Partida Rol por web

I need a hero [+18]

[SAKAAR]: Parte I

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14/05/2018, 23:21
Narradora

Un mes entero pasó desde que llegaron a aquel planeta por culpa de un agujero de gusano. Aunque en realidad no les salió tan mal porque era justo a dónde se dirigían: A la Manzana Dorada. El pacto era hacerse con un nombre, ganar la Contienda del Cumpleaños, conseguir la nave, la manzana, y salir de aquel lugar. El problema añadido que habían descubierto en aquellos días era: ¿Qué portal cósmico era el correcto? ¿Les valía cualquier portal para irse? ¿Debían elegir cuidadosamente? Por suerte, no era un problema que tuvieran que resolver pronto. 

Sí, habían empezado a hacerse un nombre. Cada cierto tiempo caía gente por los portales, hasta ahora alienígenas de todos los confines de la galaxia. Primero estuvieron atentas para poder pillar alguno que otro, luego decidieron que era más práctico arrebatárselo a los demás. Era una pequeña trampa que se le había ocurrido a Jenna, pero mientras no salieran del mar de chatarra no importaba. Lo que importaba no era encontrarlo, sino hacerse con el premio. Y ellas siempre buscaban hacerse con el premio. 

Lamentablemente, los campeones que encontraron no eran muy buenos. Jenna se convirtió en Señora de la Arena, y Thyra en su primera campeona. Le fue bien, al principio, pero no podía estar compitiendo todas las rondas ella sola: Había rondas individuales, en pareja, en grupo, todos contra todos, contra bestias, fieras... Se recuperaba rápido, pero necesitaba también descansar y no encargarse de ella absolutamente todo cuando estaba en la Arena. Por eso se apresuraron a buscarse otros campeones, y aquí entraban los que recogían de la chatarra, o a veces eran hombres que buscaban pagar sus deudas alistándose a la Arena, estos también eran bienvenidos... Pero no solían durar demasiado. Los de los otros Señores de la Arena tampoco, pero todos tenían de dos a cinco campeones buenos, ellas solo a Thyra. 

Así que el problema principal era conseguir Campeones. 

Con los dos millones de unidades compraron un montón de chatarra y pagaron mano de obra para construirse una casa a las afueras de la ciudad con pato incluido, para poder entrenar. Aunque su paso por ahí fuera temporal, las dos estuvieron de acuerdo al decidir que no podían vivir en la calle... Sobre todo cuando la gente estaba como una puta cabra y hacía juergas sinsentido todas las mañanas, tardes y noches. Los hologramas del Gran Maestro para anunciar paridas tampoco ayudaban demasiado. 

Era un planeta caótico, pero se le podía acabar agarrando el gusto si aprendías a jugar a la misma liga que los demás. Claro que todo el tema esclavos, gladiadores-esclavos y demás, podía ser más ofensivo que otra cosa, pero se trataba de adaptarse... Al menos con el objetivo de coger la Manzana Dorada, una nave, y salir de allí. 

Porque esa era otra, ¿dónde estaban las Manzanas Doradas? El Gran Maestro hacía fiestas en su torre cada dos o tres días, por no decir casi todos los días, y aunque estuvieron recorriendo la torre con disimulo, nunca lograron ver el árbol. Porque debía ser un árbol, ¿no? Lo cierto es que pudieron empezar a dudarlo, ya que tampoco vieron ningún jardín, ni ninguna zona verde en todo Sakaar, solo chatarra, agua y como mucho mucho algún árbol seco.

Faltaban dos días para la siguiente Contienda, y no tenían nada más que dos sakaarianos kamikazes, un easik demasiado pacífico, una krylonian que solo deseaba mantenerles la casa limpia y cocinar (cosa que aceptaron gustosamente) y un par de sneepers tan traicioneros como asesinos. Así que... Sí, la cosa estaba jodida. Ellas vivían en el tercer piso, mientras que los Candidatos (gladiadores) vivían en la planta baja. Lo tenían todo bastante bien ordenado después de que Jenna le rajara el cuello a uno por ser un guarro.

Era el momento del desayuno y Thyra estaba (extrañamente) vestida, con sus enormes botas encima de la mesa y comiéndose un bol de fideos tipo tentáculos con bichos en sus extremos. Se había aficionado a aquella comida, y es que estaba buena, por asquerosa que pudiera parecer. Como siempre, era Jenna la que hacía los números, estudiaba a los enemigos en la Contienda y... Se preocupaba, en general. 

Junto a ellas, en la cocina trabajando, estaba la krylonian, llamada Nancy, cocinando felizmente. 

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15/05/2018, 15:21
Thyra Odinson

Thyra se terminó el desayuno. Se podría volver adicta a aquellos fideos/bichos, si es que no lo era ya. Soltó el cuenco encima la mesa y la kryptoniana (apodo de Thyra) se apresuró a recogerlo para limpiarlo... Thyra la miró de soslayo. No era su esclava, tanto su hermana como ella se lo habían dicho como un centenar de veces, pero no le importaba. Tampoco le extrañaba. Desde luego allí la tratarían mucho mejor que cualquiera de los capullos de allá fuera. 

