Partida Rol por web

Tras la misión del búnker, los reclutas pasaron unos días recibiendo instrucción dentro de los muros de la Academia. Durante ese tiempo pudieron descansar y reflexionar sobre estrategia y disciplina imperial, materias centrales de la formación impartida.

La teoría estaba muy bien explicada pero como no podía ser de otra forma, la aplicación práctica de esas enseñanzas era el mejor profesor. Por ello, como parte del adiestramiento, los reclutas debían acudir a una zona desértica del planeta para poner en práctica los protocolos de entrega de mercancía, en esta ocasión se trataba de unos bidones de agua.

Sorprendentemente el oficial Pinaza no molestó en demasía a los reclutas durante unos días, algún pullazo de vez en cuando pero nada de lo que estaban acostumbrados. Al parecer la mente del oficial estaba en otros menesteres.

Aquí tenéis vuestros medios de transporte. Son dewbacks, unas criaturas a las que tendréis que acostumbraros, pues en las zonas desérticas son empleadas por el Imperio. Son fantásticos animales de carga y, llegado el caso, pueden ser utilizados para embestir al enemigo.

Recordad que vuestros trajes están perfectamente adaptados a los infortunios del desierto. Tened cuidado con el regulador de temperatura de vuestros guantes corporales, ya que os deberá mantener con vida. Si se estropea no tardaréis en sentir los efectos del calor. En vuestros equipos hay una cápsula de humidificación que os permitirá sobrevivir lo suficiente. Mi consejo es que cada cual gaste su cápsula y no se la entregue a nadie. Prefiero un recluta muerto a un grupo de idiotas.

Nuevamente un reto se abría ante las futuras expectativas de los reclutas. En esta ocasión, sus huesos recalarían en un ambiente desértico, con lo que no se asemejaría en nada a lo hasta el momento vivido por el pequeño escamote. Pinaza se había suavizado en el trato hacia ellos, pero las pruebas que les otorgaba, seguían siendo de elevada complejidad. 

Cumplir una reglamentaria entrega de mercancias en un entorno tan hostil como un desierto, podía convertirse en una trampa mortal ante el menor de los descuidos. Por esa razón, Abstinius pasó un buen rato comprobando el equipo entregado en la armería, pues como el oficial había recordado, un mínimo defecto en el regulador de la temperatura, podía suponer la diferencia entre volver o no de esa prueba.

Después, Tin se centró sus pensamientos en los dewbacks. No tenía muy claro hasta que punto le agradaría subirse en esa raza de tetrápedos alienígenas, pero jamás lo sabría si no se subía en uno de ellos. 

- Oye Kadlo... ¿Tú te has montado alguna vez en Dewback?- preguntó al durosiano intrigado. - Oí una vez que son unas criaturas algo tozudas...- prosiguió charlando mientras limpiaba su rifle bláster.

Primero agua, luego desierto.......

Parecía que Pinaza los estaba intentando acostumbrar a todos los medios habidos y por haber. Por lo menos esta vez no tendría que lidiar con bichos repugnantes que pudiesen aparecer de debajo del agua.......ahora serían bichos repugnantes que aparecerían de debajo de la tierra.

La última misión había dejado en dique seco por unas horas a Erasmus. Aquella herida de mina había sido fea, pero por suerte no mortal. Esta vez intentaría ir con más cuidado en lo referente a posibles contratiempos. Estaba junto a sus compañeros mientras Pinaza hablaba, cuando de repente soltó lo de los transportes. Irían sobre un puto lagarto!!!!!!!!!!

Lo que le faltaba por ver. A punto estuvo de soltar otra chanza referente a los lagartos y Kadlo, pero sopesó el comentario, y decidió no soltarlo. Kadlo le había sorprendido sobremanera con sus cualidades. Había conocido a algunos Duros, y la verdad, no habían hecho honor al nombre de su raza. Pero Kadlo iba en camino de cambiar eso. 

Finalmente, como no podía callar, en el momento que Pinaza les dejó, no pudo reprimir una coña:

-A ver, a quien le toca esta vez saltar por los aires? Me pido ser el héroe en esta empresa!!!!! Ya probé lo de ser el herido, y no es un papel que me gustase la verdad!!!!! 

