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Juego de Tronos - Castillo de Aguasclaras.

Castillo de Aguasclaras: Todo el castillo.

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22/01/2014, 00:03
[RIP] Probis el Mayordomo.

Probis, tras haber permanecido durante todo el oficio de pie, permanece cavilando acerca de lo ocurrido en la ceremonia y mantiene sentimientos enfrentados en cuando al acierto del Septón al elegir a los representantes de los Siete. Mirando a su lado comprueba que la opinión de Vesania no es mucho mejor que la suya. Sin embargo, y como siempre, ella sí ha manifestado su desagrado al respecto.

Acercándose con cautela apoya su mano en el codo del ama de llaves para llamar su atención al estar ésta atenta a la hija mayor de su señor.

- Vesania, debo hablar contigo. ¿Puedes buscarme más tarde cuando tengas un momento? - Le pregunta mientras señala con la mirada a Lydia Tully.

Después, se agacha hasta ponerse a la altura de la pequeña. - ¿Qué te ha parecido la ceremonia, Lydia? Espero que no te hayas aburrido mucho.

Pero sus ojos miran más allá de la niña, mucho más allá, observando a alguien en particular, entre el gentío.

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22/01/2014, 00:22
Ser Trycian de Dorne.

La mañana se va mientras vigilo el perímetro junto con el resto de las espadas juramentadas y otros hombres de armas. Veo como la mayoría de los caballeros y otros hombres de mi posición se ponen a conversar y a intercambiar gestos de frívola cortesía. No me interesa. Nunca me importó nada de eso pues no se me crió para lamer botas ni para hacer amistades por interés. Se me educó para luchar y defender lo que creo, no para intrigar ni susurrar mensajes. Se me educó para tener honor.

Miro al Dorniense que he estado acompañando. No sé como se llama, pero claramente no es un noble. No lo conozco y dudo mucho que tenga una familia a la que conocer. Le hablo para pasar el rato:

 - "Tú, guerrero. ¿Cuál es tu nombre?"

Desde la altura que me da mi caballo de las arenas puedo ver todo a mi alrededor, desde el resto de los guardias hasta varios metros a la redonda. Vigilo con la vista, la que no dirijo al hombre al que hablo, mientras espero una respuesta por su parte.

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22/01/2014, 00:47
[RIP] Ama de Llaves Vesania Oakenshaf.

Notó el gentil contacto en su codo y supo que sólo podía ser Probis. Escuchar su tono de voz calmado y sereno le ayudó a apaciguar sus ánimos. Si hubiera sido una simple plebeya, con el único fin de parir como una coneja, se habría lanzado a consolarse a los brazos de su amado. Pero Vesania Oakenshaf no era así. Con una sola mirada a su salvador supo que entendería cómo se sentía.

¡Oh, Probis, mi adorada Vieja mancillada!- El Ama de Llaves era una mujer estricta, seria y amargada. A los férreos valores a los que atenerse se unían los remordimientos cuando éstos eran incumplidos. Años y años de continencia habían agriado su carácter convirtiéndola en un "limón", como a su padre. Sólo Probis, Arianna y la Vieja lograban endulzar su atormentado espíritu.

Se contuvo y se retuvo, como siempre, apretando los dientes tanto que casi se podía oír el rechinar de unos sobre los otros. Los muros que enclaustraban sus emociones más íntimas, y que ella misma había construido, eran sólidos como los del Castillo. Nadie podría derribarlos, aunque el sutil contacto de la mano de Probis en su codo los había hecho tambalear.

- En cuanto hayan comido los Señores habrá menos jaleo y podremos hablar tranquilamente. Descuida, en ese momento iré en tu busca.

Siguió la mirada del mayordomo y se encontró con la de Lidya Tully. Entonces se dio cuenta de que estaba apretando la mano de la niña con demasiada fuerza. Relajó el apretón, pero su tacto seguía siendo frío. A veces le costaba demostrar con los hijos de los Tully el mismo candor que con Arianna le salía de forma natural. Ella era especial, pues se había salvado, gracias a Vesania, del contacto con aquellas manos de arciano, nudosas, viejas, pálidas e impías.

Deberían quemarlos a todos, así sus rostros gorgónicos tendrían algún sentido y llorarían sangre de verdad.

Pegó un tirón a la niña, algo brusco, para llamar su atención.

