Partida Rol por web

Esta escena la puedes usar de manera atemporal para cosas relacionadas con los juegos, exclusivamente. Es escena de roleo, np de off-topic.

Me acomodé en el asiento cuando Severus comenzó a hablar. No quise interrumpirlo, y me limité a escuchar, y a ser el mejor público que pudiera tener. Me temía que no era un muchacho al que escucharan mucho, por lo que quise hacerle como una especie de regalo atendiendo cada palabra que decía.

Asentía cuando debía de asentir, y soltaba un pequeño “ajá” cuando tocaba. Más de una vez tuve que obligar a juntar mis labios de nuevo cuando quería hacer alguna pregunta sobre un punto que no me quedaba claro, y también tuve que morderme la lengua cuando, en algún momento, quería soltar alguna chorrada por la boca.

Atendí a cada cosa que dijo, y miré a Zoe cuando él también la miró. La sonreí. No dudaba de su capacidad, por lo que me alegré de que se sintiera útil, y que pudiera hacer algo para el equipo.

Miré a Severus, y alcé una mano hacia la altura de mi hombro para comenzar a decir alguna cosilla.

—A ver, dicen que nos dejan llevar pociones…— dejé la frase morir, y miré a Snape con una sonrisa pícara. Si era cierto lo que decían, debía de convencerle de que se dedicara a hacer las pociones que considerara importantes y útiles en aquella prueba—. Bueno, pues… Ya sabes…— hice un gesto con la mano, sonriendo—. Vamos que me han dicho que eres un hacha en pociones, así que, tú te encargarás de hacer alguna, ¿verdad?— y antes de que pudiera responder, continué—. Verdad.

Di un suspiro, y comencé a repasar mentalmente lo que yo misma podría aportar en aquella prueba. No se me daban bien las pociones como a Snape, y buscar en la biblioteca me resultaba exasperante, rallando mi paciencia hasta casi quebrantarla. No. Lo único que pensaba que se me daba bien era el duelo.

—Bueno, pues a mí lo que me gusta, y para lo que creo que soy buena— dije “creo” para fingir modestia, pero, en realidad, me consideraba buena, pero no quería parecer pretenciosa con mi equipo— es el duelo. Me gusta, y puedo hacer un buen papel en él. Lo que no sé es si habrá alguno en esta prueba.

Me terminé encogiendo de hombros. No sabía qué más añadir.

—Mi hermano vendrá a ver los juegos— indiqué—. Me gustaría dar una buena impresión, y ganar lo que sea que se gane— dije, mirándolos—. Severus, pareces el líder— lo miré, sonriente—. ¿Qué crees que debería de hacer? ¿Hacer un repertorio de hechizos? ¿Repasar lo que ya sé? ¿Entrenar en algún lado?— pregunté, mirándolo. Sin desdén, ni querer hacerme la graciosa, sino que, realmente, pensaba que aquel muchacho tenía una mente brillante, y quería saber qué era lo que pensaba. 

- Claro, puedo hacerlas, no hay problema. El único problema es decidir cuáles. Se me ocurre que, siendo un laberinto, a pesar de que ponga que es de puertas, la de ingenio que hicimos en clase nos iría bien. Aparte de eso... no se me ocurre nada. El nombre de esta prueba me tiene completamente confuso. Laberinto de puertas. Puertas...

- Tal vez deberíamos hablar sobre la estrategia para la prueba, también. Si queremos separarnos o estar juntos, por ejemplo. En la prueba pone que no es necesario estar juntos a la salida, pero tal vez juntos es menos peligroso... y hay trabajo en equipo y eso.

Escuché a ambos compañeros. Me alegró saber que Severus estaba de acuerdo conmigo, y sin saber muy bien por qué, aquello me animó, como si necesitara de su aprobación para mi felicidad.

—Podemos interpretarlo de manera literal— dije, encogiéndome de hombros—. Si hay puertas, necesitamos llaves— sugerí, mirándolos de manera alternativa—. O, puede que las puertas se abran con “llaves”— entrecomillé con los dedos, sonriente— haciendo magia. Encantamientos vendrán bien. Y, sí, esa poción que dices, Severus, tiene que venir genial— concedí, asintiendo.

