Son las doce del mediodía y el puerto comercial de Osaka bulle de actividad.

Miles de trabajadores se afanan en los muelles: carga y descarga de mercancías, transporte, reparaciones, negociación, aduanas, vigilancia... Osaka es un puerto comercial importante y casi un tercio del comercio marítimo de Japón pasa por aquí en un momento u otro.

Pero no sólo las mercancías llegan al puerto: barcos cargados de gentes procedentes de todo el mundo llegan todos los días, casi a cada hora. Muchos turistas vienen a visitar la ciudad, que no carece de encantos: sus elevados rascacielos se mezclan con estructuras más tradicionales como el castillo de Osaka, quizás uno de los más famosos del país. Centros comerciales con kilómetros de tiendas se extienden por superficies casi inabarcables.

El propio puerto es una maravilla turística por sí solo: las islas de Maishima, Yumeshima y Shinto han logrado compatibilizar la gestión de residuos, los centros turísticos y los santuarios ecológicos en la misma área logrando de esta forma que la prefectura obtenga beneficios incluso de sus desechos.

El crucero Quantum of the Seas hace su entrada en el puerto. Con 168.000 toneladas y una capacidad para casi 5000 pasajeros, la enorme ciudad flotante hace sonar su sirena acompañada de música por sus altavoces. Su atronadora aparición apaga durante un instante el ajetreo del puerto pero todo vuelve a la normalidad rápidamente.

Un helicoptero despega desde la cubierta del Quantum.

En el agua, cerca de la Plaza Cosmo, un barco turístico de menor calado queda completamente empequeñecido por el titán de los océanos. 

El trafico sobre los puentes sufre de los habituales atascos de mediodia. A pesar de los sistemas de control de trafico, la ciudad de Osaka cuenta con un parque movil de mas de doce millones de vehiculos. Una buena parte de ellos esta ahora mismo bloqueada en los diversos puentes que cruzan el puerto.

En su aventura anterior Chemozoon fue engañado, cuando alcanzó una masa lo suficientemente elevada como para poder plantearse el cambiar de estado para absorber a las decenas de miles de habitantes de la ciudad que placenteramente asediaba, diversas masas fueron coordinadas para moverse en direcciones opuestas, como si de las cuerdas que amarran a un prisionero a cuatro caballos se tratase, obligándolo a dividir atención y sus ataques, haciendo que se estirase hasta convertirse en una mera capa de residuo seco de cuatro centímetros de alto y varios kilómetros de ancho incapaz de retomar su forma por ausencia de suficiente alimento.

Fue congelado con cargas de nitrógeno líquido cargadas en helicópteros, para luego ser reducido a polvo y vertido en el océano, ya que los científicos habían deducido que esta sería la única forma de diluirlo y acabar con él para siempre. Con lo que no contaban es con que sus restos entrasen en contacto con residuos clandestinos arrojados en el fondo del mar. 

Chemozzon ha ido creciendo, extendiéndose y avanzando por el lecho marino, siguiendo el rastro de depósitos de mutágeno X, hasta llegar a la costa de Osaka. Ahora cuenta con nuevos poderes y mayores apetitos. ¿Su objetivo? Devorar el mayor número de seres vivos que encuentre a su paso hasta volver a alcanzar una masa crítica que le permita aumentar hasta nuevas dimensiones inconmensurables, digievolucionando kaiju style, peor para lograrlo ha de seguir consumiendo mutágeno X en grandes cantidades, visitando diversas fábricas de la ciudad como un turista más, o buscando placebos en cementerios clandestinos de residuos urbanos.

Atendiendo a que Chemozoon carecía de su masa mínima competente, al ver pasar los barcos se planteó abordar el Quantum pero el helicóptero que vio despegar le recordó escenas de su aventura anterior (introducir flashbacks en blanco y negro y con marcas de tracking aquí) optó por tratar de abordar al barco turístico de menos calado, con la esperanza de alcanzar un tamaño que le permita abordar el crucero con más facilidad, para ello trató de asisrse al casco del mismo y lanzarse a su cubierta sin causar gran estrépito. Logró su objetivo pero no sin recibir daño...

Desde que su Reina desapareciera, las billones de abejas habían estado perdidas, sin saber a quién servir ni qué hacer.

Al menos hasta que una diminuta abeja detectó por primera vez el rastro. Poco a poco más de sus congéneres fueron detectando ese rastro. Un rastro casi indetectable, pero no para ellas, deseosas de encontrar a su Reina.

