Partida Rol por web

In Hoc Signo Vinces

Putunchán

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29/02/2008, 15:14
Francisca Díaz de la Vega

Tras la fugaz mirada Francisca volvió a sentarse junto a las otras mujeres que se notaban bastante agitadas, nerviosas de seguro, tanto o más que ella, e intentó infundirles calma.

-Señoras, debemos mantenernos todas juntas y calmadas, nuestro nerviosismo no va a ayudar en nada, por el contrario, sólo entorpecerá... Ya suficientemente atareados y preocupados andan todos ellos como para darles una preocupación más

En cubierta todo era un incesante ir y venir. Ordenes, gritos, sonido de metales y el sargento que todavía regañaba a unos cuantos.

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29/02/2008, 19:34
Armando Manzanero

Por favor, que prisas... Pensaba Armando. Parecía que en su cabeza estaban galopando 100 lanceros a la carga contra todos los putos herejes del nuevo mundo. Cuando salió al exterior, la luz del brillante día y su reflejo sobre las limpias aguas caribeñas fueron como si se le clavasen puñales en sus ojos enrojecidos... ¡¡Me cago en San Pedro!!!

Se dirigió hacia un cubo lleno de agua, y hundió la cabeza dentro. A ver, ¡¡céntrate Armando, coño!!

Recogió sus pertenencias, mochila, Daga, espada corta, sus 2 pistolas, explosivos (granadas de mano, paquetes de pólvora), Balas, Raciones Viaje y la pala afilada... Pensándolo mejor, soltó la pala y metió 5 Jarritas de vino, nunca se sabe donde volveremos a ver una buena taberna...
Mas sereno, alzó la vista a la playa aparentemente tranquila... No me gusta como caza la perrina... Buscó con la vista al capitán, y fue a su encuentro:

- Mi Señor, aunque sea muy remota, cabe la posibilidad de que los indígenas estén en la playa esperando, si es así y atacan a nuestros señores soldados antes de que puedan poner pie a tierra, estarán vendidos sin una buena cobertura...
Solicito a su merced que me conceda un bote con un par de buenos marineros y un falconete, para apoyar a nuestros camaradas la toma de la playa... -

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29/02/2008, 19:44
Gonzalo de Sandoval

El capitán miró al artillero mientras se abrochaba el barbuquejo de la borgoñota, ya en el alcázar. La petición le cogió a contrapié, pero se la pensó muy mucho.

-No nos sobran las barcas, pero es posible. Tomad una, llevad un falconete y procuraos bien de cargarlo y tenerlo dispuesto. Os daré unos cuantos rodeleros para que protejan vuestra barca, aunque intentad no quedaros rezagado, maese Manzanero.

Dicho esto, comenzó a descender hacia su barcaza por la escala de través, con cuidado de tropezarse con la vaina de de la espada.

- Tiradas (1)
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29/02/2008, 21:34
Armando Manzanero

Con paso firme y decidido, Armando Manzanero descendió a cubierta, y dedico solo unos segundos para tenerlo todo dispuesto...
Se dirigió a un grupo de marineros que estaban atando cabos:
-Vosotros, quiero una barcaza dispuesta ya en el agua y preparar las cuerdas para descender un falconete a la embarcación, ordenes del capitán...-

¡¡¡Rodelero!!! ¡¡¡Ve y coge unos cuantos hombres para servir de protección de la artillería!!! Os quiero aquí preparados antes de que la barcaza toque el agua, los señores soldados necesitaran una buena cobertura así que no podemos quedarnos rezagados;

Por ultimo, asió del brazo a un joven grumete y ordenó:

Ve ahora mismo y dile al contramaestre que necesito a cuatro hombres recios y experimentados para trasladar el falconete a la barcaza... ¡¡Rápido, zagal!!

Mmm... vale, aunque todo estaba por disponerse, sabia que no trataba con gente que no supiera al dedillo su oficio, no en vano llevábamos muchos años engrasando toda esta maquinaria de soldados, marineros... Cada uno de su padre y de su madre, pero como se cerraban filas cuando era menester... ¡¡¡Era digno de admirarse este espectáculo!!!

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29/02/2008, 21:45
Director

Fin del Turno I

Con más o menos dificultad, los 7 buques botan sus barcazas, colocando en ellas a 200 hombres que, guiados río arriba por el monótono y mecánico bogar de los marineros, enfilan uno de los meandros del delta del río Grijalva. El olor se vuelve nauseabundo conforme los conquistadores se internan en el espectral lugar, que exuda columnatas de vapor de agua (tal es el calor que allí hace) transportando el aire corrompido.

