Partida Rol por web

Jürgand: El puño de Imperium

Un nuevo curso

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10/07/2013, 11:56
Drax

Drax pensaba que hacia tiempo que había agotado su capacidad de sorprendeser, pero al llegar a la sala donde se reunieron todos y ver a los otros cadetes cadetes como él experimentó una nueva sensación de alegria.

Y pensar que entre todos ellos puede que haya alguno que sea capaz de derrotarme.

Se sentó rapidamente, excitado por el momento. Y cuando la matriarca y los patriarcas aparecieron se quedó con la boca abierta de todo el poder innato que rezumaban.

Increible.

Otra serpresa más. Se unirían en escuadras. Tendrían compañeros. Quizás hasta amigos. Y la Matriarca era guapísima, notaba retortijones en el estomago cada vez que la miraba. No sabía por qué.
Así de esimismado estaba que casi no se da cuenta de que les piden que se presenten. De hecho un chico de su escuadra, Fenix, se levanta, igual de ansioso que él mismo, y se presenta al igual que una extraña criatura que lleva.

Ya recuperado, él también se levanta y se acerca a Scheherezade. Sabe que a quién se tiene que presentar es a sus compañeros. Pero no puede apartar los ojos de ella.

Soy Drax.

Es lo único que acierta a decir.

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10/07/2013, 12:48
Lyonel Sting

Escuadras... lo habia visto, le encantaba la idea. En los videos de historia siempre habia admirado a los mercenarios, de hecho copió su estilo de uno de los famosos que vió. Colocandose delante de Dédalo dijo con voz firme:

Soy Lyonel Patriarca.

No sabia que pensar sobre la división, supuso que tendria algo que ver con sus puntos fuertes, o tal vez fuera algo al azar, o habilidades complementarias. A lo que se dió cuenta todavia estaba parado delante de su patriarca, y rapidamente se apartó y se puso a su derecha detrás de él.

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10/07/2013, 12:55
Dako

La mujer tenía un tono de voz poderoso que la marcaban como una autoridad. Sin embargo algo en su voz y su apariencia le despertaban sentimientos a los que no estaba acostumbrado.

Era agradable pero a la vez inquietante.

Así que se alegro cuando escucho donde le tocaba.

Su nuevo maestro era alguien poderoso, un líder a quien seguir y un maestro de quien aprender.

Demasiado vistoso para las habilidades y gustos de Dako pero se suponía que el que tenía que pasar desapercibido era él. Si ademas aquellos a quienes servia atraían toda la atención su trabajo sería mucho más fácil.

Esa impresión se reafirmo cuando su primer compañero dio el paso al frente para presentarse dejando claro que su intención era llamar la atención.

Así que se acerco hasta su nuevo maestro e hizo una reverencia completamente cortés.

De hecho tan cortés que ni siquiera mantuvo la seguridad de mantener la vista fija en su interlocutor en previsión de posibles ataques.

Todo en su postura decía se que es mi señor y estoy a su completa merced.

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10/07/2013, 17:06
Mike Hanger

Me acerco a mis nuevos compañeros y me presento con un escueto:

Mike Hanger. Encantado. -Esto último no termina de sonar muy convincente.

Aunque era sorprendente ver a más reclutas y el espectáculo de poderes perfectamente controlados de los patriarcas, no terminaba de sentirme cómodo con tantas personas al rededor. Al menos los equipos eran más reducidos y prefería a la matriarca que a los otros dos.

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10/07/2013, 22:08
Eco Rider

Aunque los cojines de los asientos invitaban a acomodarse de forma completamente relajada, Eco permaneció con la espalda recta, en una posición cercana a la tensión. Sus ojos, aunque entrecerrados por la fuerte luz, no se apartaron de la plataforma donde residían las misteriosas siluetas.

En sentirse perturbado por las auras de poder que aquellos individuos emanaban, tragó saliva. Nunca había podido presenciar nada parecido, los hologramas no eran capaces de preparar a uno para ver a un patriarca en todo su esplendor. Trató de permanecer firme, pero sólo logró arrinconar el nerviosismo que sentía en un rápido gesto que llevó su mano a la nuca. Rascó un poco, lo justo para que no pareciese que no estaba atento, y devolvió rápidamente la extremidad a su sitio.

