Partida Rol por web

El viento hizo que Zayna y Kosmog a una velocidad moderada para verlo todo pero algo rápido, se desplazaron por el cielo atravesando el desierto hasta empezar a ver un destello en el horizonte.

Rauda Zayna puso rumbo allí y cuando estaban a punto de llegar, Noctis giró la cabeza y vió a Kosmog envuelto en una niebla. Por el otro lado, Zayna y Kosmog vieron al susodicho junto a un principe y su sequito entre oro, un elefante, pajes y una especie de visir muy animado que gritaba en gran voz - Bueno principe Ali ¿dispuesto a ir a Agrabah?

Me crucé de brazos, conteniendo mi sorpresa ante aquella magia y asentí con una sonrisa cómplice a al obrador de aquel milagro.

- Creo que con eso es suficiente. Aunque quizás hubiera preferido no alardear tanto- dije mirando las monedas de oro que habían aparecido por la magia, y claramente al enorme elefante- Pero es parte del paquete supongo...-la enérgica brisa hizo que mis cabellos se movieran. Giré mi cabeza hacia un lado, justo para ver a Kosmog bajar desde el cielo en una nube. No estaba usando sus alas, por lo cuál...me giré un poco más para ver a Zayna llegar detrás de él ¿Estaría molesta conmigo? Esbocé una sonrisa al paso que me acercaba al lugar donde aterrizarían- Llegan en el momento perfecto. Tengo buenas noticias. El nivel de Sincorazones debería estar estable nuevamente- comenté a Kosmog con respecto a su último mensaje- Y conocí a Al, un bandido muy honorable, y su amigo Genio.

Llegar y encontrar en buen estado a Noctis era algo que me dejaba bastante mas tranquilo, aunque tenía plena confianza en el aun me alegraba verlo sin heridas, suponiendo que el era quien se había enfrentado a los bandidos. Pero no estaba solo, se encontraba rodeado de riquezas, sirvientes, un extraño visir y alguien con unos atavios propios de la realeza, que el visir confirmase su estatus me sorprendía hasta que Noctis delato su naturaleza como bandido. El no nos mentiría y razones no tenía para dudar de sus palabras.

-Que bueno que estan bien Noctis kupo la proxima dejame algo a mi también kupopo- Comente algo divertido pues también me agradaba la idea de blandir a Buscacaminos. -Bandido? o principe kupo?....Principe bandido kupo?-

El genio azul ahora era como una especie de visir humano. Este tapó corriendo la boca a Noctis. Entonces le susurró algo al oido a Noctis y después se alzó para decir - No es ningún bandido, es el principe Ali Ababua. Venido de lejanas tierras para pedir la mano de Jasmine, pudiendo ofrecer un poco de su generosidad, claro - Dijo presentando al principe, el cual este sonrió y saludó con la mano.

Lo que te susurró Genio fue - Shhhh, no les digs la verdad a tus amigos, veamos si funciona el que parezca un principe. - Y entonces lo presentó
 

Mi boca fue tapada repentinamente y escuché lo que Genio susurró a mi oído. Suspiré y asentí, recalculando mis palabras.

- Tienes razón, lo siento...-volví mi vista a Kosmog y me disculpé, aunque con cierto desánimo imposible de ocultar- Verás...quise decir que como Príncipe, es un bandido...no...-me llevé la mano al mentón. No estaba arreglando las cosas de esa manera- El Príncipe Ali Ababua me ayudó en el desierto con los Sincorazón. Así que no te has perdido de mucho, fue cosa de unos instantes, aunque sin su ayuda quizás no hubiera salido ileso- con eso terminé mi explicación y decidí cerrar la boca para cometer más equivocaciones.

Entonces, al vislumbrar a Noctis, Zayna se separó del moguri. La niebla se agolpó en un punto cercano a Noctis y al pintoresco grupo y ¡PUF! Se transformó en la djinn. 

Zayna levantó la cabeza y se quitó la capucha de la capa que había cogido prestada del palacio (no iba a ir vestida de bailarina por el desierto). Entonces, se fijo en el chico y, sobre todo, en su acompañante. 

Cuando a Noctis se le escapó un nombre que, por un segundo, hubiera atribuido a otra persona. "Al", como Altair. Miró al príncipe, después al visir. Sonrió sin poder evitarlo. ¿Dónde había visto ese cuento antes? Sólo que en vez de Altair, era otro. 

—Aladdin, ¿verdad? —dijo con una sonrisa calmada—. No tienes que fingir delante de mí. Yo misma concedí el mismo deseo que acabas de pedir hace ya casi un siglo. Las historias tienden a repetirse, ¿verdad? 

