Partida Rol por web

Urik, aturdido por los golpes del engendro no pudo atacarle dejando que fueran sus compañeros los que le abatieran. Pero ese ser era más duro de lo que había pensado.

Sin dudarlo enarboló su espada y arremetió contra la criatura.

Thokk, Don Urik y Ashlyn seguían encajando golpes a la criatura inmunda, ahora llevaban la ventaja y la superación del número les daba más valor en sus ataques. Ahora se mostraban confiandos pero a pesar de las heridas que seguían encajando repetidamente y los terribles golpes que estaban acometiendo no hacían que el zombi cayera. 

Aquella criatura parecía haber sido levantada de forma distinta al resto y comenzabais a sospechar que ante vosotros teníais el motivo y la razón de lo que había pasado, aquella criatura con sus mordiscos parecía haber contaminado y creado la horda de muertos vivientes que asediaba el pueblo.

Vuestros ataques, aunque fuera poco a poco lograban hacer mella en la criatura pero esta continuaba en pie y su último mordisco hirió de gravedad a la paladina y como recibiera otro pronto se reuniría con el hermano Orphanos.

La paladín no ceja en su empeño y vuelve a alzar su espada, con las mismas santas intenciones descarga de nuevo el golpe y un seguno, aunque en la marea de acero y dientes ya no sabe si esta acertando a su rival o no. Solamente una cosa pasaba por su cabeza, o derribaban a aquella criatura ya o Haiayel hacía algo o estaba perdida, notaba la sangre correr y como sus fuerzas poco a poco se esfumaban...

Viendo como la paladina sufría el ataque de aquella horrenda criatura elevo una nueva plegaria a Pelor y la mano fantasmal que ya había aprecido múltiples veces por al sala, vuelve a hacer acto de presencia para sanar a la paladina.

Por mucho que pegaran a esa criatura del averno no caía al suelo muerta definitivamente. Aun así tanto Urik como sus compañeros no cesaban en su tarea. Tanto Ashlyn, como Thokk, como el propio Urik, sangraban de sus heridas abundantemente. De echo el último ataque de la bestia había dejado a Ashlyn muy malherida. De no ser por la intervención de Haiayel, probablemente la paladina habría muerto.

Debía matar a la bestia, a ese engendro del infierno y lo tenían que hacer pronto... ¡YA!.

Con ese pensamiento, Urik lanzó su ataque nuevamente sobre el avieso adversario.

Aquella criatura parecia no sufrir por las heridas, tenian que darse prisa. Siguio atacando a pesar del agotamiento y de la heridas, si los saturrones no se retiraban el tampoco.

La paladín evoca el poder de Pelor para concentrarlo en un ataque demoledor contra la criatura. A pesar de la energía que requiere la criatura esquiva ambos ataques como si Ashlyn no fuera la feroz combatiente que estaba hecha. Esos dos ataques fallidos seguramente fueran el final de alguno de sus compañeros y eso ella no podía permitirlo...

Haiayel evocó el poder de Pelor para curar a su líder, curando sus heridas, pero éstas eran demasiadas y el inquisidor poco podía hacer por ella en ese momento, aunque quizá eso le diera una nueva oportunidad...

Don Urik encajaba un poderoso golpe en la criatura mientras que Thokk poco a poco iba mellando sus defensas, pero la criatura seguía en pie, algo más malherida pero en pie. 

Y entonces llegó el momento la criatura volvió a dar un fuerte mordisco a la paladina y ésta cayó al suelo precticamente inerte, con un líquido espeso saliendo de su hombro, la criatura había asestado un golpe casi mortal y Ashlyn no habia resistido mucho más. De no haber sido por la magia de su aliado ésta no lo habría llegado a contar, pero quizá aún tuviera una oportunidad antes de unirse a su hermano Orphanos.

Urik vió caer a la paladina por el impresionante mordisco del engendro. Lo estaban moliendo a golpes, pero éste aun seguía en pie ¡no podían acabar con él! Y lo peor es que él estaba acabando con ellos.

- ¡¡¡NOOOOOO!!! ¡¡¡AAAAAHHHHH!!!- gritó Urik mientras se avalanzaba contra ese engindró y le asestaba unos profundos tajos con su espada de plata maciza.

Thokk se movio despacio para colocarse detras de la criatura y asi poder impactarle mejor. Cuando la paladina se fue al suelo solto un ligero bufido de rabia y ataco con fuerza.

-¡Ashlyn! - Grito cuando veo a mi líder caer al suelo, y antes de poderme dar cuenta estoy corriendo hacia su posición.

