Partida Rol por web

En el mismo instante en que la eficiente Srta. Lexington propuso Londres como principal destino donde continuar las investigaciones, el resto de miembros de Tras el telón aceptaron al unísono: fue la primera parada de la Expedición Carlyle, los recursos bibliográficos son enormes, sus dirigentes dominaron en otro tiempo Egipto, Kenia y China, las gentes, por lo general, son amables y, por qué no decirlo, los letreros de las calles están en inglés.

Os preguntáis si debéis seguir temerosos de la secta de La Lengua Sangrienta, tan lejos como estáis de Nueva York. El viaje en barco ha sido tranquilo, pero lleno de incertidumbres a las que no podéis, por ahora, dar respuestas. En cuanto el tren alcanza la urbe principal, Londres, os dejáis transportar por el ambiente de misterio de la siempre presente niebla, mezclada en un eterno cóctel con el humo del carbón. El penetrante frío de la noche os hace sentir vulnerables, pues os alcanzan los huesos, pero el latir de la ciudad en forma de multitudes de viandantes y enormidad del tráfico diurno dotan de personalidad a la capital. Estar rodeados del ambiente bohemio del Soho y los magníficos museos y galerías, no os hace olvidar porqué habéis viajado hasta aquí, y os preguntáis qué hay en los amenazadores callejones de Limehouse o Lesser-Edale, o si los frondosos setos de las fincas rurales esconden montruosos y paganos ritos secretos.

No tardáis demasiado en encontrar habitaciones en un local medio decente, la pensión Montigny, o al menos en mejor estado que su propietaria, Jenny Simon, una señora poco cuidada, aficcionada a la bebida y fumadora empedernida, empeñada en llamar la atención con su pelo teñido de naranja brillante que contrasta con sus mal llevados cincuenta años. No era vuestra primera opción, pero vuestros deseos de encontrar un sitio céntrico se toparon con unos precios desorbitados en los hoteles y os visteis forzados en recalar en la pensión menos sórdida de todas, ya que por unanimidad decidisteis no escurrir demasiado el bolsillo de la Srta. Carlyle.

Con apenas las maletas sin deshacer, ha llegado el momento de decidir vuestros primeros pasos en Londres.

Londres

• Mikey Mahoney, editor del Scoop.
• Inspector James Barrington de Scotland Yard.
• Fundación Penhew (de unos de los miembros de la expedición).
• Investigar el barco que se vio en la foto con bandera ingles (La foto del barco fue tomada ahí. En el río Huangpu. El barco se llama Ama Oscura de un tal Alfred Penhurst)

Artie estuvo revisando las pistas que la eficiente señorita Lexington había ido recopilando en su libreta. Tenían algunas cosas que investigar en Londres aunque era posible que no pudieran acceder a todas ellas. De entre éstas, la más complicada de hallar era aquel barco de la fotografía, pues esta fue tomada en China y aunque llevaba bandera inglesa, podía estar literalmente en cualquier parte del mundo.

- ¿Por dónde empezamos? - Preguntó Artie. - Puede que antes de empezar, lo lógico sería recapitular y recordar que es lo que tratamos de encontrar... - Miró a sus compañeros. - De la fundación Penhew podemos tratar de sacar información sobre la exploración Carlyle. Sir Aubrey Penhew se puso al mando de la expedición. - Recordó. - Podemos ir al puerto y buscar una aguja en el pajar y luego están el inspector de Scotland Yard y el editor del Scoop. ¿Me pueden recordar que tienen ellos que ver en éste asunto? - Preguntó Artie. Con tantos datos tenía la cabeza hecha un lío.

Ofelia había aprovechado el viaje para ordenas sus ideas y reelerse todas aquellas notas y documentos que había conseguido.

- Si me permite creo que deberíamos seguir con el plan, que sin darnos cuenta, hemos ido cumpliendo hasta ahora. Volver atrás en los pasos de Jackson Elías. Todas las pistas que tenemos aquí en Londres y que nos puedan ayudar a esclarecer el asunto tratan de su última estancia aquí y posterior huida a Nueva York.

Volvió a sacar sus apuntes y eligió aleatoriamente, a falta de un mejor factor decisivo uno de los cabos sueltos. Recordó lo que le dijo su editor: Jonah Kensignton:

- Espero que saquen a la luz la verdad - afirma -. Este asunto parece estar diseminado por todo el mundo y supongo que no será tarea fácil moverse con la misma facilidad con la que pueden hacerlo en este país. Recuerdo que en conversaciones con Elias mencionó un par de contactos en Londres en nuestras conversaciones, por si pueden resultarles de ayuda. Se trata de... Mikey Mahoney, editor del Scoop, y del inspector James Barrington, de Scotland Yard.

