Partida Rol por web

   Fruncí el ceño con enfado, cada vez me cuesta más ignorar los avisos de los ocupantes del autocar, ¿Crees que no lo veo? El retrovisor me da una visión clara del tiranosaurio, a pesar de que el espejo esté ligeramente manchado por el barro y las gotas de lluvia que no cesar de caer, el traqueteo en la chapa del vehículo sólo puede ser acayado por los gritos de histeria y el rugido de la bestia. Estoy temblando, mantengo el pie sobre el acelerador y cuando dejo de hacer presión sobre el pedal almohadillado mi rotula tiembla. Vamos White. Sacanos de aquí. Trato de despejar la mente, de centrarme en las luces del jeep, en aquel maldito psicópata, Es su culpa. Estoy buscando culpables, y lo hago para apartar la idea de una muerte segura entre los dientes de ese jodido animalito. ¡No me pagan lo suficiente para hacer esto! Uno tras otro, tomo víctimas a mi frustación. Lo único que deseo es salir vivo de allí.

 Fuerzo las mejillas, los mofletes se hinchan y empujan los ojos hacia arriba en mi rostro, muestro los dientes, apretados contra el labio inferior emitiendo un siseo de concentración. Dos lágrimas recorren mi rostro ante la presión, cayendo lentamente por mis mejillas teniendo por obstaculo los pelos de mi barba, llevo sin afeitarme dos días.

 Mi pequeña y práctica mano se desplaza hábil hasta la palanca de la caja de cambios, meto la primera marcha, sin arriesgarme a calarlo, ya avanzamos. No miro atrás y cuando observo los laterales para calcular la distancia con las puertas evito dirigir mi vista a nuestro perseguidor. Cuando ruge agacho la cabeza, como si me encontrase en un supermercado en medio de un tiroteo y de nuevo las lágrimas fluyen. El gemido de temor es casi inaudible pero demuestra el termino de mi coraje, si la cagaba ahora, se acababa todo. Vamos...vamos...¡Vamos!

 Cierro las puertas traseras, el mecanismo no es tan simple, todas se cierran, después, sólo mantengo abierta la del lateral derecho, Este frances tiene los cojones bien puestos, ¿seguro que no es américano? Me encuentro como en la cabina de un avión a punto de estrellarse, los botones se me están haciendo demasiado pequeños, los utensilios del autocar me parecen inservibles para hacer nada más que avanzar, y entre el llanto, pienso con voz cargada: No podremos huir eternamente...

Él estaba tan tranquilo en su asiento, completamente shockeado y pensando en nada, cuando un horrible ruido, peor que el de un despertador a deshora le ha sacado completamente de su sopor. No sólo eso, si no que encima había conseguido que le retumbara la cabeza con más fuerza que unos tambores en el carnaval brasileño y que casi le reventaran los tímpanos. Ole por el saurio, ésa era una manera de hacer reaccionar a una persona y lo demás tonterías.

El geólogo se arrodilla en el autocar, tapándose los oídos con las manos, visiblemente dolorido. Sin embargo, una vez ha cesado el estruendo, la paz en el sentido del oído de Donald no había llegado todavía: había una vocecilla horrible, chillona, la cual le estaba perforando más la moral que todas las garras de Tiranosaurio del mundo.

Como pudo se levantó y empezó a andar hacia la parte delantera del autocar, apartando con cuidado (pero tampoco mucho) al resto de pasajeros... hasta llegar al lado de su 'némesis' fónica. ¡CALLA DE UNA PUTA VEZ! y con todas sus ganas descargó uno de sus puños contra la cara de Dave.

ante el ataque del geologo que me sorprende y del cual soy testigo en primera persona, me levanto y cojo el brazo con el cual agredió a Dave. Eh, eh, eh, amigo, asi no vamos a solucionar nada, hay que mantener la calma, y usted, usted, usted se va a tranquilizar, todos estamos nerviosos, todos, tenemos miedo, y nadie, repito, nadie quiere morir. Pero sino mantenemos la calma sacaremos de quicio a nuestro conductor que es el unico que puede sacarnos de aqui, tenemos que intentar relajarnos, debemos tranquilizarnos sino no conseguiremos mas que crisparnos y ser unas victimas fantasticas.

Venga, dos pasos mas y ya estaré dentro... Sacando fuerzas de mi interior consigo dar esos pasos que me alejaban del autocar, y ayudada por una joven conseguimos subir. En mi rostro se puede ver una mirada de agradecimiento, mirada que parece una sombra de sufrimiento dentro de mi rostro desencajado.