Al escuchar su nombre contó hasta tres y se levantó. No como un resorte, se tomó unos segundos para mantener una posición firme pero no forzada. Avanzó hacia delante del patriarca Nazarus, donde comenzarían a reunirse ya sus compañeros, e hizo un esfuerzo colosal por sostenerle la mirada a aquel hombre. 

- Se presenta, con su permiso, el cadete Eco Rider - firme, con la cabeza en alto e inmóvil -. Es un honor servir a la casa Rossencraft, llevaré a cabo mis cometidos con diligencia y formaré parte de nuestra escuadra con orgullo - reafirmó, creyendo realmente en sus palabras.

Lo dijo todo seguido, como si fuese un discurso que se había preparado con tiempo para aquel momento. Obviamente no lo había hecho, no sabía lo que iba a suceder más allá de su cubículo. Pero si algo se había impuesto en su aprendizaje durante aquellos años, era una formalidad militar estudiada y casada íntimamente con su mentalidad. De hecho se sorprendía de que sus "compañeros" no hubiesen pronunciado aún palabras similares. ¿Era él demasiado extraño? 

O quizá eran todos muy pequeños. Aun así, considerarse pequeño mentalmente no entraba en las consideraciones de Eco. Satisfecho consigo mismo, retiró su mirada de la presión que le conllevaba observar directamente al Patriarca y se hizo a un lado, dando espacio al resto de la escuadra para presentarle sus respetos a Nazarus. 

De momento ya había identificado a Leonardo como a uno de sus "hermanos". Tan solo le dedicó una sutil mirada de complicidad y un leve asentimiento con la cabeza. Ni una sonrisa, ni una expresión de alegría o sorpresa. Observaba, atento, y su cabeza comenzaba a llenarse de las diversas posibilidades que le ofrecía su nueva situación. Pertenecer a una escuadra no sería fácil, los compañeros representarían una carga añadida a cualquier decisión que debiese tomar. 

Y Eco no deseaba verse obligado a tomar decisiones difíciles. No todavía.

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10/07/2013, 23:30
C

El camino no parecía terminarse cuando, en uno de los que pudieran haber sido el final del pasillo se abría otra boca rectangular en la pared amenazando con más desconocimiento, ante lo que el sujeto “C” retrocedió un par de pasos a razón de la inseguridad que le generaba semejante cantidad de posibilidades disparatadas.

Poco a poco avanzó hacia ella, con la mirada fugaz entre multitud de puntos en los que convergían la luz y las sombras de aquel blanco perfecto en contraste con el parpadeo hipnótico del azul. Ya en el borde de la puerta, se extendía ante sus ojos un gran salón tan luminoso e inmaculado como el resto de las instalaciones que había conocido, en el que habían dispuestos en una perfecta alineación una serie de objetos ovoides de lo más curiosos, tan curiosos como las criaturas que...

El sujeto había vuelto a retroceder desapareciendo en el umbral de la puerta. A los pocos segundos, una cabeza diminuta asomaba de nuevo con sus grandes orejas y coloridos ojos cerca del borde inferior de la abertura, desde el que se deslizó  por el perímetro de la habitación de espaldas al resto con la inseguridad y el miedo reflejados en el movimiento de sus pequeñas piernas.

La cadencia de sus movimientos era irregular así como extraño su comportamiento. En comparación al resto de cadetes, la estatura del sujeto “C” era claramente inferior así como su complexión en lineas generales.

Nadie parecía prestarle atención, por lo que con holgada parsimonia se desplazó a gatas hasta una de aquellas formas ovoides situadas en la parte más externa de la hilera. Al llegar al objeto, se detuvo por un instante a analizarlo, lo miró lo suficientemente cerca como para llegar a bizquear y al ver su reflejo en la pulimentada superficie del que fuera aquel material dio un respingo, llevándose las manos a la boca en una muda mueca de sorpresa; olisqueó el material, así como el cojín del interior y chupeteó un poco el resbaladizo exterior antes de intentar morderlo.

