Partida Rol por web

Khastal avanzó unos pasos mientras tensaba su arcó, disparando su flecha a uno de los bandidos que huían. La felcha se clavó contra uno de los árboles que quedaban entre medias.

-Je, mirad como corren. No ha sido tan difícil como esperaba-dijo la elfa, contenta por la rapidez de la refirega. Por eso y por como iban las cosas con Helena. No tenía muy claro si sus sentimientos hacia ella eran solo admiración hacia... bueno, que era una elfa y Khastal siempre las había admirado. Con la reacción de ella empezaba a tener las cosas mas claras y aquello le gustaba. 

-¡No dejeis que escapen!-gritó hacia sus compañeros- ¡que no pueda informar a su jefe!-la semielfa echo a correr detrás de ellos

Miro hacia Khastal y sonrío asintiendo con la cabeza. -No te preocupes... esa ratita no se va a ninguna parte... Tensando mi arco, cargo una flecha, y conteniendo el aliento sigo el movimiento del bandido y adelantándome un poco a sus siguientes movimientos, suelto la flecha, la cual vuela disparada entre los arboles y acaba incrustada entre los omóplatos del bandido, el cual sale despedido hacia adelante por la fuerza del impacto, cayendo de bruces en el suelo, y quedando inerte. -¡Diana! ¡Otro menos! Miro hacia Khastal y veo como su flecha vibra clavada en un árbol cerca del bandido que corría. -Ummmm... ese tiro ha estado cerca... Si lo deseas cuando volvamos y tengamos algo de tiempo libre, puedo enseñarte algunos trucos con el arco... Sonrío con cierta diversión, algo mas distendida, viendo que el mayor peligro había pasado, y que esto era solo acabar con los restos...

Viendo como la jefa había caído abatida en apenas un momento, el bandido a su lado dudo un instante... Si daba la vuelta y corría estaba muerto, si luchaba quizás podía hacerse un hueco entre esos dos monstruos asesinos y podía salvar su pellejo.

Con un grito de guerra y de miedo lanzo un tajo contra ese demonio que casi había partido por la mitad a Kressle, y sin embargo el choque de acero contra acero me dejo claro que mi ataque no había servido para nada... -Mierda, mierda, mierda... 

Decidida acabar con el mayor número de esos bandidos, avanzo hacia el bandido que había atacado a Malak, pero las prisas no son buenas nada para nada, y el ansia de matar hace que no vea una raíz y a punto estoy de caerme.

El golpe sale muy desviado

Para Khastal el combate había terminado. Poco quedaba ya que hacer allí, excepto asegurarse de si alguno de los bandidos seguía con vida y ver si tenían algo de valor.

Se acercó hasta la felcha clavada en el árbol, con algo de vergüenza. 

-Estaré encantada, desde luego sabes usar ese arco mejor que yo. Aunque te advierto que soy una alumna terrible-le dijo con sacando, con esfuerzo, la flecha del árbol.

Miro como estaba ya prácticamente acabado el combate y miro a mi bestezuela negra. -¡Sombra! Si alguno consigue escapar te doy permiso para darle caza... Relajándome me guardo el arco, viendo como Rennor acababa con el ultimo rezagado, al igual que el otro equipo hacia lo mismo con otro bandido.

Con una sonrisa me acerco junto a Khastal, mientras esta hacia fuerza para sacar la flecha del tronco, saliendo hacia atrás cuando esta finalmente cede... Abriendo mis brazos la atrapo antes de que caiga al suelo. -Te atrape... jejeje... Con la semi-elfa atrapada en mi abrazo sonrío divertida. -Vamos, no digas eso... seguro que eres una alumna excelente... Si algo tienen los humanos es que tienen una gran rapidez de aprendizaje... y tu siendo semi-elfa estoy segura que compartes esa gran ventaja... Con una amplia sonrisa acerco mi boca a su oído susurrando suavemente, tras lo cual la suelto de mi abrazo. -Venga, vayamos a ver si estos rufianes tenían algo de valor...

El cálido aliento de Helena acaricia tu oído, al igual que sus manos acariciaban disimuladamente tu vientre juguetona, mientras te abrazaba.

