Partida Rol por web

- Eh, venga, despierta. Está mi hermano en casa.

Como tantos otros días, a Dairiseki le despierta Kazuki, su amigo de la infancia. Hacía un tiempo que vivían juntos, y cuando el despertador no era suficiente para Dairiseki, Kazuki sí que lo era.

Kazuki era alto y fuerte, tenía el pelo azul y llevaba gafas. Además, era siempre muy animado. Su hermano, por el contrario, tenía el pelo negro, era bastante flojucho y parecía siempre triste o aburrido. Solo tenía 11 años, así que todos esperaban que cambiara tarde o temprano.

Al despertar a estas horas tenía tiempo de sobras para desayunar, prepararse todo e ir a trabajar, así que tenía tiempo para charlar con los hermanos.

- Se quedará durante el día, así que seguramente cuando vuelvas no estará.

- Hola Dairi.

Kichiro siempre iba cargado con una bolsa con juguetes o cosas con las que entretenerse. Otros niños de su edad se pasaban el día jugando a deportes o saliendo por ahí, pero Kichiro prefería entretenerse solo. Este día no era una excepción. Llevaba una bolsa cerrada con algo dentro, aunque no alcanzas a ver que era.

Pesadamente me dirijo a la cocina y me preparo un té.

-Buenos días Kaichi, como va en el colegio?

- Bien. Pero hoy no tengo clase. Así que me quedo con mi hermano.

Ves como se sienta y pone la mochila sobre la mesa. La abre, y de ella saca un juego de dominó.

Tras liar un increíble esturreo de piezas al que estáis acostumbrados, comienza a colocarlas haciendo figuras. Kichiro siempre había sido de hablar poco, pero también era fácil de acontentar.

- Eh Dairi, vente hoy a comer a casa en el descanso del mediodía. Voy a hacer curry.

A veces comías en el mismo trabajo, y otras veces, en ocasiones como estas, volvías un rato a casa a comer. Realmente no había problema con venir cada día a casa, pero eran más de 20 minutos de camino a pie.

-Claro, porqué no.

Apoyo mi cabeza en la mesa.

-No quiero ir a trabajar...

- Si no trabajas, no hay curry. Tú mismo.

Eso era cruel.

- Si hasta Kaichi quiere trabajar. ¿De qué quieres trabajar, Kaichi?

Sin apartar la vista de las fichas de dominó, Kichiro dice:

- Quiero ser contrabandista. En una película decían que ganan mucho dinero.

Kazuki se ríe a carcajada limpia.

- Dairi tío, te juro que eso no fue lo que me dijo ayer... - y se sigue riendo.

(risas)

-Imagino, y de qué querrías ser contrabandista Kichi? de Kit-kats?

- Solo contrabandista.

Kichiro termina la figura que estaba haciendo. Una torre. Era ligeramente alta, pero una mínima brisa podía tumbarla.

Kichiro la mira, no sabrías decir si satisfecho o no, y comienza a desmontarla empezando desde arriba. Una vez terminara volvería a hacer otra diferente, estabas seguro de ello.

- Tengo sed.

Kichiro se levanta a medio desmontar la torre y va a la cocina, al lado, a servirse agua.

- Mi madre ha vuelto a encontrar trabajo. Bueno, eso espero. Va a la entrevista hoy, aunque no es nada del otro mundo, es un trabajo de oficina.

La madre de Kazuki y Kichiro cuidaba al hermano pequeño sola. No hacía ni un año que la madre de Kazuki y su padre se separaron. El padre se fue a una ciudad vecina, mientras que la madre tuvo que buscar trabajo. Había pasado por dos diferentes y este sería el tercero. Por suerte, nunca tuvo problema para dejar a Kichiro en el comedor del colegio o con Kazuki. Incluso alguna vez Dairiseki se quedó cuidándolo.

- Le ayudo todo lo que puedo... pero no es suficiente. Supongo que volverá la temporada de Kichiro quedándose en el comedor del colegio cada día. Y ahora en las vacaciones de verano tendré que cuidarlo yo.

A Dairiseki se le inunda el alma de felicidad. Le pasaba cada vez que recordaba que llegaban las vacaciones de verano, en las que él libra. ¡Y quedaba ya menos de una semana!

-No te desmoralices, ayudas mucho a tu madre y eso se nota, Kichi también lo sabe, incluso yo! (risas)

-No quiero pero debería ir yendo o voy a entrar tarde por segunda vez esta semana

Dejo los utensilios en el lavamanos, agarro mi uniforme y salgo de casa.

Kichiro y Kazuki se despiden de ti cuando sales.

Hace calor. Bastante calor. Pero el supermercado tenía aire acondicionado. Era una delicia, y solo por eso ya valía la pena ir.

Esta vez, llegas a tiempo. Te saludan tus compañeros de trabajo, te pones el uniforme y te preparas para otro día pasando productos y más productos por el escáner.

El día se plantea... aburrido. Como un día normal. Pero fresco, como un día en el supermercado.

Una señora te da varias monedas para pagar su compra, y abres la caja registradora. Pones el dinero, le das el cambio, y se marcha.

Un joven te da dos billetes para pagar la suya. Pones los billetes en la máquina y le devuelves varias monedas.

Un hombre de avanzada edad te da monedas para pagar su compra. Pones las monedas en ella y se marcha.

¿Eh?

Esta última vez te ha parecido ver algo en la caja registradora. Dentro. Parecían... ¿ojos? ¿Qué cojones?

El hombre se marcha, extrañado por tu expresión. No había nadie detrás suyo, aunque seguramente no tardaría en llegar alguien más.

Vuelvo a abrir la caja registradora.

El dinero está ahí. Las monedas, los billetes... parece todo tal como estaba. No se ven ojos dentro. Menuda tontería, ¿no?

Debió haber sido tu imaginación, aunque solo de pensarlo te da repelús.

Me encojo de hombros y echo un vistazo por la tienda, hay alguien?

Delante tuyo hay dos colas más de gente, las cuales llevan tus compañeros. Todo el mundo va a lo suyo y nadie te presta atención. Una chica viene con una cesta de la compra por un pasillo, y va directo hacia ti. Es lo que tiene estar en la cola vacía.

Esa chica te suena. Es joven, debe tener alrededor de 16 años y lleva una vestimenta peculiar. Es por eso que la conoces. Es la sacerdotisa más joven del pueblo y va vestida como tal, aunque no conoces su nombre. El templo en el que está no queda muy lejos.

- Buenos días.

Pone la compra en la cinta. Hay vegetales, un poco de carne y mucho, MUCHO té.

- Menudo calor hace hoy, ¿no?

-Y que lo digas, por lo menos aquí dentro tenemos aire acondicionado.

Voy pasando su compra.

-Tenéis ventiladores o algo en el templo? Ten, estos están de promoción gratis por comprar varias botella de té.

Le doy unos polos de helado.