Partida Rol por web

Principios de enero de 1925.

Recibes un intrigante telegrama de un amigo.

El telegrama procede de un barco en alta mar, y está remitido por Jackson Elias, un escritor con el que mantuviste correspondencia hace un tiempo. Jackson y tú os hicisteis buenos amigos, aunque él no suele estar mucho tiempo en un sitio fijo. Elias es, además, un conocido autor de estudios sobre sectas religiosas oscuras. A él le fascina el ocultismo y lo sobrenatural, pero a la vez es un escéptico. Le gusta escribir acerca de las sectas más extrañas y sanguinarias que puede encontrar. No se le asusta con facilidad y se aferra sólidamente a la realidad.

Mueves el telegrama en tu mano, confuso por la sospechosa urgencia que despide el papel en tus manos. Las dudas te asaltan, pero también, una certeza: es hora de reunir al equipo.

Hace ya un tiempo que no tenéis contacto con Warren desde que tuvo que trasladarse una temporada a Nueva York por cuestiones de trabajo de índole académico. Es por ello que el telegrama suyo que os ha llegado esta misma mañana destilando urgencia y nerviosismo os ha puesto en alerta. Anna fuma nerviosa un cigarrillo, relajada en un sofá con las piernas cruzadas, mientras Henry parece concentrado en limpiar a la perfección los cristales de sus gafas. La Srta. Lexington lo vuelve a leer para todos. En las escuetas y bochornosamente caras palabras que os transmite habla de un mensaje recibido cuyo remitente es a su vez un amigo que tiene información sobre la malograda Expedición Carlyle, y debéis reuniros con él (Warren) antes del día 15 de enero en la dirección que os indica de Nueva York. Luego, lo dobla, lo deja sobre el escritorio y es entonces cuando os asaltan las dudas, momento que aprovecha Artie para levantarse, agarrar su sombrero del perchero y colocárselo en la cabeza.

No le sonaba de nada a Artie el nombre de aquella expedición. El telegrama de Warren era un tanto confuso, parecía haber sido escrito con prisa y sin demasiada... cordura. Hablaba sobre una malograda expedición a África y eso sólo podía significar una cosa. El bueno de Bedford había encontrado un buen hilo del  que tirar.

- Voy a ver si puedo comprar unos billetes para Nueva York. - Dijo sonriente. - Nos vamos de viaje. - Anunció, para acto seguido cambiar el semblante. No les había preguntado a sus compañeros y no sabía si estaban tan convencidos como él de viajar tan lejos de casa y de improvisto. - ¿Por qué, nos vamos todos, no? - Trató de confirmar.

Y es que echaba de menos a Warren. Junto a él, Bedford había sido el alma mater de la Agencia, siendo verdad que Anna también fue una de los miembros fundadores, ella nunca se involucró demasiado en temas burocráticos y de gestión, sino que más bien al principio, ayudó a los investigadores un poco como hobby. Desde que se había ido, Henry había ocupado su puesto en la agencia. Carter ahora era "el hombre de los libros". Había aprendido mucho del profesor y se había convertido en un muy digno sucesor, pero la ausencia de Warren se notaba y mucho. Por eso Gunshoe, estaba emocionado ante la prespectiva del encuentro con el viejo Warren.

Tras leer el telegrama para todos los presentes, lo guardó ordenadamente en una de las carpetas que había designado para tales mensajes. Su orden era meticuloso y disciplinado, algunos dirían que rozaba lo enfermizo.

- Mr. Gumshoe... Artie - dijo recordando las tantas veces que le había corregido ese mal hábito. - Me pondré en contacto con la agencia para reservar los billetes hacia Nueva York no se preocupe, yo me encargo.

- 15 de Enero.. buscaré un buen precio, conozco a la chica que lleva la agencia de viajes - dijo casi para si misma mientras empezaba a murmurar conceptos casi ininteligibles - 4 billetes... llamar a la compañía de taxi... preparar maleta.. - iba anotando rápidamente en una hoja todas las nuevas tareas que fueran a ser necesarias.

