Partida Rol por web

Mientras que Tatharina, Gláin y Lily se quedan en el salón descansando y vigilando a los inconscientes bandidos, el resto de compañeros investigan el sótano de la fortaleza. Allí parecen tener el comedor, las habitaciones y el almacén, donde guardan lo robado. Rilwen va por detrás de Tolman, que es un torbellino buscando y abriendo cofres. La semielfa quiere encontrar algún papel que dé más información sobre estos tipejos y con quién se relacionaban. Gallind, que también está registrando la zona, se centra en ver si algún objeto es mágico.

Después de revisar todas las salas y de rapiñar algunas cosas, sobre todo el hobbbit, los tres os encontráis en la habitación más lujosa, que parece pertenecer a Imledair. En un momento, suceden varias cosas: Gallind y Tolman se dan cuenta de que en la pared sur hay una puerta secreta muy bien disimulada, mientras que Rilwen se pone a investigar los papeles que hay encima del escritorio. Gallind abre la puerta secreta y se introduce en la estancia, mientras Tolman decide abrir el cofre.

Tras la puerta hay un almacén (12) que colinda con la habitación de más al sur (11), parece un antiguo almacén. La sala contiene viejas cestas, llenas de polvo. Parece que el contenido se estropeó con el paso de los años. No parece que los bandidos supieran de su existencia. Una cesta contiene una tetera de metal ennegrecido, envuelta en una tela podrida. La tetera es de plata y es bastante hermosa. En otra cesta hay una caja de madera de talla exquisita, y dentro hay un libro. El libro es muy viejo pero está en perfectas condiciones; su título es 'De la propagación y preservación de las hierbas útiles'. El libro está escrito en oestrón.

Rilwen observa que los papeles y legajos son de las víctimas de los bandidos: libros de cuentas, facturas, cartas, etc. Ninguno es de valor o indican si tienen más contactos con otros bandidos o gentes de Bree; no valen para nada. Viendo que no hay nada interesante, se gira para ver a Tolman manipulando el cofre y oye como este da un pequeño grito.

Tolman se acerca al cofre para intentar abrirlo, pero está cerrado con llave. Saca sus ganzúas y se pone a ello, pero algo le detiene: las palabras de Gallind sobre las trampas. Así que se pones a buscarlas y encuentra una en la cerradura, ¡típico! Pero como es hábil, intenta desactivarla. Manipula con cuidado, pero la aguja salta y se le clava en un dedo. Una pequeña gota de sangre se desliza por su palma. ¡Mira que el elfo lo había predicho! Emite un ligero grito de dolor, a la vez que se empieza a sentir mareado.

No encuentras nada interesante, a parte de la puerta secreta.

Ninguno de los objetos que has intentado analizar son mágicos.

No encuentras nada interesante, a parte de la puerta secreta.

Acertaste la tirada de Percepción y viste la trampa, pero la de desactivar la trampa, que sería la primera que hiciste de Subterfugio, la fallaste. Ahora ya está desactivada la trampa.

No encuentras nada interesante, a parte de lo que han descubierto tus compañeros.

Lo siento Rilwen, ninguna de las espadas es mágica. - Le dice a su compañera de andanzas y continua explorando el lugar. También se guarda el anillo, a pesar de tampoco ser mágico. - ¡Hey, aquí hay una portezuela! - Dice y se pierde en la cámara de los secretos. - ¡Cuánto polvo! Este lugar parece llevar mucho tiempo sin ser visitado. - Se pone a revisar los estantes. - Miren, un libro... ¿Curioso no? - Sale de la sala y vuelve con sus compañeros. - ¿Quieres inspeccionarlo? - Le extiende el libro a Rilwen. Luego ve al pequeño hobbit algo pálido - ¿Tolman, estás bien?

Entonces si la primera es para la desactivación de la trampa me falta una segunda tirada para el cofre, si puedo hacerla.

Te la dejo hecha por si fuera válido y no esperar a que nos pongamos de acuerdo. Si corresponde tenla en cuenta y si no, pues nada, borra el post y listo.

Aquello no era lo que buscaban, tan solo papeles de las víctimas de los robos y asesinatos de aquellos ladrones sin escrúpulos. Pero otra cosa era aquel cofre, que al parecer tenía una trampa. Tolman estaba herido, y aquello podía ser mala cosa, tal vez algún peligroso veneno.