En ningún momento utilizó el objeto de la forma para la que había sido ideado, estuvo allí en el suelo, sobre su almohada, agarrándose al borde del corte interior del óvalo, mostrando únicamente los bordes de las mangas en los que podían intuirse unas pequeñas manos y la parte superior de la capucha de aquella sudadera, dando la sensación de que había un animal de juguete tras el asiento. Sus ojos eran a penas perceptibles bajo la blanca dentadura del animal, entre mechones de pelo desordenados de mismo color inmaculado.

En cuanto al oso de peluche, disfrutaba plácidamente de la comodidad del interior acolchado de aquel taburete de diseño tan vanguardista.

La aparición de los patriarcas fue un espectáculo de luces y sensaciones aterradoras, era la primera vez que veía semejantes colosos fuera de los hologramas, realmente impresionante. La pequeña criatura estaba completamente absorta ante tal magnitud de poder que se desplegaba ante sus ojos y no fue capaz de apartar la mirada hasta que aparecieron las otras dos figuras.

Era sobrecogedor, tanto, que la presión que ejercían sobre los niños impedía a estos actuar con normalidad, al menos “C”. En un contexto diferente ya hubiera estado de vuelta en su habitación minutos atrás, pero sus músculos estaban prácticamente paralizados.

Pronto hablaron y explicaron el propósito de aquello, tras el fugaz diagnóstico de las constantes vitales resumido en un parpadeo azul casi imperceptible, se dedicaron a adjudicarse cinco niños cada uno de ellos para lo que llamaron “escuadras”. La mujer, cuya figura le recordaba al concepto entrañable de la maternidad, sugirió que se presentaran entre ellos pero era bastante poco probable que en su caso respondiese ante aquel estímulo.

Permaneció detrás la silla sin saber cómo actuar ante aquella violenta situación de enfrentarse a la existencia de todos aquellos seres recién salidos de la nada.

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10/07/2013, 23:31
Tieria Erde

Tieria miraba el lugar donde aparecía la representación de la IA Astartea. Esperaba que se activara para darle el programa de aquel nuevo día que nacía.

Mientras lo hacia, Tieria se mantenía en una posición desde la cual controlaba la habitación. Astartea se activo una vez mas, la sorpresa se pinto en el rostro del joven cuando esta informo del cambio de programa para el inicio del Cuarto curso. Su primer deber era acudir a una reunión donde parecía que se reuniría con nuevos maestros y tal vez mas gente, pues al dirigirse al exterior del recinto oía mas pasos. Bastantes.

Mirando a Astartea se despidió de esta y tomo el camino que le habían marcado. Antes de salir se miro en el espejo de la habitación y se contemplo a si mismo. Tieria se vio reflejado, actualmente era un chico de 8 años con cabello largo rubio y ojos de color rojo fuego. En aquel momento y por norma suele llevar una extraña ropa de color rojo, tanto la camisa como la chaqueta son del mismo tono, la chaqueta tiene en las mangas varios cinturones negros y se sujeta mediante unas cuerdas doradas, guantes y botas de color negro y unos pantalones de color negro semi ocultos por la chaqueta larga. Actualmente media entre un metro setenta y un metro setenta y cinco, pesa unos sesenta y siete kilos. Es un chico bastante atractivo, aunque eso es algo que nunca le ha importado en absoluto.

Sus pasos le conducen hacia la sala donde se reúne con otros alumnos, algunos de estos se los había encontrado por el sendero.

Al ver aparecer a los tres nuevos maestros no puede dejar de pensar que parecen reales, ya no son interacciones con la IA Astartea. Parecía que ahora tenia nuevos compañeros y estos eran mas estudiantes, además de que su nueva maestra era algo que no podía dejar de mirar.

- Buenas a todos, soy Tieria. - Comento. - Es un placer. - Termino el saludo mientras realizaba una inclinación de cabeza a todos.

