña! - dice el profesor entusiasmado - ¿A alguno le huele diferente? - en ese mometno la mayoría levanta la mano pero el profesor no pregunta, si no que sigue hablando - ¡Es posible, sí! Muchas pociones tienen esta propiedad tan curiosa. Dependiendo de quién la tome tiene un sabor u olor distinto. ¿Qué cómo es posible? Pequeños, ¿no estamos en una escuela de magia? Las propiedades mágicas de las pociones son inmensas, pasivas y activas. Muchos antídotos, por ejemplo, tienen esa propiedad para ayudar a la persona que lo bebe. ¿Verdad que no os gustan las pociones - o jarabes - añade con una sonrisa mirando a Dharma - que saben a truenos? ¡Por las barbas de Merlín, a nadie le gustan! A veces esa propiedad viene directamente de algunos de los ingredientes, otras tiene que ver con el movimiento de la varita. Ah, por cierto pequeña - dice dirigiéndose esta vez a Diane, que seguía en el taburete - puedes volver a tu sitio, perdona. ¿Por dónde iba...? ¡Ah sí! Esta es la poción que vamos a crear estas semanas. -añade dando unos golpecitos al caldero - Es un remedio para la acidez y el dolor de estómago. ¿Útil, no creeis? ¡No necesitareis remedios con mal sabor nunca más! Vamos a empezar con los ingredientes. El primero y más importante es el bezoar. ¿Alguien sabe lo que es un bezoar?*

Tras perderme en la explicación del profesor interrumpiéndome solo para oler la poción que me huele a pergamino viejo, a chimenea en invierno, a zumo de naranja... me concentro en intentar recordar qué es un bezoar, una palabra que he escuchado más de una vez en conversaciones entre mi padre y mi abuelo, pero que no soy capaz de recordar qué era, ni siquiera el contexto de la conversación en la que lo mencionaban. Miro a mis compañeros, desde Aelia a Lion, esperando que alguno responda.

Parece que ya vamos a empezar a hacer pociones...

Miraba al infinito. No paraba de darle vueltas a que era una poción, una parte de mi pensaba que si atendiera en clase lo sabría, pero la otra quería saberlo sin tener ni idea de pociones... sí, muy lógico todo claro...
Escuché una vocecita al fondo de mi cabeza, era Diane y me preguntaba algo... que sería...? -Hmmm... es muy simpática... y graciosa... sabrá ella lo que es una poción...? -Entonces otra voz distinta de fondo apareció preguntando si sabíamos que era un bezoar... Y levanté la mano corriendo.

Por más que me rebanaba los sesos, no era capaz de acordarme dónde había leído qué era un bezoar. Me puse las manos en la barbilla y apoyé mis codos en la mesa, aburrida. Era una de esas veces en que por más que quisiera no iba a ser capaz de descubrirlo, así que me encogí de hombros un poco y miré hacia la mesa del profesor y donde aún estaba aquella chica llamada Diane. ¡Menuda birria! Me dije a mí misma. Era obvio que los libros jamás lo eran todo, pero en esa ocasión estaba segura de que mi memoria me estaba jugando una terrible pasada. No pasaba nada, eso no iba a ser tan crucial como apuntar lo que es un bezoar y sus cualidades, así que saqué pergamino y pluma y comencé con la definición de bezoar, esperando que alguien tuviera más suerte que yo y se acordara de haberlo leído.

- ¡Oh tú, el compañero de mi ayudante! ¿Sabes lo que es un bezoar?  - pregunta con una mezcla de curiosidad y sorpresa.

-Eh... pues... no, no sé lo que es un bezoar...

Bajé la y me quedé pensativo mirando hacia abajo... "Para que has levantado la mano Donnie...? Eres tonto?"

El profesor frunce el entrecejo y mira con cierta amargura a Donnie.

- ¿Y entonces qué es lo que quieres niño? ¡No nos hagas perder el tiempo, esta es una clase seria! 

Puesto que nadie parecía saber la respuesta, el profesor se decide a darla el mismo.

- Es normal chicos. Muchos magos no saben realmente qué es un bezoar aparte de un ingrediente para las pociones. Lo que es importante que recordéis es que un bezoar tiene unas propiedades muy especiales: es capaz de combatir la mayoría de venenos, y por eso, es uno d elos ingredientes clave en la mayoría de antídotos. El bezoar en sí se obtiene del estómago de las cabras. Es una bola dura que se forma en su estómago cuando ingieren cosas no digeribles, cómo pelo. ¡No pongáis esas caras de asco! Tiene el aspecto de una piedra y no huele a nada, pues está seco. 

El profesor coge algo de detrás del caldero, un cofre tal vez, y os lo enseña. 

- Esto es un bezoar.

