Partida Rol por web

Horus - II

El Cairo: "Arrivals" (Cap. II)

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01/02/2015, 23:47
Fadil Jannan

Como si pertenecieran a dos hombres sino una sola criatura bicéfala, dos cabezas se giraron al unísono, cruzando sus miradas con las del trío que entraba a la cafetería. Como si la multitud que abarrotaba el local estuviese compuesta de meros figurantes, sin cámaras ni micrófonos que los siguieran, y fueran ellos cinco las estrellas de una película.

Fadil sintió, casi físicamente, el tirón de las hebras que los unían desde antes de sus respectivos nacimientos, y los habían conducido hasta allí.

Mostrando los dientes en una sonrisa, los miró de hito mientras se acercaba, escoltado por las dos mujeres. Fue Samantha quien, tras un extraño instante de silencio, habló primero. Fadil no pudo hacer otra cosa que seguir en el compás que había iniciado.

—Vuestro no particularmente humilde anfitrión, Fadil Jannan —se presentó, dejando la maleta entre sus piernas y extendiendo la mano para que la estrecharan—. Os doy la bienvenida a Egipto. No es un frío aeropuerto como este el lugar que elegiría para ello si estuviera en mis manos, pero así es el mundo. Confío en que hayáis tenido un viaje cómodo, Oliver y… Nathan, ¿verdad?

Su memoria no era su punto fuerte, pero había recordado el nombre del hombre que se presentó como bailarín, coreógrafo y claque del grupo, fuera lo que fuese aquello.

—Y la radiante belleza a cuyo lado parezco una sombra es Nefissa —presentó a su hermana.

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02/02/2015, 18:31
Nefissa Mahub

Nefissa llevaba un rato en un incómodo silencio. Su rostro había palidecido y sus ojos parecían intranquilos. Mientras caminaban hacia la cafetería se había girado un par de veces. Parecía estar buscando a alguien, pero no con la emoción que mostraba Fadil ante la inminente llegada de los dos artistas, no, más bien parecía preocupada por algo, casi asustada.

Había vuelto a mirar hacia atrás, cuando escuchó a Samantha presentarse ante alguien. Pestañeó, arrancando aquella sensación angustiante de su interior, y deslizó su mirada hasta detenerla en los dos jóvenes a los que Fadil estaba saludando en ese momento. Sintió como sus mejillas se sonrojaban al escuchar sus palabras y una pequeña sonrisa se formó en sus labios. 

Hermanito, no empieces - . Le dijo en un quedo susurro y con un tono de voz que rasgaba la vergüenza. Inconscientemente llevó su mano al costado de su rostro, para comprobar que llevaba bien puesto el velo que cubría su cabello castaño oscuro. - Encantada de conoceros - . Les dijo a Nathan y a Oliver, ampliando suavemente su sonrisa y extendiendo a su vez la mano, para un saludo formal.

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03/02/2015, 13:57
Nathan Morrison

Nathan sonrió sinceramente y estrechó la mano de quienes se la ofrecieron. Aquella vorágine de reencuentros había comenzado casi al asalto de un más que atractivo Fadil, al menos a ojos del bailarín, y su también preciosa hermana; Nefissa. Su sola presencia evocaba cuentos y leyendas… envuelta en aquel recatado velo y con el rubor como carta de presentación. Por supuesto el varón estaba mucho más occidentalizado y, salvo por el color tostado de su piel en combinación con unos inabarcables ojos azules, exóticos hasta el extremo, podría haber pasado por un oficinista más que toma un café del Starbucks en Central Park a medio día. Quizá aquella era en verdad la esencia misma del Egipto al que Oliver y Nathan se entregaban… la mezcolanza. Lo antiguo y lo moderno… lo cotidiano y lo extraordinario.

Luego estaba Sam quien, con su aspecto y su natural desparpajo parecía más una relaciones públicas del propio Hotel más que una de las invitadas. Sam… Sam… ¡ah sí, la amiga de los Yaddow! De hecho, ella había sido una de las instigadoras del grupo de facebook.