- El Mayordomo Probis se ha dirigido a ti, querida. ¿Cómo te he enseñado a contestar?- Lady Olenna le había encargado a la niña y no podía fallar.

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22/01/2014, 02:05
Lady Lidya Crakehall, esposa de Ser Orsey.

¡Me duele la mano! No sé que me indigna más: la forma en que me aprieta o que hablen como si yo no estuviera aquí. Quiero soltarme, no me gustan sus manos frías, no me gusta que me apriete, no me gusta que me vigile y a decir verdad tampoco me gusta ella. Trato de pensar en otra cosa. Recuerdo como se veía Ser Madrigal en el altar, y en cómo me sonreía, ¡a mí!

Fue un momento perfecto. En mi cabeza estamos en un torneo, el vuelve a ganar y en lugar de solo pasar a mi lado me corona Reina del Amor y la Belleza antes de invitarme a subir a su caballo…

Un tirón de Vesania me hace volver a la realidad que si la incluye a ella cada vez me gusta menos. La miro con confusión: a mí no me ha enseñado tanto como a Ariana.

- Es un gusto – hago una ligera reverencia al mayordomo Probis, aunque sin saber bien que estoy haciendo o porqué lo estoy saludando.

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22/01/2014, 02:45
Lady Arianna Tully, esposa de Ser Trycian de Dorne

Cuando la ceremonia terminó fue con su madre, la cual la agarró de la mano. Mientras que pasaba al lado de la muchedumbre les dedicaba a todos una enorme sonrisa, algo que su madre y Vesania le había enseñado. Estaba aburrida y cansada, toda esa ceremonia le parecía algo muy raro que no llegaba a entender del todo.

Cuando llegaron a Clarissa, solo escuchó a su madre hablar de algo… Honor de representar a la Madre, una bendición para la familia. Arianna cada vez estaba más aburrida, así que empezó a balancearse sobre sus propios talones.

-Madre, me quiero ir a jugar… -la pequeña quería irse, por lo tanto al no recibir la atención de su madre, soltó su mano y salió corriendo a curiosear qué estaba haciendo todo el mundo.

Caballos… Quiero ver caballos. ¿Dónde están los caballos?

- Disculpe caballero, ¿sabe usted dónde están los caballos? - la pequeña miró a Jared y sonrió amablemente.

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22/01/2014, 08:38
[OUT] Lady Olenna Crakehall, viuda de Ser Hadder Tully.

-Ha sido un placer Clarissa, espero que podamos continuar con nuestra charla -dijo Lady Olenna mientras se alejaba en busca de su hija quien había salido corriendo.

"¿dónde se habrá metido esta niña? no es momento de juegos" - la vió desde la distancia y oyó como preguntaba por los caballos -aiiiiiisssshhhh - suspiró Lady Olenna - "no es más que una niña aún, le dejaré un poco de tiempo para que juegue." - pensó con ternura.

Pese a que Lady Olenna tenía grandes planes para aquella niña y debía ser estricta, en el fondo su corazón era el de una madre que adora a su hija.

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22/01/2014, 09:27
Ser Otter Crakehall.

La ceremonia dio comienzo -gracias a los siete- y Ser Otter aprovechó para restablecer las líneas defensivas (que no era más que ordenar a sus hombres que ocupasen sus puestos encomendados). Tendría mucha tarea cuando acabase todo aquel evento. 

Al menos la gente se lo está pasando bien- piensa Otter al ver como la mañana transcurre animada para la mayor parte de los nobles. Le gustaría poder estar en esos momentos con su mujer y sus hijos, pero tenía un trabajo que hacer -eso, y que visto lo visto, no se fiaba de abandonar ahora sus obligaciones-. Quizás mas adelante podría relajarse un poco, pero no ahora. 

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22/01/2014, 09:53
[RIP] Septón Eulocis.

-Me alegro de que te haya agradado, sobrino. -Respondió el Septón, con una sonrisa, al joven Eremiel.- Espero que te haya hecho reflexionar sobre la naturaleza de los Siete.

La fuerza y el carácter que demostrara hacía unos instantes sobre la tarima parecía haberse desvanecido, y en su lugar quedaba tan sólo un anciano de aspecto cansado y enclenque. Los ojos entrecerrados y caídos no ofrecían indicio alguno del fuego y la determinación que rugían en su interior.

