Partida Rol por web

Mientras la escena transcurría, el sultan notó tras Zayna los vientos que sin quererlo esta proclamaba ante sus emociones. El sultan entonces se sorprendió mirando alrededor suyo, en especial sus manos pues el viento era imperceptible al ojo humano, y casi en un tono apenas audible salvo para el pequeño moguri, este dijo - Así que es verdad... - Y entonces volvió a mirar a Zayna con mayor aprecio aún pensando en que estaba viendo a un antiguo familiar de hace tiempo.

Al terminar el sultan negó que se inclinara y le pidió a Zayna que no se fuera - Por favor, no os marcheis, aún hay algo que debeis saber. - Y entonces miró al único guardían que allí quedaba con Zayna. - Si me haceis el favor joven moguri de dejarnos a solas a su señora y a mi. Le estaría eternamente agradecido. Mientras podrías hablar con la guardia personal para recabar información de esas alimañas si quereis. - Tanto sus palabras como su mirada eran sinceras ante lo que le decía al pequeño moguri, así como su petición sonaba de necesidad, y el misterio de más debía saber Zayna era más inquietante aún, pero simplemente el sultan esperó que el pequeño moguri saliera de allí dejando a ambos solos.

Una vez el moguri os hubiera dejado a solas, el sultan avanzó hasta la tumba de su bisabuelo donde colocó una mano en ella - Realmente sois vos. - Afirmó con total seguridad mientras se le denotaba una sonrisa en sus palabras. - Siempre había oido historias al respecto de boca de mi abuela, contadas a su vez por su padre, Altair. En ellas mencionaba como logró enamorar a su mujer. Siempre repetía las mismas historias una y otra vez cambiando partes haciendo que cada historia sonara cada vez diferente. Una vez, contó que la había conquistado tumbando a un elefante, otras decía que plantando flores en la arena yerma del desierto y haciendolas germinar... Todas eran historias fantasiosas pero era de lo único que se valía Altair para entretener a su hija cuando quería saber algo de su madre, pues esta la pobre falleció cuando dió a luz a mi abuela - Paró un momento al recordar esa tragedia, pero entonces recuperó un poco el aliento y continuó.

-Pero solo hubo una vez, que le contó la verdad a su hija, y fue cuando le preguntó de donde procedía su nombre. La historia no era de como decidió su nombre, sino de la verdadera forma en la que consiguió enamorar a la princesa de aquel momento. Y sus palabras siempre eran las mismas "Tuve la suerte de contar con una gran amiga... la cual dejé que volara de mi lado por idiota." Y siempre comenzaba la historia con la misma frase "¿Sabes? Yo no he sido siempre un tipo sabio porque cometí muchas estupideces y entre ellas la peor de todas dejarla irse de mi lado". La historia habla de una Djinn, y peculiarmente, las descripciones coincidían contigo, y no solo las descripciones. - Cogió entonces una vela del mausoleo y la acercó a una tumba cercana - Esta es la tumba de mi abuela.

Al acercarte podías ver el nombre claro y rotundo "Zayna". Ahora gracias al sultan sabías otra gran verdad de Altair, de una u otra manera, eras especial para él.

Y nada más ver el nombre escrito en la lápida, no pudo más. Su coraza se rompió en trozos y las lagrimas empezaron a recorrer su rostro. 

—Para mí apenas han pasado unas semanas—confesó con tristeza—. Creí que este mundo no existía, hasta que encontré un libro que seguía hablando de él. Pero jamás pensé que el tiempo podía escurrirsele entre los dedos a alguien que ha vivido más de diez mil años viendolo pasar sin temblar un segundo. 

Se secó las lágrimas como pudo y trató de sonreír. 

—Él escogió el nombre para mí. Era un limpiador de lámparas. La mía, deslucida por el paso de los años, terminó en su taller. Al quitarle la mugre, descubrió que no era sólo una lámpara vieja. "Zayna". Dijo que me merecía un nombre bonito. 

