Partida Rol por web

Tom avanza por la primera arboleda, y antes de perderse entre su densa vegetación le hace un gesto a Lily para que lo siga. Sin esperar mucho a ver si se pone en marcha, este se pierde entre la maleza.

Tom avanza sin problemas, con cuidado de no hacer ruido... aunque sigue pensando que ahí arriba, de haber alguien estará bien aburrido.

Una vez alcanza el fin de la primera arboleda, inspecciona los alrededores, por si hubiera algún mirón, ya que se encontraba bastante más cerca, y el riesgo aumentaba. Se tapó bien con su capa gris, y en el momento que el viento cambió en sentido contrario al castillo, avanzó hasta la siguiente arboleda. La cruzó sin mayor problema, y buscó una zona lo suficientemente poblada para cubrirse y pasar desapercibido. Desde ahí se fijó en la muralla, vio unos agujeros por los que él y Lily podrían infiltrarse, otros irían bien, pero esperaba que nadie hiciese el suficiente ruido como para alertar a los bandidos.

"Mmmmm... " - pensaba Tolman - "Tengo que hacerles una seña o algo, volver puede ser arriesgado. Pero si ellos cruzan por aquí, ya pueden tener cuidado, parece que es fácil hacer ruido por aquí..."

Tras esto, volvió sobre sus pisadas en dirección a la otra arboleda, haber si veía a sus compañeros y les hace unas señas.

1. Les señala hacia la muralla, y con sus manos en vertical, las sube y baja varias veces.
2. Hace como que se mete entre sus manos y vuelve a señalar la muralla.
3. Les hace otro gesto, como para que le sigan.

Con estas señas el esperó a que le indicaran que habían entendido algo de lo que les intentaba decir. Cuando vio que el grupo se movía, volvió a cruzar el segundo bosquecillo hasta la otra posición, esta vez dejando el rastro marcado para cuando llegasen que supieran bien el camino que había tomado Tom.

Avancé siguiendo a mi hermanito, siempre pegada a él. De arbusto en arbusto y de arboleda en arboleda. Llegamos a un punto cercano a la muralla oeste, la cual se veía semiderruida en algunos puntos. Había una torre cuadrada en el lado sudoeste, que dominaba esa parte de la colina. Para subir por ese lado costaría bastante, dado que toda la cara oeste estaba en pendiente. Quizás si investigábamos todo el perímetro de la fortaleza pudiéramos ver algún sitio mejor para entrar.

-"Psss, Tolman, vayamos más al norte y demos la vuelta a la fortaleza; puede que haya mejores sitios para entrar. Además, sin conocer toda la extensión del sitio, no podemos hacernos una idea de cómo es y de si hay bandidos vigilando por otros lados." Le dije en susurros.

Él se puso a hacer gestos hacia donde habíamos estado al principio, pero no sabía si nuestros amigos le verían, dado que nosotros estábamos muy bien ocultos. Pero si seguía así, seguro que algún bandido le vería.

-"Hermanito, deja de hacer el ganso, que te van a ver. ¡Sígueme!" Le dije un poco más alto.

Mi vena aventurera me pudo y le indiqué a Tolman que me siguiera. Quería ver lo que había en las caras norte y este de la fortaleza. Luego nos reuniríamos con el resto y podríamos indicarles cómo era todo el sitio.

Había estado algo callado, ya que estaba pensativo. Observaba la fortaleza y buscaba puntos débiles. Estaba claro que llevaba abandonada mucho tiempo, pero es su día tuvo que ser una buena edificación. El camino se perdía en el sudeste, entrando seguramente en el patio de armas a través de una pequeña torre defensiva semiderruida. Otra torre en el sudoeste, más alta, defendía toda la cara oeste y sur de la colina. Estaba bien pensado. Pero... ¿Qué habría en las caras norte y este? Habría que mirar los alrededores para evaluar bien la construcción y ver sus posibles entradas.

-"Tranquila Rilwen, estoy seguro de que esos dos sabrán apañárselas bien; son como dos sombras. Espero que se les ocurra mirar todo el perímetro, así sabremos cómo es todo el lugar." Dije en voz baja.