"Es curioso como a uno puede pasarle media vida por delante, y sólo entonces descubrir su auténtico propósito." Pensó, rememorando los acontecimientos de once atrás, y cuánto había cambiado para él desde entonces. Su secuestro había sido sólo la chispa de una llama que se había avivado durante varios años de peregrinaje, y que ahora era una inmensa hoguera dispuesta a brillar más fuerte y cálida, mientras le quedara algo de aliento.

Diversos rostros pasaban junto a él y le saludaban, con un gesto de cabeza y una sonrisa. El Septón, más dócil y viejo que hace unos instantes, devolvía los saludos sonriendo.

-Mi buen Eremiel, ¿serías tan amable de traerle a tu tío una copa de vino bien mezclado con agua, y algo de queso? -A su edad, y después de años de privaciones, aquello era lo máximo que iba a poder tolerar. Además, prefería mantener la cabeza despejada. Ocasiones como aquella eran auténticas batallas, donde mucho ocurría si uno sabía estar atento.

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22/01/2014, 10:01
Ser Baltrigar "el Traidor".

- ¡Brandon! - bramó Baltrigar sin elevar en exceso la voz. El tono del Caballero no dejaba lugar a dudas.

Alcanzó con pasos largos a su hijo y posó su mano en el hombro del chico.

- ¿Qué te tengo dicho? - preguntó. - Tienes que aprender a comportarte. En las ceremonias has de hacer lo que yo te diga. No puedes escaparte y esconderte por ahí. - comenzó la reprimenda.

Apuntó al chico con el dedo índice. - Recuerda quién eres, tienes que cuidar y mantener la reputación de la familia, hijo. - Baltrigar miró alrededor. - Ahora es el momento de la fiesta. Ahora es cuando puedes corretear por ahí y jugar con otros niños. No antes. - el rostro serio de Baltrigar miraba a Brandon impasible.

Se desvió un momento hacia el resto de sus hijos. - ¡Beldyr! - llamó a su primogénito. 

Cuando éste se acercó, Baltrigar le instruyó. - Cuida de tus hermanos. - el rostro severo se suavizó y el Caballero incluso revolvió el pelo de Brandon para tranquilizarlo. - Podéis ir a jugar, pero no molestéis a nadie. Y Brandon, que no se vuelva a repetir. -

Ser Baltrigar dejó que sus hijos marcharan a jugar y se giró hacia Clarissa con el más pequeño de sus retoños aún en brazos, ya que su mujer no había podido subirlo para representar el papel de madre en la ceremonia.

En aquel momento Ser Madrigal bajó del púlpito y se dirigió de nuevo a Ser Baltrigar.

Sí, va siendo hora de ponerse más cómodos. Al menos hay comida y bebida en abundancia. - respondió con una sonrisa. En cuanto Clarissa se reunió de nuevo con ellos Baltrigar devolvió al pequeño a los brazos de su madre.

¿Queréis probar un poco de jabalí? - preguntó a su esposa mientras se dirigía a una de las bandejas y sacaba su cuchillo para cortar unos pedazos.

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22/01/2014, 10:01
[RIP] Din el Forestal.

- ¿Cómo ha ido la guardia? - preguntó Din a Dregg y Pik tras reunirse con sus dos hombres. Sólo iba a robarles un par de minutos antes de obligarles a separarse de nuevo y comenzar su labor para vigilar durante el resto de la fiesta.

- Habéis hecho muy bien en no hacer caso de esa distracción. - comentó refiriéndose al incidente del bote.

- ¿Alguna cosa rara o algo que comentar? - preguntó. Durante la ceremonia el Forestal se había mantenido alejado de las tareas de vigilancia y no había podido estar al tanto del perímetro, pero estaba seguro de que sus hombres le informarían de todo cuanto hubieran detectado, si es que había algo que informar.

Por un instante su mirada se desvió hacia Darién. El joven a pesar de no ser un cazador, se había comportado bastante bien. Había permanecido en su puesto, de espaldas a la ceremonia para evitar distracciones, y había vigilado su parte del perímetro. Era una lástima que no fuera un cazador, se le daría bien.

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22/01/2014, 10:39
[RIP] Dregg "Ojotonto", Cazador.

