Partida Rol por web

 Yo también las tengo pero creo que podremos superarlas para cumplir con la misión..-

La misión jamás termina. Solo se cierra un capítulo pronto. Uno que se ha extendido por mil años. Y recuerden que solo somos los elegidos del cielo para esta tarea sagrada; y la recompensa es el Paraíso. ¡Amén! – indica el otro monje que permanece junto a los soldados.

-Ahora los acompañaré a sus aposentos y luego de eso podrán ir y venir a vuestro antojo – comenta a todos, para luego llevar a los soldados a los niveles superiores, donde una habitación con camas para todos les espera.

-El mal es tan antiguo como el propio mundo y a él le sobrevivirá-contestó Frank-Es nuestro deber obedecer a la llamada del señor y hacer su obra en la tierra para que el mal no prevalezca.

Frank caminó tras el sacerdote a sus aposentos, observando su propio cuerpo como si no lo reconociese. Desde luego se sentía extrañamente diferente. Miró a aquel que estaba a su lado, que resultó ser Brannagh...

-¿Qué, cómo te sientes? Es...extraño ¿verdad?

Miró a al granjero.... y se sorprendió.

- Me siento igual ... pero, realmente, es como si ahora, que se la verdad ... todo lo que me han enseñado cobrase sentido. Se sorprendió a si mismo hablando de aquella manera. - Pero no perdamos más el tiempo.... Comentó animado. - ... hay una guerra allí fuera, y no se va a ganar sin nosotros. Realmente se sentía extrañado... aliviado y como decirlo .... "¿Dispuesto?". Era el momento de empezar el combate, pero, si se quedaban en aquel espacio de contemplación, aquello sería su fin. - Vamos a mandarles al "bujero" infesto del que han salido. Y ya se dispuso a salir para recuperar el equipo y empezar a tomar posiciones para el combate.

Steve nunca había sido un hombre demasiado religioso pero sin duda había algo en todo aquello que llegó a lo más profundo de su ser, no había dudas que aquello era real y que siempre lo había sido aunque la humanidad permanecía ciega a lo que en el mundo acontecía.

Podía sentir sus entrañas diferentes, una paz interior reforzaba su espíritu como nunca antes lo había hecho ni sentido y sin saber muy bien porque sentía la imperiosa necesidad de hablar con Dios.

Steve se quedó ante la cruz mientras una de sus rodillas se clavaba en el suelo y su mano diestra buscaba su corazón, permaneció allí en silencio dedicando unos minutos a la reflexión de lo que había sido su vida, consagrando su alma a la misión y poniendo su vida en manos del todopoderoso.

Entré a la celda que me indicaron, dejando toda la indumentaria a uno de los hermanos para que lavase, ya puestos, había que aprovechar las comodidades que se nos ofrecían. En mitad de una guerra, la posibilidad de un baño caliente y ropa limpia era un lujo al que no estaba dispuesto a renunciar.

Después me puse una cogulla que me prestaron, y era extraño, pero no me sentía "extraño" con esa indumentaria puesta. Si fuesen... algo así como cuarenta años más, diría que me sentía como Sean Connery en el Nombre de la Rosa, pero actualmente, no tenía modo de saber que cojones era "el nombre de la rosa" y mucho menos quien carajo era Sean Connery.

Así que, vestido de monje, me dispuse a acercarme a las cocinas, donde cogería algo de comer y volvería a la celda para descansar lo máximo posible. Cuando llegara el momento, ya vendrían a por nosotros.

Recordé unas palabras de Mateo, oídas en no se que sermón, así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, sabed que Él está cerca, a las puertas... 

-Ahí estamos-dijo Franklyn ofreciéndole chocar el puño a Brannah-¡A patear culos demoníacos!

Lo cierto es que después de "la inmersión" no estaba para nada cansado. No tenía sueño. Por contra se encontraba imbuido por una especie de extraña euforia. Así que se dedicó a comprobar su equipo, dando a entender que estaba dispuesto para lo que hiciese falta.

