Partida Rol por web

Han pasado tres días desde el éxito de vuestra primera misión, tres días de permiso en los que habéis podido recuperaros y disfrutar de un merecido descanso. Tres días en que los que la Federación ha ido afianzando su posición en la superfície de Nuevo Crisol. La base avanza a buen ritmo y se están alzando puestos de vigilancia, bases avanzadas, posiciones defensivas y todo tipo de construcciones para convertir la zona cercana en una auténtica fortaleza impenetrable. Pero eso aún llevará tiempo, y ya hay informes de combates con exploradores imperiales que tratan de averiguar el número de fuerzas que la Federación ha traído al planeta y la localización de sus fortificaciones.

Por ello, y sabiendo donde se hayan las principales concentraciones enemigas al con la ventaja que ofrece la visibilidad de los sistemas de observación de las naves en órbita, el Alto Mando ha decidido atacar primero. Esto cumplirá dos objetivos: probar las defensas imperiales e impedir que puedan organizar un ataque ahora que la situación de los marines sigue siendo vulnerable. Además, tener a nueve mil hombres reunidos en un mismo espacio y con poco que hacer tampoco es producente a largo plazo, por lo que el 2º Regimiento es movilizado con presteza para realizar un ataque a gran escala: tres mil hombres, vehículos, tanques, artillería, apoyo pesado y aéreo serán lanzados a una ofensiva a lo largo y ancho de las defensas del Imperio, en un frente de más de quinientos kilómetros.

Aunque se trata de una maniobra para ganar tiempo y de tanteo, si el ataque consigue abrirse paso, asestará un duro golpe al Imperio con la campaña apenas empezada. Por ello el General Castellanos está dispuesto a poner toda la carne en el asador. Y vuestro pelotón, ahora al mando del Teniente Bryant después de que las heridas de Daugherty le impidieran seguir sirivendo, forma parte de las chuletas de los entrantes.

El sol acaba de ponerse en lo más alto sobre el despejado cielo azul de Nuevo Crisol. El calor es elevado y llevar puestas vuestras armaduras y estar embutidos en el compartimento de carga de un APC (Transporte Acorazado de Personal) bien apretados no mejora las cosas. El vehículo avanza a toda velocidad por la extensa llanura que los cartógrafos han bautizado como Pravia, en compañía de cientos más. Jeeps de reconocimiento ligeros armados con poco más que una ametralladora, APCs cargados hasta los topes con la infantería, tanques de tonelaje medio pero bien armados, plataformas de artillería móvil para servir tanto de apoyo como protección antiaérea, y por encima de todo, una auténtica flota de turbocópteros de combate, pequeños pero letales. Es de lejos la mayor ofensiva en la que habéis participado, y por suerte o por desgracia, estáis en primerísima primera línea.

El ruido de tanto vehículo de combate es ensordecedor, tanto que apenas podéis escuchar la charla por radio. Por suerte, el Coronel Quaritch, al mando del 2º Regimiento y líder del ataque, tiene una potente voz con la que consigue hacerse escuchar por encima de todo - ¡La Llanura de Pravia ha sido desginada por el Alto Mando como un objetivo de prioridad uno! ¡Hay un puñado de culoduros imperiales que tenemos que echar a patadas de allí, y lo vamos a hacer a lo grande! - en terminología militar, se llamaba coloquialmente "culoduro" a una fuerte posición defensiva a la que solo se podíad desalojar con una potenia de fuego abrumadura, de lo duro que allí habían plantado el culo los defensores - Contacto en cinco min... No, fuego enemigo detectado. ¡Atención, muchachos, la cosa se va a poner movida! ¡Fuego a discreción!

Las defensas imperiales os reciben con fuego de artillería y sus propios turbocópteros, tratando de destruir o dañar el mayo número posible de vehículos antes de que podáis acercaros demasiado. Las explosiones y los cruces de misiles y cohetes se suceden por doquier, y al poco tiempo se les une el estruendoso golpeteo de los cañones semiautomáticos de los APCs y las ametralladoras de los tanques, tratando de derribar a las unidades aéreas enemigas o de cubrir el avance del resto de vehículos.