Después de enseñarlo en general se lo entrega al alumno más cercano.

- Podéis ir pasándolo y examinándolo. ¡Tomad todas las notas que queráis! El segundo ingrediente que necesitamos para esta poción es una simple hierba que crece en la mayoría de bosques: lavanda. - saca un ramillee del mismo cofrecito y lo pasa igual que el bezoar pero a la mesa contraria. -El tercer ingrediente que necesitaremos son semillas de canela; necesitaremos también la llamada Sisymbrium sophia o Descurainia sophia y por último, una hojas de azotalenguas.

Añade las diferentes plantas al corrillo para dejar que los alumnos las examinen.

Rápida y de una manera tan metódica que a mí me pareció asquerosa, con la pluma comencé a escribir la definición de bezoar, que, al fin y al cabo era un objeto en forma de bola, parecido a una piedra, que se encontraba dentro del estómago de una cabra y que era un ingrediente clave en muchos antídotos. Una vez hube acabado esa definición, dibujé algo parecido a un huevo, aquello que "iba a ser un bezoar" una vez que lo viera.

Después, rápidamente aparté otro pergamino y apunté:

Poción 1: Remedio para la acidez de estómago.

Ingreientes: Bezoar, lavanda, semillas de canela, Sisymbrium (Descurainia) Sophia, y unas hojas de (...)

No era capaz de acordarme del último ingrediente que hacía falta para la poción, así que miré hacia los compañeros de mi mesa. La casualidad había hecho que Dharma volviera a estar enfrente de mí, como en el tren, pero en unas circunstancias muy diferentes. Miré directamente a sus ojos y esbocé una tímida sonrisa, aún adoptando el tono de disculpa que había adoptado un par de horas atrás. Después, le di un golpecito a Brad en el hombro, para llamar su atención. No parecía parecer pesada, pero tampoco quería interrumpir al profesor, por lo que me pareció más adecuado preguntarle amablemente a Brad qué ingrediente era el último que el profesor había mencionado. Como decía mi madre, pidiendo las cosas por favor se tenía mucho ganado.

En cuanto se dirigió a Donnie, cogí un pergamino y mojé la pluma en el tintero, pues no quería perderme nada. A continuación, muy atento y escribiendo todo lo que consideraba de importancia de lo que el profesor decía, fui apuntando los ingredientes en el pergamino, remojando varias veces la pluma en la tinta para escribir más fluidamente.

"Remedio para la acidez del estómago"

Ingredientes:

• Bezoar: Combatir la mayoría de los venenos. Se obtiene del estómago de las cabras.
• Lavanda.
• Semillas de canela.
• Sisymbrium sophia o Descurainia.
• Hojas a...

Cuando voy a escribir el último ingrediente noto un golpecito en el hombro y me giro, mirando a Aelia, que parece querer decirme algo:

-¿Sí? - pregunto, sorprendido, en un susurro.

-Hm...- Me mordí el labio inferior meditabunda. -¿Podrías decirme qué ingrediente es el último que ha dicho el profesor Slughorn, por favor?- Dije, sonriendo timidamente. -No me acuerdo...- Me encogí un poco de hombros, disculpándome y a la vez restándole importancia al asunto. No quería que pensara que era una inútil.

-¡Ahhh! Sí claro... - digo - creo que a dicho Hojas de azotalenguas... Nada, da igual, yo casi me olvido de la definición del bezoar antes...

Sonrío a la chica y me giro, para coger de nuevo la pluma y acabar de tomar nota.

-¡Ah! ¡Muchas gracias! Y perdón por molestarte.- Dije, acabando de apuntar en el pergamino "Hojas de azotalenguas" junto a la descripción. Si tuviera la posibilidad de coger los ingredientes para hacerles un rápido boceto, me ayudaría, pero estaba segura que el libro de pociones era lo suficientemente ilustrado como para no necesitarlo. Con la descripción "huevónica" del bezoar me sobraba. Si algún día tenía interés en quitarme algún veneno del cuerpo, sabía que teniendo un bezoar se arreglaban muchas cosas.

Niego con la cabeza y me vuelvo a girar.

-No es nada... - sonrío y digo - ¿eres mi compañera, no?

Sonreí a Brad, asintiendo un poco. No quería hacer mucho ruido, así que no levanté la voz en ningún momento. La verdad es que me sentía a gusto con los compañeros, pese a que Dharma parecía odiarme, y a Lion no lo conocía, aunque parecía un chico un tanto despistado. Miré hacia el profesor, y después a Brad. -Oye Brad, yo después de la clase me quedaré a hablar un poco con el profesor. Si quieres quedamos en algún lugar después. Podríamos aprovechar para explorar el castillo, si te apetece.- Le susurré, con un tono divertido de voz.