Partida Rol por web

- Zayna...no...ahí no...-aún soñaba mientras abrazaba la almohada y pegaba mi mejilla contra ella. Mi piel había comenzado a arder nuevamente, produciendo cierta incomodidad ya sin aquella brisa que me refrescaba. Sonreí de forma risueña mientras le daba un beso a la almohada. Fruncí el ceño repentinamente, y me desperté. Me revolví para desenredarme de la frazada y alejé la almohada de mi lado, confundido. De repente, hacía mucho calor...

Escuché la puerta cerrarse, y me apresuré a levantarme de la cama. Me había dormido vestido, lleno de arena y ahora tenía algo de sudor en mi cuerpo. Estaba solo, lo que me dejó algo desconcertado. No había señales de Kosmog o Zayna alrededor.

- ¿Cuánto habrá pasado? -me sujeté el estomago con una mano, sintiendo algo de dolor. Fui en busca de mi bolso en busca de agua o raciones para llenar un poco mi estómago. Observé por la ventana preguntándome si Aladdin ya habría conseguido hablar con Jasmine. Para mi sorpresa, no estaba corriendo mucho viento afuera, a pesar de que dentro de la habitación había sentido una linda brisa fresca.

Tras despertar y notar que estabas solo (Zayna aún no estaba muy lejos) Pudiste notar que realmente no estabas solo.

Una cola salió de debajo de tu cama... poco a poco fue mostrando más y más cola, y más cola, y más... ¿Cola? ¿dos patas? más... ¿Cola? ¿Qué narices era...

Salió de golpe al final para dejarse revelar una especie de serpiente con dos patas intentando asustarte. Zayna oyó el rugido, pero teniendo en cuenta de que Noctis estaba dormido, igual lo había hecho en sueños.*

Este rápidamente iba hacia vuestras bolsas, o al menos lo que habiais dejado ahí.

Era el, de verdad que lo era, esta vez estaba seguro que no me estaba confundiendo pues nadie tenía esa forma de vestir y aquel pompom amarillo brillante al punto de resaltar sobre la arena del desierto, estaba con otro moguri mas pero en este momento solo podía llenar mi rostro de alegría al punto del llanto; estaba vivo, al menos no parecía una ilusión.

Y aunque mi rostro quedo con la sonrisa congelada, mi desconcierto fue enorme al ver su rostro y entender que no había usado el paro solo para bromear o para evitar que lo tackleara en mi intento de abrazarlo. Me detuvo en seco y no parecía estar de mucho humor, de hecho, nunca le había visto portar una expresión tan sombría y cargada de pena y dolor como lo que pronto confirmarian sus palabras.

No entendí al principio que era eso de los caballeros mogured, jamas había oido hablar de ellos, el tampoco me había contado de ellos aunque yo bien sabía que Montblanc siempre se guardaba cosas para el. No por desconfiado, si no que el es muy bueno manejando la información, si no me lo había contado antes por algo habrá sido. Pero sus palabras me desconcertaban, no entendía el por que de la creación de aquella orden, había información que no se me estaba siendo dicha y no podía formular ni siquiera una teoría del por que no podíamos ser aliados, quería preguntarle por ello y por muchas cosas mas, pero verle apuntarme con su arma era doloroso, pero peor aun era verlo hacer eso con lagrimas en sus ojos. Se estaba obligando así mismo a cumplir con su deber, con sus compañeros, a seguir unas reglas de lo mas sanguinarias desde mi punto de vista pero tampoco podía siquiera tratar de entenderle. Solo podía comprender una cosa, el estaba sufriendo por lo que debía hacer.

Estaba aterrado por la idea de que fuera aquel mismo que me es tan familiar, alguien que siempre vi con admiración y que el a su vez me ve como su protegido, su pequeño hermano; para mi el es el hermano mayor que nunca tuve, mi ideal a seguir, y en momentos así mi mente maquina a toda marcha pero solo una solución encuentra a este dilema.

-Hola kupo- Masculle con todas mis fuerzas pensando que aun estaba atrapado en el efecto de su paro, al menos podía hablar y eso me trajo una sonrisa de lo mas nerviosa por el miedo pero que trataba de trasmitir la calma que el siempre me dio a mi. -Tanto tiempo po...Montblanc....- mencione sin poder evitar romper en llanto, sentí por fin que el martirio que venía cargando sobre mis hombros por fin se había ido al verle vivo y sano ante mi. Aun así trataba de mantener aquella sonrisa quebrada por el miedo y la felicidad. -Me mekupo, me alegra ver que estas bien kupopo, me alegro mucho po- El pelaje de mi rostro se empapaba mas a cada segundo en lo que finalmente pude soltar aquel grito de angustia que venía reteniendo por tantas noches, por ese momento no me importo el hecho de lo que iba a pasar, estaba aliviado y feliz, dolido por que no me haya contado que estaba bien e intrigado por si Balthier y Fran corrieron la misma suerte que el.