- Creo que haría una visita al editor de la revista Scoop: Mikey Mahoney. Fue de las últimas personas que vio a Elias en su recta final. Intuyo, por lo que vi en las notas, que cuando volvió a Londres por última vez estaba bajo un estrés muy alto, seguramente sabía que iban a por él y es posible que hubiera perdido la cabeza. 

Enseño a sus compañeros las notas de un telegrama que envío al editor Kensignton cuando estuvo en Londres.

- ¿Les parece?

Creo que es la mejor pista que tenemos para empezar dadas las circunstancias- responde Anna.

- Sí, empecemos por allí. - Intervino el detective. - A ver qué tiene Mahoney para nosotros. Esperemos que nos de algo de luz a este turbio asunto.

Bedford se acomodo como pudo en la pensión  para despues reunirse con su compañeros y tratar la via de investigación.

Me parece correctos visitar a Mahoney quizas tenga alguna información que le haya pasado Elias - dice valorando la situación- de todos modos la fundación deberia ser nuestro siguiente lugar de visita dado que puede que sepan algo de Penhew o de que lo llevo a meterse en la expedición.

En uno de los célebres taxis de Londres viajáis hasta Fleet Street, no lejos de Ludgate Circus, donde se encuentra el destartalado bloque de oficinas donde está el The Scoop, el semanario sensacionalista de Mahoney. The Scoop, como podéis ver por las láminas enmarcadas en la entrada, es un semanal especializado en asesinatos sangrientos, escándalos sexuales y, bueno, sucesos extraños. "Buen material", pensáis, mientras intentáis adivinar qué clase de tipo será Mahoney. En el segundo piso os resuelve vuestras dudas, con ninguna decepción mediante. En el interior de un despacho apestado a sudor y humo se encuentra Mickey Mahoney, un no demasiado acicalado periodista irlandés, qué no duda en saltar de su silla para acercarse a entrechar vuestra mano mientras su boca, de la que pende un humeante puro, pronuncia risas socarronas como quien saluda a sus compañeros de póker. Su despacho es austero, archivadores, whiskey y un desordenado escritorio de madera. De las paredes cuelgan algunas portadas célebres, un mapa de Londres y fotos del propio Mahoney con algunas de las celebridades, suponéis, londinenses. Un par de ventanas por las que entra luz grisácea dan al bullicio de la calle.

De repente, se para delante vuestra y pone los brazos en jarra, serio.

- ¡Un momento! No vendrán a deterneme por... "aquello", ¿verdad? - Exclama.

Transcurren unos segundos de confusión hasta que el pelirrojo irlandés de unos cuarenta y tres años estalla a reír.

- ¡Es broma, demonios! Pasen y díganme, pero sean breves, que tengo mucho trabajo. ¿Qué vienen a venderme? ¿Fotos?

Mahoney tiene una manera de hablar ruda y cínica, que enfatiza a veces moviendo el puro en sus manos y creando hipnóticas formas con el humo.

- ¡Vamos, hablen!

Llevaban poco tiempo en esas tierras pero a Ofelia no dejaba de sorprenderle la actitud y el acento totalmente diferente al que estaba acostumbrada. Aquel tipo además parecía especialmente peculiar. Pensó alguna manera creativa de abordar el tema, decidió ir directa al grano y ser contundente.

No se rió ante su broma.

- Un placer conocerle señor Mahoney. Como podrá ver en nuestros acentos, venimos cruzando el Atlántico en una investigación especial. Estamos estirando del hilo de los últimos días de vida del señor Jackson Elias y por lo que sabemos usted era uno de sus contactos aquí en Londres. Lamento informarle que ha muerto.

Dicho esto, saco su libreta y lápiz y se quedó pendiente de anotar.

- ¿Qué nos podría contar sobre él? Cualquier información, aunque parezca banal, puede ser muy relevante para el caso. Gracias.

- Lo sé. - Dice, rebajando el tono. - Es una triste noticia, joder. Hace mucho tiempo que le conozco a través de los despachos de agencia, ¿sabe?

Mahoney da una larga calada y os señala con el puro a todos y cada uno de vosotros, poniendo su probablemente ensayado gesto de periodista incisivo.

