Partida Rol por web

-Señor Wingett, ¿qué ha sucedido? -le pregunto al genetista, cuando llego hasta su posición, encontrándolo junto a la zona llena de cajas-. ¿A qué se refería con su mensaje? ¿Tenemos un dino a bordo?

"Eso creo. No he podido ver dónde exactamente, debe estar entre las cajas...", digo sin atreverme a acercarme de nuevo a los montones. "Imagino que no será muy grande, pero aún así... Lo he escuchado varias veces, rascando entre ellas. A lo mejor es solo una maldita ardilla, pero yo no dormiría tranquilo sin comprobarlo."

Todo parece indicar que lo que hay dentro de la caja es un dinosaurio de pequeño tamaño. Genial. Con la suerte que tenemos, apuesto que tiene que ser uno de los pequeños carnívoros.

-Quédese atrás, señor Wingett -le indiqué al genetista, con un gesto de mano-. Velasquez y yo nos encargamos del problema.

Apunté con mi M16 directamente a la caja, preparado para disparar a la menor reacción.

-¿Qué hacemos, Velasquez? -le pregunté a mi compañero, arqueando una ceja-. No parece que este vaya a ser muy grande. ¿Abrimos la caja y echamos un vistazo?

Joseph le dio una palmada a Wingett luego de acercarse corriendo con su M16 en mano —Tranquilo Wingett, enseguida revisamos—. Comento con tranquilidad y se acerco apuntando junto a Guillermo.

Lo más seguro es que se tratara de un dinosaurio pequeño, o tal vez de una rata. La verdad le daba bastante curiosidad. Si se trataba de un dino pequeño e inofensivo lo mejor que podían hacer era llevarlo a DNAT —Sí, mejor revisemos—. Respondió bajando su rifle —Lo que esté en esa caja si no es una puta rata podría valer millones de dólares. Si me salta encima fulminas al cabron—. Agrego mientras me acercaba a la caja con delicadeza y colocaba su rifle al lado. De igual manera desenfundo su pistola 9MM mientras intentaba abrirla.

En cuanto Velasquez abrió un poco la caja, el resto de la tapa se impulsó sola mostrando una aberrante imagen.

Aquella cría que estaba escondida en la caja con propósitos desconocidos, reaccionó rápidamente escupiendo una viscosa materia grisácea que solo podía ser evitada con unos rápidos reflejos.

—¡Mierda!— Exclamo Joseph luego caer hacia atrás por el impulso de la cría que acababa de salir la caja, con la tapa aun en mano y su pistola en la otra, intento cubrirse del viscoso disparo con la ya mencionada tapa y luego se levanto para volver intentar a encerrarlo.

-¡Aparta, Velasquez! -le indiqué a mi compañero, al ver que aquel dinosaurio era capaz de escupir una especie de materia gris oscura de lo más inquietante-. ¡Seguro que es venenoso!

Poco me importaba en esos instantes que aquella criatura fuese uno de los dinosaurios pequeños o que pudiera tener "hermanos mayores". Apunté con mi M16 al dinosaurio y, de igual manera que había hecho con el velocirraptor en el centro de visitantes, procedí a abrir fuego.

Joseph retrocedió mientras se arrastraba, y no pensó dos veces antes de rodar hacia un lado tras la advertencia de Guillermo pues este tenía intensiones de disparar y fulminar al animal como él le había dicho hace unos instantes.

Retrocedo un poco dando un respingo, en tensión, guardando las distancias con el dinosaurio. Aunque se trate de una cría, por lo visto es capaz de escupir algo que bien podría ser veneno. Mejor andarse con cuidado.

Observo la escena ante mis ojos y comprendo que es mi única oportunidad. Mis principios no son capaces de ofrecerme una guía clara; sé que debo hacer esto, pero al mismo tiempo sé que no está bien. En cualquier caso, es ahora o nunca, no volveré a tener ocasión y no me queda más remedio que intentarlo.

La pistola de pequeño calibre que he logrado mantener escondida durante este tiempo aparece en mis manos un tanto temblorosas, apuntando hacia Martínez. Reprimo el impulso de cerrar los ojos.

"Lo siento. De verdad."

Resuenan dos disparos. Después apunto rápidamente en dirección a Velasquez.

"¡Quieto(s)!", mascullo, más nervioso de lo que me gustaría. "Prefiero no seguir disparando. Esto se acaba aquí, pero con un poco de colaboración no tenemos por qué morir los tres."