¿Vamos a buscar campeones? O qué -dijo levantándose. 

Por las mañanas solía entrenar, pero hoy no tenía ganas y prefería ir al mar de chatarra a buscar 1) campeones y 2) piezas útiles para la nave. Tanto Jen como ellas habían llegado a la conclusión que confiar en el Gran Maestro sería una gilipollez muy grande, así que habían empezado a buscar piezas para construirse su propia nave, ¿lo malo? No tenían ni puta idea. ¿Lo bueno? Ya encontrarían alguien que tuviera alguna idea. 

Esperó a que su hermana estuviera lista también para poder dirigirse hacia allí. Lo de chatarrera nunca lo contempló como afición, pero oye, era divertido. Y a veces encontraban cosas guays. 

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15/05/2018, 18:48
Jenna S. Roden

Me quito las gafas y las dejo sobre la mesa, contrariada, habíamos gastado bastante más dinero del que esperaba, aunque aun nos quedaba una buena suma, ¿cómo podíamos gastar tanto dinero? 

Cuando encontremos unos buenos campeones, no nos quedará dinero que ofrecerles.

Un intenso dolor de cabeza golpeaba mis sienes por segundos, haciéndose más y más fuerte cada vez.

¿Vamos a buscar campeones? O qué -dijo levantándose. 

-Deberíamos, sí. -mascullo dejando mi pipa sobre la mesa tras dar una última calada.

Me hacía mucha gracia que Sparks me la hubiese regalado, aunque sabía de sobra que lo había hecho para no ver mi cara de amargada cada vez que me apetecía fumar, o mis contestaciones fuera de tono, pero me daba la impresión que desde fuera se me debía ver sofisticada, algo así como una mafiosa de la arena, y eso me encantaba.

Me levanto de la silla y me estiro la camiseta, ofreciéndole una sonrisa a Nancy, que se apresuraba en limpiarlo todo y dejarlo recogido, ¿tendría miedo de que le rajase el cuello como aquella vez? No, a ella nunca.

-Bueno, en marcha, a ver qué nos encontramos hoy. -le hago una seña a Sparks para que me siga y me equipo con las armas que habíamos ido recolectando y de las que me había apropiado.

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16/05/2018, 19:47
Thyra Odinson

El paseo hasta el mar de chatarra fue uno como siempre rápido y tranquilo. No solían encontrarse con problemas por el camino, y la Kryptoniana se quedaba en casa limpiando y haciendo faena, incluso les hacía la cama y les lavaba la ropa. Era como haber vuelto con Mamá Jane pero sin sus castigos por haber salido hasta las mil, haber regresado borracha y habiendo perdido las bragas por el revolcón de la noche. 

Jenn apuntaba la zona por las que pasaban, así que aterrizaron a una zona en la que todavía no habían estado. Dejaron la nave en espera y ambas bajaron. 

No había demasiada gente por la zona, pero en el mar de chatarra era común que siempre hubiese gente... Más lejos que cerca. La principal economía se sostenía a base de la compra-venta de chatarra, así que era algo que mucha gente aprovechaba para hacer. Se necesitaba mucha suerte y demasiada paciencia. 

OSTRAS, mira eso -Thyra levantó un sujetador tamaño XXXXXXXXXL, una de las copas era más grande que toda su cabeza-. Podríamos venderlo como cuna para un bebé. Madre mía. ¿Crees que es el sujetador de la Hulk hembra? 

Se rió y lanzó el sujetador hacia atrás. Otra de las cosas que se precisaba para moverse en el mar de chatarra era inmunidad a las enfermedades o, en su defecto, tener una fuerte sistema inmunológico, porque coger cualquier mierda por remover toda aquella basura era lo más normal del mundo. 

Eh. Este armario está mejor que el de mi habitación -abrió una puerta de un armario de metal y ésta se quedó en su mano-. Retiro lo dicho -volvió a cerrarla y siguió mirando.

Thyra levantó la cabeza al escuchar un sonido lejano, se giró para ver que Jenna ya estaba mirando hacia allí. Unas naves se dirigían a uno de los portales a toda prisa. Su fama les predecía, desde que habían decidido intervenir el resto de chatarreros, la gente las temía porque robaban sus presas. 

Han encontrado algo.

- Tiradas (2)
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17/05/2018, 15:47
Narradora

Estaban cayendo. Estaban cayendo muy rápido y muy fuerte, después de haber pasado por la experiencia más rara en toda su vida... Tan rara que ni siquiera sabían cómo llamarla, porque fue como si los hubieran metido en una caja, la hubieran sacudido hacia los lados, hacia arriba, hacia abajo, la hubiesen abierto y los hubiesen sacado de dentro todavía sacudiéndolos. Como si se hubiesen metido en una lavadora/centrifugadora/secadora, puede que fuese la descripción más acertada. 

