Partida Rol por web

Andaba a lado de esa gente agradable pensando en dónde dejar la maleta, preocupada a la vez si el pelo tenía buen aspecto después de tantas horas en ese odioso avión. Si iban a volver el día siguiente al aeropuerto, no tenía sentido cargar con la maleta por todo París. Seguramente había una consigna para dejarla. Mientras miraba, algo pasó con la música que aun estaba escuchando, pero en volumen muy bajo. Por alguna razón empezó a oír algo diferente y no solo eso. ¿Se había equivocado de pastillas? Mike le había cambiado un analgésico por un diurético un día que tenía una cita con un tipo que no le agradaba mucho, y en realidad tenía razón, el tío era un impresentable, pero nunca jugaría con algo tan serio.

Poco a poco se sentía cada vez más raro, más molesta. Buscó a su hermano y empezó a andar hacia él, sin dejar de observar lo que pasaba a su alrededor. Al final todo acabó con una mirada que se fijaba en ella. Levantó la mano para atraer la atención de su mellizo y cuando quiso abrir la boca y preguntarle si a él le pasaba algo, todo desapareció. No pudo evitar sentir un escalofrío por todo el cuerpo y tampoco se acordó de guardar la maleta hasta que ya estaban fuera.

- Vaya, teníamos que haber dejado la maleta en la consigna, tengo algo de ropa en la maleta de Mike, nunca se sabe que puede pasar y vale más estar preparada. Pero si cabe…

Luego reflexiono sobre lo que estuvieron hablando por el camino. Su mente lo registró todo, aunque no tuvo la capacidad de responder.

Sobre los sitios que ver, en realidad no quiero fastidiar a los chicos. La verdad es que soy una amante del arte y podría pasarme la vida por los museos, sonrió inocentemente, por eso la he guardado. Además, necesito divertirme, así que os dejo elegir, pensó un segundo en lo que dijo y se vio en un partido de fútbol, te dejo elegir, rectificó, Charlotte, los lugares por donde podríamos pasar la tarde. Incluso parte de la noche, ¿por qué no?, me vale con cualquier lugar que no sea de música latina, miró a Mike para no perderse su reacción, mi hermano casi siempre me lleva a uno de esos sitios y, la verdad sea dicha, no me va mucho ese estilo. Y te agradecemos mucho tu hospitalidad, vuestra hospitalidad, rectificó para incluir a Sean también. pero creo que el piso de chica soltera me vale más que el apartamento de chico estudiante.

Al ver el coche de la pelirroja solo pudo pensar en una cosa “espero que sea ecológico”. Guardó su comentario para sí, junto con otros de tipo “que no tenga animales en su piso y tampoco especies raras de plantas”. Sentía aun el picor de una alergia que le dio las plantas que tenía su madre en un tiesto y con el que ella la quiso ayudar.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el gesto de Mike. Más de una vez ella o Sam habían recibido mails falsos de todo tipo. Con el tiempo llegó a fijarse en los pequeños detalles y ya no la engañaba tan fácilmente. Además, trabajando con la policía era fácil saber de dónde venía un correo electrónico. Aun así, si su querido hermanito se empeñaba y se lo curraba un poco, no tenía más remedio que picar. Sonrió y le guiñó un ojo agradeciendo que por fin había madurado y guardaba sus bromitas para momentos como ese. ¿Y qué pasará cuando lleguen a Egipto? Eso seria aun más divertido de ver.

Ya estaban en el coche y Mel pudo disfrutar del asiento delantero junto a la hermana Dunne y con la canción que sonaba en la radio pudo despejarse del todo y dejar de pensar en la extraña sensación que tuvo en el aeropuerto. Sabía que en cualquier momento podía ponerse en contacto con algún amigo y que miraran todas las grabaciones posibles para buscar a aquella persona… ¿Qué persona? Solo fue una mirada. Suspiró, sonrió y solo pensó en las vacaciones que tenían por delante.

-Ah!! Ok. Pero no creo que haga falta, entramos perfectamente los cuatro, yo puedo llevar mi maleta ¿a colo? ¿Lo dije bien?

Mike temió por unos instantes que el email no le había llegado o que se había equivocado de dirección, cosas que pasaban a veces por las prisas, pero Sean finalmente encontró el mensaje entre su correo no deseado.

-A veces pasa con algunos mensajes, probablemente fue un fallo de su servidor de correo.

Mike estaba a punto de contarle un sinfín de posibilidades técnicas de lo que podía haber ocurrido cuando escuchó a Sean gritar. No pudo evitar sonreír a las chicas y encogerse ligeramente de hombros. Sabía que a su hermana no le gustaría los motivos que le había dado a Sean para ir, pero algo tenía que hacer y a fin de cuentas había funcionado.

"Tienes mucho talento, lástima que siempre lo utilizas para hacer chorradas."

Esa era una de las frases favoritas de Mel, pero que iba a hacer, tenía un don y debía aprovecharlo. Además la super lista e inteligente podía haber intentado otra cosa si ese plan no era de su gusto.
Mike miró las fotos que Sean le enseñaba al ritmo de la música que sonaba por la radio del coche y asintió a sus comentarios. Le daba igual si eran egipcias o lituanas, el caso es que habían sido capaces de convencerlo para que se uniera al viaje.

-No están nada mal, tienes razón. Lo primero que deberíamos hacer cuando lleguemos es preguntarle a Fadil por esto, no quiero perderme ni una sesión. Lo que no quería perderse era la cara de Fadil, por su culpa había tenido que cruzar medio mundo para acompañar a su hermana en un viaje que seguía considerando peligroso. Y lo del traje... Yo me vi todas las películas, soy un gran fan. Las primeras son de mucho antes de que naciéramos y quizás no sepas que en realidad las tres primeras películas son la cuatro, la cinco y la seis. En una de ellas la princesa Leia acaba prisionera del cazarrecompensas Jabba el hutt, que la hace su esclava y digamos que durante esas escenas iba con ese bikini. En su época fue todo un icono sexual y que tu novia se vistiera así para recibirte era uno de los mayores deseos eróticos de aquella. Aunque a mi tampoco me importaría que me recibieran así, supongo que hay cosas que no pasan de moda.

Seguro que Mel estaba encantada con todo ese tipo de historias frikis y comentarios sobre mujeres en bikini.  Se sentó atrás al lado de Sean y dejó a las chicas delante. Ahora tocaba disfrutar de Francia, aunque tuviera que cargar con la maleta encima.

-¿Dijiste que habías metido algo de ropa en mi maleta? Ahora comprendo porqué pesaba tanto, en casa estaba más ligera... Y mucho mejor llevar la maleta grande con nosotros, no quiero ni imaginarme que pasaría si desaparece ese armario con ruedas. ¡Bien Charlotte, pues sorpréndenos con París!

La empatía de la que Lottie disfrutaba, y a veces sufría, la alertó de que a la joven melliza le sucedía algo anómalo. La notó... molesta. Extraña, a pesar de que no la conocía a fondo. Fue una actitud momentánea, algo fugaz, en el aeropuerto.

Y se dio cuenta de que Mel buscaba, o quizá correspondía, una mirada, o una sensación.

¿Qué era lo que había turbado por unos segundos a la recién llegada?

Sean asintió a las palabras de Mike como si le comprendiera, pero sin comprender. Aquello de que las primeras eran la IV, la V y la VI debía ser un problema de idioma, que Sean no había entendido bien el inglés. Por lo demás, sí, confirmado, Mike era un friki pringado. Pero de físico no estaba mal. Salía perdiendo al compararlo con un harén de lituanas paliduchas, claro, pero en Francia aquel pajarillo pipiolo y su inglés de acento mucho más relajado que los vecinos de las islas... Mike tenía muchas posibilidades de ligar en París. Y en realidad en cualquier lugar en el que no metiese la pata hablando de cosas frikis.

Podía imaginarse la triste vida amorosa de aquel tipo en Estados Unidos... Un país en el que se casan entre parientes y tocan country. Y la pariente de Mike era Melyssa, pero Melyssa se había echado un novio policía, con el que en aquel baile incestuoso de las sillas que se jugaba en Estados Unidos, el culo de Mike se había quedado sin silla. Le miró a su lado abrazadito a su maleta como si fuese la única mujer a la que fuese a abrazar nunca. Un pajarillo virgen, como lo fue Sean hace años.

Te comprendo, tío. Te comprendo-y le pasó el brazo por el hombro en gesto fraternal.