El libro que gallind encontró podría ser de gran interés para la Beornida.-Parece un libro de plantas, supongo que Tatharina estará muy interesada en leerlo. Aunque a la vista de nuestras andanzas, a todos nos conviene aprender algo de plantas curativas, una vez que lo haya hecho Tatharina.-

Dijo esto mientras se acercaba a Tolman, preocupada por lo que podría haberle pasado.-Tolman estas bien, será mejor que vea esa herida Tatharina, podría tratarse de algún veneno. Este cofre se abrirá con una llave que tendrá Imledair, o al menos sabrá donde esta. Así como en que consiste la trampa, y si hay que hacerle daño paa que hable, no tendré piedad cuando la vida de un amigo esta en juego.-

Pero antes de ir a buscar ayuda de Tatharina e interrogar al jefe, echó un vistazo a la habitación secreta que habían descubierto. 

Tenía que haber alguna relación de estos ladrones con alguien del exterior, seguro que con alguien de Bree, pero tal vez con alguien más. Y no habían encontrado ninguna correspondencia, o no habían dado con el lugar adecuado, o no la había, pero ella pensaba que aquello no era normal, tal vez dentro del cofre, y no en aquella habitación, que hasta para los ladrones parecía haber pasado desapercibida.

-Ahora lo urgente es que Umledair, nos diga en que consiste la trampa, para evitar que a Tolman le ocurra algo malo.-Y fue hasta donde estaba el jefe, con muy malas pulgas. Salvar a su amigo y abrir aquel dichoso cofre eran sus prioridades. 

Al enano le parecía que estaban perdiendo el tiempo, y la curiosidad, no era como la de un hobbit, pero, si estaba interesando en el arma que le había derribado de un solo castañazo.

- ¿Dónde está con lo que me machacó el tipo este?

Preguntó curioso. Quería conocer el "trasto", sopesarlo, y tal vez, hacerse con un arma semejante. Estaba claro que no era un mero palo con un clavo en la punta, y era algo más. Se acercó al tipo, y buscó entre las cosas, para ver lo que tenían.

Regresó hasta arriba junto con Tolman y Rilwen. - Toma Tatharina. Hallamos este libro, quizás puedas darle buen uso. Sin  embargo... Tolman no se siente bien. ¿Podrías revisarlo? Parece que algo le ha afectado. - Y observó al pequeño pálido a su lado. 

Luego se aproximó a Rilwen. - ¿Crees que sea sensato despertarle? Quizás con la ayuda de Lily podríamos abrir el cofre sin necesidad de arriesgarnos, y Tatharina podría hallar sin mucho problemas una solución para el malestar de Tolman. - Se quedó observando a su amiga esperando que le regresara una mirada sensata. Luego, tomó la espada de Imledair que ésta llevaba - Puedo intentar discernir sus cualidades por ti Rilwen, pero estoy alcanzando el límite de mis fuerzas. No podré hacer mucho más uso de la magia luego de esto. - E hizo unos gestos y pases mágicos para comprender si en ese acero se escondía algún secreto. Aunque, siendo la espada de "corazón negro", poco bueno podría esperarse de ello. 

Te acercas al tipo que te había tumbado de un solo golpe y le registras. Lleva una armadura de cuero y portaba un escudo y una maza, que parece de buena calidad. Además, en los bolsillos encuentras 3 monedas de plata y 13 monedas de cobre.

Rilwen y Gallind se acercan a Tolman para ver qué tal se encuentra, pero el tozudo hobbit sigue dispuesto a abrir el cofre con sus ganzúas, cosa que consigue tras un buen rato de estar hurgando. Al abrir la tapa, se queda fascinado ante lo que ven sus ojos: un brillante montón de monedas: 106 mo, 1190 mp y 8162 mc, de gran variedad de marcas de acuñación. Mete sus pequeñas manos dentro para agarrar las monedas y nota que hay objetos dentro. Rebusca y empieza a sacarlos.

Hay una daga de factura enana con el pomo lleno de esmeraldas engarzadas y con runas enanas en la hoja; una aguja para atar las capas, hecha de mithril, en forma de ramas cruzadas; un collar de oro, que estaba enroscado en la aguja y un jubón de cuero de talla hobbit.

Rilwen y Gallind se acercan a Tolman para ver qué tal se encuentra, pero el tozudo hobbit sigue dispuesto a abrir el cofre con sus ganzúas, cosa que consigue tras un buen rato de estar hurgando. Está mareado y con ganas de vomitar, pero no cree que corra peligro. Tras levantar la capa y ver su contenido, que está lleno de monedas y ciertos objetos, Rilwen se asoma a la sala oculta que descubrió Gallind y Tolman y se mete dentro para echar un ojo. Descubre una puerta secreta en el muro este, que al abrirla, ve que se abre a un oscuro pasillo. Al parecer, es un túnel de huida de la antigua fortaleza. Unas escaleras descienden desde el dintel de la puerta, pero a unos diez metros está totalmente bloqueado por un derrumbe de rocas.

