Partida Rol por web

Higetora agradeció el momento de relajación, poco frecuente en sus tierras de origen. Se lavó meticulosamente, se secó con cuidado, y se puso la muda que le ofrecían sus anfitriones. Tomó de nuevo su bastón, colocó su wakizashi en su obi, y tomó su bolsa de pergaminos, dejando sus ropajes azul marino y gris para que fuesen sacudidos del polvo del camino. Ya preparado, volvió al encuentro con sus compañeros de viaje y anfitriones.

Hiroto camino por la sala e hizo una reverencia bien marcada ante su Sensei y acompañantes, luego camino por el lugar hasta quedar en una de las mesas que se encontraba vacia, distanciado y cerca de su representante. Tomo asiente y comenzo a observar con lujo de detalle a los presentes mientras hacia memoria de ropajes y caras.

Las personas en la mesa quedan un tanto desconcertadas, en un primer momento, por la inopinada aparicion de Iuchi y su confusa (aunque respetuosa) presentacion... Es claramente visible en sus expresiones.

El mas rapido en reaccionar es el coterraneo del Iuchi, comentando.

-Y por esto es que los Ide somos los encargados de la diplomacia del Unicornio... +frase que arranca sonrrojadas sonrrisas en la mesa. El hombre se incorpora. Viste un kimono de intenso purpura, con gran correcion. Mira al shugenja fijamente.

- Mi nombre es Ide Otojiro, emisario del Unicornio designado a este evento desde los verdes prados de Shiro Ide... Y creo que debes trabajar en tu introduccion, Iuchi-kun.

Sonrriendo todavia, el hombre de kimono del Gorrion se levanta. Es un joven de temple robusto y ojos brillantes.

-Bienvenido, Iuchi-san. Soy Suzume Yugoki, hijo de Suzume Kashira y discipulo del venerable Suzume Mukashino. Nos honrra que tu y tus sensei hallan podido desviarse de su viaje para venir a nuestro humilde encuentro. Por favor, toma mi lugar en esta mesa con tu compañero de clan. Ya me he entretenido demasiado con sus notables conocimientos, asi como las dulces palabras de las damas, y aun debo atender a los demas invitados.

Da un paso al costado, dejando lugar. Mira al Ide, asi como a la joven dragona y la otra hermosa muchacha, haciendo una reverencia antes de irse a otra mesa.

-Vuestra conversacion ha sido de lo mas encantadora e instructiva. Espero que podamos repetirla durante los dias que permaneceran con nosotros. Que disfruten la velada, honorables invitados.

Dado que no queda otra, ambos se sientan juntos en la mesa a la derecha de la que ocupan vuestros sensei.

Hay un cuenco con bollitos de pan fresco en la mesa, asi como un juego de te caliente y listo a servirse. Las tazas e implementos son suficientes para 4 personas, y todas son pequeñas piezas de arte. Hechas en ceramica, y pintadas esmeradamente con pequeños gorriones volando, casi da lastima usarlas.

Bayushi observa a los demas y puede notar que los mas elegantes son el fenix y la grulla de la mesa junto a la vuestra. Los que ves mas alla visten bien aunque sin resaltar, o eso lle parece... Por desgracia, su vision disminuida no le permite evaluar bien a los que estan en la mesa donde quedo Iuchi, ni a los mas alejados.

Iuchi apenado apenas hace un gesto agradecido al Educado Suzume y toma su asiento con aplomo.
Mis disculpas por la intromisión, Ide-san. Estoy a su disposición para cualquier asunto del clan.

-No hay ningun asunto, salvo disfrutar del encuentro lo mejor posible, Iuchi-kun...+responde con tono desenfadado, sentandose nuevamente+. A ese respecto, puedo asegurarte que estas dos damas han hecho mucho por ello. La dura cabalgata y las dificultades del viaje han valido la pena por conocerlas...
Al decir esto, su mirada abarca a las dos mujeres sentadas en la mesa.

Ligeramente sonrrojada, la dragona es la primera en contestar. Es una joven de aspecto delicado y sensible. Apenas parece haber pasado su gempukku, tendra unos 15-16 años.
-... Vuestros halagos se superan cada vez mas, Ide-sama. Por favor, moderelos... me hacen sonrrojar.
Sonrrie y sus rasgos se aniñan un poco mas. Te mira.
-Bienvenido a nuestra mesa. Soy Mirumoto Ruri, enviada del Dragon. Es un honor conocerle, Iuchi-san.