Un gesto fraternal, en Francia, dura cuatro segundos. Besos, abrazos... lo que sea. Aunque al no ser francés y no cumplir con los cánones, Sean lo rebajó a tres segundos para que no se malinterpretase. En medidas anglosajonas, siete acres. Luego, retiró el brazo y se dirigió a su hermana en francés por muy prohibido que lo tuviese.

Lottie, cuando dejemos las maletas tenemos que llevar a Mike al Pigalle-bromeó.

El Pigalle es el barrio de sex shops y prostíbulos, incluídos el Moulin Rouge, aunque el Moulin Rouge se salía de presupuesto y al final los que no son turistas se contentasen con ofertas más económicas.

Mira qué carita tiene Mike... Parece un cachorrillo... Y tu eres una ultraecologista, ¿verdad? Pues salva al pajarillo de Mike... quiero decir... al cachorrillo.

Charlotte sonrió al ver la reacción de Mike al ver su coche. Le encantaba ver ese tipo de reacciones, le recordaba a ella misma la primera vez que vio ese modelo de coche en una exposición y decidió que quería tener uno de esos.

-Claro que sí, hace buen día y siempre podemos parar y ponerla de nuevo si tenéis frio-le contestó dándole directamente al botón que activaba el mecanismo de apertura de la capota-Ummm... digamos que tiene muchos Mike, pero es seguro, está recién revisado así que no os preocupéis, no os llevaría en un coche con problemas-dijo sin dejar de sonreír mientras que le daba al contacto y el coche arrancaba sin ningún tipo de problema.

Esperó a que la maleta grande estuviera bien situada en el maletero y este estuviera cerrado, y que cada uno se acoplara en uno de los asientos. Evidentemente, la maleta pequeña acabó entre su hermano y Mike compartiendo espacio en el asiento trasero. Y cuando todos tuvieron sus cinturones de seguridad abrochados se dirigió segura hacia la salida del parking y, en pocos minutos, estaban circulando por la autovía en dirección a París.

Conducía en silencio mientras escuchaba hablar a su hermano y a Mike. ¿Un correo con actividades en el hotel? Intentaba hacer memoria y recordar haber leído algo semejante, pero le era imposible acordarse de ello. Pero Mike  hablaba con tanta seguridad y su hermano parecía estar leyéndolo en aquel preciso instante, que pensó que igual que a su hermano no le había llegado en su momento, a ella tampoco.

Algún problema con los servidores franceses de correo o vete tú a saber qué...

-¿Hay alguna actividad para visitar algún templo o alguna excursión nocturna? Lo que estáis leyendo entiendo que son las actividades que el hotel tiene, pero no tienen por qué ser las que posiblemente podamos hacer por nuestra cuenta o a lo mejor Fadil nos ha preparado alguna especial-sugirió lo que llevaba tiempo pensando. Había tantas cosas por ver y  hacer en Egipto que las posibilidades para los días que iban a estar allí eran casi infinitas-¿Van vestidas como Leia en Star Wars? ¡No me lo puedo creer! ¡Con lo bonitos que son los trajes de la danza del vientre! –rompió a reír al escuchar a Mike- ¿Eso era un icono sexual de aquella época? Vale, vale... ¡me doy por vencida! Eso explica mi éxito con los chicos, ¡nunca os entenderé! –dijo negando rotundamente con la cabeza sin dejar de reír mientras adelantaba a un coche que, sorprendentemente, iba más lento que ellos, y pensando que, por qué no, que un Han Solo la recibiera un día en casa tampoco estaría nada mal... ¿no?

Pero en mitad del adelantamiento se encontró mirando a Sean por el retrovisor del coche, solo un instante, pero su comentario le había producido aquella reacción. Cuando se dio cuenta de que su hermano estaba hablando en francés, devolvió la mirada a la carretera, llamándose a ella misma tonta por dejar que aquellos comentarios la distrajesen. Cuando la maniobra terminó, miró de nuevo por el retrovisor, pero esta vez a Mike. No pensaba que fuera exactamente el chico al que había que llevar al barrio de marras para que espabilara, ni tampoco su hermana, pensó mientras que miraba discretamente a la silenciosa Melissa. Pero sabía que, solo por simple y llana curiosidad, todos los turistas pisaban el barrio en su primera visita a París.

-Se les puedes preguntar luego, por si les apetece...puede que tengan curiosidad por ver el barrio...sobre todo de noche, con las luces encendidas y eso...-contestó en francés sin demasiadas ganas realmente, pero como sabía que había más gustos que colores no iba a decidir ella unilateralmente no llevarlos allí. Pero de repente se le ocurrió que el comentario de su hermano tenía un doble sentido-Pero si estás proponiéndome algo más que una simple visita al barrio, algo a título personal, ve cambiando de idea y pensando en dormir en tu piso con él... -dijo, zanjando el tema y sintiendo una leve calor en sus mejillas solo de pensar que su hermano hubiera podido dejar caer aquel comentario con toda la intención-. Respiró hondo para recobrar la tranquilidad y volvió al inglés-Podíamos llevarlos inicialmente a dar un paseo en barco por el rio, ida y vuelta y después subir a la torre, decidid vosotros dos, ¡los de atrás!

Se volvió a mirar a Melissa un instante. Ahora que tenía a los de atrás ocupados en pensar si les gustaba aquel plan o no para empezar la jornada, podía preguntarle tranquilamente. Con la capota abierta era difícil que las escucharan hablar si estaban ellos dos enfrascados en alguna conversación. Soltó su mano del volante y le hizo una señal a Melissa, para captar su atención.

-Sé que no nos conocemos mucho... pero apostaría algo a que no estás cómoda del todo, o que te ocurre algo... si necesitas algo, lo que sea, solamente dilo-le dijo  en un tono más bajo que el que había usado para hablar con su hermano y con Mike, esperando a que los chicos no la escuchasen.

Aunque también hay otra posibilidad...

-O... si... sí queréis ir al hotel de todas formas, os llevo, no os preocupéis. Decidlo con toda la confianza, no nos importa. Entendemos que queráis tener vuestro propio espacio...

¡Nada de Leia, Charlotte! La gente que Leia un libro mientras va conduciendo, aparta la vista de la carretera. Jgjgjgjgj... ¿Lo cogéis? Leia... leía... leer... Jajajaja...

A petición de su hermana, revisó otra vez el mensaje en su móvil. El dedo subía arriba y abajo por la pantalla táctil. Iba de danza en el vientre a harén friki una y otra vez.

Lo siento, Lottie. En el email no dice nada más: ni templos, ni visitas nocturnas. Es como si el correo se hubiese hecho deprisa y corriendo en un par de minutos, todo cutre. Ese Fadil no tiene ni idea de márketing. Ese hotel suyo se va a ir a la ruina en menos de un año. A lo mejor es que como vamos de gratis, pretende que ese tipo de cosas las paguemos aparte. ¡Maldito estafador! Bueno, se lo perdono porque parece que lo del baile del vientre y el harén sí va incluído.

Seguía revisando el correo, por si acaso encontraba la información para su hermana. Arriba y abajo. Arriba y abajo. Danza del vientre, harén.

Hay que tener cuidado con las visitas guiadas en Egipto. Unas amigas mías son muy de ir a la aventura. Cuando fueron en Egipto y estaban en el hotel, la visita a las pirámides que organizaba el hotel no les molaba nada. Las llevaban en un autobús abarrotado de turistas, escoltado por una caravana paramilitar de seguridad privada: tanque, autobús, tanque, jeep con metralleta. Por si los secuestros islamistas, y tal. Bueno, qué os voy a decir si es lo que les pasó a nuestros padres.

Pues resulta que como tenían ganas de conocer el Egipto auténtico, con los típicos mariachis y nachos que hay allí, cogieron un taxi en la puerta del hotel para ir por libre, ver los mercadillos y los niños cosiendo balones en las calles... El taxi avanzó solo un par de calles. De pronto le salió un coche todo embalado desde la derecha, obligó al taxi a frenar de golpe, y el coche se frenó delante y no le dejaba avanzar. Después llegó otro coche por detrás, y no les dejaba dar marcha atrás. Salieron unos hombres de los coches, hicieron salir al taxista y se pusieron a discutir en la calle, y no dejaban salir a mis amigas del coche. Empezaron a gritarle al taxista: te voy a denunciar, te voy a denunciar... Estuvieron allí retenidas cuatro horas.

