Partida Rol por web

Era bueno saber que no era el único en pensar que ahí había un conflicto por resolver, igual por lo visto, logramos causar gracia en el grupo de bienvenida de ese sitio, pero no parecía que así fuese con la mujer de pelo blanco y la de ropas de bailarina, Fumei y Zanya. Una se mostraba molesta y la otra parecía que no quería resaltar en el grupo, simplemente nos seguía en silencio; esperaba que eso fuese solo por el viaje a este sitio y con el tiempo se le pasara; después de todo ya nos habían dicho que seríamos un grupo por la forma de hablar de los "veteranos" en esto de las llave espadas. Todos ellos tenían una, era la mayor señal de que tenían mas experiencia. Me despedi cordialmente de todos cuando se retiraron y segui a Eraqus, aunque esta vez caminaba cerca de Fumei por si volvía a notar esa expresión dolente en su rostro, no quería incomodarla tampoco. Al llegar a lo que sería el comedor, el maestro nos dejo bajo el cuidado de un sujeto llamado Jack, al parecer antes también se había entrenado, lastima que ya no pueda combatir siempre se puede aprender algo aun así. Ni alcanse a preguntarle nada al maestro antes de que se fuera, me distraje viendo a Toothpick salir corriendo tras la comida, por así decirlo. No pude evitar reirme un poco ante eso y adelantarme también para ponerme a su lado si no es que un poco mas adelante. -Vamos apurense kupo- Diría alegre mirando de vez en cuando hacía atrás para ver si el grupo iba en la misma dirección, aunque me era difícil, me deteneia de vez en cuando para admirar el lugar.

Una vez llegados al comedor - Jack: Este es el gran comedor, donde todos los alumnos vienen a reponer fuerzas en sus comidas, tenemos cuatro cocineros diferentes depende de como este el dia. Hoy habeis tenido suerte, esta el abuelo Quan y encima esta de buen humor, por tanto os pondra lo que pidais, pero no pidais demasiadas cosas, ya que puede ser perjudicial para vosotros si os llenais demasiado. Ah, y yo de vosotros me sentaria juntos y os conoceria mejor, al fin y al cabo hoy hareis una mision todos juntos. - Tras esto Jack se retira y vosotros podeis ver al abuelo Quan cocinando a un ritmo extremo

El abuelo Quan se gira os habla: Hombre nuevos alumnos, ñam ñam. Parece que sois recientes, ñam, osea que necesitais alimentaros bien, ñam ñam. Y anda tambien hay un Moguri, ñam. Bueno no os entretengo mas, ñam ñam, decidme se os apetece comer, ñam, tengo una muy buena mano con la comida, ñam ñam.

Suspiré levemente pensativa sobre que comer ahí al ver que no había menú alguno, ni los carteles con las distintas opciones a lo que estaba acostumbrada en los restaurantes, bares o lugares de comida rápida cerca de donde solía transitar, a lo que me froté la barbilla levemente, levanté el dedo algo indecisa y negué volviendo a estar pensativa durante unos minutos antes de decidirme, acercándome al abuelo Quan con una leve sonrisa.

-Hola..¿Tienes pollo frito y empanado con unas patatas fritas?. Vamos... Unos Nuggets y a parte..De postre un helado no muy grande con Topping de Caramelo, por favor, Gracias. -

Después de ello me quedé esperando a que trajera la comida o a que le tomara el pedido a los otros que habían llegado, suspirando al notar mi estómago "llorar pidiendo comida".

Toothpick estaba algo perdido, en esta sala no estaba la típica fila de presos vestidos a rayas haciendo cola con unas bandejas, y tampoco estaba la barra donde el encargado te echa la comida, "Esto cada vez es más raro..." Toothpick se acercó tranquilamente a Quan.

-¿Qué hay de papear en el menu?.-Pregunto de manera directa mientras se rascaba la barriga. "Hace tiempo que no como algo bueno en una cárcel, así que pediré lo más caro y exótico que pueda haber comido nunca..."

El armadillo se aclaró la garganta tosiendo.-Quiero arroz con judías, filete de carcayú, costillitas de buitre y...supongo que un sorbete de mucosa de Blargh.-Exigió con una sonrisa mientras esperaba que el viejo le diera lo que había pedido.