-También los semi-elfos son tan pasionales como los humanos... Cosa que a muchos elfos les falta esa chispa... El vivir muchos años tiene ese inconveniente, sin embargo yo no soy una elfa típica... Soy muy pasional y cariñosa... Sientes los labios de Helena besando fugazmente la punta de tus orejas. -¿Tu también eres una chica pasional Khastal?

Rennor seguía en modo combate, la cuerda tensa y la flecha colocada; miró hacia las copas de los árboles y las torres improvisadas buscando más bandidos y encontró uno que todavía no había salido corriendo. Se asomó y mientras le apuntaba le conminó a que se rindiera: ¡Eh, tú! ¡El de arriba! Tira las armas y baja si quieres sobrevivir.

Khastal notaba como sus orejas entraban en calor, seguramente estaba roja como un tomate pero no pudo evitar sonreir.

-No se si pasional es la palabra...-dijo en un susurro- pero tendrás que descubrirlo cuando volvamos al campamento. Puede que te lleves alguna sorpresa-le respondió pícara dándola un pequeño mordisco en la oreja.

El bandido miro a su alrededor... su compañero estaba flanqueado entre ese demonio y la chica con armadura, y el por su parte estaba siendo apuntado por ese arquero y tenía a esa bestia rondando con los ojos clavados en él... Había oído la orden de su maestra, y no le cabía duda alguna de que si huía, moriría... 

-E... esta bien... me rindo... No me matéis por favor... pu... puedo ofrecer información... Deje caer el arco a mis pies junto con mi espada corta, y avance unos pasos hacia el arquero, manteniendo mis manos en alto... -Os contaré todo lo que se...

Sin piedad y sin compasión. Era lo único que tenía claro cuando me enfrentaba a esta escoria de bandidos. Estaba oyendo que uno ya se había rendido, y no iba a darle ocasión a este otro de hacerlo.

De esta forma, aprovechando que su cabeza giraba de un lado a otro, mirando especialmente a Malak, agarré con ambas manos la espada y, tras alzarla por encima de mi cabeza la dejé caer con toda mi fuerza, partiendo casi por la mitad al bandido y salpicando con su sangre y vísceras a los que le rodeaban.

Una vez satisfecha, lanzo un largo suspiro, como para tranquilizarme, antes de agacharme y limpiar la espada en la capa del bandido. Está bien, parece que nos puedes valer de algo. Habla pues y tal vez te perdonemos la vida según hablo, voy cortando las cabezas de los bandidos limpiamente. Con la ayuda de una de las capas, hago hatillos para llevarlas.

La recompensa por sus cabezas sigue vigente. ¿No? comento cuando veo que me está mirando todo el mundo un poco alarmado y creo que es mejor que llevar todos estos cadáveres.

El bandido vio como su compañero caía al suelo casi partido por la mitad y tragó saliva mirando a la mujer de cabellos rubios... -Cla... claro yo colaborare c... con ustedes... El bandido señalo hacia el carro que se encontraba cruzado en el camino. -E... En ese carro están todos los tesoros que hemos ro... tomado hasta este momento...

Trago saliva viendo como esas personas se habían juntado alrededor mio. -Nu... Nuestro jefe es un monstruo. Se llama a si mismo Lord Venado. Es un experto del arco, y le he visto destrozar la mano de un prisionero de un solo puñetazo... Ahora que lo pienso nunca le he visto sin ese espeluznante casco de venado; alguno de mis amigos... Mire un momento los cadáveres que rodeaban el campamento. -de mis antiguos amigos creían que debajo no tiene cara... ¡Aunque yo creo que ese caso es su cara!

-Es dificil saber a ciencia cierta quien trabaja para el jefe, asi que utilizamos una especie de contraseña para acceder al fuerte que hay en la orilla noreste del Aguacolmillo. A menos que la hayan cambiado, la contraseña actual es " Por los malditos huesos de San Gilmorg, ¿Que quieres saber?" ... Y no, no tengo ni idea de quién es el tal San Gilmorg

-Lord Venado es un maldito borracho... toda la bebida que hay en el carro es para él. Es una sombra de lo que era antes, aunque nunca estuvo bien de la cabeza. Hace unas semanas le dio un puñetazo a mi caballo por escupir en el patio. Personalmente me da igual si se muere mañana, pero incluso borracho es un oponente considerable.

