Partida Rol por web

Una vez Nakamura se había ido el rubio tuvo toda libertad de caminar hacia donde estaban los demás, se había alejado un tanto de ellos por lo cual su conversación con Nakamura fue más que privada, había aprendido bastante y ahora debía ponerlo en practica, en su mente iba jugando con su propia aura mientras sostenía una daga en su mano derecha, intentando canalizar una cobertura de Nen en ésta a la par que caminaba hacia los demás notando como Kuroko parecía estar algo más calmado. Ya no sentía peligro en el ambiente e incluso había perdido la sensación de su cuerpo de pelea, tampoco es que fuera demasiado afinada ya que siempre había sido de los que prefería otros medios para poder solucionar las cosas. Cada vez que cubría su arma con nen procuraba lanzarla al suelo para ver si el efecto que causaba era el mismo enseñado.

Realmente ya le daba igual el examen, había perdido cierto sentido desde que ese tipo de situaciones había sucedido e incluso los presentes en el grupo, aún llevaba la mochila en la espalda y la situación parecía haberse calmado, no estaba alegre pero tampoco estaba enojado, Nakamura era una fuente casi inagotable de información y ahora necesitaba alejarse de allí. Si bienle dejo cierta enseñanza que podría servirle a futuro, aunque su futuro era mucho más confuso que la situación actual. Una vez cerca del grupo camino directamente hasta Kuroko, ignorando completamente a todos los demás y metiendose directamente en la boca del lobo, una vez cerca y completamente al alcance de éste el rubio con un tono tranquilo y mirada del mismo caracter decidió hablarle. -¿Que tal Kuroko-kun? ¿Ya te sacaras las vendas y estaras más calmado? -Le habló con total tranquilidad, como quien le habla a un amigo, si bien tenía cierto pasado con el sujeto de vendas que casi le mata al despertar su nen, también era la persona que había aceptado ayudarle a conseguir más información, sobre el aura y todo lo que ha aprendido hasta ahora. 

Una cachetada, directa a la cara, como venganza apropiada por la que le pegó él mediante Hilo Rojo a la misma que ahora lo desactivaba mediante ese mismo método, pagando cuentas entre la de ojos rojos y el de pelo rojo, entre la que buscaba y el que buscaba, entre ella y él, sin más, aquellos dos que habían sido unidos por mucho y quebrados por lo mismo.

Otra entonces, inmediatamente, de otra pelirroja igualmente, aquella que probablemente activó en momentos más claves con sus actuares la determinación del apostador, del jugador. Aquello era merecido y sus palabras, como siempre, como cuando le dijo lo de la loba entonces, y luego después, cuando le dió consejos: "¡Aprieta los dientes!" "¡Espabila!" "¡Cálmate!" "¡Actúa!", le motivaban.

Y sin embargo, al ir llegando la información sensorial producto de sus Check Eyes hacia variados que ejecutó en este lapso, entendió cosas que le hicieron sentir pesar inmenso, dolor, presión en el pecho y un sentimiento que no podía ser compensado ni curado con nada, ni una buena Save Hand a sí mismo. Joder, cuando lo intentó falló en hacerlo toscamente, estaba claro. Suspiró entonces y fue considerando todo.

No podía hacerlo, no le soportaba, no solo por lo que le hizo, no solo porque quizá o no tuvo que ver con su estado alterado sumado a los rasgos que ella tenía, sino porque simplemente ella no le bienvenía en este grupo y claramente, le hacía saber que él sobraba con su actitud. No había "Grupo B", como dijo Akemi, o más bien, él sobraba en el Grupo B, sobraba y lo sabía...

Pero eso no lo detendría, porque hacer lo correcto estaba bien, y eso era todo.

Aún a costa de sí mismo.

Tomó aire entonces y vió como la mencionada Kuruta corría y corría. Muy bien, porque mientras más lo hiciese, mejor, más lejos quedarían, y su técnica era virtualmente algo imparable o al menos, inevitable en ocurrir, producto de las inmensas limitaciones que le puso, como hilos de marioneta que asfixiaban y casi cortaban al títere flacucho, brazos de muñeca que era Takuro. Así debía ser. Soltó su mochila ahí, cerca de todos en ese grupo que estaría apunto de abandonar y a quienes apreciaba como nada, comenzando a hacer algo.

Al parecer empezó a... ¿Descomponer? O algo así hacer con su mochila, dejando que saliese otra desde dentro y arreglándola. Aquella mochila extra era distinta en color a la externa que todos verían, y de dicha sacaría unas pocas cosas y dejaría todo lo demás, acomodando por lo demás su vieja mochila, la cual se pondría a espaldas. Tomaría un naipe de los suyos y vió lo lindo que era dejar cartas en naips, cartas-cartas, tal cual. Sonrió al hacerlo mientras se le veía... ¿Llorar? No, o sea, salían lágrimas de sus ojos pero estaba serio, seco, concentrado, más caía el agua, curiosamente. Pasó a escribir en dos naipes, uno de ellos sería el Kaiser de Picas, tal cual, mientras que el otro sería otro distinto. Tras hacerlo, se concentraría, lanzando el del Kaiser de Picas en dirección a Nival, gastando SHU mínimo. No le dañaría, pero se movería como un proyectil hasta quedar clavado en algún árbol o roca justo en frente del parchado. Así, se preparó, tomó aire.