Mientras hablaba, se acercó a uno de aquellos animales y acarició al Dewbak. Su piel era como la de un reptil, áspera, brillante. Con un aire despreocupado, salto al lomo del animal, intentando subirse a él en plan profesional.

Nueva "misión", ..., esta vez en un ambiente contrario. Habían pasado de uno acuoso a uno desértico. No cabía duda que los estaban preparando para cualquier tipo de misión, desde operaciones de asalto a ...., "llevar cafés". Pero estaban en el Imperio, ..., las órdenes no se discutían, ..., bajo "alecciones" a los reclutas con puntos de vista críticos.

Comenzó, como el resto, a repasar su equipo. Esta vez tenían que tener cuidado con los elementos de sustentación vital de su traje, ..., o lo lamentarían. Cuando estaba repasando el regulador de temperatura Abstinuis le comentó el tema de las criaturas reptiloides que tendrían que utilizar:

- La verdad es que no, ..., y menos en mi planeta natal. - Hizo una breve pausa para añadir a continuación - Mi planeta natal está muerto, ..., por la contaminación, ..., y mi gente vive en la órbita de este. Y por otro lado, poco tiempo suelo pasar en algún otro planeta, ..., casi todo lo suelo pasar viajando en viajes estelares, ..., con lo que experiencia cero en este tema. - Terminó comentando en frente del nuevo reto.

Una nueva prueba extraña para el alienígena, ..., a ver cómo se desarrollaba esta vez ....

Los reclutas, más mal que bien, consiguieron subirse a los dewbacks y comenzaron la travesía por el desierto. Entre su equipo encontraron un mapa de las Dunas, la región desértica de Carida, que les mostraba dos posibles rutas hacia el punto de entrega. La primera, algo más corta, parecía difuminada en el mapa, como si no fuera realmente importante o porque no era utilizada usualmente por las tropas de asalto. La segunda, aunque más larga, era la vía principal tomada por los soldados imperiales que partían desde la academia de Carida.

Ahora se hallaban en la encrucijada de ambas rutas y debían decidir qué camino seguir. La verdad es que nadie les había dado instrucciones sobre si tenían un tiempo límite para cumplir la misión por lo que podrían seguir la ruta habitual sin mayores problemas. Aunque también era cierto que cuanto más tiempo estuvieran en el desierto más expuestos estaban a sus peligros... y cumplir con su misión con notable antelación también podría reportarles algún reconocimiento por parte de los superiores.

Abstinius contempló su mapa. Los posibles caminos lo tenían bastante intrigado, pues si bien era cierto que no tenían excesiva prisa en realizar la misión, la idea adentrarse en la ruta más corta le llamaba... Quizás fuera el dulce sabor de boca que le había dejado la primera misión, en la cual había sido uno de los destacados en dicha tarea. Tin detuvo como pudo a su dewback y llamó al resto de compañeros:

- ¡¡Muchachos!!... ¡¡Muchachos!!... ¿Habéis pensado ya que ruta elegimos?- respiró pesadamente, mientras miraba al sofocante sol que abrasaba desde la cúpula celeste de aquel planeta de simulacro. - Quizás el camino más corto sea peligroso o corramos el riesgo de perdernos, pero yo estoy deseando salir de este lugar...- Expresó Tin con cierto nerviosismo. Aquel lugar no le gustaba nada. Prefería una y mil veces más el pantano plagado de minas que aquel lugar de calcinación letal.

- ¡¿Qué hacemos?!...

Kadlo se subió al dewback como pudo, ..., se notaba su inexperiencia, y gracias a que el animal estaba domesticado, ..., o mejor dicho, habituado al trato, la experiencia no fue del todo lamentable.

Iniciaron la marcha y pronto se encontraron ante la primera decisión, ..., elegir entre el camino rápido, poco utilizado y probablemente peligroso (por no decir letal), y el camino largo, normalmente utilizado y que sería un calvario por pasar más tiempo en aquel abrasador lugar.

