Partida Rol por web

Higetora maldijo para sí mismo; había bajado la guardia más de lo que pensaba. Se alzó, sujetando el bastón despreocupado pero firme, asegurándose de disimular sus heridas; dudaba que sus perseguidores no se hubieran liado ya a voces de haberle visto. escudriñó la oscuridad.

Ves que el que esta detras permanece en las sombras mientras el que lleva la luz avanza un par de pasos, con la mano lista a desenvainar... Al acercarse, notas que la lampara hace brillar su kimono. Un kimono negro, con detalles rojos. Es el Escorpion!

Aunque la vision no es su fuerte, observa el bo y la pose, sumado al sombrero, y llega a una conclusion. Aunque no baja la guardia, pregunta simplemente.

-Disfrutando un paseo nocturno, Kuni-san?

Notas que el Escorpion esta tenso, en guardia, mientras avanza un par de pasos, dejandote en las sombras. Pero al cabo de un instante, su voz pregunta con tranquilidad.

-Disfrutando un paseo nocturno, Kuni-san?

Higetora entrecerró los ojos, mirando al Bayushi. Pasaba algo raro y Higetora no acababa de fiarse. Pero, la suspicacia era el estado natural de cualquier samurái inteligente hacia un Escorpión. - Se podría decir eso, sí. También se podría decir que me han mandado a buscaros a Daidoji-san y a vos. Veo que la situación no era tan urgente como la pintaban los siervos. - Mantuvo el gesto torcido.- Volviendo a la ilustre morada de nuestros anfitriones?

-Por mi parte al menos... Daidoji-san deberá extender su visita a la aldea, debido principalemente a las molestias ocasionadas por cierta espada en su vientre...+contesta+ Afortunadamente, la intervencion medica de un bushi Suzume y del Iuchi, lograron evitar que sus heridas pasaran a mayores, pero aun asi no estaba en condiciones de emprender la escalada de noche. Por mi parte, sali mucho mejor librado. 

Al decir esto, baja la lampara, iluminando el costado de su vientre, donde se ve un tajo en su hermoso kimono.

-Nos dijeron que vendrias, Kuni-san... Acaso no lograste encontrar la posada, o tuviste problemas con el descenso como el Unicornio? 

El Kuni esbozó media sonrisa. Al menos su pequeño escarceo con los ronin debió de haber servido para dar tiempo al Iuchi. - Algunos de los patronos de la posada tuvieron a bien darme un improvisado paseo por la aldea, mostrándome algo del vecindario y la campiña colindante. Por desgracia, al menos dos de ellos sufrieron alguna lesión en el viaje.

-Pasear a oscuras en estas colinas suele ser peligroso...+es cuanto comenta al respecto+ Si deseais ver todavia al Daidoji, tanto el como Iuchi-san y su heimin pernoctaran en la posada misma, a pocas calles de aqui. ¿O la caminata os ha cansado y preferis subir a cenar al kyuden?

Los dos bushi conversan... Parecen conocidos, aunque ciertamente no amigos.

Kuni- Se podría decir eso, sí. También se podría decir que me han mandado a buscaros a Daidoji-san y a vos. Veo que la situación no era tan urgente como la pintaban los siervos. Volviendo a la ilustre morada de nuestros anfitriones?

Bayushi: -Por mi parte al menos... Daidoji-san deberá extender su visita a la aldea, debido principalemente a las molestias ocasionadas por cierta espada en su vientre... Afortunadamente, la intervencion medica de un bushi Suzume y del Iuchi, lograron evitar que sus heridas pasaran a mayores, pero aun asi no estaba en condiciones de emprender la escalada de noche. Por mi parte, sali mucho mejor librado. +Al decir esto, baja la lampara, iluminando el costado de su vientre, donde se ve un tajo en su hermoso kimono. Luego sigue+Nos dijeron que vendrias, Kuni-san... Acaso no lograste encontrar la posada, o tuviste problemas con el descenso como el Unicornio?

Kuni- Algunos de los patronos de la posada tuvieron a bien darme un improvisado paseo por la aldea, mostrándome algo del vecindario y la campiña colindante. Por desgracia, al menos dos de ellos sufrieron alguna lesión en el viaje.

Bayushi- -Pasear a oscuras en estas colinas suele ser peligroso...  Si deseais ver todavia al Daidoji, tanto el como Iuchi-san y su heimin pernoctaran en la posada misma, a pocas calles de aqui. ¿O la caminata os ha cansado y preferis subir a cenar al kyuden?

Los miro con cierto recelo, escuchando atentamente su conversación y claro sin bajar en lo absoluto la guardia mirando al que habla con el Escorpión.

Higetora meditó ligeramente la pregunta.- Quizá debiera comprobar si mis improvisados guías turísticos han extendido su "generosidad" a Iuchi-san y su escolta; aunque eso es posible que lo sepas.

-Puedes preguntarle tu mismo... La posada se encuentra a 3 calles de aqui, un edificio de fachada roja. Agradable, en circunstancias menos... hostiles. +indica, señalando a su espalda, por donde venia, la calle principal de la aldea.

Higetora parpadeó un momento al ver la dirección que señalaba el Escorpión.- Iré a ver si Iuchi-san necesita mi ayuda. Nos vemos mañana, Escorpión-san. - Se puso de camino a la posada, en dirección por el camino principal.

Idiota! Idiota! IDIOTA! gritó Higetora, pero sólo para consumo propio. Tanto tiempo lejos de la muralla, del hogar, le había vuelto lento y confiado. Se había ensimismado tanto que no se había dado cuenta de que el siervo le estaba guiando a una trampa, cuando era acuciantemente evidente.

Pero a su modo, el toque de atención le había venido bien. No se volvería a relajar. La sabiduría de un monje de tierras de paz no se podía aplicar a un hombre en guerra constante.

Se encaminó a la posada. Esta vez a la buena.