El rastro de feromonas había despertado a El Enjambre y le había hecho viajar decenas de miles de kilómetros desde su paradisiaca Isla de la Miel. Con cada kilómetro que avanzaban sobre el océano el imperceptible rastro se hacía más y más potente. Su Reina estaba en la dirección en la que se movían no había duda.

El Enjambre llegó de nuevo a una isla, aunque no paradisiaca como su Isla. La isla estaba habitada por seres que la contaminaban, pero persistente, mezclado entre toneladas de CO2, estaba el inconfundible rastro que les había traído hasta allí. Su Reina estaba retenida en ese lugar. Los seres la tenían.

Con su infinito número las abejas se desplegaron por todo el puerto de Osaka, barcos, edificios, fábricas, coches, alguna de ellas encontraría la ubicación de su Reina y entonces la rescatarían de los seres que la tenían presa.

El sol se oscurecio sobre el puerto de Osaka cuando una oscura nube viviente se extendio sobre la ciudad. Con la estacion calida, los insectos eran un problema comun en el pais del Sol Naciente pero aquello superaba todo lo que se habia visto en mucho tiempo: millones de abejas descendieron sobre la ciudad zumbando y colandose en casas, coches y restaurantes. El trafico, de por si colapsado, empeoro mas todavia. Sin embargo, Osaka era una ciudad monstruosa con sus propias nubes artificiales y el humo de los tubos de escape y las factorias pronto se mezclo con los enjambres descendentes. Los viandantes echaron a correr en todas direcciones tratando de escapar de las criaturas voladoras.

En el puerto, la embarcacion de recreo "Live Forever" se atasco repentinamente como si hubiera chocado con un escollo. Los pasajeros, que intentaban entrar para protegerse de las abejas, se vieron asaltados por un terrible hedor proveniente del agua y vieron una desagradable mancha verdosa extenderse alrededor del barco. Para su espanto, la mancha cobro forma, se concentro en un enorme pseudopodo que se alzo sobre las aguas como una torre de porqueria y cayo sobre cubierta salpicandolo todo. La mugre parecia tener vida propia y empezo a trepar por el casco. Una llamarada proveniente de proa anuncio que los depositos de propano para las barbacoas acababan de explotar en forma de hongo atomico engullendo a varios ancianos que no habian sido lo bastante rapidos.

La tripulacion del Quantum of the Seas observaba atonita la mancha viviente alrededor del pequeño barco mientras se sacudian las abejas con periodicos enrollados.

La música ligera no había dejado de sonar por la megafonía mientras el terror amorfo se deslizaba sobre la cubierta del Live Forever, algunos jubilados incautos ya engrosaban las filas de cuerpos y detritus que burbujeaban en su interior pero la inesperada explosión le causó más daño del que su inexistente sistema nervioso le podría haber avisado, haciendo que se extendiese como una mermelada aguada, más que como la pesadilla de magma viviente que solía soñar ser. Sus gelatinas abrazaban papadas y pamelas a su paso, as dentaduras postizas no se disolvían bien en su interior, y al tratar de aplastar la embarcación con su calamitosa superficie inestable, se mostró más como un torpe barbapapa  cubriendo una maqueta del Batman de los 60 que como algo propio de una película de Michael Bay.

El Enjambre repartió sus millones de abejas por todo el puerto, desatadas, sin control alguno se metieron por rendijas en las ventanas, por conductos de ventilación, por gases de escape. Buscaban sin descanso el rastro de feromonas que les había llevado hasta allí, sin importar donde llevara su camino.

Y su camino les llevó a muchos sitios, en algunos de ellos su presencia era inofensiva, como unas margaritas de uno de los parques locales. Mientras que en otros su presencia era más preocupante, como por ejemplo cuando algunas de ellas irrumpieron en el panel de control de los sistemas de seguridad de la central eléctrica que suministraba energía al puerto donde produjeron un pequeño cortocircuitó que inutilizó todos los equipos. Sin control el núcleo de la central no tardó en sobrecargarse y explotar, produciendo una deflagración que redujo toda la manzana a cenizas consumida por una bola de fuego.

El calor aumentó de forma exponencial en la zona del puerto, lo que hizo que las pequeñas abejas perdieran el rastro que les había llevado hasta Osaka. Confundidas.....

