Partida Rol por web

In Hoc Signo Vinces

El regalo de Centla

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10/03/2008, 16:25
Director

El lugar para la batalla no era quizá el más propicio, pero si era un maldito lugar despejado en aquella selva. Inculto entre maizales, un gran campo de cultivo surcado por acequias había sido el terreno escogido para aquel encuentro.

Una fuerza numerosa de mayas, en órden de combate y dirigidos por oficiales llenos de adornos y penachos, estaba frente a los españoles, aguardando que estos se acercaran. Con hartos problemas, éstos habían conseguido desembarcar la artillería de campaña, cuatro culebrinas y tres bombardas, que avanzaban pesadamente tiradas por los porteadores taínos y algún que otro prisionero de guerra maya.

La caballería, que tenía órden de flanquear al enemigo, no era visible a la fuerza de los indios, que veían avanzar con disciplina al cuadro de lanzas, arcabuces y ballestas en "escuadrón", tal y como treinta años antes habían instituído las ordenanzas de Castilla, probadas en Granada y en Italia por el Gran Capitán.

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10/03/2008, 16:31
Hernán Cortés

Dos pasos por delante de la formación, alzó el brazo, dando el alto, que fue secundado por los capitanes. Los indios aún estaban a más de diez picas de distancia, y el adelantado se giró al maese al cargo de una culebrina, don Armando Manzanero.

-Saludadles al estilo castellano. -le dijo.

Se cruzó de brazos, aguardando el tiro y sus efectos.

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10/03/2008, 17:59
Gonzalo de Sandoval

El cuadro se detuvo, y el capitán se giró al sargento Cabal, dándole unas escuetas órdenes:

-Arcabuceros con la mecha, y ballesteros con el arma preparada. Que los rodeleros formen un muro y los lanceros ayuden a la primera línea por detrás.

Notas de juego

Si hace falta una tirada de "muro de rodelas", la realizaremos con los valores del PNJ del capitán.

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12/03/2008, 19:24
Carlos Cabal

-A sus órdenes Don Gonzalo.-

Dice Cabal mientras se cuadra para después tornarse hacia los hombres y alzando la voz comenzar a trasmitir las órdenes.

-¡Señores arcabuceros y balleneros! ¡Dos pasos al frente!-

Dicho esto se crea una primera línea bien dispuesta de arcabuceros y ballesteros.

-¡Señores rodeleros en segunda línea! ¡Dispónganse para formación en muro!-

En poco tiempo una doble línea de rodeleros está dispuesto por detrás dejando huecos que pueden ser rápidamente cerrados tras el acceso a la formación de sus compañeros que aguardan delante.

-¡Señores piqueros atrás! ¡Estén prestos para dar cobertura!-

Los piqueros se colocan a lo largo de la línea manteniendo las picas en alto, aguardando el momento para calarlas y blindar por completo el frente de batalla. El cuadro de batalla está dispuesto.

El siguiente grito denota la cercanía del combate.

-¡Carguen armas!-

Dicho esto el sargento se torna hacia la zona de las banderas en la que aguarda el capitán y le confirma la realización de las maniobras. La formación está perfectamente dispuesta y asentada.

-Capitán, ordenes cumplidas.-

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12/03/2008, 20:58
Juan Miguel de Quart

En fin, aquí estamos otra vez. A ver si estos son más interesantes que los del otro día.
-¡Carguen armas!- grita el sargento.
Saco un virote, lo miro, lo beso -Señor, haz que este virote dé en el blanco hereje- y armo la ballesta.
Miro al frente y recorro las filas enemigas buscando futuros blancos.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Quiero descubrir el blanco "más jugoso", dentro de lo posible, al que pueda endiñarle el virotazo. Como va a llevar un tiempo la formación y el que ellos se acerquen a distancia de tiro no sé si tengo que hacer la tirada, pero por si acaso:

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12/03/2008, 23:00
Guillén de Loa

El sargento de caballos refrenó la montura en la linde del maizal, girándose al grupo de siete jinetes que le seguía. No era una fuerza muy numerosa, pero era la mitad de la caballería que poseían, y aquella que había sido desembarcada y enviada en aquella misión. En general, eran jinetes experimentados, y no se contaba entre ellos a ningún capitán, que habían dejado sus monturas en el Real para marchar junto a la infantería.

Factor sorpresa, es lo que se deducía de todo aquello. Sin embargo, al sargento se le daba una higa, y tan solo quería llegar hasta los indios y no perderse por el camino en aquel campo, y las malditas acequias. Reventó a un mosquito en su cuello de una sonora palmada con el guantelete, y miró luego a sus hombres.

