Partida Rol por web

Juego de Tronos - Castillo de Aguasclaras.

El Anfiteatro de los Huesos.

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22/11/2014, 14:14
Feudo Aguasclaras: Solaz del Soldado.

FINAL DEL ASALTO VIGESIMO TERCERO:

- Bonhart se retira del combate al escuchar los cascos furiosos de tres caballos que se aproximan al galope al callejón.

Notas de juego

- Iniciativa: Bonhart: 18. Armase: Inconsciente.

- Defensa Estática Bonhart: 12. - Será 11 en el Asalto 24.

- Defensa Estática Armase: 5. - Será 5 en el Asalto 24.

- Fatiga Bonhart: -6/7. - Tras este asalto. - Su Defensa Estática será 11 y tendrá -6 al Ataque en el Asalto 24.

- Fatiga Armase: Inconsciente.

- Daño Recibido Bonhart: 46.

- Daño Recibido Caster: 50. - Caster tiene dos Heridas Graves y sufre dos Hemorragias. Metetripas ha frenado las hemorragias temporalmente. No está estabilizado, pero no perderá más puntos de golpe hasta dentro de varios minutos. Caster está en -7 puntos de golpe y está inconsciente. No tiene tirada para recuperar la consciencia.

- Daño Recibido Armase: 31. - Sufre una Hemorragia. Perderá 1 punto de golpe por Hemorragia en el Asalto 24. Está con -9 puntos de golpe y a punto de morir.

- Daño Recibido Metetripas: 0.

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22/11/2014, 14:19
Metetripas.

INICIO DEL ASALTO VEINTICUATRO:

- Russ y Ser Baltrigar llegan cabalgando a la par al callejón detrás de la posada del Ciervo y el Jabalí.

- Tras ellos llega Ser Madrigal.

- Los dos primeros ven cinco cuerpos ensangrentados tirados por el suelo. Dos de ellos, los únicos que llevan armadura, parece que aún respiran, aunque en el caso de Armase son los estertores finales de la muerte.

- Un viejo, que parece un asqueroso mendigo, está urgando con sus sucios dedos como garras en las sanguinolentas heridas del inconsciente Caster (una en la entrepierna y la otra en la axila derecha). ¿Es posible una mayor crueldad?

Notas de juego

Iniciativa arbitraria:

1) Ser Baltrigar.

2) Russ.

3) Ser Madrigal.

4) Metetripas.

http://www.youtube.com/watch?v=Ohw1cTI9kYw

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22/11/2014, 17:52
Ser Madrigal Oakenshaf-Casagrande.

No habían hablado mucho por el camino. Madrigal seguía pensando que sólo era una chiquillada. Volverían al Castillo con los chicos cabizbajos y con el rabo entre las piernas después de recibir la bronca de los preocupados padres. Armase se había adelantado a ellos y Hugin sobrevolaba sus cabezas en el aire, emitiendo algún que otro graznido. Hasta ahí todo normal. A pesar de la pesada armadura, Madrigal sentía el ánimo de su montura, las palpitaciones agitadas bajo la piel de Galán, fruto del desenfrenado galope.

Es un ejemplar magnífico.

A pesar de lo que él penaba, no se pararon a lucir percha, armadura, ni tan asombrosa montura ante los paletos campesinos de Solaz de Soldado.  A Madrigal le gustaba alimentar la leyenda que giraba en torno a él siempre que podía, pero Russ y Baltrigar no estaban dispuestos a detenerse, por lo que parecía. Madrigal podía haber protestado por ello, pero Hugin realizaba unos nada halagüeños círculos en torno a una zona específica del poblacho de mala muerte.

¿Qué te pasa pajarraco?

Siguieron avanzando, Madrigal sin dejar de mirar con preocupación el vuelo de su cuervo, mientras poco a poco se le iban adelantando Russ y Ser Baltrigar. Al llegar al callejón junto a la taberna de mala muerte notó que algo pasaba, no por la reacción de sus compañeros a los que no veía el rostro, sino por la reacción casi imperceptible de los caballos. Madrigal tenía un vínculo casi sobrenatural con estos animales, como si el mismo fuera mitad hombre mitad caballo, descendiente mismo del Centauro Negro.

