Partida Rol por web

Ofelia se sentía muy desprotegida así que disparaba sin mirad demasiado y obviamente errando su tiro.

Anna poco tenía que hacer en aquella situación. Dudaba que el arabe pudiera dispararle a ella o al doctor Warren, teniendo en cuenta que tanto Artie como Ofelia estaban contestando a sus disparos. Aún así, siguió retrocediendo, solo por si acaso. 

- Anna, rápido, tome esto – le dijo Warren entregándole apresuradamente su pranga y el revovler que Artie le había prestado para que lo cogiera – Tómelo, rápido. Artie, quítale las esposas y marchaos. – le dijo antes de ver como Artie le abría un agujero en el hombro al árabe que les disparaba – Quitadle las esposas y marchaos. Él ya está medio muerto y la policía llegará pronto. Yo me encargaré de la policía, pero si nos descubren a todos con las armas aquí seremos sospechosos. Marchaos, marchaos, yo me encargo de todo. Confiad en mí. – les animo antes de correr hasta el árabe a quien pretendía derribar de un puñetazo. En su cabeza la secuencia era mucho más sencilla creyendo que aún era un jovencito boxeador. O tal vez el árabe no estuviera tan moribundo como pensaba por el disparo. Como fuera, esquivó su derechazo y ahora era una presa fácil para él.

- ¡Policía! ¡Policía! ¡Que me matan! ¡Que me matan! ¡Policía! – exclamó con todos sus pulmones esperando que sus compañeros confiaran en el descabellado plan que se le había ocurrido.

Warren se había quedado paralizado un instante pero al ver como la escena seguía su curso y los disparos continuaban, se dio cuenta de que estaban en la ciudad y de que iban a tener problemas.

Como si de algo premonitorio se tratara, varios silbatos de policía se oyeron cerca del callejón, así que Warren empezó a moverse con una especie de plan en la cabeza. Su locura de darle un puñetazo al árabe le pudo poner en peligro de no ser porque Artie logró, esta vez sí, dar en el blanco, abatiendo al árabe y salvando con ello la vida de Warren, el cual pudo suspirar aliviado.

Y en ese momento, empezó a gritar para llamar a la policía, que sin duda no tardaría en aparecer por la esquina, encontrándose a dos muertos y un hombre llamándoles... o quizás a más gente, porque todo dependía de lo que hicieseis vosotros.

Sin embargo, el árabe no estaba muerto. Desde el suelo, con las comisuras de la boca ensangrentadas, elevó el arma y apuntó a Warren para dispararle, mientras hacía una mueca de dolor.

Con la adrenalina del momento, Warren encajó uno de los derechazos que había aprendido en sus años mozos como pugilista amateur en la universidad, uno que dejó KO al árabe que se desangraba.

No tenía más tiempo para pedirle de nuevo a sus compañeros que le quitaran las esposas al árabe muerto. Solo podía confiar en que ellos confiaran en él y corrieran como almas que lleva el diablo llevándose lejos de allí las armas que los podrían poner en un buen aprieto.

Rompió la camisa del árabe buscando la herida de la bala. Rompió más aún la camisa para hacer una especie de gasa improvisada que le permitiera taponar la herida presionando con fuerza para detener la hemorragia. Era útil para su plan que la policía lo encontrase tratando de salvar la vida de su asaltante.

- ¡Una ambulancia! ¡Una ambulancia! – se puso a gritar para quien pudiera escucharlo más allá del callejón.

Tras recoger apresuradamente los objetos que le entrega el doctor, Anna sigue las palabras del mismo al pie de la letra y decide poner tierra de por medio ante aquella situación y salir de aquel callejón lo mas rapìdo posible. 

Artie se agachó junto al árabe muerto y recuperó sus grilletes. Un gesto casi instintivo, pues lo había repetido tantas veces que tenía automatizado. 

- No sé que pretende, Warren. - Le dijo muy serio. - Pero creo que sería mejor que nos fuéramos todos. - Se quedó mirando unos segundos al doctor. No pareció querer aceptar su petición, por lo que realizó un cacheo sobre la árabe fallecido.y salió a toda prisa con la intención de llegar al motel y descansar un poco. - Iremos al motel y buscaremos a Carter. Búsquenos allí.

Ofelia asintió nerviosa y guardó su pistola.

— Vamos! — dijo mirando ese machete que le recordaba a los mismos de los ataques en New York. Habían dado en el clavo en algo pues lo perseguía la misma gente, tan solo había que ver cual de todas las pistas seguidas era la buena.

Se apresuró a seguir al resto.

Varios policías llegaron en el preciso momento en que Artie, Ofelia y Anna desaparecían por el extremo opuesto del callejón. Al entrar, se encontraron con Warren atendiendo al árabe, que sangra profusamente. Uno de los policías se acercó para mirar y también le preguntó a Warren sobre lo ocurrido, mientras el otro salía al callejón de nuevo, esta vez para buscar a más policías o llamar a un médico.