Y tras tomar ambas mochilas, desapareció usando Nen, manifestando entonces en un instante a una Akemi confusa y posiblemente jadeante por ocrrer mucho que sujetaría la "otra mochila", esa que parecía no ser de Takuro o que, por obviedad, Takuro dejó con Akemi para traer acá de vuelta. ¿Qué había pasado?

Algo, seguro.

Siempre tenía que pasar algo, después de todo.

Y eso ya se dijo.

Takuro tomó la mochila de Kairen, hubiendo dejado todo, cosas personales, items, todo lo que pudiese hacer a Jess recordar a su hermano mayor, dejándose para sí mismo solo tres cosas: Su cuchillo, que ahora sería su nueva arma personal y casi ritual reflejándole a él, como si lo encarnara a él al usarle o al revés, aún cuando lo que estaba haciendo/por hacer/hubiendo hecho no le hiciese digno de eso. Su móvil, el cual podría usar tácticamente y fue además lo último que Kai le dió aparte del toque en el hombro antes de morir, y finalmente... Su placa, tal cual, su placa que representaba que ahora eran ellos dos, tal cual, de nuevo, sin ser digno de usarla, pero llevándolo, como peso, como un estigma o una cruz por su traición, por su falta de valentía, por su ineficiencia. Antes de ponerse a llorar de verdad aprovecharía la gran agilidad de "[]" para hacer lo que todos vieron y teleportarse.

Aquello originalmente tenía la intención de teleportarse con un Enroque de Intercambio próximo y quedar pegado a Akemi mientras se iban, pero... Tal como sabía Takuro Nakamura, el 0%, el inútil, el poco preferido, el perdedor de la prueba muy como dijo antes allá abajo en el Castillo, esta técnica permitía un cambio apegado (exigiéndolo contra enemigos/oponentes), un cambio intermedio (pudiendo ser con enemigos o aliados) y un cambio completo, de posición a posición a distancia (solo con aliados). ¿Su traición ahora le hacía un "enemigo" de Akemi? No, porque era él quién decía quién era aliado y enemigo. Y forzaría a Akemi a ser su "aliada" a la cual traicionaría dejándola atrás.

Aquel teleport fue instantáneo, obvio, sin embargo, al aparecer al lado de ella a una larga distancia, la abrazaría, firmemente entonces, sintiendo pena, llorando ya (aún en aquel punto cuántico, de ínfimos segmentos de segmentos de segundos, eventos de tiempo tan pequeños que apenas la realidad podría registrar, y en el que, él mismo, por ser el que era desplazado por su propia Aura Emitida, podía percibir en tiempo real y casi a cámara lenta, irónicamente). Le pasaría la mochila de Kairen y el Naipe...

Una Reina de Corazones, por supuesto. ¿Qué más iba a ser?

Aquella diría lo siguiente:

Fallé. Fallé a Kai, te fallé a tí, les fallé a todos, soy basura... Pero quiero que tú, que eres poderosa y apta, me ayudes, egoístamente... Que le entregues por favor a Jess, que es la hermana de Kairen, sus cosas, que pueda conocerlo. Ella te aceptará más a tí que a mí, lo sé. Tengo que irme, tengo que ir a recorrer la isla, debo avisarles a todos de algo y buscar algo más. Me tienes con el Hilo Blanco de todos modos, así que tú elegirás si rastrearme o no. Yo... Te quiero, pero no soy digno. Hay más que te debo decir, sobre muchas cosas, cuando vuelva, si vuelvo.

Tú eres una persona fuerte, maravillosa, alguien sin igual, yo lo sé. Confiaré en tí de lleno.

Tako.

No intentó dibujar un mini-pulpo porque no había tiempo pero eso fue todo. Al final, muy como cambió de opinión con lo de irse con ella en vez de su nueva idea actual de dejarla atrás con el Grupo B para que estuviese segura de predadores, como el que mató a Wabi o algún otro, cambió de opinión respecto a decirle que se cuidara del Grupo B o algunos de ellos. Era una apuesta, confiaría en ella como dijo. Además, traicioneramente no le diría sobre Garou, porque pretendía no promover más odio, más mal. ¿No fue él quién dijo que al mundo le faltaba amor ahí, en el más allá?

Akemi volvería con esa carta-carta puesta en sus manos y directamente para leerla mientras él, Nakamura, aprovechaba para llegar lo más lejos posible ahora quedando en donde estaba Akemi antes, corriendo. Tras el cambio y "empujarla" hacia atrás en el Enroque, probablemnte por la inercia residual caería y rodaría varias veces como un muñeco de trapo patético y débil, muy como merecía, por hacer lo que hizo.