Paró por un momento y se quedó mirando al resto para confirmación de los asistentes.

- No se cuanto tiempo estaremos fuera, Ofelia... - Intervino Gumshoe. - ¿Qué le parecería venir con nosotros por una vez?

Y es que Artie ya se había acostumbrado a tener cerca a la señorita  Lexington. Era meticulosa y ordenada, todo lo contrario a lo que era él. Por ello, para Artie se había vuelto casi imprescindible.

Expedición Carlyle... - se repite para si mismo el Dr Bedford tras  termina de contactar con sus asociados de la agencia convocandolos a la ciudad que ahora era su domicilio, Sin duda su viejo amigo traia algo interesante entre manos y que necesitara un equipo de confianza no era nada comun en su proceder habitual de investigación, intento hacer memoria sobre el nombre que le resultaba familiar, pero pocos datos mas recordaba aparte de su desaparicíon en alguna parte de Africa.

Tras un par de vueltas mas por el pequeño despacho en el que se encontraba  mientras estrujaba su cerebro para no recordar nada mas que detalles bastante poco claros decidio  hacer todo lo que un buen erudito debia hacer , aun tenia tiempo hasta el dia de la reunión, tiempo suficiente para documentarse sobre aquella fallida expedicíon todo lo que pudiera asi que cogio la chaqueta que colgaba del perchero y sin perder tiempo decidio salir en busca de información.

Siguió anotando.

- Sólo billetes de ida.. ropa de invierno.. - luego alzó la cabeza y atendió a Artie. - ¡Claro! Estaré encantada de ir a Nueva York. Aunque no tengo claro el caso del que nos habla el Dr. Warren, sobre esta expedición en África. - mentalmente se anotó visitar la hemeroteca para investigar sobre esa expedición, le gustaba ir siempre informada y adelantarse todo lo posible a los problemas.

Si, iremos todos... al menos yo por mi parte iré- dice Anna mientras apaga su cigarrillo. Bien sabía que le vendría bien el cambio a esa ciudad. 

Yo tampoco conozco esa expedición que habla. Quizás Henry conozca algo más de ello- al fin y al cabo, era historiador, y quizás le sonaría aquello. 

Decides acercarte a la sede del rotativo New York Pillar/Riposte, que sabes que está suscrito a la agencia Reuters. Desde allí podrás revisar la información pertinente que el rotativo neoyorquino dedicó a la expedición y sus pormenores. Durante los días que tardan tus compañeros en llegar a la ciudad, acudes en repetidas ocasiones a los archivos de la sede, donde tus credenciales como profesor de historia y tu pase como invitado de la Universidad de Columbia te han abierto las puertas fácilmente.

Allí, encuentras lo siguiente (en orden cronológico):

Decididamente, la hemeroteca de la Biblioteca Pública de Boston es el mejor lugar para ir a echar un vistazo, aunque todo lo que lográis encontrar antes de iniciar el viaje corresponde a unos últimos recortes del New York Pillar/Riposte. Al parecer, la información está un poco desordenada, así que la ordenáis cronológicamente para poder haceros una imagen mental de lo sucedido.

Pararlelamente, la Srta. Lexington ha organizado el viaje a través de tren, puesto que no confía en el coche de Artie y en las últimas averías que ha ido teniendo. Además, también tiene solucionado el tema de la estancia, muy cerca de donde el Dr. Warren Bedford está alojado.

Con una copia de las noticias del rotativo neoyorquino y arrastrando unas pesadas maletas, subís al tren para reuniros con vuestro compañero.

Partís a Nueva York.

15 de enero de 1925 por la mañana.

Al Dr. Warren Bedford siempre le cuesta un poco arrancar. Nada más encontraros con él en la Grand Central Terminal de Manhattan, os estrecha la mano, pero es recibido con abrazos por parte de sus compañeros. Abrazos que él mismo reparte al cabo de un instante. No obstante, hay preocupación en su rostro. Anna Vixen, que durante el viaje en tren deseaba despachar pronto los problemas que os han traído a la ciudad y hacer una visita al Cotton Club, comprende que tendrá que dejarlo para otro momento puesto que parece que se ciernen asuntos graves.