- Si es poco utilizado, por algo será ... - contestó secamente -, pero también es verdad que en la primera misión elegimos el camino más largo, y nos recibieron con minas ... - recordó -, sino nos enfrentamos con peligros desconocidos, porque si hubiésemos elegido nadar en la primera misión vete a saber qué pez devorador nos hubiésemos encontrado, tendremos que enfrentarnos con el infernal calor de este lugar ... - volvió a realizar una pausa y continuó -, pero el calor empieza a apretar, y prefiero enfrentarme a un enemigo tangible que a uno letal y silencioso. - Terminó haciendo referencia al calor extremo y mirando de reojo su regulador.

Parecía que Erasmus hubiese montado en Dewbak toda su vida, o por lo menos eso creía él. Vio como Tin avanzaba en uno, seguido de cerca de Kadlo. Con unos golpes en el lomo, Erasmus se puso en marcha, colocándose inmediatamente detrás de Kadlo. 

Los pensamientos sobre la nueva misión revoloteaban en la cabeza de Erasmus, o era el calor? Sin darse cuenta, aquel desierto comenzaba a apretar muy seriamente en tema calor, y empezaba a notar sus efectos. Estaba empezando a cansarse de aquella situación. En aquel sitio no había término medio. O 100% de humedad, o 0%. 

Cavilaba sus paranoias, cuando de repente Tin comentó lo del camino. Vio como Kadlo le respondió, y Erasmus, viendo que tertuliaban, se acercó hasta ellos. Escuchó las proposiciones de sus compañeros. Elegir el camino corto. Que mala espina le daba aquello. La última vez, en una decisión errónea por su parte, acabó saltando por los aires, así que se dirigió a sus compañeros:

-Me vais a perdonar, pero yo esta vez no pienso elegir. La última vez que lo hice, me costó un disgusto- hablaba mientras sin percatarse, se tocaba la pierna.- Yo también optaría por el corto, ya que este calor es sofocante, pero miedo me da responder a vuestras dudas, no sea que esta vez acabe enterrado en arena!!!!! Sea como sea, con vuestro permiso, me quedaré en retaguardia. Si no os molesta claro.....

El bamboleo del dewback dejaba la rabadilla de Talram hecha un guiñapo. Alguna vez había cabalgado sobre caballos, unas bestias cuadrupedas elegantes y nobles alla en su planeta natal, por pura diversion o como parte de algun desfile ritual para con las masas que su Casa gobernaba. Pero aquellos seres macizos y torpes era todo lo opuesto a los caballos. Llevandose las manos a los doloridos riñones, el ex-senador agradecio mucho el alto para decidir la ruta a tomar. Como en los cuentos de brujas y caballeros garossanos, el camino largo era el mas facil, y el corto el que estaba lleno de bestias y peligros. Y claro esta, como en los cuentos, los heroes tomaban la ruta peor. Aunque esta vez coincidió con ellos. Esta vez los heroes se estaban cociendo bien cocidos en sus trajes de batalla, y aunque cada dos por tres revisaba su guante regulador y este indicaba normalidad, el se sentia morir con aquel calor infernal.

- La corta, por los Antiguos!! - exclamo Talram - Me estoy derritiendo a toda velocidad en este traje del demonio! Estos dewback parecen no sentir nada - y tras esto golpeo el cuello corto y grueso de la bestia - pero yo pronto sere una mancha de agua en la arena. Haya lo que haya delante, bienvenido sea antes que este calooor!!

Y sin dudar espoleo al bruto para tomar la ruta mas directa, arriesgando vida y seguridad por un poco de menios calor.

Dejando a un lado cualquier tipo de precaución los reclutas decidieron dirigir sus pasos por la ruta menos transitada aunque más corta. Talram intentó azuzar a su enorme montura para lanzarse en una alocada carrera hacia el camino inhóspito pero el dewback apenas mostró mucha inclinación a obedecer, pero inició el movimiento, que ya era algo. El resto siguió al primero y así se dirigieron a su objetivo por la vía rápida.