¿Qué paso? Resulta que como los hoteles y las agencias de viaje tienen pactadas las visitas guiadas, en cuanto quieres marcharte con otro ya es intrusismo. Como los viajes se pagan a parte, y cuestan un ojo de la cara (imagináos para poder pagar una escolta a un autobús), en cuanto les tocas la cartera a las agencias, ya te arman un pifostio. La policía tardó un montón en aparecer, luego estuvieron un rato mediando y las chicas, mientras, perdieron toda la mañana dentro de un taxi. Y de ahí, de nuevo al hotel a comer.

Como os lo cuento. No exagero nada. Bueno, lo del autobús con escolta fue otro día, y a esa excursión sí que fueron, que era a las pirámides. Pero queda más impresionante contar lo del convoy con jeep con metralleta antes de lo del taxi. Asusta más. La visita que se perdieron para poder conocer el Egipto auténtico, era por las calles del cairo, pero por las calles bien. Esconden los barrios pobres de los turistas y les enseñan las avenidas con palmeras, los museos y tal.

¿A qué venía todo esto? Ah, sí... ¿Vosotros queréis que os enseñemos el París auténtico o preferís las zonas turísticas?

Mike sonrió a Sean, era un buen tipo y enseguida habían hecho migas, incluso le pasó un brazo por el hombro en un gesto de compañerismo, aunque de repente lo retiró como si hubiera hecho algo malo. Mike estaba acostumbrado a ese tipo de gestos con sus amigos y amigas latinas y no se sintió violento en ningún momento.

-Gracias Sean. Creo que nos vamos a llevar bien.

Debió de parecererle estupendo porque enseguida se puso a comentar algo en francés con su hermana con mucho entusiasmo, y estaba claro que hablaba de él.

-Un coche muy acogedor Charlotte, me gusta. Y no me importa que sea viejo mientras funcione bien. Si se tratara de un teléfono, un ordenador o algo así preferiría estar a la última, pero en los coches, motos y demás no me importa mientras funcionen y está claro que este lo hace. Charlotte no parecía haberse dado cuenta del gesto de complicidad que había hecho Mike antes, pero ahora no podía explicárselo, lo haría más tarde cuando su hermano estuviera despistado, esperaba que no le sentara mal lo que había hecho. Creo que estas actividades nos las mandó Fadil a Sean y a mi por si éramos reacios a ir a Egipto, supongo que si que habrá visitas o excursiones, Fadil dijo que lo pasaríamos bien. El muy capullo... ¿Te gusta Star Wars? Es raro para una chica, no les suele gustar, menos a nuestra amiga Sam que también es fan. Coincidiremos con ella en Egipto, os la presenteremos, es como una hermana para nosotros. Bueno y tengo otra amiga que estaba loca por el actor que hizo de Qui-Gon Jinn, Liam Neeson, estaba obsesionada con él. Te digo esto Charlotte para que veas que hay gustos para todo jajajaja. Si te soy sincero yo estaba un poco pillado por la Reina Amidala, pero cuando iba sin ese maquillaje horrible que le ponían a veces. ¿A vosotros que actores o que películas os gustan?

Ese era un buen tema de conversación y una buena manera de conocer a la gente. De momento ya sabían que a Charlotte no le gustaba la princesa Leia, y Sean era un tipo con un gran sentido del humor que enseguida había hecho un chiste.

-Jajajaja. ¡Que bueno Sean! Pero Charlotte, tu no apartes la vista de la carretera, no queremos estrellarnos. Y tienes razón Sean, en cuanto lleguemos a Egipto le pediremos cuentas, se nota que Fadil es solo un simple trabajador, pero no se que interés tiene en que vallamos allí, sigo diciendo que hay algo raro, pero... será mejor que disfrutemos ahora de París, ya nos encargaremos de Fadil y de Egipto en cuanto llegue el momento.

La anécdota de Sean le recordó el incidente que habían encontrado en las noticas sobre el tiroteo del autobús en el que iba su padre, no podía quitarse la foto que había visto con el artículo de la cabeza. A Mike le gustaba la aventura, pero se lo pensaría un poco antes de cometer alguna locura. De todas formas prefería centrarse en el momento presente. Al menos sabía que Sam no estaba teniendo ningún problema, seguía en contacto continuo con ella desde que estaba allí.

-Pues lo que prefiráis. Si queda cerca podemos alternar turismo con cotidiano, creo que sea lo que sea me gustará, aquí parece todo diferente. Para empezar París era una ciudad sin mar y a Mike eso ya le llamaba la atención. Por mi parte no hay problema. Y tu Mel ¿Que opinas? Mike se estiró y tiró del brazo a su hermana que parecía algo ausente. Mel a veces se pone así durante los viajes. Los organiza con mucha ilusión y cuando está en ellos nos los disfruta porque está pensando en el trabajo o otras cosas. Pero cuando respire un poco más de aire de París seguro que vuelve a la normalidad. Charlotte y Mel parecía que estaban hablando entre ellas así que se volvió a su compañero de butaca. Sean, ¿Madrid queda muy lejos de aquí? Me encantaría poder ver un partido de fútbol del Real Madrid, no se si nos dará tiempo o si juegan estos días, mis amigos están locos con ese equipo, o con el Barcelona, cualquiera me vale.

Mel ya estaba en su propio mundo con esa compañía, el incidente del aeropuerto quedó en su mente, pero ya no le daba ninguna importancia. Por un lado, Sean tenía cierto parecido con su hermano o alguno de sus amigos y por el otro, con Charlotte simplemente cualquiera se podía llevar bien.

No dejaba de sonreír por la broma que su hermano le hizo al pelirrojo. ¿Qué pasaría el día que descubriera la verdad? Parecía un chico muy infantil y seguro que sus enfados serían iguales. Le haría gracia ver su reacción, pero no iba a estropear lo que Mike acababa de conseguir.

- La verdad es que me tuve que tragar esas películas yo también. Sam y mi hermano son muy fans y claro, yo no quería ser excluida del grupo, rió divertida al recordar esos tiempos. Mi lado friki se debe a ellos dos. En el trabajo se quedaron con la boca abierta cuando en la fiesta de Halloween he ido disfrazada de Serenity. Cualquier día me hacen el disfraz de Lela, digooo Leia. Pero no quiero aburriros con los detalles sobre mi parte menos seria y que me dejéis por París. Aun así, las chicas con las que salía Mike se ponían disfraces más raros… Recuerdo a Jennifer (Lawrence) haciendo de Leeloo de “El quinto elemento”. Las bandas eran algo más anchas, dejaban poco a la vista. Y no recuerdo quien hizo de colegiala chiflada con la bola metálica, la de Kill Bill… ¿Sería Sam? Y Mike, solo son un par de cosas y entraron en tu maleta sin necesidad de que quite nada tuyo.

Con el poco francés que entendía se quedó mirando por la ventana sin parpadear un rato al no entender qué quería decir el pelirrojo sobre el pajarillo de su hermano. Podría ser que en realidad le apetecía invitarles a su piso para… tener un poco de intimidad con el moreno. ¿Y el sujetador? Seguro que era un numerito que montó para decir que le gustan las chicas… O que era de las chicas que traían sus compañeros de piso… Entonces ¿por qué estaba tan entusiasmado de ir ahora a Egipto? Charlotte parecía haber entendido que era lo que quería Sean, por la respuesta que le dio en francés no estaba muy contenta y no le hacía gracia que los chicos durmieran juntos ¿será que a su familia no le gustaba que sea gay? Ladeo la cabeza para quitarse de la mente esos pensamientos, no era asunto suyo la sexualidad del chico.

- No tengo claro que actividades hay, pero si me paso todo los días en el SPA, no me molestaría. Oh, y los masajes, no sabéis las ganas que tengo a que me den un buen masaje. Se llevó la mano a las cervicales a apretó suavemente, le dolía el cuello de tantas horas de vuelo. Se sorprendió al ver que la pelirroja le preguntaba si estaba bien. Ah, sí, respondió sonriendo, si digo lo que me paso, pensaran que necesito descansar… no es nada que no me pase en buena compañía y tú… vosotros lo sois, así que ¡vamos a por ese viaje en barco! Y de hotel nada, ya estaremos en uno dentro de poco. Va a ser divertido estar en tu piso, todos juntos. Y espero que tengas dos baños, pensó para si, o que los chicos hagan pipi sentados

La historia que contó Sean no era muy agradable, pero claro, ¿a quién se le ocurre ir por su cuenta por ahí? Eso les pasa por no haberse informado antes. Mira que ir de aventura… No comentó nada en voz alta, seguro que sería peor que una madre si se ponía a hablar de la seguridad y la responsabilidad.