El Coronel sigue gritando órdenes sin parar, casi podéis sentir como salpica su saliva a través del comunicador - ¡Formación dispersa, pero seguid adelante pase lo que pase! ¡Atravesaremos y no pararemos hasta estar bien adentro del culo del enemigo! ¡A la carga, Marines! - el APC da bandazos mientras trata de ajustar el rumbo para no chocar con otro vehículo o ser alcanzado por uno de los proyectiles. La carga de la Federación no reduce la velolcidad en ningún momento y la distancia se va reduciendo poco a poco, ya pueden distinguirse las fuerzas imperiales a lo lejos y el intercambio de disparos entre ambos bandos se intensifica a medida que más unidades van entrando dentro del alcance de tiro de sus armas.

La batalla apenas acaba de comenzar pero solo por el volumen de efectivos ya será una de las mayores de toda la campaña. Desde luego, por el momento es sin duda la más estruendosa.

Johanssen recibió la orden de abrir fuego y preparó a su nuevo rifle, Dirge, quizás su único premio de consolación tras la anterior misión sin contar los pisapapeles de colores con pines. Asintió al que había sido el otro explorador en la misión anterior, Rudin y se puso en pié para asentarse de nuevo en posición cómoda para el disparo:

- ¡Creo que hace un día precioso para cazar imperiales Rudin! ¿Usted que opina Teniente, quien ganará la lista de muertes esta misión? 

Acto seguido, seleccionó enemigos entre las lineas imperiales. El protocolo era sencillo, cazar aquellos que destacasen o fuesen una amenaza para las fuerzas aliadas, esa era la misión de un Tirador Designado. El oficial Imperial que se había quitado el casco discutiendo con un suboficial fue el primer fiambre. El operador de la AML de una posición fue el próximo cuando su asistente se disponía a intentar recargar antes de unirse en la muerte a su compañero. Finalmente, un operador de radio intentando pedir refuerzos descubrió el daño que un proyectil de 8mm de punta de iridio podía hacer a los circuitos y a su tráquea descubierta. Cuatro vidas segadas en unos segundos, cuatro movimientos reflejo del tirador.

Sentia la adrenalina al 100%, la velocidad, y sobre todo el fuego de artillería buscando su muerte y la de todos los de su vehículo, era lo mejor de su vida, y encima con la ametralladora del APC, tenia que pellizcarse para saber que no estaba soñando, "tuve suerte de que el sargento McKiller y el teniente obsidiano me la dejasen" cogio el arma y se puso apunto y rang, rang, la ametralladora no se callaba, apunto y abatió a un grupo de 4 soldados en un nido de ametralladora y subió, dejando frito a un cabrón con un lanzacohetes, "si no disfruto esa arma, nadie lo hara", luego grito a mis compañeros abajo de mis pies, "cinco", luego vuelvo a gritar, "por si alguien tenia dudas si era buena idea dejarme este arma", luego golpeo con el puño y grito como un poseso, "mas velocidad, todavía siento que estoy vivo", se acordo de las pelis que veían los mayores cuando el era pequeño, cuando no tenia sueño y se escondía, a veces salían adolescentes en un vehículo, y solía haber alguien encima del coche, se sentía igual, solo que en una situación mejor, ya que estaba en un vehículo de guerra, rebentando cosas, "lo mejor era cuando venían el monustro, que se los cargaban, nunca vi mas alla de esa escena, lo peor es que no se porque se cabreaban cuando gritaba como un loco por ver como salían corriendo, gritando que le pegasen un tiro", embozo una pequeña sonrisa, "menuda panda, se creían mas duros, pero eran 7 contra mi solo"

Dejemos a Lom acoparse de llevarnos, seguro que Lom conduce bien. No sé porque dejo que me líen para estas cosas.

Pero aquí estamos, en mitad de la batalla y Lom al volante intentando evitar todo le fuego enemigo posible. Entre las explosiones, los cruces de misiles y los cohetes que casi aparecen de la nada, Lom está sudando la gota gorda para evitar volcar el vehículo.

¿Por qué me puso al mando de este cacharro Teniente? Creo que me tiene demasiada alta esti…– No acaba de decir la frase cuando un cohete explota a escasos metros de ellos, dañando parte del vehículo y moviéndolo a la izquierda por culpa de la onda expansiva. 

Horas antes habíamos sido informados de que la "Operación Pravia" iba a dar comienzo y como no, nuestra unidad iba a estar en la punta de lanza. Nuestro objetivo era simple, despejar y eliminar cualquier actividad hostil en la llanura y con nuestro APC nos disponíamos a cumplir con el cometido.

