Partida Rol por web

Agrabah no era lo que me esperaba a comparación de Lior. Todo era más caótico y ruidoso, y la gente parecía pelear por comprar, vender, sobrevivir. Mi entusiasmo se marchó, dejando una mirada atenta y analizadora, pues pude percibir rápidamente ciertos ojos brillando entre las sombras al vernos pasar con nuestros bolsos. Un guardia se acercó a nosotros, pero en vez de ofrecer ayuda, vino con amenazas.

- Estás cometiendo un error...-dije pesadamente. Me molestaba estar en aquella situación, pero la verdad es que no tenía idea de a que clase social u oficio estaba relacionada con mi vestimenta. Fruncí el ceño, pensando cómo resolver el malentendido, cuando Zayna saltó al frente con una plan. Inmediatamente me erguí, inflando mi pecho y poniendo una mirada más hosca, como suponía que luciría un guardaespaldas, y le dí un golpecito a Kosmog con mi pie para que se pusiera también en el rol.

El guardían rió sin dar oportunidad a los guardaespaldas de hablar - Con eso me demuestras que eres alguien culta y noble, pero quizás su profesor te enseñó mal las fechas. Altair murió hace tiempo según nuestro sultan, pero nosotros no sabemos gran cosa de él. Siganos, aunque tenga guardaespaldas este sitio está infestado de ratas callejeras que no saben más que robar. Por suerte, ha llegado en el día que tenemos preso a la peor de todas las ratas - rió vilmente mientras hacía un gesto para que los guardias os escoltaran hasta el palacio. - La princesa Jasmine es la que actualmente ostenta a ser la proxima esposa del sultan, y estamos en época de recibir principes para ver quien se va a casar con ella, aunque está rechazando a todos... - dijo con algo más de pena.

Y entonces explicó que hubiera tanto tumulto - Es por eso que el mercado está tan abarrotado y que tenemos tanta seguridad, disculpe si la he ofendido. Aunque también es una suerte que la hayamos encontrado, hay unas bandidos negros campando por la ciudad intentando hacer daño a la gente que pasa, pero los tenemos controlados. - Poco a poco llegais al palacio y os abren las puertas - Mi señora Zayna, bienvenida a Agrabah. - Al abrir las puestas que separan la ciudad del palacio veis unas escaleras impresionantes hasta la siguiente puerta la cual os abriran presentandoos.

Zayna miró a Kosmog y a Noctis y acto seguido continuó interpretando su papel. Tuvo que morderse la lengua para no soltar una contestación brusca al jefe de la guardia. Las fechas, ya sabía que estaban mal. Pero no esperaba que tanto. 

Ella no podía preguntar por los presos, si quería seguir aparentando ser noble. Había servido a tantos, que resultaría fácil aparentar ser uno de ellos. Pero le preocupaba lo de los presos. Y, sobre todo, lo de Altair. ¿Cómo pueden no saber qué fue de él? Entonces, se le ocurrió una idea. 

—¿Quizá mis guardias puedan a compañarle para saber a qué nos enfrentamos? Dicen que tienen a la más peligrosa entre rejas. Quizá puedan ir a investigar tras mi audiencia en palacio. No quiero ningún imprevisto. Gracias por la escolta. Desde aquí seguiremos nosotros. Mañana mis guardaespaldas visitarán la prisión. 

Después tendría que disculparse varias veces por parecer tan mandona. 

Seguí a Zayna en silencio mientras conversaba con aquel guardia. No entendía del todo porque quería que fuéramos a ver a aquel ladrón que tenían capturado. Debía ser alguien problemático, y difícilmente algún conocido de Zayna. Más aún ¿acaso pensaba enviarnos a nosotros a investigar y separarnos estando en ese ambiente poco seguro? Me mantuve en silencio, aunque mi mirada denotaba cierto malhumor. Estaba lanzando cuchillos con la mirada a aquel guardia, ansiando que nos dejara en paz en nuestro camino al palacio. 