Cuando Lily le llama la atención, se da cuenta de que está haciendo el tonto... no sabe como pero están tan mimetizados, que es casi imposible que los vean. Entonces Tom decide dejar de hacer el baile del troll que estaba haciendo para responderla.

- "Vale hermanita, rodeemos un poco esta fortaleza... haber si encontramos un sitio mejor por el que pasar."

Y contagiado del ansia de aventura de Lily la siguió por el lateral oeste.

¿Se te ocurre alguna manera de poder descubrir si hay trampas en los huecos de la muralla, Rilwen? - Preguntó el elfo tratando de mantener la voz suave mientras avanzaban. Estaba claro que debían proceder con mucha cautela y a buen recaudo, no sabían que podrían encontrase más delante. - Pues, menudo lío no habersele dicho antes que se fueran. Son astutos, y seguro que estén bien pero me sentiría más a gusto si supiera que tienen todos los pormenores presentes en la cabeza. - Suspiró preocupado y continúo avanzando sigiloso por la espesura. 

La joven beórnida siguió a sus compañeros hacia el bosquecito aledaño. La enorme edificación le trajo dulces recuerdos de su infancia junto a Eliana y se preguntó si el castillo donde creció seguiría habitado o si ahora se parecería a este.

Cuando llegaron a su destino, preocupada por el paradero de sus amigos chiquitos, decidió subirse al árbol más alto para tener una buena perspectiva de la llanura. Desde allí, intento seguir el rastro de los hermanos y, ya que estaba, fijarse en las posibles trampas que comentaban los elfos. Era una ardua tarea pues se encontraban lejos y sus ojos humanos estaban claramente limitados a las distancias cortas.

Decidís avanzar hacia el lado norte de la colina, para ver cómo es la totalidad de la fortaleza. Atisbáis, sin embargo, que alguien pulula entre las almenas de la torre sudoeste. Ha sido solo un instante, pero alguien parece estar allí de guardia. Os arrebujáis en vuestras capas y proseguís camino.

Vais girando por la esquina noroeste, de arboleda en arboleda, escondidos como solamente los hobbits sois capaces de esconderos. Desde el norte, el ascenso hasta la fortaleza es aún más empinado que en el lado oeste de la colina. Grises y envejecidos por el tiempo, los muros del castillo coronan la cima de la colina. Al oeste de la muralla norte, la masa está rota y curvada, pero la sección central sigue intacta. En los lugares donde no están derrumbadas las murallas son de cinco metros de altura. La enorme estructura cuadrada de la edificación principal se encuentra al este del muro norte.

Cerca del suelo, la construcción es sólida, las viejas piedras fueron bien trabajadas y no ofrecen ningún apoyo para pies o manos. A tres metros del suelo, los muros están abiertos en ventanucos para las flechas. Estas aberturas en forma de cruz están a metro y medio de distancia, una de la otra; sus cortes horizontales y verticales miden sesenta centímetros de altura por cinco centímetros de ancho. El muro del edificio sigue intacto hasta dos metros por encima de los agujeros para las flechas, pero la parte superior está en ruinas. En algunos lugares, la ruina mide siete metros y medio de altura, pero la superficie de su filo superior está minada de agujeros. Con su corona quebrada, el edificio parece un gran troll caído.

Os quedáis los cuatro escondidos en el bosquecillo más próximo al que podéis llegar. Los hobbits se han ido hace un rato y ya no habéis vuelto a saber de ellos. Puede que estén tomándose un almuerzo, ya se sabe que la acción da hambre y los hobbits son seres que pueden comer a todas horas. El caso es que os ponéis a divagar sobre lo que podréis encontraros allá adentro y si habrá trampas. Observáis los alrededores de la ladera sur de la colina, su muralla y su torre cuadrada.

Tatharina decide encaramarse a un árbol alto con la esperanza de ver mejor a sus pequeños amigos. La beórnida trepa ágil y no tiene problemas en llegar a lo más alto. Los demás, abajo de ella, tras unos matorrales, ven una silueta en lo alto de las almenas de la torre sudoeste. Solo el elfo no logra divisarla al principio, pero después sigue las miradas del enano y la semielfa y la ve. Tatharina también la ve desde su puesto vigía y se da cuenta de que ésta se ha inclinado un poco en las almenas para intentar ver mejor algo o a alguien. ¡Justamente mira en tu dirección! ¿Te ha visto? No lo sabes con certeza, pero su cabeza y mirada están puestas en donde justamente te encuentras. Abajo, los tres amigos siguen la mirada del centinela y parece converger en el árbol y en la figura de Tatharina.

