Partida Rol por web

-Si Oliver ha dejado las drogas. Volvió a decir imitando a su hermana. Seguro que recae en cuanto te conozca, necesitará algo muy fuerte para poder soportar a la listilla de mi hermana, eso sin contar que estará en mitad de un desierto. Abrazó a su hermana más como medida de protección ante una agresión que como muestra de cariño. Aunque Sam y yo siempre te agradeceremos que nos hayas guiado por el camino de la abstención y la buena vida, eres como nuestro maestro Yoda de la drogadicción, incluso a veces hablas como él.

Soltó a su hermana y se rió, antes de que ella soltara su opinión sobre más exnovias que había tenido.

-¡Si! ¡Muchas gracias por librarnos de ella Sam! Dijo con algo de recochineo. Ella hubiera conseguido cargarse al poni rosa, pero tuviste que intervenir y el poni todavía está vivo... Sonrió al recordar a Jennifer Lawrence, aquella si que había sido una relación intensa. Ufff... Jenn... La verdad es que sabía vivir la vida a tope, con ella no había tiempo para el aburrimiento e incluso a mi me costaba seguirle el ritmo en ocasiones. Cuando me ofreció irme con ella a Brasil para vivir en el Amazonas estuve a punto de cogerlo todo y marcharme. Creo que todavía sigue por allí, pero no debe tener conexión de internet amenudo porque casi no actualiza su facebook. Estoy seguro que está hecha toda una exploradora y salvadora de árboles y especies protegidas, aunque ciertamente no tenía un gran sentido del humor y no sabía disfrutar de otra cosa que no fueran las subidas de adrenalina.

Al final la relación terminó con el viaje de ella y cada uno rehizo la vida por su parte, aunque en el caso de Mike todavía quedaba mucho por hacer aún, en ese apartado no había cumplido sus tareas todavía.

-Yo hablo con papá, no hay problema. Tendremos una de esas conversaciones hombre a hombre, es hora de que a ese jovencito alguien le hable claro. Y suerte con el grupo de Facebook... Y por supuesto, se indirecta, Sam y yo estaremos atentos a tus sutiles preguntas para reconducirlos a tus intereses.

Mike miró directamente a la pantalla donde se encontraba Sam y le guiñó el ojo, lo que iba a intentar hacer Mel sería una diversión segura para ellos. Claro que para diversión el mapa que les estaba sacando en aquel momento, lleno de Equis y mases.

-¿Estás segura que el mapa es de Egipto? ¿Sam, te acuerdas cuando hace años Mel se empeñó en que teníamos que dar la vuelta al mundo y nos sacó el mapa de la tierra media? Creo que Saurón todavía se está riendo. ¿Y esta Equis Negra? Dijo señalando un punto en el mapa señalado con una gran Equis Negra. ¿Se supone que es el hotel? Sí, Sam, será muy fácil, no se por qué te preocupas... ¿Ese mapa no está al revés?

Y entonces, sonó el comunicador. Lo miró distraidamente, esperando alguna nueva actualización del Facebook que llevaba un rato demasiado tranquilo, pero vio que era de Estel y lo leyó con curiosidad.

Entornó los ojos cuando lo leyó y suspiró. Sabía por lo que Estel le decía aquello.

Hermanita, ¿que quieres que haga...?Terminó en breve aquí y me esperan en casa. Ellos ya saben que día tengo programada la vuelta. Tendré que decir que me retraso y preguntaran la razón, si no le ha comentado ya algo Sean al respecto cuando ha hablado con papá. Y lo que no voy a hacer es plantarme en Egipto sin que ellos lo sepan. ¿O si?

Arrugó la nariz planteándose aquella pregunta. ¿Sería capaz? ¿Sería capaz de ir a Egipto, al mismo lugar al que habían ido sus padres y los padres de Estel y Omar hacia ya tantos años, llevarse a su hermano, a sus amigos, y no decir nada? ¿Irse a escondidas? Realmente no lo había pensado, ni siquiera se le había ocurrido pensar el albotoro que se liaría si sus padres sabían a donde iban....exactamente.

