Partida Rol por web

Durante la espera en los jardines me quedé en silencio, de brazos cruzados y con una mirada reflexiva hacia el cielo nocturno. Las cosas no estaban marchando del todo bien, y no tenía ninguna idea sobre cómo ayudar a Aladdin. Esperaba que Kosmog puliera su plan en aquellos momentos mientras esperábamos. En mi cabeza seguía dándole vueltas a algo más distante que lo que estábamos haciendo. Desde la aparición de Axel, hasta la reunión con la princesa, mi mente seguía buscando hilos que atar. 

- De alguna forma...siento que no estoy viendo algo fundamental...-mis palabras salieron de mi boca inconscientemente, mientras pensaba. Me llevé una mano al mentón mientras cerraba los ojos para seguir en mi trabajo mental- Siento que me he desviado de la ruta principal, pero ¿dónde está? -de nuevo estaba analizando las cosas con los parámetros de mi mundo. Nuestra misión era buscar a Genio, pero había una latente oscuridad en éste mundo, y estaba aguardando el momento para encargarme de ella. Mi meditación fue interrumpida por Al, quien aparecía nuevamente junto a Genio. 

- No ha sido de lo mejor, debo admitir. Pero eso no significa que esté todo perdido. Sigue esforzándote y verás los frutos. Después de todo el amor de una dama no es un trofeo, sino un privilegio que has de ganarte- dije ruborizándome levemente tras esas palabras. Era difícil para mí dar consejos al respecto, pues a mí mismo me había llevado un largo camino- Kosmog, ¿qué es lo que propones? Tú eres el experto en sentimientos después de todo. 

No podía creer que finalmente era mi turno de actuar, teniamos que maquinar bien lo que iba a pasar en las proximas horas o nada de lo que estabamos haciendo iba a tener sentido alguno. Al parecía un buen muchacho, al menos eso podía decir basandome en el juicio de Noctis que había luchado codo a codo con el y si mi amigo decía que era un buen sujeto, pues le creería sin dudarlo.

Al abandonar el palacio y buscar un lugar mas apartado donde poder charlar pude notar a mi compañero ensimismado en sus pensamientos, no quise molestarlo pues yo también tenía que ponerme a pensar, tratar de idear una manera sutil en la que podrían conocerse mejor la princesa y el falso principe que allí estaba con nosotros; aunque he de admitir que mas que querer ayudarle para conseguir el favor del genio tras cumplir el deseo de su amigo, sentía simplemente la necesidad de hacerlo, quizas en parte por que me había cansado de escuchar en el día que lo tratasen como una rata y me parecía divertida la idea que la rata fuera a convertirse en el proximo sultan de la zona. Pero mis siniestras bromas no buscaban algo así de retorcido cuando se trata de amar.

Deambulaba de un lado a otro, batiendo mis alas pausadamente para mantenerme en el aire mientras meditaba en alguna forma de cruzarlos a ambos sin que la princesa reconociera a aquel que la trato como un objeto y que Al tuviera la oportunidad de conocerla y saber si era la mujer de sus sueños. Quizas la principal razón era la que estaba por exponer.

-Tengo un plan kupo...Al conoces algún lugar donde la princesa podría divertirse bailando o cantando kupopo, ya sabes algún sitio alegre kupo?- Le preguntaría pues el era el lugareño a diferencia nuestra. -La llevaremos allí disfrazada kukupo, para que nadie la reconozcapo...Y una vez allí tendras tu oportunidad po, nada de joyas kupo, ni de adornos kupopo- Al decir eso le miraría con seriedad, en esto si que no estaba bromeando. -Incluso si es necesario kupo, cuentale uno de tus cuentos de como burlaste guardias kupopo, que te conozcapopo...Y si no se ve interesada kupo, te aconsejo alejarte kukupo-

Daría un par de pasos a donde el estuviese y le señalaría con el dedo. -Si la quieres conquistalaku, si no le gustas, no la fuerces kupo- al decir eso ultimo con esa misma mano la llevaría con celeridad a un costado de mi cuerpo haciendo aparecer mi llave espada en esta. -Si alguien quiere interferir nosotros lo pararemos kupo, seremos tus cupidos en las sombras kukupo- quizas no era nadie para meterme en los intereses romanticos de dos adolecentes, pero si era lo suficientemente sabio para distinguir si dos personas no se gustan o si el sujeto pudiese terminar siendo un patan, no lo creía pero no podía obviar esa posibilidad. Busca caminos desapareceria al tiempo que mi expresion se suavisaba y ahora mi atención era dirigida al genio.