Finalmente, pasaría a levantarse entre todo eso, ajustándose la placa de Kai junto a la suya y hablando.

^{_{- Kai, por favor...}}

¿"Perdóname"? ¿"Golpéame"? ¿"Ódiame"? ¿"..."? No sabía. Miraba hacia el cielo con pena, porque era indigno, porque no completó él mismo la quest, porque no logró cumplir el juego él mismo, y por eso era basura, y por eso se torturaría a sí mismo, pero a su vez buscaría a la gente de Kuroko, y a los demás para avisarles. Tenía que hacer esto, no solo dejar de encadenar a Akemi, sino que mostrarse que o podía, por una vez, ser algo más que un 0% o morir y perder como merecía, independiente si esta prueba fuese un fiasco orquestado o no. Ahora o nunca.

Pensó en su vida, en cómo quizá era un verdadero inútil, y que sus padres, llenos de amor, le criaron pensando que quizá no podría lograr nada nunca, no molestándose cuando él no quiso estudiar al cumplir la edad, siendo alguien que solo vivía de juegos y ya, que quizá en el fondo sabían que era un tonto, un nadie. Y aún ese acto de amor le daba pena, por ser él culpable de eso. Lo odiaba, no quería que fuese así. Fallarle a todos, fallar siempre, no ser preferido ni aceptado por nada, ni la realidad misma... ¡ESTABA HARTO!

Tomó algo de entre sus propias cosas, en su ahora nueva-vieja mochila, quizá como simbolismo cruel de haberse separado del Grupo E, de Kairen por apartarle y no poder enfrentar él mismo a su hermana así como a Akemi, lo cual era una especie de poncho-capa plomiza, que se puso encima para ocultarse algo mejor (ya que, como sabemos, las "ropas coloridas y vistosas" no le ayudan en nada para ocultarse como bien inició todo este asunto) y así comenzar su travesía en esta nueva forma de viaje. Avanzó entre lágrimas, abundantes pero que iban parando a veces, triste pero feliz, decaído pero determinado, apenado pero aliviado, un desastre el hombre.

_{- Aura a 15 puntos o 'unidades' restantes, bien... ^Zetsu.}

Activó Zetsu pero sin activar Game Hands, solo para llenarse un poco de Aura y para fomentar la sutileza a medida que se desplazaba. Pensó entonces en el esquema general que logró ver al lanzar la canica al aire y usar Game Eyes mediante dicha. ¿Podría discernir más o menos donde quedaría otra área o sector de la isla? Intentaría hacerlo recordando entonces y concentrándose, estando con los efectos posteriores del cansancio de usar su modo de jugador o su entrada en "La Zona" por así decirlo, pagando el precio ahora. Tenía que, era parte de su nueva prueba de dignidad.

Porque últimamente, uno vivía de resultados y crueldad...

No de sueños ni esperanzas.

Aquel naipe-carta o carta-carta (una carta escrita en una carta de juegos) contendría lo siguiente:

Jefe parche, ojoloco-shachou y otros nombres que usted tenga, ni idea, la verdad. Tengo que agradecerle por haberme inspirado a ser más, a lograr más, colaborar conmigo e incluso apostar la integridad de su grupo por un inútil como yo. Y claro, permitirme estar en el grupo. Temo que no puedo seguir aquí por razones variadas, puedo contárselas cuando vuelva.

Pídole que cuide a Akemi o al menos, le ponga un ojo, no, eso no iba con mala intención ni buscando hacer una broma, sino de verdad, que simplemente, por favor, considere eso, el observarla y que ella esté bien, dentro de todo. Todo se ha vuelto complicado y, también, se lo contaré cuando vuelva o nos encontremos de nuevo. Si gusta puedo enseñarle Nen. Con la habilidad que usé antes debería no haber tenido problemas con su Bautizo, ya sabe, eso que pasa cuando uno aprende Nen y queda desmayado y todo, además de sanarle sus heridas variadas.

Agradecería igual que no me siguieran, pero eso ya no lo decido yo, realmente.

Agradecido y confiando en usted: Takuro.

Por último, que en realidad fue antes de todo, la carta hecha en papeles legítimos y no naipes-cartas que eran cartas-cartas dirigida a Kuroko y puesta entre sus ropas, directamente entregadas para poder mitigar o al menos, redirigir su furia producto de la maldición y la necesidad que le daba por matar.

Kuroko, no estoy seguro si recuerdas lo que pasó en el más allá, cuando hablamos con Kairen, con Akemi, conmigo y contigo, claro, jugamos cartas y tú mismo me diste el naipe con la palabra "Alterados". Usé mi habilidad para observar tu existencia, tanto tus genes como tu memoria. Pude ver muchas cosas, la verdad, cosas aterradoras y que lo cambian todo, y si bien te dije que no podía perdonarte por no saber hasta qué punto tu voluntad buscaba abusar de otros... ¿Has hecho todo esto por el bien?