Pensé durante un momento en el comentario de Zoe. Siendo un laberinto, y así era como lo interpretaba yo: de manera literal, pensaba que sería fácil comenzar juntos, pero que, al final, nos obligarían a separarnos.

—Lo mejor será que, en caso de que haya varios caminos para llegar al objetivo, nos separemos— tercié—. Sí, el trabajo en equipo es importante, pero si nos dividimos, podremos salir airosos y tener más oportunidades de éxito— comenté, ensanchando la sonrisa—. Podemos enfrentarnos solos a lo que se nos eche encima, la cuestión es seguir adelante, y alcanzar la salida, o lo que sea que sea el objetivo— añadí, torciendo el gesto—. Poción de ingenio, pues— dije, extendiendo un dedo—. Encantamientos por si se pueden hechizar las puertas y sus cerraduras, o lo que sean— saqué la lengua, al tiempo que extendía un segundo dedo—. Y separarnos si se da la ocasión y no hay más remedio— alcé el tercer dedo, suspirando—. ¿Alguna cosa más?

- Suena bien. - Zoe asiente - Tal vez podríamos usar algun tipo de comunicación...así si uno encuentra la salida y estamos separados, avisa al resto. - también sería útil si estábais en problemas, pero no conocías a Severus y Zoe. ¿acudirían? ¿Acudirías tú?

Contemplé a Severus,  y volví a sonreír con suficiencia cuando me dio la razón o lo que fuera que hiciera con aquel “suena bien”. Miré a Zoe con una sonrisa en el rostro, y pensé que nuestro grupo estaba bastante bien equilibrado. Teníamos la inteligencia de la muchacha, el ingenio de Severus, y mi destreza con la varita. Aunque, debía de reconocer que tenía que autoconvencerme de ello pues la derrota con mi hermano me había dejado un sabor amargo en la boca. Oh, sí había finalmente ganado, pero me había costado horrores.

Él es bueno también, me dijo una voz comprensiva en mi mente.

Yo también soy buena, me contesté, algo irritada. Y debo ser mejor.

Pestañeé varias veces para salir de mi ensimismamiento, y miré los rostros de mi equipo. Asentí para mis adentros, contenta y orgullosa por lo que tenía delante de mí.

—Entonces, poción, o pociones si se te ocurre alguna más, Severus— enumeré, y asentí ante él—. Nuestras varitas, por supuesto— dije, mirando a Zoe—. Y nuestras cabezas. Seguro que eso es lo que más necesitamos— aunque no estaba del todo segura. Tenía la horrible sensación de que, una vez allí dentro en aquel laberinto o lo que fuera, echaría en falta hasta algún oso de peluche de mi cama.

Pensé, entonces, en la señal de la que hablaba Snape, y me llevé un dedo al mentón, pensativa. Miré el techo de la Sala Común, y me encogí de hombros.

—Lanzar chispas, por ejemplo— dije—. Con un código de colores. Verde para indicar que se ha encontrado la puerta final o lo que sea. Rojo si estamos en problemas— sugerí, bajando la mirada hacia ellos—. Porque del hechizo patronus ni idea, ¿verdad?— mi hermano hablaba de él en ocasiones. Lo usaban para mandarse mensajes y demás. No entendía del todo como funcionaba, pero me hacía rabiar cuando chuleaba de lo bien que le salía, y de lo maravilloso que era—. Mi hermano me ha dicho que se pueden enviar mensajes con ese hechizo, pero no sé cómo funciona. Nunca he visto uno— me encogí de hombros.

- Si hay puertas, hay paredes. Si hay paredes y puertas, probablemente hay techo, si no, no usaríamos las puertas. Las chispas no creo que sirvan. Pero... leí de un conjuro en la biblioteca que enseñan para los EXTASIS, el Proteico. Se ve que se pueden conectar objetos para comunicarte.

Me sentí de repente estúpida con el comentario de Zoe. Reí, divertida, y asentí varias veces, dándole la razón.

—Buen razonamiento, compañera— dije, ensanchando la sonrisa—. Chispas…— murmuré, poniendo los ojos en blanco sin poder creerme cómo había podido decir tal tontería—. Madre mía…

Ladeé la cabeza, intrigada por el conjuro del que hablaba Zoe, y revisé mi mente, esperando encontrar algo que sonara a lo que la serpiente decía, pero terminé encogiéndome de hombros, y sonreír.