- ¿Qué pasa muchacho?- Susurró al oído de Galán. Un destrero como el que montaba Madrigal estaba entrenado para la batalla y reconocía perfectamente el olor de la sangre. El caballero percibió cómo se dilataban los orificios nasales del animal y cómo se le tensaba la musculatura ante el inminente peligro. Inmediatamente Madrigal embrazó el escudo de madera que le había dado Russ y desenfundó la espada que le había regalado su adorada esposa.

Notas de juego

Preparo las armas y voy acercándome hasta que vea qué pasa. Entiendo que Madrigal no ve aún los cuerpos.

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23/11/2014, 01:28
Ser Baltrigar "el Traidor".

El corazón de Baltrigar salió disparado en cuanto vio los cinco cuerpos en el callejón tras la posada. Desde su posición aun no distinguía, pero al menos había dos hombres con armadura luchando por salir adelante. Y luego estaba ese asqueroso mendigo.

Sin dudarlo un instante desenvainó su espada, embrazó su escudo y espoleó a su corcel para que acelerara y llegara junto a los cuerpos y el mendigo. Si había sido él el responsable de aquello no iba a dejar que escapara. Por un instante cerró los ojos y rezó a los Siete por que sus amados vástagos no se encontraran entre las víctimas.

Al llegar junto al mendigo frenó a su montura y observó los rostros de aquellos cuerpos con frialdad. - ¿Qué ha sucedido aquí? - Bramó al mendigo sin dirigirle la mirada.

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23/11/2014, 14:33
Russ "el Matatoros", jinete libre.

Russ descabalgó al lado de ser Baltrigar, mudo y con la mirada fija en los cuerpos despatarrados entre los charcos del callejón. Él no tenía tiempo ni aliento para encararse con el mendigo; sus ojos estaban fijos en una de las postradas figuras. El cadáver estaba echado de medio lado, su rostro aún oculto a la mirada del jefe de la guardia, desmadejado. El barro y la sangre cubrían sus ropas, haciendo imposible reconocer el color original del coleto de cuero que portaba. Pero Russ reconocería ese coleto allá donde lo viera: era una vieja pieza de cuero endurecido y deshilachado que el Matatoros había usado durante años en su juventud. El mismo coleto que regalara años atrás a su hijo cuando éste entró a formar parte de la guardia del castillo.

Las palabras de ser Baltrigar llegaban lejanas, como si les separa una gran distancia aún estando a pocos pasos el uno del otro. Russ avanzaba con pasos cortos, temerosos, sabiendo qué era lo que iba a encontrar pero rezando a los Siete Dioses por equivocarse. Al llegar a la altura del cuerpo, el Matatoros se agachó con lentitud hasta plantar una rodilla en el lodo y posó una de sus grandes manos sobre el inerte hombro del caído. Con suavidad, le dio la vuelta hasta dejarlo mirando el cielo plomizo.

Los ojos de Roy miraban las grises nubes sin verlas, vidriosos y apagados, desde un rostro contraído por el dolor y la agonía. Un enorme pegote de barro le cubría la sien derecha hasta el mentón y el pelo de su rala barba estaba apelmazado por la sangre todavía fresca. Demasiado tarde... La garganta del muchacho era un amasijo de carne hecha jirones. Russ acercó la mano al destrozado cuello de su hijo, sin llegar a tocarlo, pero en el último instante la desvió para taparle la cara y cerrarle los ojos con una caricia llena de cariño, como cuando apenas era un bebé y le arropaba en su cuna para que se durmiera.

La rabia de Russ luchaba por superar su dolor y su tristeza, librado una cruel batalla por ser la que llevara la voz cantante en la torturada mente del jefe de la guardia. Una solitaria lágrima surcó la piel del soldado, curtida como el cuero viejo tras años y años de servicio sobre las murallas de Aguasclaras. ¿Por qué...? Con una inusitada ternura, pasó sus musculosos brazos bajo el cuerpo muerto de su hijo, izándolo como si apenas pesara unas pocas arrobas. Ya de pie, al tenerlo tan cerca, pudo oler su familiar olor mezclado con el de la humedad, los orines y la sangre, y el alma del soldado se partió en pedazos. Las piernas le fallaron y se vino abajo, hincando las rodillas en el fango, mientras apretaba lo que quedaba de Roy contra su pecho y daba rienda suelta al desconsolado llanto.