- ¿Cuál es el asunto con esos bandidos negros? -solté una vez llegamos al palacio e ingresamos por las puertas, reduciendo el paso para hablar con el guardia que nos estaba escoltando- ¿Usan ropas negras como marca distintiva o a qué se refiere? Yo...Mi señora estará más segura si usted pudiera contarme algo acerca de ese grupo. Es mi deber garantizar que no hayan incidentes que puedan atentar contra su agenda -intenté relajar mi voz para sonar lo más cordial posible pese a mi humor, pues la información que me pudieran brindar sería de gran ayuda para prepararnos y a su vez aliviar cierta sospecha que se había encendido en mi mente-. 

La ciudad era un tanto pintoresca y tremendamente nostalgica para mi. Aunque el incremento de la oscuridad estaba palpable a la vista o al menos en lo que Zayna me había contado de su tierra. Recordar la sensación que provoca en uno ser el blanco de miradas de oportunistas bribones era algo que curiosamente me alegraba, era casi como en mi ciudad claro que aqui no jugaba con el beneficio de conocer desde mi infancia a los rateros de la zona, por lo que era un blanco mas que apetecible.

Me hubiera gustado curosear un poco por la zona pero ni Zayna ni Noctis se detenían y sabía bien que era una pesima idea perderme en un sitio así, aunque quizas luego pudiese encontrarlos desde las alturas, después de todo Zayna resaltaba bastante entre las personas. Tanto que unos guardias al parecer notaron nuestra presencia y hasta amenazaron a mis amigos y a mi, eso era algo que me hubiese molestado en pocos segundos de no ser por que aquella a la que ahora "serviamos" fue muy rapida e ingeniosa al inventar una historia que cuadrase, aunque gracias a eso me tendría que esmerar en ser intimidante, sabía muy bien que ese papel no me quedaba bien.

En cambio a Noctis si, el si lucia imponente cuando solo fruncia el ceño. Me lleve la mano a la cara y al descubrirla deje a la vista un pequeño experimento social. -Awww, es una lastima kupop- comente poniendo mi mano en la empuñadura de mi arma y mirando esta con atención como si la encontrase la viera mas hermosa del mundo. -Eolo y yo estabamos ansioso kupo...cazar ratas y cortar manos es nuestra especialidad kukukupo- si no podía verme aterrador, al menos sonaría como un desquiciado muy confiado de sus habilidades como para tomar a la ligera, al levantar la vista esta se clavaría en el guardian que hablaba sobre tener a la rata mas grande de la ciudad. -Ohh me interesa kupo me interesa de los pies a la cabeza kupopo....Puedo ver a esa rata? me haría muy feliz señor kupo-

Quizas estaba sobreactuando un poco pero de momento me divertía pensar en la idea de si era capaz de asustar con ese tono siniestro en mi ser a sujetos que hasta triplicaban mi tamaño.

El guardia comenzó respondiendo primero a Zayna pues era la que ostentaba ser la más noble. - No se preocupe, Señora Zayna, tenemos a esas criaturas bien controladas. En cuanto a la rata callejera... no es que sea peligrosa - comenzó a pensar - Es solo que es molesta y muy escurridiza, pero llegó un momento que alguien nos reveló su guarida y lo pudimos apresar, por eso esa rata callejera de Aladdin no molestará más. - Pero entonces dijiste lo de ir a investigar y se extrañó un poco, pero no puso pegas - Si así lo desea su señora... haremos una excepción con sus guardias. - Y entonces los miró a ellos los cuales tenían más preguntas.

-Como ya he dicho son bandidos negros, sus ropajes son de bandidos de las arenas, pero su piel es negra como el azabache, además su emblema parece el de un corazón. Pero como ya le he dicho a su señora, los tenemos controlados. - Y por último pasó el moguri - Me alegra ver que hay gente que le guste cumplir la ley, pero aquí la hacemos cumplir nosotros, así que relajaos por favor. En cuanto a la rata... - Miró de nuevo a Zayna. - Cuando vuestra señora os deje.