¡¡¡¡El Enjambre se enfurecía por momentos!!!!

La central electrica desaparecio en una llamarada que engullo varios edificios a su alrededor. Muchos miles de abejas murieron. La mente enjambre reunio a sus hijas en una nube tan densa que casi parecia solida. El batir de millones de alas diminutas creo que una alteracion en las corrientes de aire y el helicoptero que sobrevolaba el puerto se vio en graves problemas para mantener el rumbo.

El Enjambre sufre 1 punto de daño y gana 1 punto de Furia debido a la explosion. Ya no estás disperso por la ciudad.

Su siguiente movimiento es Zancada. ¿A donde se dirigen? Por cierto, contéstame, sin la reina ¿quien esta al mando del Enjambre?

Por suerte para los ciudadanos de Osaka, la central de bomberos estaba cerca y varios camiones carmesíes acudieron a sofocar el incendio. La centralita se había saturado con llamadas relativas a la repentina invasión de insectos pero todavía había prioridades: el fuego debía extinguirse para evitar males mayores.

Respondiendo a cuándo sería lícito seguir Olisqueando en busca de tu reina, la aparición de los camiones de bomberos podría ser una opción: su color es parecido al de las flores y son un elemento susceptible de ser olisqueado.

En el puerto, el "Live Forever" forzó las máquinas y logró escapar de las garras gelatinosas de Chemozoon. El barco se alejó rápidamente hacia el puerto dejando tras de sí un rastro de humo. El lugar que había ocupado tenía un color extraño: una creciente mancha gelatinosa y burbujeante seguía acumulándose en la superficie.

Bajo el agua, el pegote informe era de proporciones descomunales y giraba y rebullía sobre sí mismo presa de la frustración y la confusión. El agua salada estaba empezando a afectar su estructura molecular que, a pesar de tener un elevado porcentaje de agua, simplemente no podía tolerar tanto cloruro sódico.

Chemozoon, a consecuencia de tu fallo, el "Live Forever" se escapa. Si quieres alcanzarlo o salir a tierra firme, necesitarás una "Zancada". Si fallas (10+) te expones a sufrir daño por el agua de mar. 

La mancha parduzca se recortaba sobre el arremolinado y espumoso turquesa del mar, bajo los negros desgarrones que martirizaban al cielo, de un azul perfecto tan solo unos minutos antes. 

los químicos burbujeantes de Chemozoon pugnaban por mantener la consciencia mientras algunos restos de sus ser se perdían a la deriva, arrastrados por la corriente. Si el ente ya estaba débil antes de su llegada a la costa, su primer encontronazo con la parafernalia humana y los vejestorios de la embarcación lo habían sumido en una frustración aún mayor. Haciendo acopio de fuerzas y antes de que el Live Forever desapareciese de sus limitados órganos sensoriales, el magma putrefacto trató de lanzarse en pos de su objetivo. No podía caer ante los miembros más ancianos de aquella tribu. 

Se elevó... SE elevó... SE ELEVÓ... ¡¡¡SE ELEVÓ!!!

Y volvió a caer en plancha, algo que hizo que una corriente eléctrica de gran intensidad recorriese su primitivo sistema nervioso, conformado por cocos, ranas e hipocampos a medio digerir gritando como un coro de pesadilla.

La explosión había matado a las miles de abejas que se concentraban en las cercanías de la central eléctrica de Kiyato Masumu. Aquellas que estaban un par de metros más allá de donde terminó la onda expansiva sobrevivieron, aunque de un modo instintivo supieron que habían estado a punto de morir. Su aleteo se modificó ligeramente, lo suficiente para que sus billones de hermanas fueran conscientes del peligro.

Nerviosas por la información y sin saber qué hacer, se reagruparon sobre aquella de sus hermanas con el aleteo más tranquilo, que dio la casualidad que fue una de las que se encontraba en la península formada por los campos de futbol J-GREEN SAKAI.

En ellos se concentraron, formando una nube negra y amarilla, huyendo de la explosión. Lamentablemente para la población de la ciudad, en su huída, nerviosas y asustadas por un peligro que solo intuían por el aletear de sus hermanas, miles de las diminutas abejas se defendieron instintivamente, picando por igual a objetos y personas sobre las que estaban posados.

Cientos de personas morirían en breves momentos debido al choque anafiláctico si los sanitarios no intervenían de inmediato.

