Partida Rol por web

-No tengo ni idea, herr Bennet -dije esbozando una sonrisa y mirándole a los ojos.

-Y no, no tengo a todo París a mis pies ni quiero tenerlos -dije mientras se me escapaba una sonrisita- solo las personas que saben secretos de las personas importantes -se me escapó del todo, pero bueno, solo era una parte de mis planes.

La fuerza de su mirada es incrementada por el color de sus ojos. El solo imaginarme lo que siente un mortal ante tan tentadora belleza me estremese. Bueno Mis Zelda, parece que somos dos. ¿Qué querrá nuestro "benefactor"? hago énfasis en la última palabra para que se note la ironía en mi voz. Aunque la pregunta es mas retorica ya que no espero una respuesta.

Así que capturamos secretos Pienso mientras escucho con atención a mis Zelda,definitivamente es una buena compañera de viaje.

- Eso es precisamente lo que me preocupa, que esta paz no sea eterna. 

Observa como la tierra se esparce.

- Lo que me preocupa es que tantos vástagos recién llegados se hayan cruzado en este asunto. Algo me dice que seguramente seremos compañeros de viaje, y sinceramente, se me da mejor trabajar sólo.

Se vuelve y la mira a los ojos, con ese pequeño destello de locura en su mirada.

- No soy grata compañía ni cuando resuelvo ni cuando me frustro.

El viaje como era de esperar no fue ningún problema, después de una pequeña conversación de camino al Eliseo, como es habitual uno de los siervos os intercepta en la entrada para pedir y comprobar vuestros "credenciales".

En este caso os hacen pasar pero por una puerta lateral, en vez de por la principal de la iglesia. Esta puerta da a lo que aparentemente serían los aposentos privado del clero cuando no daba misa, en el centro de la amplia estancia hay una mesa redonda con cuatro sillas en una de ellas Francois os espera sentado. Da una orden al sirviente para que os deje a solas, y os invita a sentaros en dos de las sillas restantes. 

Una pequeña risa sale de Anna ante el último comentario.

- Me temo que hay veces que no soy ni buena compañera para mi misma. Pero salvo que elijas la vida del ermitaño, que para un vástago es una vida dura, no queda más remedio que vivir con la sociedad. Además socializar te vendrá bien para conseguir tu propósito, y muchas veces es en los nuevos en los únicos en los que puedes confiar ... de todas formas comparto tu inquietud, y seguramente cuando te proponga a ti como comisario Francois querrá también que participe alguien más. De la gente que conociste ¿quién crees que podría caer en manos de Francois?.

.-Soy Barret Bloodson. Llevo no demasiado tiempo en Paris, y he decidido quedarme una temporada por invitación del señor Honore. Mucho gusto en conocerle-. Hace el gesto de invitarle a sentarse con ellos, pués ya que se ha decidido a presentarse no seria educado contrariar su comentario anterior.

El hombre parece no inmutarse al oír el nombre de Honore y espera a que Alexandra prosiga con la cortesía de las presentaciones. En cuyo momento decide autoinvitarse a compartir vuestro tiempo pues os solicita permiso para sentarse con vosotros.

- Buenas noches tengáis caballero, me llamo Alexandra, encantada - digo con un saludo a la usanza de la época - No tengo reparo en que nos acompañeis, pero no se si es hábito, modal y costumbre en esta tierra el acercarse a indagar sobre unos recién llegados - digo con una sonrisa en el rostro - Por mi no es problema, pues así podré conocer la etiqueta de estos lares -y le hago ademán de que tome asiento

offtopic: continuo con lo último.

Pasado un tiempo desde la última vez que hable con Honoré, me dirijo a empezar a escuchar sus indicaciones, este tiempo ha sido ajetreado, tanto movimiento de gente, tantas situaciones, la verdad merecia un descanso, y lo importante es que los artistas empezaran a conocerle, el idioma... bueno el arte digamos que tiene un idioma único, aunque la verdad es que no todos tienen idea de lo que es realmente bello, en estas semanas, realmente lo mas bello que habia visto, fue la sangre fluyendo sobre los adoquines de un chucho que habian atropellado y ese era el actual nivel que habia... aunque ciertamente me conmovio el morbo de la situación no era lo que yo esperaba, así que despues de adecuar un poquito la residencia a mi futura estancia, me dedique a vagar un poco, hasta deslizarme al club que Honoré me comento ya hace tiempo...