Cocinero personal? Mision? parecía que este sitio cada vez se parecía mas y mas a lo que me habían comentado del clan Centurio, tal vez aun estaba en esa prueba y esto era alguna clase de elite o campo de entrenamiento de novatos, aunque todo eso de la guerra entre las dos fuerzas primordiales con el fin de sellar o abrir el kingdom hearts sonaba muy distinto a un clan de cazadores. No era por menospreciar al clan de Montblanc pero este lugar parecía tener fines mucho mayores "Me pregunto como estara Montblanc, espero que la tormenta no se lo haya tragado también", desconocía la situación de mi futuro lider de clan, pero no me mostraría deprimido, apenas se bajarían mis orejas pero mi sonrisa seguía intacta. Aunque he de decir que no supe que cara poner al ver al abuelo Quan, no encontraba raza de referencia alguna de mi mundo como para compararlo, pero ante la sonata de estomagos rugientes el mio no tardo en poner su granito de arena a la hambrienta melodía. -Cualquier cosa? kupo....quiero un mix de pimientospo y verengenas con chocobo salteadopopo, si tiene algo de picante kupo agregue como para que pueda sentir el gusto de la comida, me gusta el picante kupopo.- Puse mis manos en la mesa al decir eso para elevar un poco mas mi cabeza, era pequeño tenía que hacerme notar o no me verían. -Y una malteada de hierbas y zanahoria kupo!- Me mostraría sonriente mientras me sentaba en donde fuera la mesa en la que almorzariamos, o cenasemos.

Jack fuera, y ahora el abuelo Quan. Aquél lugar estaba lleno de gente de lo más variopinta y extraña. Desde un enigmático y poderoso Eraqus, para llegar hasta un ser llamado "abuelo" que repetía sin cesar "ñam ñam". Mi rostro cada vez se tornaba más duro y serio. Algo en todo eso me causaba gracia, pero reírse en media reunión podría ser grosero. Entonces mi rostro expresaba eficazmente todo lo contrario, hasta casi aparentar que en realidad, todo aquello me molestaba. Entré al último al comedor, y me quedé de brazos cruzados escuchando con atención cada uno de los platos extraños que pedían los demás. ¿En serio tendrían de todo aquello en el castillo? Aún más que la comida, me interesaba el hecho de que para la próxima misión era importante conocer a los demás.

- Es un callejón sin salida...- me dije a mí mismo mientras meditaba qué hacer. Miré atentamente a todos en el grupo, buscando algo que me acercara a ellos, algo que me ayudara a comprenderlos. Dí un golpecito suave con un puño sobre la palma de la otra mano, y me acerqué un poco a los demás para que me oyeran- O-oigan...-me quedé en silencio unos segundos, esperando que me notarán. Era casi como levantar la mano para pedir el turno de hablar en las sesiones de ayuda- No hay ninguna comida en especial que me interese, así que me gustaría comer un poco de cada cosa que ustedes pidan, si no les molesta compartir...-respiré rápidamente y fui a sentarme en una ubicación estratégica, frente a Zen y junto a Kosmog, quien había pedido las cosas más extrañas e impronunciables luego de Toothpick (chocobo salteadopopo)- No te preocupes, en caso de que no quieras compartir un poco conmigo, no te intentaré asfixiar mientras duermes- le solté a Kosmog mientras me acomodaba en la silla, intentando hacer una parodia del armadillo a modo de chiste, aunque sonara algo extraño saliendo de mi boca, y con aquella mirada inexpresiva y seria que portaba casi siempre. Fijé mis ojos varias veces en Fumei, esperando hacer conexión para que se acercara e invitarle a la silla vacía que quedaba a mi lado.

Realmente estaba nervioso, aunque era bueno escondiéndolo. Quería conocerlos, pero pedirles de su comida era algo demasiado humillante cuando apenas les conocía. Una jugada arriesgada. Pero si funcionaba, conocería de primera mano qué les gustaba, lo cuál decía mucho de cada quién, y surgirían oportunidades para hablar. 

Me quedé pensativo mientras Jack nos llevaba al comedor para abastecernos de comida, así que para conseguirla tenian que pasar dos pruebas,me preguntaba que clase de pruebas son hasta que nos topamos con una  extraña criatura a la cual Jack se refirió como abuelo Quan, le observé con curiosidad mientras los demas pedian sus platos hasta que llegó mi turno.

---Buenos dias- saludo cortesmente- Yo quisiera un poco de pollo con salsa de limón, un bol de ensalada (con todo lo que tenga), pan y un poco de leche por favor....