Los pasajeros del Quantum of the Seas salieron a cubierta cuando las abejas dejaron de importunarles. Todos se tapaban la nariz ante el terrible hedor que venía del agua: una viscosa mancha de porquería giraba enloquecida como un torbellino de porquería junto a la línea de flotación del barco. Varios móviles y cámaras empezaron a grabarlo con avidez. Casi al instante, docenas de actualizaciones en redes sociales hablando del lamentable estado de las aguas del puerto de Osaka inundaron internet.

Bajo la superficie, la ira de Chemozoon iba en aumento. Su estructura molecular se debilitaba por momentos y ni siquiera todo su horrible poder podía evitarlo. Se estaba debilitando por falta de sustento y si no ponía remedio rápidamente, su putrefacta estructura podía acabar dispersada por las corrientes marinas.

Chemozoon sufre 1 punto de daño, gana 1 punto de Furia y el cuerpo le pide "¡APLASTAR!". Te dejo elegir objetivo pero, como dicen por ahí, hay hostias volando y el trasatlántico al lado tiene cara de aeropuerto.

Dime, por cierto, ¿cómo tiene que hacer Chemozoon para evolucionar a una forma superior?

La XII Olimpiada Estudiantil de Osaka celebrada en los Green Sakai por equipos procedentes de todo Japón había atravesado ciertas dificultades técnicas: algunos de los equipos estudiantiles de reputación reprobable habían intentado sabotear ciertas pruebas para salir victoriosos. Uno de los favoritos del campeonato de fútbol tenía un hombro dislocado y un tobillo hecho cisco y se rumoreaba que no podría jugar la final. Es más, se decía también que el colegio Michikane tendría que cerrar si no lograba alzarse con la victoria en todas las pruebas para mejorar su reputación. Había mucho en juego.

Todo aquello quedó enterrado por doscientas toneladas de insectos exhaustos que llenaron el estadio como una sopa de pesadilla rebosando una olla. 

Muy buena elección de daños colaterales. Lógicamente, la opinión pública condena esas cosas. Hay que decir que han tenido suerte, de 215 muertos sólo 6 eran alérgicos en primer lugar...

El cuerpo de bomberos de Osaka hacía lo que podía para detener los incendios causados por las abejas. Por suerte, la plaga de mosquitos tigre de hacía dos años había dejado un remanente de insecticida en la central. Varias llamadas de padres aterrados procedentes de un estadio de fútbol bastaron para alertar a las unidades aéreas que, con los tanques llenos de productos químicos en lugar de agua purificadora, pusieron rumbo hacia el estadio.

Bajo la burbujenate superficie, la temblorosa masa que respondía por Chemozzon hasta hacía un par de turnos trataba de juntar la fuerza suficiente para aplastar aquello que encontrase al salir disparado hacia la superficie una vez más. Los pasajeros del Live Forever no habían terminado de satisfacerle y estaba llenando su masa con materiales como marcapasos, implantes de todo tipo, dentaduras postizas, audífonos y otras reliquias artificiales que le causaban nauseas. 

Puede que la tripulación del Quantum of the Seas fuese más apetitosa, aparte de más abundante, así que, como un nadador tratando de alcanzar el fondo para impulsarse hacia el sol exterior, la masa volcó todas sus energías en formar un embudo de magma invertido. Presionó su masa sobre todos aquellos materiales acumulados que no podía asimilar e impulsó su grumosa materia hacia las alturas, alcanzando a duras penas la borda del megacrucero. 

Comenzó a disolver los pies y torsos de aquellos que estaban asomados tratando de lograr la mejor fotos de la acumulación de basusra burbujeante, pero el choque contra la superficie del barco hizo que aún así parte de su masa se desprendiese hacia el mar, convertida en un amasijo de pelos y dientes que había abandonado para siempre la consistencia pavorosa que era Chemozoon!!!!

El Enjambre se había agrupado sobre los campos de futbol buscando la protección que su ingente número les ofrecía, revoloteaban en círculos buscando nuevamente algún indicio del rastro de su Reina que pudiera llevarles hasta ella.

El zumbido que produce el aleteo de una pequeña abeja es apenas imperceptible para el oído humano, pero cuando se juntan miles de millones no ocurre lo mismo. Niños y familiares huían despavoridos del endiablado estruendo que se metía en sus cabezas. Trataban de evitarlo tapándose las orejas con las manos, pero era del todo imposible.