Sin muchas palabras, el historiador os conduce en un ligero paseo hasta el apartamento que la fundación universitaria le ha prestado. Nada más comparte unos detalles históricos con Henry Carter en torno a un capitel de un edificio traído de una ciudad europea y los relieves de una catedral fundada por inmigrantes irlandeses que reproduce en sus formas en la piedra parte de la cultura de la isla.

El apartamento es una pequeña primera planta de un edificio de dos plantas, pero bien amueblada. "Cómoda", como la describe Warren, con un escritorio con varios libros abiertos, varias tazas de té vacías y, cómo no, un perfecto orden. Únicamente las tazas y los libros revelan que allí vive alguien. El Dr. Bedford os reúne en torno a una mesa ovalada de madera y sirve té, se humedece los labios y a continuación, comienza a hablar.

El Dr. Bedford  saborea aquel sorbo de Té mientras tomándose un momento antes de hablar, los día de investigación han dado sus frutos y hay varia información que asimilar por lo que necesita ordenar en su mente sus ideas para darle a sus estimables compañeros los pormenores de la situación que los lleva a acudir a su llamada

- Ante todo  para comenzar quiero agradecerles la diligencia y el compromiso mostrado al acudir tan rápidamente a mi llamada - dice agradecidamente pasando la mirada de unos a otros - pero sin más por menores paso a exponer en profundidad el tema que nos atañe, ante nosotros parece haber surgido un interesante misterio, hace unos días un viejo amigo el señor  Jacksón Elías  ha contactado conmigo para pedirme que reuniera un equipo de confianza  para algo que se trae entre manos y  por eso no dude ni por un momento en llamarlos.

Dicho este el Dr. Bedford se levanta  y va hacia su escritorio mientras sigue con su exposición -Jackson Elias para quien no lo conozca es un Hombre de mundo y reputado escritor, su campo de especialización es algo peculiar por decirlo de alguna manera su bibliografía  es un conjunto de volúmenes dedicados a analizar  todo tipo de sectas pero con el toque escéptico que lo caracteriza , he de decir que encuentro sus obras interesantes y se dé buena tinta que sus análisis son minuciosos dado que investiga a fondo incluso llegando alguna  vez a infiltrarse en algunas de estas sectas  para después desgranarla en un libro, como podéis suponer es un hombre de Duro y poco impresionable- Tras abrir  uno de los cajones del escritorio saca una pequeña carpeta y vuelve con ella a la mesa abriéndola  para empezar a poner unos viejos periódicos sobre la mesa - Alejándose un poco de su comportamiento habitual mi amigo  me instaba a encontrarnos con urgencia y me adelantaba que su propuesta de trabajo tenía que ver con la desaparición de la expedición Carlyle.

Bedford se tomó un momento para que el resto de sus compañeros pudieran  ojear  un poco los documentos que les aportaba para después continuar- Sin mucho más que una pequeña idea del tema  y con tiempo por delante hasta este encuentro, pude reunir estos breves documentos que nos pondrán un poco más al idea del tema a tratar con mi buen amigo, como pueden ver  se trata de un expedición financiada Por el joven señor Carlyle  a las dunas de Egipto, que acabo perdiéndose tiempo después en en las cercanías del great Rift tras tomarse unas "vacaciones " de safari fotográfico por la zona, como pueden ver en el artículo se teoriza que pudieran buscar algo más que esas vacaciones, sin duda mi amigo Jackson nos podrá exponer su teoría cuando nos lo encontremos.

Dicho esto Bedford, guardo silencio a la espera de que sus compañeros absorbieran toda la información que les aportaba por si alguno tenía alguna sugerencia o pregunta

Veía a su viejo amigo Warren bastante atormentado. Sin una buena mujer a su lado, empezaba a convertirse en un tipo algo huraño y solitario, encerrado en sus libros y sin más ocupación que el mero gusto por la investigación. Desde que muriera su esposa años atrás, no había levantado cabeza y se sentía algo culpable de que su viejo amigo se hubiera enfrascado tanto en la temática ocultista y no hubiera encontrado una segunda esposa con la que pasar el resto de sus días.

