Partida Rol por web

Unos pasos, unos pasos… ¿sólo unos o varios? Warren azuzó el oído. ¿Podría escuchar algo útil antes de que llegaran a su posición? Oh, oh, oh, necesitaban encontrar un lugar donde esconderse… un lugar donde esconderse… por allí no parecía haber ninguno, maldita su suerte.

- Anna, pasos, pero no encuentro ningún sitio donde escondernos… - le indicó a su compañera. ¿Colaría el clásico sacar mapa para parecer un turista perdido? Parecía que no habría otra opción más que comprobarlo.

Tranquilo doctor- dijo mientras se acercaba a él y pasaba su mano por su brazo, y se apretaba ligeramente contra él- disimule y hagamos como que estamos perdidos, ¿entendido?

Con suerte, aquel truco sería más creíble y menos sospechoso que intentar buscar un sitio para ocultarse. 

- Sí, claro, claro - dijo el doctor nervioso, tanto por los pasos que se acercaban como por la próximidad de la bella joven.

Ofelia medio agachada y pendiente que no volvieran los marineros, observó toda la cubierta y señaló la cabina de mando.

— Me gustaría mirar ahí, quizá podamos encontrar alguna carta náutica, ordenes o algo que nos diga que recorridos toma este barco. Quizá haya un listado de tripulantes o algo así ¿Venís o miráis por otro lado?

Dicho esto, sacó su revólver y empezó a andar en esa dirección

- Si, es una buena idea... - Artie se encogió de hombros.

Él hubiera ido hacia la zona de los camarotes y la sala de máquinas. Puede que allí estuvieran las bodegas y encontraran alguna mercancía interesante... O no. No obstante, saber la dirección en la que iba a zarpar aquella cosa, también resultaría muy revelador. O puede que tampoco...

- Vamos... - Accedió siguiendo a Ofelia con su pistola a punto. 

En cuanto subimos, me pareció que aquella embarcación no estaba en la mejor de las condiciones pero la verdad es que me daba exactamente lo mismo. Entrar a hurtadillas estaba convirtiéndose en una costumbre y lo hacíamos bien, así que al menos esperaba que allí hallásemos algo de utilidad.

Ofelia pareció localizar la cabina de mando y sugirió echarle un vistazo. Miré a Artie, que parecía haber dado un paso en dirección contraria, pero que finalmente accedió.

Era mejor no separarse.

-Por mí de acuerdo. Además, es mejor que no nos separemos -le dije en voz baja, intentando que mis pasos no nos descubrieran, por si todavía había alguien más a bordo.

La cabina estaba bastante sucia, como el resto del barco, y no había gran cosa de interés, salvo una carta de navegación que parecía haber sido utilizada durante bastante tiempo, con restos de grasa y otros que quizás era mejor no intentar identificar. La carta estaba plegada de mala manera, evidenciando las numerosas dobleces que se le había hecho en direcciones distintas.

Al desplegarla, nada interesante pareció mostrar, pues era un mapa de toda la zona marítima que rodeaba a Shanghai, sin nada que llamase la atención, al menos en un primer momento.

Aparte de la carta de navegación, y un par de botellas vacías de whisky del malo, no parecía haber nada más que pudiera sacarse de allí.

Los nervios estaban a flor de piel, mientras los pasos se aproximaban a vosotros, envueltos en una oscuridad y amparados en una buena dosis de niebla, lo cual hacía prácticamente imposible saber de quién se trataba a más de cinco metros de distancia.

Cuando por fin los pasos se acercaron lo suficiente, visteis que era uno de los policías del puerto, que caminaba haciendo su ronda. Se trataba de un occidental con aspecto de tener muy malas pulgas y un arma al cinto. Al veros, se detuvo un instante, os examinó y sacó su arma para apuntaros.

-¡Alto! ¿Quién va? ¿Qué hacen aquí? -preguntó, en tono amenazador.

Porque desde luego, no debía ser muy normal ver a un hombre y una mujer allí plantados, a no ser que estuvieran haciendo actividades poco... honorables.

Allí, definitivamente no había nada. Su intuición de que lo que buscaban se encontraba en la zona interior del barco, era correcta. Lo cierto era que saber que estaban buscando hubiera ayudado, aunque no tenía dudas de que cuando lo encontraran sabrían que habían dado con ello. 

- Hay que bajar. - ​​​​​Dijo entre susurros. 

Por suerte parecía que el barco estaba vacío de tripulantes. Sin duda quedaría alguien en el interior, pero al menos no tendrían que enfrentarse a toda la tripulación. O eso esperaba. 

Sin más tomó la iniciativa buscando la parte interior del barco, dirección a los camarotes y principalmente, las bodegas. 

Warren no sabía si sentirse aliviado o más preocupado por el hecho de que fueran guardias y de que además hablaran su idioma. ¿Serían realmente los guardias mejores que unos rufianes? A veces no estaba seguro de ello.

Se mantuvo pegado a Anna como ella había sugerido, con mirada de haber sido cogido infraganti en una situación embarazosa, al fin y al cabo la diferencia de edad entre él y Anna era enorme, pero se mantuvo en silencio esperando que el tacto de su compañera les sacara de aquella situación.