Finalmente tras terminar las escaleras que llevaban hasta la puerta principal de palacio, el guardia hizo una reverencia y dijo - No os molesto más mi señora. El sultan debe estar en su trono tras la puerta. - La cual abrió la señalo para que Noctis y Kosmog la abrieran en lugar de Zayna

Mostre una ligera cara de decepcion pero en el fondo me sentia aliviado de que al menos pareciera que se habia tragado mi actuacion. Su informacion sobre los bandidos negros me hacia pensar que quizas se trataba de sincorazones, puse una de mis manos en mi pecho para darle una ligera reverencia respetuosa al guardia ante su respuesta a mi pedido, pero solo lo hacia para tomar por unos momentos el siemprejuntos y mandarles un mensaje a mis compañeros: "Habria que investigar despues a esos bandidos kupo, me suena a sincorazon suelto kupopo"

Al llegar al palacio y nos abriesen el paso no demore en ir hacia una de las puertas, esperando que Noctis hiciera lo mismo y luego abrir las puertas entre los dos, habia que mantener las apariencias.

En vez de responder a Kosmog seguí hablando en voz alta, manteniendo mi disimulo sobre el tema y confirmando la duda de mi amigo.

- Como suponía. Me he cruzado varias ocasiones con esos bandidos en el pasado. Le aconsejo no subestimar su amenaza. Ya que es su deber y no el mío encargarme de ellos en esta ocasión, solo le pediré que se me avise si necesita a alguien con experiencia contra esos seres en caso de que note algo extraño. Por supuesto que no pediré ningún tipo de reconocimiento por mi ayuda. Mi señora Zayna seguro se verá gustosa de prestar ayuda al sultán vigente - dije con insistencia, tratando de convencer a aquel guardia mientras seguia defendiendo aquella máscara de guardaespalda. Tras eso obedecí la sugerencia que​ nos habían dado, apresurando el paso para abrir junto a Kosmog la puerta del palacio. Dirigí una última mirada a Zayna para transmitirle seguridad antes de continuar. 

Al abrir las enormes puertas de palacio, entrasteis en el hall principal, enorme y majestuoso, con una decoración que parecia haver sido hecha con mucho cuidado, columnas que sostenían aquel soberbio lugar y en las paredes del fondo un gran trono dorado que presidía aquel lugar. En la misma pared a ambos extremos, habian salidas a lo que parecia un patio exterior y a su vez unas puertas con escaleras que parecian ascender e igual, bajar

En dicho trono habia sentado pequeño y grueso ser humano, de avanzada edad, pero energico pues cuando las puertas se abrieron, descendió de su trono con avidez y dio varios pasos hacia delante para ver mejor de quien se trataba su visitante. Al mismo tiempo pregunto al aire, aunque principalmente por la dama - ¿A quien tengo el gusto de dirigirme y conocer? - miro un poco mejor a Zayna y explicó esto último - Ya que no sois principe he de presumir que no venis a intentar cortejar a mi hija ¿me equivoco? - dijo riendose un poco al final admitiendo que hablaba un tanto a broma

Zayna al ver el interior del hall principal te recordó enormemente a aquel palacio donde entraste tu una vez, es más el sultan era clavado al que en aquella era reinaba, solo con una excepción, su personalidad. Este parecia mas amigable, amable y simpático que el que tu recordabas, incluso te recibió con una broma que ya era raro que aquel sultan que tu recordabas mostrara una risa, salvo cuando Altair ya estaba alli para procurarle una vida de felicidad a su hija

"Sospechaba que igual podía ser un sincorazón, o alguien contaminado por ellos... " dijo Zayna a través del siemprejuntos mientras ella guardaba silencio. "Y no os iba a dejar solos, pensaba ir escondida. Quizá en alguna botella. Perdonad si fui brusca, no tuve mucho tiempo para pensar". 

Pero entonces ellos abrieron la puerta y ella tuvo que seguir con su... "verdad a medias". En ningún momento mintió, pero en ningún momento aclaró la verdad. Nunca había estado en esa posición. Fingiendo que daba las órdenes. Respiró hondo, sonrió al escuchar el tono relajado del monarca, y siguió adelante con su papel: 

—Mi nombre es Zayna, majestad. Hemos hecho un largo viaje para llegar a Agrabah. Pero me temo que me esperaba a otro en su lugar, así que le pido disculpas. Entre otros menesteres, venía a visitar a un viejo amigo, Altair. El tiempo no pasa para todos igual, me temo. No fui consciente del devenir de los años. En cuanto a lo de cortejar a la princesa —sonrió de nuevo—, se lo dejaremos a los príncipes. Es otro el motivo por el que, además de la visita cortés, hemos venido a parar aquí. 

