Partida Rol por web

Tras evaluar la zona, Rennor hace una señal a los demás para que se acerquen.

- ¿Alguno de vosotros sabe qué quiere decir esta runa?

Me acerco junto al resto para mirar la tumba más detenidamente, mientras me encojo de hombros negando con la cabeza

La verdad es que no tengo ni idea. ¿Estaría muy mal visto si abriéramos la tumba? comento intentando recordar algo sobre esa runa

Tras dejar unos minutos a Rennor y Mara, minutos que aprovechó para quedarse mirando a un punto indeterminado de la espesura que se veía a lo lejos, en la que imaginaba dragones, hadas, osos y otras cosas mucho menos agradables, al final se acercó a la tumba, no sin antes haber esperado a que les hicieran la señal de que no había peligro alguno.

– Me alegro de que no se haya levantado nada – dijo con una sonrisa, sin envainar aún así su espada, prueba de que no se fiaba de las apariencias, ni por un instante creía que los muertos pudieran ser el único peligro –. ¿Eh? ¿Qué runa?

Con parsimonia casi irracional, se acercó a la roca grabada y se inclinó mirando el símbolo sin parpadear.

-No eres el único que se alegra, pero no os confieis-avisó la semielfa sin hacer mucha intención por acercarse a menos que fuera imprescindible. Sin embargo observó el linde del bosque, malo sería quedarse de guardia y que les atacaran por la espalda.

Yo no tengo ni la mas absoluta idea. Pero podríamos hacer una réplica y consultar a otra persona. - Comenta Mara. - ¿Alguien tiene por casualidad pergamino para apuntar?

Al cabo de unos minutos, levantó la cabeza y, como era obvio, negó.

– Pues no, yo no tengo ni idea de que significa esta runa – dijo al fin –. Pero es buena idea eso de dibujarla en un pergamino – coincidió –. Yo tengo tinta y cálamo, y mi libro de hechizos. Podría usar una de las páginas, o mejor, puedes hacerlo tú.

Con una sonrisa, sacó su libro del estuche en el que lo guardaba, colgado al cinturón, y luego la pluma para escribir, junto a un pequeño vial en el cual un líquido negro y espeso se movía con lentitud casi deliberada. Una vez lo tuvo todo en la mano, se lo tendió a Mara. 

– Usa una de las hojas del final – pidió a la bardo, antes de quedarse pensativo y añadir algo más – Y ten cuidado, por favor.

Rennor ya cis estaba intentando entrar a la tumba cuando los demás comenzaron a copiar las runas en el libro de Mal'ak.

- Si lo preferís podemos volver cuando alguien nos explique lo que pone.

-Deja que dibujen las runas, con suerte nos ahorraremos un paseo-le respondió la semielfa- "aqui yace Ababacar, principe sin principado, que hoya con sus sandalias las tumbas de los muertos" o algúna otra chorrada así se podrá leer y nos podremos ahorrar la visita a la tumba de algún pobre diablo que acabó dando aquí con sus huesos.

En  vista que nadie está dispuesto a mirar dentro de la tumba, niego con la cabeza antes de ponerme a escavar El conocimiento no se adquiere esperando, hay que buscarlo. Pero me parece buena idea el apuntar esa runa para averiguar lo que significa cuando consigamos ese maldito pergamino de comprensión idiomática.

Sigo excavando, sacando la tierra de la tumba a un lado

– ¡¿Qué haces?! – exclamó horrorizado, con un siseo, al ver como empezaba a excavar la tumba, perturbando el reposo de quien quisiera que descansara allí. 

Aquello nunca, jamás, salía bien, no podía salir bien, o eso pensó mientras levantaba la espada y daba un paso atrás, apartándose de la tierra removida.

– Harás que algo despierte, maldita sea.

-Shallana... Mal'ak tiene razón, no creo que sea buena idea desenterrar un cadaver, aunque no se despierte-dijo la semielfa incómoda desde su caballo- Desde luego por el aspecto que tiene esto es más probable que te encuentres, no se, la peste antes que un tesoro que merezca la pena...

Khastal dio la vuelta a su caballo y lo movió un poco para asegurarse que nadie se acercaba al claro.

Con varios pies cavados, miro a Malak ¿como queréis limpiar esto y mantener a salvo la zona? Para hacer una tortilla hay que romper uno huevos comento un tanto aireada sin dejar de cavar. 

Estaba claro que mis códigos morales no se ajustaban a los ya conocidos, estando totalmente convencida de que hay que incumplir determinados tabus en pro de un bien superior.