Recordó entonces, aquella vez, mientras examinaban la mansión Corbitt o puede que fuera en la granja de Ross's Corners, no lo recordaba bien, que llegó a pedir que fuera él quien muriera y no otro de los miembros de "Tras el Telón", alegando que el ya era viejo y que el resto tenía toda la vida por delante. No le gustó entonces verlo tan hundido, pero salió adelante y allí estaba, metido de lleno en una nueva investigación y no viviendo sus últimos años como cabría esperar de un hombre de su edad, en familia y disfrutando realmente dela vida.

Fue entonces cuando se sorprendió a si mismo con aquellos pensamientos. Al fin y al cabo, el mismo estaba remando en aquella misma dirección, pues ni tenía pareja, ni tenía familia, ni tenía otra ocupación que no fueran los misterios y la agencia. Y es que le hubiera gustado casarse, pero nunca había encontrado con quien. Cierto que flirteó con Anna hacía años y que compartió algún que otro baile, pero nunca se materializó en algo más que eso y ahora tan solo la veía como una buena amiga. 

Tampoco había más mujeres a su alrededor. Las únicas dos amigas que había tenido en los últimos años habían sido Anna y Rachel y Rachel... bueno, murió de una forma desgarradora en aquella maldita granja. Raro era que la policía nunca les hubiera preguntado por su desaparición. Estaba también Ofelia, aunque prácticamente ni la conocía. Podía incluso estar casada y no saberlo. Se fijaría en sus manos en busca de un anillo.

- Nosotros estuvimos también recopilando antiguas noticias de los diarios sobre la expedición. - Le desveló a Bedford  cuando se centró en lo que tenía que centrarse y abandonó aquellos pensamientos que no le llevaban a ningún sitio. - Básicamente sabemos que Roger Carlyle, un playboy, montó una expedición a Egipto y desapareció con todo su equipo. Un año más tarde, más o menos, su hermana partió en su búsqueda, descubriendo que la expedición había sido masacrada por una tribu local y que alguno de los culpables había sido capturado y ejecutado. - Resumió Gumsheoe. - Supongo que el señor Elias, quiere que investiguemos el asunto. Pero... ¿Egipto? Nos viene un poco grande, ¿no cree Warren?

Ofelia se quedó en segundo plano, dejando conversar al Dr. Warren y a su jefe Artie, siempre se había caracterizado por su educación y el saber cual era su lugar. En el momento que Artie nombro los periódicos, ella fue sacando diligentemente los recortes que había conseguido de la hemeroteca en Boston y los fue poniendo sobre la mesa, de manera ordenada por fecha y señalando la sección que hablaba sobre la Expedición Carlyle. Había subrayado aquellas partes que eran relevantes: los implicados, los nombres de las victimas y al final había subrayado de manera especial una frase en las que decía que los miembros de la tribu que supuestamente había asesinado a la expedición se negaron a hablar donde estaban los cuerpos incluso antes de ser ejecutados.

- Quizá podríamos concertar una visita con la señorita Carlyle o incluso el sr. Harvis que estuvieron presentes y nos puedan detallar las circunstancias o algún detalle que no esté expuesto en el periódico. - comentó en voz baja sin querer salirse de turno. - Tras hablar con el señor Jackson por supuesto.

¡Egipto! Estaba entusiasmada. Se incorporó a este trabajo ya que se suponía que iba a ser tranquilo y le permitiría no destacar, pero poco a poco se fue acercando a ese grupo de investigadores y estaba encantada de resolver misterios con ellos, era como esos libros que había leído sobre detectives.

Warren lamza sobre la mesa el telegrama recibido.

En un momento, la mesa está llena de recortes de periódico que van de mano en mano, recomponiendo un macabro puzzle.

