Partida Rol por web

Levanté mi arma para atacar al hombre que me había golpeado, pero... sentí una calma en mi interior.

¿Por qué tenemos que luchar? Dejemos de pelear, sólo queremos acabar con los males de este pueblo, no con vosotros

Después de alzar mi arma ataco a los asaltantes que golpean a la hechicera dragón, Ashlyn puede apañárselas sola bastante bien, y si no lo consigue siempre puedo dar un paso atrás y lanzar una curación sobre ella imbuida por la gracia de Pelor.

Haiayel atacó a uno de los enemigos que se estaban enfrentando a Quenya, si en algún momento el aura de paz de Fisteus le hubiese afectado a aquel hombre estaba claro que ya había quedado roto. Por suerte logró encajarle un fuerte golpe con su maza. Pero Quenya no reaccionó y quería tratar de resolver el conflicto usando el don de la palabra, tal y como quería Fisteus pero parecía que no iba a ser posible pues Haiayel se había encargado de romper la tregua.

Ashlyn observó como su golpe era tan fructifero como esperaba, los ya tocados medianos huían o caían facilmente, pero para su sorpresa dos hombres la intentaban flanquear, descargó sus ataques sobre uno de ellos mientras intentaba luchar de espaldas a la fogata para que no le tomaran la ventaja, pero las heridas que había sufrido y todo el trasiego a su alrededor le hicieron trastabillar.

Vaya Haiayael, que violento. ¿De verdad es todo esto necesario? ¡Hablemos de paz, amigos! ¡Busquemos una solución común y gratificante para todos! ¿Por qué luchar? ¡Podemos llegar a la felicidad sin las armas!

Eso es , escuchad a esta mujer que ha visto la luz.Abandonad la violencia y abrazad la no violencia .Insisto paseándome entre los contendientes intentando llevar algo de cordura a sus actos .Por favor hermanos

Ashlyn logró herir a uno de los enemigos que la estaban flanqueando pero desgraciadamente el arma se le resbaló y se quedó desarmada ante los dos enemigos que la estaban flanqueando. Ambos la atacaron aprovechando su situación y uno de ellas logró golpearle por la espalda haciéndole un buen corte.

También atacaron a Quenya, que tras aquello ya volvió a sentir las ganas de golpear a sus enemigos pero no sin antes haber recibido un corte por la espalda que le hizo sangrar en abundancia.

Segundos después dos flechas encendidas salían de detrás de uno de los carromatos, los medianos que se habían escondido disparaban esta vez contra Haiayel y Fisteus. El segundo logró esquivarlo con total facilidad, mientras que el clérigo recibió el impacto de la flecha ardiente que atravesó su escudo divino*.

Tras el golpe, recuperé mi conciencia. Las palabras salieron por mi boca como el ácido que lancé antes

¡Fisteus! ¡Como salga viva de aquí, te voy a sacar los ojos! grité mientras levantaba el espadón y golpeaba al rival que tenía frente a mí

Estaría bien que alguien pudiera curarme

Al escuchar a la mujer verdosa pedir el auxilio de Pelor me resulta bastante curioso, ofende la fé de Pelor y cuando lo necesita, pide su ayuda y no tiene problema en aceptarla. Debería dejarla sucumbir a su herejía y morir entre agonizantes cortes... Pero esos no son los valores que Pelor defiende, a si que mis brazales resplandecen al tiempo que una mano arcana aparece tocando a Quenya.

Después, con unos pasos cortos entro en meelé con uno de los atacantes que trata de golpear la paladina*

Como me duele oirte decir eso.Respondo con aire compungido antes de dirigirme hacia los arqueros para intentar impedir que sigan disparando.Hermanos, abrazad la paz y desistid de vuestras intenciones beligerantes.

Tras el "pequeño" tropiezo y un nuevo tajo, Ashlyn ponía toda su habilidad y empeño en cubrirse tras el escudo, en cuanto encontrara un hueco se agacharía a por su espada... aunque sabía que su dios no le fallaría en este dificil momento por unos instantes estuvo a punto de perder la paciencia...

Haiayel evita rápidamente que su cuerpo empiece a arder y a continuación usa el poder de sus brazales para sanar las heridas de Quenya. Y después se dirigió para proteger a su líder flanqueando a uno de los enemigos.

Quenya continuaba enfrentándose e hiriendo a una de los asaltantes, lentamente le iba causando heridas aunque no se dignaba a caer.

Ashlyn se protegió con su escudo para evitar que le hicieran ningún daño y recogió su espada para continuar combatiendo, y más ahora que contaba con la ayuda de Haiayel. Pero a pesar de ello no logró protegerse como era debido y dejó un par de flancos abiertos, por donde sus enemigos atacaron furtivamente, uno de ellos clavó su cimitarra por la espalda y el otro en su cuello, haciendo que la paladina comenzara a sangrar de manera exagerada y excesiva cayendo al suelo completamente inconsciente y en un estado que tenía muy mala pinta. Los enemigos de Quenya también le estaban causando nuevas heridas que a pesar de haber sido curado por su compañero inquisidor volvía a notar como le cortaban con la cimitarra.

Una vez un par de flechas volaron desde detrás del carromato esta vez contra Fisteus que era el único que no estaba enzarzado en un combate directo, pero ninguna logró impactarle pues sus movimientos para esquivarlas eran muy rápidos. Por suerte ahora las flechas no estaban prendidas. Así que Fisteus decidió alejarse del combate y buscar a los arqueros con la intención de que dejaran de atacar.

La situación se estaba complicando, Ashlyn estaba en el suelo inconsciente y Quenya empezaba a estar herida.

Di un paso atrás y alcé mi mano libre hacia el humano que acababa de golpear.

Si no consigo derribarte mediante golpes, lo hará mi magia

De mis dedos salieron dos proyectiles que impactaron a gran velocidad contra él.

Al ver a la paladina caer, doy un paso hacia atrás para alejarme un poco de la refriega y de nuevo implorando a Pelor y a sus brazaletes, la mano arcana toca a Ashyln sanando sus heridas.

Haiayel gasto la última carga que tenía por ese día en curar a su líder de los ataques de los humanos. La paladina se puso de nuevo en pie, aunque todavía muy malherida. Quenya disparó dos proyectiles mágicos contra uno de los humanos que tenía más cerca dejándolo gravemente herido.

Fisteus logró calmar las emociones de uno de los dos medianos que estaban detrás del carro pero el otro seguía manteniendo las hostilidades.