-Mont kupo....Haz lo que tengas po que hacer kupo- Dije entre llantos y aspirando hacía dentro de mi nariz cualquier rastro de mucosidad de forma muy ruidosa, no estaba para contenerme en nada y quería que el me escuchara bien. -No te detendre kupo, tu me enseñaste kupo, que los juramentos se honran kupo, yo tampoco me detendre kupopo, volvamonos a ver sipo?- por el estaba dispuesto a dejar que me cortara el pompom, si con eso podía ayudarle y evitar que sus compañeros desconfiasen de el por no tener las agallas de "ejecutarme", estaba dispuesto hacerlo. -Antes de eso kupo, respondepo, ¿Fran y Blathier estan bien también?-

Iba a doler, seguro que sí, pero no podía enojarme con el, no con aquel a quien admiro que es capaz de llevar a cabo cualquier cosa que se proponga sin importar el obstaculo, solo esperaba que por ello tuvieramos la oportunidad de hablar de nuevo, tengo mucho que contarle.

Apenas se había alejado un par de pasos cuando sintió un escalofrío que recorrió su espalda. Oscuridad. Como aquella que sentía cerca de los sincorazon, pero con un matiz diferente. Reaccionó sin pensar. Salió precipitada hacia la puerta, la cual se abrió de golpe impulsada por el vendaval que venía con ella. Soltó la ropa que llevaba en. La mano y se lanzó a por la criatura con las manos vacías mientras convocaba a su llave espada en forma de daga y la clavaba en el ser de oscuridad*.

El ser extremadamente largo formado en casi su totalidad por una cola salió de debajo de la cama e intentó asustarme, para luego ir directo hacia nuestros bolsos. Su rugido no había causado tanto un miedo, sino sorpresa. Me puse en guardia con mis brazos en alto para protegerme o atacar. Mi sorpresa aumentó cuando aquel ser, como antes dicho, pasó de mí. Su objetivo era otro, pero antes de descubrirlo Zayna apareció por la puerta con una fuerte presentación. En un abrir y cerrar de ojos había saltado en mi ayuda, atacando a la criatura con su Llave Espada. 

Mis manos temblaron. Tenía serias dudas sobre cómo actuar. Me mordí el labio con fuerza antes de decidirme.

- ¡Zayna, espera! No acabes con él aún -dí un par de pasos rodeando el enfrentamiento y corrí hacia los bolsos para ponerlos a resguardo- Está buscando algo, pero no me atacó en primer lugar- mi voz temblaba un poco. Era la primera vez que no saltaba a una batalla contra un ser de esos, y tenía la certeza de que los demás de verían como un loco ante aquella actitud. Ni siquiera yo estaba seguro de mi actitud. Sólo esperaba que las cosas no se salieran de control- Aléjate de él para que no te ataque, necesito intentar...

Aún no quería invocar mi Llave Espada, esperaba que Zayna me escuchara y ser aquél se calmara. Quizás estaba perdiendo la cabeza...
 

El ser al estar apresado por Zayna, en lugar de atacarla para defenderse, solo se retorció intentando librarse del ataque.

-Mont kupo....Haz lo que tengas po que hacer kupo-

Esas palabras le hizo sentir a Montblanc aún más desgraciado si cabía ante la situación que tenía entre manos. - CALLA - gritó Montblanc entre sollozos al oir que había que respetar los juramentos - Si hay tantos juramentos kupo ¿por qué no hay uno para evitar la destrucción kupo de cada mundo? Igual no puedo hacer estopo, Kos... Sabía que algún día kupo, tendría que toparme conmigopo, igual que tu lo hiciste conmigo kupo. Pero las tornas han cambiadopo... - Guardó su espada en la vaina - No puedo condenar a mi hermano kupo... pero kupopo, tampoco puedo unirme a ti. Si quieres ver a Balthier y Fran kupo, tendrás que ir allí donde yo jamás regresarépo... a fin de cuentas este es tu tiempo kupo...

El portal parecía comenzar a cerrarse poco a poco y Montblanc estaba de espaldas a ti - Kos kupo... ha pasado muchisimo tiempo kukupo. Para tí aún no, pero yo pensé que jamás te vería kupo. - Te miró entonces con lagrimones recorriendo su cara - No hables sobre la mogured kupo, o ellos vendrán a por ti kupopo y serán menos benevolos que yo kupo. - Tras eso su paro dejó de hacer efecto justo cuando empezó a caminar hacia el portal.