El timbrazo del teléfono interrumpe el examen de los recortes. Todos fijáis la mirada en él, y luego en Warren, que todavía observa el auricular como quien observa las nubes grises de tormenta aproximándose a la costa. Warren descuelga y exclama un breve: - Dr. Bedford, dígame.

Durante los instantes siguientes, observáis el rostro del profesor, que escucha impertérrito lo que al otro lado del hilo telefónico le están comunicando. Al final, cuando parece que Warren gesticula y parece que va a contestar algo, se detiene, cortado por el sonido de fin de la comunicación.

- Warren, viejo amigo... - Es Jackson Elias. - Acabo de llegar a Nueva York y... debemos vernos. Presta atención... Hotel Chelsea. Habitación 410. Ocho de la noche. No tenemos tiempo.

A continuación cuelga inmediatamente. No ha pasado inadvertido para ti el tono críptico y ansioso que Elias ha mostrado. Incluso asustado, siendo poco habitual en él.

Anna había escuchado con suma tranquilidad el relato del Dr. Warren Bedford, y desde luego aquella historia era realmente fascinante... y algo peligrosa. 

Estoy de acuerdo con Ofelia- dice mientras asiente a su compañera- si vamos a encargarnos de este asunto, aparte de hablar con el Sr. Jackson, no estaría demás hablar con la hermana del Sr. Carlyle. Quizás ella tenga información de interés.

De pronto, una llamada interrumpió brevemente la conversación. Tras acabar la comunicación por teléfono, la mujer pregunta- ¿una conversación importante, Doctor?

El Doctor Bedford   observaba los nuevos recortes aportados que iban dandole un poco mas de ubicación al caso que se les  avecinaba- Si, quizas Africa pueda parecer algo  fuera del alcance de  muchos pero la historia nos ha demostrado que no hay presa lo suficiente grande para el hombre curioso  ¿no opina lo mismo ?- le dice a Gumshoe   cuando el sonido del telefono lo interrumpe haciendo que se tenga que levantar a coger la llamada, una llamada efusiva y inquietante que se quedara  escuchando el sonido del telefono comunicar tras el abrupto cuelgue.

De pronto, una llamada interrumpió brevemente la conversación. Tras acabar la comunicación por teléfono, la mujer pregunta- ¿una conversación importante, Doctor?

importantisima , sin duda- dice  sacando su reloj de bolsillo y chequeando la hora - amigos mios creo que debemos dejar de teorizar por el momento  ya que mi buen amigo el señor Elias ha llegado a la ciudad  y nos cita de manera apremiante alas 8  en la habitación 410 del Hotel Chelsea , me ha dejado un poco frio su actitud ansiosa casi podria decir que he notado algo de temor en el , eso reaviva mis preocupaciónes ya que no es un hombre proclive a tales sensaciónes.

Despues volviendo a la mesa empieza a recoger los papeles con prisas algo no propio de el  , dado que un sentimiento de desasosiego por su amigo lo embarga- Siento ser tan brusco  pero los animo a todos a que se preparen, cuanto antes nos dirijamos alli antes valorar mejor la situación para dar el siguiente paso,

- Perfecto. - Dijo simple y llanamente Gumshoe. 

Cierto era que no sabía todavía mucho del caso, pero le fascinaba. Tenía la clara sensación de que, después de cinco años de duro trabajo por hacerse un hueco dentro de los investigadores de lo oculto y habiéndose ganado cierto respeto en aquellos círculos, estaban ante el caso de sus vidas. 

 Podía ser que se equivocara, pero lo extraño de las muertes y desapariciones de aquel grupo de aventureros y exploradores, podía tener mucho que ver con rituales, canibalismo y en definitiva, con fenómenos extraños dignos de estudio.

Y si, Artie Gumshoe estaba ansioso por saber más, casi eufórico. Tanto que ni se percató de las preocupaciones de su buen amigo Warren, cuando colgó el teléfono y sólo escuchó la parte que le interesaba. Pronto irían a ver al enigmático Jackson Elías y éste podría ofrecerles algo de luz sobre aquel oscuro asunto.

 - ¿Estamos listos? - Preguntó sonriente.