-Avancen con cuidado y juntos. Creo que hay acequias en este maldito campo, así que cuidado con no caer en ellas, y quebrarle las patas al caballo.

Picó espuelas tras darle un respiro al animal, entrando con un trote corto en el maizal, y mirando como podía el suelo que estaba pisando. Habría que buscar los pequeños caminos que usaban los agricultores, y avanzar en fila india.

Notas de juego

Tirada de cabalgar para que no caigas en una acequia

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12/03/2008, 23:23
Martín Mínguez de Villadiego
Sólo para el director

No podía esperar a entrar en acción... Mi buen y viejo Satanás se removía inquieto al notar mi inquietud. Miré al sargento De Loa mientras aplastaba un mosquito con su guantelete. Ajusté la adarga a mi espalda y no pude evitar el tocar el pomo de mi punta y corte con mi mano izquierda, soltando brevemente el embrace de mi escudo. Podríamos haber cargado contra el flanco de esos salvajes... Haberlos disuelto en desbandada, pero... Donde hay patrón no manda marinero. De Loa se volvió a nosotros:

-"Avancen con cuidado y juntos. Creo que hay acequias en este maldito campo, así que cuidado con no caer en ellas, y quebrarle las patas al caballo".

¡Por fin íbamos a entrar en acción!Acaricié el cuello de Satanás... Tomé mi lanza de caballería y con la contera tanteé el terreno delante de mi caballo... Un terreno blando e inseguro. Me pegué al resto de los compañeros y azucé al buen animal al tiempo que le susurraba al oído:

-"Llegó el momento, viejo amigo... No me falles"

Notas de juego

Tirada de cabalgar. 3d6, dificultad 20, modificador -2

Tirada total: 9

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13/03/2008, 20:34
Padre Olmedo

El padre había llamado a doña Francisca, ya que había llegado hasta sus oídos su valía como galeno. El rodelero Bernal Díaz del Castillo había enfermado a causa de las heridas de la batalla del río Grijalva, y se había quedado en el Real de Tabasco con Escalante y su exigua guarnición.

Ambos caminaron hasta el herido, que estaba siendo velado por Garcilaso en el interior de una de aquellas chozas indias, cuya atmósfera interior era bastante asfixiante y semioscura a causa del calor y la falta de ventanas que fueran dignas de aquel nombre.

-Este es el hombre -le dijo a ella- Confío en que sepáis tratarle, y avisadme si necesitáis alguna hierba de la que no dispongáis.

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13/03/2008, 20:40
Bernal Díaz del Castillo

En mangas de camisa, con el brazo arremangado y vendado de lienzo de algodón, sudaba tumbado en aquella hamaca, intentando que la fiebre no le venciera mientras conversaba con su joven y nuevo amigo. En cierta medida, sentía vergüenza por haberse perdido el combate, o estárselo perdiendo. Él era un soldado, y un botín no hay gloria, riquezas, ni medro.

Sin embargo, pronto llegó un ángel del cielo, aunque con un gracioso y cojo andar, que trajo el grave franciscano. La miró un momento, y no sonrió. Estaba demasiado embelesado como para hacerlo, aunque a decir verdad sus ojos febriles parecía que miraban un paisaje lejano con fijeza y entretención.

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15/03/2008, 03:25
Francisca Díaz de la Vega

Poco antes de acudir al llamado del padre Olmedo, Francisca tenía la garganta hecha un nudo y el corazón bombeábale fuerte. Olmedo únicamente le había dicho que se trataba de un herido durante la batalla de Grijalva, pero no le había dado nombres. Obviamente ella de inmediato pensó en Fernando y se le notaba preocupada, pero la señora Solís la había tranquilizado.

-Tiene usted razón -le respondió a la mujer y sonrió-, las malas noticias siempre son las primeras en saberse y si se tratara de mi hermano el padre me lo habría dicho.

Terminó de recoger algunas cosas y acudió al llamado del padre Olmedo. Llevaba consigo una pequeña maleta de mano en la que transportaba medicinas y hierbas. Caminó junto al cura hasta el lugar en el que se encontraba el herido. Un lugar bastante lúgubre y con olor a encierro y humedad.

Su ojos demoraron un poco en acostumbrarse al cambio de luminosidad. Afuera el sol pegaba fuerte e incluso encandilaba. Adentro, en cambio, todo era penumbras. Caminó con paso un tanto inseguro, descansando más de la cuenta en su bastón. La pierna le había comenzado a doler debido a la, para ella, larga caminata.