- Esta vez no pensaba en el trabajo, aunque el caso en el que trabajaban ahora en Las Vegas era muy interesante. Estaban examinando un coche que perteneció hace años a un mafioso, me lo dijo antes Patrick. Al parecer lo robaron del museo, pero algo salió mal y acabaron muertos los ladrones, en el mismo coche. Perdón, dicen la palabra trabajo y ya estoy pensando en algún caso...

El recuerdo de los disfraces y sobre todo de alguna de sus ex le hizo volver a recordar a Jess y el último encuentro que habían tenido. Seguía sin comprender que había pasado pero por alguna razón no se lo podía quitar de la cabeza. Cuando volviera de Egipto iría a verla, le daba igual lo que pensara, se plantaría en su casa y le pediría explicaciones, aunque solo de pensarlo le temblaban las piernas. Bueno, era más bien aquella carretera y la suspensión del coche, pero la sensación parecía la misma. Sería mejor intentar distraerse y olvidar.

-Te quejarás, los mejores disfraces de hallowen que has tenido ha sido gracias a Sam y a mi. ¿A vosotros os gusta Hallowen? Hallowen era una fiesta tan famosa que a Mike no se le pasaba por la cabeza que en el resto del mundo no se celebrara. A mi el disfraz que más me gustó fue el de Hodrum. ¿Conocéis a Hodrum? Es un mago muy famoso y un año los tres nos disfrazamos como él, fue muy gracioso. Claro que Jennifer no estaba nada mal con su disfraz... La maleta se hacía cada vez mas pesada. ¿Un par de cosas como qué? Esto pesa demasiado para que solo hayas metido un par de cosas. Protestó sin muchas ganas, al fin y al cabo ya nada podía hacer y tampoco era para tanto, pero tenía el derecho moral de dejar constancia de su disconformidad. Seguro que hay un montó de actividades a parte de las que nos mandó Fadil a nosotros, por muy bien que esté en el hotel no creo que nos quiera tener ahí encerrados todo el día, aunque lo que dice Mel seguro que hay. Si queréis podemos preguntarle a Sam, ella ya está allí. Mike cogió su comunicador y tecleó un mensaje rápidamente a su amiga. Y sí, tu piso estará muy bien Charlotte, gracias por alojarnos y a mi también me apetece lo del barco, hace mucho que no me monto en uno. ¿Sabéis que estuve una época trabajando en los cayos? Claro que allí usábamos unas embarcaciones especiales con el fondo casi plano porque hay zonas de poca profundidad. Pero lo más divertido eran los hovercrafts. Mike estiró la mano y revolvió el pelo de la cabeza de su hermana. Nada de trabajo en vacaciones hermanita, solo puedes hablar de Patrick pero porque sois medio novios.

Mientras que Charlotte esperaba la contestación de Melissa, los chicos seguían hablando en el asiento de atrás. De vez en cuando les echaba un vistazo por el retrovisor, curiosa. Su hermano parecía estar más que a gusto con Mike aunque le extrañaba profundamente que aun no hubiera intentado ligar con Melissa o, que por lo menos, no le hubiera soltado ya alguna “indirecta” de las suyas. Y Mike parecía igualmente cómodo con su hermano, habían hecho buenas migas y, aunque era pronto para decirlo definitivamente, tenía un buen presentimiento con el americano.

-Entiendo que sí, y no me extraña que a mi no me lo mandase-le respondió a Mike-si el único reclamo que tengo para ir a Egipto es ver a bailarinas moviendo la cadera... creo que se quedaría esperando mi visita laaaargo tiempo. No es que me haga especial ilusión eso, pero tampoco me desagrada verlo ¿eh? Es simplemente que espero mucho más de ese viaje –mucho más de lo que, tal vez, ninguno de ellos llegaba incluso a imaginarse-¿No hay nada más en ese email? Bueno, no importa. Ya tendremos tiempo de preguntarle a Fadil y quiero mirar algo durante el vuelo, para intentar ver que sitios nos quedan cerca y esas cosas, tal vez podamos alquilar un coche en el mismo hotel y dar una vuelta.

Cuando Mike le preguntó sobre Star Wars, se sorprendió mirándole directamente a través del retrovisor y sonriendo divertida- Fan, fan... bueno, digamos que he visto las tres trilogías y que... vale... si, ¡me gusta! Jajajaja Me encanta la historia y los personajes. Los jedi son increíbles y todas las criaturas que se han inventado, todos los “bichos”, son geniales. Los mundos están muy bien conseguidos para la tecnología de aquellos años. Hay mucha gente que opina que las películas de Star Trek son mejores, por la temática y tal, pero yo sigo prefiriendo Star Wars.

Y no diré en voz alta que me enamoré de Han Solo la primera vez que vi la película, porque entonces sí que se reirá de mi después de lo de su amiga y Qui-Gon Jinn...

-¿Actores que me gusten, Mike? Ummm ahora mismo no sabría decirte. Creo que no he visto una película desde uffff. ¡Espero que pongan una buena en el avión!-y no siguió hablando, porque su hermano se había metido en contar aquella historia de sus amigas de nuevo-Vamos Sean. Ya hemos hablado muchas veces que antes de adentrarse a la aventura en un país que no conoces, hay que conocer sus costumbres, las zonas conflictivas a las que no hay que ir, cosas que no hay que hacer o decir, tus amigas fueron muy decididas. Egipto es una ciudad muy diferente a París. ¿Madrid? –preguntó sorprendida levantando una ceja y rompiendo a reir- No, no, Mike, no nos dará tiempo. Pero sí que puedes intentar organizar esa excursión para la vuelta aprovechando que ya estáis en este lado del Atlántico.

Vale, mucho ha tardado en salir la conversación del futbol.¿Por qué todos los chicos son iguales? Da lo mismo del país que sean ¡Que daño hizo David Beckam cuando se fue a Estados Unidos a jugar y a enseñar sus calzoncillos! Si se hubiera quedado en Europa habría librado a los americanos de la obsesión del futbol.

-¡¿De Serenity?! ¿Te disfrazaste de Serenity? Tuvo que ser divertido, de hecho generalmente cualquier fiesta de disfraces lo es por poco que uno se integre y lleve ganas de pasarlo bien-era curioso, pero no la imaginaba a ella disfrazada, aunque que fuera un poco más seria que su hermano no quería decir que no le gustase ese tipo de cosas-Hallowen me gusta, pero no suelo disfrazarme. A ninguno de mis amigos les gusta, y nunca me he animado a disfrazarme yo sola con ellos, y no se como me las he apañado estos dos últimos años que he estado fuera en esas fechas y, en donde estaba, esa fiesta no es algo que se celebre demasiado.

Melissa comenzó a hablar de trabajo y su hermano tardó, lo que tardó en darle un collejazo, en callarla. Charlotte sonrió para sí. A Melissa le costaba desconectar del trabajo, pero estaba segura de que manteniendo el comunicador lejos durante aquellos días no tardaría en olvidarse de el por muy interesante que fuera y por mucho que le gustase. Estaba segura, sí, hasta que escuchó el comentario de Mike. Trabajo y chico, mezcla explosiva. Le costaría desconectar. Mucha gente se preguntaba como ella desconectaba del trabajo tan pronto como cambiaba de aires, pero era un don que le encantaba y que no quería perder. Cada cosa tenía su momento y le gustaba disfrutar del ‘ahora’ sin estar todo el rato con la mente volcada en el trabajo, por mucho que le gustara y le entusiasmara.

-Ya estamos llegando. ¡Bienvenidos a Paris! –exclamó cuando dejaban la autovía y se introducían en las bulliciosas calles de la ciudad.

Frikis. Estoy rodeado de frikis. Por todo el coche.

Trató de meterse en la conversación, integrarse, pero aquellos jetis y genios de la lámpara Kuaigón eran, sencillamente, otro idioma.

Aquí en Francia no se les conoce por el fútbol, son más conocidos por el basket. El Real Madrid y el Barcelona son también equipos de baloncesto. Como para olvidarlos... uno de ellos eliminó al Levallois en los play-off del eurobasket hace unos meses. Hijos de puta, qué sucio jugaban. Queda más cerca el Palau de Barcelona, a solo seis horas en bus.

Asintió a otros comentarios. Se iba perdiendo. Tenía que reconducir la conversación de nuevo al deporte... O tirarse del coche de Lottie en marcha, que también sería solución, pero lamentablemente el coche era un tres puertas. Estaba atrapado. Mareado... pero eso era porque conducía su hermana.