-Nada que destacar, Din -respondió el cazador a su superior, cortés y con una sonrisa fingida. Le habían encargado patrullar los alrededores, como cada año, y ese escozor seguía ahí. Nobles o plebeyos, poco importaba: todos estaban con sus familias, dando de comer a sus pequeños, o besando a sus mujeres. Aquella enhorabuena por parte del forestal era lo máximo a lo que aspiraba Dregg aquel día, más allá de un trago de vino, un poco de jabalí y quizá una visita a alguna meretriz si sus obligaciones le dejaban algo de tiempo libre.

Se sintió algo mal al continuar su ronda, pues no estaba prestando toda la atención que aquel evento merecía.

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22/01/2014, 11:35
[RIP] Blantel, Maestro Carpintero.

- Bueno, ha terminado la ceremonia Dod, ha sido bastante bonita y el nuevo septón a dado un fantástico discurso, vayamos a buscar algo de comer- dice el carpintero guiando a su hijo entre el gentío.

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22/01/2014, 12:21
Theresa Nieve, Primera Espada.

Parece que esa pantomima ya se ha acabado. Bueno, al menos ha convertido la ceremonia en una especie de espectáculo en el que se han dejado ver las envidias y las rencillas entre algunos miembros del castillo, porque haberlas, hay. Y cuando acaba todo, parece que todos son tan amigos, aunque en verdad se clavarían puñales de poder hacerlo.

Cuando decide que es hora de seguir a los demás para continuar la celebración se le acerca Randyl, preguntando sobre lo acontecido al inicio de la ceremonia.

-Buenos días, Randyl. ¿No estabais? Parece ser que algunos jinetes libres vieron un ataque donde no lo había. Parece ser que un bote vacío es motivo de alarma para ellos. Incluso tiraron al suelo a Ser Crakehall para protegerle de los ataques ilusorios.

Continúa caminando hacia la zona del banquete que se está preparando.

-Creo que esta noche algunos dormirán más calientes de lo normal. Supongo que impartirán un castigo disciplinario.

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22/01/2014, 14:36
Clarissa, esposa de Ser Baltrigar Tormenta.

Reprimió una sonrisa al contemplar a Baltrigar dando una reprimenda a Brandon. No quería minar su autoridad, de manera que compuso una expresión seria en el rostro. Sin embargo, aquella escena suscitaba en ella anhelos de madre y esposa. 

Dejó escapar un suspiro, cuando su marido terminó de reprender a su segundo hijo, y tomó al más joven de ellos en brazos, besando su frente y colocando sus ropas. Asintió ante el ofrecimiento de su marido- Sí, estoy hambrienta. También tengo sed. Ser Madre es muy duro, ¿sabes?- rió- Una copa de vino especiado regaría adecuadamente mi garganta, mi señor.-dijo aquellas dos últimas palabras con cierta picardía y besó la mejilla de su esposo, a la altura del pómulo, donde su densa barba no cubría la piel.

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22/01/2014, 15:07
Cicatriz.

     El día avanza penosamente.
     La mañana, fría al inicio, tibia y desconcertante durante el cenit del sol, es ahora furiosa y cálida. El gigantesco jinete mantiene su guardia sin apenas cruzar palabra con sus compañeros en las contadas ocasiones en que sus pasos coinciden con el del jinete más cercano el cual, después, recordará estremecido el fulgor glacial en los ojos tercos de Caster, y el extraño rictus en su frío rostro.
     Su furia.
     Cuando acaba la jornada, el Caracortada no acude a avituallarse junto al resto de jinetes y forestales: para él, hoy no queda nada que celebrar. Marca paso hacia Castillo, encaminándose hacia los establos donde desensilla a su caballo, cepillándolo él mismo, como de costumbre. Después dedica unos instantes a recomponer su atuendo, cambiando las embarradas polainas de montar por unas nuevas y ciñendo la armadura de cuero endurecido; toma su alabarda y se dirige hacia el rastrillo, frente a la plaza de armas, donde forma en posición de firmes. 
     A la espera de su Castellano.
     A la espera de su disciplina.

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22/01/2014, 15:18
Randyl Lanzapartida, Guardia de Ser Pendrik

A medida que Theresa le explicaba la situación se relajaba más, al menos su mente dejó de gritar sobre acusaciones de traición y ataques inminentes, cosa que agradeció. Se centró en disfrutar de lo que quedaba de la ceremonia, sin mirar a todas partes de soslayo para seguir con una vigilancia que para él nunca acaba.