Les dará algo cuando sepan que vamos a ir a casa de Olam y compañía. Se dio cuenta casi de repente. Con toda la emoción, su trabajo, su hermano... no había caído en ese pequeño, pero gran detalle. No. Recibiría un rotundo no de sus padres a ese viaje. La cabeza le iba a doler de tantas cosas en las que pensar aquella noche. Y si llegaba a conciliar el sueño iba a ser un milagro. Nunca les había mentido pero ¿tendría que ser aquella la primera vez? Tal vez solo será cosa de omitir decir 'donde' vamos exactamente. Egipto es muy grande y ellos no tienen forma de contactar con Fadil pensó mientras esperaba la contestación de su hermano.

No quería mentirles, no le gustaba hacerlo porque nunca le habían dado ocasión de desconfiar. La relación con sus padres se basaba en la confianza y nunca se habían fallado entre ellos. Lottie sabía que los traicionaría si se iban a Egipto sin que ellos lo supieran, pero Estel, y seguramente Omar, no verían con buenos ojos que hablase con sus padres sobre eso. El mensaje de Estel olía a eso.  Porque conforme lo cuente pasarán solo unos pocos minutos en sonarle los teléfonos a Estel y a Omar.... Pero,ir con ellos a Egipto sin avisarles ¿y si ocurre algo? ¡No sabrán donde estamos ni donde buscar! Siempre le pasaba lo mismo. Cada vez que ponía un pie fuera de casa y llevaba consigo a su hermano, se consideraba responsable de él. Y qué decir de Omar y Estel, ya eran mayorcitos y sabían cuidarse solos, sí, pero eso no quitaba que ella fuera la mayor y cierto aura de responsabilidad la embargara cada vez que se embarcaban juntos en alguna nueva aventura lejos de casa. ¡Y mira que sabía que Estel y Omar le daban cuarenta vueltas a ella! Pero no podía evitar sentirse así.  Y los acabo de animar a venir a Egipto, a los tres....

-¡Mierda!-dijo en voz bajita al empezar a sentirse agobiada por aquello.

Mientras que consultaba el enlace que le había pasado su hermana, Sean pudo escuchar como pitaba el comunicador de Lottie.

A los pocos segundos, pudo escuchar bajito, pero claro, como su hermana soltaba un !Mierda! como aquellos que solía soltar cuando algo le preocupaba.

¿Venderte? ¿A ti? No por menos de doce camellos, cariño. Y François no los tiene. Para mí eres lo más valioso que hay en este mundo. Y, perdona que te diga, pero te estás desviando de la conversación. El tema no es con cuantas amigas tuyas... Mira, cuando te pones en ese plan no puedo contigo.

Ya he abierto el link que me mandaste. ¿Qué se supone que tengo que ver?

Sean empezó a leer. Aburrido... aburrido... a punto de caer en coma del aburrimiento...

"Soltero, solo se le conoce..." Espera... ¿Me estás contando que has visto el perfil de este tío millonario y sin compromiso, y te has enamorado? Lottie, háztelo mirar. Imagino que el número de François ya no lo quieres, ¿no? Porque si tienes para apuntar, su número es... ¡LA FOTO!

Aquello era increíble. Empezó a buscar en su móvil para comparar.

Se... se parece al tipo del aeropuerto de Madagascar, ¿es eso? Yo... No sé... La fisionomía de los ojos es un poco distinta... Y no es tan moreno... No puede ser él. ¡La madre que lo parió! Este tipo vino a Madagascar para espiarnos. ¡Es un puto psicópata!

Charlotte esperó paciente a ver si su hermano se daba cuenta de lo que ella quería que viese en aquella página. Si lo veía, vería lo que ella, y si no comentaba nada, es que ella estaba viendo visiones.

