Partida Rol por web

Youta analiza las palabras de Saki, y un par de segundos después dice:

- ¿Puedo sentarme? - señalando al mostrador

No era algo muy normal, pero la jefa no estaba cerca y Tsukihime lo hacía constantemente, así que le dió el visto bueno.

Una vez Watanabe sentado, dice:

- Creo que sé cuál es el objetivo de mi Arcano. No sé si te darías cuenta... pero hace mucho que nos conocemos, de clase, pero nunca habíamos hablado. De hecho, yo no hablaba con casi nadie de clase. He sido... demasiado tímido digamos.

¿Eh? ¿Desde cuando Saki y Watanabe tenían tanta confianza como para que le contara esto?

- Realmente... yo intentaba hablar con la gente. Intentaba acercarme, pero simplemente me daba miedo. Pero quería hacerlo. Era bastante duro. Lo que hizo mi Arcano durante un tiempo, fue impedirme ni siquiera intentarlo. Me parecía que era contrapudecente. Claro, a mi me molestó mucho, y no paraba de pensar en formas de acercarme a la gente que me rodeaba sin tener el peligro de que mi Arcano interviniera. Aún así, él lo hacía. En parte me alegré cuando me enteré de que teníais Arcanos. ¡No me malinterpretes! Obviamente no os deseo ningún mal... pero era la excusa perfecta para acercarme.

Watanabe había hablado bastante rápido, hasta el punto de que necesitó tomar aire para continuar.

- Y un día de la semana pasada, mi Arcano dejó de actuar. Dadas mis increíbles ganas de tener contacto con otros... de tener por una vez amigos, pude enfrentarme a mis miedos y entablar contacto. Notarás que hace un tiempo que no ocurre nada, ¿cierto? Creo que esta era la intención de mi Arcano. Aunque no sea una solución permanente, porque aún no hablo con desconocidos, es algo que ha funcionado. Tengo totalmente aceptado que solo me quiere hacer un bien, aunque sea de una forma poco ortodoxa.

Tsukihime estaba totalmente concentrada. Saki podía sentirlo. Era una historia conmovedora, pero Saki seguía con la idea en la cabeza de por qué le estaba contando a ella todo eso.

Para Saki aquello era una oportunidad. El momento ideal para dejar las cosas claras. Era cierto que no entendía a que venía la confianza fortuita que le ofrecía Watanabe, pero quien sabe, a lo mejor solo se moría de ganas de hablar de ello con alguien. Al menos él tenía el valor para hacerlo. Era algo que Saki podía envidiar. 

Saki asintió, dando a entender que esta de acuerdo con sus palabras. 

- Creo que ya entiendo que es lo pasaba antes. ¿Recuerdas cuando el Sábado mencione que en el fondo nuestros arcanos somos nosotros mismos? Por ese motivo es por el que nuestros arcanos solo saben resolver nuestro problema de la forma que nosotros sabríamos resolverlo. Puede que tu arcano sintiera el miedo que tenias de acercarte a la gente y lo trataba como algo negativo. Te apartaba de ellos para que no te hicieran daño... - Saki se dio cuenta de que quizás se estaba excediendo en confianza, era mejor cambiar de tema. - En todo caso, si ha dejado de hacerlo es porque esta claro que has conseguido enfrentarte a tus miedos y ambos habeis aceptado que acercarse a la gente no es algo malo. Tus progresos son algo admirable, Watanabe. 

Saki le dedico una sonrisa sincera en ese momento. Y después se sonrojó, no había nada mal en hacerle cumplidos a la gente, pero realmente no estaba acostumbrada a ello. Saki miró hacía otro lado distraída, mientras que se le pasaba el rubor y después volvió a mirar a Watanabe. 

- En todo caso, visto lo visto, quizás tu arcano no te va a dar una ayuda tan directa como Tsukihime... Pero las cosas te van bien de todas formas, ¿No?

- Sí, realmente no puedo quejarme. Al menos, tengo en quien confiar.

Esta vez, es Watanabe el que dedica una sincera sonrisa a Saki. Tenía una sonrisa bonita. Es una lástima que no sonría más a menudo.

- Realmente... quizá parezca una locura. Pero aunque siga sin poder hablar bien con extraños, no me importaría vivir ya así. Antes era duro, el no poder hablar con nadie. Pero en el momento en que tienes a quién decirle las cosas, aunque fuera una única persona, la cosa cambia. Aún así, lucharé duro por solucionarlo. Y cuando termine, me entregaré al máximo para ayudaros a vosotros.