Durante la caída los avanzaron los centinelas, que cayeron inertes en un mar de chatarra. Uno de ellos al agua, donde fue sumergiéndose poco a poco. Después cayó Stanley, con su equilibrio felino y natural, sin siquiera hacerse un rasguño. El enmascarado, cuya ropa blanca había dejado de serlo para convertirse en color marrón, él cayó encima de un montón de escombros de todos tipos y diseños. Irina, sin embargo, no apareció por ningún lugar; Ella no cayó con ellos.

Cuando lograran mirar alrededor verían, primero, que los Centinelas estaban inertes tirados encima de un montón de chatarra. Porque había montones y montones de chatarra por todos lados, y en el cielo verían por lo menos medio centenar de agujeros de diferentes colores, por las que caían más y más chatarra. Tuvieron que apartarse para que no los pisara un montón de piezas metálicas que cayeron de nuevo. 

Era evidente que esto no era Nueva York, ni siquiera habiendo sido destruido por aquel grito no explicarían los agujeros... Y tampoco las dos naves de origen desconocido que volaban hacia ellos a toda velocidad.

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17/05/2018, 21:45
Jenna S. Roden

OSTRAS, mira eso -Thyra levantó un sujetador tamaño XXXXXXXXXL, una de las copas era más grande que toda su cabeza-. Podríamos venderlo como cuna para un bebé. Madre mía. ¿Crees que es el sujetador de la Hulk hembra? 

Una carcajada sale de mi garganta haciendo más ruido del que me hubiese gustado, obligándome a doblarme sobre mí misma.

-JODER, creo que valdría como hamaca para nosotras incluso. -ladeo la cabeza y sigo rebuscando con la intención de encontrar algo interesante, pero, aquel no parecía ser nuestro día- Quiero encontrar algo que pueda servirnos como radar para la nave, ya que perdimos el anterior, puede que se pueda configurar de alguna forma para...

Unos rápidos movimientos y un estridente sonido hace que me gire de golpe al sentir una corazonada.

Las naves se dirigían hacia otro portal a toda prisa, eso quería decir, que algo jugoso había caído desde él, y, seríamos nosotras las que nos llevásemos el premio.

-Vamos. -le hago un breve gesto a Sparks, que ya se había situado junto a mí y nos subimos a toda prisa en la nave- Prepara las chispas, yo tendré listo el cuchillo, pero lo que sea que hayan encontrado, nos lo llevaremos nosotras.

Con cierta maestría manejo los controles para seguir a toda prisa a las naves.

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18/05/2018, 11:09
Narradora

Notas de juego

Kairi [Irina], se ha quedado sin PC, así que la he quitado el Post, cuando recupere PC caerá al mundo por alguno de los Portales, no os preocupéis ;)

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18/05/2018, 17:27
Matthew

Aquel grito me pilló completamente desprevenido. Estaba preparado para evitar que la mano consiguiera llegar a los niños, pero no tuve la oportunidad, y tener los sentidos tan finos no fue exactamente de ayuda. No solo tuve que taparme los oidos con fuerza, si no también cerrar los ojos. Sentía que mi cerebro iba a escaparseme por cualquier orificio de mi cráneo, hasta que me caí hacia atrás y todo terminó en silencio. Mi primera impresión era que se me había rebentado el oido y había perdido el equilibrio... y que acto seguido me habían metido en la batidora de MJ mientras preparaba la cena, y no había puesto la tapa.

Una vez más caía. Pero no pasaba de estar de pie a caer al suelo. Caía, y caía, y caía y no paraba de caer. Un sonido se coló en mis orejas, un silbido provocado por el aire al ser cortado con mi cuerpo, acompañado de una profunda vibración de mi sentido arácnido. Me animé a abrir los ojos, justo a tiempo para ver la ostia que iba a darme y a cambiar la postura para no terminar empalado con un trozo de metal. Reboté varias veces entre escombros de todos los tamaños, formas y colores, hasta que por fin me quede estático en una posición. A pesar de la confusión y de lo extraño de todo, me levanté de un salto y escale entre los escombres consiguiendo una posición elevada, utilizando mis habilidades especiales para poder quedarme quieto en una pared completamente vertical. No había rastro de los niños, aunque si de los centinelas, completamente inmóviles. Aquello le tranquilizo un poco, pues estuvieran donde estuvieran los centinelas no les molestarian. Pero su mayor preocupación seguía viva. No había rastro de Nueva York.

El capitán, a diferencia de él, había caído de pie. Aquél tio era más resistente que un centinela. Con un par de saltos, piruetas y una telaraña caí al lado de su posición, subiéndome la máscara del traje hasta la nariz para poder toser y respirar un poco. Al mismo tiempo que me quitaba el polvo y la mierda de la ropa blanca me di cuenta de las naves que se acercaban.
- Este sitio no aparecerá en tu guía turística y los de la nave no serán amigos, ¿verdad? - al menos era evidente que habían aparecido de la misma manera que todos los escombros estaban cayendo.