¡El Quinto Elemento sí lo he visto!-exclamó, triunfante, como un niño que acierta su primera pregunta de trivial pursuit-Luc Besson. La ponen todos los años por la tele el Día de la Bastilla. ¡Ey! ¡Qué buena idea! Podemos llevarles a la Bastilla, Lottie. Cuando era niño y me llevaban en la excursión del colegio era un rollo, pero hace un par de años que lo actualizaron para hacerlo más turístico. Hay maniquíes, y puedes ponerlos en la guillotina. Cuando cortan la cabeza puedes coger los caramelos del relleno, como en un Vivapiñata. Y por la noche encienden los láseres, y el patio parece una discoteca, con pinchadiscos y gogos. Ah... que no, que todavía es de día. Pero por el día aún podemos cortarle la cabeza a los maniquíes y coger caramelos.

La verdad es que se sentía desplazado. Sus tres acompañantes eran los típicos empollones repelentes que hablan en Kripton, Kingkong, o como quiera que se llame ese idioma de odiosos trekkis.

¿La colegiala chiflada con la bola metálica no se llamaba Miley Cyrus? Sí, también me suena. Yo, el año pasado, iba disfrazado en Halloween de Conde Drácula. Halloween es genial, si llevas colmillos postizos todas las chicas borrachas se dejan hacer chupones en el cuello.

¿Tres trilogías? ¿De esa bazofia? ¿En serio? Una trilogía puede cerrar una historia, vale. Dos trilogías ya me parece excesivo. ¡Pero es que tres trilogías es orgía!

Como dice François, compañero de piso de Sean, que dios le tenga en el cielo... porque hoy iba a sobrevolar los viñedos de la Provenza en globo aerostático... que Sean lo vió en el Caralibro (o como dicen los franceses, el livre de visage)... En fin, como dice François: lo excesivo de las orgías es que siempre sobran cincuenta grifos. A esa tri-trilogía le deben de sobrar cincuenta horas de metraje.

Mike asintió interesado ante la aclaración de Sean.

-Entiendo. Pensé que el fútbol era el deporte más conocido en toda Europa. ¿Te gusta el baloncesto? Allí en Miami tenemos un gran equipo, los Heat, y también los Marlins de beisbol. Mike hizo como pudo en el reducido espacio que tenía un gesto como de batear una pelota. Pero sin duda mis favoritos son los Dolphins, también es fútbol, pero no se parece en nada al que practicáis en Europa. Si te gusta el deporte te encantará Miami, tienes todo lo que puedes imaginar, claro que supongo que aquí también tenéis de todo...

Le gustaba practicar deporte, verlo y hablar sobre ello y con Mel y Sam no tenía demasiadas oportunidades porque no les iba mucho aquello, así que hablar con Sean era estupendo. Claro que no estaban solos en el coche y parecía que Charlotte estaba algo preocupada con eso de las actividades, debía aclararle algo el tema.

-No te preocupes Charlotte, en Egipto seguro que tienes muchas cosas que hacer, creo que este email fue algo más personalizado para nosotros. ¡Pero mira! Mike le enseñó su comunicador aunque lo retiró de inmediato cuando cayó en la cuenta de que estaba conduciendo. Mejor no mires, ya te lo cuento yo. Sam me dice que el hotel es estupendo, que tiene de todo lo que nos podamos imaginar y las chicas vais a estar como en el cielo: saunas, yakusis, masajes... Estoy seguro que no está desaprovechando nada jajaja. ¿Y que es lo que esperas del viaje? Dijo algo intrigado con sus palabras, él tan solo esperaba pasarlo bien y que todos regresaran sanos y salvos, seguía con la mosca detrás de la oreja.

Y el tema de las películas, como imaginaba, siempre daba mucho de que hablar y además poco a poco iban haciendo pequeños descubrimientos unos de otros.

-¡Entonces eres de las mías! Se quedó con las ganas de pedir que le chocara la mano, eso de que estuviera conduciendo era una molestia. Star Trek me gusta, pero nada que ver con Star Wars, ahí estoy de acuerdo. Y yo que tu no esperaría nada bueno de las películas de los aviones, a mi es que me encanta ir al cine y las de los aviones las tengo más que vistas, me pongo alguna en el comunicador a no ser que me apetezca mucho ver de nuevo alguna de las que ponen. Y tu hermana tiene razón Sean. Dijo girándose hacia su compañero de butaca. Hay que planificar antes los viajes... Puso una cara que quería dar a entender a Sean que él nunca lo hacía. Por eso yo vengo con Mel, ella lo tiene todo medido y planificado. ¿A que hora nos toca ir al baño hoy Mel? Dijo bromeando. Aunque ya veo que tampoco se puede improvisar todo, Madrid y Barcelona muy lejos, descartados en esta visita, se trata de pasar tiempo juntos antes de ir a Egipto. ¿Que te parece una parada a la vuelta hermanita? Creo que venden unos zapatos y bolsos estupendos allí. Mike no tenía ni idea, pero en todas las grandes ciudades vendían de eso, lo suficiente para que su hermana quizás picara el anzuelo.

El tema de los disfraces también estaba dando mucho juego, y era algo muy divertido. Recordar los buenos momentos que pasaban en Hallowen hacía que se sintiera bien e intentar imaginarse a Charlotte o a Sean disfrazados también era interesante. Nunca había visto un Conde Drácula pelirrojo.

Creo que le quedaría bien un disfraz de zanahoria, o de calabaza...

Claro que no se lo iba a decir, al menos por ahora. Seguro que le habían gastado aquella broma muchas veces a lo largo de su vida.

-¿No te sueles disfrazar? ¡Muy mal! ¡Decidido! ¡Un año teneís que venir a Miami por Hallowen y nos disfrazaremos todos! Sera muy divertido ya veréis. Dio un pequeño golpe con el codo a Sean antes de continuar. Y te presentaré a algunas vampiresas, caperucitas, brujas o lo que prefieras para que puedas chuparles la sangre Conde Sean. Y por cierto. Me gusta ese plan que propones pero... ¿Que es el día de la Pastilla? Suena divertido ¿No os parece chicas?

Y mientras charlaban los kilómetros iban y venían y poco a poco fueron entrando en la cuidad. Era una ciudad pintoresca, distinta a lo que Mike conocía en Estados Unidos, pero le gustaba, no sabría describir la sensación y había edificios que parecían muy antiguos, aunque también otros modernos. Curioso, casi tanto como la referencia de Sean a Miley Cyrus.

-Jajajaja. No, era un personaje de una película. ¡Pero me acuerdo del vídeo que dices! A mi me gustaba, veamos si puedo encontrarlo... Mike comenzó a teclear en su comunicador hasta que pareció haber encontrado algo. ¡Ya está! Giró la pantalla para que más o menos todos pudieran verlo, claro que Charlotte tendría que hacerlo por el retrovisor o bien dejarlo para más tarde.

-¡Vaya... Este no era! Jejejeje. Es que hicieron muchas parodias, pero bueno era algo parecido. Dejadme mirar... Buscó de nuevo y esta vez si encontró el vídeo original para disfrute de todos.

Sí, sí... el fútbol es el deporte más conocido, por más que yo sea más de baloncesto. Es solo que esos dos clubes en concreto están de capa caída y llevan sin jugar en la Champions un millón de años... quizás cinco como mínimo. Los debes de conocer en tu país por las giras de pretemporada que hacen. Y los Heats apestan. Yo soy más de los Celtics. Hasta he visto algún partido en video de la época de Larry Bird. ¡Qué crack! El beisbol y vuestro "rugby con protecciones" no me interesan, no te ofendas. Ya de estar en Miami casi mejor aprovechar para hacer deporte náutico, que en París es lo que se echa en falta.

El americano, muy sociable, trataba de establecer diálogos con todos. Pero al final con eso solo lograba dejar a Sean con la palabra en la boca, e ir saltando de conversación en conversación. Sean mantuvo silencio mientras Mike hablaba con Charlotte... todo el que pudo antes de volver a meterse.

Saunas finlandesas... yakusis japoneses... masajes tailandeses... harenes de star wars... Sí, señor. Ese hotel sabe ofertar la auténtica esencia de Egipto. Jajajajaja...

Algo que dijo Mike le chirrió a los oídos: esa extraña broma de la hora a la que se iban al baño. ¿A la misma hora? ¿Juntos? Se confirmaba la idea de Sean de que los yanquis eran todos unas familias de mormones metodistas incestuosos. Durante la edad del pavo de Charlotte, su hermana acaparaba el baño para ella sola durante horas enteras. O por lo menos de niño le pareció así, casi eternidades esperando para hacer pipí. Sobre el tema de los baños, mejor no mencionar nada...