Cogió aire de nuevo y fijó los ojos en el nombre de la lápida. 

—¿Sabe? Lo de las flores fue muy divertido—dijo recordando aquella hazaña. 

Pero entonces, suspiró y volvió a entristecerse brevemente: 

—El último día que lo vi fue el día de su boda, cuando se convirtió en sultán. Me concedió la libertad. Pero... jamás pensé que me tenía en tanta estima. Siempre me trató bien. Cumplió su promesa. Y después... 

Después fue tragada por la oscuridad. 

—Después me tuve que ir. 

Cogió aire nuevamente. 

—Gracias por mostrarme todo esto —dijo inclinándose de nuevo—. Significa mucho para mí. Siento haberme hecho pasar por noble. No lo soy. Solo soy una djinn liberada. Ya no concedo deseos ni tengo poderes cósmicos. Pero he venido a evitar que este mundo caiga en la oscuridad. 

El sultan al verte llorar trató de consolarte con abrazos y caricias para que trataras de tranquilizarte mientras lo echabas todo

-El tiempo es efimero, nunca nadie sabe como corre esa corriente de agua turbulenta a la que llamamos tiempo, más algún día al final de dicha corriente, nos volveremos a encontrar todos juntos. - dijo en sus palabras filosoficas tratando de calmar un poco el tema del tiempo, aunque hubieran pasado muchos años, algo de Altair seguía allí

-Realmente te la tenía, de hecho siempre me decía mi abuela que él siempre hubiera deseado tenerte cerca, pero su pongo que el destino nos depara caminos inexcrutables. Lo bueno es que estás bien, la persona que más le importaba a mi bisabuelo, y además le honra con su presencia a su bisnieto - rió un poco para quitar algo de seriedad al asunto y tratar de verte reir.

-No hace falta que lo agradezcas Zayna, es lo que mereces. Y no pidas perdón por tratar de hacerte pasar por lo que no eres, por lo que a mi me consta, eres la noble más respetable de toda Agrabah, y como que soy el Sultan, que nadie diga lo contrario, pues a veces lo más noble es lo que llevamos dentro. - Señaló en su pecho a la altura de su corazón, palabras que ahora mismo quizás no tendrían ningún sentido para él más que en tí, pero igual... más adelante sirvieran. - Y no me importa que no cumplas deseos, no soy un sultan egoista mujer, pero igual si que podeis unir fuerzas tu y los tuyos con eso de la oscuridad. - dijo entonces un poco preocupado.

Y entonces ya explicó un poco aunque un tanto cortés - Pero realmente no quiero agobiarte, acabarás de llegar a Agrabah y seguro que quieres verlo, pero las criaturas negras esas, aparecen a veces sin avisar molestando a la ciudad y sus gentes. Tengo a toda la guardia vigilando la ciudad, cada milimetro para que esas criaturas no aparezcan sin más, pero sin saber de donde proceden... mucho me temo que no pueda pararlas. - Parecía estar agobiado por el asunto de los sincorazón, pero según lo pintaba el guardia que os escoltó, no era razón de tanto agobio, pudiera ser que se escondiera algo más pero... si tan sincero hablaba ¿que le agobiaba tanto?

—Majestad, ¿sería mucho pedir que pudiera acoger a mis compañeros en las habitaciones del servicio? Yo no necesito un lecho, pero ellos dos necesitan descansar. Sería de gran ayuda si pudieran hacerlo tras los muros del palacio. 

Pero, después, Zayna inclinó la cabeza ante el sultán, al escucharle hablar de la oscuridad. 

—Por supuesto que ayudaremos, majestad. Pero sólo podremos hacerlo si comparte toda la información de la que dispone. Hay algo que teme y no está compartiendo. 