Levantad bandera sobre un alto monte; alzad la voz a ellos, alzad la mano, para que entren por puertas de príncipes. Yo mandé a mis consagrados, asimismo llamé a mis valientes para mi ira, a los que se alegran con mi gloria.

Por unos momentos, Walter siente una insólita comunión con sus hombres, algo más allá de las penalidades compartidas, de la camaradería fruto de jugarse el pellejo juntos, del hecho de defender la democracia frente al eje. Inspira fuerte acompansando la exaltación que lo embarga... sería fácil dejarse llevar, piensa al tiempo que comprende muchas emociones que no había sido capaz de enteder hasta ese momento.

-Sí, sería muy fácil... -murmura.

Lo cierto es que toda la fatiga se ha desvanecido y, por primera vez en mucho tiempo, no hay dolor al andar. Da un paso tentativo, apoyando todo el peso en su pierna izquierda. Un ligero desequilibrio reflejo del hábito pero no hay dolor. Su cojera ha desaparecido.

-Lo que podríamos hacer con eso... Lo que cambiaría todo -deja de murmurar y levanta la voz-. Aunque supongo que sólo es para los elegidos. Es difícil entenderlo, padre, muy difícil -si bien, el padre superior ya ha partido.

Ahora los acompañaré a sus aposentos y luego de eso podrán ir y venir a vuestro antojo – comenta a todos, para luego llevar a los soldados a los niveles superiores, donde una habitación con camas para todos les espera.

-Gracias, hermano Sebastián -responde al monje tras preguntar su nombre-.

¡A patear culos demoníacos!

Walter sonríe ante el despliegue de optimismo de sus compañeros, observa al silencioso Sanders incorporarse al grupo. 

-Yo también me siento capaz de irme corriendo hasta Berlín para patear al führer, pero ya habéis visto lo que pueden hacer nuestros enemigos. Tenemos que convertir este lugar en una fortaleza impenetrable.

Hace un gesto, todavía algo incrédulo hacia la piscina bautismal.

-Estamos plenamente recuperados, así que démonos una hora para asimilarlo todo. Luego nos reuniremos en la sala capitular para un inventario y recorrer el monasterio. Hay que ver cómo podemos defenderlo.

-Hermano Sebastián ¿quién de ustedes conoce mejor el lugar? ¿Tienen un plano del lugar? Por favor, que se reúna con nosotros en la sala y que lleve los planos, si hay -consulta la hora en su reloj de pulsera-. Nos veremos a las... eh...-se detiene pensando que posiblemente los monjes no tenga modo de consultar la hora.

-¿Después del oficio de vísperas? -apunta el hermano Sebastián-. En algo menos de hora y media.

-Será perfecto -declara Walter.

El monje asiente y les señala el camino, invitándoles a seguirlos hasta sus celdas.

No dudó en responder el gento de Garrapata, y a pesar de ello, el entrechocar los puños, le sorprendió. Era algo que jamás había hecho antes, pero le hizo gracia.

Ya estaba "Doc" buscando información. Si había que defender este monasterio, este templo, sería interesante conocerlo mejor que la siguiente visita que llegue, sin ser invitada. Nos dará ventajas, podemos obtener posiciones de fuego, y sobre todo, nos dará la ventaja táctica de defender un lugar que ellos atacan y desconocen. Se puso atento a lo de ver los planos, el hacer un excursión por el lugar y por sus alrededores. - ¿Tendrá si quiera planos esto?

Habiendo terminado el ritual para obtener la protección y la fuerza necesarias para enfrentarnos al enemigo, disponíamos de tiempo hasta que éste llegara para prepararnos. Fuimos acompañados hasta nuestros dormitorios con nuestro equipo esperándonos. 

Dejé el equipo pesado pero me colgué de la espalda el fusil gewher, me sentía más cómodo llevando aquél trozo de madera y hierro cerca¡, comí un poco del pan que habían dejado allí y me bebí la taza con agua. Cogí el fusil, lo colgué a la espalda y salí del cuarto para ir a la reunión informativa. 