-¿Cómo me voy a enamorar de un chico solo por verlo en una página web? Que concepto tienes de mi...¡Cada día me sorprendes más! Y sí, si lo quiero, ¿qué tiene que ver una cosa con la otra? No te hagas de rogar y dame el número de... -y en ese instante escuchó la exclamación de Sean al otro lado de la línea. Lottie dejó casi de respirar al escucharlo, porque eso significaba que él también lo había reconocido. Lo escuchó titubeante, con la duda de quién no se explica lo que está viendo, de la sorpresa de reconocer en aquella imagen la foto de aquel tipo con el que se habían cruzado solo unos días antes. Y se vio reflejada en aquella reacción. Pura sorpresa. Y se dejó contagiar, o más bien, se dejó arrastrar por la corriente de excitación que generó su hermano y que ella llevaba ya un buen rato conteniendo.

-¡Sí!, si tú también lo has reconocido, ¡es él!. No te quería decir nada para ver si tu lo reconocías o no. ¡Y lo has hecho!. Sí, es el tipo del aeropuerto. Lo de los ojos tiene fácil explicación, era un día con muchísimo sol y le tiraste la foto cuando acababa de salir de la terminal, estaría deslumbrado, y supongo que el moreno es algo secundario. Pero te lo digo, lo tuve a escasos centímetros, lo miré a los ojos directamente, dos segundos vale, lo reconozco, pero lo miré, y son los mismos ojos Sean. Conforme más lo miró en la wiki más segura estoy. Envíame la foto, quiero verla –Lottie se tiró en la cama, boca abajo, mirando a aquel tipo en la pantalla de su ordenador. No quería reconocerle a Sean que ella también había pensado que no podía ser casualidad aquel encuentro, no quería alarmarlo- ¡Y esa boca! ¿Quién te ha enseñado a hablar así! –regañó cariñosamente- A ver, vamos por partes, no adelantemos acontecimientos. ¿Has leído toda la entrada en la wiki? Sí, claro que lo has hecho. Así que habrás visto que es uno de los dueños del bufet que tiene contratados a Fadil, a Samantha y a Olivier. Bueno, es más, ¡es que tiene una discográfica entera! Así que creo que lo de Olivier no es algo puntual. Según he podido leer si buscas algo más sobre él, se ha estado dedicando a rescatar viejas construcciones para remodelarlas y convertirlas en hoteles, como ha tenido que hacer en el caso del Castillo de Arena. ¿Qué hacía en Madagascar el otro día? ¿Buscar alguna propiedad interesante para comprar? Si hubiera venido aquí a espiarnos, creo que se llevó un buen chasco porque, que yo recuerde, no lo hemos vuelto a ver desde aquel encuentro en el aeropuerto y, si hubiera venido a la reserva a buscarme, si hubiera preguntado por mí, me hubieran llamado. Pero todos estos días hemos estado en la playa, nadie me ha llamado y al volver a la reserva nadie me ha dicho que un tipo me andaba buscando. Un tipo como ese llama la atención, y nadie me ha comentado nada. Así que tendería a pensar que estaba aquí por negocios, aunque...- ¿debía decírselo? ¿Sí?¿no? por qué no- ...aunque si te soy sincera creo que es demasiada casualidad. Pero no podemos precipitarnos, no tenemos información suficiente. ¿Vale? Yo preguntaré por aquí, por la reserva y ya te contaré.

Hizo una pequeña pausa cuando una idea le pasó por la cabeza ¿Seguiría allí en la isla? ¿Se habría ido ya? ¿Qué habría estado haciendo realmente allí? ¡Intentaría averiguar algo! Aunque imaginar que aún andara por allí la intranquilizaba de alguna forma que no podía llegar a definir.