Miré hacia un lado y hacia otro entre las calles del mercado. Conseguir una montura sería difícil sin dinero, por lo cual debería moverme con rápidez si quería llegar a tiempo al foco de oscuridad. Acomodé un poco mis pantalones, amplios e incómodos y comencé a correr. Mis pasos siempre habían sido ágiles, y mi resistencia física no era de menospreciar, pero el calor del desierto podría ser problemático a la larga. Correría a toda velocidad y aprovecharía si encontraba a algún incauto con alguna prenda de tela sin protección para usarla al llegar a las afueras de la ciudad para cubrir mi cabeza del calor. 

- La amenaza del libro ha subido un número más. Me dirijo al desierto para encontrar el problema. Estaré de vuelta cuanto antes, así que no os preocupéis. Les avisaré en cuanto identifique la amenaza en caso de necesitar apoyo. Hasta entonces...-dije dando por terminado mi reporte, y concentrándome en mi viaje. 

No entendía del todo el por que el sultan nos había llevado en primer lugar a una cripta, pero pronto comprendi y trague saliva pensando en como reaccionaría Zayna. Fue sorpresivo no notar mucho cambio en su semblante, pero ese repentino viento dejaba una rara sensación en mi, algo que no podía comprender pero que si me hacía ver a mi compañera. Ella era mucho mas habil que yo usando la magia de viento, quizas este había respondido a ella?, no lo sabía.

El pequeño sultan no demoro en pedirme que les dejase a solas ni bien el viento se fue de la sala, en terminos de realeza no podía decir que no, aunque el tendría que haberle pedido permiso a Zayna si me podía retirar, algo me decía que ese anciano era mucho mas astuto de lo que aparentaba su caracter bonachon. Realice una leve reverencia a este para luego hacer una mas pronunciada a mi "reina". -Se que esta en buenas manos mi lady kupo....ire a visitar al prisionero Aladin kupo, mi instinto me dice que podría ayudar en nuestra causa kupopo- para mis adentros mi mente migraria mis pensamientos a la mente de Zayna por medio del siemprejuntos "Lamento tu perdida Zayna kupo...pero las personas no mueren si las recuerdas en tu mente kupo y las amas en tu corazón kupop...Ire a ver que averiguo kupo" Le dejaría ese mensaje a la par que centraba mi mirada en sus ojos. Los mios reflejaban el mismo sentir al saber del destino de uno de mis amigos, entendía su dolor al menos en parte. "Si me necesitas estare cerca kupo" serían mis ultimas palabras antes de abandonar la sala y poner rumbo a buscar algun guardía que me dijese donde podía encontrar a la supuesta gran rata de Aladin.

-Ve con cuidado Noctispo...Si la amenaza subio ya esta por encima de lo que podemos manejar estando solos kupo, en que dirección iras? así sabre hacia donde ir a buscarte kupopo-

Según ibas hacia fuera de la ciudad de Agrabah conseguiste un pañuelo para cubrirte la cabeza a modo de turbante, pero justo al salir de la ciudad te chocaste con un anciano jorobado que, ya de por sí iba farfullando cuando chocó contigo te insultó. Pero no le diste mucha importancia, tenías algo más importante que hacer.

Finalmente tras varios metros andando por el desierto llegaste a una zona llana rodeada por una duna circular, como si hubiera caido un meteorito. Por la zona presumías que ahí había ocurrido algo pero... No había nada. O eso parecía, igual necesitabas investigar algo más.

Según te alejaste de allí emprendiste el camino hacia la prisión, guiado por uno de los guardias al que le pediste ayuda. Poco a poco llegasteis hast un calabozo muy profundo, tanto que se notaba la humedad que fuera echabas de menos. - Aquí está esa rata callejera, aunque no veo que tanto interes por un vulgar ladrón. No tardes o me iré dejandote ahí - dijo el guardia un tanto gruñon pero obviamente mintiendo pues no se iría de allí solo te daba indicaciones de que te dieras prisa.

Una vez entraras en el calabozo, viste que estaba vacio. Había unas cadenas con un esqueleto enganchado, pero que parecía que ya tenía bastante tiempo y era imposible que fuera el reo de hace pocos días, y había otras cadenas que estaban abiertas, quizás donde hubiera estado Aladdin, pero... viendo la seguridad que tenía ese calabozo que apenas si había un apice por el que pasar entre los barrotes del techo y la puerta era maciza y, además no había ni un solo desperfecto en las paredes. ¿Por donde había huido?

