Partida Rol por web

Caerwyn tenía la mirada fija en el árbol y en la ardilla roba panes. 

—Propongo talar el árbol y hacer sopa de ardilla.

-Jajaja-rió Khastal- creo que prefiero alimentarme de bayas que de uno de esos bichos, una rata es una rata aunque viva en un árbol-le respondió- quizás mañana deberíamos recorrer el siguiente tramo a explorar y después volver al puesto de Oleg a descansar y comer algo en condiciones. Vi el mapa y es una zona muy grande, prefiero reservar estas acampadas nocturnas para cuando estemos realmente lejos del lugar. 

Jajajaja poniéndome una mano en cara y negando con la cabeza, me uno al resto ante la idea de talar un árbol para comernos una ardilla. Yo tampoco lo veo, prefiero que descansemos y, como ha dicho Khastal, mañana acercarnos al puesto, reponer provisiones, y descansar un poco.

Con calma, voy sacando de la mochila la manta, dejando el resto del equipo a mi lado, mientras la extiendo. 

Cuando llegue mi turno despertadme, voy a intentar descansar un poco, que el caballo este me está matando digo frotándome el trasero antes de tumbarme sobre la manta.

Iskal estaba entretenido repasando el mapa de modo que cuando escuchó reirse a dos de sus compañeras levantó la cabeza un instante con las orejas erguidas. Después devolvió si atención al mapa.

—Por el momento podemos hacer eso—dijo—. Pero debemos tener en cuenta que llegará un punto, conforme nos adentremos más en estas tierras para explorarlas, que habrá que cazar, pescar o recolectar algo por el camino. O eso, o fundar nuevos puestos avanzados. Pero me da que tal cosa es imposible por ahora.

—¡Pero ahí es donde entra mi héroe salvador! —intervino Caerwyn cuando se desechó su brillante idea de la sopa de venganza en forma de ardilla—. Podríamos ir un poco más despacio para que nos caces el almuerzo. Yo me comería un buen asado ahora mismo, con la piel bien churruscadita y untada en miel. Como lo hacía el viejo Harzac. Hmmm.

El comentario de Caer me había pillado en medio de una cucharada de la ración seca que nos quedaba. Despacio, me llevé a la boca la cucharada que había quedado suspendida a medio vuelo, pero sin dejar de mirar la ración.

La verdad es que, aunque te quitan el hambre y te permiten viajar ligeros, el sabor de una buena carne churruscada en la hoguera es algo invencible.

Yo no se mucho de cazar, sinceramente, así que si tú eres capaz de localizar y cazar presas, a mi no me importaría avanzar más despacio, casi será un alivio para mi culo.

- Estoy de acuerdo con la idea. Si Iskal puede cazar se lo agradeceré y la verdad es que con el esfuerzo de la exploración el cuerpo pide algo mas contundente de comer. - les dije a mis compañeros tras escuchar la conversación, mientras comía lo que me quedaba de las raciones. 

- En mi caso para intentar complementar un poco las raciones podría buscar algunas bayas o frutos que nos sirviesen para acompañar la comida. - 

Pasasteis tras la cena un rato hablando agradablemente al calor de la hoguera, mientras que la noche llegaba al Cinturón Verde. Tras eso os fuisteis a descansar manteniendo los mismos turnos de guardia que habíais estado manteniendo hasta el momento.

La noche paso tranquila y sin incidentes, a excepción de pequeños sustos sin importancia con algunos ruidos de animales nocturnos...

La mañana llego, y con ella el viaje continuo para explorar la siguiente zona designada, antes de llegar al Puesto de Oleg. La zona, como las anteriores, se trataba de una zona de tranquilas llanuras, en las cuales apenas había arboles, pero conforme explorabais la zona vislumbráis a lo lejos una pequeña cabaña de madera con un pequeño jardín lleno de diversas hierbas plantadas.

Para cuando sus compañeras despertaron Khastal ya estaba  en pie, terminando los restos de una de sus racciones de la que solo quedaba un poco de carne seca y queso.