Entonces, tuvo una idea e improvisó, otra vez: 

—En verdad hemos venidos alertados por los bandidos negros que asolan el reino. Son una amenaza silenciosa y peligrosa de que algo ocurre en el reino, alteza. Tenemos por su integridad. Sin embargo, ellos son el síntoma. Venimos a investigar la causa. Hemos visto más reinos sucumbir ante esa amenaza, venimos a impedir que suceda con éste. 

El salon era amplio y vasto, repleto de soverbia decoracion a donde fuera que mirase y con un aire de majestuosidad que reflejaba la posicion del hombre que pronto bajaba de su descanzo; jamas habia estado en la residencia de un noble y a juzgar por lo visto desde que llegamos a la ciudad, estabamos ante el mas imponente de la ciudad, aunque su aspecto energico y cortez no fuera el propio de alguien de su posicion si no el ideal.

Mantuve una leve expresion seria por momentos y no busque mirar directo a los ojos al sultan, si algo sabia de los nobles de Rabanastra era que no le gustaba que se le mirase a los ojos.

En este momento era el turno de Zayna de moverse y el mio de observarla para intervenir o ayudarla si lo necesitaba, no fue el caso. En segundos le escuche comentar nuestros propositos en ese reino de forma sublime con lo concreta y solida de su historia y siendo asi, si el sultan se veia contento con la propuesta hasta podriamos lograr acceso y permiso para deambular libremente por la ciudad.

Puse mi mano en el pecho, como un saludo respetuoso al sultan, y claro de paso tomar el siemprejuntos y enviar a la mente de mis amigos un mensaje de animo.

"Bien jugado chicos kupo...esa historia fue muy buena kupopo...oigan la princesa estara linda kupo?" parte de mis pensamientos escaparon intencionalmente, quizas tenia suerte despues de todo Noctis ya era papa casada a mis ojos y no tenia que preocuparme por no entrometerme.

El sultan se echo a reir mientras se acercaba a vositros - Jo jo jo, por favor no seais tan seria, relajarse de vez en cuando esta bien y aqui no es necesario que trateis de esa guisa. En cuanto a los jóvenes que la acompañan, podeis bajar los hombros, venga que no muerdo, ja ja ja - dijo entonces repasando con la mirada a Noctis y Kosmog. Entonces una vez os relajasteis y comenzasteis a hablar de una manera menos tiesa el sultan os escuchó y respondio.

-Altair ¿Eh? Hace años que no oigo hablar de el, pero con mucho gusto te lo mostrare, aunque temo que el no pueda corresponder al mismo acto. En cuanto a las criaturas negras ya habra tiempo para ellas, estan controladas y seguro que de ese tema precisan mas información sus guardias que vos misma ¿Me equivoco? - al decir esta ultima frase el sultan mira a Zayna con una mirada alegre, pero a la vez inteligente, como si hubiera visto algo en ella que los guardias no percibieron - Pero bueno como ya digo sus guardias podran averiguar todo lo que necesiten deesas criaturas mas tarde, ahora si me acompaña, por favor señorita Zayna - concluyo asi mientras te ofrecia una mano para acompañarte a otro lugar donde esperaba tambien que Noctis y Kosmog, si bien ellos querían, os siguieran

Noctis al llevar tu el libro notaste una pequeña vibración en el mismo proveniente del lugar donde lo guardaste. Avidamente y de manera escondida miraste a que era debido esa vibración y notaste que el lomo del libro cambio de rango de tres a cuatro, no solo eso, una leve luz salio de sus páginas y al abrirlo para ver que habia ocurrido leíste lo siguiente: "Una luz intensa ha desaparecidi en mitad del desierto, sin motivo aparente. Habria que buscar el foco de oscuridad que ha permitido dicho hecho en mitad del desierto" - parece que habia una mision añadida a la principal que habiais venido. Pero ahora mismo era mejor no interrumpir lo que Zayna queria averiguar

Hice una reverencia ante el sultán, y me negué a dar marcha atrás con mi actitud pues aunque él mismo lo ofreciera, mostrarme relajado no era lo mío. Tras reflexionar rápidamente sobre cómo proceder, teniendo en cuenta que aún debíamos mantener la imagen de noble de Zayna, me apresuré a interrumpirla antes de que se marchara con el sultán. 

