Partida Rol por web

El bosque parece abrirse ligeramente a medida que avanzáis entre los árboles. Una tenue luz grisácea se cuela entre sus ramas iluminando la espesa maleza del suelo. Una franja bastante ancha de tierra despejada forma algo parecido a una senda forestal, aunque no hay ninguna señal evidente de que haya sido utilizada.

Hay un elfo escondido tras un árbol que hay en medio de la senda forestal, en dirección hacia donde vais.

Hay un elfo escondido tras un árbol que hay en medio de la senda forestal, en dirección hacia donde vais.

Igor, que avanzaba en vanguardia del grupo, había dado con una pequeña senda que seguía en aquél momento para avanzar más rápido. Llegó un momento en el que un árbol se alzaba en medio de la senda, se detuvo e hizo una señal con la mano para que el resto se detuviera también. Luego habló - Muestraté amigo, mis compañeros y yo andamos en son de paz y no queremos conflicto ninguno -

Vaya, que sorpresa. Alguien oculto. ¿Cuántos más habrá?

Me preparé por si nos atacaban de golpe, con el arma a mano, y con el oído bien atento

- Que la Luna te sea propicia, hermano del sangre, y que tu flechas vuelen certeras contra los enemigos del bosque... -dijo Yoru usando la vieja fórmula de saludo tradicional élfico, en su propio idioma. Puso sus manos sobre sus hombros, en cruz, como una momia en un ataud, pero sin la peste ni la podredumbre, y después hizo una reverencia hacia el elfo escondido.

- Bajad las armas. -dijo ya en común, al resto- No asustemos a un simple viajero... ¿Podemos ayudarte en algo, amigo...?

- Aiya, maara tulda. Alassia an omentielme... -dijo Yoru usando un idioma sumamente musical. Puso sus manos sobre sus hombros, en cruz, como una momia en un ataud, pero sin la peste ni la podredumbre, y después hizo una reverencia hacia un punto entre la vegetación.

- Bajad las armas. -dijo ya en común, al resto- No asustemos a un simple viajero... ¿Podemos ayudarte en algo, "menlor"...?

Al escuchar las palabras de Yoru, bajo la espada y miro alrededor por si acaso hubiera alguien más escondido. No es que desconfíe del desconocido, pero en estos tiempos poco puede ya tenerse por seguro.

En silencio espero a ver cómo se desarrollan los acontecimientos.

Envy iba tranquila por el bosque, no se sentia tan ajena este ambito. La verdad siendo sincera ella quisiera poder cambiar de piel y dar una vuelta, pero ahora estaban con un objetivo. Con lo cual solo avanzo, hasta que Igor le pidio que se detuvieran. Al parecer no se habia percatado de algo que el si.

Alese se mantuvo expectante desde su posición de retaguardia, sentía una enorme curiosidad por lo que parecía un árbol viviente dado que jamás había visto uno, pero prefería pecar de prudencia hasta que aquel ser diese alguna muestra de amistad u hostilidad.

El veterano permaneció al lado de Alese. Mantuvo la mano cerca de la espada, sin mostrarse amenazante pero dispuesto a usarla en cuanto lo necesitara

Como bien os había indicado Igor y había dicho Yoru un elfo estaba escondido tras el árbol. Éste sale de detrás al escuchar vuestras palabras y os apunta con su arco.

"¿Qué mal traéis a este bosque?" grita el elfo y después dice:

"¿Seres traer mal a bosque?" grita en un fuerte acento común mientras no destensa el arco ni hace muestra de bajar la guardia.

"¿Malesseem ristotumes salem, silvanus?" grita el elfo y después dice:

"¿Seres traer mal a bosque?" grita en un fuerte acento común mientras no destensa el arco ni hace muestra de bajar la guardia.

Yoru ve como el elfo se les acerca, con el arco tenso. Tan tenso como el propio elfo que les apunta. Se muestra precavido, pero más que formas, demuestra alardes. Yoru concluyó que seguramente estaría apoyado por más tiradores en la espesura, de ahí su valor. Si no, no hubiera salido de su covertura ante tantos extraños a los que a todas luces consideraba potenciales enemigos.

El desciciado cambiante intercambia unas palabras con él, en tono suave y tranquilo y después da unos pasos hacia él. Sus manos están alzadas, mostrando las palmas claramente, y en ningún momento muestra otra cosa que una amplia sonrisa. En un momento dado, abre la boca, cómicamente y enseña la dentadura como un caballo. Termina su actuación palpándose el pecho y señalando al grupo, mientras comenta algo en tono interrogante.

- No tenemos intención de traer ningún mal, hermano... -respondió Yoru, volviendo al élfico, con una actitud sumamente diplomática- Al contrario, nos dedicamos a reastrearlo, acecharlo y eliminarlo, tal como un cazador haría con una presa rabiosa que ataca a sus amigos difundiendo una enfermedad. ¿Podrías bajar el arco, por favor? Soy absolutamente inofensivo y en mis manos no porto arma alguna. Seguro que tus compañeros entre la maleza podrán abatirme si intento algo malo contra ti. Mira, ni siquiera tengo colmillos... -Yoru abrió la boca un instante, ampliamente, enseñando la dentadura desde varios ángulos- Lo cierto es que soy uno de los llamados hijos del dios lunar, y si me lo permites, puedo sacar el sello que me identifica como tal... -entonces Yoru activó su aura, para que envolviera al desconocido y le ayudara a tranquilizarse, identificándolo como amigo- ...Pero igual eso no es necesario. Si lo saco y algún ser malvado nos observara desde un escondite, llamaríamos su atención como una presa abandonada atrae a los buitres... Solo espero no haber entrado sin permiso en vuestro territorio, cosa que sería del todo un acto accidental que todo mi grupo de buena gente está dispuesta a disculpar... Pero dime, hermano, parece que estés en dificultades... ¿Quien eres y como podemos ayudarte...?

A Igor se le escaba el significado de las palabras del elfo sin embargo sí que entendió la burda frase del elfo en su intento de comunicarse. Observó a Yoru adelantarse y hablarle con calma en su mismo idioma, pero pero lejos de tranquilizarle le incitó a actuar, la sonrisa de su compañero más bien se le antojaba a la del asesino que te sonríe al darte la mano mientras con la otra inmisericorde te clava un cuchillo en el abdomen.

- Ningún mal traemos al bosque, todo lo contrario, como sacerdote de Osiris he consagrado mi vida a limpiar de la naturaleza las abominaciones que se mueven por ella, y a eso venimos aquí, en busca de algo que nos ayude a acabar con el mal que acecha a la región. -

- Yo soy sacerdotisa de Pelor -intervino Alese- Mi vida está consagrada a la luz y al bien, y mi deber es luchar contra la oscuridad que viene con esos muertos vivientes. Salvo que seáis aliados suyos, y lo dudo, nada tenéis que temer de mí ni de mis amigos.