-No veo por que te pones asi, Ruri-chan... Ide-san solo dice la verdad. +sonrrie la otra mujer, con voz calida y sensual.
Esta es diametralmente opuesta a la joven dragona. Tiene unos 18 años, y mirada provocativa a la par que calculadora. Tambien es muy bella, pero de una belleza madura, no infantil. El vestido que usa no hace mas que resaltar su cuerpo bien torneado. Es un vestido curioso, muy similar a un kimono cortesano del Unicornio, pero le falta el mon que suele ir bordado, y mas interesante, su escote y los costados estan cortados para exibir un poco mas los atributos de quien lo lleva. No tienes que esforzarte nada para vislumbrar lo que hay debajo... en parte.
-Igualmente me uno a mi amiga para saludarlo, Iuchi-san. +comenta, jugando con un abanico que sostiene+ Mi nombre es Kin... y soy enviada de mi misma, podriamos decir.

Al cabo de unos momentos, el joven de ropas gorrion que estaba en la primer mesa se aproxima. Iuchi ahora ocupa su lugar alli.

De pie frente a ambos, hace una reverencia.
-Mis saludos. Soy Suzume Yugoki, hijo de Suzume Kashira. Es un honor tenerlos en esta pequeña reunion que mi padre ha organizado, especialmente dado que se han desviado de su viaje para asistir. Espero que este esfuerzo les resulte recompensado en nuestra hospitalidad. Me permiten sentarme con ustedes?

Una vez terminado el baño y ataviado con el kimono prestado, puedes regresar al pasillo. El daimyo ya no se encuentra ahi, pero si una de las mujeres, que abre la puerta y te guia.

La mujer te conduce por un pasillo de unos tres metros de ancho y 10 de largo. Aqui esta la primera sorpresa desde que llegaras, ya que, contrastando con el austero exterior, el interior del pasillo esta decorado con extraordinarias pinturas en pergamino y papel. Los asombrosos colores, representan toda clase de escenas. Paisajes (no muchos del austero exterior real, sino de verdes praderas soleadas), samurais en diversas actividades, hazañas de los kami, pasajes del tao... De todo esta representado con gran habilidad. Al final del pasillo,, una segunda puerta es abierta por la mujer. Esta si, da a un gran salon.

El salon no es menos que el pasillo, todo lo contrario. Es un cuadrado perfecto, de 15 x 15 metros aproximadamente, con otras dos entradas en los costados, ademas de aquella por la que entraste. Sus muros estan cubiertos de pinturas hermosas, y a estas se le suman anaqueles con pequeñas obras de arte en metal, piedra y otros materiales, demasiadas para abarcarlas de un vistazo. En el extremo mas distante, un sencillo trono de madera, custodiado por dos bushi y un hombre de ropas elegantes, señala el lugar de honor del daimyo.

Ademas de los guardias Suzume, poco mas de una docena de personas de muy distintos atavios se mezclan, charlando sentadas en pequeños grupos en torno a mesitas dispuestas con te y bollos de pan. Media docena de sirvientes de ambos sexos, asi como un par de mujeres vestidas de forma similar a la que te guio, se encargan de mantener las mesas bien servidas...

Hay 7 pequeñas mesas en total. Una esta frente al trono, asi que es de suponer que sera la del daimyo, y en ella se sientan un anciano con las ropas del Gorrion, junto a Bayushi Togo y Doji Chomei.

Sobre el lado derecho del salon hay tres mesas. La mas cercana al trono la estan ocupando el Daidoji, el Bayushi y un joven Gorrion. Siguiendo por ese lado, en la segunda mesa conversan suavemente un hombre de ropas Fenix, con una mujer de aspecto delicado y kimono celeste. La otra, la mas cercana a la puerta y a ti, esta ocupada completamente. En ella esta sentado el Iuchi, junto a otro Unicornio y dos bellas mujeres, una ataviada con el kimono del Dragon, y la otra con un exageradamente revelador kimono purpura, que sin embargo no tiene mon o identificativo visible. Suzue esta tambien, sentada tras el Iuchi.