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23/11/2014, 19:55
Ser Baltrigar "el Traidor".

Al bastardo no le costó reconocer la enorme figura de Caster embutido en su armadura y tendido junto a aquel mugriento mendigo. El otro soldado con armadura era Armase y Baltrigar juraría que les llevaba poca ventaja. Fuera quien fuera el que había hecho aquello debía permanecer cerca.

Entonces sus ojos se fijaron en los otros cuerpo. Y vio a Russ de rodillas en el suelo sujetando al que iba a ser el yerno de Baltrigar. El corazón del caballero dejó de latir por unos angustiosos segundos. Un parpadeo más y no tuvo dudas. Los otros cuerpos eran Brandon y Carlysle. ¿Qué había ocurrido? ¿Por los Siete, qué infiernos había pasado?

La mano de la espada desfalleció un instante y el caballero casi cayó de su montura. Se llevó el brazo del escudo al pecho. Un dolor atroz le atravesaba en esos momentos, y unas lágrimas silenciosas comenzaron a caer por sus mejillas ocultándose en su poblada barba.

Tuvo que reaccionar y aferrarse con fuerza a las riendas para no caer de su montura. Sus hijos. El hijo de Russ... Había sido una masacre. ¿Por qué? Apretó los dientes, cerró los ojos y alzó la cabeza al cielo antes de soltar un bramido de dolor con toda la potencia de sus pulmones. Pero un bramido aterrador.

Nadie había visto así al Caballero en toda su vida. Con los ojos vidriosos ésta vez sí que fijó su mirada en el mendigo que seguía en el suelo junto a Caster, y la espada de Baltrigar se dirigió a su cuello tan rápido como un relámpago... deteniéndose a escasos centímetros de la cabeza de aquel ser.

- No te lo repetiré. - En su mirada había algo que indicaba claramente que si no obtenía una respuesta el mendigo no sobreviviría.

- ¿Qué - comenzó diciendo una sola palabra y dando tiempo a que el hombre asimilara lo que decía.

- ha - Baltrigar permaneció con todos sus sentidos alerta. Aquel mendigo no estaba armado ni tenía pinta de ser capaz de matar a los tres muchachos, a Caster y a Armase. Ahí había algo más. Y fuera quien fuera el responsable iba a pagar.

- pasado? - Acabó la pregunta con el tono más severo que había utilizado en su vida.

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24/11/2014, 19:55
Metetripas.

- "Necesito ayuda de inmediato o este hombre morirá. Necesito telas y que alguien presione estas heridas y necesito también que alguien me encienda una antorcha." -

Al observarlo con algo más de detenimiento parece que el andrajoso anciano está luchando desesperadamente por contener dos tremendas hemorragias en el corpachón de Caster, que yace en un enorme charco de su propia sangre. Es obvio que no le queda mucho tiempo.

En cuanto al cercano Armase, es obvio que se está muriendo. Apenas le quedan segundos de vida. Tal vez los justos para decir algo si es que alguien se acerca lo suficiente como para escucharlo.

Notas de juego

- Los caballos ocupan mucho sitio, por lo que Ser Madrigal no puede avanzar a menos que desmonte.

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25/11/2014, 16:44
[OUT] Armase.

...

Notas de juego

Armase no puede decir nada debido a su inconsciencia.

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25/11/2014, 20:54
Ser Baltrigar "el Traidor".

Baltrigar desmontó de su corcel de un salto. Los pies golpearon con fuerza el suelo levantando polvo alrededor. El peso del hombretón embutido en su armadura pesada era considerable. Avanzó dos pasos hacia las figuras desmadejadas que eran sus hijos, con los ojos fijos en ellos y la mirada perdida.

Si hubiera hablado, la voz le temblaría de rabia e impotencia. Sus hijos, sus pequeños... con toda una vida por delante y sin embargo, por azares del destino, ahí estaban. Muertos. Más lágrimas continuaban regando las mejillas y la barba de Ser Baltrigar. Parpadeó intentando que sus ojos pudieran ver con claridad pero estaban anegados y le resultaba imposible no ver de forma difuminada.