- Encantado, Sam… no nos conocíamos de antes, ¿verdad? Recuerdo a los gemelos pelirrojos de cuando éramos más pequeños pero no a ti. Un placer.

Nathan congeló la sonrisa en su rostro y dejó hacer a Oliver. Su magnetismo rompería aquella situación… ese era su don y pronto todos lo verían.

- Er… ¿esperamos a más gente? – comentó el bailarín en tono casual.

Sin darse cuenta, el joven estaba buscando algo con la mirada. Alguien. Y ni siquiera él sabía qué o quién. Tomó el té aromático en sus manos y aspiró evocadoramente el vapor de la infusión. Ahora sí… todo estaba a punto de comenzar.

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06/02/2015, 17:12
Udjat

Sin darse cuenta, el joven estaba buscando algo con la mirada. Alguien. Y ni siquiera él sabía qué o quién. Tomó el té aromático en sus manos y aspiró evocadoramente el vapor de la infusión. Ahora sí… todo estaba a punto de comenzar.

De pronto, aún con la palabra "comenzar" bailando en el subconsciente, sentiste algo. Fue una sensación sumamente extraña, onírica, aunque estaba claro que no te habías tomado nada, ni nadie alrededor estaba fumando algo particularmente denso, ni siquiera Oli.

Pero ahí estaba esa sensación, que si deberías calificar sería como de molesta. Incluso, un paso más allá, empezaba a ser angustiante.

Y la propia sensación te llevó a seguir buscando, algo, alguien. Y lo encontraste. Alguien. Una mirada en unos ojos oscuros, una mirada profunda, inquietante.

Y desapareció.

Nada, nadie. Sólo esa sensación angustiosa, una mirada sin cuerpo...

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08/02/2015, 20:48
Fadil Jannan

Cuando Nathan preguntó si esperaban a alguien más, Fadil no pudo evitar desviar la mirada hacia su comunicador. Estaba a punto de guiar a Samantha hacia el coche cuando recibió el mensaje de Zahira que le avisaba de la llegada de aquellos dos. Si tenía que recoger a alguien más, tendría que improvisar; alguna de las empresas de alquiler de vehículos con garaje en el aeropuerto tendría microbuses.

Espero que no —respondió, jocoso—. Aunque he sido previsor; he vaciado el maletero antes de salir.

Afortunadamente, no brillaba el icono que indicaba la llegada de nuevos mensajes.

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09/02/2015, 15:29
Oliver Booth

- ¡Hola! - tantas caras nuevas me habían puesto de buen humor.- Podéis llamarme Oli, es más corto y mola más - sonreí... aunque aquel comentario había sido francamente estúpido.- Bueno... eh... Sam, seguro que tendrás oportunidad de escuchar algo ¿Quién sabe? A lo mejor te gusta y todo ¡Siempre me hacen falta más groupies! Además Nat es un coreógrafo de primera - le pasé el brazo por los hombros.- Y es un tipo muy serio, no como yo... Pero creo que no me equivoco si digo... si, aquí lo puedo decir... si digo que este videoclip va a ser lo más acojonante que se ha hecho en los últimos... no sé... treint... ¡Qué digo! ¡Cuarenta años de historia musical!

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09/02/2015, 22:54
Samantha Johnson

Estaba entusiasmada con la experiencia, con el viaje y su nuevo trabajo. También, claro está, conocer a los hijos de los miembros que vivieron aquel extraño suceso; pero también algo inquieta por las extrañas circunstancias que fueron) descubriendo a medida que investigaban lo sucedido.

- Encantada, ¿Ethan? Sí, Ethan -Auto respondió- ¿Qué tal el viaje? Espero que bien, el mío fantástico -Escuchó a Oliver y dedujo que era un tipo amigable, lo cuál le valió una sonrisa antes de responder-. No creo que me convierta en una groupie de esas. Apenas tengo tiempo y siempre me pierdo en mi trabajo, o eso dicen los chicos. Por chicos me refiero a Mike y Melissa -Hizo un imperceptible alto antes de proseguir- Tengo unas ganas tremendas de llegar al hotel, pero creo que hay tiempo para coger un café -Dedicó una amplia sonrisa a Fadil-. El arábico es muy bueno pero un poco fuerte... Café, voy a por un café. ¿Alguien quiere?

