Partida Rol por web

- Shhhhhhh - les hace a todos para que guarden silencio y no asusten mas a los caballos y estos hagan tanta bulla. Mientras se acerca a su hermano y le pregunta en susurros - la trampilla en la que estaban a donde llevaba? Se conectaran con esta parte del edificio, podrían escapar por ahí o podriamos emboscarlos por ahi? Y la trampilla que ustedes dicen Gláin, donde esta. -

- Esa trampilla no llevaba a ningún lugar, parece que era el lugar de descanso de los guardias de la torre. Debía de llevar mucho tiempo abandonado... - respondió a Lyli - Lo que deberías de hacer cuanto antes es dormir con la daga a ese bandido, atado o no será un peligro si sigue consciente... bueno eso o Gláin al final lo hace papilla.

Tom sacó su honda y la preparó por si acaso.

- Antes... habíais hablado vosotros sobre una trampilla ¿no? - se dirigió a Thataria y a Gláin - ¿Dónde está? Igual hay que mirar haber que hay.

No entendía al Pulgaverde. El varón de los hermanos estaba comentado cosas sobre la trampilla y luego preguntaba donde estaba. - ¿No estará fumando cosa de esa otra vezzzzz... verdad? Pensaba para sus adentros de manera acusadora. Sin prestarle más atención señaló por donde habían pasado. - Por allí.... me enganché mientras cruzábamos para esta zona.

- Perdona Gláin - dijo de forma divertida Tolman - Entiendo que entiendas que no sabes de que trampilla estamos hablando. En la torre, donde estaba el anterior vigilante había una trampilla en la planta baja, y ésta no llevaba a nada. - aclaró Tom sin dar detalles de cómo se quedaron encerrados y obviando más detalles. - Pero... la que tu dices, no veo donde es allí para ti, porque puede ser que no sea el mismo allí que el mío. - Tom vio nuevamente una oportunidad en la que divertirse un poco más - ¿Me muestras donde está? Me gustaría ver que hay "allí" dentro. 

Finalmente Tom soltó una pequeña risa, no se aguantaba más.

- Vamos no pierdan el tiempo - comenta Lily, mientras hace lo que su hermano le dijo, se acerca al bandido y hace que coga la daga e inmediatamente se retira - vamos vamos, los que tengan armas de lejos en la escalera por si viene alguien podere atacar antes, mientras que Glain al pie de la escalera para que corte un par de cabezas si es necesario. - mientras le señala a todos sus posiciones. 

- Voy a mirar la primera puerta, cubranme la retaguardia por favor - dice mientras sigilosamente pega la espalda a la pared norte y se va acercando a la primera puerta, al llegar se mantiene en ella un momento para intentar escuchar algo diferente a los caballos y sus compañeros, si no escucha nada se agacha y mirara por la puerta cuidadosamente. 

¿A dónde vas Lily? Quédate aquí, que probablemente salgan por esas puertas. No bajes del balcón. - Dijo Gallind entre susurros a su compañera mientras tomaba su bastón y lo sostenía con ambas manos. Se preparaba como el resto para la refriega inminente que vendría a continuación. Tenía algo de dudas sobre si habría alguien arriba. - Si es así, espero no puedan bajar ahora mismo debido a esas rocas. - Pensó para si, mientras se colocaba en el borde del balcón sobre la puerta noroeste. Luego volvió a observar a Lily, esta vez con la esperanza de que recapacitara y se quedara con ellos en el piso superior. Bajar era peligrosísimo, y si esos ruines habrían las puertas en sus narices estaría vendida, la pobre. 

Al escuchar que Lily quería bajar a mirar por una de las puertas le dijo, en voz baja.-¡Cuidado Lily! Es mejor esperar desde aquí, y no arriesgarse a bajar y encontrarse con varios de frente.-Mientras tanto, ella continuaba vigilando con el arco preparado, por si alguien salía de alguna de aquellas puertas. Y tratando de escuchar los movimientos/conversaciones de los ladrones.

Ahora parecía que se acojonaban. - Claro, sólo falta que los bandoleros o se escapen o se organicen y nos encierren aquí, o incluso nos prendan fuego.... No pienso quedarme encerrado en una ratonera. De acuerdo que ir a investigar una trampilla, como proponía la Pulgaverde, aún era pronto, teniendo en cuenta que había aún trabajo que hacer. No estaba asegurado el lugar. - Primero limpiemos de bandoleros y luego ... ya rebuscaremos. Empezaba a pensar que estaban siendo atacados sus compañeros por un arrebato de miedo, y el enano ... como enano no podía permitirse ese lujo. - Que la Rilwen y su arco nos den apoyo mirnado desde arriba y Tatharina, y su magia que la acompañen. Hizo un gesto con la mano y empezó a descender. - ¡Vamos!. No podemos quedarnos arrinconados a que nos cacen cuando hemos venido a eliminar el problema.

Había llegado el momento, el combate parecía inevitable y estaban atrapados en este balcón a la espera de que los bandidos hicieran acto de presencia. Contaban con la ventaja de la altura y Tatharina esperaba que eso fuera suficiente para salir todos enteros.