-Que te parece un descanzo genio? kupo, creo que te lo ganastepo-

Jasmine un tanto extrañada escuchó todo lo que decías y esperó a que terminaras sin salir de la habitación al balcón como tu - Conozco la historia, mi padre me la ha contado muchas veces, y precisamente es por esa historia por la que no estoy dispuesta a casarme con el primer principe que quiera comprarme el mundo... Quiero casarme por amor. Así que tu eres... aquella Djinn que ayudó a Altair y Sadya. ¿Crees que ahora podrías ayudarme a mi? Aunque es una pena que no concedas deseos... todo sería más facil... - Pensó mirando a la ciudad.

Al mirar a los jardines viste que el pequeño moguri, Noctis, el genio y Aladdin estaban allí. Tras un suspiro Jasmine continuo hablando - Yo... ya estoy enamorada de alguien, pero por desgracia no es alguien que se acepte en palacio, ni alguien el cual la nobleza querría que me casara. Y sin embargo tengo que recibir pretendientes. Pensaba que ese principe Ali sería diferente al resto, pero son todos iguales, solo les importa su ego. Y para colmo Jafar... ese estupido barba de chivo que no podría callarse. No merecería ni ser visir. - confesó totalmente honesta ante tí. Parecía haber encontrado una piedra angular en su vida, aunque esta sea muy liviana.

Al respondió directamente - Menuda metedura de pata... En fin, en cuanto a algún sitio relajado... eso en Agrabah no existe. El palacio es lo único buenamente relajado que se podría decir que hay, pero a la princesa Jasmine no le agradaría mucho...

Entonces Genio intervino de nuevo - Hey Al, no hace falta ser un Genio para ser un casanova - chiste malo - Poco a poco lo conseguiras, y si dices que no le gusta ni el palacio y no hay lugar tranquilo en Agrabah ¿Por qué no te vas a dar una vuelta con ella en alfombra? Ya sabes, enseñale todo lo que podrías darle. - propuso el Genio como forma de ligoteo. Al estaba dudando que funcionara, pero realmente pensaba hacerlo, igual un empujon... *

Zayna se encogió de hombros al escuchar lo de los deseos. 

—Lo que la experiencia me ha enseñado es que lo que deseas no siempre es lo que te hace feliz. Pero si realmente estás enamorada de otra persona, no creo que tengas que casarte con aquel que no quieras. Te ayudaré, por supuesto. Sin embargo, he de advertirte que no vine aquí por ninguna de estas razones, sino a acabar con una oscuridad que se cierne en este mundo al que tanto apego tengo. 

Entonces, menciona al hombre oscuro. 

—Ese visir... Vi oscuridad en él. No dejes que te coja con la guardia baja. Tiene mucho interés en tu mano. No me gusta su aura... 

Con aquella realidad que decías acerca de los deseos, Jasmine solo pudo sonreir mientras acariciaba a su tigre - Mi único deseo es ser libre de decidir casarme con aquel a quien amo... aquel chico del bazar... - dijo al final en un tono más bajo - Pero supongo que eso ya es difícil, salvo por esfuerzo propio - se levantó y entonces se dirigió hacia ti quedandose en el arco del balcón. - Entonces, habeis venido por esos... ¿Sincorazón? Los vi en el bazar y un par de moguris nos advirtieron de ellos diciendo que intentarían extinguir a la mayor cantidad posible en el desierto. Un tal... Montblanc y Stilzkin, aunque no parecían de Agrabah.

Entonces el tema de Jafar hizo que Jasmine tomara un gesto de desganancia - No eres la única que lo ve. De hecho el único que no lo ve es mi padre, y tranquila, no me cogerá. Lo que no entiendo es por qué tanta insistencia en casarse conmigo. No tengo nada que pueda interesarle, ni siquiera aunque fuera Sultan, y además se nota que no le gusto como mujer. Me falla ese detalle para entender por qué quiere que nos casemos. Pero si encuentras algo por lo cual incriminarle, los guardias de palacio se harán con él, y conseguiremos alejar su oscuridad de aquí - Aclaró con gran decisión Jasmine al final dejando claro que quería ayudar en lo posible.

El moguri no pudo evitar mostrar una expresión de claro descontento pues no se esperaba que realmente en toda esa ciudad no hubiese ni un solo lugar agradable para pasarselo bien un rato, después de todo con un gobernante tan amable a la vista a uno le parecía raro que la ciudad fuese fea por donde se la viese, eso o como siempre lo que brilla con intensidad como el palacio, oculta una gran y oscura sombra. En ese sentido no me era de extrañar que la oscuridad del mundo estuviese tan inestable.