-Busca más información sobre ese bufet, léete lo que puedas de los demás para que veas que no me he inventado nada. Si quieres te paso los enlaces que he leído yo para que podamos leer lo mismo y después lo comentamos todo. Hace un buen rato les envié un mensaje a Omar y a Estel, los intenté convencer para que vinieran y le dije a Estel que me encantaría ir allí porque teníamos la oportunidad de ver directamente la casa de Olam, la casa donde nuestros padres estuvieron hace treinta años, ¡treinta años, Sean! Y lo que le dije a Estel es que estaríamos allí igual que ellos, pero con una diferencia, y es que ahora esa casa no tenía nada que ver con Olam o su familia. Pero después de leer sobre ese bufet, que por nombre me parecía suizo, o sueco ya no recuerdo que pensé al principio, resulta que uno de sus socios aparte de William es un tipo egipcio. Y él es el que se encarga de todo el negocio en Egipto, por lo que resulta que esa casa estaría en manos egipcias y...¿quien dice que ese tipo del bufet no sea familia de Olam? Yo ya, después de lo que he visto, no me extrañaría que ese tipo fuese hermano o primo de Olam –después de todo el discurso que le estaba soltando, Sean no podía obviar que Lottie y su madre tenían la sana costumbre de explayarse de lo lindo cuando querían- Oye, ¡mándame la foto! Mira que te lo estás tomando tranquilamente, ¡que quiero compararlo con la foto de la wiki! Y ver si en tu foto tiene o no pinta de psicópata...de camino, aunque a mí realmente no me lo pareció en el aeropuerto, justo lo contrario, me pareció un chico bastante educado y...bastante atractivo, ya lo sabes.

El comunicador de Nar comenzó a sonar indicadando que había una llamada entrante. En la pantallita aparecía la cara de Olivier, lo que indicaba que era él el que hacía la llamada.

Nathan dio paso a la llamada.

- Hola, Oli... ¿qué te cuentas? ¿Has visto ya esa "mandanga" sobre la macrokedada en Egipto? Parece que William está montando una buena con su amiguito Fadil. - contestó en tono jocoso.

- Ya lo creo que lo he visto, pero no tiene nada que ver con Will, acabo de hablar con él. Creo que todo esto tiene que ver con la fantasiosa historia de nuestros padres en Egipto, pero ya es coincidencia que aparezcan todos a la vez cuando nosotros vamos allí por un trabajo... No sé, no me sienta demasiado bien que tenga que ver con ese tema, y creo que alguno de nuestros padres puede estar detrás de todo esto. Claro que yo no pienso llamar a mi padre para comprobarlo... Pero igual podías tú llamar a tu padre y preguntarle... así sin que se note, ya sabes... sólo para enterarnos de que va todo esto.

- Para nada... de hecho acabo de hablar con él por otros motivos y cuando le he dicho que me voy a Egipto ha puesto una cara que no veas. Por lo menos el mío no tiene nada que ver con todo esto. ¿Por qué sospechas de nuestros padres? Umm... a mí me huele más a estrategia publicitaria de Will y Fadil. Creo que quieren darle bombo al hotelazo que se han montado y van a aprovechar el rollo de la Mastaba para hacerlo. Reuniendo a los descendientes... el video clip... Sin duda, me decanto más por una estrategia publicitaria del mago de las finanzas que por cualquier otra cosa. Este tipo no se ha hecho multimillonario a base de respeto. Ya verás como usa la idea para captar clientes y, bueno, en definitiva tampoco es que me parezca mal. Por lo menos no demasiado. Creo que puede ser una experiencia interesante. Por mi parte ahora que me he despedido del American Theatre Ballet más me vale tomarlo como agua de mayo.

- ¡¿Qué?! Oye pero... ¿Hablas en serio? ¿Lo has dejado? Joder... ¿Para siempre? ¿Pan-zum y te mando a la luna? - siempre me había hecho gracia esa frase.- Espero que triunfemos con esto... La verdad es que creo de verdad que Will no tiene nada que ver, quiero decir, más allá de que haya reservado esas habitaciones para nosotros, al hablar con él me ha parecido que no tenía ni idea de cómo Fadil había montado todo el tinglao... Que igual me ha engañado, no digo que no, pero... - me quedé un instante en silencio.- ¡Pues que le den por culo al American Theatre Ballet! Tú vales más que esas niñatas anoréxicas y esos posturitas.