Oh... buenas noches, señor- respondió Anna, intentando dar un tono a sus palabras algo de sorpresa por haberles pillado de sorpresa- no sabíamos que no se podía estar por el muelle- Anna se pegaba bien al doctor, dando a entender que estaban allí por una situación un tanto... particular- creo... creo que deberíamos irnos- dijo algo nerviosa, como avergonzándose de aquella situación tan embarazosa- disculpe si le hemos causado algún tipo de problema. 

Observó rápidamente la carta de navegación y al no ver nada raro, volvió a dejarla en su su sitio, tratando de respetar las dobleces y la mugre que ya tenía. Un vistazo mas a la cabina y descartó que hubiera nada interesante, por lo que siguió a Artie a la bodega.

Warren no dijo nada pero Anna... lo dijo todo. Se pegó a su acompañante hasta que apenas se pudo distinguir si tenía alguna mano donde no debía, actuando como se suponía debía actuar alguien que no esperaba ser encontrado allí.

El policía, al verla, sonrió lascivamente y contempló a Warren.

-Vaya, ¿no es una pena? Creo que estás desaprovechando tu tiempo con el vejestorio, muñeca. ¿Sabes que podría detenerte por escándalo público? Claro que podríamos llegar a alguna clase de acuerdo... si el abuelo aquí presente se va a dar una vuelta. ¿Qué te parece?

Lentamente, fue acercándose a Anna y una de sus manos se cerró alrededor de uno de sus pechos, tocándolo asquerosamente.

El mapa era interesante, pero tampoco nos decía nada. No obstante, lo miré unos momentos, por si encontraba en él algo de interés, aunque lo único que vi que me llamase la atención fue una mancha de café.

Después de aquello, la sugerencia de Artie de bajar a la bodega me pareció estupenda.

-Sí, será lo mejor. Aquí no parece que haya nada.

Y le seguí hacia abajo, intentando no hacer ruido.

Al bajar a la cubierta inferior visteis que el suelo estaba sucio, asqueroso diríais, pero que no parecía haber nada llamativo. Al fondo parecía encontrarse la sala de la caldera, pero por el camino había varias puertas, lo que quizás serían los camarotes de la tripulación, el capitán y los invitados.

El barco se mecía suavemente con la ligera brisa que movía las aguas sobre las que se encontraba, y el crujido de la madera era lo único que se oía... salvo un sonido que procedía de uno de los camarotes, y que podían ser pasos... aunque no podíais estar seguros.

Así que apenas bajasteis las escaleras, os quedasteis quietos, a la espera de decidir qué hacer.

Artur hizo gesto a sus compañeros para que se detuvieran. Había escuchado algo, pero no estaba seguro de si realmente era lo que creía o no. Como un felino se acercó hasta el lugar del que procedía el ruido, una especie de pasos en el interior de uno de los camarotes. Pegó el oído a la puerta cona intención de confirmar sus sospechas. 

Anna se habría enfrentado a todo tipo de personas en su tiempo de estrella, y en ese mundo había visto comportamientos de estas características: hombres que se aprovechaban de su situación para hacer lo que quisieran. Y en esos casos uno podía o ceder o enfrentarse. Y Anna no era de las que se dejaba intimidar tan fácilmente.

Sin mediar palabra, apartó la mano del agente y en un abrir y cerrar de ojos, le lanzó una sonora bofetada en la cara. 

Si piensa que puede hacer lo que le venga en gana, se equivoca- responde- se lo que estará pensando, que puede arrestarme. Adelante, quizás se lleve una sorpresa. Quizás tenga que explicar como una mujer que estaba dando tranquilamente un paseo se ha encontrado un agente del puerto que ha querido sobrepasarse con ella y este buen hombre a venido en mi ayuda- en un abrir y cerrar de ojos, la mujer se puso a llorar rápidamente- este... hombre... vino a mi, decía que qué hacia allí... y que podíamos ir a un sitio mejor- siguió llorando desconsolada- menos mal que vino este hombre a ayudar... porque sino, no se... no se...- volvió a llorar de nuevo. Y como había empezado el asunto, la mujer dejó de llorar. 

Adelante, arréstenos y contaremos cada cual una versión. Veremos a ver a quien creen. Será su palabra contra la mía y la de este anciano, y si bien es cierto que cuenta con la ventaja de que está haciendo su ronda y estamos en el puerto, yo puedo ser muy convincente, como habrá notado. Así que le propongo que se marche por donde ha venido sino quiere problemas. 

Warren había apretado los puños. Era totalmente inapropiado aquel comportamiento asqueroso. Sin embargo, la actuación de Anna lo dejó quieto en el sitio. Estaba claro que la señorita sabía apañárselas solita con sus propias armas. Quizás no viera bien que interviniera para salvar su honor cuando ella misma se valía.    

Ofelia siguió a Artie con cuidado de no hacer ruido y alzó su revolver, indicando que estaba preparada por su surgía una eventualidad. Se puso al otro lado de la puerta y se quedó apuntando.

Aquel lugar era asqueroso, pero lo fuese o no, estábamos allí para descubrir algo. Claro que creíamos que estaba vacío, así que cuando Artie hizo una señal para que nos detuviésemos, contuve la respiración. Si alguien nos descubría allí tendríamos problemas, problemas de verdad.

Artie pegó el oído a una de las puertas que había en el pasillo y yo miré a Ofelia mientras esperábamos a ver lo que sucedía.