¡Lottie y yo aceptamos tu oferta, Mike! Iremos a Miami, ya lo creo. Por Halloween o cuando cuadre. Octubre es época de exámenes de recuperación en la Sorbona, suelo estar liado como para hacer un viaje de varios días-siguió hablando mientras Mike buscaba a Miley Cirus por el móvil-. Y lo de la Bastilla es... Creo que los americanos tenéis algo parecido... ¿El día del 4 de Julio? Sería su equivalente, imagino. La Bastilla fue una prisión de París. Durante la Revolución Francesa... o como la llamamos aquí en Francia: la Revolución, a secas... colgaron en la Bastilla a todos los nobles. Y es así cómo Francia dejó de ser un lugar plagado de Reyes y mosqueteros y dió paso a la época de Napoleón.

Sí, hermana mayor... Tú serás la chapona de la familia, pero yo también me conozco la historia de mi propio país. Más o menos...

Mientras, la música de Miley Cyrus empezó a sonar desde el móvil de Mike. Al asomar la cabeza para curiosear a una rubia desnuda sobre una bola de demolición, por puro interés académico, dió un salto en su asiento que evitó el cinturón de seguridad.

Ah... No conocía ese video. Pero sí el chatroulette. Está divertido y tal. Oye, Mike... ¿No te estás pasando con el internet del móvil? Cuidado con el roaming, que se te va a agotar enseguida y luego eso es un pico a fin de mes. A no ser que tengas el móvil de France Telecom, las compañías americanas no tienen red en Europa. Tienen que pagarle un canon a las compañías europeas para que tú puedas acceder, y si rebasas el límite de datos que diga tu contrato, el exceso te lo meten en la factura.

Pobre cateto que nunca ha salido de su Florida natal. Yo lo del roaming lo comprobé por las malas en carne viva hace unos años, en el viaje a Acapulco de fin de curso.

No sé si es porque conduce Lottie, pero este viaje en coche se me está haciendo larguísimo.

Charlotte miró por el retrovisor y rió, divertida, mirando a su hermano- ¡No te pierdes una vaquero! Miami... ¡suena bien!

Mientras que los dos chicos hablaban en la parte de atrás y Melissa había vuelto a quedarse en silencio, Charlotte conducía a través de las bulliciosas calles de París. Era un viaje medianamente largo, pues tenían casi que atravesar la mitad de la ciudad para llegar a su apartamento, pero merecía la pena. Estar en el centro de la ciudad era todo un lujo por el que había que pagar con ciertas cosas y que Charlotte se había podido permitir solamente porque era el apartamento de soltera de su madre y se lo había dejado "prestado".

Aparcaron el coche no demasiado lejos de un pequeño portal. El edificio era antiguo, tipicamente parisino por lo que habían podído ver durante todo el recorrido, paredes de piedra, cinco plantas, nada que lo hiciera destacar entre el resto de los edificios vecinos, era uno más del barrio.

Llamó al ascensor, amplio y espacioso en el que entraron los cuatro y las dos maletas- Recomendación, ni abrir una maleta. Las soltáis donde primero pilleis y nos vamos directamente. Desde aquí podemos ir directamente a coger el barquito y dar el paseo por el rio, no hace falta coger el coche para nada -les informó mientras subían hasta el último piso.

Abrió la puerta de casa y entró, haciendo un teatral gesto para que entraran-Sed bienvenidos, ¡oh, viajeros de tierras lejanas!

La puerta principal daba acceso al salón-cocina directamente:

-Esta puerta junto a la cocina, es el baño. Es pequeñito, pero será suficiente.

-Por esta puerta esta el dormitorio. Aunque solo veáis una cama, debajo hay otra, solo hay que sacarla, levantarle las patas y ¡listo! Nos repartimos como queráis, os dejo a los recién llegados que elijais: dormitorio o salón para vosotros y lo que no queráis para Sean y para mí, o las chicas en el dormitorio y los chicos en salón.

Lottie pensó si se le escapaba alguna combinación posible para darles a elegir la opción con la que se sintieran más agusto y cómodos.

-Y allí, en aquella última puerta junto a la entrada, la terraza. Es pequeñita, pero da mucho juego.

El apartamento de Lottie se abrió ante ellos como una flor pequeña y exótica, absolutamente a medida de la pelirroja parisina, y, desde luego, como lo había sido también de su madre. Sean arrugó la nariz como hacía siempre que entraba, más para meterse con su hermana que por otra razón.

La propuesta era agradable, dejar las maletas para más tarde, y salir a dar un paseo hasta la cercana orilla del Sena, al pequeño embarcadero de los bateaux mouches, las barcazas que lentamente se deslizaban por el corazón de la ciudad. Un auténtico reducto de otra época, seguían existiendo como un recuerdo romántico y anacrónico para disfrute de los turistas y de los nativos sentimentales, como su anfitriona.

Sería un buen momento para hablar y conocerse mejor, sentados tranquilamente en cubierta, o apoyados en la barandilla, admirando los edificios nuevos y antiguos, al sol de junio. Y, quizá, una excelente ocasión para intercambiar opiniones y dudas acerca de la invitación de Fadil, y, por qué no admitirlo, del misterio que envolvía, aún ahora, toda la aventura que sus padres habían vivido en Egipto. Las razones que podían tener cada uno, si las tenían, para querer conocer de primera mano la Mastaba, o el SandCastle.

La mala racha del Madrid o del Barcelona no le extrañaba, todos los equipos tenían sus altibajos, pero lo que no pensaba pasar por alto era el comentario de los Heat. Mike era un apasionado del deporte, aunque le gustaba mucho más practicarlo, pero no era ningún fanático, así que siguió la discusión con una sonrisa como hacía siempre en esas circunstancias.

-¡Pero que dices! Exclamó llevándose las manos a la cabeza de forma exagerada. Los Heats son los mejores, estos años tuvimos mala suerte en las eliminatorias, pero creo que esta temporada vamos a ir a por el anillo de campeones, ya verás. Y... ¿Larry Bird? Pero si eso es más antiguo que las pirámides que vamos a ver en Egipto, cuando vengas te obligaré a ver un partido de los de ahora, ya verás como sales más fan de los Heats que yo. No me ofendo, no a todo el mundo le tienen que gustar los mismos deportes, ni siquiera todos los deportes, a Mel no es que le apasionen mucho la mayoría, aunque se pone loca con el patinaje sobre hielo. ¿Verdad hermanita? A Mike no le gustaba nada el patinaje sobre hielo y siempre acababan teniendo alguna discusión cuando lo daban por la televisión y a Mike le apetecía ver otra cosa, cualquier cosa era mejor que aquello. Y no te preocupes, tenemos todo lo que se te pueda ocurrir: surf, windsurf, bodyboard, sky acuático, submarinismo, apnea... Seguro que encontramos algo que te guste para no salir del agua hasta que nos salga agua por las orejas jajaja. Mike extendió la risa por la gracia que se le había ocurrido a Sean con lo del hotel. Muy buena Sean, pero ya sabes, ahora la esencia de cualquier sitio es de todos, estamos en un mundo abierto y comunicado, nos enteramos al instante de cualquier cosa que pasa o hacen en la otra punta del planeta, es normal que la gente adopte las costumbres que le gustan de otros sitios. Además es un hotel de superlujo, no creo que vayan muchos egipcios allí, tienen que adecuar sus ofertas a los clientes que van a recibir, supongo que la mayoría extranjeros.

Mike sonrió mientras Sean aceptaba su oferta de ir a visitarlos a Miami, se lo pasarían muy bien y también entendió perfectamente su explicación sobre lo de la Bastilla.