A pesar de la sensación de sofoco que el paisaje les provocaba sus trajes funcionaban correctamente y la temperatura corporal de los soldados se mantuvo en límites óptimos. Los reclutas cabalgaban con sus elegantes monturas por las dunas y de repente, los dewback comienzan a agitarse como locos intentando salirse del camino o volver sobre sus pasos…

Kadlo siguió a Talram por el camino corto. La travesía duró un tiempo, pero por extraño que pareciese, y más debido a ser su primera ocasión en que montaba un dewback, Kadlo se sintió más cómodo de lo que esperaba. Debían de empezar a llegar a las inmediaciones de algún punto diferente en el camino, porque los dewbacks comenzaron a comportarse de una forma extraña, ..., reculando, apartándose del camino, o no obedeciendo las órdenes ....

- Es como si presagiaran un peligro que no les gusta. - Comentó Kadlo ante el extraño comportamiento de los animales - ¿Es posible que huelan a algún depredador? - Soltó la pregunta directamente al resto del grupo.

Erasmus seguía a la comitiva con paso lento pero firme de su Dewbak, cuando de pronto, su animal comenzó a retozar y comportarse de manera extraña. Sin pensárselo dos veces, sujetó con fuerza las riendas, y con un golpe seco, detuvo a su Dewbak:

-Los animales están nerviosos por algo. Vigilad por todos lados, no me gusta nada esta situación. Estad atentos!!!!

Montar en aquellos reptiles no estaba suponiendo ningún desafío para Abstinius. El joven cadete abría la marcha, haciendo las veces de batidor. Intentaba orientarse en aquel campo de entrenamiento, aunque no tenía muy claro si lo estaba logrando. Tin cabalgaba sobre la resistente espalda de su montura como si lo hubiera hecho toda su vida, pero a pesar de eso, cuando llevaban varias millas avanzadas, los animales comenzaron a recular y agitarse. 

Rápidamente Kadlo y Erasmus le leyeron la mente. Aquello no era normal, y debían prepararse para la nueva contingencia que hallarían en aquel mar de arenas candentes. Afianzó el bláster sobre el estribo de la silla de monta, aguardando a cualquier señal que le hiciera accionar el gatillo de su rifle láser...

- Quizás el problema no venga de los lados...- realizó un inciso susurrando - Tal vez el problema venga de debajo de nuestros pies.- Indicó mirando en todas las direcciones, una infinita eternidad de arenas...

La mansedumbre de aquellas bestias hacia facil el cabalgarlas. No eran elegantes, no, ni agiles ni agraciadas, pero eran fiables en aquel tipo de terreno, y eso bastaba. Un poco (muy poco) por detras de Tin, que abria marcha, Talram contemplaba aquel desolado paisaje con hastío y modorra, debida al vaivén de aquellas moles de carne. Pero de repente, algo o alguna cosa que no eran capaces de ver, asustó a las bestias. Estas comenzaron a recular, corcoveando con aquellos corpachones, agitando las gruesas testas y bufando nerviosos. Se negaban a avanzar, y no había manera de calmarlas. A los gritos de sus compadres, el niño bien desenfundó su pistola con la diestra mientras con la siniestra trataba de refrenar su gorda montura, que se agitaba de modo notable a pesar de su corpulencia. Mirando adelante y a flancos, Talram se las componía como buenamente podia para tratar de visualizar aquellos que agitaba a los brutos.

- Pero que diantres... -  mascullaba mientras su arma se agitaba alocadamente. A pesar del meneo, el noble se mantuvo firme en la silla de montar, y al susurro de Tin de que quizas algo acechaba bajo la arena, trató de mirar hacia alli y apuntar a la vez... cosa dificil dado el brio de su cabalgadura.

Los reclutas fueron capaces de dominar sus nerviosas monturas y el comportamiento de los dewbacks les puso en alerta. Cuando consiguieron llevar a las enormes criaturas de vuelta al camino y al posar su vista sobre las dunas que tenía delante pudieron ver un grupo de weequay que se aproximaba en formación abierta. Por detrás de ellos se podían ver los restos de la cápsula en la que habían aterrizado. Quizás su presencia fue lo que provocó la reacción de los dewbacks.

