Partida Rol por web

Estás con Kyoya en el súper. Compra café, y algunas pastas.

Cuando vais a la caja a pagar, os atiende un chico que soléis ver de cajero en el súper. Según su placa, se llama Dairiseki. Está bastante gordo, y pese a estar el aire acondicionado puesto, su piel brilla. Aún así da gusto verle, sonríe siempre y parece bastante majo.

Pero cuando abre la caja registradora, hay algo de lo que os dais cuenta.

Detrás de Dairiseki, agarrado con piernas y brazos, hay una cara un ser un tanto extraño. De forma humanoide, pero de un color azul muy pálido, y con una sonrisa perturbadora. Parecía que la situación le divertía.

Estaba claro lo que era ese ser. Mientras Dairiseki elige las monedas, ese ser os mira, se suelta de un brazo y os hace una señal de silencio con el dedo índice.

Kyoya te mira, sin saber qué hacer. Cuando Dairiseki se gira, aún estáis sorprendidos y os pilla mirando fíjamente a sus espaldas.

La tarde es como siempre. Fresquito. Mucha gente. Muchas compras. Muchas señoras mayores que no pueden con su compra.

Faltando muy poco tiempo para terminar el turno, vienen dos jóvenes con café y pastas. Uno de ellos, rubio, con gafas y bastante apuesto. El otro chico, de una altura similar, tenía el pelo negro, parecía bastante contento y era bastante guapo también. No es que a Dairiseki le interesara, pero había que reconocerlo: debían ser los ídolos de las chicas allá donde fueran.

Te dan el dinero, y abres la caja para darles el cambio. Una vez la cierras y vas a ponerles el dinero en las manos, te das cuenta de que miran fíjamente a algún punto de detrás tuyo.

Me quedo mirando fijamente al punto detrás de él donde esta la criatura. Casi dudo de si decir algo o no.

Me giro leve y nerviosamente*

Al girarse Dairiseki, la criatura queda enganchada en la espalda, por lo que el chico no lo ve. Ese ser gira la cabeza hacia vosotros y se ríe, divertido.

Te giras pero... no ves nada.

Suspiro aliviadamente y vuelvo a abrir la caja para darles el cambio

Miro a Kyoya con cara de preocupación. Pero no digo nada y cojo el cambio.

- Adios buenos días. 

Una vez fuera le digo a Kyoya.

- No quiero meterme donde no me llaman, pero tal vez deberíamos decíselo a Mei...

Les entregas el cambio a los chicos, que se marchan, según te parece, algo nerviosos.

Haces un double check por si acaso, pero detrás tuyo sigue sin haber nada.

Parece que Kyoya se debate entre meterse donde no le llaman y dejarlo estar. Finalmente, deja de mirar al súper.

- Sí, lo mejor será que lo dejemos estar. Eh... has recuperado la confianza en Mei, ¿no?

Sé que en el fondo le estamos pasando el marrón a Mei, y en todo caso me alegro.

- No exactamente, simplemente que entre tener que aguantar a otros dos como Lylia y demás o que se encargue Mei... Pues..

Kyoya arquea una ceja y te mira con una sonrisa.

- Pues, ¿sabes qué? Voy a ir. Iré ahí dentro e intentaré ayudarle. Menudo médico voy a ser si paso de cada persona que vea que necesita ayuda.

Se gira, y empieza a caminar de nuevo hacia el súper.

- Y además, ese chaval me regaló el otro día un paquete de helados con mi compra. ¡Estoy en deuda con él! - dice, exagerando a propósito

Me doy una palmada en la cara y entro detrás de él.

- No te voy a dejar solo... Por idiota que me parezca todo esto... Pero hablas tú

No es que no quisiera ayudar a gente, es más, casi me alegraba de lo que había dicho Kyoya, simplemente no quería otra Lylia u otra Saki. Pero a fin de cuentas siempre podía alejarme una vez encaminada la cosa. ¿Supongo? La idea me creaba una mezcla de ansiedad y alegría, quizás, quizás podía ser buena persona, no solo desde lejos, sino de verdad, quizás haciendo feliz a otros lograba yo algo para mi.

Quizás... Natsuko...

Viene un hombre, y le pasas la compra. No lleva muchas cosas. Abres la caja registradora y le das el cambio sin incidentes.

Cuando te despides del hombre, ves que por la puerta vuelven a entrar esos dos chavales de antes.

Al ver que en ese momento no había nadie en tu cola, se acerca hacia ti.

Entráis al súper y justo llegáis para ver a Dairiseki despedirse de un hombre que acaba de hacer la compra.

La cola está vacía, no había nadie detrás del hombre y Kyoya aprovecha la oportunidad para acercarse a Dairiseki.

- Hey, hola de nuevo.

Deja de hablar un momento. Obviamente, no sabe como continuar.

- Ehhh somos los chicos de antes, sí. Cómo decir esto... - dice casi en un susurro - Creo... nos conocemos de antes, ¿no?

No, no te suena de nada.

Kyoya no se había preparado ninguna manera de sacar el tema.

"Eh, creo que tienes un Arcano, déjame ayudarte."

Eso hubiera quedado muy mal, y obviamente estaba bloqueado.