La inquietud de Tatharina, su buen corazón y la preocupación por los dos hermanos, hizo que esta se subiese a un árbol, quedando expuesta a posibles miradas desde la fortaleza. Y justo en ese momento se fijo en la presencia de alguien en la fortaleza. Tenían un vigía y este parecía que estaba mirando en su dirección, más concretamente hacia donde se encontraba Tatharina. En voz muy baja trato de alertar a sus compañeros, que ya se habían fijado en el centinela.-No os mováis, parece que ha visto algo. Tatharina permanece lo más quieta que puedas.-Pero los nervios y la preocupación a ser descubiertos no ayudaron a Rilwen a ocultarse tan bien como debiese. Tal vez tendrían que prepararse para el combate, tenía su arco y las flechas a mano, en un momento podría estar lista para la acción.

El enano podía ver bien a cierta distancia, pero no mucha, con esta luz. Era complicado que les descubriesen si no hacían ruidos o liaban alguna. Para eso los medianos eran lo mejor con lo que te podías topar ... o lo peor, si estaban en el otro bando. Había que darles tiempo, pero no demasiado, no fuera a ser que enviasen un relevo a los otro dos, o tardasen demasiado en regresar y eso les alarmase. El enano empezaba a mesarse la barba impaciente.

Tolman miró a Lily ante lo que estaban viendo.

- Ufff esto se pone peor de lo que pensaba… sigamos, que tenemos que llegar hasta los demás y decidir por donde vamos.

Seguíamos avanzando en silencio, parecíamos la misma brisa que pasaba entre los árboles. En esta ocasión, el viento nos beneficiaba, soplaba a nuestro favor, lo que nos permitió avanzar raudos y sin ningún tipo de pausa.

Tom ya estaba más relajado y según avanzaba le daba tiempo a observar mejor de lo que pensaba. Quizás el que Lily le acompañase le daba la suficiente seguridad en caso de que se despistase ella le avisara.

Por fin llegaron al otro extremo, el noreste y ocultos en esa pequeña arboleda se detuvieron a echar un último vistazo antes de continuar.

El camino aquí era algo más complicado, pero se podía ir de peñasco en peñasco o de arbolillo en arbolillo sin estar expuestos. La parte norte parecía que estaba en mejor estado que el resto de la muralla que habíamos visto. Además, desde aquí se veía el edificio principal, ya que un trozo de la muralla norte era parte de la fachada del edificio. Seguimos caminando hacia el este, hasta llegar a la esquina noreste.

-"Sí, terminemos de rodear la fortaleza y encontrémonos con los demás. De momento solo hemos visto a uno de esos bandoleros en las almenas de la torre sudoeste y espero que no haya más." Le dije a mi hermanito.

Avanzamos con cautela y me paré en seco, agarré a Tolman y le señalé el balcón que había en una parte el edificio, a unos cinco metros del suelo. Desde esta posición se veía bien*. Se podría tal vez escalar hasta ahí con una cuerda y entrar en el edificio. Mi hermano también se había dado cuenta y ya estaba evaluando las opciones.

-"Sigamos, ya llevamos un buen rato investigando y puede que los demás se pregunten qué estamos haciendo." Dije en voz baja.

Cruzamos la esquina noreste y seguimos avanzando para rodear la fortaleza.

Era probable que aquel canalla nos hubiera visto, tal vez no habíamos sido lo suficientemente prudentes, y las ganas de entrar en acción, nos podían haber traicionado. Y que la beornida se subiese a un árbol podía haberla dejado expuesta a su mirada. Ahora lo importante era tratar de estar lo más quietos posible. Y con movimientos muy lentos, fue preparando su arco. Estaba lejos, pero al alcance de un buen disparo, si les había visto, trataría de que no saldría ileso.