Con la misma salió hacia la barra de la cafetería arrastrando su maleta. Un buen café. Nada de leche vegana o chorradas por el estilo. Un café caliente y aromático.

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10/02/2015, 20:18
Nefissa Mahub

Tras estrechar las manos de los dos músicos, Nefissa se quedó en silencio. Les escuchaba con una suave sonrisa y un pequeño brillo en sus ojos. Se sentía feliz, feliz por Fadil, que tras tanto trabajo veía cumplido su sueño de reunir a los hijos de los que vivieron aquel extraño suceso. 

Cuando Samantha preguntó si querían un café, Nefissa la miró y negó suavemente con la cabeza. - No, gracias. Me esperaré a llegar al hotel, allí tienen un café mucho más bueno - . Dijo, bajando la voz y mirando de soslayo a Fadil. 

Observó, con una sonrisa divertida, como Samantha se dirigía hacia la barra. - Imagino que estaréis cansados después de tan largo viaje - . Volvió su mirada hacia los dos músicos. En sus mejillas todavía quedaban restos del rubor que las había cubierto tras las palabras de Fadil. - En cuanto estemos listos podemos ir hacia el hotel y allí podréis acomodaros - .

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10/02/2015, 20:55
Fadil Jannan

Fadil contempló a los dos hombres mientras hablaban. Eran hombres. Sin duda, veía en ellos más que eso, pero no podía evitar detenerse primero en ese hecho. Con las mujeres era diferente, podía apreciarlas mejor a primera vista. Le gustaba achacarlo a lo tradicional de su primera educación. Incluso en pleno siglo XXI, algunos hábitos eran difíciles de deshacer.

No podía dejar de notar, sin embargo, que formaban un dúo de particular apariencia. Uno, contenido y grácil como una estatuilla estilizada, el otro desbordado de su propio cuerpo.

—El mismo que tú, por favor. Ni dioses ni hombres han hecho un café del que no pueda disfrutar —aseguró Fadil, risueño, cuando el bicho nervioso volvió a picotear a Samantha, y salió disparada en busca de un café—. Ni siquiera esa agua turbia que se empeñan en echarte en enormes tazas, una y otra vez, en esas cafeterías de New York que parecen sacadas de una vieja película. Aunque si disfrutas del café tanto como yo, te aconsejo probar el Kenia doble A que adquirimos en la última subasta.

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11/02/2015, 12:32
Nathan Morrison

- Er... Nathan. - Corrigió el bailarín algo avergonzado por tener que hacerlo. - O Nat... si lo prefieres.

El joven se había quedado embelesado en sus propios pensamientos. Aquel lugar, Egipto, incluso el propio aeropuerto, siempre todos tan similares entre sí, tan eclécticos, en esta ocasión revelaban cosas. Daban pistas de lo que habría tras aquellos ventanales y aquellas paredes de hormigón y acero.

- Y... bueno, no te preocupes si no acabas siendo groupie de aquí, mi amigo; la súper estrella del rock. Como habrás podido comprobar su ego ya es su propia groupie.

Nat apuntó aquella frase sin intención de herir. Por supuesto. Se trataba simplemente de una pequeña puya a la que ambos amigos estaban más que acostumbrados. En ciertas ocasiones Nathan hacía las veces de hermano mayor de Oliver. O, al menos, de Pepito Grillo.

El bailarín se había quedado prendado de la belleza de aquellos exóticos hermanos. Él, varonil y cosmopolita... pero allí era como ver a un guepardo en su propio hábitat. Y ella, más exótica aún... como un ave rara de plumaje pardo que esconde bellas trazas de mil colores bajo un manto anodino. Eran dos personas como de otro lugar. 