- ¡Bien muchachos, espero que no os hayáis olvidado de usar esas largas y gordas cosas que tenéis en las manos! Y si McKiller, la tuya es la más grande hasta que se demuestre lo contrario...aunque veo muy emocionado ahí arriba a Legión ¿Cómo vas? Le pregunté con curiosidad. Cuando respondió que ya llevaba cinco y que necesitaba más velocidad sonreí. ¡Sigue así y no me decepciones, Johanssen te sigue muy de cerca!¿No es así, soldado? Respondí tras ver a Johanssen abatir varios enemigos importantes. Con mi visor no perdía detalle e iba indicándole a Lom el mejor camino a seguir aunque aquello no iba a ser nada fácil. Estábamos en pleno campo de batalla...Si te soy sincero Johanssen...mientras dejes que el culo de McKiller sea virgen, siempre se va a llevar él los honores. ¡Tendrás que apechugar con ello! Comenté riendo y haciendo gestos obscenos en dirección al culo del cabo. Después de todo, no siempre era un cascarrabias serio y amargado. ¡Rudin! ¿Que ven tus ojos de...? ¡¡Bouuum!! Esa había caído realmente cerca y por unos instantes me quedé sordo y un tanto desorientado. Rápidamente me puse serio y empecé a darle instrucciones a Lom. ¡Lom! Avanza a toda máquina hacia aquellas rocas dirección noroeste, busca una distancia corta. Debemos facilitarles los disparos a estos cuatro e impedir que nos dañen el APC ¡Deprisa!

Con el mapa en activo seguí dando instrucciones y dándole apoyo a Lombardi. Iba a ser vital para que todo saliese bien. Si le he puesto al volante, Lom. Es porque confío en usted y se que no nos decepcionará. ¿No es así, muchachos?

Finalmente pregunté. ¡Rudin! Informe de los daños por la parte derecha ¿Algo grave?

Johanssen estaba buscando nuevos objetivos cuando escuchó al Teniente:

- Si mi Teniente, la pureza anal del Sargento McKiller es tanto un lastre como una misión de Honor, señor. Joder, deberían ascenderme o darme dobles raciones solo por eso. - Dijo riendo Johanssen.

 El choque del jeep en llamas dio al APC conducido por Lom un beso ardiente. Sin pensarlo, se lanzó de vuelta al interior unos instantes mientras pasaba el obstáculo.

El rápido ataque de la Federación parece haber pillado con la guardia baja al Imperio, y los primeros disparos se cobran varias bajas, destacando los soldados Johanssen y Augusto, pero los legionarios no tardan en reaccionar ante la inesperada amenaza. El bombardeo se intesifica y a varios vehículos les resulta imposible esquivar los proyectiles o se chocan entre ellos al intentar hacerlo, la vanguardia del ataque pronto se convierte en un caos a medida que se va formando una barrera de vehículos destrozados y en llamas, un obstáculo que las siguientes oleadas deben rodear, lo que a su vez vuelve más difícil la ofensiva.

El el aire las cosas no van mejor, varios turbocópteros se desploman desde el aire al ser derribados y caen al suelo levantando una nube de polvo, humo y metal que limita la visibilidad momentáneamente, uno de ellos cae justo delante de un APC, demasiado cerca como para poder frenar o esquivarlo, y el transporte se hace pedazos contra la aeronave derribada.

Un cohete explota justo al lado del APC del 1º Pelotón, el tranporte da una brusca sacudida y por un momento incluso sus ruedas se levantan del suelo, pero aunque algo dañado el soldado Lombardi consigue enderezarlo, y, guiado por las intrucciones del Teniente Bryant, conducirlo hacia una pequeña formación rocosa que puede servir de precaria cobertura, ganando así un breve momento de respiro. Apenas han pasado quince minutos desde el inicio de la batalla pero sin duda han sido intensos, y no parece que el ritmo vaya a disminuir.

El Coronel Quartich no para de gritar por la radio, tratando de reorganizar a las dispersas fuerzas de los marines para continuar el ataque, redirgiendo los vehículos hacia las zonas de paso que todavía están despejadas. De repente, una alarma salta en vanguardia y pronto se extiende a todas las unidades. Los radares de los vehículos y los HUDs de los cascos empiezan a detectar mucho movimiento justo delante de vosotros - Oh mierda... - dice alguien por la radio - Oh mierda...