Durante unos breves segundos me quedo allí, parada, intentando recuperar el aliento. Mi vista está algo desenfocada debido a las lágrimas que todavía corren por mi rostro. Escucho al chico que vino a ayudarme de fondo, como un murmullo que no llega a entrar en mi conciencia. Miro hacia atrás, temerosa de lo que puedan ver mis estropeados ojos. Siento como todo mi vello se pone de punta al ver a tan terrorífica bestia intentar darnos alcance. Un grito intenta asomar por mi garganta, pero la voz parece haber desaparecido. El terror me deja paralizada, consigo dar unos pasos hacia atrás y siento como pierdo el equilibrio en uno de los bandazos del autocar, quedándome sentada en el suelo, inmóvil, como si fuera una estatua...

Miró por el retrovisor la escena. Era impresionante, pero también jodido. ¿Es que el conductor era tonto? Si no iba despacio o frenaba, el tironausario podía pasar las puertas simplemente siguiéndoles. Es más, si era astuto, incluso podía conseguir que se quedara atrapado en ellas. Si esas jodidas puertas eran de metal, la fuerza del motor y la presión podrían terminar con aquella pesadilla prehistórica.

Siguió conduciendo, pero aminoró un poco. Hizo señas al conductor con una mano diciéndole "despacio".

-No tengas prisa -musitó- Despidámonos bien de ese hijo de puta.

  John no era ningún estratega nato, y aunque entendía de motores no era bueno tendiendo trampas a animales extintos hace millones de años, a pesar de la situación su cabeza cabilo lo que pasaba por la mente de aquel psicópata. en un primer instante la rechazó por completo, pero cuando quiso colocar la mano nuevamente sobre la palanca, tirar de ella y encajar la segunda marcha se detuvo por completo.

  El movimiento dentro del autocar contribuía a que creciese la atmósfera de presión, apretaba los parpados, no era tan valiente como creía dentro de un taller, y aquello superaba con creces los riesgos que le gustaba correr. Mierda, mierda, mierda, mierda...

  Eché la vista al retrovisor, las puertas se iban cerrando y el jodido animal seguía allí, mantuve la primera y levanté el pie del acelerador, toqué el pedal del freno tan solo con la punta de las allstar, no lo suficiente como para detenernos, pero si para avanzar con fluidez en aquel fango negruzco manteniendo el embrague hundido. Huelga decir que estoy temblando y aunque con menor intensidad las lágrimas surgen de mis ojos deslizandose por las mejillas, si no llorase simplemente explotaría.

  Levanto la diestra para indicarle a aquel tipo que he entendido su estrategia, no se porqué, pero ya me cae mejor...Quiero salir de aquí...

 Lucrecia se desprende de las manos de Viktor para dejarse caer entre las butacas de la hilera a su derecha de asientos, refugiándose ante la horripilante muestra de ferocidad del dinosaurio, tapándose con las mnos los oidos.

Observo con aprensión la enorme bestia, imponente. Demasiado real para ser....¿Real? Ya se había cargado a dos, y ahora venía a por nosotros...¿qué demonios hacía el condenado conductor? Miro con aprensión al mismo, parece nervioso, tenso, demasiado...joder es normal, todos los estamos. Yo en su lugar hubiese abierto la puerta y me hubieses largado de una vez, corriendo camino adelante. Quizá eso sea lo mejor ahora, meterse en algún lado...miro con tentación la puerta. Abrirla, y todos nos vamos, y que nuestro querido Tiranosaurio escoja a su víctima preferida, si señor...

Trago saliva y me arrecuesto en el asiento, temblando..

Al parecer esta vez el monstruo se toma su tiempo en saborear a la victima... Gracias a dios... Por fin algo de suerte...

Con ayuda me Michele, logramos entrar en el autocar... Las puertas estan abiertas, y al autocar pàsa por ellas... En ese moemnto el Tiranosaurio termina su bocadillo, y vuelve a prestar atencion a la lata de sardinas en la que nos encontramos... Pero parece que su inteligencia animal hace que sienta temor de atravesar las puertas, por lo que solo nos ensordece con un rugido... Pero nada mas... Suspiro aliviado, y doy un istazo a los pasajeros, para ver como esta la cosa... La mas Tranquila, a pesar de la situcaion sigue siendo Muchas gracias...  Le digo a esta ultima... Lugo, viendo que la chica a la que sacamos del Jeep esta muy nerviosa para hablar, y hasta para mantenerse en pie, la ayudo a levantarse, y a acomodarse en un asiento.... Quedese tranquila... Cuando este mas calmada, ya puede comentarnos quien es... Me doy media vuelta, y empiezo a alejarme, y entonces la miro nuevamente...  Por cieryo, ahora si puede darnos las gracias Digo sonriendo, y en tono de broma para intentar calmarla... y Me dirijo a uno de los asientos de atras, para ver a la imponente bestia.... Pero no habriamos podido lograrlo si no fuese por Max y Tom.... Que en paz descansen....