De fondo escuchó las palabras del mendigo. No parecía acobardado por la presencia de los caballeros, de hecho su actitud sonaba exigente. El caballero bastardo tragó saliva. Le dolía la garganta y sentía una extraña comezón.

Tardó apenas un segundo en reaccionar. El deber era el deber, y la vida de uno de los hombres de Ser Hadder pendía de un hilo. Baltrigar se arrodilló junto al mendigo y presionó donde le indicaba para ayudar a mantener al gigante de Caster con vida. Con semejantes heridas, Baltrigar dudaba que el gigante saliera con bien de ésa. Pero por los Siete que tenía que intentarlo.

- Caster no me jodas. Aguanta. – Exigió al soldado. – Te juro por los Siete que si no sobrevives te buscaré y perseguiré para patearte el culo por toda la eternidad. – Gruñó con rabia. Si Caster sobrevivía podría decirle qué había pasado allí. Podría contrastar su versión con la de aquel mendigo asqueroso. Y si aquel despojo de hombre pretendía engañar a Baltrigar o escaparse, haría que lo lamentara.

No le dio tiempo a pensar en Armase. Su mente no podía disipar la imagen de Russ abrazando el cuerpo muerto de su hijo, para acto seguido fijarse en los cuerpos de sus dos niños. Quizá Ser Madrigal pudiera hacer algo por el otro caído.

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25/11/2014, 23:02
Metetripas.

- "Soy Metetripas, y soy algo así como un remendador local. Caster necesita una cura urgente y este otro hombre..." - El viejo se acerca a Armase y le obliga a respirar presionándole el pecho.

- "Estaba muerto, pero creo que vuelve a respirar. Sí... su corazón late de nuevo." -

El hombre mira a Russ y a Ser Madrigal, sin apenas reparar en las nobles armaduras y atavíos de éste y de Ser Baltrigar.

- "¡Rápido, vosotros dos, no hay tiempo que perder! Que uno presione esta herida." - Señala la herida más grave en el cuerpo de Armase.

- "¡Y que el otro encienda de una vez una antorcha, por todo lo que es impío y sagrado, pues no hay un segundo que perder!" -

- Tiradas (1)

Motivo: Curar Heridas

Tirada: 1d20

Dificultad: 20+

Resultado: 17(+6)=23 (Exito)

Notas de juego

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26/11/2014, 10:57
Ser Madrigal Oakenshaf-Casagrande.

Ser Madrigal descabalgó y se acercó al mendigo con gesto desconfiado, tirando de las riendas de Galán. Su espada ya no hacía falta allí, así que la volvió a enfundar en su ornamentada vaina. Con la aparatosa armadura agacharse era todo un suplicio. Presionó la herida de Armase, al que no hacía mucho había visto lleno de vida y coraje. Ahora sólo era un cuerpo inerte y frío, al que la vida se le había escapado a medida que la sangre lo hacía por las graves heridas. Madrigal hizo de tripas corazón y se manchó las manos con la poca sangre que aún le quedaba al guerrero caído. Estaba acostumbrado a ver sangre, vísceras, cuerpos putrefactos, a sentir el dulce olor de la muerte en su casa. Con todo aquello se había criado bajo la tutela de su abuela y su padre. Pero lo que le atenazaba la boca del estómago, dándole casi ganas de vomitar, era la muerte de los hijos de sus compañeros. Ahora que era padre podía imaginarse el dolor que suponía la muerte de un vástago, de una manera tan cruel...

- ¿Quién ha hecho esto?- Repitió pues el matasanos no respondía a las palabras de Baltrigar. No había tiempo más que para tratar de salvar a los dos hombres que se morían en sus manos, pero la rabia que sentía le empujaba a conocer al culpable de la matanza que se habían encontrado. Con unos extraños quejidos Madrigal llamó a su cuervo, quien se posó en su hombro. El ave parecía querer saltar y picotear los sabrosos ojos delos muertos pero se contuvo. No tardó mucho en emprender el vuelo y posarse en uno de los tejados, vigilante.