Después se giró hacia el visir y trató de escudriñar lo que imaginaba.

—Pero qué es el tiempo para un djinn, ¿no? —preguntó simplemente. 

Dí un leve paso hacia atrás al notar la aparición repentina de Zayna. Demasiados trucos mágicos por un día para el Señor Noctis. Bajé la mirada sonriendo, y le dí un pequeño golpe de codo al "visir". 

- Ella es la compañera de la que te hablé. Genio...-me coloqué detrás de Zayna, poniendo mis manos sobre sus hombros- Ella es Zayna...Su amo Al accedió a permitir que Genio hablara contigo sobre lo que necesitaras, e incluso piensa liberar a Genio al usar su último deseo- le informé a mi compañera, esperando que aquellas noticias le hicieran feliz, y para resumir todo el asunto de forma sencilla. Luego me separé para darles un poco de espacio, quedándome a un costado. Podrían aprovechar unas rápidas palabras antes de que partiera Aladdin hacia el palacio. 

Noctis tratando de mentir era muy evidente y rapida como era mi me te y con la ayuda del desliz de mi amigo, ate los cabos sueltos a la par que una sonrisa orgullosa y llena de picardia se dibujaba en mi rostro. Muchas ideas se me ocurrian para presionar un poco, pero Zayna parecia ya conocer tanto al genio como a Aladdin, no quedaba mucho que agregar o que sirviera como blanco de bromas despues de eso.

Lleve mis manos a mi nuca en un acto despreocupado que era acompañado por el denso suspiro de que frustraran mis travesuras antes de terminar de mentarlas siquiera. -joo me echan agua a la fiesta kupo- comente con fingida molestia en mi voz dejando un silencio al aire, aunque este no duraria pues mi risa escapaba de mis labios como un murmullo.

-Je, de todas formas queria conocer kupo a quien molesta a los guardias kupopo...Asi que tu eres Aladdin kupop- me le quedaria mirando, en mi ciudad tambien molestaba a guardias y mercaderes por igual, quizas teniamos las mismas diversiones en común.

Al y Genio se quedaron impresionados ante Zayna y su transformación de Niebla a humana, o Djinn en este caso. Genio entonces se quejó - Vaya Noctis entre tu que no sabes mentir y una Djinn pues claro que es dificil que piensen que no es Al. - Entonces volvió a transformarse en el Genio azul de siempre - ¿Entonces esta es tu amiga? Vaya la primera vez que conozco una de los mios libres - Se rascó la cabeza y Noctis vió que por una vez, Genio se quedó sin palabras.

Al entonces respondió ante vuestras pilladas - Sí bueno... yo soy Aladdin - Se quitó el turbante y guardó allí la lampara de Genio para no perderla. - Y bueno, supongo que es normal lo de pedir ser un principe, cualquiera le gustaría serlo, pero yo solo lo pedí por otra razón. Por cierto, encantado de conoceros. - dijo ya más calmado al ver que había nuevos amigos a su alrededor. El elefante parecía enfadado y Al se dirigió a este - Ya, tranquilo Abu, esto durará poco, y volverás a ser tu mismo ¿Vale? Y espero que también lo de tratar de sobrevivir en las calles.

Genio que aún seguía sin saber que decir dijo - Eso es  cierto, además cuanto antes lleguemos antes podrás enamorar a esa ricura y obtener a esa princesa bombon la cual perderá los huesos por tí. Aún hay mucha magia por hacer. ¿Os unis?

Zayna sonrió al ver al Genio con su auténtica forma. 

—Así que tú eres Genio —dijo con una sonrisa—. Conocerte es una de las razones por las que volví a Agrabah —añadió y después trazó con las manos el saludo tradicional djinn acompañado de una inclinación de cabeza de cortesía—. Es un placer. 

Después, escuchó lo que decía el Genio. 

—Sí, fui liberada hace bastante poco. Aunque en este mundo haya transcurrido cerca de un siglo, para mí ha sido hace apenas una semana. No obstante, la libertad tiene un precio. Al igual que el poder que posees. Yo lo perdí todo, hasta que encontré una nueva fuente de poder y algo nuevo por lo que luchar. Cuando llegue el momento, será un placer para mí enseñarte lo que aprendí. A cambio, me gustaría contar con tu ayuda para completar nuestra misión. Por supuesto —añadió entonces mirando a Aladdin—, cuando la historia de tu amo llegue a buen puerto. Como ya dije, mi último amo pidió el mismo deseo que tu señor, Aladdin. Tenemos audiencia con la princesa Jazmine esta misma noche. Somos invitados del sultán y nos hospedamos en el palacio. Podremos ayudarte hasta cierto punto, el resto me temo que ni un Genio ni una antigua Djinn podrán conseguirlo, sólo tú. 