Parece que el enemigo no se va a contentar con bombardearos desde la distancia, si no que está saliendo de sus posiciones para recibiros en campo abierto. La cosa ya olía bastante mal, pero parece que va a nemierdarse mucho más en poco tiempo.

"no hay de que sargento, digo teniente, todavía tengo que acostumbrarme a tu nuevo rango",  al poco me fijo en la andanada de misiles que mandan los imperiales, "Joder, la que se avecina, vamos Lom, por favor, esquiva eso", al llegar me fijo en que un par de vehículos al lado del nuestro son reventados, uno le alcanza de lleno y al otro revienta por varios misiles, soltando un montón de trozos de metal y no metal, en forma de metralla, me agacho y el panel de metal que acompaña a la ametralladora, recibe todo el golpe, nada mas levantar la cabeza un cohete estalla cerca del vehículo y me desoriento, "joder Lombardi, ¿donde te han dado el carne de conducir?", entonces me fijo en lo que parece a mis desorientados sentidos un asalto de los imperiales, "genial, los que faltaban en la fiesta, buenos si les vuelo la cabeza y no son el enemigo, no llego a cabo en la vida", sin pensarlo dos veces disparo, según el contador de bajas de mi casco, mato a cuatro, "Nueve, Lom, ¿a quien as pagado para que te de el carne?, dímelo, que me interesaría tener un vehículo"

La APC se movía demasiado para que este pudiera usar su rifle de asalto de una manera eficiente, el cual había mejorado mientras su estadía en la base, escucho que Johanssen le grito y este respondió rápidamente de manera enérgica: —¡Y que lo digas! ¡Hagamos a esos bastardos volver por donde vinieron!—

El campo de batalla era una masacre, los casquillos de la torreta caían dentro de la APC y los de Johanssen lo hacían de igual manera, aunque los golpes de proyectiles enemigos empezaban a escucharse sobre el blindaje de la APC, era obvio que atraía el fuego enemigo, por unos instantes intento escuchar lo que el teniente decía, a su misma vez mientras Lom gritaba desde el asiento del conductor, un disparo casi lo lanza volando al otro lado de la APC, pero se sujeto lo suficientemente fuerte para no caer, viendo casi todos aturdidos de la misma manera, un poco ensordecido ve como el Teniente vuelve a dirigirse a este y le responde:

—¡Ah! ¡Teniente! ¡Esto! ¡Esta que!...— En ese mismo instante observa como la APC vuelve a chocar esta vez contra algo más grande y vuelve a derrapar descontroladamente, hasta que luego de unos segundos se detiene, Rudin se levanta y golpea la puerta trasera del blindado mientras sostiene su rifle y le quita el seguro, su visor tiene unos cuantos raspones, aunque se encuentra desorientado ve como su HUD le muestra los numerosos contactos. Al verlos se lanza al piso, mientras ve como numerosos vehículos y varios marines caen en la inmensa masacre que se está formando, observa rápidamente hacia atrás viendo al resto del equipo y grita:

—¡Son muchísimos! ¡Teniente! ¡¿Cuales son las órdenes?! ¡Por cierto la próxima vez que le toque manejar a Lombardi prefiero ir a pie! ¡Joder!—

Muy gracioso, legión, me gustaría verte aquí al volante de este cacharro mientras te están disparando putos misiles. Lo mismo va por ti Rampage y por todo el que piense que llevar este cacharro es más fácil que disparar.

Dijo Lom mientras seguía girando el volante para evitar… bueno todo, misiles, rocas, trozos humeantes de lo que coño fuera. Fue entonces cuando Lom vio a lo que avecinaba… Y fue cuando perdió el control del vehículo. EL golpe fue gordo, y el pelotón se quedó en mitad del campo de batalla con el coche bien jodido.

Entendía la tensión y el ambiente caldeado que se empezaba a vivir allí dentro. Aunque Lom se esforzara por mantener una trayectoria en la dirección que le había indicado, el continuo bombardeo del enemigo, todas las rocas, vehículos inutilizados o destruídos y algunos de los turbocópteros abatidos hacían, pese a su empeño, de aquello una misión imposible. Fue cuando un misil teledirigido hizo caer justo delante de nuestros ojos un turbocóptero enorme, que el APC golpeó con fuerza contra su armazón y pese a no quedar incapacitado, si quedó gravemente averiado.