Una vez que llego mis guantes brillan con fuerza y la toco.

Don Urik se encontraba flanqueando con el semigigante y dando sus últimos alientos. Estaba cansado ya de aquella criatura y solo quería ver como llegaba su fin, así que logró encajar dos impactos terribles haciendo que se le tambaleasen las piernas. A juzgar por el estado de la criatura parecía que quedaba poco para que llegara su fin, para hasta entonces continuaba defendiéndose y esquivando, esta vez, la fuerte acometida de Thokk.

Después Haiayel recuperó a su líder pero antes de que pudiera ponerse en pie, el blasfemo le había vuelto a morder. Pero, por suerte y por ahora, Ashlyn había recuperado la conciencia.

Thokk rugio de rabia al ver que fallaba su ataque. Realmente me estas acabando con mi paciencia.- murmuro Thokk mientras atacaba de nuevo con todas sus fuerzas. 

-¡Maldita criatura! ¡Protégete del adalid de la justicia! - Bramo mientras blando la espada hacia la criatura mientras adopto una posición defensiva.

Parecía que ese engendro no podía morir y que nuestros golpes no le hacían efecto, pues esa criatura seguía atacando a la paladina. Sin embargo, no podían caer en la desesperación y el abandono. No. Debían intentar matarlos hasta que solo les quedara un hilo de vida... o hasta que se lo arrebatasen por completo.

Con este pensamiento en la cabeza, Urik volció a atacar gritando para engrandecer su furia y su determinación.- ¡¡¡AAAAAAAHHHHHH!!!

No podía creerlo, apenas había vuelto a la consciencia con la neblina y el cansancio que eso suponía, cuando volvía a notar un mordisco terrible, le sacó del sopor de inmediato, así que rodó sobre si misma alejandose del combate para ponerse en pie con algo más de tranquilidad... y retomar el combate en cuanto pudiera.

Ashlyn no tuvo más remedio que retroceder y evitar el combate, el favor de su dios ya le había ayudado lo suficiente como para que aún se mantuviese con vida y no quería tentarlo más. Y así dejó paso a sus compañeros, Don Urik y Haiayel intervenían en el combate pero sus golpes no lograban dañar a la criatura, el único que parecía conseguirlo esta vez era Thokk, que logró encajar un poderoso ataque con su hacha y por fin hizo que la cabeza del blasfemo saliera rodando por el sótano de la Iglesia.

Instantes después, los zombis que habían sido expulsados y que aún se mantenían extremecidos en las esquinas de la sala cayeron redondos.

Esto solo significaba una cosa, cuando el terrible muerto viviente cayó, todas las criaturas que se habían despertado de entre los muertos volvieron a retomar sus tumbas y ahora una tras otra quedaban de nuevo sin vida.

Los Iluminadores, Don Urik y Thokk habían puesto fin a la maldición que asolaba Barovia, aunque su hermano Orphanos había caído en el proceso.

Sosteniendo aún con fuerza la maza, me giro hacia los compañeros de batalla.

-¿Estáis todos bien? ¿Hay algún herido que necesite tratamiento?

Mi mirada recorre la sala deteniéndose en cada cadáver para confirmar que no se va a levantar.

Thokk vio como la criatura dejaba un hueco en sus defensas y con un rugido de triunfo golpeo con todas sus fuerzas decapitandola. He tenido dias mejores. - dijo Thokk ante la pregunta de Haiayel. Y dicho esto, Thokk cogió la cabeza que habia salido rodando y la ató a su cinturón, acto seguido se dirigio al tipo del cabello revuelto, lo decapito y colocó su cabeza junto a la de su creación. Se hacerco a los cadaveres de los 2 iluminados, los cogió y los lanzó por el agujero fuera del sotano de la iglesia, no habia sido bonito pero era la manera mas facil de sacarlos de sacar los cadaveres de allí.

¿Que deseais hacer ahora jefa? - dijo Thokk recordando el acuerdo que tenia con ella. Creo que deberiamos volver a la posada con los demás.

Don Urik cayó de rodillas al suelo. No podía más. Exhausto por el tremendo combate librado en ese sótano, el caballero miró en su derredor. Sus ojos furon de la criatura, a la que Thokk cortó la cabeza, a la mirada de Ashlyn, quien por fin tenía un poco de respiro.

- Sí, volvamos a la posada- comentó Urik poniéndose nuevamente en pie.

Al hacerlo, se acercó a la paladina  y puso su mano en la cabeza. Implorando el poder curativo de Pelor, sanó levemente a la mujer.