Partida Rol por web

El agua tibia relaja vuestros cuerpos, a la par que despeja la mugre y la fatiga. Suzue es la unica que les mira, aunque la mirada perdida de la joven no parece prestar ninguna atencion o importancia a estar en la presencia de varios hombres desnudos.

Uno de los heimin que atienden los baños se aproxima, y deposita junto a vuestros equipos, kimonos marrones limpios. Son un poco distintos a los de los Gorrion, aunque el color es el mismo. Estos no tienen mon alguno, y ciertamente, son casi iguales a los que suelen usar los ronin, aunque mejor cuidados.

Chomei ni siquiera les dirije una segunda mirada. Cuando sale del baño, extrae un segundo kimono de su bolsa, tan elegante como el anterior, con el cual se viste. Con el, se ve igual que siempre, hermoso y de resplandeciente azul.

Cuando el monje se hubo marchado y Higetora terminó su meditación, se sintió preparado para empezar con los rituales de purificación. Se rascó un momento la barba, pensando qué sería lo apropiado para esta gente. Al final decidió que si los ritos tradicionales Hida valían en tierras Cangrejo valdrían aquí, con lo que dedicó una plegaria sencilla y rápida a cada estatua, solicitando que las buenas fortunas durasen y las malas se acortasen, para después volver a consagrar las imágenes.

No sucede nada especialmente perceptible a los ojos, mas tras el ritual, la sensacion de paz y seguridad que brinda el templo parece haberse incrementado, al menos a lo que sientes. Por ahora es lo mejor que puedes hacer, y es suficiente.

Deberias ir a buscar a los demas a los baños, para ver si terminaron?

Con una última respiración profunda y una reverencia, Higetora abandonó la estancia. Con un poco de suerte, los cortesanos se habrían ido del baño. Había algo en las maneras de aquellos dos sensei que le ponían de los nervios. Posiblemente fuese el hecho de recordar que sus hermanos morían cada día para mantener a parásitos inútiles como esos vivos.

El Kuni vuelve al cabo de un rato, cuando Chomei esta terminando de vestirse con un nuevo e impecable kimono celeste. Los demas siguen en el agua, a excepción de la protegida de Iuchi, sentada cercana al Unicornio observando el vacio.

Todos estan relajandose dentro de una larga bañera lateral de agua tibia, con sus pertenencias sucias a un lado, y kimonos marrones nuevos al otro.

El unicornio acepta la amabilidad de los gorrión, y aunque el ropaje es algo... ignoto para su gusto, no hace comentario alguno y permite que le den servicio a su kimono del clan. Su daishô lleva el unicornio en la empuñadura, que debería bastar para identificarle. Se viste con los ropajes nuevos de la manera más pudorosa posible y se dirige a la puerta.

Suzue-san acompáñeme, por favor.

Sabiendo que la niña es su protegida sin dejar de ser heimin, mantiene un tono formal pero respetuoso con la niña.

El cuerpo del escorpion habia ganado fuerzas nuevamente y su mente parecia mas despejada; salio de la bañera y se encamino para tomar su bolsa de viaje y de alli extraer un quimono de colores rojizos y unos rivetes negros; se vistio lentamente buscando la pulcritud. Finalmente coloco el mon de su Clan y sosteniendo el wakizashi en su mano izquierda cedio sus ropajes para que estos sean lavados.

Hizo un leve gesto de aprovacion y decido ir a ver a su Sensei.

Junichiro hizo lo mismo que sus compañeros; se vistió con el kimono marrón que les habían proporcionado los sirvientes, y se colocó su daisho de tal forma que se viese su mon del clan Grulla. Luego se dirigió a los sirvientes

- ¿Podrían ocuparse de mis ropas? Están sucias por culpa del barro y la lluvia

Dicho esto, se marchó de los baños y se dirigió a donde estaban sirviendo el pequeño refrigerio

Los heimin se hacen cargo de vuestras ropas con respeto. Kuni se queda, es su turno de bañarse...

Por su parte, la joven Suzue no responde, levantandose lentamente y siguiendo a Iuchi sin cambiar de expresion. Asi, los tres recien bañados y ella desandan el camino a la galeria de ingreso, ya que por ahora no conocen gran cosa de la configuradion del palacio. Alcanzan a Chomei, que esta haciendo una reverencia y murmurando algo al daimyo Gorrion...

El severo cortesano les mira, en especial a Daidoji. Es dificil distinguir algo nuevo en su expresion siempre desagradable... Sin embargo, no hay tiempo ahora, dado que las mujeres abren la puerta del recinto para vosotros. Una se levanta, guiandoles por un largo pasillo, hasta una segunda puerta.

La mujer les conduce por un pasillo de unos dos metros de ancho. Aqui esta la primera sorpresa desde que llegaran, ya que, contrastando con el austero exterior, el interior del pasillo esta decorado con extraordinarias pinturas en pergamino y papel. Los asombrosos colores, representan toda clase de escenas. Paisajes (no muchos del austero exterior real, sino de verdes praderas soleadas), samurais en diversas actividades, hazañas de los kami, pasajes del tao... De todo esta representado con gran habilidad.
Al cabo de unos 10 metros, una segunda puerta es abierta por la mujer. Esta si, da a un gran salon.

