Partida Rol por web

Tras atravesar el portal apareceis en mitad del desierto un tanto distanciados de cualquier ciudad pero cercanos a un oasis. Os pussisteis a mirar en todas las direcciones pensando por que estabais en mitad del desierto hasta que lo visteis. El palacio de Agrabah

Por culpa de unas dunas no lograbais ver la ciudad pero en cuanto la llegasteis a subir visteis la cantidad de casas que había alrededor del palacio. Cuando mirasteis a Zayna esta estaba un poco extrañada pues no recordaba el palacio tan grande, ella ya había estado allí y el palacio ni tenía tantas torres ni era tan grande, y mucho menos su ciudad. ¿Qué habría pasado?

Por otro lado cuando os mirasteis visteis que vuestras ropas habían cambiado ligeramente. Zayna ahora tenía el traje de una tipica bailarina de harem. El de Noctis era de un guerrero de las arenas, camiseta sin mangas y pantalones bombachos, la espada ahora la llevaba en una vaina al rededor de la cintura. De igual forma Kosmog ahora solo le cubría un chaleco y también como a Noctis su estoque estaba en una vaina alrededor de la cintura. Parecía que la magia del portal os hiciera estar ocultos para que no pareciera extraño frente a los residentes de aquel mundo.

Zayna apenas se inmutó al ver sus ropas. Eran muy parecidas a las que llevaba como djinn antes de liberarse. Quizá, el único detalle adicional eran los velos que además ocultaban su rostro y parte de su pelo. En el calor del desierto, no iba a echar en falta más ropa y no estaba cohibida por el diseño de éstas. Nunca lo había estado. 

Pero entonces vio el palacio y en su cara anidó una expresión de desconcierto. 

—Esto... esto no es el Agrabah que conozco —dijo despacio y con un deje de temor en sus palabras. 

No es que la oscuridad la hubiera consumido, es que el tiempo parecía haber pasado mientras ella no estaba. Como djinn estaba acostumbrada a ver el mundo cambiar antes sus ojos. Pero nunca había ocurrido sin que ella fuera consciente. 

—¿Cuánto tiempo he estado fuera? —preguntó entonces al aire. 

Porque, claramente, no había sido una simple semana. 

Al cruzar el portal mi cara se ensombreció, pues mi atuendo había sido modificado totalmente. Con una mano pellizque la camisa que llevaba en lugar de mi camisa y mi capa, observando con desagrado su diseño. Mi opinión de aquella bolsa de tela que llevaba desde la cintura a los pies era aún peor. 

- ¿Cómo se supone que voy a pelear si llevo ésto puesto? Es...diferente- dije mientras daba un par de pasos, analizando la movilidad que me daba la ropa y su resistencia al viento. Mi espada estaba sujeta a través de una tela enrollada a forma de faja en mi cintura. Mi único alivio era aún contar con mi bolso de viaje y las provisiones de agua y comida. Comencé a mirar los alrededores, analizando el cielo y el horizonte hasta que Zayna encontró algo a la vista. Me acerqué para ver aquel enorme palacio y la ciudad dispuesta en torno a él- ¿Sucede algo malo? - afilé mi mirada al observar la ciudad por segunda vez.

Zayna asintió ante lo que dijo Noctis y reformuló su frase: 

—Todo es diferente, Noctis. El palacio, hay muchos torreones. Y la ciudad, el bazar, los barrios... Nada era tan extenso. Todo ha crecido mucho. Eso significa que he estado mucho tiempo fuera —explicó como pudo, con cierta congoja en el pecho—. Nunca había experimentado un salto en el tiempo tan grande sin... notarlo. 

Y lo peor es que puede que a quien esperaba pedir ayuda, Alistar, su último y antiguo amo, podía estar muerto. Quizá había sido mala idea ir. Quizá deberían acabar cuanto antes con la misión y conseguir convencer a la invocación. 

Al llegar al desierto lo primero que sentí fue nostalgia. Antes que ponerme a observar los alrededores, me encontraba en cuclillas sobre la arena, tomando un puñado de esta y dejarla tamisarse entre mis dedos para luego perderse en las corrientes de vientos; esa sensacion era como estar en mi hogar y eso solo me recordaba que cada vez estaba mas cerca.