Luego del oficio de vísperas el monje Sebastián vuelve a reunirse con los soldados. Poco antes de eso han preparado la estancia con un almuerzo típico medieval. Es que solo el tiempo afuera de las paredes del monasterio ha pasado. Dentro todo continúa como era mil años atrás.

-No es mucho pero alcanzará para entretener el paladar – explica Sebastián sobre las provisiones recolectadas por los monjes que suelen viajar a los pueblos cercanos y pedir donaciones.

Luego desenrolla varios pergaminos de gran tamaño, donde cada uno de ellos representa cada nivel del Monasterio. Incluso los niveles bajo tierra.

-Estos pergaminos son los únicos mapas de aquí, y se guardan junto con las Reliquias – añade el monje, con la intensión de cuidar los antiguos mapas.

Brannagh se puso en pie ante ellos y empezó a dibujar en la libretita. Esbosquejó unos dibujos, por los planos y comentó: - Normal que estén con las reliquias. Son casi tan importantes como estas. La comida era casi lo de menos, pero algo le decía, que como otras veces, algo iría a algún bolsillo, porque a saber cuando sería la hora de la siguiente comida. - No está mal. Cuando podemos comer tranquilos, la comida es secundaria, y cuando no hay manera de comer tranquilos, o incluso no tenemos que comer, se torna algo primordial.

Mirando los planos, Walter se pasa la mano por el cuero cabelludo. De nuevo, prefiere pensar en lo inmediato, en los problemas terrenales, aunque fueran de manos de "demonio", que en todo lo vivido.

-Es una ratonera. Con todo lo bueno y todo lo malo -murmura rozando levemente la vitela de uno de los mapas bellamente ilustrados. En otro momento lo hubiera disfruado-. Aunque nosotros no queremos una vía de retirada, ¿no? -hay un deje de humor en su expresión al mirar hacia Brannagh al otro lado de la mesa.

-Saeteras desde donde podemos disparar... irnos retirando por secciones, llevarlos a embudos donde les hagamos polvo -comenta el doctor ensimismado-. ¿Dinamitar el lago?

-Hermano Sebastián, ademas de nosotros, el equipamiento que tenemos y... Ocón, ¿con qué otras defensas cuenta el monasterio? El padre... nos comentó que esas figuras congeladas bajo el lago... habían sufrido ese destino por intentar asaltar el lugar ¿Ustedes... también disponen de dotes sobrehumanas?

-¿Qué cambia el hecho de que tengan la espada?

Mira a sus compañeros.

-Necesitamos toda la información sobre lo que nos podemos encontrar y con lo que podemos contar para organizar nuestros recursos.

A Mike le hubiera gustado aprovechar el tiempo libre después de comer algo para limpiar sus armas y preparar el resto de su equipo. Pero se tuvo que conformar con echar un vistazo a los mapas que revisaba Walter para comprender la estrategia a seguir.

No sabía de lo que era capaz gracias al poder otorgado por a cruz divina pero se sentía sobrado de fuerzas. La idea era resistir el ataque y defender las reliquias, lo lógico sería aguantar el sitio desde el exterior e irse replegando en caso de que las fuerzas les superaran. Las preguntas de Walter eran  necesarias, no sabían con qué defensas contaban además de ellos mismos. 

-Debemos ir a por nuestras armas e inos posicionando, que no nos pillen con los pantalones bajados.-

¡¡Vaya!! Estaba sorprendido por la capacidad que nuestro buen Sanderson estaba mostrando sobre sus dotes de mando. No solo se había erigido como nuestro líder, sino que lo hacía con cabeza. Si, siempre había sido un hombre cabal, pero ahora. Lo miré, con profundo respeto. Si salimos de esta... joder, si salimos... se merece una jodida medalla. Joder que se la merece.

Para mi los planos, si, significaban, se les podía sacar mucho jugo, pero en combate convencional. Lo cierto es que no sabíamos nada, o apenas nada de nuestros enemigos.

Bueno, Walter, algo si sabemos... esos cabrones son duros, jodidamente duros, y las balas normales les hacen... putas cosquillas. Pero tenemos un as en la manga, ¿verdad, O'Connor? ¿Frank? Tenemos esas jodidas balas de hierro... 