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18/05/2018, 18:38
Stanley Rogers

El verse arrastrado de tal manera había sido de lo más extraño que había sufrido en toda su vida. Desde el extraordinario grito que a punto había estado de costarle la consciencia hasta su aterrizaje, no tuvo muy claro qué era lo que estaba sucediendo.

Mayor sorpresa hizo eco en Stanley tras vislumbrar una especie de fisuras en el cielo. Consciente de que no estaba solo, tomó prisa para ayudar al enmascarado, aunque lo vio ponerse en pie aparentemente bien e ileso. A él lo había visto llegar, o más bien caer, pero no a Irina, lo que le preocupaba tras lo acontecido contra los centinelas ¿Y si a su amiga o a los críos les había acontecido algo mucho peor que a ellos? No, seguro que no era así y todos se encontraban bien, sanos y a salvo, se dijo a si mismo.

-¡IRINA! -gritó a pleno pulmón por si la chica se encontraba allí y estaba herida, para asegurarse de que realmente no había dudas de que estuviese allí, solo que sin ser vista por ellos.

Cuando el del viejo traje blanco y negro, ahora ligeramente marrón, se acercó, Stan negó con la cabeza ante su pregunta. No era vergonzoso el aceptar que no tenía ni idea de dónde estaban.

-¿Cómo estás? ¿Todo en su sitio? ¿Nada roto? -le dijo al desconocido que había luchado a su lado y, por tanto, era un aliado -¿No habrás visto a la chica que estaba con nosotros o a los niños?

Mientras volvía a preguntar, Stan observó todo el lugar alrededor. Su ambiente era muy extraño, muy diferente de todo lo que estaba acostumbrado el de New York. Muchas más dudas estaban flotando en su mente, pero no era el momento de lanzarlas a su compañero de fatigas contra los robots puesto que, como había demostrado, se estaría devanando los sesos con las mismas cuestiones de similar modo que él estaba haciendo.

El reconocimiento visual no había sido más fructífero que la primera impresión que había tenido: que estaban en una zona completamente diferente de su hogar.

-Opino que debemos intentar comunicarnos con los que vengan en esas naves, puede que nos ayuden -comunicó a su compañero de viaje forzado. Al mismo tiempo cayó en la cuenta de que había algo que no había hecho, pero que iba a subsanar inmediatamente -. Soy Stanley Rogers -se presentó tendiendo la mano a modo de saludo. Si una pelea contra robots injustos no merecía que el otro conociese su nombre, pocas cosas lo lograrían.

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18/05/2018, 19:03
Narradora

Las naves llegaron raudas al segundo que Matthew se hubiese presentado, descendieron ante ellas y las puertas se abrieron. Bajaron media docena de personas... De difícil distinción. Llevaban sábanas/capas de diferentes colores sobre sus cuerpos y máscaras de todos tipos que cubrían su rostro, el único que no la llevaba era porque su rostro estaba pintado de color blanco. Parecían visiblemente nerviosos. 

Matthew no necesitaba sus sentidos del peligro para saber que aquellas personas no venían con buenas intenciones.

-Rápido. Rápido -decía uno de ellos con una máscara y la capa naranja, en un idioma que tanto Stanley como Matthew entendían perfectamente-. Van a venir. Van a venir -repetía con nerviosismo. 

El que iba con la cara pintada es el que alzó el arma, justo cuando Stanley Rogers podía tener intención de empezar una conversación o lo que fuese, pero tenían prisa. Así que sin previo aviso, le lanzaron una red eléctrica que hizo que todos sus músculos se contrajeran de puro dolor por cientos de descargas eléctricas. 

-Ya vienen. Ya vienen -iba diciendo el de la capa naranja, señalando hacia un lado.

Desde su altura, Matthew vería cómo otra nave, parecida a la primera, se dirigía hacia ellos a elevada velocidad. Antes de poder apartarse, otra red, por otro de los tipos y por eso tomándolo por sorpresa, era lanzada hacia él, haciéndolo lo mismo que Rogers unos minutos antes. Aquella red eléctrica que agarrotaba cada músculo de su cuerpo. 

-Cogedlos. Cogedlos.

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18/05/2018, 21:59
Matthew

- Todo bien, y todo en su sitio. - dije mientras estiraba los brazos y hacia tronar los huesos del hombro hasta la espalda. - Pero tengo la sensación de que va a dejar marca. - acto seguido me encogí de hombros y negué con la cabeza. No había señales de la rubia por ningún sitio, ni de nadie más. - Solo he visto los dos centinelas convertidos en chatarra por ahí. Y suerte han tenido, porque les habriamos dejado peor. Seguro que los niños están bien, se conocen el barrio y sin centinelas encima habrán podido escapar del porta aviones.