-También Lord Venado tiene a un extraño anciano encerrado en el sótano. Yo creo que el viejo es en realidad el que maneja el cotarro, y Lord Venado es poco mas que un títere, si sabes lo que quiero decir... Miro a esas personas esperanzado de que esa toda esa información salvara mi vida. -Yo una vez mire a los ojos de ese viejo, y me resultaron aterradores... No es alguien con quien quiera cruzarme...

Shallana había acabado con el bandido que había intentado ensartarle, para después dedicarse a cortar cabezas. El espectáculo era ciertamente macabro, pero tampoco le importaba demasiado; tenía otras cosas en las que pensar, otras cosas en las que centrarse. Los demás habían logrado acabar con los de su parte y habían capturado a uno con vida, así que había que interrogarle. En realidad, más bien había que escuchar, pues casi no hizo ni falta preguntar para que empezara a contar todo lo que sabía.

A medida que el asustado hombre hablaba, se iban formando diferentes ideas en su cabeza. Con cada nueva pizca de información, se aclaraban las cosas un poco más, especialmente lo relacionado con Lord Venado. Para cuando acabó y el silencio se extendió entre ellos, asintió. Y una sonrisa apareció en su rostro, curvando sus labios de manera siniestra.

—Tal vez eso juegue a nuestro favor —dijo con firmeza—. Podríamos envenenar la bebida, y dejar que se mate solo. Seguramente Oleg pueda conseguirnos algo lo suficientemente fuerte para que no haya posibilidad de salvación. Si le gusta tanto la bebida... tan solo tendríamos que dejar unas botellas cerca, y esperar. No podrá evitarlo.

Khastal se separó de Helena al escuchar los que decían. Aquello estaba mal, no sabía que, pero algo no estaba bien.

-Malak, no podemos envenenar a todo el campamento. Mira que bien nos fue con los kobolds, si derrotamos a ese tal Venado y a quien le comande, quizás el resto se una a nosotros, como éste-dijo señalando con el dedo al bandido- además no sabemos si tienen más cautivos o siquiera si ese viejo es quien manda. Quizás mueran inocentes... y me gustaría evitarlo. Además, ¿Quien iba a meterse allí para envenenaro su bebida? Uno solo rodeado no sobreviviría ni 3 minutos allí-sentenció torciendo el gesto. Lo del vino sonaba bien, quizás así todo fuese más fácil, pero algo no le encajaba en ese plan.

— Si Lord Venado es solo un títere del viejo entonces da igual que se mate. Pondrán a otro como él. Es un plan demasiado arriesgado y con muy pocas garantías. 

Sonríe traviesa. 

— Pero yo podría disfrazarme e investigar con un plan bien hecho. Tendría que entrar sola, eso sí. Pero si él me da todos los detalles del fuerte, podría escabullirme del grupo principal y husmear en el lugar para después abriros una entrada o daros información. Pero podría entregarle una bebida con sedante que lo dejase fuera de combate para entregarlo a la justicia, así solo habría que ocuparse del viejo, o de quien esté al mando. Como este señor demuestra nadie es muy leal a ellos. Si Lord Venado desaparece cundiría el pánico y podría haber una desbandada. 

Se encogió de hombros, era peligroso para ella, claro estaba. Pero para demostrar que podía hacerlo usó su conjuro de disfraz para disfrazarse bandido delante de ellos. 

Suspiró. O gruñó, no estaba muy claro. La cosa es que dejó patente no solo que no le gustaba lo que estaba escuchando, sino que hasta se sentía ofendido. ¿Disfraces, inocentes, marionetas, sedantes? No tenía ni idea de que es lo que habían escuchado ellas, pero para él estaba bastante claro. Tal vez estaba sordo, claro, pero era una probabilidad que él mismo veía remota, por lo que las palabras "Lord Venado es un maldito borracho, toda la bebida que hay en el carro es para él" creía haberlas entendido bien.