El salon no es menos que el pasillo, todo lo contrario. Es un cuadrado perfecto, de 15 x 15 metros aproximadamente, con otras dos entradas en los costados, ademas de aquella por la que entraste. Sus muros estan cubiertos de pinturas hermosas, y a estas se le suman anaqueles con pequeñas obras de arte en metal, piedra y otros materiales, demasiadas para abarcarlas de un vistazo. En el extremo mas distante, un sencillo trono de madera, custodiado por dos bushi y un hombre de ropas elegantes, señala el lugar de honor del daimyo.

Ademas de los guardias Suzume, poco mas de una docena de personas de muy distintos atavios se mezclan, charlando sentadas en pequeños grupos en torno a mesitas dispuestas con te y bollos de pan. Media docena de sirvientes de ambos sexos, asi como un par de mujeres vestidas de forma similar a la que te guio, se encargan de mantener las mesas bien servidas... Reconocen el verde y amarillo del Dragon, el rojo y negro del Escorpion, el Celeste de la grulla, el Purpura del Unicornio, y varios mas...

Todos dirigen una ligera mirada a la puerta, para ver quien ha llegado. La mayoria la mantiene apenas un par de instantes para reconocer el color de sus ropas, y volver a su charla... Otros miran fijamente.

Hay 7 pequeñas mesas en total, dos bastante desocupadas. Una esta frente al trono, asi que es de suponer que sera la del daimyo, y en ella se sientan un anciano con las ropas del Gorrion, junto a Bayushi Togo. Chomei, sin mirar a otro lado, camina directamente hacia ella con porte orgulloso y sereno de quien se sabe superior, y esta en su elemento...

La segunda, que esta completamente vacia, esta a la derecha de esta, en la primer posicion del lado derecho

Siguiendo por ese lado, hay dos mesas mas. En una conversan suavemente un hombre de ropas Fenix, con una mujer de aspecto delicado y kimono celeste. La otra, la mas cercana a la puerta, la ocupan completamente una Dragon, junto a un Unicornio, un Gorrion y una hermosa joven con un revelador kimono purpura, sin mon o identificativo visible.

Por el lado izquierdo, en la primer mesa esta sentado un hombre maduro de enorme tamaño y atavios monacales, solo. En la segunda, un hombre con el kimono irisado de la Libelula , junto a una mujer de rasgos duros y ropas que la identifican como perceneciente al cercano clan del Zorro, y un tercero, de kimono rojo de los Conejo. Y en la mas cercana a la puerta de ese cosado, dos jovenes conversan entre si, ignorando a un tercero que se concentra en comer. De los que conversan, uno tiene el negro de los Cangrejo, pero los otros dos no llevan mon alguno, al menos a la vista.

XD segun como quieras interpretar tu pj, los heimin te obedeceran igualmente. Pero tambien tomaran nota de ese detalle.

Higetora agradeció quedarse solo en el baño. Por un momento entretuvo la idea de pedir que le cambiaran el agua, para no tener que bañarse donde unos cortesanos, pero al final decidió no hacerlo. No iba a convertirse en la clase de individuo afectado y sensiblero que detestaba. Se desnudó con cuidado, revelando un cuerpo cargado de cicatrices y ligeramente torcido. Sin perder de vista su bastón (ningún Cangrejo permanecía desarmado), Higetora se dio un baño rápido, lo justo para quitarse la sensación de suciedad del camino.

El agua esta tibia, apenas turbia por la suciedad de tus compañeros de camino. Los heimin que atienden el fuego la mantienen agradable y despeja tus poros tan bien como la meditacion lo hace con la mente.

Uno de los criados deposita junto a tu equipo un kimono marron, liso y sin adornos. Similar a los que vestian el Daidoji y el Iuchi al salir. Aparentemente, ropas de recambio, para los que quisieran dejar su kimono a lavar.

El shugenja se dirige a la mesa donde se encuentra el otro representante de su clan, espera que noten su presencia y se introduce formalmente.

Hajime mashite douzo ioroshiku, honorables representantes de los diversos clanes de nuestro gran imperio, mi nombre es Iuchi Shiko y represento al clan del unicornio en el grupo que ha venido de Jukami Mura, donde hemos recibido con humildad las vestiduras que muy amablemente Suzume-sama nos ha ofrecido con la hospitalidad y harmonía que caracteriza a su clan.

Iuchi espera en silencio luego de su presentación que les indiquen a el y a Suzume donde sentarse.

Sin ningún deseo de hacer nada inapropiado, y menos aún con su sensei cerca, Junichiro se limita a acercarse a la mesa desocupada. Siempre ha preferido que sean los demás los que se acerquen a darle conversación.