Tras haber investigado todo lo que hay en el sótano, los tres amigos vuelven a subir a la cocina y hablan de lo que han encontrado con los demás. Ahora hay que decidir qué hacer a continuación y qué vais a llevaros de aquí, si es que vais a llevaros algo. Tenéis a cuatro bandidos atados y dormidos enfrente, más otro más en el balcón y uno en la torre suroeste. Y en la cueva que hay en la colina vigía hay otros dos, junto a Orejas y dos caballos. En el salón hay otros seis caballos.

-Parece que había una vía de escape, pero un derrumbe la ha bloqueado.-Comenta a Gallind y a Tolman cuando regresa a su lado. Luego le enseña la espada de Imledair a Gallind y le dice.-Esta era la espada de Imledair, de un golpe me dejo inconsciente. Podrías mirar si es mágica Gallind.-Tal vez sin ser mágica, fuese una buena espada, capaz de mejorar su ataque contra enemigos normales. 

Iba siendo el momento de que se reuniesen todos y pensasen en sus siguientes movimientos. Rilwen estaba my decepcionada, ante la falta de documentos que indicasen una posible relación de estos ladrones con alguien del exterior. Podría deberse a que no los habían encontrado, o a que no existiesen, pero le parecía muy extraño que trabajasen tan aislados del exterior, aunque no imposible. 

- Muchísimas gracias. Digo con los ojos ilusionados al ver el libro. Paso la mano por su portada polvorienta y me retrotrae a mi infancia junto a mi mentora, ella también consultaba libros como estos cuando yo era demasiado joven para entenderlos. - ¡Me encanta! Y le dedico la mayor de mis sonrisas.

Sonrisa que se apaga en cuanto me hablan del estado de Tolman. Voy rauda a la habitación y me lo encuentro cabeceando de lado a lado y, sin embargo, trasteando con el cofre hasta conseguir abrirlo. - Tan grave no debe ser si aún maneja las ganzúas con tanta destreza. Pienso inconscientemente.

Cuando consigo convencerle de que aparte sus manos del oro por un instante, reviso sus constantes vitales y compruebo que, efectivamente, no era tan grave como podría haber sido. El veneno se le estaba subiendo a la cabeza, pero con un tiempo de reposo y un paño húmedo sobre los ojos se le pasaría en unas horas. Así pues, lo recosté en mi regazo y cariñosamente me dispuse a atenderlo.

Aún así está claro que desconocían su existencia. No es algo de lo que debiéramos preocuparnos. - Dijo Gallind a Rilwen mientras observaban el túnel. - No hay que olvidar que esta fortaleza es muy antigua. Seguro aún esconde algunos secretos. Lamentablemente no debemos demorarnos y deberíamos empezar a pensar en partir cuanto antes. - Concluyó en tono serio. - Hay que ir por los durmientes que dejamos en la torre y en el balcón. Una vez todos juntos, con sus caballos será más sencillo llevarlos por el camino. - Luego vio el gesto de Rilwen que le extendía la espada. - Por supuesto, dame un momento y le echaré un ojo. - Dice, y revisa la espada (aunque me gustaba más lo que puse antes, en mi anterior post). 

Sin embargo nota la preocupación en el rostro de su amiga. - ¿Qué obsesión traes con encontrar más pistas? - Preguntó curioso. - Sabemos, por esos malandrines de Bree que asaltaban los caminos circundantes a lo largo y a lo ancho. Y lo hacían apoyados en la información que esos dos truhánes les conseguían. - Respiró aliviado, sabiendo que habían acabado con la banda. - ¿Tu nariz élfica te dice que algo más se oculta detrás de todo esto? Es solo una banda de ladrones, déjalo estar. Sin embargo, su capitán... Ese tal Imledar, o como se llame, trae un halo oscuro, muy oscuro. - Volvió a ponerse serio. - Ya tendremos ocasión de sonsacarle algo más a ese hombre deshonesto. 

Una vez arriba y habiendo entregado el libro dijo - De nada. - Le regresa la sonrisa a Tatharina. Aunque esta rauda bajó por Tolman, y Gallind bajó detrás. - No hay nada como subir y bajar escaleras para hacer algo de buen ejercicio. 

Una vez debajo, en la sala con el cofre recién abierto. - Bien Tolman, veo que estás más cómodo ahora. - Dijo con una risita entrecortada y algo burlona al verlo recostado en el regazo de la beornida. - Si no te molesta echaré un ojo a estas cosas. - Y se acercó hasta el cofre y lo que había sacado de allí Tolman. 

Tolman se encontraba mareado, ese cofre debía de contener algún tipo de trampa con toxinas o algo similar. La cabeza le daba vueltas, pero el cofre que tenía delante no se le iba a resistir. Siguió intentándolo y con satisfacción escuchó ese clik que tanto le gustaba oír... segundos después cayó al suelo de espaldas con un mareo importante.