¿Será posible? Si, lo era. Saki se estaba emocionando. De pronto el rubor dejo paso a algo que tenía más guardado en el interior, algo a lo que obligaba a no salir por ningún motivo. ¿A que venía esa sensación? Algo se estaba aglomerando en su garganta y los ojos se le estaban humedeciendo. 

Estaba claro a que venía, muy claro, tan claro que era doloroso. 

En el preciso instante en el que una lagrima empezaba a correrle por la mejilla, Saki giró la cara hacía otra dirección. De pronto, como movida por un muelle, se levantó bruscamente tapándose la cara por donde Watanabe podía mirarla. 

- Disculpa, tengo que ir al baño. 

Con paso rápido y sin preocuparse si quiere de dejar su placa de "Ausente", Saki se abalanzó sobre la puerta del lavabo más cercano y entro en uno de los cuartos cerrados.

¿Porque? ¿Porque le estaba pasando esto? ¿Porque no podía aguantarse? 

Saki comenzó a llorar en silencio con la cabeza oculta detrás de sus brazos. Paso varios minutos así sin sus sentimientos claros hasta que se despejó y ordenó sus ideas mientras miraba a la nada. 

Watanabe había sido tan abierto... Tan cercano... Tan... Tan amigable que algo dentro de Saki se había vuelto a romper. Un odio irracional hacía ella misma, hacía su debilidad, hacía su forma de tratar al mundo. No había podido soportarlo, no podía soportar mirar a la cara a alguien que había demostrado tanta fuerza como Watanabe. Se avergonzaba solo de volver a pensar en sus palabras. 

Saki dejó que las lágrimas siguieran corriendo por sus mejillas.  

Saki pierde la noción del tiempo entre sus llantos y pensamientos.

Tras un rato, que Saki no sabría decir si eran segundos, minutos o incluso si hubiera pasado alguna hora, oye la voz de Watanabe fuera de los baños:

- Saki. ¿Te encuentras bien?

¿Quizá llevaba mucho rato ahí metida?

- S-si... ¡Si! - Dice de pronto, mientras sale precipitada del cuarto cerrado. - Ahora salgo. 

Saki se lava la cara de forma frenética y se seca como mejor puede. Después mira los resultados de su trabajo. No iba a convencer a nadie con aquello, estaba claro que había llorado. Vuelve a darse otra repasada, su aspecto sigue sin mejor mucho pero con el pelo un pelo hacía delante y la gafas quizás pudiera disimularlo un poco...

Se apaña las gafas ligeramente y se las pone. Ahora el mundo esta rodeado una ligera neblina. Se peina lo mejor que puede y sale con un paso mucho más decidido que ella misma del cuarto de baño. 

- Siento haberte hecho esperar. - Dice con una falsa sonrisa tranquilizadora hacía Watanabe.

Lo mira unos segundos pero después mira su mostrador. Entonces es cuando se da cuenta de que no ha puesto la placa. Va a paso rápido hacía allí y se sienta en su silla. Mira a Watanabe desde allí, como esperando a que vuelva. 

La cara de Watanabe da a entender que no se lo traga.

Pero no hace ningún comentario al respecto.

- Bueno... - momento tenso - Creo que iré a la sala de estudio. Por si no te ha dado por mirarlo, hay un libro que va genial para la asignatura que da Shinohara. Medidas de seguridad en estadios y salas de conciertos. Ese es el nombre completo. El temario coincide bastante.

Realmente sonaba como que coincidía. El profesor Shinohara daba la asignatura de "Seguridad en espacios públicos", y habían temas completos referentes a estadios y salas de conciertos. Quizá deba echarle un vistazo más adelante.

- En fin. Nos vemos Saki.

Watanabe se despide con la mano y va a la sala de estudio.

Saki asiente, algo avergonzada aún y se despide.

Cuando Watanabe se va se relaja un poco y se quita un peso de encima. Otras personas la hubieran interrogado, era un milagro que Watanabe fuera reservado para esas cosas. 

Inconsciente de cuál debe ser su próximo movimiento, Saki busca en el ordenador distraída el libro que le ha recomendado Watanabe. Quizás un poco de estudio la despejaría. 