Mi atuendo había cambiado, ya no parecía estar preparado para los duros rayos solares, en su lugar iba demasiado ligero, pero en parte el clima no parecia estar muy agresivo con las personas de fuera de la ciudad como nosotros.

-Guauuuu kupo....es enorme....creo que igual o mas grande que Rabanastra kupopo- comente asombrado al ver a lo lejos la ciudad pero por lo visto a ojos de Zayna el lugar no era el mismo que conocía. -El tiempo pasara de forma diferente fuera de los mundos kupo?-

A diferencia de Noctis, quien parecía no gustarle su nuevo aspecto, por el contrario yo me sentía muy libre con ropa tan ligera, casi como si fuese uno con el viento del desierto.

Mientras estabais observando la ciudad desde la lejanía preocupandoos por Zayna y el tiempo que pasaba entre los mundos, empezasteis a notar un temblor en la arena la cual empezó a mover un poco las dunas. Dicho temblor se hacía cada vez más y más fuerte como si se estuviera acercando, hasta que finalmente una especie de gusano gigantesco hecho de osucridad salió de entre la arena a poco metros delante vuestra.

Temisteis lo peor pensando que sería un oponente demasiado dificil más por su tamaño que otra cosa, pero algo os alertó desde vuestra espalda, algo que se lanzó a una enorme velocidad contra el gusano, y lo atravesó de lado a lado para finalmente clavarse en la arena. Era un Chakram rojo, el gusano se partió por la mitad y poco a poco fue desapareciendo dejando en ascensión aquel corazón que sin detenerse seguía subiendo.

Junto al Chakram apareció entonces un portal oscuro y de el salió un pelirrojo con una gabardina negra, similar a la del discipulo de Eraqus Angelo. Y sin apenas creerlo este comenzó a hablar mientras recogía su arma - Mira que lo dije claramente, me ofrezco a cualquier tarea, enseñar a manipular el fuego, ser agil, controlar las invocaciones, entregar paquetes, extraer objetos, participar en batallas, entrenar a miembros... - Se volvió hacia vosotros y comenzó a caminar en vuestra dirección - Pero fijate tu por donde, lo único que dije que no pensaba encargarme, es lo primero que me mandan, y es ser el niñero de alguien. - Tras hacer desaparecer su arma buscó entre sus bolsillos algo.

Finalmente lo sacó del interior de su gabardina, era el libro de Agrabah y os lo mostró. - Esto es de parte de Cherny, me ha pedido que os lo entregue porque por lo visto se os ha olvidado llevaroslo con vosotros. Ah, mi nombre es Lea ¿Lo captais? Aunque la gente no para de llamarme Axel. Soy vuestro tutor especial... o algo así. - No explicó más pero parece que sabía de lo que se hablaba.

Zayna enarcó la ceja al ver el libro. 

—Nadie nos dijo que podíamos sacarlo de allí. Tomé nota de las misiones, eso es todo. De todas formas, he vivido en este mundo unos 10.000 años. Creo que podré moverme por él sola, gracias. Así un problema menos para todos. Tú no cuidas a nadie, y nosotros no tenemos que soportar tu ego herido, Lea —dijo Zayna, con evidentes signos de mosqueo. 

No necesitaba a nadie que no quisiera estar ahí con ella, y menos a alguien que no iba a respetarles. 

Lea rió al ver la forma de actuar de Zayna y antes de que la misma se fuera a seguir su camino este la paro.

-Wow, wow, quieta señorita. Perdona mis modales, quizás no me expresé bien. Con niñero me refería a hacer a tener que defender a alguien. Sé que os valeis por vosotros mismos, Eraqus me puso al tanto - Entonces te señaló a ti Zayna la primera - Esto.... Zayna ¿verdad? Sé que es tu mundo y demás y se que has sido previsora, algo muy normal en las Djinn como tu, sin embargo, fue un encargo de Cherny, el archivero de la sala. - Estaba hablando claramente de esa roca que os trató mal - Me dijo que viniera aquí y me encargara de dos cosas, una ya está hecha y la segunda es que os diera el libro, no porque se os olvidara las misiones o necesitarais el mapa de la nueva ciudad que lleva años construida, sino por el lomo. - Os mostró el lomo donde el numero que había allí empezó a cambiar del 7 al 3 de nuevo. Mostaba el rango de oscuridad que había, obviamente ese cambio era debido al sincorazón que mató Lea pero... la noche anterior estaba al rango 3 ¿Como había subido tan rápido de la noche a la mañana? - Solo es por precaución que lleveis el libro.