Silencio. Al otro lado del auricular, Sean se había quedado mirando fijamente la foto de Willy, atónito y con la mandíbula desencajada. Se pasó la mano por el pelo como si así pudiese pensar mejor, y resopló. Resopló mucho.

Esto es... Sí, claro, te mando la foto. Listo. Oye... ¿recuerdas la otra foto? ¿La de la matrícula del coche? Sabes que si tuviese ese dato te lo enviaría, ¿verdad? Era una foto buscada en google, no llegué a pillar el verdadero coche. Quería meterme contigo. Yo no... Lo siento. Lo siento muchísimo. Ojalá tuviese esa matrícula. Evita los coches oscuros. No te quedes sola ni un momento... ¿Puedes...? ¿Puedes pasar esta noche en casa de alguna amiga allí en Madagascar? Oh, mierda... de verdad que lo siento.

Voy a buscar cosas de Harunn, el socio egipcio del bufete. Yo... Lo siento, perdón.

Sean colgó. Se sentía asustado, indefenso. Como cuando aquel atropello que presenció de niño. Se sentó frente al ordenador y lo encendió. Y se sorprendió de sí mismo cuando las gotas cayeron en sus antebrazos: estaba llorando, y ni siquiera se había dado cuenta.

No tengo tiempo para esto. Tengo que googlear.

Harunn

Aproximadamente 32.800 resultados

Mierda. Esto se va a hacer muy, muy largo.

Lottie abrió la boca, estupefacta y, cuando habló, su voz lo dejaba bien claro- ¿Aquella foto no fue real?...Sean... -y ella se lo había tragado todo, sin pestañear. ¿Por qué era tan ingenua algunas veces? Se giró y terminó tumbada boca arriba en la cama, mirando al techo y respirando hondo- No te preocupes, no me importa, para eso eres mi hermano, para tener más derecho que nadie a tomarme el pelo –intentó bromear a duras penas cuando su hermano comenzó a disculparse, no le gustaba que se tomara las cosas de aquella forma, no le gustaba escucharlo pedir disculpas porque no había por qué pedirlas, había sido una broma y nada más, no había que ponerse tan sumamente serio.

Lo dejó hablar sin detenerlo, porque algo en su tono de voz la había puesto en guardia. Y su intuición, aquella que le fallaba una vez sí y otra también, no le falló en aquel momento cuando su hermano siguió hablando dejándole ver que sus intentos por no preocuparlo demasiado no habían surtido efecto. Y escucharlo a él, a cientos de kilómetros de distancia, temer por su seguridad, hizo que la temperatura de la habitación bajara unos cuantos grados según la percepción de la francesa. Pero no por ella, no por saber que Sean había pensado, igual que ella, que aquel tipo podía andar aún por Madagascar y que ella estaba ahora allí sola, sino porque Lottie no había pretendido insuflar miedo, respeto o lo que fuera a su hermano al comentarle aquello. Solo había querido compartir con él lo que había averiguado, comentarlo con él, buscar respuestas...y solo había conseguido asustarlo. Se sintió fallar de nuevo como hermana mayor. Odiaba aquella sensación y la odiaba más aún porque siempre surgía sin previo aviso, cuando andaba con la guardia baja, desconcertándola totalmente. A los hermanos pequeños había que cuidarlos y mantenerlos al margen de ciertos tipos de historias.

Y, de repente, la voz de Sean desapareció dejándola sumida en el silencio. Sin posibilidad de respuesta, sin posibilidad de tranquilizarlo, de decirle lo mucho que lo quería y lo segura que estaba allí en la reserva aunque no tuviera ninguna amiga a la que pedirle asilo esa noche porque allí no tenía ninguna, porque las personas que mejor conocia eran sus compañeros de trabajo que estaban a escasos metros de ella y porque ¿quién iba a subir hasta allí arriba en plena noche? Un tipo acostumbrado a las oficinas y a las grandes ciudades americanas no casaba muy bien con la plena naturaleza en una noche de luna nueva en una isla desconocida para él.