Notas de juego

Si puedo hago que Hugin vigile si viene alguien.

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26/11/2014, 13:08
Russ "el Matatoros", jinete libre.

Russ volvió a la realidad con las palabras del viejo mendigo, retomando el camino hacia el presente después de haberse perdido durante unos segundos en un mundo de profunda tristeza y dolor inhumano. Había perdido a un hijo, a su Roy, ese muchacho testarudo y noble como una vieja mula, que no volvería a pasear a su lado en las almenas del castillo. Esa pérdida rompería el corazón de su amada Bresa y hundiría las almas de sus hermanas en el viscoso lodo de la melancolía. Los cuerpos exánimes de los hijos de ser Baltrigar, añadían unos quintales más a esa desequilibrada balanza de dolor y pesar, más aún cuando el joven Brandon debía haberse convertido ese mismo año en el marido de su hija Ruyara.

Pero no podía bloquearse. No podía zozobrar él también cuando la vida de dos de sus hombres aún pendía de un hilo. Ese aciago día ya había perdido la vida de uno de sus hijos y del que debía ser su futuro yerno. Debía hacer lo que fuera para no perder además a dos de sus hermanos de armas.

Con ternura, depositó el frío cuerpo de Roy en el suelo, junto a la pared del callejón, en el lugar más seco y limpio de barro que pudo encontrar. Se irguió en toda su estatura, no sin esfuerzo, y dio media vuelta en dirección a la salida de la sucia calleja.

- Yo te conseguiré esa antorcha, viejo -murmuró al pasar junto al mendigo y al arrodillado ser Baltrigar. 

La voz del Matatoros sonaba tenue, pero enronquecida, y sus ojos parecían los de un cadáver, fríos e inexpresivos. Clavó su inquietante mirada en el anciano, solo durante un par de latidos, el tiempo suficiente para que el alma del matasanos se congelara por el pavor.

- Mantén a ese cagarro con vida o desearás no haber nacido -susurró antes de desaparecer por la esquina, andando a grandes zancadas y con una determinación que parecía hacer temblar el suelo con cada uno de sus pasos. 

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26/11/2014, 13:32
Ser Madrigal Oakenshaf-Casagrande.

- Russ, yo llevo antorchas. Cógelas de las alforjas de galán.

Notas de juego

Antorchas (1 Kg. x3): 3.
Pedernal y acero (1 Kg.).

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26/11/2014, 13:41
Russ "el Matatoros", jinete libre.

Russ se detuvo en la esquina, con la puerta de la posada ya a la vista. El fuego de su rabia le arrastraba a entrar en ese tugurio y hacer pagar con sangre el dolor que empapaba su alma, pero sus hermanos le necesitaban y la venganza debía esperar.

Desanduvo unos pasos y abrió las alforjas del corcel de ser Madrigal, extrayendo un par de antorchas y prendiéndolas rápidamente con ayuda del pedernal. Acercándose a los caídos, clavó profundamente las humeantes teas en el barro, una a los pies de Caster y la otra junto a Armase. Después se acercó a su caballo y desenrolló la vieja manta que siempre portaba anudada a la silla, cortándola en finas tiras con la ayuda de su daga. Al cortar las dos primeras piezas de tela, se las acercó al viejo Metetripas, que las tomó de sus manos con pulso tembloroso. Russ volvió a clavar su fría mirada en el alma del matasanos mientras seguía destripando la manta, dejando bien claro cuál podía ser el destino de el sucio mendigo si no cumplía con su cometido.

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26/11/2014, 14:20
[OUT] Armase.
Sólo para el director

Notas de juego

Si en algún momento recupero la consciencia intentaré señalar por dónde ha huido al asesino y apremiaré a los otros a que vayan a por él, aún a costa de mi propia seguridad.

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26/11/2014, 20:53
Metetripas.

Metetripas trabaja frenéticamente sin hacer apenas caso de las amenazas de Russ excepto para comentar:

- "Hoy es el día de las amenazas al viejo Metetripas. De un modo u otro parece que hoy tengo que morir." -

Metetripas coge la antorcha cuando se la pasan y calienta un tizón al rojo. Después lo emplea para cauterizar las dos heridas más graves de Caster y la de Armase.