Tras esto me retiro para dejar pasar al siguiente y me dedico a obsevar el comedor buscando un hueco libre

A medida que vais pidiendo comida, el abuelo Quan os la va sirviendo, a ti Fumei te hace un poco de la especialidad casera del abuelo Quan, el Pollo de las delicias, que basicamente es un pollo relleno de las mejores comidas que el abuelo Quan a probado en su camino a la Gastronomia Trascendental, al resto os sirve lo que pedis (se que algunos aun no han posteado pero para cuando pidais esto tambien os afecta, os la dara al momento la comida casi) y a ti Kosmog ademas de lo que pides tambien te da una bolsita con Nueces Kupo, diciendote - En mi mundo muchos moguris comian esto, ñam,  y les daba una gran fuerza ñam ñam, si quieres cometelo ahora, sino guardatelas para otro momento ñam ñam

Me pareció de lo mas curiosa la petición de Noctis, aun mas curioso me parecía su nombre ya que sonaba a hechizo, pero seguro el pensaría algo similar del mio. Daba igual ese tipo de detalles, no demore en negar con la cabeza ante sus el final de su petición. -No tengo problema en compartir, el señor Quan abrirá tu mente a nuevos sabores- Hubiera sido muy descarado de mi parte el atribuirme dicho logro cuando el cocinero era otra persona. Lo mas extraño vino cuando menciono ese detalle sobre no asfixiarme por la noche, su rostro indicaba que sus palabras no eran del todo convincentes y he de admitir que trajo algo de miedo a mi semblante pero pronto intentaría imitar esa misma expresión sería pero agregandole el apretar mis dientes y mostrarlos a pesar de que lo que diría sonaría mas amigable que agresivo. -Gracias, solo por eso no te delatare con el carceleropo- Quizas su sentido del humor en su mundo funcionaba así aunque mas que mostrarme intimidante creo que podría causar el efecto contrario con mi apariencia. Parecía que ese almuerzo sería bastante divertido, solo esperaba que Toothpick no se tomara las bromas a mal y nos las devolviese, con sentido del humor claro. Pero como siempre, el hambre pone a todos del mismo bando y creo que no fui el único que mantuvo silencio en sus primeros momentos de comida a la hora de probar lo que nos había preparado el viejo Quan; no fui de esos pues el mismo cocinero me había traido un adicional a mi pedido, explicandome el origen y usos adicionales de estas. -Nueces kupo?, es la primera vez que veo unas....muchas gracias las guardare para el postre kupo- Cerraria la bolsita y la guardaría en un bolsillo que mi peto ocultaba a la vista ajena, en Rabanastra había que cuidarse de los ladronsuelos, mas cuando sabes como operan. Ya sin le daría mi plato a Noctis para que probase cuando quisiera, y luego de que lo hiciera, y ver su reacción ante un platillo de mi mundo, sería yo quien disfrutaría de un par de bocados. La mezcla de los vegetales estaba perfecta y el sabor del chocobo era mas intenso gracias al picante -Esta delicioso kupopo!-. Engulli gran parte con energía y rápidez, aunque cuando me percatase mi falta de modales, dejaría mi plato en la mesa, bebería un poco de mi malteada y me limpiaría la boca con una servilleta. -Perdón kupo- se me escapaba una pequeña risa nerviosa, estaba algo avergonzado por mi comportamiento. Al menos estando así me permitía ver a todos en la mesa con mas atención, y analizar mejor sus formas de vestir y de comportarse, no podía deducir mucho como eran sus mundos ya que en el mio las vestimentas así de variopintas podían ser muy normales como no, mejor sacarse la duda a la antigua. -Oigan que les parece kupo,si cada uno habla de su mundo kupo, asi nos conoceremos mejor no lo creen kupo!-

Toothpick agarro su bandeja repleta de la comida que había pedido para sentarse en una mesa junto al resto. Toothpick permaneció unos segundos en silencio y empezó a devorar toda la comida a gran velocidad y comiendo con las manos.

-Eres muy gracioso...-Dijo mirando a Noctis seriamente para luego seguir comiendo sin detenerse “Delicioso…” Pensó mientras se relamía la boca con una larga lengua rosada, entonces escucho al “kupo”.