Durante un buen trecho, nada allí es más singular que una serie de marismas, tremedales y cañaverales surcados de mosquitos que amenazaban, zumbantes, buscar la piel de los españoles. Cortés va de pie en la nave almiranta, y el resto le sigue, a su lado o por detrás formando una larga fila. Sus ojos escrutan el lugar, cuando uno de los soldados de su barcaza señala, voceando, a una figura semioculta entre el cañaveral. Un arcabucero sopla a su mecha, encarando el arma, pero no llega a disparar: la palma abierta en la mano alzada del adelantado de Velázquez le indica que espere.

Cauta, la figura se ladea, reculando hacia la espesura. Porta un arco, o eso parece, pues poco es el tiempo que los españoles pueden verle.

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29/02/2008, 21:54
Hernán Cortés

Todo sucedía como estaba previsto. Sabía que se acercaban al lugar, pues eso había dicho el padre Aguilar tras quitarse las pinturas y vestirse de nuevo como un cristiano, al calor de una copa de vino de Báyamo. Nunca hay que subestimar el poder de convicción del lujo.

Grijalva había sido derrotado allí, y pese a lo inhóspito del terreno, no pensaba repetir aquella dudosa hazaña. Valiente y bravo estúpido, lacayo fiel de Velázquez. ¿Qué honor hay en seguir a pies juntillas los deseos de alguien que carece de él? Al fin, estaba allí, con sus hombres y en territorio maya. Ahora tan solo quedaba demostrarles que la victoria era posible, allí donde otros habían fracasado. Era el primer paso hacia algo más, de lo que solo Dios y él tenían una vaga idea.

Se giró al marinero que manejaba la caña del timón.

-Rodead esa marisma y seguid... Estamos cerca.
-Sí, excelencia -dijo el afanoso hombre.

Miró a la barca de Alvarado, que estaba de pie como él, engalanado como quien va a jubileo. Le hizo una seña, y asintió. Impulsivo, tal vez, pero uno de los más valientes. Su ardor era útil en el combate, aunque no demasiado fuera de él. Le gustaba tenerle cerca, sobretodo cuando se aproximaba el combate.

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29/02/2008, 22:01
Director

Turno II: Bautismo de fuego

La marisma aclaraba en la linde de un bosque cuando las barcazas rodearon el tremedal salpicado de cañas y vegetación acuática. Más que un bosque, se trataba de una de aquellas asfixiantes y enmarañadas selvas, desde las que los indios caribes disfrutaban disparando a los incautos con arcos y cerbatanas desde la seguridad de las copas de los árboles.

La chalupa de Cortés se detuvo, encallando en el fango. Pero, aún no saltó a tierra, dejando que, poco a poco, el resto de barcas llegaran al lugar, una ancha marisma a modo de lago entre el tremedal y la línea del bosque. El río Grijalva proseguía su curso a la derecha, por lo que el adelantado hizo funcionar su mente, por muchos menospreciada: Escalante vendría por la izquierda.

El silencio era espectral.

-Bien, aquí estamos -dijo como para si.

Los hombres callaban, bajo las estrictas órdenes de cabos y sargentos. Aguzaban el oído, y escuchaban a extraños pájaros y seres en aquel inhóspito lugar, que estaba muy lejos de los puebluchos que les habían visto nacer.

-Excelencia, escuchad -dijo un soldado.

Una maraña de pasos se escuchó, crujientes las hojas y ramas de los arbustos en la linde del bosque. Primero apareció una figura, luego dos, tres... decenas.. cientos... miles. Estaban enfrente, y eran muy numerosos. Pintados, empenachados y cubiertas sus pieles con tatuajes, punciones y toda suerte de terroríficos adornos de hueso y piedra unidos a su propia piel. Empuñaban lanzas, porras, dagas, espadas de obsidiana, venablos, arcos y flechas... y hondas.

Resonaron las caracolas. Los indios llamaban a los españoles al combate.

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29/02/2008, 22:11
Hernán Cortés

Sonrió de medio lado, despacio. Parecía un lobo a punto de morder a su presa. Astutos, quizá, pero predecibles. Era el mismo lugar, y eso le convenía. Sin embargo, sus ojos se toparon con los de Velázquez de León, sacándole de sus pensamientos. Aún debía rendir cuentas a los lacayos de Velázquez.

-Olmedilla -dijo, en voz alta- Lea el requerimiento.