Asintió a las palabras del padre.

-No se preocupe, cualquier cosa que necesite le avisaré.

Se acercó a la hamaca en que descansaba el herido, su rostro no le era desconocido, pero no fue hasta que Olmedo le mencionó que supo con certeza su nombre. Hasta entonces él, para ella, era el rodelero, uno de los tantos compañeros de Fernando.

Bernal conversaba aparentemente animado con el monaguillo, aunque a Francisca le pareció que algunas de las cosas que decía no tenían mucho sentido.

-Seguramente está con fiebre -pensó.

Sirvió una jarra de agua y tomó un mendrugo de pan, tendió ambos a Garcilaso al tiempo que lo saludaba. Le pareció que lucía cansado y parecía no haber comido. Seguramente se había pasado la noche en vela cuidando el sueño del herido.

Miró luego a Bernal, los ojos enrojecidos de éste de inmediato le llamaron la atención y tocó su frente. Ardía.

-Soy Francisca Díaz de la Vega, don Bernal, y he venido a cuidarlo. -le habló en tono afable y tranquilizador.

Mientras hablaba y hacía preguntas a Garcilaso respecto al tiempo que Bernal llevaba padeciendo fiebres, Francisca se movía de un lado a otro. Sacó algunas cosas de la maleta mientras esperaba que le trajeran un cuenco con agua bien helada.

-¿Le han dado a beber suficiente líquido?
-consultó a Garcilaso.

Ya le habían traído el agua y Francisca humedecía paños que luego colocaba en la frente de Bernal. Lo tomó luego de la nuca e hizo que levantara un poco la cabeza para que bebiera agua.

-Por favor, beba, ésto ayudará a bajar la fiebre y evitar que se deshidrate.

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15/03/2008, 13:43
Garcilaso Martín

Garcilaso no sabía mucho de medicina, se había limitado a ayudar en lo que pudiese a Bernal y ahora que Francisca si sabía como tratar a un herido, trató de echarse a un lado y hacer lo que pudiese.

Segun Francisca requirió el agua, el joven la trajo lo mas raudo que pudo...

- Si necesitais que traiga cualquier cosa, mi señora, tan solo decidlo..

Por otro lado, Garcilaso lamentaba para si no poder estar en la batalla... Pero aun era muy joven y ya habia tenido su primer bautizo de guerra. Luchar en el ejercito de Cortés y estar donde estaban ahora era el lugar adecuado para conseguir fortuna y gloria. Todo llegaría a su debido momento.

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15/03/2008, 15:54
Francisca Díaz de la Vega

Agradeció la servicialidad del monaguillo. Notó que él tenía algunas magulladuras en el rostro que no habían sido tratadas y se las limpió con un poco de agua. Entretando había sacado algunas cosas de su maleta y preparaba una mezcla con vinagre y sal que usaba para limpiar las heridas.

-Sé que son sin importancia pero es mejor mantenerlas limpias para que no se infecten -mojó un trozo de tela de algodón en aquella mezcla y se la untó al monaguillo-. No sabemos qué clase de enfermadades hay en esta tierras y es mejor no tentar a la suerte.

Volvió a concentrarse en Bernal y cambió los paños húmedos que le había puesto sobre la frente.

-Permiso -musitó llevando las manos a la cintura de él para arremangarle la camisa y dejar al descubierto su vientre.

Lo que Francisca pretendía en realidad... lo que necesitaba hacer, era bajarle un poco el pantalón porque iba a ponerle paños húmedos en el bajo vientre, pero aquella era una zona un tanto impúdica y le daba cierto grado de vergüenza.

-Por favor, colóquele el paño en la zona inguinal -pidió a Garcilaso- y preocúpese de ir cambiándolo con relativa frecuencia. Eso ayudará a mantener la fiebre más controlada.

Habiéndose ocupado de mantener la temperatura de Bernal bajo control, comenzó entonces a preocuparse de la causa: la herida del brazo.

-Vamos a ver qué tan fea está esta herida...

Con mucho cuidado le fue quitando el vendaje, humedeciéndolo capa por capa. Cabía el riesgo que producto de la misma supuración la tela que estaba en directo contacto con la herida se hubiera pegado a ésta y Francisca no gustaba de causar un dolor innecesario a las personas.