Las avionetas fumigadoras fletadas enviadas por los servicios de emergencias se acercaban al Enjambre, dispuestos a dispersar el gas contra el mosquito tigre sobre las pequeñas abejas, un trabajo para el estaban sobradamente preparados, o eso creían.

El trabajo de los pilotos de estas avionetas consiste en despegar dirigirse a la zona a fumigar y cuando vuelan sobre ella pulsar el botón que activa la válvula de salida de los gases, pero siempre en condiciones climatológicas perfectas. Lo que los pilotos no se esperaban era que la zona que tenían que fumigar se moviera, que se amontonara en los cristales impidiéndoles la visión. El piloto de un caza tendría recursos suficientes para contrarrestar esas pequeñas cosas, los fumigadores no.

En cuanto dejaron de poder ver a los pilotos les entró miedo, miedo a que las abejas pudieran colapsar los motores de su avioneta y acabarán cayendo, miedo a morir. Presas del pánico pulsaron el botón de fumigar, vertiendo los miles de litros de productos químicos que llevaban lejos de las pobres e indefensas abejas.

El agente Topper del MOSAD habia viajado por todo el mundo en pos de la malvada (bastante bella tambien) espia internacional Scarlet Textrom. Tras perseguirse mutuamente por museos, embajadas y bailes beneficos por toda Europa, ambos habian acabado en el Quantum of the Seas jugando un peligroso juego del gato y el raton por las ciudades que el enorme barco visitaba. Finalmente, Topper habia logrado acorralar a Textrom antes de llegar a Osaka cuando ella pensaba soltar un dron con los planos del supermisil nuclear TH33ND para su contacto en Osaka. La historia de espias hayo un desagradable final enterrada y fagocitada repentinamente por la viscosa material primordial del voraz Chemozoon. Y con ellos, una veintena de otros pasajeros de vidas mas bien aburridas.

El trasatlantico se inclino peligrosamente cuando la enorme mole de Chemozoon repto por cubierta.

Un gran pedazo de la enorme masa gelatinosa se separo y cayo al agua. Los restos de tejido se hundieron rapidamente hacia el fondo y fueron absorbidos por un colector de alcantarilla que desembocaba en las aguas del puerto. El colector llevaba años fuera de uso debido a la presion de grupos ecologistas por lo que no habia ninguna corriente de agua, ni para adentro ni para afuera. La masa siniestra, sin embargo, penetro por la cloaca y se perdio en su oscuridad como si tuviera vida propia...

Chemozoon, estas atiborrandote de pasajeros. Puedes seguir haciendolo sin necesidad de tirar nada (de hecho, en el barco hay varios miles de personas y tu estructura te permite colarte facilmente por las entrañas del barco). Ahora mismo, si te interrumpiesen, ganarias Furia debido a tu motivacion Tragon: enfurecete cuando interrumpan tu comida.

Sobre el fragmento que has perdido, nos olvidaremos de el por el momento...

La descarga de productos quimicos cayo en el lugar equivocado. En lugar de llenar el estadio de futbol de insecticida, los que recibieron la lluvia de veneno fueron los espectadores aterrorizados que intentaban huir y se encontraron de repente con los pulmones inundados de un derivado del DDT bastante contaminante.

-Control, no podemos acercarnos mas, hay demasiados bichos en el aire. Los rotores hacen ruidos raros de la cantidad de porqueria que hay... no podemos arriesgarnos. Enviad a los camiones con mangueras. Y que todo el mundo se ponga los trajes especiales aislantes. iHay una marabunta ahi fuera!

Enjambre, muy bien jugado el bloqueo. Te has librado de los hidroaviones pero parece que los bomberos van a traer la artilleria pesada... Ahora mismo, el estadio es un sitio relativamente tranquilo y acogedor (te lo digo yo que una vez casi me clavan una colmena en un cubo de basura). ¿Que vas a hacer?

Varios camiones de bomberos de color rojo brillante se acercaban a toda velocidad a los campos del J-GREEN SAKAI portando en sus tanques de agua veneno suficiente para acabar con la molesta plaga de abejas. Desde el cuartel general de la fuerza G les habían trasmitido órdenes precisas y ahora empezaban a tener una idea de a lo que se enfrentaban.

Quien no sabía el peligro se les echaba encima era Enjambre. Cuando los camiones llegaron al estadio fueron confundidos por las abejas con menbrilleros japoneses de potente color rojo y amarillo.