—Me parece muy buena idea— la señalé, y miré a Severus—. ¿Qué te parece? ¿Aprendemos un hechizo nuevo?— lo pregunté, picándolo—. ¿Te ves capaz?

Reí entre dientes, y me crucé de brazos, echándome hacia atrás, acomodándome en el sillón.

—Poción de Ingenio, hechizo Proteico— enumeré—. Necesitamos algo que llevar con nosotros para hechizar y poder comunicarnos. Un pergamino sucio, por ejemplo— sugerí, esperando el parecer de mis compañeros—. Un anillo para grabar. Algo así— saqué la lengua, quedándome sin opciones. 

- El pergamino es buena idea, pero tendremos que llevar una pluma cargada en tinta - es el equivalente a los bolígrafos muggle aunque con menos tiempo de uso, pero por supuesto, muchos magos desconocen de los bolígrafos - creo que será lo más rapido para comunicarnos. Tal vez con codigos, para no perder tiempo. Un simbolo de exclamacion es para avisar de que se esta en peligro, una cruz que no hay salida, una "V'" de "check" para salida encontrada. Por ejemplo.

Acepté la sugerencia de Severus inclinando la cabeza. Alcé otro dedo en señal de que mantenía la cuenta de todo lo que pensábamos llevar a la prueba, y sonreí.

—A ver— dije, resumiendo—. Pluma cargada de tinta, pergamino para comunicarnos, poción de ingenio, y, por supuesto, varitas— añadí, riendo, sacando la lengua.

Contemplé mis dedos extendidos, y una ola de cierto pánico me abordó. No quería pensar después, una vez la prueba hubiera empezado que nos faltaba algo, algo vital, por lo que decidí dejar la cuenta. Si seguía así, me hubiera parecido que hasta mi baúl vacío podía sernos de utilidad.

—Me parece bien eso de los códigos— miré Zoe, asintiendo, comprobando que ella también estaba de acuerdo—. Es sencillo, y esperemos que si nos mandan enfrentarnos con los demás competidores y descubren el pergamino, lo desechen sin enterarse de nada.

Sonreí abiertamente. Me gustaba aquel peculiar grupo. La muchacha inteligente, el chico talentoso, y la niña nueva. Me hacía gracia pensar que aquello podía unirnos bastante como compañeros no sólo de Casa y de estudios, sino también como amigos. 

- Pues si estamos preparados, voy a ir a buscar el libro en el que leí el conjuro y preparamos los pergaminos.

Asentí ante el comentario de Zoe, y me despedí de ella con un gesto de la mano. La seguí  con la mirada hasta que desapareció de la Sala Común, y miré a Severus, sonriendo.

—Me encargaré del hechizo— anuncié, suspirando, esperando que el conjuro se me diera bien.

Esperamos a Zoe a que viniera de la biblioteca, mientras un silencio se apoderaba de nuestra atmósfera. Miraba a Severus de soslayo, y me pregunté qué sería lo que estaba pensando. Chasqué la lengua, algo cansada, y me levanté del sillón estirando las piernas después de la larga charla que habíamos tenido.

Rebusqué en mi mochila, y sonreí al encontrar unos pergaminos en sucio que usaba para tomar algún que otro apunte. Lo rompí en tres trozos más o menos del tamaño de una cuartilla, y los evalué, pensando que estaban bien para lo que nos proponíamos.

Escuché el ruido de pasos venir, y miré a Zoe con el libro en las manos. Contemplé cómo buscaba el hechizo, y cogí el libro enarcando una ceja, pensando que era la primera vez que hacía un hechizo así.

—A ver qué tal— dije, cogiendo mi varita, y mirando tanto a mis compañeros de equipo, como a los pergaminos.

Me aclaré la garganta, y miré una vez más la descripción del conjuro, las palabras exactas que había que usar, y la posición de la varita.

—¡Proteco!— dije, notando, al segundo siguiente, que había dicho mal el hechizo.

Me quedé con los ojos muy abiertos, sintiéndome totalmente estúpida. Contemplé tanto a Severus como a Zoe, y me sonrojé hasta límites insospechados.