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10/07/2013, 23:59
Pan

Pan se quedó sorprendido por el discurso de Eco Rider... Nervioso, se preguntaba donde había aprendido todo eso... empezó  sudar... se estaba agarrando con la mano derecha el pulgar de la izquierda con tanta fuerza que se clavó las uñas -uy- dio un respingo por el dolor y se puso de pie inconscientemente. El mundo se le vino encima, estaba de pie ante todos... ya no podía volver a sentarse... empezó a ponerse rojo, su cabeza era un tomate con sombrero. 

Miró al patriarca Nazarus, los dientes le castañearon, luchó por desengarrotar los dedos de los pies y caminó torpemente hacia adelante (aún no dominaba las líneas rectas). Al llegar frente al patriarca dirigió la mirada a sus pies y habló atropelladamente -S..sepresentaconprejuicio...el..elcadetePan...- volvió a apretarse el pulgar de la mano izquierda, miró durante una fracción de segundo el rostro del patriarca y volvió a sus pies -esuncolorserviralapasa apretó los ojos en un terrorífico esfuerzo por decir correctamente la palabra -...Rossencraft...- un leve suspiro de alivio se escapó, lo había conseguido -...llevarearabomisco...comensalescondispli...cenciayforrarépar...partedenuestracuadracon- apretó los ojos de nuevo -...orgullo-

Cogió una bocanada de aire y suspiró aliviado por acabar su presentación, se hizo a un lado, momento en el que se percató de que se había clavado la uña en el dedo que se agarraba con fuerza, y ahora sangraba un poco. A Pan no le gusta la sangre... pero tragó saliva y trató de olvidarse de ella... Se quedó muy serio mirando al suelo, y durante breves segundos de reojo al resto de compañeros que aún seguían sentados.

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11/07/2013, 00:03
Jake Shade

El solitario jovencito se había mantenido oculto todo el camino hacia la sala, la mayoría de los pequeños estaban ensimismados por haber salido del cubículo... Pero esto para Jake no era más que un simulador más, una prueba que le habían puesto el primer día de curso para así evaluar su mejoría con respecto al examen final del curso anterior. Sabía que aquello no era un simulador, pero así decidió tomárselo, debía permanecer oculto hasta el momento justo en que se viera obligado a interaccionar con alguna otra persona o dispositivo.

Entró a la sala y no se sentó, se mantuvo tras una de las sillas de la última fila, una en la que casualmente había un chico sentado...

Personas... quién me habría dicho a mi que después de pasarme toda la vida encerrado iba a salir hoy a conocer personas.- Pensó para sí mismo. A decir verdad, le incomodaba aquella situación, no estaba acostumbrado a estar rodeado de otros niños y mucho menos a tener que interactuar con ellos... Probablemente le costaría bastante adaptarse.

El pequeño estaba ensimismado en sus pensamientos cuando de repente una plataforma comienza a descender de donde antes se encontraba la pared, y tres figuras a cual más poderosa se mostraron ante los críos. Unas palabras que casi no alcanzó a entender fueron pronunciadas por la femenina boca de una de aquellas figuras que resultó ser la matriarca de uno de las escuadras que formarían los pequeños. Tras unos barridos de una luz azul que probablemente alcanzara al pequeño, lo cual fue frustrante para él, los demás patriarcas, que eran las otras figuras, se presentaron y animaron a los cadetes a sumarse a sus filas.

Así que me toca en la escuadra ¿Rossen...que? ¿No podían haber elegido unos nombres un poco más... pronunciables?.- Pensó para sí el pequeño, aunque intentó disfrazarlo entre otra serie de pensamientos, nunca se sabe quién puede leerte la mente. Lo había estudiado en los hologramas y le parecía algo, cuanto menos, aterrador.

Los niños comenzaron a moverse, a levantarse para ir a dar con sus compañeros de escuadra, para presentarse y como había sugerido la matriarca de otra de las escuadras... aunque un sentimiento extraño le hacía no poder dejar de admirarla, debía centrar su atención en el que a partir de ahora sería su patriarca y en los que serían casi como su familia, así que poco a poco comenzó un sigiloso acercamiento.