-¿Porque quieres saber de dónde vengo?.-Pregunto lamiendo los restos que quedaban en la bandeja

Tomé una porción de pizza de la comida de Zen, haciendo una mueca extraña con la boca que se asimilaba bastante a una sonrisa. La reacción de los demás ante mi propuesta no había sido mala, y hasta fueron tranquilizadoras. 

- Gracias, Zen. Lo siento- solté ante su comentario de "ser muy serio". Al parecer mi chiste con el moguri no había sido suficiente para que me vieran como alguien divertido- Agradezco el gesto, Kosmog. No me gustaría quedarme sin comida una semana- dije prosiguiendo nuestro chiste. Cuando el señor Quan le distrajo entregándole su comida, me acomodé de nuevo en la silla, inquieto, y observé a Fumei, que se sentaba a mi lado- Gracias. Claro que quiero- tomé los cubiertos que había traído para mí, y me quedé observándola hasta que ella diera el primer bocado para luego empezar a comer. Tenía más en mente que me dieran algo de comida en mi propio plato (o en el caso de la pizza con una servilleta bastaba), pues resultaba algo...raro...comer del mismo plato que alguien. Mantuve mi mirada en ella mientras comíamos. No deseaba incomodarla, pero mi mente estaba más enfocada en otras cosas. Finalmente, me acerqué levemente a ella y le dije en voz baja- Hace un rato, allá afuera...¿dije algo que te molestara? Noté que algo te hizo sentir mal. Si quieres decir alguna cosa...-hice un segundo esbozo de sonrisa, y volví a sentarme bien. Tomé el trozo de pizza, y me puse a comer. Si deseaba o no hablar, no le insistiría. 

Ante la propuesta de Kosmog, sólo me limité a asentir con la cabeza con aprobación. Aquella era una buena idea. Ya con la cercanía que estábamos logrando en la mesa, sería más productivo escuchar de los mundos de cada uno. Pero aquello me ponía en un compromiso. Las mentiras no eran lo mío. Tampoco estaba con muchos ánimos de contarles mucho de mí mismo. Sólo me limitaría a contarles sobre Arcade y sus habitantes.

Zayna espero su turno con curiosidad, haciendo un repaso mental de cuándo fue la última vez que alguien le dijo que ella, ELLA, podía pedir lo que quisiera. No lo recordaba. Quizá nunca. El abanico de posibilidades la nubló mientras los demás pasaban delante de ella con decisión. El cocinero les servía mientras ella observaba todo. Al fin, quedando la última, se decidió por la especialidad de la casa, el pollo relleno de muchas cosas. 

Satisfecha con su elección, se sintió torpe cargando con la bandeja. Parecía que su equilibrio ya no era el que era desde que tenía un... cuerpo normal. 

Se acerco entonces hacia el grupo, cerca del chico de pelo morado. ¿Por qué él? No lo tenía demasiado claro, sólo tenía la sensación de que estaba... tan solo como lo estaba ella. ¿Sus ojos, quizá? Por otro lado, Zen, el chico de pelo pincho (pelo piña, pensó sonriendo para sí) parecía tener energía y buen humor de sobra. 

"Tienes que forzarte a ser sociable, Zayna", se dijo mientras trataba de relajar su rostro y sonreír. 

Pero le costaba horrores. Se sentía como en medio de una tormenta de arena. 

Dejó con equilibrios el plato delante y se puso a escuchar a los demás. Tardó un rato más en ponerse a comer, como si tuviera miedo. La verdad es que había perdido la cuenta de cuándo fue la última vez que comió algo. Como genio, no lo necesitaba. 

Visto que todos estaban reticentes de hablar sobre su mundo, tomó la iniciativa. 

- Bueno... - murmuró. Cuando todos la miraron, tuvo que seguir -. Empiezo yo, si queréis. Total, no está en mis planes regresar a él. 

»Mi mundo, según parece, se llama Agrabah. Por desgracia, no puedo hablaros de él tanto como quisiera, aunque haya estado milenios dando vueltas de un país a otro... La mayor parte del tiempo estaba atendiendo a los deseos de mi amo. La otra mitad, estaba encerrada en... mi prisión particular. Pero había muchas maravillas. Alfombras voladoras, cuevas llenas de tesoros, oasis que sólo aparecían en medio de los claros de luna. Era una tierra llena de encantamiento y magia. Y, hasta hace dos horas, yo también formaba parte de eso. Ahora ya no tengo magia, ni concedo deseos. 