Si me consideras algo, quiero que como modo de arrepentirte tanto por la gente matada como por la gente dañada por tu propia malicia, consideres buscar a los tipos estos, "Luna Negra", "Luna Roja", ni puta idea, se me olvidó, pero son una "Luna [Algo]". No estoy seguro que el tipo de las pistolas al que le diste una paliza soberana te quiera contar pero sabe algo, si pudieses intentarlo, bien, pero si no, pues nada. Te hice un pequeño mapa estimativo de una de las guaridas de estos hijos de puta.

Aquí se puede ver un mapa en relación al área general donde han estado el Grupo B casi todo el rato y más o menos apuntando hacia donde debería estar la cueva donde Takuro peleó con el "senpai".

Por ahí deberías hallar uno de sus escondites, tal cual. Si tienes que matar, mátalos a ellos, que lo merecen. Repito, esto es solo una petición mía, últimamente. Al final, tú decidirás qué haces con tu existencia, realmente, nunca negaré la voluntad humana, porque es lo que me define, el gran juego de la vida que tanto odio por ser ambiguo es lo que me lleva a buscar cosas para poder alterarlo, sí, pero a su vez mis poderes nacen de mi respeto por el mismo juego de la vida. Ironía supongo.

Y con eso, me despido por ahora. Quizá podamos volver a jugar cartas o algo. Gracias.

Sin "firma" al final, ni "Takuro" ni "Nakamura" ni nada, como si se dirigiese a él en silencio, al haber sido ellos dos seres sin nombre, almas que estuvieron juntos en la muerte y posterior a dicha. Aquello contenían las hojas que le dejó antes, sin más, con mapas y explicaciones incluídas aparte de dicho texto.

Tras el bofetazo de Akemi, Kuroko parecía reaccionar poco a poco. Akemi por otro lado, corrió lejos, dejando atrás a Nakamura, quien seguramente usara su habilidad para teleportarse con Akemi y cambiar de lugar con ella. Sin embargo no fue así.

Tras desaparecer, en su lugar, quedó Akemi, corriendo para luego frenarse al darse cuenta que había sido intercambiada.

Miró alrededor confundida, sin entender del todo lo que pasaba. Buscaba explicaciones con la mirada, mirándolos a todos por igual, desesperada por una explicación y buscándo a Nakamura entre la multitud.

[color=#0B4C5F]-T-Tako?? Tako, dónde... Dónde... _{^{M-Me dejó??}}-[/color] La Kuruta estaba shokeada, no entendía que había sucedido. Confió en Nakamura y corrió como él le dijo, y este la devolvió al punto de inicio para así, irse solo.

Cayó de rodillas y comenzó a llorar entonces ante lo sucedido.

Por otro lado, Kuroko observó a Garou, quien se había acercado a hablarle. Sonrió entonces y se levantó, acercando su mano abierta a la cabeza del muchacho lentamente para entonces acariciar sus cabellos. [color=#240B3B]-Nunca tienes miedo, verdad??-[/color] Dijo con una sonrisa y un tono diferente al que siempre usaba. Todo de él se veía diferente, era como si fuese otra persona.

Miro alrededor, observando el área devastada por la reciente pelea que tuvieron con él y con Adelita y Jess... Soltó un silbido dando a entender que estaba sorprendido por la destrucción circundante y tras eso se subió al tronco de árbol que había caído casi aplastando a Nival y compañía [color=#240B3B]-Están todos bien?? no he matado a nadie, verdad??-[/color] Preguntó con cierto descaro, pero sin su habitual tono burlón.

Ehhh... Jess no haber entendido absolutamente nada de lo que pasar aquí. Mi cabeza suele desconectar cuando Naka-nen hacia algo... ¿pero cuando había llegado a estar aquí si antes estábamos en el bosque? ¿Naka-nen no estaba aquí antes y Akemi se había ido? Entonces... ¿porque ahora era al revés?. No entiendo nada.

Fuera como fuese... sabía tres cosas principales: el de las vendas estaba presente pero por algún motivo estaba de buenas; tengo hambre y me gustaría comerme algo o dormir; Nubecita estaba en manos de Wade... y Akemi ahora lloraba muy fuerte. Cumpliendo prioridades... me acerqué a Akemi. Después de las cosas que hablamos en el bosque, me dolía verla así. Al estar de rodillas, no me fue difícil abrazarla -Aki-chan favor dejar llorar... Jess poner triste ver Aki-chan llorar...- le dije abrazando lo más que podía -Jess no entender Aki-chan estar triste... Jess estar Aki-chan no apartar Aki-chan dejar llorar... Aki-chan familia Jess- le dije al oído mientras me apoyaba en su hombro... Tenía hambre... y sueño... Los ruidos de mi panza y mis ojos medio cerrados lo indicaban... pero no podía dejar así a la pobre. Creo que hoy ya había llorado mucho... así se quedaría sin agua en el cuerpo. Al menos eso creo.