-¡Ahora entiendo! Entonces es vuestro día más importante. Pues deberíamos ir a ver la Bastilla entonces ¿No crees Mel? Suponía que a su hermana le encantaría la idea, quizás hasta conociera la historia que acababa de contar Sean. El chatroulette es divertido, sobre todo cuando estás con los amigos, te encuentras a cada uno... como este. Pero bueno también puedes encontrar chicas interesantes, o que están más locas que este tipo aún. Hay de todo. Mike puso cara de extrañeza con el siguiente comentario de Sean. Conocía lo que era el roaming como buen friki de la tecnología que era, pero para él había pasado a la historia hacía mucho tiempo. Quizás allí en Europa seguían utilizándolo. ¡Ah! No te preocupes Sean, solo wifi, conexión global y por vía satélite. ¿Tu tienes roaming? No, no no. Eso no puede ser. Mike negó con la cabeza para reforzar su contrariedad. Lo de internet por operadoras ya no es necesario, si quieres yo te instalo un programa en tu teléfono que te permitirá conectarte a la red wifi global, es muy sencillo, tu compartes el wifi de tu casa con los de la red y tienes wifi donde esté compartiendo alguien, eso es para reforzar la señal que viene de los satélites como ahora, que tengo pero es algo baja, por la ciudad seguro que aumenta. Tengo algún amigo en Europa y se que también funciona bien por aquí. Mejor no hablar de sus amigos hackers, era un tema del que a Melissa no le gustaba que hablara por ahí y además la gente siempre tenía una mala opinión sobre ese tema, todo basado en estúpidos estereotipos, pero que se le iba a hacer.  ¿Largo? ¡Pero si ya hemos llegado casi! ¿no? Al menos a la ciudad, a mi me está encantado el viaje Charlotte, recorrer los lugares en coche tiene también su encanto sobre todo si es en buena compañía como ahora.

Charlotte también parecía dispuesta a ir a Miami, lo cual era una buena noticia. Y en menos de lo que Mike esperaba para las grandes distancias que había que recorrer a veces en Miami llegaron al apartamento de Charlotte. El edificio era algo viejo para el gusto de Mike que le gustaban más las modernidades al estilo del apartamento de Samatha, pero era exótico para él.

-¡Guauuu! ¿Esta es tu casa? Preguntó Mike mientras seguía el consejo de Charlotte y dejaba la pesada maleta de su hermana nada más pasar la puerta. Me parece bien, por mi podemos salir ahora mismo y aprovechar el tiempo. Claro que seguro que Mel tiene que ir al baño, apostaría lo que fuera. Mike recorrió con la mirada lo que tenía en frente y se fue moviendo por el salón/cocina mientras observaba el resto y metía la cabeza por los huecos que Charlotte les iba indicando. ¡Bien! Creo que este sofá lleva mi nombre. Mike se sentó en uno de los sofás, el primero que encontró. En cuanto quien iría a la habitación o quien compartiría el otro sofá ya se arreglarían, para él era mas que de sobra aquel sitio para descansar. Se volvió a levantar cuando Charlotte indicó la dirección de la terraza, quería ver las vistas. ¡Guauuu! Menudas vistas que tienes. ¿Puedo hacer fotos de todo? A Sam le encantaría tu piso, me gustaría enseñárselo. Pero... ¡Salid todos aquí! ¡Vamos a hacernos un selfie con aquel edificio viejo detrás! Será nuestro primer recuerdo gráfico de París. Luego ya nos vamos.
 

-Bueno, ¡ojalá lo fuera! pero no. Es de mi madre, me lo ha prestado hasta que encuentre yo algo que me guste y que me lo pueda permitir con mi sueldo, ya sabes. Lo malo es que esto es muy dificil de mejorar. Se lo compró hace ya bastantes años, le encantaba la zona, el apartamento en si y, básicamente, tenía el trabajo casi en la puerta. Así que tenía todos los requisitos para cuadrarle. Trabaja en el museo del Louvre, desde aqui se puede ir andando dando un pequeño paseo por el rio, pasaremos cerquita, ahora lo veréis y seguro que lo conocéis, la famosa pirámide de cristal invertida, la famosa pelicula del Codigo Da Vinci... y... y ¡ahora no recuerdo que más! De acuerdo, Mike se queda con el sofá. Y si queréis, yo me quedo con el otro y ya os lo pongo más fácil a los dos que quedáis por elegir, que parece que siempre que entras aqui se te come la lengua el gato ¡hermanito!- le dijo pasando junto a él y dándole una palmadita en el trasero para chincharle un poco para que dijera algo, mientras que observaba discretamente a Melissa para ver si aquel comentario la sacaba de su silencio o bien le parecía bien la idea.... o le horrorizaba, que todo se podía esperar de una americana.

Pasó a enseñarles la terraza y Mike la siguió ilusionado. Era de los suyos, de los que buscaban exteriores.

-Ummm... ehhhh... esto... ese edificio viejo es la Catedral de Notre Dame. Es uno de los edificios "antiguos" más notables de París junto con la Torre Eiffel y la Iglesia del Sagrado Corazón, para mi gusto, claro. Hay mucha gente que dice que la parte más moderna de la ciudad es la más bonita pero...bueno... ¡Si, venga! Salid aqui vosotros dos, que por ahora no cobro por estar aqui fuera -llamó a su hermano y a Melissa, divertida- Pero nada de selfies, Mike. Dame el móvil, yo hago la foto para que salga bien, anda -le dijo tendiéndole la mano para que le diera el móvil y evitar salir en la foto, cosa que evitaba siempre que podía-Y claro que puedes sacar foto de lo quieras, pero no creo que el apartamento pueda rivalizar con el lugar en el que ahora está Sam.

¡No se me ha comido la lengua el gato! Es que a mí toda esta luminosidad de colores pastel radioactivos me hace daño a la vista. ¡Cuidado con los ojos, gente, que corroe las córneas!

El pelirrojo abandonó otra de las maletas como a él su desodorante. Y la culpa era toda de Charlotte, por haber aparcado al sol en el aeropuerto. Aquella carcasa con ruedas, cual cápsula del tiempo, les había transportado al Cámbrico y sus tórridas temperaturas. Sean sudaba como un irlandés en una sauna finlandesa mixta. Tenía que excusarse rápido, con cualquier excusa excusable que quedara fina.

¡Primero para ir a los toilettes!-se pidió.

En francés, hasta el tigre sonaba a poesía. Sean avanzó por el pasillo con la viveza de una pluma soltando su tinta sobre el papel, casi escribiendo en el aire. La suela de su zapatilla frenó a tiempo y sacó al pajarillo de sus pantalones para agitarlo en el aire.

¡Mike, mi móvil!-dijo, tirándolo sobre el sofá-Hazle eso de la cobertura global mientras meo.

Su sentido arácnido vibró alertándolo de algo. No eran terroristas ninja de Fadil. No era la presencia de su madre, que estuviese a punto de salir de detrás de una esquina para recordarle que bajase la tapa al terminar. Ni siquiera era Otto Octavius, al que Mike conocería porque es un friki, pero que Sean solo sabe de él por las adaptaciones de Spiderman al mundo de los videojuegos. Sean volvió a ponerse en marcha, aún con la mosca detrás de la oreja, y cerró la puerta tras de sí al entrar en el baño.

Desodorante... desodorante...

Los ojos se movían por la repisa buscando el bendito desodorante femenino de Charlotte. Aún le cuesta poner en una misma linea de pensamientos "Charlotte" y "femenino", solo porque su hermana no se emperifollaba tanto como las chicas de la universidad. En un momento dado, su visión descendió al nivel del suelo, hasta una taza de porcelana que clamaba por un poco de líquido ambarino.

Bueno, ya que estoy aquí...

Durante el durante, localizó el desodorante. Cualquier otro detalle de la micción es irrelevante, salvo el tono algo más oscuro de lo habitual que delataba una dieta insana.

Tras el durante, se produjo un suceso curioso. En lugar de dejar la tapa levantada, como en Sean sería habitual, usó el retrete de mesilla para la chaqueta. Después del tras, agitó el desodorante y quitó la tapa. No era spray, sino bola. Típico de Lottie y su consumismo responsable con el medio ambiente. Para más inri, olía a... ¿lavanda? Sean no logró catalogar el aroma más allá de que era un olor propio de mujeres, nada masculino.

En fin, qué le vamos a hacer...-y entonces su cerebro de macho procesó lo que su sentido arácnido trató de decirle-¡Oh, muy bueno! Sofá para Mike, sofá para Lottie y cama para Melyssa y Sean. Mola.

Lástima no darse por enterado en el momento, que podría haberle lanzado a la mia... mamía... ¿cómo coño es el gentilicio de Miami? Podría haberle lanzado a la yanqui una mirada insinuante de esas que matan. Pero ya no había nada que hacerle, más que preocuparse de su higiene personal aquí y ahora. Sean aplicó el desodorante. Si algún pelo rojo del sobaquillo de Sean quedó pegado en la bola, él no se molestó en comprobarlo. Queda el consuelo de que el inodoro quedó tapado, todo un punto de civilización que de ser de otro modo las cosas no se habría producido. Una cosa por la otra.

Salió del baño usando una mano de percha para su chaqueta y otra para sacudirla y quitar arrugas. También salió del baño con las sobaqueras hidratadas, transpirando con normalidad, y con la sensación de tener los pezones algo más sensibles de lo habitual, todo por causa de la química de ese desodorante ecológico.