Creo que han visto a Tatharina. - Le susurró a Rilwen. - Deberíamos hacer algo, ayudarle de alguna manera. No podemos quedarnos aquí quietos y con los brazos cruzados. - Continuaba espoleando los ánimos de su amiga nervioso por lo que pudiera pasar. Aun se mantenía de cuclillas entre los matorrales del bosquecillo con el capuchón de la capa tapándole el cabello y las orejas pero no seguiría así mucho tiempo.

A las palabras de Gallind, Rilwen asintió y le dijo en un susurro.-Así es amigo, creo que pueden haberla descubierto y de paso a nosotros. Hay que estar listos para actuar rápido, aunque estamos lejos, creo que podría acertarle con una flecha. Pero no creo que sea suficiente para detenerle.-Y mientras lo decía preparo su arco, aunque sabía que con tan solo un disparo, por bueno que este fuera, el ladrón escaparía y podría alertar al resto. Aun había esperanzas de que no habría visto nada, pero no muchas.

¿Estás segura? Creo que estamos demasiado lejos. - Dijo el elfo, incrédulo de que pudiese acertar desde tan lejos, sin embargo no perdía la admiración en su compañera. - Pues... Aún si acertaras deberías dar un golpe muy preciso para evitarnos más problemas. Mejor mantente alerta pero aún no dispares. E insisto, no creo que nos hayan visto a nosotros. - Señaló sin alejar la mano mucho desde su posición. - No mira en nuestra dirección, parece haber notado algo en la copa de los árboles. - Y ahora señala hacia arriba. - Esa niña es buena escalando, pero creo que nos ha metido en un lio. Oh, ojalá tuviese un hechizo para volverle invisible. 

-No, creo que esta demasiado lejos para mi arco. Solo unos metros, pero a gran altura, por lo que el arco no nos ayudará en esta ocasión.-Y dejo el arco a la espalda, para poder moverme mejor.-Si Gallind, yo también creo que ha podido ver a Tatharina, pero con eso es suficiente para que alerte a los demás de nuestra presencia. Esperemos que haya estado muy quieta, y no este seguro de si ha visto algo o no.-Pero era posible que con solo haberle parecido ver algo, estuviera más alerta y atento. Podría ser más difícil entrar allí sin ser vistos, y entonces las cosas se pondrían complicadas. 

Pues, también lo está, y de sobra, del alcance de mis hechizos. Será mejor que pensemos en algo, y lo pensemos rápido. - Miró hacia arriba, intentando visualizar al menos los pies de la beornida. - ¿Se les ocurre alguna idea para ayudarle a bajar de alguna forma? - Les preguntó con soltura, se sentía a salvo de las miradas del vigía en la espesura. Aunque no por ello dejaba de susurrar y por lo mismo moverse poco entre los matorrales. 

En voz baja contesto a su amigo:-Gallind, en estos momentos lo mejor es que Tatharina ni se mueva, hasta que ese ladrón deje de mirar en esta dirección. Si comienza a moverse para bajar del árbol, seguro que mueve alguna rama, y ella misma, y es más fácil que termine de ser descubierta. Permanezcamos todos quietos, para ver si con algo de suerte, no nos descubre y se queda con la duda de si había alguien o no.-Pero lo cierto es que parecía estar mirando muy atento a la posición en la que se encontraba la beornida. A ver si esta era capaz de mantener la calma y no realizar ningún movimiento. O sería descubierta. Y la alerta sería dada, para ponerles las cosas más difíciles.

Tatharina noto la mirada penetrante del bandido. Es curioso como el cerebro es capaz de captar que está siendo observado aunque los propios ojos no puedan confirmarlo. Seguramente los sentidos del bandido fueran igual de agudos de los suyos y estaba intentando confirmar sus sospechas. 

Con una velocidad sobrehumana y unos reflejos felinos la beornida bajo un par de ramas y se ocultó en la parte trasera del aveto al que estaba encaramada. Allí vio un cuervo posado disfrutando de la brisa matutina y decidió utilizarlo en su beneficio. Le susurró unas palabras que el ave pareció entender y raudo se dispuso a volar en dirección a la fortaleza, graznando alegremente por la explanada. Tatharina sintió como esa sensación incómoda de ser observada se desvanecía a medida que su amigo emplumado se alejaba.