-Buenos días-dijo, aunque el sol apenas se veía y el frío del amanecer escarchaba las plantas- será mejor que nos pongamos en marcha cuanto antes si queremos echar un vistazo y llegar al puesto de Oleg antes de que anochezca-sugirió dando otro bocado a la carne.

Imitando a Khastel, desayuno nuestras ultimas existencias antes de explorar la,ultima zona antes de volver al puesto.

Aunque pareciera extraño, la zona estaba tranquila y el terreno era propicio para cabalgar tranquilamente, disfrutando del paisaje lo mejor posible.

Poco a poco ibamos conociendo mejor, siendo las largas cabalgatas de gran ayuda. Durante una de esas charlas, vemos lo que parece una cabaña, interrumpiéndole de golpe.

¿Habéis visto esa cabaña? Qué extraño que alguien pueda sobrevivir en esta zona, totalmente aislado. Si os parece podemos acercarnos, igual conseguimos algo de información.

Iskal se encogió de hombros.

—Para sobrevivir en terreno agreste sólo hay que aprender cómo—dijo. Claro que él había nacido y vivido en un bosque, pero sabía que la suya no era la única raza que hacía eso. Miró hacia la caseta—. Cinco desconocidos en la puerta armados hasta los dientes no es una forma muy amable de presentarse. Igual debería ir uno o dos de nosotros a decir que somos gente que está explorando esta zona. Quien sea que viva ahí quizá pueda decirnos algo sobre ella.

Los demás podían esperar en el camino, tanto por si había problemas como por si no los había. La cabaña se veía desde él.

- Estoy con Iskal, cinco desconocidos armados hasta los dientes pueden generar cierta suspicacia. Yo creo que será mejor que uno o dos se acerquen a saludar a quien viva ahí. Aunque dudo que se vaya a fiar de nosotros al menos no nos verá como una amenaza. - Comenté mientras miraba hacia aquella casa, con un precioso jardín. Me preguntaba como lo habría conseguido.

- ¿Quien creeís que será mejor que vaya? - pregunté al resto.
 

Sin dejar de mirar la cabaña, escuchando a los animales del bosque, asiento a las palabras de Iskal y Mara 

- Si, quizás tengáis razón. 

- Ve tu querida, eres encantadora, y te puedes llevar a Khastel o Cae por si hubiera algún problema. Mientras nosotras podemos quedarnos a una distancia prudencial, ocultándonos a simple vista.

—No le estamos tendiendo una emboscada a nadie, debería ser suficiente con esperar en el camino, ¿no?—comentó Iskal sacudiendo una oreja anecdóticamente. La verdad es que lo de esconderse se le antojaba un poco excesivo—. Aparte, va a ser difícil de creer que nadie esté explorando una tierra enorme y desconocida sin un explorador. O siendo sólo dos.

Con un leve encogimiento de hombros, asiento a Iskal como prefiráis. Pensaba que no queráis que nos viera a todos juntos, pero me parece bien permanecer tranquilamente a la vista.

- Desmontemos de los caballos. comento haciendo lo propio, y manteniéndome con la brida en una mano mientras acaricio la crin con la otra, manteniendo las manos alejadas de las armas.

Khastal bajo del caballo y se juntó con sus compañeras.

-Podemos ir todos si quereis, pero permaneced atentos no sabemos si quien vive aquí será amigo o enemigo-les dijo al resto-quizás dos deberían quedarse atras y esperar junto a los caballos mientras nos acercamos a saludar a nuestro "vecino"-propuso.

Con cuidado avanzasteis todos hacia la cabaña dejando un pequeño hueco entre los que llamaban a la puerta y el resto del grupo. Golpeasteis con una aldaba tallada toscamente en madera y del interior de la cabaña salió una voz un tanto aguda acompañada de una tos... -Ahhh... ¿Quien llama? ¿Quien llama a mi puerta?... jejeje... ¿Los lobos han aprendido a llamar? ¿O sera el venado quien ha aprendido a llamar a mi puerta?