-La idea de genio es buena kupo, nada es mas agradable que sentir la brisa en tu rostro kupopo- Comente algo decepcionado pues realmente quería ayudar y no me estaban dando muchas opciones. -Vere por la ciudad si encuentro algun sitio bonito kupo, me niego a creer que la ciudad en su totalidad no tiene nada que ofrecer kupop- Pero antes de partir había un problema de lo mas grande, como invitaría a Jasmine. -A todo esto....pretenden simplemente llegar a su ventana e invitarla a volar en la alfombra kupo? cuando ya se dio una mala impresion kupopo, deberan currarselo mas kupo-

Zayna se dio la vuelta y mira a la princesa. Anotó el detalle de los moguris para contárselo a Kosmog, después esperó a que ésta acabase de hablar. 

—¿No es obvio, princesa? Si se casa contigo, ganaría el poder sin tener que recurrir a la fuerza. Es sólo una oportunidad que no puede rechazar. No recuerdo ninguna lei como esa en Agrabah. Quizá porque no existió hasta hace menos de 100 años. Quizá ni siquiera existe y sólo es conveniente... ¿no crees? 

Volvió a mirar hacia la ventana. Empezaba caer la noche. Los tonos rojizos del atardecer, uno que había pasado muy poco sin ver, pero que... realmente habían sido 100 años. Aún no podía asimilarlo. Sintió una súbita congoja, un nudo en la garganta. Pero consiguió resistirse. No lloró, por esa vez. 

Por el siemprejuntos te llega la voz de Zayna: 

"Kogmog, la princesa Jasmine ha dicho que ha visto moguris. ¿Te suenan un tal Montblanc y Stilzkin? Están en el bazar..."

Y al decir bazar, algo hizo click en la cabeza de Zayna. 

—Espera... ¿chico del bazar? ¿Saliste de palacio? —empezó diciendo, pero un montón de cosas se acumularon en su mente—. ¿Cómo se llamaba? —preguntó a continuación. 

Escuchar aquellas palabras en mi mente hicieron que mi mundo se detuviera por momentos. Hubiera querido razonar aquello, pensaba si podía ser posible que Zanya se confundiese de nombres, ella o Jasmine; pero lo cierto era que tanto mis orejas, como mis bigotes y pompom se erizaron como clara muestra de mi sorpresa. La respiración se me agitaba y mi pecho no se decidía si inflarse o soltar todo el aire de forma bastante frenética.

Mis alas se extendieron de golpe y antes de que pudiera mi voz pronunciar algo, o alguien pudiese preguntar el por que de mi comportamiento, mis piernas ya se habían flexionado para dar el salto, que junto con un aleteo me impulsarían al cielo de golpe. Solo para llegar a una altura suficiente y clamar por la ayuda del viento, invocando su poder a traves de las palabras magicas que desataban esta clase de poder en mi.

-Aero!!- En mi mente estaba explicandole a Noctis lo que ocurría, y le agradecía a Zayna por la información, pero fuera de esta ni siquiera me había acordado de usar el siemprejuntos. Y usando el impulso generado por el viento, me dispararía cual saeta por los cielos rumbo al bazar, ya habiamos estado mas temprano allí por lo que sería facil de encontrar, el lugar mas ruidoso y atestado de la ciudad.

Tenía que comprobarlo a como diera lugar.

La princesa lo pensó durante un momento - Hmm... puede que tengas razón pero... sigue siendo extraño. Pero puede que tenga que ver con ello - Entonces te miró por un momento mientras mirabas a traves de la ventana perdida en tus pensamientos mientras también hablabas con Kosmog por el siemprejuntos. - En esa postura pareces nostalgica. Dime Zayna... tu... - Y entonces se calló al ver que la sobresaltaste con el tema del bazar a lo que algo nerviosa empezó a responder

-Si... bueno... no salí de palacio exactamente... Me escapé. Y no, por desgracia no sé su nombre, solo sé que es pobre y roba comida para subsistir, pero en el fondo tiene un corazon noble. - dijo ahora asomandose a la ventana perdida mirando a la ciudad. - Lo atraparon pero se escapó de la prisión. En parte me alegro por que lo habían apresado injustamente, por culpa de Jafar - te miró de nuevo con cara de agotamiento al mencionar de nuevo al susodicho visir. - Espero que esté bien.