Por el lado izquierdo, en la primer mesa esta sentado un hombre maduro de enorme tamaño y atavios monacales, que reconoces como el que viste de reojo en el templo. Esta solo, bebiendo te. En la segunda, un hombre con el kimono irisado de la Libelula , junto a una mujer de rasgos duros y ropas que la identifican como perceneciente al clan del Zorro, y un tercero, de kimono rojo de los Conejo. Y en la mas cercana a la puerta de ese cosado, dos jovenes conversan entre si, ignorando a un tercero que se concentra en comer. De los que conversan, uno tiene el negro gris de los Cangrejo, pero los otros dos no llevan mon alguno, al menos a la vista.

Junichiro asiente con sobriedad

- Por supuesto; nos honra con su presencia, Yugoki-sama

Dado que no parece haber nadie encargado de las presentaciones ni lugares asignados a la vista, puedes moverte libremente. Es a eleccion ir a sentarte con tus compañeros, o bien aproximarte a algun otro grupo como hizo el Iuchi, salvo el de la mesa del daimyo claro... ese es para otro nivel. Pero mientras respetes las normas basicas (saludar con correccion y presentarte al hacerlo) no deberia haber ningun problema.

Si quieres observar a alguna mesa en particular antes de acercarte, tira percepcion.

Higetora examinó brevemente la escena que se desarrollaba delante de él. Decidió que no le interesaba de momento entrar en las típicas disputas y politiqueos que tendían a suceder en estas cortes, con lo que se acercó a la mesa en la que el solitario y enorme monje disfrutaba de un té en soledad. - Que las Fortunas os sonrían, discípulo del Pequeño Maestro. ¿Puede este humilde siervo de los Kami, Higetora de la familia Kuni, importunaros en esta velada?

El hombreton te observa fijamente. Su rostro esta enmarcado en una barba y largas cejas grises, pero sin embargo el resto de el no denota una edad tan avanzada, sino unos cuarentas como mucho. Indica el lugar a su derecha, con un ligero gesto de su cabeza calva.
-Adelante, Kuni-kun. No hay muchas prerrogativas ni prohibiciones en el hogar de los Suzume. Mi nombre es Lanei, abad del mayor templo al sagrado Osano-wo de esta provincia. Compartamos el te, en honor al hijo de Hida.
Habla en un tono firme y poderoso, aunque bajo. Como un trueno distante.

Higetora tomó el asiento que se le ofrecía, y aceptó agradecido una taza de té. - Al Tronador. - Dijo, alzándola antes de dar un sorbo. Higetora se rascó sistémicamente bajo el mentón. - Me temo que no he tenido ocasión de ver vuestro templo en mi viaje hasta aquí. Si mis deberes me lo permiten, y no es indiscreción, me gustaría acercarme a visitarlo; siempre es interesante ver cómo se honra al portador del Fuego y el Trueno fuera de mis tierras natales.

-Al Tronador +acompaña. La vacia pronto, y seguidamente, se sirve una nueva taza de te. El juego de ceramica es precioso, hecho con cuidado y detalles de gorriones.Curioso que algo tan delicado no se rompa en esas fuertes manos. Luego de unos instantes, responde a tu comentario con tranquilidad.
-Puedes visitarnos cuando desees, Kuni-kun. Aunque necesitaras un mapa. De otro modo seria poco usual que vieras siquiera nuestro templo, y mucho más dificil te seria llegar... Se encuentra entre las cima de una montaña al suroeste de aqui, alejado de las rutas comunes... y cerca de de los cielos. Las frecuentes lluvias y tormentas, hacen que nos sintamos mas cerca del grande.
Deja la tetera en el centro de la mesa, aproximandote el bol de bollitos.
-Sin embargo, me temo te decepcionarias. Fuera del impresionante paisaje, no verias muchas diferencias en nuestras formas y ritos a los de los Kuni, ya que esas tierras estan en el limite entre los Suzume y los Hiruma. Muchos de nuestros miembros fueron Cangrejos, y su influencia es importante.

E-El placer es mío, señoritas.  Aún sin querer, la voz del shugenja falla ante las dos beldades. No se atreve a hacerles cumplidos tan directos como su compañero, y menos después de la humillación a la que fue objeto hace solo momentos.