Mientras pasan largos minutos en ésto, Hugin vigila desde las alturas y los dos Caballeros y el jefe de la guardia de Aguasclaras ayudan en todo lo que pueden.

De repente, una casa abandonada comienza a arder violentamente. Los vecinos salen de su casa, así como los parroquianos de la Posada del Ciervo y el Jabalí. Varios de ellos parecen duros y curtidos bandidos, matones, ladrones y criminales. Todos miran los cuerpos tirados por el suelo, los hombres de armas y al viejo Metetripas luchando desesperadamente por salvar las vidas de Caster y Armase.

La gente pierde un largo rato en comentar y en señalar con el dedo de forma un tanto amenazadora (especialmente a Metetripas) y es sólo cuando el fuego de la casa de madera amenaza con propagarse a las casas cercanas que los sucios rufianes comienzan a movilizarse y a formar una cadena humana para arrojar cubos de agua con los que remojar las casas y evitar que el incendio se extienda.

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26/11/2014, 21:00
Metetripas.

Metetripas aplica en los siguientes minutos vino casi ardiendo que alguien le trae de la Posada sobre las heridas de los dos moribundos y después les venda con trozos de sábanas de la cercana posada.

Al parecer el posadero es amigo, o al menos conocido, del viejo mendigo y parece dispuesto a ayudarle, pese a lo impopular que le va a hacer eso. No ofrece, sin embargo, refugio en la posada, donde los heridos estarían demasiado expuestos a posibles puñaladas furtivas procedentes de los innumerables rincones oscuros del tugurio.

Metetripas termina de vendar a Caster y a Armase, niega con la cabeza, y mira a Baltrigar, quizá tomándolo por el líder del grupo.

- "No estoy seguro de que esto vaya a ser suficiente. En cualquier caso, habría que llevarlos a un lugar limpio y seco; y cálido, pero mejor si es lejos de este incendio.

En cuanto a mí, no creo que pueda seguir viviendo por más tiempo en Solaz del Soldado después de esto..." -

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26/11/2014, 23:06
Russ "el Matatoros", jinete libre.

Russ contempló las artes curativas del anciano con la mandíbula prieta y el corazón en un puño. Si el Caracortada salía de esta, no iba a gustarle la fea cicatriz que hacía que sus pelotas parecieran un pollo mal asado... Unos gritos desviaron su atención de la carnicería que el Metetripas estaba haciendo con la entrepierna de Caster: una casa cercana había estallado en llamas.

- Preparen sus armas, mis señores -dijo el Matatoros llevando una mano al pomo de su enorme espadón, que pendía cruzado a su espalda-. Podría tratarse de una distracción, para que los responsables de este ataque terminaran su trabajo.

El jefe de la guardia observó en tensión como la calle iba llenándose de villanos que corrían de un lado para el otro intentando sofocar las llamas. Algunos curiosos de aspecto patibulario empezaron a agolparse en la entrada del callejón, examinando el lugar de la masacre y susurrando entre ellos, pero el acero de los tres hombres de Aguasclaras pareció disuadirles de tomar alguna decisión precipitada.

El anciano terminó de remendar a los dos soldados con la ayuda del propietario de la cercana posada, anunciando que poco más podía hacer por ellos en ese lugar.

- Tu vida aquí ya no vale ni un cubo de mis orines, matasanos -le dijo Russ-. Por la cuenta que te trae, será mejor que nos ayudes a salir de este agujero. Si sabes dónde encontrar un carromato, dilo y partiré en su busca. Lo traeré aunque tenga que rebanarle el gaznate a medio pueblo. Así que habla. ¿Quién puede tener un carro en esta aldea? ¡Rápido!

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26/11/2014, 23:49
Ser Baltrigar "el Traidor".

Baltrigar parpadeó y pareció recuperar la consciencia de sí mismo y de dónde se encontraba en cuanto el mendigo acabó de preparar los remiendos de ambos soldados de Aguasclaras. El incendio tampoco pasó desapercibido al bastardo, pero sus ojos se iban continuamente a los cuerpos de sus dos hijos. Seguía sin comprender y una sola pregunta surcaba sus ojos: ¿por qué?