Ver semejante entrada de parte del extraño pelirrojo me había dejado bastante asombrado. Se había encargado en un momento de una bestia de semejante tamaño, y sin hacer mucho esfuerzo por lo visto. Lamentablemente su actitud no genero el mismo impacto en mi que su batalla; escuchar a alguien quejarse abiertamente no era algo que le pudiera gustar a todo el mundo mas cuando el motivo de la queja eramos nosotros y de sorpresa; ninguno de los maestros dijo nada al respecto sobre que tendríamos un tutor o niñera, que para el pelirrojo al parecer eran lo mismo.

Enarque una ceja por la confusión que me traía ver que sacaba el libro de ese mundo, realmente podiamos llevarnos esos libros? de ser así me hubiese llevado conmigo el de Terra para poder tener una mejor idea de a que mundo íbamos a ir en un futuro próximo. Estaba por decir algo al respecto para Lea, pero Zayna disparo con furia sus palabras antes de que pudiera hacer algo, incluso me eche un paso hacia un costado mirándola sorprendido, no estaba acostumbrado a verla enojada y menos por cosas triviales, si bien no había sido educado el pelirrojo, tampoco creía que su actuar era para que mi compañera se ofendiera tanto, quizás era por que estaba en su tierra y sus emociones estaban a flor de piel.

Jale apenas la tela de los pantalones de Zayna solo para llamar su atención. -Tranquila hermana de arena kupo....El solo vino por orden de los maestros kupo, por algo serapo- Le enseñe mis dientes en una radiante sonrisa para buscar traerle un poco de calma y distender un poco el tenso ambiente que parecía haberse generado. Me puse frente a Lea y extendí mi mano abierta a el. -Soy Kosmog kupo....Ella es Zayna kupo, y el es Noctis kupo, nadie nos dijo que te enviarían kupop- viendole mas de cerca note que su ropa oscura se me hacía muy familiar, no tarde mas de dos segundos de observación fija en la misma para darme cuenta de donde la había visto. -Tu formas grupo con el maestro Angelo kupo?-

Lea rió al oir al pequeño moguri. Se arrodilló para estar a la misma altura y le dió  la mano. - No lo olvidaré. Y de hecho no debería haber intervenido tan pronto pequeño moguri. Como os he dicho soy un tutor especial, no me dedico a acompañar a los miembros hasta un objetivo, sino que solo miro desde un tercer plano, y no siempre. En mi caso solo observo los momentos en los que algunos, como vosotros, tratais de obtener alguna invocación, pero teniendo el vacio que hay en Tierra de Partida Cherny no ha tenido otra que pedirme a mi que viniera. En verdad tendríais que agradecerle a el que esté aquí, si no ese bicho os hubiera dado una buena. - Dijo rascandose la nuca - En fin, no quería que me malentendierais, también soy un poco de mente abierta, no me corto al decir lo que pienso.

Cuando te fijaste en sus ropas se miró y dijo - Oh no, esto es solo una de las ropas especiales con las que podemos viajar entre mundos. Está hecha con Obscuroid un material especial que repele la oscuridad, y es algo que en los diferentes mundos no cambia nunca ¿Lo captas? - Finalmente se puso en pie - De nuevo pedón si me expresé indebidamente, y en caso de que tengais una duda o neceseteis una ayuda en especial, ya sabeis donde encontrarme, aunque también podeis aprovechar ahora.

Me quedé en silencio con la boca semi abierta, viendo la sucesión de hechos que acontecían frente a mis ojos. Agrabah, la aparición del Sincorazón, el extraño saliendo del portal para acabar con aquel monstruo, el enfado de Zayna. Observé el fenómeno que presentaban los lomos de los libros con interés. No sabía realmente como reaccionar a todo lo que había sucedido en tan pocos segundos. Suspiré pesadamente y luego saludé a aquel que se presentaba como Lea, luego de que Kosmog anunció mi nombre.