-¿Qué ha ocurrido aquí? -preguntó el policía, viendo entonces el arma en el suelo. Rápidamente la cogió y se separó de Warren -. Señor, sepárese ahora mismo de ese hombre, haga el favor, y póngase en pie.

En esos momentos llegaba otro policía.

-¿Qué ocurre, Fergie? -preguntó. Al ver la escena, el hombre en el suelo, sangrando, y a Warren siendo apuntado por el otro, sacó también su arma y apuntó también a Warren.

La situación del profesor era poco menos que confusa.

- Se… señor agente… encantado acataría su orden… pero si dejo de presionar aquí este hombre morirá desangrado… - dio Warren mirándolo nervioso manteniendo la presión en la herida que evitaba que muriera de una hemorragia – Pue… puede que muera igualmente, pero… pero si presiono tiene una posibilidad de vivir… - Warren no necesitaba fingir nerviosismo. Aunque seguía dándole vueltas en su cabeza a su plan, a la historia que presentaría ante la policía – Con gu-gusto le-les acompañeré a co-comisaría a responder a sus pre-preguntas. – claro que les acompañaría como testigo, ¿por qué iba a considerarse arrestado si él no había hecho nada malo a nadie?

- Vamos a por Carter. - Insistió Artie a sus dos compañeras. 

​​​​​Para nada estaba convencido de dejar a Warren solo ante la policía, pero si él se lo había pedido así, era porque debía de tener un muy buen plan. Al menos eso esperaba.

Llegar ahora al hotel dando la vuelta a la manzana en el sentido contrario al que habían seguido anteriormente, era ahora su prioridad. Si lograban encontrar a Carter se llevaría una buena alegría y si no estaba en el hotel, esperaba que al menos hubiera dejado una nota en la recepción o algo por el estilo. 

Ofelia miró un par de veces atrás no muy convencida en dejar a Warren atrás, pero si tenía un plan, seguro que sería capaz de llevarlo a cabo. Asintiendo a Artie se encaminó para abandonar aquella escena del tiroteo para dirigirse al hotel. Temía por Carter que lo hubieran seguido y le hubiera pasado algo malo, no era un tipo ducho en combate.

— Espero que esté bien..

La última vez que habíais visitado Scotland Yard, todo había sido muy diferente. El Inspector Barrington os había recibido casi con los brazos abiertos y había compartido algunos de sus problemas con vosotros, quizás con la esperanza de poder encontrar una solución a los asesinatos que estaban teniendo lugar.

Warren fue llevado con educación y diligencia a la Comisaría y directamente al despacho de Barrington, en donde el joven inspector no tardó en aparecer. Entró y se sentó en silencio.

-Señor... Bedford, si mal no recuerdo, ¿verdad? Mis agentes me han informado sobre lo sucedido, un asuntillo algo desagradable con dos hombres de ascendencia egipcia. Supongo, si no le molesta que se lo diga, que todo esto tendrá que ver con los asuntos que les trajeron hasta Londres. Pero he de decir que me molesta sobremanera la forma en la cual lo están llevando usted y sus compañeros. Lo que he podido ver hasta ahora no es lo que yo entendería por colaboración, ¿no cree usted?

Sin elevar el tono de voz, el inspector estaba recriminándote con claridad todo lo sucedido. Te dio un par de segundos a la espera de si decías algo, antes de continuar.

-Después de analizar la escena hemos deducido que el hombre con el disparo en la cabeza fue asesinado por su propio compañero, aquel al que usted estaba intentando salvar, sin éxito, he de añadir. Falleció poco después de llegar al hospital. ¿Puede decirme en primer lugar, quién le disparó y por qué? 

Tras dar la vuelta a la manzana, los tres entrasteis de nuevo en la pensión y subisteis las escaleras para ir a vuestro cuarto, evitando así a vuestra casera y sus miradas inquisitivas, sobre todo porque seguro que os preguntaba por Warren. Parecía muy interesado en él.

Afortunadamente, fuisteis lo suficientemente rápidos y en cuestión de segundos os hallasteis delante de vuestra puerta. Uno de vosotros tenía la llave del cuarto y la introdujisteis en la cerradura. Después empujasteis la puerta... y no se abrió. La cerradura había girado pero era como si algo desde dentro os impidiera abrirla.

Después de todo lo que habíais pasado, era lo último que esperabais. Si alguien necesitaba el descanso esos erais vosotros y Carter seguro que estaba ansioso por conocer vuestros movimientos y saber de primera mano lo que había ocurrido desde que os separasteis.

- Que raro... - Dijo Artie alzando una ceja extrañado porque la puerta no abriera. - ¿Qué pasa? 

El investigador trató de comprobar si la puerta estaba atascada. Si había algo al otro lado que impedía que se abrirse, un mueble, una tabla o... Un cuerpo. Pero nada, no sabía la razón por la que aquella llave no abría la puerta. 

- Voy a buscar al casero... - Anunció. 

Anna se quedó sorprendida ante el hecho que la puerta estuviera bien cerrada. 

Que extraño- es lo único que pudo decir. Después del día que llevaban, y con Warren detenido, quedarse sin habitación eral o último que habría pensado que podía ocurrir.