-Ojalapo... pudieramos ku.... vernos otra vez kukupopo... en una mejor situación kupo. - Poco a poco parecía que iba a irse.

Ni siquiera podía pensar como era posible el poder llorar tanto y mantener un buen animo o una sonrisa amistosa incluso cuando me estaban gritando en la cara que no fuese tan insensato; una parte de mi se alivio al ver que el no sería jamas capaz de lastimarme, era su amigo y protegido, ese sentimiento sería algo con lo que me tendría que familiarizar a futuro, y si no fuera por la situación en la que me encontraba también me preguntaría a mi mismo si es que acaso viviría una situación similar, donde alumno y maestro terminasen en bandos que parecían opuestos pero no necesariamente deberían serlo.

El efecto de su magia estaba desapareciendo a medida que el hablaba podía sentirlo, mi cuerpo comenzaba a tener sensibilidad de lo entumecidos de mis músculos por estar tanto tiempo estaticos en una posición incomoda en medio del aire. Estaba preparandome para moverme, para mi siguiente acercamiento a Montblanc, sin dejar de escucharle y tratar de mantener mi mente enfocada en mi última acción antes de que me dejase de una vez por todas de nuevo. Pero era difícil mantener la mente en frió cuando le veía sufrir tanto ante mi y a su vez guardarse tantos secretos para si mismo, aunque tuviese una buena razón yo le conocía lo suficiente como para necesitar verle llorando para saberlo. Y finalmente, el efecto ceso y mi cuerpo cayo a la calida arena preparado para flexionar la pierna del primer pie que pisase tierra solo para lograr un impulso hasta el y lograr mi cometido desde que lo ví a la distancía, abrazarle con gran fuerza y aferrarme a su espalda en un silencioso sollozo que mezclaba la tristeza de verlo partir de nuevo con la alegría de saber que podía volverle a ver.

-Construire la oportunidad kupo....Hermanopo...Me debes una aventura kupo, no te rindas hasta que ambos logremos el equilibrio kupo, traere equilibrio y armonia kupo, ni luz ni oscuridad kupopo- Me era difícil querer soltarle, pero sabía que debía hacerlo -Es una promesa kupo, encontrare la forma de salvar los mundos kupopo, lo hare y si no lo hago...mi desendencía lo hara kupo, y nos volveremos a reunir kupo, aunque sea en otra vida kupoppo- Contenía mi necesidad de volver a estallar en llanto, quería trasmitirle lo que sentía y sabía que el me entendería mejor que nadie. Finalmente mis brazos le soltaron y me aleje un par de pasos de el. -Hasta luego hermano kupo, camina con la cabeza en alto kupo, que yo lo hare sabiendo quien me guio kupo- Estaba orgulloso de ser su discípulo, su amigo y hermano pequeño, aunque la sangre no nos uniese, lo hacía nuestro afecto y respeto por el otro.

Montblanc no hizo nada ante aquel abrazo, no parecía que quisiera que no se lo dieras, pero parecía que contuviera las fuerzas de responderte al abrazo. Las lagrimas eran presentes en aquel encuentro mientras tus palabras seguían su curso y el portal se hacía más pequeño cada vez.

A pesar de todo, al soltar a Montblanc, este no respondió ante lo que tu habías dicho, simplemente caminó unos pasos hacia alante hasta estar a la altura del portal, fue entonces cuando se detuvo y dijo algo - La llave espada, nunca logrará el equilibrio, su creación genera destrucción y ese es un ciclo infinito en el que tenemos que vivir todos... Suerte en encontrar ese equilibrio que jamás podras encontrar con ese artefacto a tu lado... - se quedó en silencio unos segundos mientras parte de su brazo atravesaba el poral para terminar diciendo - Hermano - Y tras ello, cruzó el portal y este se cerró tras el.

No parecía desconfiar de ti, ni tampoco dejaba de creer en lo que decías, simplemente... no se fiaba de la llave espada.

Ahora que Montblanc se fue tus ideas pisaron tierra para ver que la noche se te echó encima. Zayna y Noctis estarían en la habitación donde dijo Zayna, y Al y Jasmine... Un viento te movió por tu espalda y en el cielo viste una alfombra volar. Seguro que estarían bien.

Miró a las bolsas, miró al ser. Levantó una mano y sacó su otra daga. No le haría daño, no era una llave espada como la otra, pero podría inmovilizarlo. Con decisión, la clavó en el bicho y se dirigió a Noctis. 

—Rápido, yo lo retendré.

Los segundos esperando la reacción de Zayna me fueron eternos, hasta que sacó una daga de entre sus ropas y ensartó a la criatura para evitar que se moviera mucho. Aquello fue sorprendente en cierta forma ¿Qué estaría buscando allí el Comesueños? 