Al otro lado escuchasteis como se corrían unos cerrojos y al abrir la puerta un intenso olor a azufre y a alcohol emano de la cabaña, antes incluso de que un hombre de aspecto anciano y desaliñado apareciera en el hueco de la puerta...

-Ohhh... ¿Mujeres llaman a mi puerta?... Mujeres armadas y un gato humano... Ummm... extraño... No parece otra alucinación... ¿Que querrán de mi? ¿Serán bandidas? El hombre os miraba hablando consigo mismo como si no se diera cuenta de que hablaba en voz alta... -Ummm... Saludos... Me llamo Bokken... ¿Quienes sois vosotras?

A Iskal le habían llamado muchas cosas, pero era la primera vez que lo llamaban "gato humano". Nunca se acostaría sin conocer algo nuevo.

«¿Un alquimista?» pensó arrugando ligeramente la nariz cuando el sofocante olor del azufre llegó hasta ella.

No se le ocurrían muchos motivos que justificaran la presencia de aquella sustancia. O aquel tipo era un alquimista chiflado, o un nigromante que estaba montando una fiesta con media docena de diablillos en la que el alcohol corría a raudales. Ya ni le extrañaría.

—Hola, Bokken. Me llamo Iskal—carraspeó con la vaga esperanza que lo siguiente no fuera un "¡Oh, el gato habla!". Luego fue señalando una a una a sus compañeras conforme añadía: Ellas son Caerwyn, Khastal, Shallana'ha y Mara.

No dijo más, prefería que fuese alguna de ellas quien los presentase como aventureros explorando la zona e hiciera las preguntas lógicas.

Con la mejor de mis sonrisas asiento ante la presentación de Iskal

- Encantada de conocerle Bokken.

- Estamos recorriendo los caminos e inspeccionando la zona. Los señores de la espada han decidido limpiar la zona de forma que se favorezca el comercio y la libertad de los comerciantes para poder ir sin peligro a los bandidos y otros peligros que acechan en los caminos.

- Sin ir más lejos, no muy lejos de aquí hemos visto unos lobos huargos dispuestos a atrapar a cualquier incauto si el hombre vivía aquí, me veía en la necesidad de informar de ese hecho, aunque no creí necesario informarle de que seguían por la zona.

- ¿Y usted? ¿vive aquí solo? con la peligrosa situación de la zona, me resulta extraño que se respete una pequeña cabaña como la suya sin asaltarla ni hacerle ningún daño.

El anciano abrio un poco los ojos con gesto de sorpresa al oir hablar a Iskal y al momento entrecerró los ojos un poco, mientras que estiraba la cabeza hacia Iskal, ladeándola levemente... -Ohhhh... Eres uno de esos gatos nómadas parlantes... Ummm... es la primera vez que veo uno... Ummm... ¿Si le tiro un ovillo de lana sera como mi viejo gato Guantes? El anciano ladeo la cabeza hacia el otro lado, mientras hablaba consigo mismo... -Ummmm... no... parece bastante mas fiero que Guantes... Seguro que me intenta pegar como cuando dije ese chiste de enanos delante de un enano... 

La atención del anciano se pasa a Shallana´ha cuando esta empieza hablar. -Ahhhh... que bien... Asi que han decidido limpiar la zona de alimañas... Esa es una buena noticia... Ya estaba hasta el gorro de tener que dar mis pociones gratis a esos cabrones follacabras... El hombre se rasco la oreja cuando comentaste lo de los huargos y te miro. -Ummmm... pues hasta ahora no he tenido mayores problemas... Solo suelo salir al bosque a buscar plantas para mis pociones... Y si... vivo aquí solo y solo respentan mi vida ya que les soy de utilidad... yo les hago pociones, y ellos respetan mi vida... Ummm... Estúpidos bandidos... A veces me encantaria recibirlos con unas buenas bombas en toda la cara... Fiuuuuuu.... ¡BOOOM! El anciano gesticula con los brazos mientras hablaba... y se queda callado unos segundos... -Bueno... si van a limpiar la zona de bandidos yo puedo suministrarles pociones... se me dan bien... De vez en cuando suelo ir al puesto de Oleg y venderle algunas...