No entendía a que se refería Fumei. Pero parecía algo profundo, y que realmente le afectaba de algún modo. Quizás había tocado accidentalmente una fibra sensible. Le miré de reojo un segundo, y suspiré.

- Es más bien lo contrario. Tengo demasiado en cuenta lo que he hecho. Pero Eraqus me dijo que ya no importaba, sino que de aquí en más, lo que contaba era lo que yo decidía ser. Todos aquí tenemos la oportunidad de construirnos un nuevo destino...- no entendía a qué se refería con "no tener derecho a recordar", pero luego tendría la oportunidad de descubrirlo. Cuando Zayna comenzó a contar su historia, me percaté que de manera desapercibida se había sentado bastante cerca, y no la había registrado. Era silenciosa, callada, y luego de escuchar su historia, entendí que su corazón debía de estar sufriendo mucho. No alcanzaba a sentir lástima por ella, pues su historia era demasiado extraña para mí. Simplemente no podía entender lo que era ponerse en su lugar. De un ser antiguo y poderoso, a alguien frágil y triste. Me relajé sobre el respaldar de la silla, y chasquée la lengua- Ahora, según parece nos tienes a nosotros- dije señalando con el mentón al resto del grupo- y si lo deseas, el poder de reclamar tu propia Llave Espada. Sé que todo ésto es muy nuevo, pero con el tiempo espero que logremos acostumbrarnos- añadí bajando al final la mirada, con cierta tristeza. Tomé algo de aire, inflando el pecho y me incliné hacia adelante, apoyando los codos en la mesa- El lugar de donde yo vengo era...maravilloso. Podías encontrar lo que desearas allí. Desde pistas de carros construidas sobre jengibre, lagos de chocolate, hasta campos de batalla plagados de insectos enormes con los que acabar. Teníamos hermosos campos de tennis, donde podías pasarte toda la tarde mirando los mejores juegos, y coloridas zonas de bailes llenas de música frenética y alegre. Arcade estaba lleno de amigos memorables. Hasta que llegó aquella Oscuridad y se lo tragó todo...-apoyé mi mentón sobre la mesa, y dejé mi mirada perderse en la nada. No quería sonar depresivo, pero la perspectiva no era buena- Ojala hubiera algo que pudiera hacer...-dije pensando en voz alta sin darme cuenta. 

-Pues para conocernos mejor kupo- Le respondería de inmediato a la pregunta de Toothpick con entusiasmo, después de todo me encontraba con curiosidad respecto al origen del mini-bangaa ese y su forma de ser. Pero al parecer mi idea había logrado buena acogida en el grupo y lo que realmente me sorprendio fue el escuchar hablar primero sobre su lugar de procedencia a Zanya. Por como estaba describiendo ese sitio, solamente podía encontrar coincidencias Rabanastra en lo que respectaba al tema de la magia; habían bastantes magos en esa ciudad y en el continente en general como para no respirar ese tipo de esencia con fácilidad. Respecto a Arcade no podía comparar en nada mi vida de ciudad a un sitio así. Mas bien sonaba a los sueños que un par de veces me contaban mis antiguos compañeros de pandilla; como se encontrarían en estos momentos, acaso mi mundo también sería devorado por esa oscuridad de la que hablo Eraqus?. Mis orejas se mantendrían bajas de momento, no me agradaba escuchar que la única coincidencia estrecha entre nuestros mundos fuese esa oscuridad, pero había que aceptar las cosas tal cuales eran. "A mal tiempo buena cara", por eso trataba de que mi alegría no decayese ante el resto. Edge era lo mas cercano a mi ciudad, había vivido desde pequeño en las zonas bajas y sabía lo que se movía entre los pasillos oscuros, al menos algunos. Comprendía bien ese sentimiento de cariño a tu hogar, con sus defectos incluidos. Escucharle me motivo a aclarar mi voz luego de un sorbo de mi bebida para ser el siguiente en hablar. -Lamento las partes malas de sus relatos kupo, pero siempre he tenido presente que donde hay oscuridad kupopo también hay luz po- Comentaría haciendo una breve pausa para tomar un poco de aire y pararme en mi asiento, debía destacar como siempre -Respecto al lugar del que vengo kupo, Rabanastra es una ciudad muy grande kupo, rodeada de un inmenso desierto donde habítan muchas creaturas kupo...Los cazadores y aventureros plagan las calles, así como los que se dedican a trabajos mas sombrios kupo, pero todos forman parte de mi mundo y los acepto kupo- Cerre mis ojos unos pocos segundos llevando mi diestra al peto sobre mi pecho antes de hacer un movimiento circular tratando de crear el efecto de paneo en la visión. -Hay muchos humanos como ustedes kupo...de hecho en mi mundo los Moguri somos escasos kupo, al menos en mi ciudad kupo....Pero también hay otras como los Bangaa kupo, en apariencia se parecen al Sheriff Toothpick, pero ellos son muy altos y corpulentos kupo, nunca le digan lagarto a un bangaa kupo, lo lamentaran- Buscaría subirme a un sitio mas alto, para eso desplegaría mis alas y con unos ligeros aleteos me posicionaria sobre la mesa sin pisarla. -Los Bangaa son una raza de solo hombres kupo, y su contra parte son las Vieras kupo, hermosas mujeres de largas orejas y belleza sin igual...son muy altas, me siento enano al lado de una kupo, hasta ustedes se sentirían enanos- Decía eso señalando a los hombres mas altos del grupo. -Hay muchas mas razas, bestias y gente tanto buena como mala por conocer kupo, pero es como dice Zen uno se encariña con su hogar kupo- Bajaría de mi vuelo sobre mi asiento para quedarme ya mas tranquilo y darle otro sorbo a mi bebida, suspirando de gusto al terminarla y así agregar una cosa mas. -Pero ahora estamos aqui kupo, hay que aprovechar para conocer mas sitios kupo y luego regresar a contar historias; ese es mi fín como aventurero kupopo, solo espero que no sea siendo atrapado por una tormenta de arena negra kupo jeje-