Me acerco tranquilamente, para que correr, tengo la eternidad... lo primero que me preguntaron, era si era socio...

¿que responder? pense... Honoré me dijo que viniera, si el ser socio era ser vampiro ya lo cumplia con creces y claro no creo que Honoré me dijera que viniera si no estuviera en la lista.

Por supuesto - respondí.

y seguí adelante, si ellos no decian nada estaría todo conseguido.

Tras saludar al personal del club, y detallar quien te indicó la existencia del selecto local te dejan pasar, para tu sorpresa dos vástagos con la que compartiste "la fiesta" están hablando con un tercero totalmente desconocido. El desconocido tiene una apariencia de hombre mayor elegantemente vestido, con sombrero de copa y esta justo en este momento sentándose con ellos.

Y ahí estábamos de nuevo, con monsieur Fançois en su despacho, a saber el motivo de esta reunión. Cerré el parasol e hice una ligera genuflexión en lo que le ofrecía la mano a mi anfitrión, tras lo que me esperé a que alguno de los caballeros me retirara la silla. 

Una auténtica dama no tenía que hacer nada, solamente tener una buena conversación y estar preciosa.

El vividor nos invita a sentar. De no ser por lo extraño de la situación sería divertida. Me presento voluntario a servir a un viejo vampiro sin ninguna recompensa mas allá que el poder hacer hogar en esta ciudad. Bueno, al menos eso es lo que cree.

Buenas noches. Saludo con una cortes media inclinación para de inmediato retirar una silla para darle puesto a miss Zelda. Miss Zelda. Por favor. Le indico la silla y espero a que se siente para ayudarla a cerrar la misma.
Toma la silla contigua y me siento a esperar que el anfitrión nos explique el motivo de la llamada.

Sonríe ante la educada atención de Drake, y espera a que os terminéis de acomodaros en vuestras sillas

- Bueno ¿cómo han ido vuestros primeros días en la ciudad después de la fiesta? Espero que os haya dado tiempo a acomodaros en la ciudad. Pues necesito que hagáis un trabajo para la capilla de París. 

El tono que emplea a pesar de ser sumamente educado no le resta autoridad a sus expresiones. No obstante espera vuestra respuesta, al parecer hasta para mandar mantiene el protocolo. 

- Creo que cualquiera de ellos. Ya sabes como son los vástagos jóvenes... les encanta jugar a que tontean con el poder sin darse cuenta de que se meten en la boca del lobo y que si los abrazaron fue para aprovecharse de ellos. Creo que debo ser de las pocas excepciones que confirman esa regla... inocentes...

Basil parecía tranquilo. Él le daba tan poca importancia a los juegos de poder. El único poder que anhelaba era el de resolver los rompecabezas que se le presentaban como un desafío a su método deductivo.

- De todos modos, tampoco los llegué a conocer mucho. Odio la verborrea porque sí, y seguro que os hacéis cargo lady Anna de lo mucho que le gusta a los cainitas jóvenes echar un pulso entre ellos o conquistar a la dama recién llegada.

Mostró una expresión de total indignación, aunque en el fondo eran costumbres que le daban del todo igual. No porque no las compartiera, sino porque no las entendía.

-Ya suponía que no nos invitaría por nuestra agradable presencia -dije con una sonrisa, mientras miraba a mi acompañante.

-La verdad es que la ciudad es muy bonita, no es como mi Berlín natal; pero si es bonita y tiene mucho potencial -dije dándome toquecitos en los labios con un dedo en gesto pensativo- sobretodo si se sabe aprovechar el barrio bohemio; pero bueno, mejor podría ponernos al día de lo que nos pide que hagamos.

indeed Digo a lo dicho por mis Zelda. La vida en Londres es algo menos... luminosa. Pero creo que nos acoplamos con velocidad.

Descanso mis manos entrelazadas en la mesa. Somos todo oídos.

Que puede requerir la capilla de parís de nosotros. En especial sabiendo lo poco que llevamos en esta ciudad. Nuestros contactos no será lo que busquen.

Francois sonríe complacido por el interés que mostraban sus "invitados"

- Se trata de prueba de sigilo, o audacia. Aunque será mejor que tengáis un poco de ambas. ¿Os gusta el arte?, ¿tenéis conocimientos de pintura?. ¿En concreto os suena el nombre de Rembrandt?.

Espera vuestras respuestas con una sonrisa dibujada.