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15/03/2008, 17:59
Manuel Rodriguez

Me coloco a la linea de piqueros esperando para dar cobertura a mis compatriotas sabe dios que caeran a miles antes de conseguir abatirnos,si es que lo consiguen

Bien,bien esto marcha

Digo medio gritando y medio sonriendo alza mi lanza preparandola para calarla

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15/03/2008, 19:23
Director

Hoy sí. Manzanero encara bien la culebrina, cargando proyectil raso para abrir una brecha en la apretada formación india. Arrima el botafuego, casi con cariño, y lo deja caer sobre el oído de la culebrina. La pólvora se inflama, la carga explota y el cañón retrocede dos palmos, mientras la pesada bola de piedra recorre la enorme distancia, rebota en el suelo y entra por el grueso de los indios, matando a seis de ellos de lado a lado (con algunas amputaciones horrendas).

Los indios se alteran por esto, y los otros tres cañones vomitan su fuego contra la masa de los indios, matando a decenas. Los artilleros sonríen, jubilosos, mientras la infantería está preparada para el choque.

El enemigo avanza, animándose con el toque de caracolas y sus imprecaciones guerreras, en admirable órden y concierto como formando compañías a modo de cuadro. Entretanto, Juan Miguel sigue con la vista a un indio excesivamente "apetecible", que lleva una enorme banderola a la espalda y un yelmo con plumas de quetzal. Pronto estará a su alcance...

Pero, entonces, cae una lluvia de flechas, piedras y jabalinas sobre los conquistadores.

- Tiradas (3)
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15/03/2008, 19:37
Gonzalo de Sandoval

Ya estaban allí, y cargaban con denuedo. Habría que contenerles como mejor pudieran. De pronto, el sol se oscureció con sus dardos y piedras, y alzó la rodela, bajando el rostro.

-¡Muro de rodelas! -bramó.

Los conquistadores alzaron sus rodelas, parando la espesa lluvia que les caía encima. Al bajarlas, vieron un alud de rostros temibles o espantados, pero todo ellos extranjeros, extraños y fieros, algunos con los ojos desorbitados. Los indios cargaban, y deseaban probar su sangre.

-¡Arcabuceros, ballesteros! -ordenó- ¡Fuego!

Cantaron arcabuces y ballestas, buscando los mejores blancos, que en su mayoría fueron al suelo, abatidos por la descarga.

-¡Calad lanzas! ¡Rodeleros, a pie firme!

- Tiradas (1)

Notas de juego

Los combatientes debéis realizar una tirada de 3D6 con dificultad 10, sin desglosar, con concepto de "Suerte" para ver si os cae encima algún proyectil. En caso de fallarla, podéis tirar esquivar o parada con la rodela (si la tenéis).

Acto seguido, será un turno de combate. Los que así lo deseen y estén en las primeras filas, tirarán una defensa (primero) y un ataque (después), o bien defensa o ataque completo (este último se haría ignorando el ataque de los indios). Las defensas tendrán un MOD de +2 por el muro de rodelas.

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15/03/2008, 19:47
Director

El caballo de Martín salta las acequias que se le interponen, gracil. Emboca un caminillo, saliendo del maizal, y cabalga hacia el estruendo de la artillería y los gritos de los indios.

De pronto, y cuando está más cerca, se da cuenta que se ha quedado solo, y Satanás piafa, inquieto. Poco después, un indio armado sale del maizal, en actitud de explorador, y se queda mirando al jinete y su caballo. El efecto es increible. Ese hombre, que parece fiero y peligroso, cae de culo al suelo, recula y resbala al intentar levantarse, planteando una patética defensa con su lanza. Parece que se hubiera cagado encima.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Me equivoqué yo. Las tiradas no se desglosan.

Peleando a caballo, si se carga se tiene un -2 al ataque y un +2 al daño. (Se debe tirar primero Cabalgar y luego el arma).

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15/03/2008, 19:56
Director

Los primeros cuidados de la dama son sabios, y el herido parece que queda agradecido por sus iniciativas, aunque no se entera de mucho. Ella lo ausculta y cura lo mejor que puede, e incluso piensa en un sencillo tratamiento para que recupere pronto sus fuerzas y salga de la fiebre.

Notas de juego

Realiza tres tiradas por el valor de tus habilidades Diagnosticar, Curar y Medicina.

Cargando editor
15/03/2008, 20:45
Francisca Díaz de la Vega
- Tiradas (3)
Cargando editor
16/03/2008, 01:33
Juan Miguel de Quart
- Tiradas (1)

Notas de juego

Vaya,la primera en la frente,jeje.
Prefiero que tires tú por mí porque si me dan no sé el modificador del daño de sus armas y tal.