Envainó la espada y se acercó lentamente a los cuerpos mutilados de sus dos vástagos. Con lágrimas en los ojos pero sin emitir un sonido, en un silencio que ponía los pelos de punta, cogió primero el cadáver de Brandon en brazos y lo acercó hasta depositarlo junto al de Roy con extremo cuidado. Luego repitió el proceso con Carlysle.

Tardó apenas tres segundos en erguirse de nuevo en toda su estatura, darse media vuelta y encarar al Metetripas.

Con dos largas zancadas se situó junto al mendigo y las manazas envueltas por guanteletes de Baltrigar sujetaron al hombre por la solapa de sus andrajosas ropas, y tanto Russ como Madrigal pudieron ver que al caballero le costaba contenerse para no izarlo en vilo y estrangularle allí mismo.

- Sigues vivo porque has salvado la vida de dos de los hombres de mi Señor... - Gruñó. - Dile un nombre a Russ. - continuó haciendo referencia a la pregunta del Matatoros acerca de alguien con carromato. - Y dime otro nombre a mí. Sólo necesito eso. ¿Quién? -

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27/11/2014, 09:38
Ser Madrigal Oakenshaf-Casagrande.

De vez en cuando Madrigal echaba un vistazo de reojo a los cuerpo de los caídos. 

Por el Guerrero...son sus propios hijos.

Si no mantenía él la cabeza fría, ¿quién iba a hacerlo? Entendía la reacción de Baltrigar y Russ, pero ahora, les pesara o no, no había tiempo para buscar al asesino de sus retoños. Tenían que salir de allí y salvar las vidas de Caster y Armase. Se incorporó con dificultad por el peso de la armadura y puso una mano en el hombro de Baltrigar, quien parecía dispuesto a sacar la información al matasanos allí mismo.

- No hay tiempo ahora para eso.- Susurró con dulzura a su amigo y compañero.- En cuanto a ti.-Se dirigió ahora a Metetripas.- No vas a morir.-Aún.- Vendrás con nosotros al Castillo.- Allí ya le sacarían toda la información que necesitaban en caso de que Caster o Armase no pudieran dársela por sus propios medios. El mendigo no era tonto. Tenía la información y era lo único que podía usar para salvar la vida, al menos momentáneamente.

Con paso lento pero decidido Ser Madrigal se acercó a los curiosos y a la multitud que se arremolinaba para apagar el fuego. Al pasar junto a Russ le hizo un gesto para que permaneciera calmado. Realizar gestos amenazantes podía llevarles a una situación complicada. Aunque eran caballeros y hombres de Ser Hadder una turba furiosa podía ser muy peligrosa.

- Posadero.-Dijo elevando el tono de voz. Así quedaba claro que hablaba con Solaz de Soldado, no sólo con el dueño del Ciervo y el Jabalí.- Ayudadnos a que podamos marcharnos de aquí cuanto antes.- Ni para Solaz de Soldado era agradable que ellos estuvieran allí, ni para los hombres de Ser Hadder era plato de buen gusto permanecer en esa cloaca por más tiempo. Ambos bandos ganaban si olvidaban el asunto cuanto antes. Para eso tenían que desaparecer, como había hecho Bonhart. -Sólo queremos llevarnos a nuestros compañeros caídos para que sus padres, aquí presentes, puedan rendirles un digno funeral y sus madres puedan llorar la dolorosa pérdida junto a sus tumbas. - Dejó que el mensaje calara en la audiencia, acompañado por el crepitar de las violentas llamas. Madrigal sabía que su fama se había extendido por el feudo y no dudaba en aprovecharse de ello. El caballero del cuervo, de sonrisa galante y de origen plebeyo.- Necesitamos sábanas o mantas para cubrir los cuerpos y un carro para poder llevarnos a los heridos. Quizá podamos salvar a alguno de ellos si nos damos prisa.- Al parecer Caster era respetado en aquel infierno. Quizá así les ayudaran. 

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Diplomacia

Tirada: 1d20

Resultado: 1(+8)=9

Notas de juego

No sé si tener 5 rangos en engañar me daría algún bono a la tirada de diplomacia.