Cuando sus compañeros pidieron silencio, la beórnida acató complaciente y se dedicó a escuchar el ambiente. Su oído no era tan fino como el de los elfos y se distraía con facilidad con los sonidos de los caballos encabritados, pero aun así, como de costumbre, intentaba ser de ayuda.

Os movéis rápido y cada uno decide hacer lo que cree conveniente, sin seguir un plan concreto. Lily recoge la daga que le cede su hermano y se la pone en la mano al bandido, haciendo que éste la agarre. Seguidamente sale corriendo por las escaleras que bajan a la planta baja y se acerca a la primera puerta para echar un vistazo. Gláin, harto de esperar y de discutir sobre trampillas y tramposos, baja tras la hobbit y se pone a su vera para cubrirla. La máscara de madera que lleva puesta da especial repelús, ¡menos mal que vosotros ya la habéis visto antes! Gallind avanza por el balcón, después de prevenir a Lily, y se posiciona justo encima de la puerta noroeste, esperando que los bandidos salgan de allí. El cayado mágico apunta hacia el dintel de la puerta. Tatharina, algo taciturna y callada, se queda en silencio y se acerca a donde Tolman y Rilwen están posicionados, ambos con sus armas a distancia preparadas por si algún bandido aparece. El bandido que está maniatado, amordazado, sangrando por la cabeza y con una bonita daga en la mano, está tirado en el suelo, apoyado en la pared. Los relinchos de los caballos resuenan por todo el edificio y casi no escucháis ya a los bandidos. Una voz sí es audible, femenina, y parece que proviene de la puerta noroeste.

-"¡Broc! ¡Broc! ¿Estás bien?" Dice en alto.

No parece que nadie aparezca, de momento...

Un ligero tufillo a comida te llega desde la entrada que tienes justo debajo. Además, el ruido de jaleo y la voz femenina salen de allí también.

No distingues bien lo que están diciendo, pero crees que están dando indicaciones para preparase para un ataque, tomando posiciones. La voz femenina, humana, también proviene del mismo sitio... la puerta noroeste. No parecen que se estén acercando al salón.

Al acercaros a la puerta noreste, veis una habitación de seis metros de largo por quince de ancho. Está medio metro por debajo del salón y hay tres peldaños de piedra para bajar. La entrada no tiene puerta. El techo está a dos metros y medio de altura. A un lado veis un montón de forraje, seguramente para los caballos.

Les hago una mueca de silencio a mis compañeros. Luego señalo con el dedo la puerta debajo de mi. - Están aquí. - Digo muy suavemente aunque solo sería una frase comprensible para alguien que pudiese leer mis labios. Aferro con ambas manos el cayado, esperando el momento de actuar. Me aseguro de estar posicionado y atento al más mínimo cambio, listo para intervenir en cuanto abran la puerta y salgan a la planta baja. 

Tom vio como Lily había depositado la daga en la mano de ese bandido… “¿Le ha dado la daga? Si, si… lo ha hecho… ¿porqué?” Pensó Tom.

Se acercó al bandido a quitarle la daga y aprovechó a pincharlo para que se quedara bien dormido y no diera guerra… al menos durante un rato.

Ya que estaba con el bandido y había perdido la perspectiva de la puerta aprovechó a verificar que estuviera bien atado y amordazado. Si hacía falta le haría un par de ataos más.

Rilwen creía que las voces parecían provenir de la puerta que se encontraba bajo la posición que Gallind ocupaba. Así que en voz muy baja, y con ayuda de gestos, trato de indicarle esto a sus compañeros, tras ver que Gallind trataba de hacer algo parecido.-Con cuidado, parece que están tras aquella puerta, y que se están preparando para repeler nuestro ataque.-Y con el arco listo, y apuntando hacia aquella puerta, descendió un par de peldaños, no más, aquellas escaleras podían resultar un lugar ventajoso para cubrir aquella puerta con su arco, por si alguno de los ladrones decidía salir por allí. 

A pesar de todo aún tengo un momento para prepararme para la batalla, detrás mio siento a Tolman ir y venir. Al menos es un alivio contar con su compañía en las cercanías. - Tolman, quédate por aquí cuando termines con eso. - Le digo en susurros. - En cualquier momento esto se enciende. - Y me giro por un momento para ver si ha podido escucharme. Acto seguido elevo mi cayado sobre mi cabeza y dando una rigurosa vuelta imbuyo mi ser con un aura mágica. - Sic neorac et sulliban. 

- Vacia - logra mencionar a todos Lily, mientras sabe que tiene que ver la otra puerta, aunque la preocupacion de sus compañeros no la hace ir directamente hacia ella, sino que empieza a caminar en Diagonal, como dirigiendose a la puerta sur. 

Mientras camina va susurrando con su dulce voz para que los caballos no se asusten ni se espanten. 

Parecía que todos estábamos esperando un movimiento del enemigo. Estos instantes previos a la batalla hacían que se te tensaran los músculos y se desbocara el corazón. El ansia por calmar este sentimiento angustiante podía hacerte cometer errores que sin duda los bandidos aprovecharían. 

Tatharina lo sabía e intentaba refrenar este sentimiento a la vez que avanzaba hacia el borde del balcón con su daga en la mano. - Solo tendré una oportunidad, más me vale aprovecharla.