-No sé si un castigo disciplinario, pero a una buena reprimenda y al doblaje de sus turnos de guardias no los salvaran ni lo siete dioses- una sonrisa escapó de sus labios aunque le pareció poco oportuna debido de la seriedad de Theresa- Parece increíble que la guardia se dejara engañan con semejante tontería. Aunque finalmente no ocurriera nada- terminó diciendo- Estad atenta Milady, aún no se me fue el susto del cuerpo y tengo un mal presentimiento.

Acto seguido a sus palabras, continuó caminando con Theresa hacia la zona del banquete en donde los invitados parecían haber olvidado lo ocurrido, mientras hablaban despreocupados, como si el malestar de la ceremonia ya no les afectara, o simplemente había una máscara detrás de ellos. En cualquier caso ese no era el tema de preocupación.

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22/01/2014, 16:12
[RIP] Ser Hadder Tully, Señor de Aguasclaras.

Ser Hadder daba pequeños sorbos a la copa de vino que sostenía en la mano derecha. Estaba más distraído de la cuenta. A su izquierda, parloteando con su sobrino, divisó al Septón, y lo saludó con una inclinación de cabeza. A lo lejos, el anciano le respondió con otra, aun más amplia.

El caballero paseó la mirada sobre el alegre bullicio. Persiguió con la mirada un jabalí sangrante en dirección al sugerente crepitar del fuego. De camino, tres niños pequeños se cruzaron corriendo y riendo, y a punto estuvieron de provocar la caída del suculento manjar. No se fijó del todo, pero le había parecido que uno de los tres era de los suyos. Cerca de allí, uno de los artesanos rompió a reír a estruendosas carcajadas, mientras goterones de vino caían aún de su espesa barba.

Esta era su gente. Estos eran sus dominios. Y todo esto lo había logrado, él, con su propio sudor y su propia sangre. Nada le había sido obsequiado. Y muy por encima de las tierras, el castillo y la gente había logrado algo tan importante como intangible: Su apellido. El reconocimiento de ser el hijo de su padre, y de sangre tan noble y poderosa como los de su hermanastro y Señor.

Distraído, siguió contemplando los festejos. Sí, había llegado lejos. Y el castillo había prosperado durante el último Invierno. Pero no era en absoluto suficiente. No había llegado hasta donde se encontraba ahora por falta de ambición, y no iba a empezar ahora. Ante él se abría el primer verano como Señor de Aguasclaras, y Ser Hadder esperaba que el señorío diera tantos frutos como las cosechas.

Los últimos cinco años los había pasado afianzando su recién adquirida posición. Pero el castillo no llegaba siquiera al centenar de habitantes. Una mala broma para cualquiera de los grandes señores que detestaban verlo afincado allí. Lannisters, Crakehall o incluso Tully, cualquiera de ellos preferiría verle en sus mazmorras, antes que en su silla señorial. De no ser por Su Majestad Aegon III, y por la enemistad entre los Tully y las otras dos Casas, su historia habría sido muy distinta… y breve.

No. Este Verano las cosas debían cambiar mucho. Debía acercar posiciones con las poblaciones cercanas, implicarlas y ligarlas a la vida del castillo; hacerlos leales. De los allí presentes, apenas una docena le servían desde antes de la conquista del castillo, hacía apenas cinco años. El bueno de Probis, la estricta Vesania, la vieja NanaCaster, Darién, EdderRuss y Din. Las demás… caras relativamente nuevas. La mayoría incluso ya residían allí desde antes, y eso era peligroso. Debía buscar la forma de hacerlos más leales a su persona, y la mejor forma de hacerlo era dándoles prosperidad. Lo cual significaba más gente, lo cual significaba más recursos, lo cual significaba más hombres de armas. Y todo a la vez.

Desvió la mirada un instante hacia su Castellano, y recordó el bochornoso incidente de aquella mañana, que se había visto obligado a aguantar con impasibilidad. Debía mantener una intensa conversación al respecto con su cuñado. Los últimos cinco años no le había dado motivo alguno para dudar de su lealtad ni una sola ocasión, a pesar de quién era su padre, y de a quién servía su suegro. Sin embargo, empezaba a ver muestras de que, tras el fin de los conflictos armados, la moral comenzaba a relajarse, y aquello no podía permitirlo. En su mente empezó a formarse la pregunta que se había hecho tantas otras veces: ¿Qué ocurriría si llegara al caso de un enfrentamiento abierto contra Lord Crakehall, con Ser Otter a su lado? ¿Podía confiar en él hasta el punto de combatir a su propio padre?