-Pues que esperamos kupo- Comente emocionado por haber tenido un presentimiento acertado sobre Aladdin y lo que estaba pasando, o al menos en acertar que los poderes del genio estaban metido en este asunto. Lastima que iba tras la princesa aquel bandido Aladdin, si había hecho el esfuerzo de encontrar los deseos para poder impresionarla, quien era yo para meterme en su camino.

-Por cierto nosotros somos guardaespaldas de Zayna kupo...no se chiven y nosotros no nos chivamos kupo...Capish po?-

Zayna sonrió al escuchar a Kosmog. 

—Ya no, Kosmog. Ya sabe quiénes somos. Ahora somos invitados del Sultán. Es el bisnieto de mi último amo, de Altair... 

Un puntito de nostalgia anidó en su rostro al recordar lo que el moguri se había perdido. 

—Me presentó la tumba de su abuela. Se llamaba Zayna, como yo. Es... es lo que quiso enseñarme. Cuando la oscuridad me tragó, Altair pensó que me fui y que nunca volví. Y creyó que fue por su culpa. Y... puso a su hija el nombre que me dio a mí. 

Después de decir esto, miró al Genio. 

—Si algún día alcanzas la libertad, es posible que sufras el devenir del tiempo de la forma en la que lo he sufrido yo. Cien años es mucho tiempo para casi todo el mundo, pero no para nosotros. 

Al se sorprendió al oir lo que deciais - Entonces ¿sois amigos del sultan? Genio quizás eso podría ayudarnos - entonces Genio asintió - Pues claro, podeis decirle al sultan que el principe Ali Ababua os ha salvado de las criaturas negras. Como Noctis había dicho. Además quien sabe. - Genio se transformó al lado de Zayna en un cupido - Quizás así el enamoramiento de la princesa sea más sencillo. - Y volvió entonces al lado de Al - ¿Que te parece Al? Así no irás sin nada preparado.... Bueno salvo el sequito - dijo mirando atrás a todo lo que había hecho

Dicho esto Genio se puso un tanto impaciente y empezó a preguntar de ir ya hacia Agrabah. Al como pudo intentó hablar con vosotros - Si no os importa, venid con nosotros, por favor.

—Bueno, algo así. Invitados honoríficos. No obstante, no estoy de acuerdo con lo de mentir —dijo Zayna un tanto incómoda. 

Tampoco lo estuvo cuando Altair se lo pidió, pero ella sólo obedecía. 

—Y tampoco estoy de acuerdo en lo de las criaturas negras, puesto que hemos venido aquí a exterminarlas. Quedaría un poco raro, ¿no creéis? Sería mucho mejor si decimos que... decidimos escoltaros. 

Me crucé de brazos escuchando con atención como iban decidiendo las cosas antes de marchar. Realmente quería que nos pusiéramos en marcha, pero me parecía beneficioso que todos se pusieran al tanto y acordaran nuestra situación. Objeté ante la última aclaración de Zayna, pues me parecía una cuestión de honor defender la verdad de los hechos.

- Coincido en no mentir, después de todo si el Sultán sabe nuestro motivo aquí no hará falta complicar las cosas. En cuanto a las criaturas negras...-suspiré antes de seguir- es verdad que Aladdin me ayudó a acabar con una gran cantidad en el desierto. Le debo una por eso. Aunque me deje mal parado, ya que era mi trabajo, no puedo quitarle el mérito. Podemos...a lo sumo decir que es un compañero de espadas en la lucha contra los Sincorazones. 

Terminada mi colaboración en la discusión, me retiré un poco para buscar con la mirada a la "Alfombra Mágica". Deseaba dedicarle unas palabras más de agradecimiento en la batalla y le pediría que me permitiera viajar sobre ella hasta el Palacio.

Realmente no sentia que estuviese aportando en algo a aquel paso por los origenes de Zayna, hasta ahora solo podia escuchar lo que los demas decian y comparar su accionar y resultados con los mios, claramente me encontraba a mi mismo como ineficiente o al menos flojo.