Una mueca se dibujó en mi rostro. También arqueé las cejas con sorpresa, pero la máscara se encargaba de tapar ese gesto. Si no hubiera visto como manejaba la situación con los niños y los robots, habría llegado a pensar que aquel hombre era estúpido. Pero Stanley Rogers era, simplemente, una persona muy confiada y positiva. La mueca se convirtió en una media sonrisa y estreché su mano con gusto.
- ¡Matthew! - confiaba en él plenamente, pero no iba a decir mi apellido en un lugar que no supiera que fuese seguro. Podía poner en peligro a la abuela. Una segunda mirada de reojo a las naves que venían terminó de confirmarme lo que me temía. - Con la máscara llamame Spiderman, Spidey, o cualquier variable que sea cómoda, por favor. Soy un gran fan. - acto seguido volví a bajarme la máscara y a ponerme la sudadera encima del traje. -  Sobre lo de hablar con ellos no creo que... - la vibración del sentido arácnido llego en ese momento, y fue tarde para Stan el capitán. Una red ya lo había atrapado. Suspiré y miré a la nave que venía. Resistirse no tenía mucho sentido. Lo más sorprendente de todo era que hablaban inglés. - Bueno a ver, que yo coopero. Quiero decir, podéis ahorraros lo de la red eléctrica y tod...

No, la diplomacia no era lo mío, aunque en mi defensa debo decir que ese fracaso estaba destinado a suceder. ¿Quién podría convencer a un grupo de "moradores de las arenas" que su presa iba a ir con ellos voluntariamente? Yo, no. Caí al suelo meneándome como un gusano. O eso creo, a esas alturas ya no era consciente de qué pasaba.
 

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19/05/2018, 10:06
Stanley Rogers

Desde la incomoda posición de estar sufriendo una electrocución atrapado en una red,  Stan tuvo que dar la razón a Matthew. No había sido una buena idea tomar el cariz diplomático, algo que se repetía a modo de reproche con cada sacudida eléctrica que recibía su cuerpo. 

Entre espasmos, con el cuerpo agarrotado, entrevió como a Spiderman (ya que llevaba el traje puesto, era adecuado usar ese nombre como le había indicado) también era asaltado por los extraños que parecían tener prisa por lo que mencionaban entre ellos. 

Stan, dispuesto a plantar batalla para no ser una especie de trofeo o premio para los secuestradores, y bajo una corriente continua que mermaba su disposición de volver a intentar explicarles que no era necesario lo que estaban haciendo, intentó superar la intensa agonía que sufría. No era nada fácil, pues cada segundo parecía más doloroso que el anterior y no creía que fuesen a cesar en breve con dicho proceso para tomarlos como rehenes o esclavos.

Plenamente consciente de que no era buena usar manos desnudas contra la red, pero que debía hacer ese esfuerzo para romperla, Stan forzó su cuerpo para agarrar la urdimbre. No era una cuestión de dolor físico, sino de imponer su voluntad al sufrimiento, de superar ese estado para poder ser libre él y ayudar a su compañero a su vez. si lo que pretendían era someterlos con facilidad, los individuos de las capas de colores iban a llevarse una sorpresa... o eso pretendía Stanley. No les iban a privar de su libertad si podía evitarlo.

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19/05/2018, 11:04
Sakaariano

Los sakaarianos intentaron darse prisa en llevar a los dos recientes prisioneros a su nave. Con Matthew, vestido con aquel traje negro y blanco marrón fue bastante sencillo meterlo dentro, lo arrastró uno y con la ayuda de otro alzaron la red y lo tiraron al interior de la nave sin ningún cuidado. Pero Stanley era mucho más pesado, necesitaron dos para poder arrastrarlo y cuando solo quedaba alzarlo y meterlo dentro... La nave que tanto temían que llegara aterrizó ante ellos. 

-Rápido. Rápido -iba repitiendo el mismo de las sábanas naranjas...

Pero ya era tarde, la puerta se abrió. 

Aparentemente, la mujer que empezó a bajar era humana, vestía con ropas marrones y sin la capucha. Lo que más destacaba en ella era su cabello níveo, su sonrisa socarrona y unas chispas que salían desde los brazos hasta la punta de los dedos. 

-¡Disparadla! ¡Disparadla!

-¿Dónde está la otra? ¡Falta la otra! 

-¡Matadlas! 

-¿¡Cómo quieres que las matemos a las dos si no sabemos dónde está la otra!?

El hombre con la cara cubierta de maquillaje blanco alzó su arma y apuntó a la chica peliblanca, cualquiera hubiese esperado que lanzara uno de sus rayos por las manos. Y sin embargo, el hombre fue repentinamente degollado sin previo aviso. Al caer el cuerpo, inerte, detrás de él apareció otra mujer, también aparentemente humana, de cabello castaño, con unos guantes y ropas negras, en su mano llevaba el cuchillo con el que acababa de degollar a aquel hombre.