Mientras Tsukihime leía la copia de "Spice and Wolf, tomo 1" que Satoshi había entregado a Saki de parte de su jefe, Saki estudiaba del libro que Watanabe le recomendó.

El tiempo pasaba, y sin darse cuenta, termina siendo la hora de cerrar.

Watanabe se había marchado hacía un rato, tras una despedida acompañada de una sonrisa, y solo quedaban Saki, Tsukihime y la bibliotecaria jefe.

Tras cerrara la biblioteca, Saki se dirige a su casa.

Cuando está llegando a las escaleras del templo, Saki ve a dos figuras sentadas en las escaleras.

Hana y Mei hablan juntas, y por el hecho de que están sentadas, Saki percibe que pueden llevar un buen rato ahí.

Al verla llegar, Hana se levanta y saluda a Saki animadamente con todo el brazo.

Mei también se levanta.

- ¡SAAAAAAAAAKIIIIIIIIIIIIII!

Sí, era Hana. Confirmed.

Era lo que le faltaba a Saki hoy, una doble puñalada...

Por un lado le sentaba mal ver a Hana ese día. Después de los dramas que había tenido , su estado emocional no era algo que pudiera pasar desapercibido. Cualquier palabra mal dicha la podría derrumbar fácilmente... Y a pesar de que no le molestaría que Hana la consolará, tampoco quería hacerla pasar por ese mal trago. 

Y por otro lado estaba Mei, otra vez... Otra vez Mei... Y nada menos que con Hana. ¿Esa mujer nunca se rendía? ¿Nunca se dejaría de involucrar? ¿O quizás había sido Hana? ... Hana no había expresado ninguna opinión respecto a Mei durante la reunión... De hecho era posible que se hubiese enterado de muy poco de lo que pasó ese día. Quizás... Quizás no pudo captar la tensión... Quizás no sabía que Saki ya no toleraba a Mei. Sería mejor que fuera eso, más valía que esa conversación fuera cosa de Hana y no de Mei. Más le valía a Mei. 

Saki intentó forzar la sonrisa lo mejor que pudo y le devolvió el saludo a Hana. 

- Hola Hana, ¿Que haces aquí? - Saki intenta no desviar la mirada hacía Mei, pero le es imposible no mirarla de reojo. 

Hana se gira hacia Mei, que rápidamente dice:

- No os preocupéis. Hablad todo lo que queráis, yo me marcho ya.

Hana va claramente a decirle que se quede, pero Mei interrumpe y dice:

- Igualmente, tenía que hacer ya la cena. Pasad buenas noches.

Y se marcha escaleras arriba. Sin prisa. Pero sin pausa.

Hana se gira finalmente hacia Saki de nuevo.

- ¡Hola Saki! - repite - Vine a ver a Mei para que me aconsejara sobre mi Arcano. ¿Y tú? ¿Sales de la biblioteca?

"Vine a ver a Mei para que me aconsejara sobre mi Arcano." 

Aquellas palabras resonaron varios segundos dentro de la cabeza de Saki y se clavaron más fuerte en su interior que las dos primeras puñaladas. 

"¿Por que?" 

¿Por que Hana había preferido ir a preguntarle sobre los arcanos a Mei? ¿Por que...? Una pizca de sentimiento de traición se comenzó a acumular dentro de Saki, pero lo apartó de su mente, muy lejos de su mente, ni por un momento se le habría ocurrido que Hana... No. No era posible. Hana no era así... Debía de haber algún motivo... 

Pero el motivo más evidente también le hacía daño a Saki. 

"Se fía más de los consejos que Mei le pueda dar que de los mios..." 

Y si eso tampoco era, daba igual. Hana había pensado en Mei en primer lugar... Había preferido hablar con ella. Era evidente, las cosas eran así... Saki nunca le había negado la entrada en la biblioteca a Hana, nunca le había negado una conversación. Hana sabía perfectamente donde estaba Saki, y había preferido ir a hablar con Mei... 

Pero Saki no podía enfadarse. Estaba claro que no, lo más posible es que Hana lo hubiera hecho sin querer. Pero un gesto tan inofensivo... Incluso algo como un pensamiento fugaz... Comenzó a volver a desatar la emoción en Saki. 

- Bueno... - Dice Saki, intentando disimular lo mejor que puede la tensión. - ¿Y de que habéis hablado? 