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29/02/2008, 22:13
Olmedilla

Aquel lugar ponía la carne de gallina. Los indios estaban allí, y parecían fieros y hechos a la guerra, ansiosos por catar su sangre. Se había santiaguado, casi para si, pensando por qué demonios habría rechazado vestir un coselete en aquella ocasión.

Las palabras de Cortés le sacaron de sus pensamientos. Intercambió una mirada con aquel hombre, que se la mantuvo sin pestañear. Debía estar loco, o ser un verdadero ordenancista. El requerimiento era el texto legal creado por los difuntos y católicos reyes doña Isabel y don Fernando y que había que leerse a los indios para que se sometieran. Sin embargo, tenía sus dudas acerca de que le entendieran.

-B..bien, excelencia -dijo, buscando el pergamino en su carpeta de cuero- De parte del rey, don Carlos, y de su madre, doña Juana, reina de Castilla y León, domadores de pueblos bárbaros, nosotros, sus siervos, os notificamos y os hacemos saber, como mejor podemos, que Dios nuestro Señor, uno y eterno, creó el cielo y la tierra, y un hombre y una mujer, de quien nos y vosotros y todos los hombres del mundo fueron y son descendientes y procreados, y todos los que después de nosotros vinieran.

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29/02/2008, 22:19
Director

Turno para los combatientes

Las palabras de Olmedilla casi ni se escuchaban. Los indios gritaban a manera de sus cánticos e imprecaciones guerreras, aprestándose para el combate. Tocaron las caracolas, y una lluvia de piedras, flechas y venablos voló hacia las barcas, haciendo alzar las rodelas a los españoles. El contador calló, reculando bajo la protección de los escudos. Era la señal que se esperaba: los indios no se sometían.

Cortés desenvainó su espada, bajándose la visera del almete.

-¡Santiago, Santiago y a ellos! -bramó, saltando a tierra.

Arcabuces y ballestas comenzaron a hablar, mientras los hombres ponían pie a tierra bajo la lluvia de dardos. Sin embargo, el fangoso tremedal no ayudaba mucho a mantener el equilibrio (todo el mundo que baje a tierra debe de hacer una tirada de 3D6 con concepto Destreza, sin modificador y sin desglose en su mensaje). Los indios se lanzaban al combate, intentando rechazar el desembarco.

-Cada personaje que salte a tierra se enfrentará 1D6/2 indios (tirada de 1D6 que deberéis realizar con el concepto Indios), aunque no inmediatamente en este turno, pudiéndoos prevenir para el combate.

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29/02/2008, 22:41
Armando Manzanero

Ya estamos otra vez... pensaba Armando mientras escupía a las aguas del rio; O ellos o nosotros... La barcaza de Cortes, había tocado tierra, la nuestra estaba aun a unos metros, pero dudaba mucho oyendo hablar al lacayo de Cortes, o quien coño fuera, que los indios aceptaran por las buenas y se dejaran dar por culo...

Repasó la barcaza, el falconete estaba bien atado en la proa, y cebado hasta las trancas... Aunque si la trifulca empezaba, dudaba mucho que tuviera ocasión de disparar mas de una sola vez... Eso, Amen, de los señores soldados que formaban en la barcaza, que por supuesto si se liaba la trifulca, no serian ellos los que se perdieran la faena...

- Señores, creo que el negocio esta claro; Pase lo que pase, primero hablará el falconete, después tomamos tierra a Dios rogando y con el mazo dando... -

-Y vosotros, dijo dirigiéndose a la escolta del falconete, -os perderéis la fiesta, o tal vez os toque, pero esta pieza vale mas que nuestra vida... A si que a cerrar filas en torno a ella... -
De repente un lío de voces y de griterío surgió a su espalda, ¡¡¡ya ha empezado pues!!!

Dios dios... venga venga un poquito de suerte...

Mientras enfilamos la playa, calibro el falconete y prendo la mecha hacia el grupo que me parezca que es más numeroso... ¡¡¡Tomad hierro herejes!!!

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29/02/2008, 22:56
Armando Manzanero

Tirada: 3d6
Motivo: Falconete
Resultado: 7

Nota del máster: La tirada ha debido ser realizada una segunda vez, por un error del máster. En la primera tirada ha sacado un 9, con modificador de -2 por la ventaja de puntería, por lo que el resultado final serían 7.

- Tiradas (1)
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29/02/2008, 23:45
Juan Miguel de Quart

Mientras Olmedilla estaba leyendo su discurso preparé la ballesta y saqué un virote.
No, aún no. Espera que empiecen ellos como hicieron con Velázquez. Hoy toca vengar a camaradas que ya no están.
Como buen tirador me levanté y escudriñé entre toda la marabunta de salvajes:Al igual que los cristianos allí también tienen superiores. Voy a mandarlos con sus antepasados.
Y entonces la pelea empezó. Con calma coloqué el virote en su posición, me santigüé, apunté y...