Sonrió para sí ante aquel pensamiento... sorbió su té en silencio y notó como sus músculos se destensaban. Estaba cansado por el viaje. Pero ahora empezaba a vislumbrar que aquello que estaba a punto de vivir, bien valía la pena.

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14/02/2015, 17:37
Udjat

La inquieta Sam, increiblemente, consiguió sortear la primera fila de la cafetería, y pedir los cafés para llevar sin que nadie se le echara a la yugular. Y sin perder el hilo de lo que sus compañeros estaban diciendo.

En un momento ella y Fadil tuvieron sus sendos vasos de papel con los negros brebajes humeantes, sin gota de leche, y a palo seco.

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17/02/2015, 22:31
Samantha Johnson

¿Había cierta timidez o simplemente estaba buceando en sus pensamientos? Fuera lo que fuere Sam asintió con una gran sonrisa para luego, mentalmente, repetir una y otra vez aquel nombre: Nathan. Tal vez por ello no se percató de cómo había llegado tan rápido a la barra, y eso que creyó ver una cola delante.

- Aquí tienes -le ofreció el café a Fadil-.

La actitud de los dos amigos no le dejaba claro si querían disfrutar de sus bebidas un poco más o, por el contrario, deseaban llegar al hotel como ella lo hacía. No pretendía apresurar la situación, pero el café pensaba por sí solo.

- Si no estamos esperando a nadie más podríamos ir saliendo hacia el hotel -Miro a ambos especialmente-. No sé vosotros, pero por mucha primera clase las comodidades que nos esperan serán mejores. 

No iba a entrar en detalles como disfrutar de una relajante ducha, cambio de ropa, picotear alguna cosa y dar una vuelta breve por el complejo. Aunque lo más probable es que hiciera una visita a su nueva zona de trabajo.

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18/02/2015, 13:21
Udjat

De pronto miras el reloj, mientras tomas el café que te tiende Sam, y te preguntas hasta qué punto sabe Umayma que los dos primeros "invitados especiales" han llegado a "su destino". Sam no es una de las personas que a la anciana Madre le interesan, pero los dos amigos del videoclip sí.

Lo más sensato sería ir ya hacia el SandCastle, y acomodar a tus huéspedes lo antes posible. Y, mientras ellos se sitúan, hacerle una visita a Umayma en su guarida subterránea...

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20/02/2015, 01:45
Fadil Jannan

—Por lo que tengo entendido, es merecido —replicó al comentario de Nathan sobre el ego de Oliver.

Fadil enlazó su mirada con la del bailarín durante unos instantes. Aunque daba la sensación de pertenecer a ese grupo de personas que necesitaban alcanzar cierto de grado de familiaridad con los nuevos conocidos antes de sentirse cómodos en su presencia, los observaba con suma atención. Especialmente a él y a Nefissa.

Separó su mirada y la compartió con los demás, sin dejar de sonreír. Hubo un tiempo en el que pensaba que no sería capaz de volver a hacerlo, pero el paso de los años había restaurado la naturalidad a su sonrisa. El rostro de Fadil resultaba extraño cuando ocultaba los dientes.

—Yo estoy a vuestra disposición. Aunque estoy deseando que el Castillo de Arena reciba a sus primeros huéspedes —reconoció antes de dar el primer trago de su café. Caliente hasta quemar el paladar, amargo como las malas noticias y, sin embargo, reconfortante—. Podéis hablarnos del videoclip durante el trayecto. Ni siquiera a mí me han revelado detalles. Me he limitado a asegurarme de que los escenarios del rodaje estén listos y despejados.

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23/02/2015, 15:54
Oliver Booth

- Nah... tampoco es para tanto - dije, quitándole importancia al asunto, tampoco es que fuera tan famoso... pero la entrevista aquella... bueno, con aquello me cubrí de gloria.- Mindblaster ha tenido un éxito modesto, pero por suerte ha llegado a los oídos adecuados. Este videoclip es lo que espero que haga que mi música triunfe de verdad... y ya de paso sacamos el lado salvaje Nat ¡Grrrr! - muevo la mano como si fuera un gato... un gato gay...- En serio, Nat le va a dar el toque que le hace falta, tiene un montón de ideas brutales y todo eso... yo en realidad... bueno, ya se me ocurrirá algo, hasta que no me vea en los escenarios no me vendrá la inspiración... ya sabéis.