- ¡Muy bien! -alenté a mi compañera. No había sido herida por mi retraso y había confiado en mí. Me sentía repentinamente mucho más seguro al tenerla a mi lado- Los Comesueños son la forma más básica y débil de oscuridad, según Eraqus- dije explicando a Zayna mientras me acercaba lentamente hacia aquella criatura formaba casi enteramente por una cola-. Salió de mi cama...¿fue creado por mis sueños o atraído por ellos? -dije más pensando en voz alta que otra cosa. Quería que la criatura captara mis movimientos, lentos y seguros, mientras acortaba la distancia- Tranquilo...No te haré daño si no me obligas...-intenté acercar mi mano a su cabeza, con cuidado en caso de que quisiera morderme. Estaba intrigado e interesado en aquella pequeña "cosa". Si aquel ser era "oscuridad", y "él" me había dicho la verdad, quizás podría...podría...aprender cómo usarlos. Si quería saber si era posible, tendría que arriesgarme.

Zayna se quedó pálida el ver qué estaba haciendo Noctis. No era lo que tenía en mente cuando le dijo que retendría al Comesueños.

—N-noctis... Me refería a que buscaras en nuestras cosas, ¡no a que trataras de acariciarlo! —dijo Zayna nerviosa al ver a Noctis tan cerca de la criatura. 

Sus sentimientos llegaban a mi sin necesidad de que hablase o hiciese algo, podía entenderle y por ello le escuche en silencio, sintiendo su desapego a la posibilidad de que la llave espada fuera algo diferente, pero sus palabras calarían hondo en mi mente y se aferrarían como una idea, un pensamiento que necesitaba resolver a toda costa en cuanto pudiese hablar con alguien que supiera bien del tema de las llave espadas, una persona tan sabía como para incluso mostrarme el lado oculto de aquella herramienta.

Cuando Montblanc atraveso ese portal, dejandome solo en aquella duna del desierto, me quede unos momentos absorto en sus palabras que aun resonaban en mi mente. Buscaba patrones o como unirlas para darle un sentido a todo aquello que mencionaba, y por momentos solo podía deducir que un artefacto, arma o herramienta, como fuese llamado, que pueda romper el fino balance entre el caos y el orden, luz y oscuridad; era algo por demas poderoso y que su proceso de creación había tenido grandes consecuencias en sus inicios, ademas de las que hoy aun afectan a los mundos.

El equilibrio se había roto, miraba mi mano vacía y podía imaginar allí a Busca Caminos, podía traerla si quería pero no lo veía necesario, aun con los ojos cerrados podía recordar que siempre que ella aparece, esta muestra mi camino recto justo entre ambas fuerzas, pero estaba seguro que eso no bastaría para convencer a Montblanc. No, de hecho eso solo haría que Montblanc remarcase su punto, el poder manipular a ambas fuerzas me hacía peligroso, pero si la llave espada podía acudir a cualquiera, entonces destruir a sus usuarios o a la fuente de las mismas no era la solución.

Estaba seguro que el cambio que provocaron con su llegada, jamas sería deshecho con su partida, solo traería un sustituto.

Pero ya no era tiempo de pensar en eso, sabía que probablmente había sembrado preocupación en mis amigos al marcharme sin decir nada, sin responder a sus mensajes, por ahora iría a mostrar que seguía vivo, volando con celeridad rumbo al palacio, a la habitación que compartía con Noctis, pues si me detenía a pensar o aminoraba la velocidad, aquel dolor que latía dentro de mi corazón me desbordaría. En este instante lo último que quería estar es solo.

El comesueños mientras estabais haciendo aquello, desapareció para aparecer un poco más allá e ir directo a por las bolsas de nuevo. Finalmente sacó de la bolsa de Noctis su siemprejuntos y fue a lanzarse hacia fuera, cuando...

Kosmog volando se chocó con el. El comesueños y el siemprejuntos se separaron, llegando este último a manos de Kosmog y el comesueños a caer contra el suelo.

Al fin el pequeño moguri estaba con vosotros.

Zayna observa la escena perpleja, pero reacciona rápido. Así que quería un siemprejuntos, por alguna razón desconocida. Quizá para interferir con ellos, quizá para su jefe. Sin embargo, no podían arriesgarse a que huyera. 

De nuevo, se lanzó rauda a por él con sus dos dagas y volvió a clavarlas en la criatura. 

Zayna observa la escena perpleja, pero reacciona rápido. Así que quería un siemprejuntos, por alguna razón desconocida. Quizá para interferir con ellos, quizá para su jefe. Sin embargo, no podían arriesgarse a que huyera. 

De nuevo, se lanzó rauda a por él con sus dos dagas y volvió a clavarlas en la criatura.