Tan pronto como los recién llegados perciben la presencia del grupo de soldados de asalto hacen cuerpo a tierra y comienzan a disparar…

Un escamotes de alienígenas surgieron para "alegrarles" el viaje. Los weequay eran unos verdaderos "tiburones del desierto", unos saqueadores y asaltadores desalmados, con lo que las cosas no serían fáciles. Sin dudarlo, el joven recluta que fue el primero en verlos, descendió por uno de los laterales de su dewback, intentádolo usar de cobertura frente al fuego enemigo. Acto seguido, como su rifle bláster estaba preparado, embocó el cañón del mismo hacia su líder, pues Tin creía que si lograban abatirlo, los demás huirían despavoridos...

- ¡¡Centrad el fuego en el líder!!- Gritó el muchacho mientras su rifle bláster lanzaba haces letales. - ¡¡Alguien que busque una buena posición de flanqueo!!- Tin buscaba que sus compañeros recordaran las maniobras de entrenamiento armado. Eran superiores numéricamente y debían aprovecharlo.

Kadlo extrajo el rifle blaster y apuntó sin contemplaciones hacia el supuesto líder de los asaltadores, haciendo caso omiso de la cobertura, ..., cuanto antes acabasen con este, mejor.

No conocía a estos asaltadores, pero tampoco le importaba, ..., sus acciones eran claramente hostiles hacia ellos, y tampoco tendrían la más mínima contemplación en matarlos si tenían esta oportunidad.

No había pasado mucho hasta que vieron lo que creyeron el motivo del nerviosismo de sus monturas. Los Weequay no mostraron ni un ápice de sensibilidad por su situación. Hacía calor y lo último que querían era luchar. Pero ellos opinaban de otra manera.

Erasmus escuchó como unos sonidos -ya tristemente familiares- de blaster impactaban cerca de ellos. Escuchó como Tin gritaba que alguien flanquease a aquellos seres, y Kruehger sin pensárselo dos veces, espoleó a su Dewbak en trayectoria de flanqueo. Sacó su rifle blaster y lo colgó en su espalda, por si caía de su montura no encontrarse desarmado. Lentamente, empezó a escorarse por el lomo de su Dewbak, interponiéndolo entre sus enemigos y él mientras cabalgaba

-Vamos trozo de carne, muéstrame tu dureza!!!!!-gritaba Erasmus a su Dewbak.

Asaltados!! Que especie de incursures de las arenas se interponiana en su camino? Que les motivaba a enfrentarse a una escuadra de Soldados Imperiales en un planeta de reclutamiento? No podian ser oriundos del lugar, pues la capsula de desembarco asi lo atestiguaba...entonces? Sin embargo no habia tiempo para tales debates ni mayeuticas, pues los muy ruines ya disparaban a mansalva en cuanto se vieron. Tin y Kadlo abrieron fuego sobre lo que parecia el lider, mientras que Erasmus se movia para flanquear al grupo hostil. Talram optó por la misma accion, y puesto que hacia su flanco no crepitaba el laser, se movio al lado opuesto de Kruehger para cerrar la pinza. Mientras azuzaba a su bruto, apunto como pudo con la pistola desenfundada a uno de los otros incursores. Aunque Tin voceaba que machacaran todos al lider, el mismo juzgó mas juicioso el que Tin y Kadlo abrasasen al lider mientras Erasmus y el reducian a los otros dos. Aunque claro, esa era la teoria... con el vaivén del dewback, la punteria se veria mermada, y Talram disparo sin mucho pensar en ello.

Las reacciones no se dejaron esperan. Tin se deslizó por el lomo del dewback intentando que el cuerpo de la criatura le sirviera de cobertura pero el weequay fue más rápido y le alcanzó en un hombro. Notó la energía rozando su piel y cauterizando la herida al mismo tiempo. Erasmus comenzó a cabalgar hacia un lado para hacer una maniobra envolvente y pillar en un fuego cruzado a los enemigos. Misma idea tuvo Talram que salió en dirección contraria, pero además el ex-senador aprovechó para disparar su pistola blaster y erró el tiro.

Igual suerte corrió el disparo realizado por Kadlo desde encima de su montura, y además tuvo que ver como un rayo de energía le impactaba con la fuerza suficiente como para lanzarlo al suelo. Por suerte no había mucha altura....