Partida Rol por web

GWRAIDD:

- Tirada de daño: 1d6 + bono de Fuerza.

GANANCIAS DE LA JUSTA NOBLE:

- Escudero Haudrey Ríos: Equipo del Escudero Jaesin Lannister: Armadura Brigandina con coraza con un león rugiente labrado (obra de excelente artesanía, +1 a la Reputación de cualquier Lannister que la lleve puesta; +1 a las pruebas de Intimidar). Destrero pesado de buena calidad (sabe "bailar") de las Tierras de Occidente. - Equipo de Ser Goldwin Reyne de Castamere: Armadura de Placas Completa de gran calidad (con relieves con el escudo de la Casa Reyne y del Castillo de Castamere. Otorga +1 Reputación a cualquier Reyne que la lleve puesta; además de +1 a las pruebas para Intimidar o para impresionar). Destrero pesado de buena calidad (acude cuando se le silba de una determinada manera) de las Tierras de Occidente.

- Ser Trycian de Dorne: Equipo de Ser Elbert Royce: Cota de mallas de calidad corriente. Destrero pesado de raza mezclada de calidad corriente. - Equipo de Ser Endymion Tully: Armadura Brignadina de muy buena calidad (con el emblema Tully en el pecho. Reduce en -1 las penalizaciones habituales de armadura). Destrero pesado de buena calidad (obediente) de las Tierras de los Ríos.

- Escudero Gwraidd Tully: Equipo de Lord Linn Mallister: Coraza completa de buena calidad con el emblema Mallister en relieve en el pecho (resistente a la corrosión causada por la herrumbre y el paso del tiempo). Destrero pesado de raza mezclada de calidad corriente. - Equipo de Ser Rowley Bolton: Vieja cota de mallas manchada de sangre vieja (+1 a Intimidar, -1 a todas las habilidades basadas en Carisma). Destrero pesado de calidad media (mal carácter) del Norte.

Pues nada, escojo la tirada buena. 

Gwraidd estaba prevenido de los trucos sucios del Bolton. Varias veces le había visto en justa, y siempre se había caracterizado por esa malevolencia, por ese ánimo traicionero. Durante el día anterior, tras informarse sobre él, su enfado y desprecio había ido en aumento. ¿Un rufián como ese iba a vencerle? ¿alguien así iba a quedarse con su Elegido?, ¿con la armadura que había pertenecido a su padre?, ¿con los arreos y jaeces que había pagado con vergüenza? Esos sentimientos, hábilmente ocultos por el escudero, sólo habían aumentado cuando había, al principio de las justas, visto como su hermano estaba a punto de morir, primero, y era insultado, después. Las risas, las afirmaciones sobre "bastardo potrudo" se habían clavado con fuerza en Gwraidd. 

Estaba prevenido, si, y enfadado. Cuando se pusieron en sus puestos, miró un instante al Bolton, bajo su celada, con rabia. Casi esperando su próxima traición.

Que los dioses antiguos y nuevos me den fuerza para que este cobarde, traicionero, cruel, tenga su merecido. Pensó Gwraidd mientras respiraba profundamente. Ojalá sus traiciones y maldades le pasen factura.

Tal como el escudero esperaba, el traidor hizo honor a su nombre, y salió a galope aun antes que por los jefes de campo se diera la orden. Pero Gwraidd estaba prevenido. Conocía a su montura. Conocía su oficio. Prácticamente se pegó al lomo de Elegido, y levantó su lanza de justa, notando un fuerte golpe. Casi sin mirar notó como el cuerpo caía, y llegó hasta el final con una sonrisa en los labios y lleno de alabanzas a los dioses.

Entonces se giró y su sonrisa se heló en sus labios. Vio como la sangre manaba del yelmo de Ser Rowley Bolton. Como si el hielo hubiera ralentizado los movimientos de todos, incluso los suyos propios, observó las caras de miedo del público, los gemidos de las damas, la carrera de uno de los ayudantes del maestre... Bajó con presteza de Elegido, y se acercó a más velocidad de la que quería al cuerpo de su contrincante. Escuchó las palabras del sanador y tragó saliva. Sentía como todos le miraban, acusándole. Sus manos temblaron ligeramente. Era, después de todo, la primera vez que mataba a un hombre. Entonces alzó la voz

- No era lo que quería. Que los dioses antiguos y nuevos le perdonen, y que también me perdonen a mi. 

Tras esas palabras, manteniendo la dignidad, mira a todos los presentes, e inclina la cabeza, en este orden, hacia los jueces, hacia el señor de lannisport, y hacia Lord Lannister, Guardián de Occidente.

- Mis señores lamento lo ocurrido. Aun cuando nada de culpa puedo atribuirme siempre es una desgracia que algo así ocurra.  

Tras las palabras se queda de pie mirando el cuerpo muerto del bolton, murmura una plegaria a los Siete y a los dioses del norte por el caído, y tras esto, se retira del campo de batalla. 

- Tras vencer a Ser Jasper Arryn, Haudrey corre a auxiliarle para ver si está bien, pero para todos (incluso para su hermano pequeño Gwraidd) resulta evidente que ese no ha sido más que un vil y rastrero acto de peloteo.

- El público abuchea a Haudrey, y alguien le tira una lechuga pocha.

Hay un error. El equipo con el que he combatido era la armadura vieja de mi padre, así como el caballo de guerra ligero (ese sí), e igualmente los arreos y jaeces del caballo son de gran calidad.