Aurora tuvo que parpadear muchas veces mas para entender lo que pasaba..., y aún así no entendió nada.... pero contó a todos, así que no faltaba.... ¿Y sempai?, faltaba su SEMPAI!!!, pero la chica buena lloraba mucho...

Aurora se acercó a ella y acarició su cabeza - No llores, te ayudaré a buscarlo!, ven, no llores!, lo encontraremos!!, Que dices? Aurora ahora puede ayudarte y podemos encontrarlo - acarició su cabeza con suavidad, tratando de alegrarla de alguna manera, Jess-chan, tampoco se veía bien, sería mejor dejarla descansar en algún lado...

Observó al tipo sobre el árbol - No lo se, Aurora no tiene buena memoria, pero solo falta Sempai... aunque no recuerdo mucho... pero tiene muchos mocos, la viste? - preguntó de forma inocente, pero sin separarse de Akemi, si le decía que quería encontrarlo, entonces activaría "eso" y lo buscaría hasta encontrarlo.... ver llorar a alguien bueno no es agradable..., quería ayudarla de alguna manera..., al menos mientras pudiera recordarlo, no duraría mucho en olvidarlo todo y debía ser rápido...

Me levanté con dificultades, no porqué estuviera malherido, sino por aquel extraño vigor que me estaba poseyendo. Quería una explicación de la situación. Sobre todo porque el "psicopata" tío José aun no nos había matado a todos. Estiré mí mano, aun no podía emitir sonidos de forma coherente. 

Y un naipe vino volando hacia mí. 

Me mató. Fue lo primero que pensé y trate de bloquearlo con la mano. Ya había visto lo que hacían los dardos, pero perder una mano era mejor que perder la cabeza. Por pura suerte el naipe quedo entre mis dedos, casi como si lo hubiera cachado. En este tipo de situaciones, la poca vida que recuerdo me habia enseñado a actuar cool y continuar. Obviamente estaba calculado. 

Giré el naipe y leí las primeras  palabras.

¿Se iba? ¿Cuando vuelva? 

Era una locura, había que detenerlo. Quité la mirada del naipe, pero Nakamura ya no estaba. Actuar cool y continuar. 

-Nos marchamos -digo mientras busco en mí bolsillo el mapa (no está en el mismo que el de las placas). Extraigo el papel y dejo el dardo y el naipe para luego. -Tomen sus cosas, a sus compañeros y... - rebusco en el suelo los pollos. Con una buena asada las tierra se le quitara, seguro. -... y recojan esos pollos de donde sea que salieron. Gracias. Nos vamos de aquí.  Hay otra ubicación perfecta en el mapa que servirá como lugar de descanso.

Habia cosas que hacer todavia, siempre las habia. Tenia que comunicar la muerte de Wabi, aun. Habiamos sobrevivido, otra vez. Así que merecian saberlo. 

-Mocos se fue, Aurora. Volvió a su casa con su familia. -En mi defensa, explicar quita tiempo valioso.

-Muevanse, muevanse. ¡Baja del árbol, Wade! Es seguro. Ravenant, Loca pelirroja, vengan acá ahora mismo y estén listos. 

Miré a Akemi llorando junto a Jess. Les dejaría un rato. ¡Pero los demás tenían que moverse! Comencé a aplaudir para apurar el paso. Antes de que el psicopata se de cuenta de lo que pasó pensaba poner mucho, mucho terreno entre nosotros. Entonces podíamos respirar, comer, charlar, leer el naipe y pensar que no debí dejar que se fuera. Aun teniamos asuntos pendientes. 

Tal y como había aconsejado Adelita en su (s)altísima sabiduría, el pelirrojo se había ido a buscar su propio árbol. Eso y las teletransportaciones no había sentado muy bien a la zombi del hilo rojo, que a pesar de ser la odiosa zombi del hilo rojo, estaba sufriendo por un hombre, cosa que Adelita no podía dejar pasar exactamente del todo más o menos. No tenía mucho que decir, solo lo que sabía. Luego estarás mejor. Asintió con un golpe de Bo a la Madre Tierra. Fue un buen golpe joder. Dejó un satisfactoria agujero.

Lo cierto es que en su inmensa grandilocuencia corporal, Adelita estaba cansada, magullada, herida. Se había llevado tan al límite como cuando conoció a Kuroko, la máquina orgánica en la que residía su ego tenía varias y dolorosas averías que de lo más seguro debían tratarse. No era mala idea seguir el consejo del parchesito. Podría haber guardado rencor a alguien, pero todo el mundo intenta/consigue matar a alguien de vez en cuando, ¿verdad, penesito pelirrojo? ¡ADELITA ESTABA CAMBIANDO Y CRECIENDO COMO PERSONA! Miró a Nival llena de cosas épicas bailando en las pupilas. ¡Empiecen a moverse joder! ¡AHORA VENGO JODER! Adelita se había fijado en que no era la única que había cambiado...