- Pero, ¿quiénes cojones son ustedes? ¿Detectives? ¿Y qué hacen en el viejo continente? ¿Y cómo han oído hablar de mí?

podria decirse que si que lo somos, soy el Doctor Warren Bedford  y Elias era un buen amigo mio de hecho nos habiamos citado el dia de su muerte, queria contarnos algo pero la tragedia lo alcanzo antes y buscamos respuestas por justicia - dice el doctor con una mueca triste por el recuerdo

Ofelia y Warren tomaron la iniciativa. Le gustaba cuando lo hacían, pues le liberaban a él de tener que ser siempre el que daba la cara y aunque le gustaba que así fuera, tampoco le importaba que sus colegas tomaran la delantera. Es más, la señorita Lexington fue al grano. Él lo hubiera hecho de tora forma, tratando de camelarse al periodista y ofreciéndole un trago en la cantina, trago que de momento se había ahorrado.

- Artie Gumshoe. - Le ofreció la mano al irlandés. - Detective privado y director de la prestigiosa agencia "Tras el Telón". No sé si ha oído hablar de nosotros. - Dejó caer. - Básicamente acudimos a usted para conocer si Jackson había tratado con usted algún asunto acerca de la expedición Carlyle o sobre sectas africanas. Estamos investigando el asunto a petición de la familia Carlyle.

Y si conoce algún lugar por donde se movía o frecuentaba el difundo Elias aquí en Londres sería también de agradecer- añade Anna sonriendo al hombre.

- Ya veo por dónde van - dice, volviendo a apuntar con su puro, como si fuese una extremidad suya más -. Parece que hay una investigación en curso y ustedes se están ganando el sueldo, ¿no es así? - Hace una pausa en la que da una buena calada al puro. - Bien hecho, por supuesto. Jajajaja. Pero déjenme un espacio para mí publicando un reportaje en "el Scoop", ¿quién les ha contratado? ¿Qué han averiguado? Por mi parte les diré todo lo que sé. ¿Whiskey? - Cuando Mahoney lanza la invitación ya está poniéndose un vaso para él en la mesa donde descansa la bebida, a la que se ha movido mientras parloteaba sin que os dieseis cuenta, como si lo meciese el viento. Mickey Mahoney tiene una peculiar manera de distraer la atención de la gente con sus fanfarrias, aunque cuando habla de Elias Jackson parece sincero.

- En su última visita a Londres - prosigue Mahoney -, Elias me visitó prometiéndome una exclusiva acerca de una extraña secta que operaba en la ciudad y que al parecer, tenía buenas conexiones. Finalmente me quedé sin ella, pero joder, ¡pagaría quince libras por la exclusiva! Ya saben, ese tipo de contenido siempre gusta, así como relatos extraños o macabros. También pago bien por fotos de bellas modelos en ropa interior, acompañadas de relatos del estilo "Vacaciones en Cornualles" - apostilla, y juraríais que mientras hablaba, ha lanzado miradas evaluando el potencial atractivo de Ofelia y Anna -. Como le digo, nunca me mencionó nombre alguno de la secta, aunque pasó algunos días buscando en los archivos del Scoop, por si les interesa.

- No tengo problema con darle la exclusiva, sin embargo no puede ser ahora... - Chasqueó la lengua. - Han intentado matarnos en nuestra estancia en Nueva York y las noticias vuelan. Si saben de lo sucedido y de que andamos tras su pista podríamos tener problemas. - Comentó apesadumbrado, pero aceptando ese whisky. - No obstante, si nos ayuda, le prometo contárselo todo cuando la secta esté desactivada. Es más, esa publicidad nos vendría bien para ganar nuevos clientes. - Sonrió. - ¿Podemos consultar ese archivo? Y cuéntenos lo que crea que pueda ser importante. Los dos saldremos beneficiados a la larga...

- ¡Por supuesto! - Mahoney os guía hasta una sala abierta, sin puerta. Las paredes están salpicadas de humedades y, aunque se han intentado tapar chapuceramente, siempre vuelven a aparecer una y otra vez. Los archivadores son de madera, separados de la pared para que la humedad no les afecte. También hay una mesa en el centro con un par de sillas y una lámpara.