- M-mi señora, me retiraré en éste momento para encargarme de conseguir las provisiones que me habían encargado, aprovechando la luz del día. Con su permiso- hice una leve y rápida reverencia a Zayna y luego al sultán, y sin perder el tiempo huí por la puerta. Seguro me ganaría una reprimenda luego, pero como había dicho: "Es mi deber garantizar que no hayan incidentes que puedan atentar contra la agenda de Zayna". Apresuré el paso para volver a la ciudad, y les hablé por el Siemprejuntos a mis compañeros.

- Lo siento, ha surgido algo. Pero quiero que descubras lo que necesites sobre Altair y encuentres algunas pista de Genio- dije hablando claramente de Zayna, luego me dirigí a Kosmog-. Mantén las apariencias hasta terminar la reunión, si te necesito sé que llegaras volando de prisa. 

"¿N-Noctis? ¿Qué sudece?" pregunta Zayna con cierto temor por el siemprejuntos. 

Preocupada por dentro, sigue actuando como si todo fuera normal por fuera. 

"Noctis, dime qué está pasando". 

Y, como no podía hacer más, decidió seguir conversando con el Sultán. 

—¿Cómo dice? ¿Mis guardias? En cualquier caso, claro que le acompañaré. Kosmog —dijo llamando al único de los dos que quedaba en la sala. 

Fue tentador la oportunidad que nos dio el sultan de relajarnos, pero un buen actor no se sale del personaje hasta el final de la obra, por lo que solo aseni agradecido ante la buena voluntad del sultan pero nada mas que eso, no estaba entre mis planes el ser descubierto.

No dude en seguir a Zayna y no busque hacer que Noctis se quedara pero debia admitir que incluso hablando por el siempre juntos tanto secretismo era extraño, aunque Noctis no contase usualmente sus preocupaciones.

"Cuenta con eso kupo, ve con cuidado kupo" seria mi unica respuesta, confiaba en que el tenia la fortaleza para obrar solo y que no seria tan cabezon como para pedir ayuda si lo necesitase. "Te mantendre informado kupo".

El sultán asintió - Por supuesto no te preocupes joven. Yo cuidaré de tu señora junto con tu compañero. - Y tras eso se puso en camino

Según le seguisteis atravesasteis unos pasillos y un gran patio externo decorado cual jardin. Al fondo del todo una pequeña y humilde entrada dió acceso a una cripta, que bien iba iluminando paso a paso el sultan hasta el fondo. Una vez allí, el sultan habló de nuevo - Siento mucho que tengas que ver esto pero... Aquí reside lo que queda de Altair el sabio, mi bisabuelo. - Y simplemente calló para ponerse al lado de Kosmog cullas alturas parecían casi similares y viendo como actuabas.

Según saliste de palacio y bajaste las escaleras el mercado seguía igual que antes pero ahora tu tenías acceso al palacio en todo momento. Era la hora de decidir que hacer

Ya lo sabía. Lo sabía. Desde que había visto que los años se habían evaporado de un plumazo, como el agua de las alforjas en el desierto. 

En ese preciso instante, un viento triste empezó a invadir todo el mausoleo. Silencioso, agitaba suavemente los ropajes de los presentes y se enroscaba entre los velos del traje de Zayna. Ella no dijo nada, el viento, para el que lo entendió, dijo todo. 

Había tanto que le hubiera gustado contarle. Lo fuerte que se había vuelto. Lo que nunca le dijo. Que ya no le necesitaba. Que, aun sin poderes, se sentía fuerte sin él. Que conservaba el nombre que él le dio. Y que sería el que mantendría desde entonces. 

Y mientras su silencioso llanto era recogido por el viento, ella sólo desprendió uno de los broches en forma de flor que sujetaban los vemos a su ropa y, con delicadeza, la dejó en la tumba de su antiguo amo, y de su lejano amor. 

En silencio, se inclinó ante la tumba. Recitó una oración en una lengua muy probablemente desconocida para todos: la lengua djinn, la palabra del viento. Siguiendo su papel, sin una palabra fuera de lugar, sin una lágrima, se levantó y se inclinó ante el sultan. 

—Gracias por traerme aquí —dijo agradecida. 

Después, se encaminó a la salida, llevándose el viento con ella.