El caos se sucedió durante unos pocos minutos. Apuntaron con las armas a la segunda mujer, descuidando a la primera, que les lanzó unos rayos que los hizo saltar por los aires, al mismo tiempo que la que había asesinado a sangre fría aquel hombre de tez blanca desaparecía de nuevo antes de aparecer enfrente de ellos, pero cuando la atacaron se disipó, y ella reapareció terminando de hacer el trabajo, atacando por la espalda. 

El ambiente empezó a olor a quemado. Al terminar, las dos mujeres se miraron. 

Al final resultaba que sí habían encontrado algo, los sakaarianos. En la nave, ahora sin propietario porque los habían asesinado/frito había una de sus presas, y en el suelo junto a la nave, otra, ambos varones y metidos dentro de aquellas redes eléctricas. Cuando los miraran más de cerca reconocerían el símbolo de Spiderman del primero, y el rostro del segundo, tan parecido al que fue el Capitán América. En cuanto a ellas, a excepción de sus poderes, era probable que no tuvieran ni idea de quién se trataban.

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19/05/2018, 13:13
Matthew

Siempre se dice eso de que no importa el tamaño del pez, siempre aparece un pez más grande que se lo come. Y exactamente eso era lo que pasó. Por suerte el pez que había llegado tenía un aspecto más humano y eran dos bellas mujeres. Despiadadas y de dudosas intenciones, pero mujeres. Mis ojos (y los de la máscara) se abrieron de par en par al ver con la brutalidad con la que trataban a sus captores, gesto que duró escasos instantes antes de volver a ser un popurrí de muecas eléctricas. No era el momento de juzgar a nadie con tan poca información. Entre espasmos me arrastré, apartándome del charco de sangre que había caido a escasos centímetros. Intenté incorporarme pero la electricidad que recorría todos mis músculos era un impedimento demasiado grande para mi, suficiente tenía en conseguir que no me salieran telarañas disparadas en todas las direcciones. No estoy orgulloso de reconocerlo, pero en aquella situación ni yo fui capaz de abrir la boca para soltar algún comentario socarron a las muchachas. Seguía a merced gente desconocida.

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19/05/2018, 17:49
Jenna S. Roden

-¿¡Cómo quieres que las matemos a las dos si no sabemos dónde está la otra!?

Cuando esa frase llega a mis oídos, una sonrisa aparece en mis labios, ensanchándose cuando noto el filo de mi cuchillo desgarrar la carne de aquel nauseabundo engendro.

Reaparezco para desaparecer de nuevo y seguir con mi misión, ser un fantasma, un fantasma ávido de sangre, que jamás permitiría que uno solo de los dedos de aquellas bestia tocase a Sparks, que ya hacía lo suyo con sus chispas. Formábamos un buen equipo.

El mejor.

Mis ojos se posan en los sujetos enredados en las redes electrificadas, con un gesto serio, evaluando crítica nuestro trofeo, y decido acercarme a ellos con paso firme y pausado, como si no quisiese asustar a la presa.

-Habéis tenido suerte. -susurro acercando mi cara al del símbolo de Spiderman- Puedo imaginarme quién eres, pero, no logro entender cómo has acabado aquí. -ladeo la cabeza y clavo mi mirada en el otro- Cómo habéis acabado aquí. 

Me incorporo y me encojo de hombros, como si mi curiosidad por aquellos dos tipos se hubiese disipado en un instante y toda mi atención se hubiese volcado en lo que hacer a continuación.

-Bueno, será mejor que nos deshagamos de esas redes. -investigo la forma de apagarlas colocándome sobre el pequeño Spiderman- Intentaré no cargármelas, pueden sernos útiles, Sparks, ocúpate del otro. 

No tenía muy claro si el chico parecía asustado o asombrado por la situación, pero la expresión en su cara, cuando no se estaba electrocutando, me hizo sonreír.

-En serio, tenéis más suerte de la que os imagináis. -encuentro un botón semiescondido cerca de los pies, donde, evidentemente, ninguno de ellos podría llegar, una vez apago la electricidad, me deshago de la red dejándola a un lado, y le tiendo la mano al chico para que se levante, si es que puede- Bienvenidos a Saakar, el maravilloso mundo de la chatarra, donde si os descuidáis os venden como mercancía.

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19/05/2018, 20:49
Thyra Odinson

No es que a Thyra le apasionara freír a la gente, pero después de un mes viviendo allí y teniendo que competir para tener un mínimo de ventaja o simple opción para salir de allí era la única forma que veía. La única forma para impedir que Jen terminara en la Arena, sobre todo. Iba a hacer cualquier cosa para que esto no sucediera, y lamentablemente iba a tener que acabar siendo así si no conseguían más Campeones, ella no iba a poder aguantar el ritmo mucho más. No si los demás se hacían con Campeones mejores. Afortunadamente, una vez más, lo habían impedido. 

Observó a Jen acercarse a la nave y subirse para liberar a... ¿Spiderman? Con clara confusión en su rostro, ella caminó hacia el que seguía en el suelo. Desconectó también la red eléctrica. 