Mel no era de tomar en serio los consejos de Mike, pero esa vez haría una excepción. O media excepción, porque no iba a hablar de Patrick, si no con él. Aprovechó el viaje en coche para mandarle algunos mensajes y fotos. París era todo lo que había esperado y más. Se le perdieron algunos de los comentarios que hacían los demás en cuanto su chico le mandó fotos de lo que hacía él en el gimnasio. Agradeció que iban en un descapotable y pudo respirar aire fresco de sobra, aunque al principio estaba preocupada por cómo le iba a quedar el peinado.

La charla que tenían los chicos sobre el fútbol no le interesaba en absoluto. Era una persona sana y practicaba deporte, pero nada del otro mundo. Eso sí, gracias a su trabajo tenía los conocimientos básicos para autodefensa y sabía cómo disparar un arma, evidentemente.

Se limitó a asentir de vez en cuando y poco más. La conversación que mantenía con Patrick la tenía absorta y el viaje la dejó exhausta. Era raro que se quedara tanto tiempo callada.

Coincidió que en cuanto se despidió de ese hombre maravilloso, entraron en la ciudad. Los edificios atrajeron toda su atención y solo miraba hacia arriba intentando averiguar el estilo de construcción de cada uno. Ni el vídeo que puso su hermano pudo distraerla.

Para Melyssa el viaje en coche fue demasiado corto, aunque puede ser porque estuvo entretenida o porque el vuelo fue eterno. Ahora solo faltaba subir al piso, darse una ducha para quitarse todo ese cansancio de encima, ponerse ropa limpia y volver a salir. Sus planes quedaron en el amplio ascensor hechas pedazos por las palabras de Charlotte. Suspiró intentando resignarse y no tenía más remedio que usar unas toallitas húmedas para quitarse las huellas pegajosas que le dejó en el brazo el niño que se sentaba en el asiento de atrás y que no hacía otra cosa más que chupar un caramelo y escupirlo en su pequeña y regordeta mano.

El piso de la pelirroja era muy bonito y acogedor. Para ella sola seguro que era suficiente, para los cuatro… ya lo iban a comprobar enseguida. El primer desastre ocurrió cuando no hubo otra puerta para un segundo baño. Melyssa tuvo que respirar hondo y recordarse que solo serían unas horas. Podría sobrevivir a eso. Además, Tenía sus toallitas higiénicas. Lo mejor fue la terraza y la vista que ofrecía. Intentó hablar y la voz se le había quedado ronca.

- ¡De eso nada! dijo después de carraspear. ¿Me podrías dar un vaso de agua? Creo que se me ha resecado la garganta. Después de beber el agua como si no hubiera mañana, siguió. Como decía, Charlotte, no puedes dormir en el sofá en tu propia casa. Bastante haces que nos recibes para dormir. Yo me quedo con el otro sofá, sin problemas. En realidad hubiera preferido el dormitorio, pero de ninguna manera iba a dormir ahí con Sean. Seguramente que tenía un olor potente a… ¿lavanda? A ella le encantaba ese olor, pero no le cuadraba nada en un chico tan… masculino como aparentaba ser el pelirrojo.

Vamos a tomar esa foto ya y, por favor, nada de hablar de deportes, salvo si es patinaje sobre hielo. O tiros con el arco… Lottie, no hace falta que hagas la foto, le dijo a la chica sin entender que en realidad quería librarse de salir en ella, mi hermano es un experto en hacer selfies. Además, mamá querrá vernos a todos.

En cuanto hicieron la foto salió corriendo al baño, tenía la vejiga a punto de explotar y ya se le habían colado antes. Aprovechó para cambiarse la camiseta y para arreglarse un poco, aun así tardó unos diez minutos.

-¿Pero tu no vives aquí verdad? ¿O si? ¿Cuando hablamos por vídeo conferencia estabas...? Bueno se le había olvidado donde estaba Charlotte, pero no el bicho que había saltado delante de la cámara dándole un susto a Mel. En todo caso es bonito. Yo creo que no sería capaz de vivir solo, sobre todo por nuestros padres, ya fue muy duro para ellos que Melissa se fuera a trabajar a Las Vegas, perder a su otro hijo creo que sería demasiado. Lo dijo en un tono que nadie podría asegurar si estaba bromeando o si él mismo se creía lo que estaba diciendo, excepto Melissa que lo conocía mejor que nadie.

Mike recogió al vuelo el móvil de Sean antes de que este desapareciera tras la puerta del servicio y se puso manos a la obra de inmediato.

-Sin problemas Sean, será un momento.

Era un modelo algo distinto a los que estaba acostumbrado, aunque el software era el mismo en todos, claro que este tenía un pequeño problema añadido: estaba todo en francés. Por fortuna Mike se conocía cada icono de la mayoría de las aplicaciones y no le fue difícil ponerse en marcha y configurarle el Wifi global a Sean mientras hablaba con Charlotte y Mel en la terraza. Parecía que el aire acondicionado del avión había afectado a la garganta de su hermanita.

-No aterrizaste en París y ya le estás organizando la vida a la gente jajaja. Si Charlotte quiere dormir en el sofá déjala. Mike no tenía ningún problema con eso, aunque le parecía justo que al ser su hermana y él los invitados fueran los que compartieran los sofás. No te preocupes Charlotte, no lo puede evitar, pero quizás sea mejor que Mel duerma conmigo en el salón. Mike se acercó un poco a Charlotte como si fuera a hacerle una confesión y aunque bajó la voz se aseguró de hablar con la fuerza suficiente para que su hermana también pudiera escucharlo. Es que ronca ¿Sabes? Yo ya estoy acostumbrado... Mike lanzó una buena carcajada y después intentó ponerse algo más serio. De verdad, es tu casa, no nos gustaría cambiar tus rutinas, además estamos acostumbrados a quedarnos dormidos en el sofá viendo la tele, es casi como nuestra segunda cama. Mike miró el edificio viejo y pintoresco. ¿La Catedral de Notre Dame? Me gusta, suena bien. Norte Dan...

Sean se incorporó a la terraza trayendo consigo un refrescante aroma a flores. Ya le habían advertido sus amigos que los franceses tenían unos gustos un poco especiales, pero era un aroma agradable de todas formas. Le lanzó el teléfono al pelirrojo.

-Toma Sean. Todo configurado y funcionando. Tengo creada una cuenta para administrar el programa en el teléfono de Mel y en el de Sam, así puedo configurarlos cuando algo no va bien, usé esa misma en tu móvil así que si tienes algún problema solo tienes que decírmelo y desde donde esté puedo echarle un vistazo. En realidad Sam no necesitaba que hiciera eso, pero Mike se había empeñado tanto que la rubia no fue capaz a negarse. Cuando Charlotte extendió su mano para que le diera el móvil Mike la sujetó y como si de un baile a los que estaba acostumbrado se tratara la colocó al lado de Mel. ¡De eso nada! ¡No pienso perder una de las mejores vistas de París! Dijo mientras le guiñaba un ojo. Sean, ponte al lado de tu hermana y tu Mel déjame un hueco. Voy a colocar el comunicador apoyado sobre la mesa y no hará falta que nadie se quede fuera. Mike tenía práctica en esas cosas y mientras se acercaba a la mesa y centraba la pantalla con su hermana y sus amigos torció el gesto al escuchar las protestas sobre los deportes de Melissa.

Siempre igual...

-Bueno ¡Esto ya está! Prepararos que voy para allí. Se encenderá un led azul y cuando parpadee tres veces hará la primera foto, lo programé para que haga tres porque es difícil que Mel salga bien a la primera. Bueno con eso ya compensaba algo de las protestas del deporte de su hermana. Mike salió corriendo y se colocó junto a Melissa, seguida de Charlotte y Sean y justo antes de que el led les indicara que iba a lanzar la primera de las fotos añadió algo más. Y recordad, cuando vaya a hacer las fotos decir: patinaje sobre hielo. Mike sonrió con su propia broma quedando perfecto para la primera foto, aunque en la segunda cambió un poco la expresión para en la tercera volver la cara hacia su hermana y hacerle una mueca de burla. Tras terminar Melissa fue a retocarse al baño y MIke se quedó en la terraza con los dos hermanos. Bueno, pues en cuanto Melissa salga del baño nos vamos todos a visitar París. ¿La llaman la ciudad del amor no? Mike lo había leído en algún sitio, aunque no sabía bien el porqué del sobrenombre. ¿Eso es cierto? ¿Vosotros tenéis pareja?