Toothpick movía su lengua nerviosamente dentro del vaso donde se hallaba la mucosa de Blargh, aunque no podía alcanzar lo que quedaba al fondo del vaso, con un montón de resoplidos, un tic nervioso en el ojo y darle vueltas al vaso como si estuviera desenroscando una tuerca desistió y lo dejo sobre la mesa con un sonoro golpe, cruzándose de brazos y con las orejas gachas empezó a hablar.

- Prisión asteroide 626, encarcelado por ayudar en el robo de una oficina de la federación galáctica, era el Sheriff de ese planeta, pero como ayude en el robo me despojaron de mi cargo y me metieron en lo más profundo de la prisión asteroide, hace poco hubo un motín, me escape, agarre un vehículo de recreación intensiva, una camioneta-espacialXV304 y me fui corriendo a otro planeta, luego oscuridad.

Mientras explicaba su historia echaba miradas nerviosas al vaso, hasta que se cansó y lo volvió a agarrar para ver si esta vez su lengua podía llegar al fondo del vaso.

Sonrió al chico del pelo morado, ¿cómo dijo que se llamaba? Sonaba a noche. 

- Gracias - dijo suavizando el gesto mientras cogía el tenedor y se disponía a pinchar el primer bocado -. Aún no estoy segura acerca de la llave espada... Quiero decir, suena bien. Pero he aprendido que el poder cambia a la gente. He visto a demasiados ilusos sucumbir ante sus propios deseos. Por cierto, ¿qué es "tenis"? ¿Es algún tipo de combate? ¿Un arma? - preguntó un poco perdida.

Dicho esto, aún mirando al chico de pelo morado, se mete el bocado a la boca y... se atraganta. Se pone a toser mientras consigue tragar y no echárselo al chico del pelo pincho encima.

No se esperaba para nada aquel sabor, tan intenso. No se parecía a nada que pudiera recordar. Más cauta, cogió un pedazo más pequeño y, más cauta, dio un mordisquito. 

Una expresión de ratoncito satisfecho se escapó de sus labios. Como si acabara de descubrir un trocito de queso.    

Suspiré levemente al tomar mi comida entre mis manos para ir a mi mesa con el resto, asintiendo ante el abuelo Quan levemente

-Muchas gracias-

Añadí con tranquilidad yendo hacia la mesa con el resto, sentándome, sintiéndome entre demasiada fantasía quizás ¿Como demonios podía ser eso posible de que pudiera estar en el mismo sitio con gente que dijera ser de videojuegos, otro que sabía que era de un videojuego, gentes de sitios más extraños aun y animales parlantes.