Incómodo, desechó la idea. No era el día para ello. Volvió a contemplar la algarabía reinante y decidió que el periodo de adaptación al castillo acababa con el Invierno. Después de la celebración, comenzaría el verdadero trabajo de Ser Hadder Tully.

Acto seguido, sacudió la cabeza y se forzó a participar de las celebraciones, con sus caballeros e invitados. Cerca de él, Ser Baltrigar conversaba en actitud cercana y cómplice con su esposa, Clarissa. Ser Hadder dio una palmada amistosa en el hombro del caballero.

- ¡Por los Siete, Ser Baltrigar! –Exclamó, con sorna, y una ya conocida falta de modales cortesanos.- ¿Os habéis propuesto que vuestra esposa repita en el papel de la Madre el año próximo?

Mientras comenzaba la conversación con el de Bastión de Tormentas, el Señor del Castillo hizo un gesto a Probis, para llamar su atención y convocarlo a su presencia.

“Estamos de fiesta” Pensó. “pero hay juegos que no se detienen jamás”.

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22/01/2014, 21:00
[RIP] Brosten el Leñador.

El estomago de Brosten le hizó saber que la ceremonía había durado demasiado, tras revisar aquella vieja barca y no encontrar nada extraño que le llamara la atención, se dirigió de nuevo a la seguridad del castillo. Se había hecho algo tarde y debía darse prisa si quería probar bocado.

El lugar estaba lleno de luz y los ricos aromas se entremezclaban entre sí llenando el ambiente de una sinfonía de color, Ser Hadder parecía disfrutar de la comida, pero no parecía posible que hubiera olvidado tan desafortunado incidente, seguramente esperaba el momento adecuado como siempre sabía encontrar.

El Septon no paraba de recibir elogios por su gran discurso, si no supiera que es un hombre humilde a su vocación pensaría que su pecho se hinchaba de orgullo, al ir de camino hacia los fuegos a ver si encontraba algo de comer, Brosten se encontró con Blantel al que le dedicó grandes palabras:

- Tu trabajo con aquel altar y esos bancos han sido dignos de tu reputación amigo mío, cuando veo en que conviertes los árboles que tanto me cuesta talar, recuerdo porqué me gusta tanto hacerlo, dijo Brosten mientras palmeaba la espalda del carpintero con una sonrisa en la boca.

- ¡Brindemos por un trabajo bien hecho! dijó Brosten al tiempo que acercaba una jarra a Blantel.

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22/01/2014, 21:33
[RIP] Pik Pyke, Cazador.

Mucho mejor que en la ceremonia, respondo divertido ante la pregunta de Din. Espero que nadie haya probado mis setas.

De pronto mi rostro se torna serio, responsable y algo oscuro. Todo muy tranquilo, demasiado tranquilo. Después de hacer un pequeño parón para reconocer rápidamente de nuevo el terreno prosigo. La parte buena es que los pájaros no han notado nada raro, han seguido piando con total normalidad.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Avistar

Tirada: 1d20

Dificultad: 9+

Resultado: 19 (Exito)

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22/01/2014, 21:50
[RIP] Bethan "Caratorcida".

Grrrrrrrrr...

Su estómago rugía como un ciento de gatosombras en celo. Si es que alguna vez veía a un solo gatosombra en celo, Bethan lo podría corroborar. No había desayunado, y eso se notaba. Pero tampoco podía volver a meter la pata después de lo de la barca, así que no podía abandonar su puesto. Debía hacer guardia.

Grrrrrrrrr...

Esto es absurdo. Pasando hambre a unos pasos de un banquete. Jajaja... tiene gracia.

¡Niño! ¡Ey, niño! Psk. ¡Aquí! ¿Te gustaría ganar un penique?

El niño en cuestión era Beldyr Tormenta. Su padre se saca la roña de debajo de las uñas todos los días con un penique, y luego se puede permitir el lujo de darlo en propinas. Bethan no sabía nada del origen caballeresco de Beldyr. Para él, un niño es una persona pequeña que aún no ha tocado otra teta distinta a la de su madre o a la de su ama de cría. Los niños no se subclasifican por castas.

Si me traes uno de los pastelitos de esa mesa, niño-dijo señalando los pastelitos de Sarah a Beldyr Tormenta-, te doy una moneda. ¿Trato hecho?