- Gracias por la ayuda con el Sincorazón. Realmente debió ser muy fuerte para subir por sí mismo tres números a la "amenaza" en éste mundo- extendí mis manos para tomar el libro de Agrabah en lugar de Zayna. Ya más calmada seguro lo aceptaría- Así que aquella criatura indeseable del archivero se llama Cherny. Lo recordaré para nuestro próximo encuentro, cuando le agradezca por éste detalle- estaba seguro de que eso le mosquearía. Me quedé en silencio contemplando a Lea unos segundos, organizando mis ideas hasta que finalmente supe cómo aprovechar las palabras- Puedo entender la molestia de mi compañera, pues hemos enfrentado bastantes retos para considerarnos un grupo con bastantes fortalezas, por lo cuál la broma de una "niñera" nos resulta chocante. Realmente me hubiera gustado intentar luchar con ese Sincorazón para saber qué tan fuerte o débiles somos en comparación. Aunque ya habrá tiempo luego. Nos has ahorrado un obstáculo en nuestra verdadera misión. Ya que estás aquí, me gustaría pedirte ayuda en nombre de Zayna. Estamos buscando un ser para mejorar sus habilidades de Invocación. Si dices que eres un tutor, creo que sería una mejor forma de aprovecharte. Creo que sería una buena forma de hacer las paces. ¿Te parece bien? 

No obstante, Zayna se limitó a mirar de reojo y en la distancia al tal Lea. No le gustaba nada. A pesar de que, al parecer, conseguir o no una nueva invocación dependía de él. 

Se quedó callada, analizando la situación. Pero no tenía mucho más que añadir. 

Al fin, tras que sus compañeros hablaran, añadió un último detalle: 

—Deberíamos seguir. 

Desde su posición Lea miró a Noctis a la cara - No hay porque darlas, quizás epocas atrás me hubiera costado un poco, ese bicho no es moco de pavo - dijo en referecia a la misma respuesta de Noctis y cuando hablaste de Cherny este rió - Ja ja ja, realmente su nombre es Chernabog, pero yo lo llamo  Cherny cariñosamente, veo que el cabeza-piedra ni se dignó a deciros su nombre, si me quieres hacer feliz por favor, no pares de llamarlo Cherny - Dijo bromeando pero con un toque de seriedad.

Posteriormente cuando hablaste de lo de ser niñero, Lea miró a Zayna - Vaaaale, vale. Quizás no he empezado muy bien cayendo por estos lares. Me disculpo honestamente - Por una vez parecía hablar en serio para decir una disculpa llevandose la mano derecha al corazón, como si lo dijera con el. - Y me parece bien, debido a mi falta de tacto daros una pequeña ayuda, pero no puedo daros una pista muy esencial, solo algo basico. Simplemente puedo deciros que su nombre, es Genio. No puedo deciros más lo siento, pero por suerte puede que os lo encontreis pronto. - Se puso en pie y dió varios pasos a un lado - Bueno, yo me marcho, que cuatro son multitud. Suerte en Agrabah y Zayna... Bienvenida - Dijo en referencia a Agrabah aunque realmente no fuera la Agrabah que recordases, pero desde tu punto de vista viste que esbozaba una mueca melancolica, no por pena hacia ti, pues no parecía eso, sino por haber recordado algo...

Tras ello se metió por el portal que previamente creo para desaparecer de allí.

Zayna observó cómo Lea se marchaba. Después, volvió a encarar el frente. 

Así que "Genio". Como ella lo fue. Bueno, eso ayudaba un poco. Ahora ya sabían que buscaban a alguien como ella fue, por lo que haría la búsqueda fácil y difícil al mismo tiempo. Sí, todo dependiendo de si tenía o no dueño. 

—En marcha —dijo mientras se ponía a caminar. 

Para la ocasión, decidió no ir flotando. Era mejor no llamar la atención. 

La forma en la que Lea hablaba le resultaba particularmente agradable para el moguri, en cierta forma podia entender que esa sonrisa traviesa que el pelirrojo solto cuando explico el nombre de la estatua del archivo solo mostraba una parte de su esencia en la cual se identificaba y no pudo evitar mostrar una sonrisa complice.

-Cherny suena bien kupo...creo que pasare por el archivo mas seguido kukukupo- dejandole en claro que si se trataba de hacer bromas con migo siempre se podia contar ademas la estatua se lo merecia despues de como habia tratado al grupo, aunque aun sentia mucha curiosidad por esta.