Se guardó definitivamente el bo en la cuerdita de la espalda, levantólos brazos, tomó un poco de impulso, y salió rebotando en volteretas hasta caer delante del 484. ¡YO TE MATÉ A TI! ¡ERES UN PUTO ZOMBI! ¿Quieres que lo intente otra vez, o ya jugaste satisfactoriamente y ahora estamos de buenas y tal? Adelita lo preguntaba por mera curiosidad, eh.

Llegaba un momento en la vida de cada persona, sin importar etnia, sexo o gusto, en el que tenía que sentarse cómodamente ante un muro, sumirse en su abismo personal y cuestionarse, "¿¡QUÉ MIERDA ESTABA PASANDO?!"

Claro que sin el exageradamente acentuado grito de desesperación proferido ante el inmutable muro, era una rabia mental que trataba de revolcar las bases de una incertidumbre inexistente, o quizá una demencia momentánea al no entender la realidad, perplejo, pensando seriamente que todo era una broma, o peor, un sueño.

Y porsupuesto, este era mi momento. 

Suspiré, como era de costumbre al cargar con mucho peso mental, pero esta vez la ráfaga de aire transfería ciertas propiedades más pesadas que de costumbre, como si mi aliento estuviera cargado de pequeñas partículas de hierro y minerales que le hicieran caer al suelo apenas saliendo de mi oscurecida boca. Ya todo esto era una locura, volar entre los aires cargado por una mujer con un retorcido sentido del humor, luchar contra la decimotercera resurrección sociópata de un cristo nauseabundo. Manipular el aura, controlar la mente de las personas, crear cosas de la nada, ¿en qué mente apegada al plano real puede pasar eso, sin que explote en pedacitos sobrecargada de información?

-Ah...Saben, yo...-Volví con la jerga pesimista, caído ante un mundo que simplemente no lograba encajar en mi mente-Hagan lo que quieran, si hay que disparan tírenme una piedra o algo para que despierte, pero necesito descansar...¡como sea, pero me impiere! 

Y con eso me dejé caer en contra del árbol del que había caído con precaución, amarrado quién-sabe-como de un arma de madera. Tendido ante la naturaleza, solo pude contemplar un rato el brillo intenso del sol que atravesaba las hojas como un panel cristalino. Al menos la vegetación no había sido trastornada, como parecía que todo estaba siendo. 

Mientras Aurora y Jess trataban de calmar a Akemi, esta las abrazó entre sollozos. Se sentía sola, necesitaba amigas que levantaran sus ánimos.

Por otro lado, Nival ordenaba a todos para movilizarse y salir de la zona, era tiempo de moverse. Kuroko miraba con curiosidad desde el árbol, como cada uno estaba en sus mundo, estando Ravenant durmiendo, Garou y Adelita hablando con él, las tres chicas abrazadas... Y Nival ordenando posiblemente al viento, que soplaba a su antojo... Sus dotes de líder eran nulas, no había de otra. Sonrió ante eso.

Cuando adelita se acercó, no pareció sorprenderse por sus palabras, solo soltó un -Vaya... Estás loca, sabes??- A modo de broma, con una... cálida sonrisa?? Primero acariciaba el pelo de Garou, luego esto... No tenía sentido!

Akemi parecía cómoda abrazando a sus amigas por lo que no parecía querer moverse pronto. Ravenant ya se había acostado. Garou y Adelita charlaban con Kuroko... Ninguno parecía querer dejar el área... Kuroko observó a Nival y soltó un -Oye! Qué tal si cenamos aquí hoy?? Qué te parece?! No parece que quieran irse...- Y pare rematarlo, se invitaba a la cena... Genial...

Joe... desde luego estaba cansada, quería comer algo ya. Por eso cuando escuché la palabra "cena" reaccione elevando la cabeza hacia quien lo había dicho: Kuroko. Era muy extraño... parecía otra persona distinta. Era muy amable por lo que se veía... comparado a como de violento y aterrador se mostraba cuando le encontramos. En ese sentido... me recordó a mi... -Raro... Kuroko ahora parecer mucho Jess- consegui decir... pero ya no podía aguantar más tiempo consciente.

Al final... cerré los ojos... Y me quedé dormida sobre el hombro de Akemi y abrazada a ella. Bastante había durado hasta el momento creo... estaba agotada y no había comido nada... E imaginando lo que estuve haciendo... era normal.

Aurora ante la reacción de Akemi no pudo hacer mucho mas que esperar a que la muchacha pudiera levantarse y avanzar por su cuenta.. – Parchesito, escucha al chico vendado, no podemos avanzar ahora, quien me acompaña a buscar comida?, comamos aquí – dijo sujetando un poco a Jess para que no se caiga de espalda, y mantener a Akemi, las dos chicas estaban fuera de combate, y casi todo el grupo, y no se veía como que pronto se fuera a hacer de noche exactamente…

Observó la zona done Echi-kun se durmió, podría ser bueno para estar un rato en la sombra, y Jess podría descansar ahí junto con Akemi – ven, deberías descansar un rato, te hace falta – le dijo a Akemi tratando de ayudarla a levantarse y dejar que los tres que están peor descansen en la misma zona para que sea mas fácil cuidarles.

