Partida Rol por web

El judio en pie intenta inmovilizarte.

Por el rabillo del ojo ves que el enorme ente salido de la ermita luchaba contra uno de tus compañeros alguaciles (sin lograr ver cuál) y le embiste con dos tremendos puñetazos (uno con cada brazo). Uno le hace volar un objeto que tenía en su mano, y el otro le golpea directamente en la cabeza. Éste cae en el suelo y se queda ahí...
 

Si, puedes narrar cómo lo desatáis (el ente se toma su tiempo observando el cadáver de Severo)

Fernando estará inconsciente.

Tómate las licencias narrativas que quieras (incluso "mangoneando" a Felip) y luego actualizo.

- Aprisa muchacho. - Inquiríle a voz baja al joven Felip, intentando así non atraer la atención de la pétrea criatura, pues aquesta hallábase, para mi horror, observando el cuerpo inerte et con la sesera destrozada del bueno de Severo.

...Et mientras soltábamos las ataduras que aprisionaban a Fernando, raudos pensamientos atormentaban la mia sesera; - ¿Como escaparíamos de aquella criatura elemental cargando con un Fernando inconsciente? ¿Aparescerían más judíos envalentonados por la victoria del golem sobre el guerrero?. - Non había tiempo de pensar más, et menos de esperar que los hechos sucediéranse. Una vez descolgado Fernando, llamé a toda voz a Tristán: - ¡¡Tristán!! ¡¡Ayuda!!. -

Et esperaba que aqueste mozo, rápido et ágil al que había conoscido pocos días antes en El Escudo Verde, fuera agora la mía salvación et también la de Fernando. Quizá si conseguía distraer a la criatura tiempo suficiente pudieramos tener alguna posibilidad...

Cuando Severo desató las solgas de muñecas y tobillos que rodeaban las partes de Fernando con los maderos en cruz, el cuerpo se vino contra nosotros, hacia delante. Menos mal que lo hicimos despacio, y pudimos cogerle echando fuerza contra él y el cielo... Vimos a Fernando lleno de heridas, latigazos y moratones, lo cual respondía sin duda a una severa paliza dedicada antes de subirle y quererle hacer tal tropelía...

Y lo dejamos allí, en la oscuridad tras el madero y una pared derruida de la vieja ermita, oculto para que ese ser de extrañas proporciones no lo viera... Justo entonces, ya desembarazados de inconscientes y judíos, Roldán dió tremenda voz al lugar desde el que habíamos descendido (aquel pequeño altillo que coronaba los alrededores). Sin embargo, lo único que conseguimos fue que esa cosa nos mirara (bueno, también que dejara de "toquetear" al pobre Severo) y acto seguido se vino contra nosotros...

Roldán... ¡que viene! -dijo Felip señalando al ente, el cual se os aproximaba-. Entonces comenzó a sacar un virote metálico, descolgarse su ballesta, y cargar el tal en la misma...

Efectivamente, aquel ser como pétreo comenzó a caminar con parsimonia; una cachaza lógica para sus enormes músculos...

Iniciativas:

Roldán: 23
Felip: 20
Ente: 13

El ente ataca y esquiva. Felip dispara el virote.

Se oían pasos por donde muy cerca (en el otro extremo de la explanada, tras el ente), pero por la oscuridad nocturna y la levedad de estos, no sabíais muy bien de qué se trataba. También se oían como dos bramidos, o quejidos, o chillidos, como de mujer.
 

Roldán logró ver cómo, pese al auxilio de ayuda a Tristán, éste se encontraba en lo alto del cerrillo, pero no estaba sólo. Un tipo luchaba con él (no tan grande como aquel ente), y por ello discerníste que había de ser hombre (fiel o infiel, pelo y barba hasta en las sus partes). Mas por verlo, que no quedábate claro cómo iba aquella afrenta de uno y otro.

Gasté todos mis esfuerzos intentando arrastrar al inconsciente Fernando en dirección al río. De tanto en tanto dábale alguna bofetada a ver si así recobraba conciencia et corría por pie propio... Poco más que aquello me quedaba, pues aunque agora quejidos et voces de lo que parecía una mujer atormentábanme, debía confiar en que el bueno de Tristán estuviera a salvo junto a Sarah. Yo debía fazer mi parte et poner a salvo a Fernando...

-¡Argh! -mientras forcejeaba con aquel judío que intentaba inmovilizarse, mi corazón dio un vuelco al ver caer al que presumiblemente era uno de mis compañeros, que se estaba enfrentando a aquel misterioso engendro... ¡Debo terminar de una vez con este desgraciado y bajar a ayudarles!

Resumen Turno 3:

No conseguiste acuchillarle en ninguna ocasión al judío, mas tampoco él logró apresarte, pues tal era su torpeza que te libraste de su intento de inmoivilizarte en el acto.

Ahora bien, desde la lejanía, allá en lo bajo, casi junto al ente que había golpeado a alguno de los otros alguaciles, una voz viajó por el aire, desde aquella explanada a tus oídos:

¡¡Tristán!! ¡¡Ayuda!! -decía el sonoro eco, poco perceptible-. Procedía de abajo, parecía Roldán. Y ahora veías desde aquel recodo en lo alto a dos tipos frente a ese tremendo ser de brazos portentosos, delante de las ruina de la iglesia.

Aquello non iba bien. Que digo, ¡Era una pesadilla!. Aquella criatura encaminábase agora hacia Felip, et dábame a mi en el mio espinazo que el muchacho correría el mesmo destino que Severo. Si yo non fazia algo et pronto, acabaríamos Fernando et yo de la mesma manera.

Solté el cuerpo del alguacil, et dispúseme a correr. Por un momento pensé fazerlo en dirección a Toledo. Olvidar todo aquello et empezar de nuevo, más non podía. Aquello non estaría bien et si la Virgen habíame protegido hasta agora, non podía defraudarla. Mis apresurados pasos dirigiéronse hacia las voces. Tenía la esperanza de que Tristán et Sarah estuvieran con vida, et quizá tuvieran alguna respuesta para con aquella criatura...

...Luego recordé el grito de mujer, et supe que probablemente lo que encontraría serían más problemas.

Viendo a Roldán en peligro (y a Severo desmayado, que no muerto, esperaba), y que el maldito judío se me resistía en combate, decidí bajar a ayudar a mi compañero.