Decidí no tomar café, con lo raro que estaba seguro que no iba a ser lo mejor para mi esfínter. Ya me tomaría un whisky o algo así cuando tuviéramos un momento de relax en hotel.

- Estooooo... ¿No había más gente en el grupo de Facebook? - dije, cómo si me hubiera llegado la inspiración divina de repente.- ¿No van a venir?

Fadil parecía tener respuestas para todo, de modo que asumí que podría darme una.

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23/02/2015, 19:58
Nefissa Mahub

Nefissa también sintió que Nathan les observaba fijamente, tanto a ella como a Fadil. Clavó su mirada avellana en los ojos castaños del bailarín y se la mantuvo durante unos instantes, hasta que finalmente la apartó, algo incómoda. 

Pocos minutos después, Samantha regresó con los cafés y expuso su deseo de llegar al hotel, Nefissa le sonrió y miró hacia su hermano, asintiendo con suavidad. - Sí, lo estaba comentando, que en cuanto estuvierais listos podíamos ir hacia el hotel - . Le dijo, repitiendo las palabras que había dicho hacía unos minutos. Pero antes de ponerse en marcha, volvió sus ojos oscuros hacia Oliver. 

- Me gustaría veros ensayar. Nunca he visto a una estrella en directo - . Le dijo y una pequeña sonrisa brotó de sus labios.

Tras eso, volvió su mirada hacia el punto de encuentro y negó con la cabeza. - No, creo que todavía no llegan, ¿verdad Fadil? - le respondió al músico, volviéndose a mirar de nuevo a su hermano y enarcando suavemente una ceja.

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25/02/2015, 00:12
Fadil Jannan

—Cierto. Vendrán, pero no hoy —reconoció—. Alguien, que probablemente podía permitirse pasarse la vida retozando sobre almohadones mientras le ponían la comida en la boca y le limpiaban el sudor entre los pliegues de grasa, sentención “el deber antes que el placer”. Y por eso, nosotros que trabajamos, somos los primeros. Nuestros compañeros que solo vienen a disfrutar, llegarán más adelante.

Fadil no se consideraba un hombre industrioso. Trabajaba porque era necesario; la misma razón por la que había estudiado, casi por la inercia del desarrollo personal que se esperaba de él. Pero en sus comentarios había más caricatura que realidad. Había adoptado el proyecto del Castillo de Arena como suyo. Lo motivaba lo bastante como para sorprenderse agradeciendo las largas horas que le había dedicado durante los últimos meses.

—Pero regocijaos —añadió con un gesto pretendidamente ampuloso—. El Castillo de Arena prácticamente está en marcha, y tenéis a casi todo el personal, incluido un servidor, a vuestra disposición.

Vació el resto del café de un trago.

—Procedamos, pues —dijo, disponiéndose a marchar hacia el aparcamiento.

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05/03/2015, 21:45
Samantha Johnson

Era evidente que no iban a disfrutar de la misma manera las comodidades que ofrecía el hotel, pero tampoco iba a permanecer encerrada en un cuartucho hasta que concluyera su trabajo. Tal vez no podría acceder a todos los lujos disponibles en el hotel pero pensaba darse algún que otro capricho.

- Así es, en breve se unirán más. Mike estaba un poco reacio pero parece animado -añadió a lo que acababa de decir Fadil.

Afortunadamente cerró la boca y evitó proseguir con aquella idea que a los tres había preocupado. No era momento, y lugar mucho menos.

- Sí, procedamos -Dio un sorbo al café.