Puedo quedarme aqui medio escondido o correr hasta el autobús a esperar que encierren al "bicho" pero si voy hacia el bus y no lo logran...  poco quedará de mi

Me quedo algo ocultado por la puerta, quieto, a la espera de que el dino se quede atrapado o no...

Alder es rápido en reaccionar, y pretende cortar el rugido del Rex con tres disparos. Se asoma a la puerta delantera y dispara con la Desert Eagle, acertándole fácilmente los tres disparos (1,3,4). Una de las balas, la segunda, acierta en la cara (1) . El rex vuelve a rugir y se abalanza contra el autocar.

Michelle ayuda a Annie a sentarse. Aún no hay nadie a salvo.
Donald se lanza contra Dave, a darle un puñetazo que el ex-conductor no espera, por lo que lo recibe en plena cara. Dave palidece mientras mira hacia atrás, donde hace dos puntos de iniciativa un instante estaba Donald...

El Rex se lanza con la boca abierta a través del cristal, torciendo la cabeza hacia la izquierda para que quepa en el ventanal trasero, roto antes por Kenneth al intentar salvar a aquella mujer. Ken y Walter estaban cerca, pero Walter estaba más a mano... o más a 'boca'
La enorme cabeza rugiente sacude el autocar al entrar como una roca por el ventanal, oliendo a muerte y escuchándose como un trueno. Walter salta hacia adelante como reacción, y la dentellada asesina que lo habría partido por la mitad se cierra en el aire, sin contemplaciones, con una fuerza y un chasquido que estremecerían al más duro. Walter acaba de esquivar a la muerte por un par de palmos.

White intenta hacer avanzar el autocar, pero las ruedas traseras no tienen apenas tracción: el rex las está alzando ligeramente del suelo. Las delanteras arrastran un poco, y finalmente, agarra y avanza, no sin otra fuerte sacudida en el interior del autocar, que 'saca' la cabeza del rex del interior del autocar.
 
Al salir la cabeza, el rex se clava numerosos cristales en la mejilla derecha, y probablemente en el ojo derecho también. Extrae la cabeza con un grito de dolor, rabia e incredulidad.

Antoine se queda convenientemente escondido del rex, esperando que las puertas acaben con él. Esperándolo...

Kenneth no cabe en sí de miedo y otras sensaciones. Ha tocado prácticamente la barbilla al Rex, y el muerto podría ser él mismo en este mismo momento.
Walter sigue tirado en el suelo, temblando, aterrorizado, paralizado de miedo, casi acartonado (2)

Para el tiranosaurio, mirando el estúpido autocar y lamentándose de haber fallado y haberse herido, han pasado los segundos, y también para la puerta...

La puerta atrapa al Rex, que ruge, gruñe y se sacude mientras lucha con todas sus fuerzas contra los mecanismos hidráulicos, para escapar hacia adelante. Su rugido de frustración e ira se escucha por toda la isla. ¿Quién saldrá de este duelo? ¿Logrará el meanismo matar al Rex, o éstas se quebrarán ante el poder del mayor depredador...?

Esquema de la situación

Advertiste que el Rex tenía algunos orificios de bala en la panza, un par, cuatro como máximo.

En vista de que Donald ya esta mas tranquilo y viendo el estado de Shock en el que está Walter me acerco hasta el para ver si puedo hacer algo por el...

eAAeeAAAaaAAyyYyyy......El gemido de temor en su interior recorrió su estómago hasta la garganta sin la capacidad para salir, tan sólo emitió un leve suspiro frustrado, como el que se ve atacado por un perro furioso y no tiene fuerzas para correr. Mi cuerpo se bloquea unos instantes, sin poder hacer nada por avanzar y mis ojos se clavan en el conductor del Jeep, envidiando su situación. Por algún motivo, el peso de todo el autocar cae incosncientemente sobre los hombros de White, se siente responsable de la seguridad de todos y cada uno, y a la vez sólo de si mismo, una responsabilidad no acordada. Cuando apartó a Dave del asiento no había pensado en que llegase una situación así. Todo había pasado muy rápido. Primero oí el impacto del puño de Donald contra el rostro del verdadero conductor de este trasto, y di un respingo pero lo que vendría después, era mucho peor.