A todo esto....pretenden simplemente llegar a su ventana e invitarla a volar en la alfombra kupo? cuando ya se dio una mala impresion kupopo, deberan currarselo mas kupo-

Tras aquellas palabras fue cuando el moguri emprendió el vuelo dejando a Al de nuevo un tanto pensativo.

-A pesar de que se haya ido, lo que dice Kosmog tiene mucha razón. No me puedo plantar allí por las buenas después de tan mal entrada... Se me acaban las ideas. Se os ocurre algo a vosotros - Os miró alternativamente a los que quedabais ahí, Genio y Noctis.

El genio empezó a decir esforzandose un poco en pensar lo que decía - Bueno, no soy un casanova, pero... ¿si intentas mejorar tu imagen de alguna manera antes de ir? O antes de llevartela a ningún lado. ¿Tu que crees Noctis?

Tan rápido como Zayna te dijo aquello saliste volando propulsado por tu magia. No tardaste mucho en recorrer la ciudad de Agrabah y, aunque había bastante moguris por allí para saber que había al menos una población pequeña en ese mundo, ninguno de ellos tenía el aspecto de Montblanc. Muchos estaban junto a mercaderes recogiendo cosas, otros estaban encima de camellos detrás de algunas personas que salían para el desierto.*

Pero entre tanta preocupación por volverte a encontrar con tu maestro moguri, un pequeño destello como el que hace una espada al reflejar el sol del atardecer, te hace desviar la mirada hacia el desierto en el cual sobre una pequeña duna más alejada logras ver un par de seres, aunque no consigues discernir que son o quienes.

Añadido: Entre los moguris que ves por Agrabah hay al menos uno que lleva una gabardina negra estilo la que llevaba el maestro Angelo

"Se escapó de la prisión". 

Zayna abrió mucho los ojos de repente. Después, una sonrisita felina, picaruela y nada propia de ella apareció en sus labios. ¿Se le estaría pegando de Kosmog? El caso es que... acababa de darse cuenta de algo importante. 

—Puede que tengas opción de volver a verle antes de lo que crees. Sólo fíjate más allá de las apariencias, busca ese buen corazón que viste. Estoy segura de que lo encontrarás pronto —dijo la djinn simplemente. 

Miro hacia abajo, hacia los jardines. Ya casi sería hora de la ansiada cena. Debería ir a sus aposentos a adecentarse. Ya no podía cambiar de la forma que ella quisiera. Y quería hablar con Noctis y Kosmog. 

—Princesa, volveremos a reunirnos a la hora de cenar. Hasta entonces, piense en lo que le dije. 

Dicho esto, levantó el vuelo y se dejó caer hacia abajo del torreón. 

"Os esperaré en los aposentos que nos ha dado el sultán. Hay algo que tengo que contaros" dijo la voz de Zayna a través del siemprejuntos. 

 En mi mente solo había una pregunta que se había arraigado con fuerza suficiente como para no soltarse por semanas, y claro esta sería lo único que podría pensar en estos momentos. ¿Si Montblanc estaba vivo, por que aquella luz tomo su nombre, o en todo caso, por que me mentiria?. Era algo sumamente confuso y que no podía encontrarle una respuesta inmediata, o como Jazmin sabía de el?, acaso Montblanc sabía como viajar entre mundos y nunca me lo había dicho?.

 Mis ojos buscaban y escudriñeaban la ciudad desde los cielos, desesperados por encontrar a mi amigo y maestro, pero nada, habían muchos moguris pero ninguno era el, solo había uno que me llamo la atención, uno ataviado con una gran tunica negra con capucha. Mis dudas me asaltaron y empezaba a pensar que quizas, era el, pero por que usar su nombre verdadero si pretendía ir de encubierto con semejante tunica. No lo entendía, así como tampoco aquella luz que me cego por momentos, un resplandor que venía desde las dunas del desierto, aunque no pude discernir a quien pertenecía el arma que capto mi atención por un efimero segundo.

 Volvi mi vista hacía aquel moguri encapuchado y con prestreza vole en su dirección, necesitaba detenerle y comprobarlo. Aterrizaría frente a el, esperando causar sorpresa en el mismo y que se descuidase para ver su rostro, tenía que saberlo.

 -Hola kupo- Diría como otro intento por distraerle o que si había alguien siguiendole a el, desviara su atención en mi, pero que fuera evidente para mi si alguien llamaba la atención de golpe tras el ataviado de negro.