Pienso que, si... lo del embudo está muy bien, siempre que esas balas se muestren efectivas. Deberíamos... con todo respeto, señor, propongo que "malgastemos" algunas, porque no sabemos un carajo de como afecta la diferencia de peso del proyectil a la eficacia del arma. ¿Y si a la hora de la verdad fallan? ¿O explotan? O se rompen al atravesar el tubo...

Señor...

Y es que, no solo necesitábamos conocer a fondo a nuestro enemigo, sino conocer más a fondo aun con qué contábamos nosotros. Y estos monjes de momento daban la información con cuentagotas o, como un tipo que conocí en la 29ª transportada, a pellizcos.

-Hermano Sebastián, ademas de nosotros, el equipamiento que tenemos y... Ocón, ¿con qué otras defensas cuenta el monasterio? El padre... nos comentó que esas figuras congeladas bajo el lago... habían sufrido ese destino por intentar asaltar el lugar ¿Ustedes... también disponen de dotes sobrehumanas?

-¿Qué cambia el hecho de que tengan la espada?

El monje carraspea y bebe algo de agua antes de responder.

- Aquí arriba somos aproximadamente noventa hermanos. Y luego está la guardia de hierro en los subsuelos. La diferencia entre la Guardia y nosotros es que ellos son monjes guerreros y nosotros simples hombres de fe que solo sabemos utilizar ballestas simples. Todos aquí somos simples personas, sin habilidades sobrehumanas más que la fe.

El lago ahoga y hunde a los demonios por sus propiedades sagradas. La leyenda cuenta que uno de los primeros Papas bendijo las aguas con una reliquia del Vaticano. Y el frio los congela.

Si el Grigori tiene la espada podría recuperar sus poderes celestes – finaliza con una suposición que bien podría ser real.

 - Normal que estén con las reliquias. Son casi tan importantes como estas. 

-Tenemos munición y armas de sobra. Porque los hermanos aquí solo utilizan armas medievales y enseñarles a utilizar armas de fuego con nuestra munición especial inclinará la balanza más hacia nuestro favor. ¿Quién de ustedes se ofrece? No conozco todas las armas alemanas que trajimos de Oldingham –

Tiene razón en su comentario, porque hay armas para más de una veintena de soldados. Armas de sobra.

-Saeteras desde donde podemos disparar... irnos retirando por secciones, llevarlos a embudos donde les hagamos polvo  ¿Dinamitar el lago?

  Hay saeteras en toda la muralla exterior y también en las murallas internas, lo que permite una excelente cobertura contra el fuego enemigo y también coordinar la retirada llegando el caso de hacerlo.

Dinamitar el lago es desaprovechar los explosivos, cuando podríamos detonar pasillos y salas invadidas.

-¿Qué cambia el hecho de que tengan la espada?

Imagina a Imperius, con todo su poder y añádele un arma con la capacidad de cortar la madera y el acero como a una hoja de papel. Pues eso de terrible puede ser Zephon si empuña la espada celestial. Ni hablar si llega hasta la vera cruz.

 -Debemos ir a por nuestras armas e inos posicionando, que no nos pillen con los pantalones bajados.-

 Coincido. Iré con Riley y Holloway al tercer nivel, a montar las ametralladoras y establecer una guardia permanente.

Pienso que, si... lo del embudo está muy bien, siempre que esas balas se muestren efectivas. Deberíamos... con todo respeto, señor, propongo que "malgastemos" algunas, porque no sabemos un carajo de como afecta la diferencia de peso del proyectil a la eficacia del arma. ¿Y si a la hora de la verdad fallan? ¿O explotan? O se rompen al atravesar el tubo...

El centurión muestra un cargador especial de su Thompson. Tiene una marca única.

-Estas balas tienen una proporción de hierro y funcionan bien en mi arma. Supongo que las fabricadas en Oldingham funcionaran igual de bien. De igual forma deberían de realizar pruebas en todas las armas cuanto antes.