Cogió de nuevo el comunicador cuando pasaron unos segundos. Miró la pantalla apagada y estuvo tentada de llamar ella misma a su hermano directamente para decirle que estaba exagerando demasiado todo aquello, pero algo le impulsó a no hacerlo.

Tal vez si consulta todo lo que yo he leído por internet se de cuenta de que solamente son una serie de coincidencias, provocadas o no, pero no que tienen por qué ser peligrosas. ¿Por qué deberían serlo realmente? Seamos objetivos...

Y ellos tenían algo a su favor y es que estaban prevenidos, sabían que había lazos que unían a ciertas personas en todo aquello. No iban a ir de ingenuos por la vida, sino sobreaviso.

Lo dejaré que lo lea todo y después volveré a hablar con él. Verá las cosas desde otro punto de vista. Estoy segura.

Pero aún a pesar de todo, ambos habían pensado en la misma posibilidad, en la posibilidad de que William hubiera ido a la isla en busca de ella, o de los cuatro (¿por qué no?). No podía descartar la idea de que aún estuviera allí y de que hubiera ido realmente a hablar con ella. Y si había ido a la isla con esa idea, habría ido a la reserva. Se levantó de la cama lentamente y se colocó el comunicador en la muñeca aún a pesar de que no tenía esa costumbre desde que estaba allí en Madagascar, dispuesta a averiguar aquel detalle. Cerró las ventanas, por primera vez desde que estaba allí, comprobó que Sam estaba profundamente dormido en su nido artificial y cogió una linterna. Al salir al exterior todos los sonidos de la noche de Madagascar parecieron cobrar vida para ella, devolviéndole parte de la tranquilidad que parecía haber perdido en la llamada con Sean, la realidad que la devolvía a una noche más en la reserva, una noche tranquila e inocente como las demás, en apariencia.

Ayudada por la luz de la linterna, caminó por el camino que conocía también después de todos aquellos meses y que discurría entre el resto de cabañitas que conformaban la reserva junto con la suya. La de su compañero Thomas a la izquierda, la de Paulo a la derecha, la enfermería (para humanos y no humanos), y fue andando con paso seguro hacia la entrada del recinto que no era más que una cabaña adicional en el camino en el que se tenían que identificar todas las personas que entraran allí de manera formal realmente. Pero es que allí nadie solía ir hasta aquella zona sin ningún motivo, estaba alejada de cualquier sitio poblado, lo suficiente como para requerir ir unos cuantos kilómetros en todoterreno por un camino en el que nadie en su sano juicio metería su coche privado, y mucho menos en días lluviosos, en mitad de la nada realmente. De hecho, que ella recordara, ningún nativo había estado allí desde que ella había llegado. A nadie de la isla parecía importarles que los lémures estuvieran en peligro de extinción y nadie, salvo los nativos que trabajaban en la reserva, tenían ningún interés en subir allí.

Mientras que recorría la distancia que separaba su cabaña de la de la entrada, su mente estaba muy lejos de allí. Saltaba entre Egipto y Estados Unidos, entre Paris y Londres y entre Londres y Barcelona. Entre el momento actual y hacía treinta años. Entre la realidad y lo que sus padres habían vivido que ahora, más que nunca, le estaba pareciendo real. Ahora era cuando había pasado de ser una historia contada a contar con nombres y lugares que estaban al alcance de su mano. Y cada momento que pasaba, cada pensamiento que acudía a su mente, le abrían nuevos interrogantes.

Cuando llegó a la cabaña, apenas había sido consciente del camino recorrido y se regañó mentalmente, pues siempre había que ir atenta a donde se pisaba cuando se caminaba de noche. Vio luz a través de la ventana abierta y se asomó a ella, pero no vio a nadie dentro.