-No es mentir kupo....es adornar la verdad kupop- comentaria solo para oir la propuesta de Noctis -Buen plan Noctispo...eso me parece mil veces mas creible kupo, y conveniente para todos kupo....entonces ya vamos? Tengo hambre kupopo- Hasta ahora solo habia estado llendo de un lado a otro sin probar bocado desde que salimos de tierra de partida y ademas queria pensar de que forma podria aportar a la mision o al menos saber cual era esta? Por que el nivel de amenaza subia tanto de repente?

Bueno eso no lo sabiamos, está bien entonces. Igualmente podeis contar con nosotros si necesitais ayuda con esas criaturas. Ahora será mejor que nos pongamos rumbo al palacio no creeis - Genio asintió al igual que el elefante de detras de Aladdin. - Tranquilo Abu, esto se terminará pronto. - le acarició entonces la trompa

Entonces os pusisteis rumbo a Agrabah con todo el "sequito" de Aladdin detrás*

Una vez en Agrabah todos miraban a Aladdin el cual trataba de ser amable mientras el Genio le daba una entrada espectacular, hasta que entonces al fin llegasteis a palacio, con el Sultan divertido con tal actuación del principe Ali Ababua, y sobre todo la alfombra mágica.

Entonces vosotros tres notasteis algo raro en aquella habitación. Al mirar hacia donde habíais venido un viejo con barba de chivo parecía cerrar con mala gana la puerta y sin apenas reparar en vosotros, miró con asco al principe cruzandose de brazos.

El genio había desaparecido, parece que se había ido a la lampara.

El sultan entonces habló - Vaya vaya, que divertido, el principe Ali Ababua, si claro, encantado de conocerle, y veo que venis con mis invitados, espero que no os haya ocurrido nada malo la verda viniendo hacia aquí. - Hacía referencia a los sincorazon.

Zayna observó todo desde uno de los tejados. Prefería no estar en medio de todo el meollo. Ya no iba con ella. Esa etapa parecía demasiado lejana. Como si hubieran pasado cien años de verdad. Había ayudado a Noctis a subir con ayuda de Kosmog. Desde allí podían vigilar mejor todo lo que iba ocurriendo. 

—¿Creéis que lo conseguirá? —preguntó mientras veía cómo tiraba monedas de oro. 

Después, observó cómo el "príncipe" subía las escaleras con el séquito y entraban en palacio. 

—Nuestro turno —dijo entonces, y tendió la mano a Noctis para bajar de nuevo al suelo y poder entrar al palacio también. 

Una vez dentro, se quedó al fondo hasta que el sultán se dirigió expresamente a ellos, justo cuando el hombre de barba de chivo cerraba de mala gana la puerta. ¿Quién era ese? ¿Por qué le daba tan mala espina? Había algo que... que hacía que saltara su sexto sentido. Era peligroso. 

—No se preocupe, majestad —dijo Zayna, contestando al sultán, apartando la mirada del hombre—. El príncipe sabe defenderse sin lugar a dudas. No necesitó de nuestra ayuda, pero decidimos escoltarle de vuelta. 

Seguí a Zayna hasta uno de los tejados. De alguna forma prefería que nos separemos del grupo de Aladdin, ante lo que obedecí sin protestar, dejando el tema de la alfombra descartado. En su lugar vigilé la marcha real hacia el castillo y los alrededores de la ciudad, dando algunas miradas rápidas hacia el límite con el desierto. Aún me cuestionaba qué estaba haciendo que el nivel de oscuridad de aquel mundo subiera. 

- Le deseo suerte en su objetivo, honestamente. Está enamorado profundamente de la princesa, y no del oro y la posición que le rodean- comenté de forma distraída ante la pregunta de Zayna. Fijé mi vista en ella ante su señal, y agradecí que se mostrara tan atenta para ayudarme a subir y bañar de los techos.

Ingresamos seguidamente del Principe y su compañía al Palacio, con un cambio de ambiente que se hacía incómodo de alguna forma. Quizás era la presencia de ese hombre con báculo de serpiente con aspecto seriamente siniestro. Me quedé con la mirada prendida a él mientras ingresábamos, y le hice un llamado de atención a Kosmog. 

- ¿Le conocen de algo? No estaba aquí la última vez que vine. Debe pertenecer a la corte del Sultán- no sabía si se le denominaba así en éste mundo- u otro pretendiente de la princesa. 

Tras indicarle que tuviera un ojo abierto, volví parte de mi atención al frente, donde Zayna tomaba la palabra por nosotros. No tenía intenciones de hablar, pues prefería estar expectante de todo lo que sucedía. Por un lado, Genio no se encontraba liderando como vocero ya, y tampoco nos había honrado con su presencia la Princesa.