Dos de sus compañeros de escuadra ya se habían presentado, la verdad que por ahora los dos no parecían tan diferentes a él, no todo era tan extraño al fin y al cabo. Uno de sus “hermanos” se había presentado de una forma un poco pintoresca y bastante militar y le pareció adecuado imitar su forma de darse a conocer.

Cuando llegó al lugar donde se encontraba aquel joven, Jake salió de la nada, como si de repente se hubiera teleportado a aquel lugar, no era lo que se dice... normal. En aquel mismo segundo adoptó una pose marcial muy similar a la del chico que se encontraba a su lado, y se dispuso a presentarse intentando imitar la forma y entonación de las palabras dichas segundos antes por Eco.

Se presenta, con su permiso, el cadete E... Jake Shade – Corrigió, puesto que casi se equivó No parecía que se le diera muy bien aquello de memorizar, pero aún así lo intentaba -. Es un honor servir a la casa Rossencraft... formaré parte de nuestra escuadra con orgullo.

Se mantuvo erguido el par de segundos de rigor y cuando se terminaron respiró aliviado, miró a Eco y con una pícara sonrisa se apartó para que los demás pudieran presentarse tambien.

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11/07/2013, 00:13
Hiei

Me acerco a mi nuevo maestro,parece un tipo poderoso y de gran conviccion ,Miro por encima a mis nuevos compañeros o lo que sean ,pues no estoy acostumbrado a esto.

Mi nombre es Hiei ,acordaros bien -digo hoscamente.Espero esteis a la altura ,no me gusta hacer de canguro.

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11/07/2013, 01:37
Ópalo

Acomodada en su asiento con pose firme, Ópalo no perdía aun la seriedad en su semblante, que mantenía desde que salió de la habitación. Al descubrirse por fin los tres instructores, haciendo gala de su rotunda presencia, sintió lo que era ver con sus propios ojos, un poder que alcanzaba sus espectativas; ardía en deseos de ver a éstos mostrando sus capacidades, aún siendo poco probable que esto sucediese, solo podía pensar en el momento de llegar a sus mismas cotas de poder, lo que aumentaba con creces sus ganas de empezar con su nuevo entrenamiento.

 Al momento vio como varios de los cadetes se levantaban de sus asientos para presentarse ante los demás, le sorprendió ampliamente, la gran disparidad de actitudes entre estos, arrogantes o disciplinados, tímidos, inquietos, callados o gritones; siempre había pensado que si el resto de niños que allí habrían, vivían y aprendían de la misma forma, estos serían todos muy parecidos entre sí, pero al contrario, parece que los comportamientos exagerados para bien o mal surgían con facilidad, pocos de ellos la dejaron indiferente. Así que sin más miramientos, decidió que haría también lo propio, se levantó y cerrando su puño derecho, se llevo este al pecho y dibujó una leve reverencia. -Ópalo se presenta, dispuesta e impaciente por empezar nuestro entrenamiento juntos. -Luego levanta la mirada y sin alcanzar demasiado disimulo, repasa una a una las caras de sus compañeros, intentando juzgar su fuerza, su poder y su valía; a la vez que trataba de encontrar a sus cinco compañeros de escuadra con interés. Después vuelve a su asiento a la espera.

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11/07/2013, 02:35
Scheherezade

Tras daros unos instantes, las tarimas comienzan a descender y los Patriarcas llegan al suelo justo a vuestro lado.

-Bueno ahora os enseñaremos la Academia y su funcionamiento. Es la única vez que recibiréis una visita guiada, así que no perdáis detalle- Dijo con voz maternal y cariñosa- Desde ya nos dividiremos por Casas, y cada uno atenderá a las explicaciones de su Patriarca.- entonces se dirige a la Escuadra que pertenece a su Casa- Vamos chicos, tenéis mucho que ver y aprender.

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12/07/2013, 16:50
Átropos

Cuando llegó a la sala y vio a otros seres humanos su corazón se aceleró. Aquellos cadetes eran como ella, aprendices entrenados desde bebés para hacer las mismas cosas que ella. Por una vez, aquellas figuras no querían enseñarle ninguna lección, ni adoctrinarla sobre nada. Sencillamente eran otras personas con su intelecto propio. Sabía que iba a aprender mucho de ellos, ya fuera enfrentándose a ellos o luchando codo con codo.