Sintió la caricia en la cabeza y se quedo quieto como un buen chico, no dijo mucho más que una afirmación al notar que ya estaba tranquilo e ignorando completamente la situación que sucedía con Akemi o el otro grupo de chicas, tampoco importaba que Nakamura ya no estuviera, ya había hablado con él por lo cual lo más seguro es que tuviera algo en mente. -Me dan miedo otras cosas, no la muerte. -Pronuncio mientras notaba que adelita se acercaba con esa actitud completamente exaltada, fue la oportunidad perfecta para colocar sus ojos rojos ya que nadie estaría pendiente de él. "Requiem Play"..."Check Eyes" Iba a utilizar la técnica que le había enseñado Nakamura, el dispositivo se coloco en la muñeca de su mano izquierda y por un momento el muchacho sintió que aquello ya no era algo que él pudiese gustarle, tenía un plan antes de poder alterar sus propias habilidades. 

Se encontraba cerca de Kuroko por lo cual podía continuar con todas las cosas en sí, concentro su aura en sus ojos mirandole fijamente mientras esferas imperceptibles salían desde su cuerpo y rodeaban al pelimorado, no había razón para hacerle sospechar por lo cual podría continuar con todo lo que tenía en mente. Dame todos los detalles...Todo sobre ti...Utilizaré esto hasta que no pueda más. Estaba claro que Nival aceptaría el cenar allí, sobretodo porque no podría negarse a Kuroko nadie lo haría.

Inhalé, nadie parecía querer moverse. Sea por lo que sea y ahora aquel monstruo pedía comer aquí. Exhalé. ¿Quién iba a negarselo? Yo no, por su puesto.

-Recojan los pollos. Sí quieren comer. 

Busqué entre las ramas que habia tirado Aurora y Jess alguna, saqué el cuchillo (frío) y la afilé, fui hasta donde estaba el pollo. En esta isla parecía que nisiquiera hormigas había. Lo empalé y dejé la estaca clavada junto al mi. Traje varias ramas más pequeñas para disponer de una hoguera. En unas horas oscurecería. Me sentía agotado, veia todo ese humo blanco rectando con pereza desde cada rincón de mí piel. Seguia sin saber que era. 

Cuando dispuse las piedras, tome el canto romo del cuchillo y lo golpee, provocando chispas. Para encender el fuego. Estas obviamente no iban a ser suficiente, por lo que dejé de intentarlo y me levanté. 

-Tengan los pollos listos y en estacas. 

Me fui.

Seguí al árbol que se habia caido, y tomé como referencia las voces. Cuando no pudiera escucharlos, regresaría. Necesitaba combustible, habia visto un par de briznas de paja bastante seca que podían servir, pero no era lo que buscaba. Así que me puse a rebuscar entre los arboles. Tomé un trozo de corteza. Estaba dura, pero el árbol estaba bien. ¿Arderia? En muchos casos no seria buen combustible si estaba humedo, pero se veia tan seco que podia funcionar.  Saqué la moneda, un viejo habito, y la lancé. 

Se elevó a gran velocidad, y supe que no la volvería a ver. Por suerte no era la trucada, pero ¿qué pasaba? Tomé la corteza y me dispuse a regresar. Pero habia olvidado la paja. Me pongo en cuchillas mientras busco las zonas mas secas, con alguna beta amarilla, y un débil reflejo llamo mi atención a lo lejos. Me levanto alerta, y enfoco mis sentidos en escuchar. Pero no había nada hostil. Me acerqué y en la hierba estaba la moneda. La tomé junto a un puñado de paja, con la izquierda sostenia todo y con la derecha guardaba la moneda en su lugar. ¿Cómo la había visto? Era mucha casualidad, eso seguro. Me subo el parche para sobarme el ojo, pero no me dolía, ni me picaba. Lo sobé antes de abrirlo el mundo se tiñó de rojo. 

Había olvidado como se sentía. Era raro, pero me permitia ver mejor entre las sombras, aunque podía ver menos colores. Era algo útil, pero todavia me sorprendia que no me doliera. Me bajé el parche y regresé al campamento. Me senté donde estaba, puse la paja sobre la corteza y dispuse de frío para hacer chispas con la misma roca redondeada que tenia primero. El calor del fuego resultaba tranquilizante y vigorizante, cuando el sueño y el hambre te estaban venciendo.  

Tomé la estaca con el pollo y lo puse sobre el fuego para que el calor lo dorara.  

-El humo puede atraer gente. Cocinen rápido. 