No tenía ni idea de como hacerlo vérselo ver a los demás de manera sutil... así que se limitó a no hacerlo. Al fin y al cabo sus formas no tenían nada de malo.

—Creo que no estáis entendiendo muy bien esto —sentenció, con un tono que fácilmente podría haber usado para llamarles idiotas—. Nuestro nuevo amigo nos ha dicho que todo el alcohol es para él. Eso significa que si envenenamos las botellas —extendió una palma de la mano—, con algo suficientemente fuerte y que no pueda detectar... —extendió la otra, esperó un momento a ver si lo entendían por sí solos, y luego las juntó—. Se lo darán, se lo beberá y morirá, solo él. Luego veremos que ocurre, pero nos habremos librado de una amenaza importante sin hacer nada más que esperar —miró al bandido—. ¿No? ¿Tú que crees? —y antes de que respondiera hizo un gesto quitando importancia a lo que fuera a decir; no le importaba en absoluto ya. Su plan era genial—. Tampoco es que le necesitemos vivo para nada, ni a él ni a ninguno de los otros salteadores que haya con él. Como ha dicho ella —señaló a Shallana, que seguía entretenida cortando cuellos—, con sus cabezas nos valen. Y además, nadie se pondría en peligro sin motivo alguno.

- Creo que ambos planes son arriesgados y demasiado confiados, añadió aunque nadie le había preguntado, si ese tipo es tan bueno no se va a tragar que desparezca un grupo entero de hombres y solo vuelva uno con toda la bebida. Damos por supuesto que los otros no lucharan pero si le tienen el mismo miedo al viejo que éste lo más seguro es que combatan hasta la muerte pongan o no a otro en el lugar del tal Lord Venado, se cruzó de brazos tras colgarse el arco a la espalda de nuevo. Averigüemos más sobre el campamento de los bandidos: ubicación, número de hombres, guardias, partidas de saqueo y rastreo, ... y tracemos un plan conjunto.

Una vez finalizada mi tarea, y con todas las cabezas de los bandidos en un hatillo  hecho con la capa de algunos de ellos, me acerco al grupo, mirando fijamente al bandido que nos había dado la información.

Me parecen planes todos ellos acertados, aunque nuestro amigo Rennor ha dado en el clavo. Si vuelve el carro solo, sin ninguno de los bandidos que debían de llevarlo, iba a ser un poco sospechoso, y no me fiaría de dejar a este solo que llevara el carro.

Incluso si se infiltrara Mara, me giro para mirarla, con cierta preocupación en la cara ante semejante idea cosa bastante peligrosa, ¿cuánto aguantaría la farsa? esta gente tendría amigos, conocidos, que querrían escuchar historias, y hablar de viejas chanzas, y aunque no hay nadie como tú contando historias, quizás no sean lo que quieran oir. Cualquier pequeño desliz, podría ser el fin.

Me gusta más la idea de averiguar más sobre todo aquello, seguir limpiando la zona que nos rodea mientras nos acercamos a nuestro principal objetivo, que es eliminar a estos bandidos y expulsarlos de estas tierras. Creo que con la información que nos han dado, podemos hacer un gran avance, pero yo seguiría investigando.

Ahora miro a Khastal, y mi rostro se vuelve a tornar implacable En cuanto a dejarles con vida. Lo siento pero no creo que estén allí solo por miedo. Eligieron esta vida de saqueo, violaciones y asesinatos antes de que llegar el tarado ese. Ahora puede que le sigan porque le tengan miedo, pero no nos olvidemos que han matado, saqueado y violado y tendrán su merecido.

Khastal sonrió.

-Ya bueno, me refería e éste. Podíamos llevarlo prisionero al puesto, al fin y al cabo Oleg necesitará mano de obra. ¿O vas a matarlo a sangre fría?-preguntó la semielfa- respecto a sus compañeros, por su bien espero que se rindan. No pretendo ser compasiva con los cerdos que intenten matarme, claro-se explicó.