Se sentó recta y seria, sin ceder a la comodidad del asiento y manteniendo las formas frente a la solemnidad del evento. Las figuras que aparecieron la dejaron tan estupefacta que casi no se dio cuenta de que habían pronunciado su nombre. Debía presentarse a su nuevo maestro y a sus nuevos... compañeros. Iba a hacerlo, pero las singulares respuestas que se le adelantaron la dejaron en shock. El visionado de los hologramas en su tiempo libre habían hecho que ella supiera que no todo el mundo era igual. Daba lo mismo que esos niños estuvieran en la misma situación que ella ya que cada uno sería único; ¡lo que no lograba asimilar era que hubiera tantos que parecían haber perdido la cabeza!

Su boca se torció en una muestra  de rechazo ante la falta de disciplina que mostraban algunos de los cadetes; uno de ellos incluso caminaba tambaleante y balbuceaba las palabras presa de los nervios. -"No me puedo creer que éstos hayan superado los mismos exámenes que yo"- pensó mientras se levantaba para presentarse. Por su cabeza pasaban los recuerdos de hacía una semana; recordaba perfectamente los exámenes, rememorando el final de la simulación con los cientos de golems de entrenamiento destruidos a su espalda. Los exámenes habían sido duros ya que apuró su esfuerzo al límite para lograr su objetivo. A lo mejor los demás niños sufrieron más que ella y por ese motivo no parecían tan maduros. -"¡Si es que parece que estén medio locos!"- reflexionó, orgullosa de tener la cabeza bien amueblada. Era el momento de avanzar, pero antes de hacerlo miró hacia atrás por pura costumbre; lo que vio hizo que todo el color se esfumara de su rostro.

No se había fijado al sentarse en cómo estaba colocado el cojín.

"No, no, no, ¡no!"- su corazón se volvió loco y empezó a respirar rápido y fuerte. Al levantarse había dejado el cojín arrugado y descolocado, y no recordaba cómo estaba antes de sentarse. Con las manos temblorosas lo alisó y recolocó, pero no quedó a su gusto. Miró a las otras sillas para buscar la posición canónica del mismo, pero el resto de irresponsables cadetes lo habían dejado incluso peor que ella. Notaba el sudor en su espalda y la intensidad de su respiración seguía aumentando mientras le daba golpecitos nerviosos a su blandito enemigo; cada golpe lo desplazaba unos milímetros de su ya perfecta y lisa posición, pero al no tener la referencia original no podía estar satisfecha. Golpecito, exhalación de aire, golpecito de nuevo, sudor en su frente y así durante demasiado tiempo. De repente notó un hormigueo en la boca y los brazos, síntoma de que se estaba hiperventilando. -"Tranquila, Átropos. Sólo es un ridículo cojín; déjalo así que seguro que nadie se dará cuenta"- se decía, tratando de engañarse. Sabía que no era cierto y que aquel fracaso la perseguiría durante las noches venideras, pero ya había perdido demasiado tiempo. -"Vamos, trata de pensar en otra cosa. ¿Qué estaba haciendo antes de ésto? ¡ah, sí! fijarme en lo chiflados que parecían algunos de estos niños".

Afortunadamente para ella todavía quedaba una cadete por presentarse. Con gran pesar dejó a su espalda aquel cojín que casi podía ver riéndose de ella, controló su respiración y avanzó muy digna hacia su abrumador Patriarca.

-Maestro, soy Átropos. Lista para cumplir órdenes- dijo, con gesto convencido. Había sido entrenada para esto y no iba a decepcionar al Patriarca Dédalo. Tras presentarse se colocó junto a los demás, sorprendida por el tamaño de la niña con armadura que estaba junto a ella. Mientras esperaba a que la última cadete se presentase, ignoró al resto de su nueva escuadra para fijarse en todos los demás niños. Ya tendría tiempo de averiguar cosas de sus compañeros, sin embargo intuía que no iba a tener mucho más contacto con los demás y era sabio recopilar sobre ellos toda la información posible.