Pocas flores tienen un polen tan exquisito como estas. Hambrientas las abejas se lanzaron en tromba contra los camiones, aplastando varios de ellos igual que un humano aplasta una bola de papel de plata entre sus manos. Al hacerlo, el depósito estanco de uno de ellos reventó derramando su líquido contenido sobre el suelo y sobre decenas de miles de las pequeñas abejas acabando con ellas en el acto.

En el interior de Chemozzon brillaban los juguetitos high tech con los que Topper y Scarlet solían jugar en sus escaramuzas cargadas de tensión sexual no resuelta: el ciberimplante ocular de neón azul de él, la cadera de titanio de ella, l mando del dron con sus lucecitas naranjas parpadeantes, sus teléfonos móviles con las pantallas de b´suqueda de teléfonos de emergencia que nunca se llegaron a marcar. 

A medida que el terror licuado avanzaba por la cubierta, devorando a hombres, mujeres y niños sin mayores miramientos, se iba llenando con otras galaxias imposibles: caramelos, frutas y copos de nieve que caían por las pantallas de móviles que nadie volvería a tocar, consiguiendo records que sus jugadores nunca habrían logrado (Chemozzon era un consumado jugador de juegos de puzles aún careciendo de raciocinio o dedos. 

Sus jugos gástricos comenzaron a derretir el material de lso suelos del super crucero, dejándole gotear a los pisos inferiores, donde descubrió a amantes en sus momentos más íntimos antes de ser consumidos en su desnudez. Se hizo amigo de las ratas que viajaban por los conductos de aire, que le hicieron cosquillas con sus pelillos al ser engullidas. E incluso besó los pies del capitán y su primero de abordo en gesto de agradecimiento por haber llevado al Quantum hasta su anómala trayectoria.

Pero ahora que había comenzado a alimentarse el apetito solo crecía y crecía Y CRECíA. Su núcleo pensante se dirigió hacía la proa del barco, sintiendo el bullicio vital que le aguardaba en aquella urbe, no como en los pueblos de su primera aventura o el campamento militar de la segunda, Chemozzon iba a alcanzar su tan ansiada evolución, iba a juntar el suficiente relleno como para poder erguirse sobre las piernas que una vez tuvo, iba a barazar el edificio más alto y lo iba a partir para utilizarlo cual jarra rebosante de sabrosas hormigas.

Él no sabía el nombre de la ciudad, pero ella si que lo llamaban por su nombre:
 

CHEMOZOON, ¡HAZME TUYA!!!

Chemozoon, logras evolucionar a una forma superior. Ganas un punto de vida. Puedes cambiar tu avatar, si quieres. E ir a la costa. 

Enjambre, haces un estropicio con los camiones de bomberos pero te llevas 1 daño y, por ende, 1 punto de furia. Tira 1d6 y consulta el reglamento a ver qué haces.

Chemozon estaba satisfecho, los viajeros del Quantum habían demostrado ser de la mejor calidad alimentaria. Los sedimentos grasos se iban apilando en su interior, no tenía problemas en manipular sus flujos internos para tratar de fabricarse un esqueleto con los restos de su comida, tratando de conformar una estructura sobre la que ponerse en pie, continuada por vertebras de materiales no asimilables que le permitiesen mantener una vertical. 

Piernas, espalda... ¿Qué más le faltaba? Oh, si, brazos. Continuó sus movimientos digestivos internos, creando dos apéndices superiores cubiertos de pólipos, y hasta se dio el capricho de probar a formar dos hermosos tentáculos cuya longitud y peso podía controlar a voluntad, con esos apéndices no se le escaparía nada del cubo de palomitas (Sangrientas!) en que se había convertido el mundo.

Se situó en la proa del barco y dejó que sus nuevos apéndices manejasen el timón al otro lado de la borda, no le hacía falta ni mirar a la costa, la sensación de vida bullendo en la arena, el puerto y los edificios cercanos eran una guía inigualable. Había algo en el aire, una inquietud plagada de alas y zumbidos, pero no le dio mayor importancia por ahora.

- Hola, Osaka ¿Me esperabas?

Le habría preguntado, en caso de tener los medios para hacerlo. Su masa crecía por encima de la quilla del barco, convirtiéndolo en un horripilante mascarón de proa trayendo a la Quantum desde el infierno en que la habían convertido sus apetitos.