- Veamos, yo estoy de acuerdo con explorar la tumba pero entiendo que queráis ver qué dicen las runas antes...siempre y cuando luego vengamos y entremos. Rennor se cruza de brazos mirando al resto: Si no queréis meteros, iré con Shallana'ha.

Estamos dejando de ver cosas esperando a que, esperando a que...¿por qué pensáis que nos mandaron aquí? ¿Para dar vueltas, marcar los sitios y "ya vendremos luego"? 

¡¡¡Por todos los dioses!!! Vamos a hacer algo. Claro que es peligroso, todo lo es en esta vida.

Sin tomar en cuenta las advertencias de sus compañeros, Shallana´ha continuó excavando en la tumba de la extraña runa grabada en la piedra... Tras un rato excavando y quitando las piedras que protegían la tumba, finalmente la inquisidora dejo al descubierto el esqueleto de un humano vestido aun con los restos destrozados y podridos de una armadura de piel y entre sus manos sobre su pecho descansa una hacha de guerra en un perfecto estado a pesar de los años o siglos enterrada, ambas hojas de las hachas estaban grabadas en el mismo idioma que en el de la piedra y en cada hoja había grabado lo que parecían ser unos tigres... Ademas de la hacha en el dedo esquelético del guerrero un anillo de madera aun se conservaba intacto, representando a una anguila y una rana persiguiéndose mutuamente...

Mirando el cuerpo con atención, no os fue dificil adivinar la muerte del guerrero, al descubrir parte del cráneo aplastado por un golpe muy fuerte...

Primero esperó, y copió diligentemente la runa sobre una de las hojas que Malak amablemente le había concedido. Esperando poder descifrarla en un momento mejor. Eso no disuadió a Shallana que siguió cavando hasta que desenterró un cadáver. Ante el nuevo descubrimiento, fue la primera en asomarse y cotillear, contemplándolo con curiosidad.

- ¿Quien sería? ¿Que haría aquí? - Preguntó contemplando los detalles.

Emitió un largo y prolongado suspiro que sustituyó a los leves gruñidos de impaciencia y molestia que había estado soltando desde que la mujer se había puesto a cavar más a fondo ignorando sus advertencias; para él, una cosa era explorar, limpiar la zona de peligros y eliminar las amenazas existentes – trasgos, kobolds, canijos, osos rabiosos mágicos energizados, trampas... –, pero otra muy distinta era ponerse a perturbar los lugares de reposo de los muertos y saquear tumbas. Que no tenía ningún problema, por supuesto, no era un recto paladín ni un clérigo petimetre, pero era lo suficientemente listo como para no hacerlo cuando había runas y conjuros de por medio, protecciones sin duda alguna que acabarían con un esqueleto poniéndose en pie y ellos hechos pedacitos a la espera de unirse a la legión de los muertos.

– No toques el hacha. No la toques. No. No... – pensó para sí mismo mientras la veía venir, se echaba hacia atrás, y preparaba un hechizo sin responder a Mara; no sabía quién era ni que haría allí, aparte de morirse, pero algo le decía que pronto lo que iba a hacer era levantarse. Y muy enfadado.

Antes de tocar nada, me quedo mirando el cadáver y los objetos que porta durante unos segundas hasta que Mara se asoma, momento que me aparto para dejar que lo mire mejor

Personalmente no tengo ni idea de lo que puede significar, pues conozco poco de estas tierras y de aquellos que lo poblaron años ha, pero quizás ella haya oído hablar sobre ello en alguna taberna, canción o poema.

Lo que sí que podía hacer era ver si lo que portaba el cadáver podría ser de alguna utilidad. Así, pronuncio unas palabras entrecerrando los ojos, antes de volverlos a abrir.

Gracias a los símbolos grabados en el hacha, reconoces que este hombre, perteneció alguna vez a los clanes bárbaros de los Señores de los Tigres... Estos aun siguen asentados en las zonas mas al noreste de la Cañada de Ebano, siendo un incordio para los reinos circundantes a sus territorios... Si bien estos clanes siguen dando problemas en las zonas fronterizas, ya no son ni la sombra de la amenaza que fueron durante la Era del Destino, al ser comandados por Armag, caudillo de los Señores de los Tigres y campeón eterno del propio Gorum, Señor del hierro y Dios de la Guerra... 

Por el aspecto del arma, tu dirías que se trata de algún jefe de tribu de una época bastante posterior a Armag...