-¿Didier? ¿Didier, estas aquí? Soy Charlotte –llamó al nativo que, se podía decir, residía en aquella cabaña, pues estaba contratado a tiempo completo para aquella tarea de forma indefinida, desde mucho antes de que ella llegará allí para el proyecto.

Mmmmh... Yasmín. Ahora debería tener 27 años. Qué edad más estupenda. A ver si hay foto...

No, me estoy desviando de mi objetivo. El caso es que Harunn estaba en el bufete antes de los sucesos de la Mastaba, y la mujer es Sadek, y Olam era Al-Hassim y era un hombre. En esta noticia, de cuando asaltaron a mis padres, pone la mansión "del" magnate Al-Hassim. O sea, que el abogado egipcio no es Olam, porque su identidad ya existía de antes. La mujer tampoco es Olam, porque tendría que haberse cambiado de sexo y tal. La hija tampoco es Olam...

Ah, qué mojón más grande. No hay mayor nexo posible que el de una amistad ideológica. Y ese vínculo no puedo encontrarlo en internet. ¡Todo esto es culpa de Lottie! Al final desconfió porque encontró un parecido en dos fotografías. A lo mejor ni siquiera son la misma persona, y ha montado un pollo por nad...

Empezó a reflexionar, o más bien le llegó una corazonada. Sospechó de Hanunn porque era egipcio, y concluyó que era quién estaba detrás de todo esto. Pero... ¿y si todo es una trama urdida por el Americano? ¿Qué motivaciones podría tener para vengarse de los del Club de la Mastaba? Repasó la entrada en wikipedia...

No se menciona a su madre...

Buscó en internet James H. Stevenson. Era posible que la madre de Willy fuese egipcia, ya que si el padre fundó un bufete con Harunn sería posible que el abogado egipcio le presentase a su esposa. Puede que la madre de Willy muriese en el derrumbe de la Mastaba. Y bajo esa premisa, Sean recondujo su investigación.

Estaba sumamente ensimismado en sus búsquedas, el ordenador echando humo. Y su habitación de aquel piso de estudiantes, cerca de la Sorbonne... bueno, echando humo también.

Y, de golpe, el ronquido peculiar del timbre de la puerta. Alguien estaba llamando.

El padre de Nefissa la miraba con los ojos semicerrados, escuchándola con cariño, a la vez que con una plácida serenidad. Alzó las cejas a sus palabras, y sacudió la cabeza.

-Fadil...

...murmuró. Fue sólo una palabra, pero el tono dijo mucho a la mujer, acostumbrada a cazar al vuelo las inflexiones de las escasas palabras que salían de entre los labios de Zahi. Esta vez estaba pronunciada con un ligero aire de resignación, no exento de reproche.

El anciano se levantó y se acercó a la tetera que humeaba. Sirvió tres vasitos, y los fue repartiendo. El té ardía, como era de rigor, y el hombre sorbió ruidosamente, sin añadir nada más.

Nathan rió con ganas. Las expresiones de Oli siempre le resultaban muy cómicas.

- Bueno... tampoco es que haya tenido muchas opciones. En el American Theatre Ballet estaba con una beca lo que significa que no tengo derecho a vacaciones y este viaje... y este contrato, nos va a dar más dinero del que ganaría en el cuerpo de baile en mucho tiempo. Si... quizá sea un suicidio profesional o simplemente se trata de coger el toro por los cuernos. De cualquier modo está hecho. Y, si la cosa sale mal, supongo que siempre puedo volver arrastrándome. 

El bailarín hizo una pausa. Quería cambiar de tema. Había pensado mucho en lo conveniente de dejar el Ballet y le asustaba demasiado como para plantearse ahora la posibilidad de que la decisión no hubiese estado acertada.

- ¿Y tú...? ¿Sales ahora de los ensayos o aún estáis concentrados en pleno "proceso creativo"? Me gustaría tener algo más de material para seguir montando la estructura de la coreografía que conducirá el videoclip. No te preocupes... lo de los tutús era broma. Evidentemente...