Jen tiene razón. La ley del más fuerte: O comes tú o te comen ellos. Lugar donde tiparracos fuertes como vosotros están muy buscados -fue quitándole la red de encima, no creía que los musculados agarrotados les durara mucho rato. Con cierta rudeza colocó la mano en su barbilla y se la ladeó-. No les han puesto el disco de obediencia -se levantó y le ofreció la mano-. Vamos, el lugar más seguro ahora mismo es nuestra casa. Al menos nosotras no os queremos comer -esbozó una sonrisa socarrona-. Por ahora. Vamos a dejar que haya una primera cita, ¿no? 

Recogió la red, Jen tenía doblemente razón y era buena idea conservarlas. Luego miró la nave de los sakaarianos. 

Vamos a llevárnosla, podemos desmontarla y hacer algo con las piezas -reutilizarlas o venderlas.

La intención era engancharla a su propia nave, aunque ella sabía pilotar no iba a dejar a su hermana sola con aquellos desconocidos. 

Thyra y Jen Odinson -no, pero así se presentaban desde hacía tiempo-, ¿y vosotros? ¿Spiderman y Capitán América 2.0? ¿Tan mal están las cosas en la Tierra que hayan tenido que volver a héroes pasados de moda? 

La última vez que habían estado por aquellos lares las cosas estaban jodidas para gente como ellas, por eso se habían ido. Pero tener a un tipo vestido de Spiderman y a un tío clavadito a Steve Rogers... No podía ser coincidencia, o algo había cambiado o el asunto estaba todavía peor.

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19/05/2018, 21:14
Stanley Rogers

Stan asistió al espectáculo de muerte y destrucción con cierto horror por la perdida de vidas de sus captores. Aunque fuesen unos seres que, como decía la de pelo blanco, quisieran comérselos no era necesario acabar con sus vidas. Viendo el despliegue de poderes y fuerzas de ambas mujeres supuso que podrían haberlos reducido sin necesidad de acabar con su existencia de una forma tan tajante.

Stanley se aupó tras ser rescatado de su confinamiento en la red, habiendo recuperado cierta movilidad en su cuerpo, y, a pesar de tener que mostrar gratitud como era lo adecuado, también sintió gran pena por los caídos. El apellido Odinson le llevó a rememorar ciertas historias contadas de héroes de antaño que habían trabajado junto a su abuelo, el llamado Thor, hijo de Odin.

-Él es Spiderman y yo Stanley, no el Capitán, que era mi abuelo -no sabía si Matthew querría desvelar su identidad, así que usó su pseudónimo -. Encantado de conoceros y muchas gracias por la ayuda. Nos habéis salvado, pero, ¿era necesario acabar con estos pobres desgraciados? 

No debería juzgar lo sucedido, pero consideraba que lo que expresaban acerca de un mundo de dominio del más fuerte no era una forma correcta de ver el mundo.

-La verdad es que no sabemos muy bien como hemos venido a parar a ¿Sakaar? -cosa que era cierta -. Solo nos hemos visto arrastrados hasta este lugar tras un conflicto con unos centinelas en New York y, la verdad, es que en la tierra las cosas no es que estén muy bien.

Una vez dejo entrever lo sucedido, extendió su mano, aún agarrotada en parte, para llevar a cabo una adecuada presentación con las dos salvadoras empezando por Thyra, la que lo había liberado de su red.

-De nuevo, gracias por vuestra ayuda.

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20/05/2018, 19:29
Matthew

La corriente eléctrica cesó gracias a la loca encantadora mujer del cuchillo, y unos segundos después cesaron los espasmos, casi al mismo tiempo que también le quitaba la red de encima. Un gesto de agradecer, ya que probablemente se habría tirado un buen rato peleándose con ella. ¿Espasmos estando atrapado en una red? Nunca sabes donde se te va a quedar enganchado el pie, lo más fácil es que se te junte con la oreja. Acepté con gusto la mano que me ofrecía la desconocida que más adelante presentaron como Jenna. También dijo algo de que estabamos en un mundo llamado Sakaar. Lo peor de todo es que la teoría de que eso no era ni siquiera la tierra era la que más sentido tenía. La de como habían llegado hasta ahí ya no tenía tanto sentido. 
- Si... eso había leído en TripAdvisor. Pero no ponía nada de que la competencia entre los guías turísticos era tan sanguinaria. Le voy a poner 5 estrellas solo porque habéis ganado vosotras, el tio con la cara pintada no me daba buenas impresiones.

Las presentaciones corrieron a cargo de Stanley y de Thyra, mientras me acercaba al borde de la nave para mirar a los otros dos que estaban en el suelo, saludando con la mano cuando me mencionó Stanley. Desde esa altura parecía un noble saludando en un desfile. 