- Esto es el archivo de The Scoop. Pueden husmear lo que les plazca, pero les diré que Jackson se interesó sobre todo en tres relatos. Si me dejan... - Mahoney se mueve rápido, y en cuanto deja descolgada la frase una décima de segundo, ya se encuentra escarbando entre aquel océano de recortes de prensa mientras sigue hablando de espaldas a vosotros. - Ninguno de estos relatos está firmado, y es posible que yo mismo los reescribiera en su momento para, ya saben... - entonces se gira y con una sonrisa descarada y girando su mano derecha en el aire con los dedos pulgar e índice a punto de tocarse, prosigue - darle "un poco más de gancho", jajaja. Sí, aquí están.

Mahoney saca tres recortes que reparte sobre la mesa central:

- ¿Qué os parece? No sé si Elias siguió alguna de las pistas, pero recuerdo que parecía desesperado y partió en seguida hacia Nueva York, donde ya le perdí la pista hasta que estiró la pata. - Su manera de tratar los temas nunca deja de ser crudo, quizá por la crudeza misma en la que vive rodeado en The Scoop.

No entendía bien por qué Elías decidió irse a Nueva York si al parecer en la propia Londres había material más que suficiente para continuar la investigación. Puede que estuviera al tanto de lo que Silas y los suyos planeaban, como si de una célula londinense se trataba, pero consideraba a Jackson lo bastante inteligente -a pesar de no conocerlo- como para presuponer que un cambio de continente no le serviría de mucho.
En beneficio de la duda, claro está, apuntaría a que los miembros de la agencia estaban mucho más al tanto de esa clase de sucesos extraños y posiblemente Jackson se encontrara ante el primero. Y aún recordaba los sudores fríos de su primer caso cuando de primera mano comprendió a qué se enfrentarían...

Hizo un aparte con el doctor Bedford para que el irlandés Mahoney no pudiera oírle. Por su profesión aun cuando Artie hubiera prometido la exclusiva una vez cerrado el caso no se fiaba del todo.
-Profesor, este artista debe estar en conexión con lo oculto. Como el trompetista negro. Sus visiones puede ser correctas, y quizá pueda ilustrarnos al respecto -deslizó el dedo de la noticia del pintor a la siguiente. -Ya hemos visto antes a personas recibir disparos y ni inmutarse. Posiblemente debamos pasarnos por aquí también.

En cuanto a la última noticia, ignoraba quién era aquel extranjero o si había sido identificado, pero una oleada de crímenes no era nada nuevo. En la propia Nueva York se sucedían sin fin, y era la que menos pinta tenía a priori de poder estar relacionada con el caso. O, a las malas, la más compleja de investigar: por un lado si la propia policía y Scotland Yard no habían sacado nada aún poco podrían hacer ellos, y por otro dudaba mucho que les consintieran meter sus narices americanas en asuntos de seguridad nacionales.

- Muy interesante todo... - Dijo Artie con la mirada fija en aquells pintura ilustrada en el diario. - Desde luego que sí... - Añadió con la mirada todavía perdida en el diario. - Como dice mi colega Carter, estamos familiarizados con sucesos similares y sin duda una visita a ese pintor puede ser reveladora. - Hurgó en su barba pensativo. - ¿De cuando son las noticias Mickey? - Le preguntó al editor. - Vamos a tratar de rastrearlas, pero si son muy antiguas igual es inútil. ¿Podría decirme dónde encontrar a ese pintor? Y... ¿No hay noticias posteriores a estás? Es decir, si se investigaron los casos, tiene que haber algo más. ¿O me equivoco?

Puede que tengais razon joven Carter- dice El doctor Bedford  mientras vuelve a leer los articulos con detenimiento- hemos visto mucho para descartar nada, quizas podamos sacar algo en limpio de ese pintor aunque lo de la ola de  muertes podria estar relacionado con esta secta con la que nos cruzamos.

La verdad es que no tener una pista un poco mas certera que aquellos articulos le dolia a warren muy duramente, cualquiera de aquellas pista podia ser un camino sin salidad o otro caso totalmente diferente que no tenian tiempo en investigar, por una parte sabia que Elias ya estaba muerto por lo que encontrar rapido a aquellos que lo habian asesinado no cambiaria eso pero por otra una ansia insana de vengarlo y no dejar que cometieran mas atrocidades lo comia por dentro junto a una curiosidad atroz por todo conocimiento que se escondia detras de aquello.

Gracias , Mr. Mahoney nuestra colaboración continuara para beneficio de ambas partes y si encontramos algo que pueda publicar se lo enviaremos enseguida- dijo  tranquilamente.