-Por supuesto, no os preocupeis - respondió amable el sultan - Os podeis alojar aquí tranquilamente. Como ya he dicho, sois mis invitados, y no te preocupes tu también tendrás tu cama. - dijo esto riendo - Así también os puedo presentar a mi hija Jasmine - la alegría se le notaba en su rostro al ver que podría pasar tiempo con alguien tan importante para uno de sus antepasados.

Pero entonces preguntaste sobre los sincorazon y el solo pudo echar un suspiro - Esa es la cosa, apenas si tenemos información, y la que tenemos es pública para que los ciudadanos de Agrabah puedan prevenirse de dichas criaturas. Supongo que ya os lo habrá comentado Razoul. Son de piel negra vestidos como bandidos y con sables que apenas aparentan saber manejarlos. Aparecen donde quieren y desaparecen al derrotarlos, y bueno, hay tanta seguridad en las calles por ello. No sabemos nada más de esas criaturas... ¿Acaso vos sabeis algo más? - preguntó con cierto de respeto a ver si conseguía obtener más información para la protección de Agrabah

—Gracias por su hospitalidad —dijo ella, los buenos modales ante todo. 

Zayna asintió ante la pregunta del Sultán. 

—Se llaman Sincorazón. Nosotros hemos venido a luchar contra ellas. Son seres de oscuridad. Pero nosotros tenemos formas de luchar contra ellos —dijo y, para mostrárselo, invocó en su mano a Brisa desencadenada. 

La llave espada apareció en su mano en su forma de espada. 

—Ya no soy una djinn que concede deseos, pero tengo otro tipo de poder —añadió con una sonrisa—. Le ayudaré con gusto a salvar su país. A fin de cuentas, es mi tierra también. 

Entonces, escucho el mensaje de sus dos compañeros. Se le atenazó el corazón del susto. ¿No podían acaso estarse quietos? Parecía que su visita de cortesía tendría que aplazarse. 

—Majestad, creo que es hora de que me vaya con mis compañeros. Me gustaría conocer a su hija, la princesa Jasmine. Quizá pueda concertar una audiencia con ella esta noche, ¿quizá para cenar? Sería un placer para mí y mis compañeros. Lamentablemente, temo que mis compañeros pierdan fuerza sin mí, debo ir a reunirme con ellos. 

Encontrandome con una celda vacia solo pude quedarme un momento pensando y revisando el lugar, meditando que clase de acto o truco era con el que se las habia apañado Aladin como para lograr escaparse de una carcel tan bien custodiada y resguardada; se me hacia muy dificil encontrar un metodo logico que no fuera el engañar a los guardias para salir.

Volvi a donde se encontraba el guardia gruños para darle la noticia que seguro lo pondria de malas pulgas. -Disculpa kupo, pero denle de comer algo kupop, esta en los huesos kupo ah me referia al esqueleto kupopo, creo que se te fue tu ratapo-

Al llegar a aquella duna extraña me tomé unos segundos para respirar y recomponer mi aliento. Observé los alrededores y luego eché una mirada hacia el cielo ¿Qué había ocurrido? No veía ningún rastro de alguna luz ni oscuridad llamativo. Saqué el libro de entre mis ropas para darle una hojeada en busca de algún cambio y volví a guardarlo. 

- De acuerdo. Definitivamente es el lugar correcto. Si no quieren salir aún, sólo es cuestión de meterse más profundo- tenía que haber oscuridad o Sincorazones en alguna parte. Incluso debajo de tierra, como aquel gusano. Dí un paso y comencé a deslizarme por la arena cuesta abajo. Bajaría hasta el centro de la depresión de arena y de ahí probaría a usar mi magia para encontrar algún rastro de rocas o si fuera el caso, "un meteorito". 