  Solté las manos del volante, yendo en contra de todos aquellos cursillos que había hecho para la conducción peligrosa, nunca cerrar los ojos, nunca soltar el volante. La mente iba rápida, asique traté de solucionar los errores del pasado, mis manos volvieron a caer en plomo contra la dirección mientras el rugido del Rex rebotaba por cada recobeco del autobus, penetrando en mis tímpatos y ...

 - ¿¡Está dentro!? ¿¡Está deentrRoO!????

Giro el tronco para echar un vistazo atrás, con los ojos abiertos por la incredulidad, aprieto el acelerador con serenidad a pesar de mi perdida aparente de calma, hay cosas con las que no se puede jugar.

 - ¡Joder! ¡Sacadlo de ahí! -Dijo a nadie en concreto, más como una forma de expresar su frustración y el estrés de la situación actual.

  Era fácil de decir, pero de alguna forma es lo único que pudo decir, quizás siguiese pareciendose a un perro, uno que podía darte una dentellada y matarte, de una sola vez, eso sí. Cuando retira su cabeza otro sollozo surge de mis cuerdas vocales, mezclandose con unas fosas nasales algo taponadas, yo sólo soy el conductor...

  ¡Alá! ¡Dios! ¡Buda!...el dios que sea....¡ pero que me aayuuudeee, snifff!!

La tensión se podría cortar con un cuchillo mientras esa especie de carrera entre el rex y el autocar tiene lugar, hasta que su enorme y peligrosa cabeza asoma en el interior y casi atrapa a más de un ocupante entre sus mandíbulas.

La obvia pregunta de White resuena en el vehículo pero la única respuesta de Michelle resulta ser un grito agudo y sonoro de auténtico pánico, retrocediendo rápida y torpemente hasta que su espalda que topa con la de Donald y reacciona suficiente para mantener la boca cerrada pero los ojos abiertos de par en par, sujetando cada una de sus manos a un asiento para evitar de paso que cualquiera cometa la locura de intentar ir más allá de su posición.

Finalmente lo peor parece pasar y la monstruosa cabeza desaparece del interior del autocar, momento en que Michelle suspira con algo más de alivio, pero todavía temblando después de lo que acaba de ocurrir. Agarra al cercano Walter de las axilas y le lleva hasta un asiento cercano mirándole con cierta lástima. No puede culparle por su estado, ella estaría peor.
Le dedica una sonrisa amistosa y acaba por tenderle su cantimplora con agua fresca, dejando que Simon se encargue de acabar de tranquilizarlo ya que nunca ha sido muy buena con las palabras.

-Tranquilo White, le hemos dejado atrás, ¡bien hecho!- exclama entonces intentando animar al conductor que lo está dando todo por hacer avanzar al autobús cada vez más deformado.
-¡Tienes que darle tiempo a Antoine para que suba!- por un momento piensa en acercarse hasta White para poder dejar de gritar, pero viendo la cantidad de gente que pulula por el pasillo decide sentarse y recuperarse un poco.

Sin más, nada más ver al monstruoso atrapado salgo corriendo, como nunca antes había echo, por mi mente pasa la imagen de "corre como el viento perdigón" y se me crea una sonrisa.

parezco tonto, temblando de miedo por el maldito dinosaurio y me sale la risa tonta, ¡¡¡DEJA DE REIR!!!

Subo al autobus y mientras me río las palabras salen de mi garganta con un tono descompensadamente elevado.

¡Muchas gracias por esperar y no haber arrancado sin más!

Observo con cuidado e intentando superar la aprensión a las heridas e intentando poner en practica los conocimientos de medicina que tengo, luego comienzo a realizarle unas curas de emergencia para, en medidad de lo posibel, mejorar su situacion.

Walter no tiene heridas, controlando que no se ponga a hiperventilar, relajándole y obstaculizando su vista para que no vea al rex.

Walter, la dificultad ahora es 17

El rex atacó una última vez y con gran ferocidad, metiendo la cabeza en el autocar. Eso le arrancó un "Jesús", aunque no era muy creyente. Estuvo en tensión hasta que el bicho sacó la cabeza del bus, y se quedará atrapado en las puertas.

-Chúpate esa, cabrón -dijo.

Esperó a que el autocar se pusiera de nuevo en marcha y aceleró suavemente, como el conductor profesional que era. El camino por donde había venido era peligroso. Los dinos estaban frente al centro de visitantes. Pero si querían escapar, debían pasar por allí. Y ahora él era el que iba delante.

Los llevaba de corbata, en realidad.