Notas de juego

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29/02/2008, 23:54
Juan Miguel de Quart
Sólo para el director

Ahora es cuando con mis "sentidos desarrollados" y mi puntería pretendo acertar en la cabeza a uno de los jefezuelos de la "troupe" indígena.
Todavía estoy en la barcaza (por los modificadores).
Mientras no lleguemos a tierra voy disparando de esta guisa. Con la habilidad de "recargar" quiero estar un turno recargando y otro apuntando.

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01/03/2008, 00:36
Juan Miguel de Quart

Ahí hay uno,...bien, eso es, muévete un poco más a la derecha, para que tenga un tiro limpio,...un poco más,...sé la balsa, muévete con ella, no pierdas de vista tu objetivo,...¡ahora!

- Tiradas (1)
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01/03/2008, 06:09
Francisca Díaz de la Vega

Los hombres, en su mayoría, abordaron las barcazas dirigiéndose a tierra. Las mujeres se quedaron en el galeón, todavía no era seguro para ellas bajar. Francisca, en tanto y junto a otras mujeres, se preocupaba de atender a los enfermos.

-Eres una tonta por andar ocupándote tanto de los demás, esas gentes ni siquiera te lo agradecen -recordó las palabras que tantas veces le dijeran sus hermanas.

-Déjala -respondía la otra- ¿no ves que lo que ésta busca es que la gente deje de llamarla coja y la llame de otro modo?... no seas tonta, Francisca, hagas lo que hagas coja te quedas igual... Coja y solterona, porque así ni un tuerto te mira.

Meneó la cabeza para sacudirse esos recuerdos de la mente y se sonrió. Quizás ellas tuvieran razón, jamás las personas dejarían de llamarla coja, pero sabía muy bien que coja o no los conocimientos que tenía en medicina podían ayudar y de mucho en esa expedición... Mujeres de mala vida las hay por montones, pero mujeres u hombres con conocimientos de medicina son los menos.

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01/03/2008, 13:27
Manuel Rodriguez

Con el corazon apunto de salirseme de sus aposentos con un nudo en el estomago desenado bajarme de aquella maldita barca deseando matar mayas y vengar a nuestros antepasados grite con fuerza y me preparé para salir de la barca

-!!Por dios, que estos hide putas caen a cientos!!

Tomo impulso y salto de la barca abajo con lanza y rodela cubriendome de la lluvia d flechas lanzada por parte de los mayas

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02/03/2008, 08:55
Carlos Cabal

Era la hora de los valientes, era la hora de la infantería española. -¡¡¡Soldados, desembarcad!!!- Grita la voz de Carlos Cabal siendo él, primero de los suyos en dar brinco desde el bote a modo de ejemplo. Y vaya ejemplo, pues se hincó en el suelo quedando clavado en el barro. Una vez alzado y cubierto hasta arriba comienza a vocear muy enfadado. No creo que nadie tenga interés ni ánimos para percatarse en la pulcritud en este momento. Ya tendremos tiempo de limpiar el lodo con la sangre de nuestros enemigos. Ya que en esta húmeda mañana sobre tierras extrañas la estrategia nos resultaba familiar. Frente a nosotros miles, la superioridad era suya, la iniciativa debía ser cedida. No cabía lugar para avanzadillas de tiradores, por lo que había que formar un frente allí mismo. -¡¡¡Formen en líneas de a dos!!! ¡¡¡En líneas de a dos!!!- la voz del sargento resonaba clara mientras los hombres, embarrados hasta las rodillas intentaban moverse con dificultad para definir el dibujo. Parecía que su ejemplo también era seguido por los hombres del cabo Agustín y el cabo Villalba que cubría las flancos tras dejar las barcas.

En cuestión de un minuto los señores soldados ya empezaban a ver con claridad una línea y se sentirse arropados por sus leales compañeros. -¡Arcabuceros y ballesteros al frente! ¡Detrás que formen los hombres de armas!- Las ordenes de Cabal eran repetidas una y otra vez por los cabos, la formación era importante para sobrevivir al ataque de los nativos. -¡¡¡No abráis fuegos hasta estar a tres picas del enemigo!!! ¡¡¡A tres picas!!!- Después quedando él en retaguardia junto al grueso de los rodeleros, mira a un lado y a otro y comienza a decir: -Prepárense para cubrir a sus compañeros tras la primera hondonada. Lancen venablos y avancen para cubrir a estos. Pasen la voz.- Y así poco a poco la segunda línea va tomando conciencia de su labor, todos recios y profesionales, todos buenos cristianos.