Al bajar por la duna y mirar en la arena, encuentras una pieza que parecía la mitad de un escarabajo. Trás examinarla ves que parece solo un trozo de joya y nada más, pero resultaba extraño estar ahí que no ocurriera nada. Que pena que solo pensarlo lo causara.

Varios Bandidos salieron rodeandote de la nada, cada uno con su espada. Eran los suficientes como para no dejarte escapatoria y al mismo tiempo preocuparte por tu bienestar. No veias como escapar de aquella encerrona y cada vez se te acercaban más y más y más.... Estaban apunto de atacarte cuando... ¡PUM!

Algo te golpeó en el pecho haciendote volar con ellos. Los bandidos desaparecieron al ser golpeados por esto y cuando abriste los ojos para ver que ocurría, una alfombra te había golpeado en el pecho. Lo peor es que estaba volando y encima suya había un chico desarrapado, un mono y un ser con la piel azul. Cuando este último te vió te cogió y te montó encima... pero quizás el que estuvierais volando era demasiado para tí y no escuchabas lo que te decían...

Al fín después de un rato llegasteis y el ser azul cual azafata dijo - Hemos llegado al final del viaje, gracias por elegir aerolineas alfombra mágica para su viaje, permanezcan sentados hasta que la alfombra se detenga totalmente - Justo la alfombra se paró y se dobló cual escalera ante lo que tu saliste corriendo fijandote que el ser azul volaba por si solo. Entonces el chico desarrapado se bajó de la alfombra y fue a por tí

Al llegar a tí el chico apoyó su mano en ti y te preguntó - Oye, chico ¿estás bien? Parecías ido en la alfombra. Lo siento por llevarte por medio, hemos salido muy... disparados - Trató de disculparse rascandose el pelo, y entonces el otro ser de azul interrumpió hablando directamente a este que trataba de ver como estabas.

-Eh eh eh, Al, ahora no me ignores. Lo he conseguido te se sacado de esa dichosa cueva, y apenas sin despeinarme, así que eso creo que es lo que se diría UN DESEO. Te quedan dos. - Dijo haciendo los gestos con los dedos del numero dos, pero este no tardó en contestarle.

Aladdin se rió un poco antes de responder y aclaró entonces al genio - Realmente... nunca desee que nos sacaras, lo hiciste por ti mismo, para demostrar tu poder, así que practicamente, no he gastado deseos. - Miró entonces a su mono el cual se le subió al hombro - Tu que dices Abu - El mono hico un gesto como de haber hecho una buena jugada. El ser azul se asombró y entonces se transformó en un momento en borrego - Soy un borreeeeeego, está bien niño malo pero no máaaas rebaaaaaaaajas. - dijo mientras balaba. Realmente no entendías que había pasado

Pero entonces Aladdin volvió contigo para aclarar un poco la cosa - Bueno ya en serio ¿estás bien? Parecías muy mal en la alfombra ¿acaso no te gusta volar? Oh, por cierto. Mi nombre es Aladdin, y este de aquí es Abu - dijo señalando - El borrego de allí es Genio y bueno... es un genio nunca mejor dicho. - Ahora sin duda supiste cual era la luz de la que hablaba por mencionarte lo del genio lo cual se le escapó sin querer

Tras decir aquello el guarda comenzó a despotricar de la celda y de la rata callejera como el lo llamaba. Mientras tu te encaminaste hacia afuera de los calabozos, allí no había más que ver.

Una vez fuera te topaste directamente con Zayna, la cual preocupada parecía buscaros a ti y a Noctis

El sultan agradeció de sobremanera la información que le diste sobre las criaturas, y por supuesto te dijo que no te preocuparas cuando tenías que ir en busca de tus amigos. - Claro hija no te preocupes a la hora de la cena la conocerás y verás que bien te cae. -dijo riendo.

Entonces saliste del lugar buscando a tus amigos y un guardia te dijo que Kosmog andaba en los calabozos y te indicó la entrada. Al llegar allí viste como este salía de allí solo con una cara de haber gastado una broma recientemente.