Minutos después llegó Tatharina y el que recostase a Tolman en su regazo. Se sentía en la gloria... ese paño húmedo y el calor de la beórnida le reconfortaban y poco a poco se iba sintiendo mejor.

- Por fin se acabo todo esto - comenta Lily un poco mas aliviada, bueno, creo que van a querer llevarlos a todos vivos para que sean juzgdos, no. Vamos a necesitar los caballos. 

- Te dije que tuvieras cuidado Tolman, no estes causando problemas - le comenta cuando le cuentan todo lo que paso abajo. 

- Creo que deberiamos descansar un rato y luego atados y controlados por la daga los llevamos a la ciudad. Creo que ese mapa lo podemos inspeccionar con mas detalle luego en Bree, que opinan - 

Os dais cuenta de que es tarde, el tiempo ha avanzado deprisa y con la tensión vivida no os habíais percatado. Si queréis agrupar a los bandidos, reunir y cargar los tesoros encontrados en los caballos, y descansar para curaros de las heridas, debéis de hacer noche en la fortaleza. Lily es la primera en comentarlo, a lo que todos asentís afirmativamente. Ahora os dais cuenta de lo cansados que estáis: Gallind, Rilwen y Gláin tienen los rostros macilentos. Tolman anda mareado y no cree que esté para viajar, aún con los cuidados de Tatharina. Además, hacer noche en el Bosque de los Trolls no es buena idea, dados los peligros de la zona; así que os dividís en grupos y empezáis a preparar las cosas.

Gallind, junto a Rilwen y Lily, se marchan a buscar a los dos bandidos y sus caballos, que están en la cueva cercana, para traerlos a la fortaleza. Gláin, junto a Tatharina, se encargan de acercar al salón a los restantes bandidos que había dormidos en la fortaleza; mientras que Tolman se encarga de vigilar al resto de ellos. Cuando todos estáis juntos de nuevo, unos os dedicáis a recoger los tesoros encontrados (los más valiosos) y otros a hacer algo para cenar y preparar el campamento. Tenéis cocina y camas para dormir, así que podréis descansar confortablemente, o por lo menos todo lo que se pueda. A los bandidos los herís levemente con la daga mágica para hacerlos dormir continuamente y que no molesten. También vais preparando los caballos para el día siguiente, que partiréis hacia ... ¿? ... (es lo que tenéis que decidir en este post). Al caer la noche, os vais turnando para hacer guardia, pero esta transcurre sin incidencias y lográis dormitar y descansar adecuadamente.

Al amanecer, todos os vais desperezando y os preparáis un suculento desayuno, ya que allí hay bastantes viandas para hacer un banquete. Habéis recuperado parte de vuestras energías y estáis alegres de haber terminado con la banda de Imledair Corazón Negro sin haber sufrido ninguna baja... y eso que estuvisteis a punto de morir. En los caballos habéis montado y atado a los bandidos, uno por caballo. También habéis metido en alforjas los objetos que creéis que son de valor, además de todas las monedas que habéis encontardo. Lleváis un buen tesoro con vosotros. Orejas, contento de estar de nuevo con vosotros, va cargado con las viandas que os harán falta para el viaje que vais a hacer a continuación y que os llevará a ... ¿? ... (es lo que tenéis que decidir en este post).

Cuando estáis listos, salís de la fortaleza por el camino de la torre suroeste. Camino que os llevará a la colina desde la que vigilaban el Gran Camino y donde éste va de este a oeste. La mañana ha traído un espléndido día, como si el tiempo se alegrase de vuestra dicha. El frío viento del día anterior ha amainado hasta dejar paso a una leve ráfaga fresca. El ruido de los pájaros y la fragancia de las flores inunda el bosque a vuestro alrededor. Cuando marcháis una media hora, llegáis al borde del Gran Camino. Os detenéis y os miráis unos a otros, satisfechos y orgullosos de los demás. Avanzáis y torcéis a la ... ¿izquierda o derecha? ... para seguir el camino que os llevará a vuestro próximo destino.

Sabéis que Rivendell está a tan solo un par de días, quizá tres, de distancia de vuestra posición; mientras que regresar a Bree os llevaría unos doce días o más. Al ir cargados no podéis acelerar como cuando vinisteis a este lugar.

También tenéis una misión que podéis cumplir o no... que es entregar el pergamino que Gandalf os dio para que se lo deis a Elrond y que lleva Gallind encima. Le dijisteis que sí lo haríais, pero... como vosotros veáis. ¡Sabéis que contrariar a un mago no es una buena idea!