- Espera... ¿Ese Rogers? ¿Entonces no eres Capitán de un equipo de fútbol? - no, no había visto nunca al Capitán América sin su máscara, por lo que no lo reconocí por su rostro. Y no, no había caido al principio. Por si a esas alturas quedaba alguna duda, en ese momento las hermanas tendrían claro que no hacía mucho que nos conociamos, o al menos no nos conociamos muy bien. Con las palabras de Stanley también dejó muy claro que no era solo la viva imagen física del vengador. 
- Tengo que romper una lanza a favor de las Odinson. Tío, estaban gritando que iban a matarlas y nos han lanzado redes cuando intentabas dialogar con ellos. ¿Crees que si no hubiesemos sido nosotros y en nuestro lugar hubiese aparecido uno de los niños mutantes hubiesen hecho algo diferente? Para mi no valen más que un centinela. Claro que, por otro lado, decir que estamos pasados de moda y utilizar cuatro chispazos y un poco de capa y puñal para montar una barbacoa tampoco es demasiado elegante. Además, la carne me gusta un poco menos pasada. Pero gracias por invitarnos, todo un placer disfrutar de vuestra compañía, 10 sobre 10, repetiría la experiencia. 

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21/05/2018, 16:00
Jenna S. Roden

-Él es Spiderman y yo Stanley, no el Capitán, que era mi abuelo -no sabía si Matthew querría desvelar su identidad, así que usó su pseudónimo -. Encantado de conoceros y muchas gracias por la ayuda. Nos habéis salvado, pero, ¿era necesario acabar con estos pobres desgraciados? 

Mi ceño se frunce y chasqueo la lengua al escuchar eso, ¿de verdad pensaba que no era necesario? Unos segundos más tarde y se los hubiesen llevado para zampárselos vivos.

-Puedes, si quieres, quedarte aquí y esperar a que venga el resto, así podrás comprobar si era necesario o no que les matásemos cuando estén devorando tu carne estando aun consciente. -me encojo de hombros y le hago una seña a Thyra- Ojalá no tuviese que ser así, pero al final acabas aprendiendo cómo va este mundo, porque no es La Tierra ni mucho menos. 

Los comentarios de Spidey me hacen soltar una gran carcajada a la vez que me dirijo hacia nuestra nave para hacerme con una de las cadenas de hierro que usábamos para remolcar cosas, desapareciendo por unos instantes en el interior.

-Espero que aparte de esas cinco estrellas escribas una muy buena crítica, aparte de salvaros el culo os vamos a dar alojamiento. -coloco la cadena en uno de los laterales de la nave y la sujeto fuertemente a la nuestra, después giro la cabeza, de nuevo hacia el hombre araña, y más tarde hacia el nieto de Rogers- Aunque, bueno, también podéis buscaros la vida solos, no voy a ser yo la que os meta en una red electrificada y os obligue a venir con nosotras. 

Una breve sonrisa cruza mi rostro mientras camino lentamente hacia la pequeña rampa que salía de nuestra nave, a la que aun no habíamos puesto nombre, la pérdida de Sokovia nos había trastocado.

-Vamos, Sparks, que ellos decidan qué quieren hacer.

Y, tras decir esto, desaparezco en el interior de las paredes de metal, sentándome en el asiento de pilotaje y encendiendo los motores. 

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22/05/2018, 09:11
Thyra Odinson

Cuando el hombre llamado Stanley habló, Thyra miró en dirección donde había volado uno de ellos, y miró a uno de los que había matado a Jenna. Suspiró y miró al hombre, asintió con la cabeza, ignorando las duras palabras que le dedicaba su hermana. Siempre tan maja, ella. 

Sí, lo era, no nos hubieran dejado ayudaros sin pelear ni intentar matarnos. Aquí las cosas son muy duras.

Sonrió a las palabras de Spidey. Esperaba que no tuviera que repetir la experiencia, personalmente ya estaba harta de tener que patear culos y achicharrar a la gente. Pero era cierto cuando Jenn decía que allí las cosas eran muy diferentes a la Tierra. Tenía muy presente cómo estaban las cosas cuando se fueron, y si las cosas "no estaban muy bien"... 

Sin embargo, Jenn se dirigía a la nave dedicándole aquellas palabras y queriendo dejarlos a su suerte.

Thyra entornó los ojos y los miró a ambos. 

En realidad os necesitamos -Thyra era orgullosa, pero a diferencia de su hermana sabía verse en clara desventaja y aprovechar lo que la suerte les lanzaba al camino. Si aquellos tipos eran la mitad de buenos que sus antepasados o lo que representaban, se daría por satisfecha-, como vosotros nos necesitáis a nosotras. Os podemos ofrecer alojamiento, que es mucho más de lo que encontraréis por vosotros mismos. Si os encuentra alguien más os usarán de carne guisada o bien os obligarán a convertiros en esclavos. Y además, todos venimos de la Tierra, tenemos que ayudarnos entre nosotros. 

No dijo aposta lo que ellas necesitaban de ellos, sería algo que hablarían en la nave o ya en su casa. 

Retrocedió mirándolos y señalando la nave, la última decisión la tenían ellos, por supuesto.