Fue entonces cuando la multitud de mal nacidos llamados a morir, cargaron sobre nosotros saliendo de la frondosidad de la jungla. Hombres fríos y enojados fueron lo que vinieron a encontrar, pues españoles eran todos y no pensaban ceder espacio ni para sembrar una puñetera patata. A treinta pasos y no antes, el sargento cabal alza su venablo a modo de señal para que tanto hombres como cabos se puedan percatar. -¡¡¡Santiago y fuego!!!-. Los hidalgos, como si de un solo hombre se tratase, hacen resonar de de sus gargantas al unísono el apellido: ¡¡¡SANTIAGO, CIERRA ESPAÑA!!! Y así, siempre con piedad, arriman los arcabuces y ballestas al hombro, disparando sobre los incontables indígenas. La primera descarga se ha producido con el enemigo ya bien pegado a nuestras barbas, ahora es menester que la segunda línea sepa cumplir.

El primer golpe ha sido asestado. Un tremendo estruendo ha resonado por toda la zona. El humo de arcabuces se extiende negro y rancio dejando en el paladar ese sabor amargo a azufre. Las saetas por otro lado, han silbando impasibles rompiendo el viento hasta ir a encontrar su destino fijado. -¡¡¡Segunda línea, lancen venablos.!!!- Mientras la línea de fuego mira de intentar hacer una recarga. Sus compañeros lanzan al aire con resolución y ansia las lanzas, siempre en alto, siempre lejos, siempre con las mejores intenciones. Una vez soltadas estas y sin tiempo para pensar, una nueva orden es lanzada: -¡¡¡Segunda línea, avancen y cierren filas!!!- Parece que el grueso de hombres se disponen a tomar sus primeros metros en el campo de batalla, no es un gesto de conquista, más bien un gesto de defensa. Pasando junto a sus compañeros los Rodeleros van abriéndose hueco entre el barro para volver a formar una sólida fila de barbas que cuide a unos y aguante a otros.

El sargento Cabal desenfunda su toledana y apremia en tomar la posición que le corresponde. Desde allí y rodela en mano, insiste a sus hombres para que se cubran unos a otros. -¡¡¡Señores, cierren filas!!!- Todos comienzan a entrechocar entre sí buscando no abrir hueco en las defensas. La primera descarga ha sembrado el desconcierto y nos ha permitido avanzar con rapidez para tomar nuevas posiciones. Los arcabuceros y ballesteros han sido relegados atrás en el último momento. La carga del enemigo se prevé brutal. Sin embargo, los que van a aguantar, cubiertos de barro hasta las rodillas, bajo un calor húmedo y extenuante, en clara inferioridad numérica, no son otros que la en el Viejo Mundo bien temida “Infantería Española” .

- Tiradas (4)

Notas de juego

Las órdenes son (siempre que el master las autorice):
- Disparo de Arcabuceros y Ballesteros. (tirada¿?)
- Disparo de Venablos desde segunda línea. (tirada¿?)
- Avance de Segunda línea y aguante de la carga.
- Mientras tanto se recarga en segunda línea.

Imagino que cada cual querrá narrar como lo hace pero me he tomado la libertad de hacer una descripción general para poder enmarcar en ella la sucesión de acciones de cada uno.

Preguntas al Master:
¿Dónde estamos situados respecto a los demás hombres?
¿Hay oficiales cerca? (De mayor rango)
¿Ha llegado ya la barca con las Banderas y el Alferez?
¿¿¿Se puede disparar un falconete desde una barcaza???

Nota al Master:
He tirado dos veces indios pues si acabo con los míos, Dios lo quiera, desearía irme a ayudar a algun compañero con los suyos. Es lo que un buen oficial debe hacer para dar ejemplo.

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02/03/2008, 15:03
Juan Miguel de Quart

Una vez localizado un blanco suculento, aprieto el gatillo con suavidad y decisión.

- Tiradas (1)
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02/03/2008, 15:10
Director

Puntualizaciones al turno I:

Carlos Cabal: Sus órdenes serán cumplidas por los hombres bajo su mando (unos 20), teniendo en cuenta que no se han bajado los venablos a tierra por usarse a caballo (no hay caballos aquí). Las órdenes se cumplirán durante el segundo turno, estando condicionadas por el terreno y una tirada que efectuaré.

Juan Miguel de Quart: El disparo efectuado se realizará durante el segundo turno.