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21/03/2015, 12:39
Udjat

El "procedamos" a dos voces fue seguido por un ponerse en marcha inmediato. Maletas y bolsas de mano se movilizaron, no había estuches de instrumentos ni nada parecido, eso ya estaba esperando en el SandCastle. Pero aún así el equipaje no era escaso, y costó estibarlo incluso en el enorme espacio del portaequipajes del inmenso y potente vehículo que el Hotel había puesto a disposición de su director. En él los cinco se acomodaron holgadamente, las ventanillas subidas para dejar actuar el aire acondicionado, verdaderamente necesario para compensar la vaharada de calor que les asaltó al salir del refrigerado aeropuerto. Junio, en Egipto, podía ser un horno.

Tomaron la carretera en dirección sur, y Fadil les llevó atravesando la capital, obviando el cinturón que la rodeaba, para que pudieran tomar un primer contacto con la caótica y anciana urbe. El Cairo bullía, seguía haciéndolo, fuera la época que fuera, la hora que fuera. Las siluetas de las cúpulas y los minaretes emergían de entre las edificaciones por doquier, la bruma cálida flotaba por encima de las abarrotadas calles, aromas y sonidos saturaban los sentidos, ya impactados de entrada por el colorido local. El Padre Nilo la hendía, caudaloso, imperturbable.

Pero no era ése su destino, así que salieron de la ciudad y siguieron dejando El Cairo a su espalda. La forma de las pirámides ya se había apuntado entre bloques y palmeras antes de dejarla atrás, y ahora se agrandó. Pero tampoco se dirigieron a ellas. Ni siquiera se detuvieron en Saqqara, tan cerca, tan lejana en el tiempo, con su escalonada pirámide pionera. Y también, como constaba en el recuerdo de alguno de ellos, o en el subconsciente de algún otro, donde se encontraban los restos de una Mastaba que, sin duda, había marcado las vidas de sus padres. Y, por tanto, directa o indirectamente, les concernía.

No, siguieron esta vez hacia el oeste, encarando el desierto, que apareció de golpe, como si hubieran cruzado una línea artificial. El amarillo sustituyó la línea verde de las crecidas del Nilo y cortó el paisaje, marcando un antes y un después abrupto, como venía siéndolo en milenios. La vegetación acabó súbitamente, y la sustituyeron las suaves ondas de las dunas, sucias y manchadas en un principio, pero más y más doradas, altas e imponentes a cada kilómetro que avanzaron.

Un cambio radical... un cambio que explicaba parte del modo de ser de los egipcios, el desierto era rudo... e interminable...

El silencio se hizo el dueño, el azul del cielo, cobalto brillante, sólo volutas de arena que ascendían movidas por el viento dibujaban trazos cambiantes a la vista. Y ellos, claro, atravesando en línea recta el mar de oro, levantando en el inestable camino un rastro de minúsculas partículas como dejaría su estela un buque en el océano.

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30/03/2015, 22:09
Samantha Johnson

¡Pero qué calor! Estuvo a punto de dar media vuelta y regresar a Miami pero, por fortuna, el auto que los llevaría al hotel disponía de aire acondicionado y no tendrían que sufrir aquel bochorno mientras disfrutaba de las vistas que ofrecía la ciudad. Bulliciosa, caótica y exótica. Muy distinto a lo que había presenciado en su vida, y cuando vio las pirámides...

Eran simplemente maravillosas. Sintió pena cuando las dejaron atrás pero sabía que serían una visita obligatoria, como si pudiera abandonar el país sin llevarse aquel recuerdo a la cosmopolita ciudad donde vivía. Anticipó que iba a sentirse ínfima, una mota ante la grandeza. Lo mismo pasaría ante otras obras magníficas, pero... ¿qué sucedería cuando, como tenía pensado, visitaran lo que quedaba de la Mastaba? Lo único que podía hacer era mostrar su apoyo si la situación abrumaba a los gemelos, pero conociendo a Mike sería él quien animara a todos.

Ahora tocaba disfrutar de la naturaleza en estado puro. Las dunas eran... Sin palabras. Tal vez, dentro de unos días, se aburriera de tanta arena, pero ahora estaba ensimismada con los claro oscuros de las montañas de oro. No hacía falta hablar cuando su mirada soñadora lo decía todo.