Salude con la mano a Lea cuando se marcho teniendo bien presente sus palabras sobre el Oscuroid y asi como las armadura de Perceval, me imagine usando un atuendo asi; con la capucha puesta seguro me veria muy sombrio.

-Que agradable sujeto kupo- mencione ignorando por un momento que Zayna no se habia llevado bien con el y rapidamente mi expresion cambio a una mas molesta -Eso diria si fuera educado kupo...quien se cree que es para tratarnos asi kukupo- agite los brazos a la par que subia el tono de mi voz por momentos, solo para apagarse mi molestia y dar paso a la confusion -Pero parecia sincero disculpandosepo...- Medite unos momentos sus actitudes pero a fin de cuentas solo lograba quedarme sin hacer nada y demorarnos cuando Zayna estaba decidida a seguir. -Bueno..despues lo resolvemos kupo...vamos kupo, seguro que esta sera una gran aventura kupopo- diria a la par que seguia la marcha de la djinn

Contemplé la salida de Lea a través de su portal y resoplé. Apresuré el paso para seguir a Zayna mientras me cruzaba de brazos, meditando.

- Es realmente un sujeto curioso. Como dijo Kosmog, no parece que sus intenciones fueran malas. Más importante aún...-me puse al lado de la djinn, colocando una mano sobre su hombro pero sin detenerla- Ya tenemos una pista para avanzar ¿Qué tal si recorremos las calles para recolectar algo de información? Averiguar cuánto tiempo ha pasado en éste mundo desde que te fuiste, y si alguien ha oído de ese tal Genio. Si es alguien o algo poderoso seguro no pasará desapercibido. 

Dicho ésto, comencé a moverme más rápido. Cuánto antes encontráramos nuestro objetivo, mejor sería para Zayna.
 

Tras una larga caminata de la cual ahora mismo solo quedaban las huellas de Kosmog y Noctis, ya que Zayna, aunque no volara, su poder la hacía demasiado ligera para dejar huellas, llegasteis al fin a Agrabah, más concretamente llegasteis al mercado, un lugar atestado de gente que compraba, vendía, transportaba, vigilaba o como algunos más siniestros y escondidos o incluso pobres, robaban. Estos últimos se veian bastante menos, pero alguno pudisteis denotar, cosa que os hizo temer por vuestras cosas.

Al llegar allí lo que parecía ser un guardia de aquel mundo os desenvainó la espada a Noctis y Kosmog los cuales, a diferencia del resto de los demás lugareños de aquel mundo, no llevaban armas, salvo los guardias - Alto ahí. ¿Guerreros del desierto? ¿Qué hacen mercenarios como vosotros en Agrabah? ¿Venis buscando problemas? - El guardia parecía muy serio y rudo, y para colmo habían otros guardias cerca que estaban mirando al que pensabais que era su jefe, el cual estaba frente a vosotros

Por suerte para Zayna, podáis poesía poco que robar. Lo más importante que tenía, no podían robarselo. Pero entonces, asistieron aparecieron los guardias. No los recordaba tan husos hoscos. Pero tampoco a Agrabah tan oscuro.
Al escuchar cómo se dirigía a los otros, Zayna automáticamente dio un paso al frente y se interpuso entre el filo y sus compañeros:
—¿Te parezco acaso un mercenario? ¿Desde cuándo en Agrabah es normal amenazar a mis guardaespalas?

El guardia se quedó casi sin habla al oir a Zayna hablar - Pe-pero... t-tu... - Envainó su espada replanteandoselo mejor y entonces con un tono más respetuoso y diferente comenzó a hablar - Lo lamento, disculpa mis modales, no solemos tener a gente de incognito por aquí. ¿Me podría decir por favor quién es y el motivo de su visita? - Preguntó respetuoso y tratando de vigilar mientras a los "guardaespaldas" por si la femina les mentía

Zayna siguió hablando con la misma decisión:
—Somos viajeros de lejanas tierras. Yo soy Zayna. Venimos de un país más allá de las arenas del desierto para presentarnos ante el Sultán. Decidme, ¿sigue siendo Altair, el Sabio, sultán de este reino? Solicitamos audiencia.
No era en absoluto lo que había planeado, pero tendrían que arriesgarse.