Tonta, tonta, tonta, pensé, queriendo dar cabezazos contra una pared.

—Es broma— dije, tratando de pasar el malo trago—. Ahora lo hago bien— aseguré—. Qué desastre. En serio, se me da bien— indiqué, mirándolos, con una sonrisa algo derrotista por mi parte—. De verdad.

Me aclaré la garganta, y contemplé de nuevo el pergamino.

—¡Prot...!— me corté ante un repentino ataque de tos. De mi varita salieron unas chipas nerviosas, y me acaloré.

Notaba cómo un rubor enorme y caliente me atenazaba todo el rostro.

—Qué desastre— me pase las manos por el pelo y me cubrí la cara con ellas. No me podía creer que hubiera fallado dos veces el hechizo. 

- Empiezo a pensar que me mentiste y que vamos a buscar a otro tercer miembro...

Maté con mi mirada a Severus. O me hubiera encantado poder hacerlo. Realmente, se me daba bien, pero, de esa manera, no lo estaba demostrando, y me estaba comenzando a poner algo nerviosa.

Sentía que los pozos negros que tenía Snape por ojos me taladran la nuca. Y a mí me daban unas ganas enormes de chillarlo, de decirle que sí, que podía hacerlo, que era buena, pero que estaba algo tensa. Aunque, nada más lo pensé, me pareció estúpido.

—No miento— dije, fría, mirándolo fijamente—. Se me da bien. Lo que pasa…— dejé la frase morir, porque, sinceramente, no sabía lo que pasaba.

Arrugué la nariz, y miré los pergaminos. Sabía que podía hacerlo, aunque no lo hubiera hecho antes. Estaba preparada, aunque nunca me hubiera enfrentado a algo así.

Suspiré de nuevo, y murmuré el conjuro:

—¡Proteico!

Sonreí cuando vi que mi varita me reaccionaba por fin. Alcé la vista con una ceja enarcada, algo burlona, y miré a Severus.

—¿Lo ves?— dije, picándolo—. Toma, tu pergamino— le tendí un trozo de pergamino, y lo mismo hice con el de Zoe—. Ya está. 

Zoe amaga una sonrisa ante la "discusión" y coge uno de los pergaminos y una pluma. AL escribir en él, lo que escribe se copia en el resto. Después lo borra con un sencillo conjuro de corrección y se borra en el resto de pergaminos también.

- Pues funciona. - dije sonriente, satisfecha - Creo que entonces estamos listos.

Sonreí abiertamente ante el hechizo. Pero, sobre todo, conseguí exhalar el aire de mis pulmones después de que Zoe comprobara que estaba bien hecho. Realmente, temía que hubiera vuelto a fallar.

—¿Ves?— dije a Snape sacándole la lengua—. Ha salido bien, y funciona. Espero que tú también tengas suerte con la poción— dije, algo burlona.

Me metí mi trozo de pergamino en el bolsillo de la camisa, y sonreí al grupo.

—Pues, creo que estamos, sí. 

Check final

Pergaminos proteico

Plumas escritura

Pocion ingenio

Es todo?

Después de una mañana de estudio, donde yo sola me comenzaba a agobiar con unos exámenes que todavía le quedaban semanas para hacer su aparición, me dije que era hora de comenzar a pensar en la prueba que sí que estaba más cerca.

Encontré tanto a Zoe como a Severus en la Sala Común de Slytherin, y les indiqué con una sonrisa, un pergamino en blanco, y una pluma cargada que era hora de comenzar a hacer planes.

—Bueno, equipazo— dije, entusiasmada, pues recordaba lo bien que nos había ido la prueba anterior—. Vamos los primeros— añadí, dando saltitos estúpidos en el mismo sitio—. Sería genial poder aguantar, y volver a ganar esta prueba.

Dejé el pergamino en una pequeña mesa redonda, y puse como encabezamiento “Ideas para Prueba”.  

—¿De qué creéis que irá esta prueba nueva?— pregunté, pensando en la anterior, y la suerte que habíamos tenido—. ¿Algo que tenga que ver con el Lago?— dije, medio riendo, aunque temía que pudiera llegar a ser cierto.