- Bien, lo hemos intentado pero ha sido imposible. Sabía que llegar con el APC hasta el objetivo iba a ser realmente complicado pero nos hemos acercado lo suficiente. ¡Escuchadme bien todos! A partir de aquí iremos a pie hasta refugiarnos en aquellas rocas que se ven a unos 200 metros. Desde allí tendremos buena visibilidad de las tropas enemigas y les podremos castigar duramente, pero si ellos están enviando sus tropas en este mismo momento, es porque han pensado lo mismo. ¡Este objetivo es vital! Así que bajando y a echarle huevos...dije en tono serio pero tratando de infundirles ánimos.

- Lom, deja el APC un poco a cubierto, justo detrás del turbocóptero caído, lo recuperaremos al terminar la misión. Rampage, Johanssen, McKiller...fuego de contención mientras ayudo a Legión para que se quede con el arma. Tengo un juego de herramientas con el que sacar la ametralladora del APC y aunque será un tanto pesada, se que le podrás dar un buen uso. ¡Voy a ello!

Pese a que logré desenganchar la ametralladora, la muy jodida estaba atascada y resultaba imposible sacarla de allí si no era por la fuerza. Y yo carecía de la suficiente. Solo me atreví a decir...

Legión, si quieres la ametralladora del APC tendrás que ser tú quien la saqué de aquí...pero cagando leches que tenemos que movernos. ¡Andando!

Tocaba moverse hasta las rocas y pelear como unos leones. Iba a estar realmente difícil.

 Dias han pasado de aquel otro combate, incluso de aquella extraña tranquilidad de los pasados dias. Salio con el grupo sin decir demasiado. Talvez debera ser mas cuidadoso con sus pares, talvez tenga que ser mas heroico, quien sabe?

Escucha las radios y ordenes de los demas. Se pone en alerta y agarra su amado cañon electromagnetico y de todas esas baratijas de soldado espacial.

 "Sr Bryant.. Camaradas de Guerra... Quiero disparar desde donde sea o bajar ya mismo contra esos imperiales! Estoy preparado...  Ahora soy Sargento McKiller!"  dice con notable decision, en una posicion como fiera cerca de la salida del acalorado vehiculo 

Johanssen desconectó de todo lo que sucedía mientras los fragmentos de piedra pasaban cerca de su cabeza arrastrados por el viento. Un par de pequeños equipos de ametralladoras formados por tres hombres cada uno intentó montar una pequeña cabeza de choque. Duke simplemente respiró hondo y comenzó a disparar uno tras otro hasta que los dos equipos quedaron reducidos a montones de carne sin vida.

- ¡Teniente! El desayuno está servido. No se preocupe por la virginidad anal de McKiller, estoy en ello. - Dijo entre risas mientras el Sargento Mckiller saltaba del transporte.- ¡Vamos Rudin, te veo a cien metros, no te dejes matar antes de que encuentre!

La batalla solo hace que aumentar en intensidad. Contra todo pronóstico, el pelotón consigue llegar hasta la precaria cobertura que ofrecen las rocas, con el soldado Augusto tratando de devolver todo el fuego posible. Pero para cuando el vehículo alcanza la zona más o menos segura, esté está tan dañado que sus ocupantes deciden que no vale la pena el riesgo de seguir en él y que un último misil los mande a todos por los aires.

El pelotón del Teniente Bryant desciende rápidamente del transporte y se despliega por las rocas para otear el horizonte, por donde se supone que el enemigo esta lanzando su contraataque. Walter y Publio tratan de desmontar la ametralladora montada del APC, pero entre los impactos y el choque el mecanismo ha quedado atascado y resulta imposible, por lo que abandonana la tarea y se reunen con el resto.

El soldado Johanssen se las arregla para acabar con un pequeño grupo de imperiales que trata de montar una posición avanzada, pero por los ruidos que se oyen a lo lejos, parece que muchos más se acercan detrás de ellos. En el lado federal las comunicaciones se han vuelto un completo caos por lo que resulta imposible pedir refuerzos, pero al menos contáis con una posición defendible en medio de aquella trampa mortal en que se ha convertido la llanura de Pravia

Después de intentar sacar la ametralladora por enesima vez, me rindo, cojo mi fusil, y me pongo a correr, salgo por la puerta del vehículo, me dirijo hacia primera linea, y como un loco empiezo a disparar, "mierda, no le he dado a nadie", salvo algun que otro legionario herido, no mate a nadie, "joder, se me acabo la suerte, y yo quería volver a marcarme un Plubio, ¿como llamáis a alguien que corre hacia el enemigo y lanzar una granada?"