Adelita no podía entender lo que pasaba. ¿Donde estaba el sádico juguetón que tantas dosis de adrenalina le había regalado? ¿Por qué la locura era algo a comentar entre ellos dos? ¡Justamente entre esos dos personajes joder! ¡Adelita estaba confundida joder! ¡No entiendo me cago en tu puta madre! ¡Reacciona pedazo de mierda vendada! ¡REACCIONA! Respiró tan larga y sonoramente como pudo, y pareció calmarse. ¿Entonces te quedas a comer? Es que, a ver, no entiendo. ¿Cual es tu relación con nosotros? ¿¡CUAL ES JODER!? ¿¡YA NO JUGAMOS A MATARNOS!? 

Adelita quería que volviera el 484 que conocía así que intentó ponerle las manos en la cara y estirarle la piel hacia todos lados. Vuelve hijo de la gran puta, tú no eres así, tú eres un sádico de mierda que mata gente por diversión pseudopolítica, vuelve jodeeeeeeeer que me voy a aburiiiiiir. Sin dejar de toquetear (o intentar toquetear) la cara de Kuroko, giró la cabeza al grupo. ¡YO DESCUARTIZO ÁRBOLES! ¡AHORA VOY!

Después de la tormenta, venía la calma.

O al menos eso se solía decir. Seguía sentado junto al árbol que me servía como espaldar provisional, observando más la naturaleza que corría entre los aires que al griterío que se formaba en mis narices. Un par de suspiros, un esbozo de sonrisa y sentía que todo estaba marchando mejor, que las cosas se encaminaban a moldearse brillante, y quizá lo que quedaba de fase podríamos pasarla sin demasiados compliques, a menos que...

-Eh...-Parlamentaba mientras hacía un esfuerzo por incorporarme, presa aún de la fatiga tanto mental como física-¿Me pueden recordar cuantas placas tenemos? Después de tanto lío, perdí la cuenta de las que tenemos.

Finalmente había logrado pararme, solo necesité un breve reposo para calmar el estrés que traía encima, cosa que no solventaba los golpes que había recibido en el encuentro anterior con...Yo, ya no sé qué pensar acerca de esto. Aquel vil engendro ahora parecía tan dócil como un infante amaestrado por sus padres, casi patético comparándolo con su antiguo ser. Solo quedaba la duda de qué le habría enseñado Nakamura para que cambiara tan bruscamente, pero ahora parecía ser un aliado en potencia. 

Kuroko levantó una ceja extrañado mientras el niño rubio le revisaba con Nen, pero no se veía hostil, por lo que se dejó examinar. Sin embargo, suspiró con pesades ante el comentario del niño...

-Vaya... tan pequeño y sin miedo a morir...- Dijo en un tono triste, entendiendo que para llegar a eso, tu vida ha de haber sido dura. Y entonces el huracán Adelita se llevó esa tristeza a la mierda!

-WOWOOOW!! Tranquila!! Acaso...- Dijo para entonces encorvarse un poco y poner su habitual cara de loco -Me prefieres así?? ♥ jejejeje ♪- Dijo volviendo a su habitual tono burlón, para luego reirse de su propia interpretación -Pero acepto el quedarme a comer, tengo hambre...- Soltó entonces sobándose la panza. Sin embargo no tardó adelita en darle un 3er infarto en menos de 15 minutos -N-No lo sé, so-solo...- Y agachando la mirada suspiró para entonces decir -él sabe...- Dijo señalando a Garou, quien acababa de usar en él la misma habilidad que había usado Nakamura anteriormente.

Sin embargo el 4to infarto llegó cuando adelita le manoseó la cara y le tironeó los cachetes con fuerza para pedirle que vuelva a intentar a asesinar a todos, porque aunque eso la mataba, la llenaba de vida! -Y luego uno es el loco...- Pasó fugazmente por la mente de Kuroko cuando la chica pegó un grito diciendo que iría a descuartizar árboles

-Ammm... Estamos parado en un árbol...- Dijo a Adelita señalando para abajo, ya que estaban parados sobre el árbol caído que Jess había tirado

Las lágrimas de Akemi cortaron casi al instante cuando Jess se desplomó encima suyo. Intentó atraparlo, pero Aurora estaba mejor posicionada y lo atrapó antes, evitando que se lastimara. -Uff! Casi!- Dijo sonriendo a la pelirosa. Una pequeña risa se escapó de sus labios mientras secaba sus lágrimas -Jejeje, es la segunda vez que me ayudas cuando estoy llorando!! Ya pareces mi hermana mayor!- Soltó entre risas.

Se levantó entonces levantando consigo a Jess y dejándose llevar por Aurora a un árbol cercano, pero orgullosa como era y acostumbrada a no mostrar debilidad, soltó un -No te preocupes, estoy mejor!- Para luego mostrar una cálida pero fingida sonrisa -Dejaremos a Jess aquí, yo me quedaré cuidándola... No te preocupes!- Dijo para liberar a Aurora y que pudiera hacer lo que quisiera. Despertaría a Jess a la hora de la cena.