- Bueno, le he contado lo que ocurrió aquel día con mi Arcano. Le he preguntado si era un Arcano peligroso... pero dice que no. No estoy muy segura...

¿Ya está? Parecía que Hana no tenía nada más que contar, o al menos no hacía ademán de seguir hablando al respecto.

"Quizás solo quería una segunda opinión..." 

Saki estaba lejos de la conversación y solo la escuchaba como algo superficial. 

"Quizás solo necesitaba que más gente le dijera que su problema era tratable. Eso es normal, ¿No?" 

O quizás... solo quizás... Saki hubiera estado ciega durante unos segundos. Ante sí tenía un ejemplo de su propio comportamiento y se había negado a reconocerlo... Quizás Hana solo no quería complicarle a vida a Saki... 

Ese pensamiento tranquilizó un poco a Saki. Por el momento tendría que tragarse su orgullo y intentar ayudar a su amiga y no complicarle la cabeza con inútiles intrigas... Al fin y al cabo eso era lo que le había prometido que haría.

- Mei tiene razón Hana. - Dice Saki poniendo en una mano en el hombro a Hana, en gesto tranquilizador. Pretendía sonreír también, pero la sonrisa le salía forzada así que desistió y decidió continuar con un tono más serio. - Ningún arcano es peligroso por si solo... - "Aunque últimamente me cuesta creer eso hasta a mí". - Ya dije el otro día que los arcanos somos nosotros, cuando hayas podido entender porque hace lo que hace, estoy segura de que podrás convencerlo para que deje de hacerlo.  

- Sí... supongo que será eso...

Saki casi podía oir el cerebro de Hana funcionando. Realmente se esforzaba por entender al mundo, a su Arcano, y a ella misma.

- Ayer intenté hablar con mi Arcano. Pero no me contestó. Supongo que tendré que intentarlo más... o pedírselo por favor. ¿Crees que podrías ayudarme mañana con eso?

Visto cómo salió todo la última vez, Saki dudaba de que fuera una buena idea, pero aún así...

- Si, si claro. Si quieres podemos quedar después de clase, antes de entrar en la biblioteca, en el parque. - Dice Saki con un poco más de entusiasmo. Entonces hace un gesto de quitarle importancia. - Aunque no te hostigues por no poder hablar con él, creo que empiezo a ver que algunos arcanos simplemente no se pueden comunicar con palabras con nosotros. Yo simplemente tuve mucha suerte con Tsukihime. La clave está en entender su comportamiento. 

- ¡Gracias Saki!

Hana se lanza a por Saki y le abraza de tal forma que Saki tiene los brazos pegados al cuerpo y no puede casi moverse. La energía de Hana era espectacular. Antes de finalizar el abrazo, le dió a Saki un fuerte beso en la mejilla.

- Mei tenía razón. ¡Tu podrás ayudarme mejor que nadie! Al fin y al cabo, la experta en estos temas era su maestra, ¿no?

El último comentario de Hana devolvió la mente de Saki a un lugar sombrio.

"Mei seguramente sepa más que yo... Lo que nos lo diga o no ya es otra cosa." 

Aún así... Mei no deja de intentar con todas sus fuerzas volver a acercarse a Saki. A Saki realmente le fastidiaba, no los intentos de Mei, que parecía realmente arrepentida, si no el hecho de que tendría que pedirle disculpas por como se comportó ella también. Las cosas no fueron sencillas para ninguna de las dos, ¿No? 

- Hana, tu...

"¿Entendiste lo que pasó el Sábado?" No, la pregunta sería demasiado directa... Hana podría interpretarlo demasiado mal. ¿Pero de verdad no se dio cuenta de lo que pasó entre Mei y Saki? ¿O no quiso darse cuenta...?

- Bueno. - Dice Saki, de nuevo quitandole importancia. - No creo que me pueda comparar con lo que sabe Mei. Pero... 

"Sabes que yo siempre estaré dispuesta a ayudarte y decirte todo lo que se..."

- Pero haré todo lo que pueda.   

- Yayyy.

Definitivamente. Ahora seguro. Era Hana.

- Pues mañana nos vemos en el parque, Saki. Adióoos~

Hana se va super feliz en dirección a su casa, canturreando y pegando saltitos.

En un rápido vistazo hacia arriba, Saki alcanza a ver a Mei, que deja de mirar hacia donde estaban Saki y Hana juntas hace un momento y se gira para ir a su casa, con un semblante inexpresivo.