—¡No te vas a librar de mi tan rápido mi amigo! ¡Cuida mi culo y yo cuido el tuyo!— Dice Rudin a Johanssen de manera enérgica mientras aun se encuentra en el piso tirado boca abajo, el HUD   al igual que antes se marcaba de mas y mas marcadores.

Volteo a un lado y vio a Publio de cerca el cabron se gasto a todo el cargador sin darle a nadie, lanzo una risa entre dientes, volvió a ver el inmenso grupo de imperiales que se acercaba, trago saliva y apretó el gatillo. El paleteo en su hombro duro unos segundos hasta que el cargador se agoto y consigo un puñado de imperiales había caído en frente de él.

—¡Me agradeces luego!— Dice este a Publio en el momento que toma otra cargador para recargar su rifle y luego dice: —¡Acabemos con estos cabrones! ¡QUE DICEN!— En esos instantes el fuego enemigo se concentra por  mas ahora, levantando estelas de polvo y rocas

Después de descargar la posibilidad de sacar la ametralladora del APC tanto Legión como yo corrimos bajo la cobertura de nos ofrecían el resto del grupo. Rudin parecía bastante preciso en sus disparos, parecía motivado. El que andaba aletargado era el cabo McKiller por lo que le apremié a disparar con su cañón electromagnético.

- ¡Maldita sea, McKiller! Le he traído aquí para que acabe con esos enemigos y disfrute en primera línea matando legionarios. ¿Me he equivocado con usted? ¡Dispare, ya, es una orden! Dentro del APC era cierto que no tenía mucho espacio para maniobrar con su enorme arma pero ahora que estaban al aire libre no valían excusas. Necesitábamos urgentemente su trituradora. ¡Johanssen, Rampage, Legión!, hasta ahora lo han hecho francamente bien, no bajen el ritmo. Lombardi, no tengo nada que decir...podrá ser bueno con las cartas pero conduciendo ha dejado mucho que desear, le bautizo como..."piñata Lom", aquel que atrae todos los golpes, jaja. ¡Dispare a esos cabrones!

Dicho esto corrí hasta una posición un tanto elevada y sacando mi ametralladora realicé varias ráfagas al enemigo. Tras un chute me sentí realmente eufórico y mi precisión mejoró, no pude evitar gritar.

- ¡Fuego soldados! No dejéis que se nos echen encima! Esta posición debe ser nuestra, no de esos infelices! ¡Disparad!

Qué quiere que le diga teniente. Fui entrenador para conducir un APC por terreno de guerra, no para andar jugando al pilla pilla con misiles. - dijo Lombardo con tono irónico.

Aprovechando las ráfagas que estaba disparando el teniente, yo me apoyo la espalda contra la cobertura y empezó a diparar ráfagas cortas. Pero el humoo de los misiles y de las bolas de fuego repartidas por el terreno imposibilitaban la puntería.

El pelotón se atrinchera tras las rocas y abre fuego con todo lo que tiene, tratando de abatir al mayor número de legionarios posible antes de que lleguen a su posición. La ametralladora del Teniente Bryant y el fusil del Soldado Rudin dan buena cuenta de la primera oleada, pero los imperiales empiezan a devolver los disparos y varios de los marines resultan heridos. Algunos disparan sin éxito, mientras que el enemigo, que ya se ha dado cuenta del peligro que supone su puntería, no da un respiro a Johanssen para que pueda usar su carabina. El Cabo McKiller, a pesar de que ha descendido del APC junto al resto, se encuentra al pie de las rocas, con su pesada arma entre las rodillas, puede que se haya atascado o que esté siendo víctima de un shock a causa de la estresante situación, pero lo cierto es que su ayuda sería inestimable en estos momentos.

Y entonces, la carga enemiga llega hasta las rocas.  Una marea de armaduras negras empuñando martillos de concusión, cuchillos de combate y directamente aporreando con sus armas de fuego engulle la posición defensiva y empieza un desesperado combate cuerpo a cuerpo entre legionarios y marines para ver quién es el dominante. El resto de la batalla ha quedado olvidada para vosotros, demasiado ocupados en sobrevivir para preocuparos por como le va al Coronel Quaritch yal resto de la División.