Atendí ante sus historias, curioseando levemente ¿Como podía no evitar sentir curiosidad ante tanta cosa que me parecía inverosímil y, a pesar de todo, mantener la lógica sobre mis implantes lo cual me parecía más que lógico que todo lo que veía.

Toothpick alzo una oreja al escuchar a Fumei.-Pues por dinero, el sueldo de un sheriff espacial es lamentable, simplemente estaba recaudando lo que me tocaba por derecho.-El armadillo extendió su pequeña mano.-Horas extras, vacaciones, paga de navidad, días festivos, turnos de noche.-Dijo a medida que iba flexionando los dedos de su mano.-Es lo que me tocaba por derecho.-Repitió para luego volver a succionar su vaso.

- Gracias por la comida- dejando los cubiertos en la mesa, me dispuse a terminar aquella conversación paralela que llevaba con Fumei. No quería llegar adónde me llevaría si seguía respondiendo. Hasta ahora, Fumei parecía ser una gran incógnita. no conseguiría nada de ella, porque quizás ni ella sabía quién era, y conocer quién era yo no le sería productivo a ninguno de los dos. Dirigí mi mirada a Zen e hice una mueca con la boca, pensando en su disculpa- No tienes que preocuparte. No lo ví como algo grosero. Estamos bien- dije asintiendo con la cabeza levemente.

Me acomodé en la silla para escuchar a Zayna, y dí un respingo al escuchar como de repente la chica-genio se había puesto a toser casi encima mío. Me quedé mirándola con una ceja en alto, mientras se debatía por recomponerse. Parecía estar teniendo todo un tema con su comida, pero al final la estaba disfrutando como si se tratase de su primer comida en años. No podía decirle nada, pues mi estómago estaba satisfecho con todas las comidas que había probado de los platos de los demás, aunque no demostrara la misma alegría que ella en su rostro.

- El tenis es un deporte. La verdad es que no sé cómo describirlo, porque yo sólo me sentaba a mirarlo por el hecho de que me parecía relajante, pero no me sé de nada sus reglas. Algún día les enseñaré cómo es- dejé mi mirada en blanco unos segundos, meditando- El poder no es lo que cambia a la gente. Uno es lo que es. Los deseos, o el poder, sólo descubren los caprichos de nuestro corazón, muestran lo que duerme allí dentro. No creo que ninguno de los que estamos aquí debería tener miedo de ver lo que hay allí dentro. Ya sea Oscuridad o Luz, ahora formamos parte de algo mucho más grande. Y no estás sola- apoyé un brazo sobre el respaldar de la silla y traté de mostrarme un poco menos serio, más relajado. Decirle todas esas cosas de golpe con mi extraña mirada robótica no era la mejor manera de simpatizar- No quiero que suene como que intento convencerte. Sólo creo que...todos tenemos algo que aportar. Un papel que jugar, con respecto a la guerra, y a los demás aquí.

Al cabo de un rato de vuestra comida aparece Jack y se os acerca

Jack: ¿Estais listos? Espero que si, venid conmigo. - Sin siquiera esperaros sale de nuevo al pasillo, y se dirige hasta el fondo del pasillo y bajando una escaleras hasta llegar a un hangar de naves extrañas - Este es nuestro hangar de naves gumi. Como veis tenemos un monton de ellas, algunas son automaticas para los novatos como vosotros, otras son manuales para mundos con oscuridad. En vuestro caso, vuestra primera mision, os enviaremos a un mundo que por el momento lo seguimos manteniendo controlado. Hoy tocaba la revision de dicho mundo, y como acabais de llegar, os viene que ni al pelo esta mision. - Se acerca un viejo con barba - Hola Cid. Chicos este es Cid, nuestro mecanico particular.

Cid: Asi que estos son los nuevos que menciono Eraqus, aja, ya veo al alienigena. - Mirando a Toothpick - Bueno, ya tengo preparada la nave que me dijiste, a Ciudad de Paso, ya era hora que la revisaran, llevan 3 dias de retraso.

Jack: Con cara de preocupado mira a Cid. - Pero calla hombre... En fin, cuando esteis listos montad en la nave y salid para alla, solo teneis que revisar el sitio y destruir cualquier amenaza que encontreis, ya sabeis, los bichos que os enseño Eraqus. ¡Ah! Casi se me olvida. - Señala en la nave gumi - Vuestras cosas estan en la nave tambien y os hemos añadido unas pociones y eteres, por si los necesitais.